#¿cómo cuidar los brazos del sol?

[olee]

Mini Crush | Agustín Pardella

Para: @stuckwthem

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Admítelo, Agustín lleva más de dos horas mirándote durante el set. Incluso Bayona le ha pedido millones de veces que se concentre. Tú, como maquilladora, estabas ocupada organizando modelos de goma para la piel y mezclando pintura que simulara sangre. Tu compañera de trabajo te dice: "tómate un descanso. Yo me encargo y ve a almorzar". Siguiendo su consejo, decides ir a una cafetería cercana al set y pides un sándwich.

Al ordenar, te sientas en un banco y disfrutas de un poquito de sol con tu batido de mango. Después de tantas horas en el set, Bayona insiste en cambiar constantemente el maquillaje debido al frío y al desarrollo de los personajes, haciéndolos más pálidos. Incluso ha dado indicaciones a los maquillistas sobre la importancia de adaptarse a las condiciones y mantener la coherencia visual de la película. Mientras disfrutas de tu almuerzo, reflexionas sobre la exigencia del trabajo y cómo cada detalle contribuye al éxito de la producción.

Sentada, cierras los ojos y respiras profundo. De repente, entra Agustín del set, prendiendo un cigarrillo y con un tono tímido y casi temblando, dice: "eh… ¿cómo te llamas? Es que… como que lo había… esto… olvidado". Tú, con una expresión entre sorprendida y maternal, le respondes: "Creo que te he dicho mi nombre como tres veces hoy, pero, ni modo, mi nombre es (dices como una madre hablándole a su niño) (tu nombre)". Agustín te mira confundido y suelta un incómodo "Claro, eh… bueno, te veo luego en el set".

Te despides con un simple "te veo", y Agustín se va, pero como la puerta es de cristal, choca fuertemente con ella y suelta un sonoro "Me cago en tu puta madre!". Ríes mientras te levantas y le preguntas con preocupación, pero aguantando la risa: "¿Estás bien?". Él te mira, y luego te das cuenta de que está soltando sangre por el labio. Sin perder el humor, le dices: "Vente, creo que tengo algo para el labio". Él te sigue al set como un niñito, mientras intentas no reírte demasiado de la situación.

Al llegar al set, le indicas a Agustín que se siente, y de repente aparece Simón, diciéndole a Agustín: "¡Boludo! No tenías que irte tan profundo con el beso—" Agustín lo interrumpe rápidamente: "Cállate, que estás enfrente de (bajando la voz para que tú no escucharas) (tu nombre)". Simón responde con un tono juguetón: "Ay, deja esa bobería—" Agustín corta de nuevo: "Boludo, vete pa’ allá, y déjame tranquilo". Simón levanta los brazos diciendo: "Ay, perdón, cabrón", y se va. Mientras tanto, tú buscas alcohol, un algodón y una curita transparente, ya que vas a poner maquillaje. Pero te detienes y le dices a Agustín: "Sabes, no te tengo que echar maquillaje ahí, ya que lo tienes cortado, así que está perfecto. Déjame limpiarlo y voy a ver qué puedo hacer con ese labio", observas el labio de Agustín pensativamente.

Sin embargo, él te mira y se queda observando también tus labios. Cuando te das cuenta, sonríes nerviosamente y lo ignoras, buscando el alcohol en la mochila. La situación se vuelve un tanto incómoda, pero sigues concentrada en cuidar el labio de Agustín mientras intentas apartar cualquier pensamiento incómodo de tu mente.

Cuando ya tienes todos los ingredientes listos, escuchas la voz autoritaria de Bayona anunciando que la hora de descanso ha llegado a su fin. Sin perder tiempo, le aplicas un poco de labial a Agustín, quien te sigue mirando con timidez, su rostro aún enrojecido. Mientras le das un retoque al maquillaje, añades un toque de sangre seca y palideces ligeramente su tez para ajustarlo al estilo del personaje.

Cuando Agustín se prepara para dirigirse al set, te agradece con sinceridad: "Gracias... eh... eres la mejor". Antes de irse, como un gesto inesperado, te planta un besito en el cachete, dejándote sorprendida y sonrojada. Agustín se va saltando como un niño lleno de alegría. Quedas allí, con una sonrisa en el rostro, apreciando el gesto espontáneo y agradecida de haber logrado un toque especial en el maquillaje y en el ánimo de Agustín.

*thanks por la idea, lo terminé temprano por la emoción lol!

[liriosimplescos]

Palabras al amor de mi vida

Amor de mis amores, es en esta carta de media madrugada que apunta al alba que me acerco a ti. Me avisto entre versos y letras para brindarle de mi calidez, del frenético e admirable sentir que habita en mi alma por usted. Las estaciones han quedado cortas cuando el amor es tan vasto e incalculable que va más allá de los confines de esta tierra. Este amor no desfallece ni disminuye, ha continuado latente desde que mi amada primavera tomo mi mano por siempre. Su amor recubre este corazón delator, este corazón que aunque yazca en zozobras o anocheceres tardíos siempre encontrará de esa calidez especial que llegó juntamente con su ser, mi buen amor. Nuestro amor es puro, benigno y verdadero, imparable e infinito puesto que la amo más allá de lo que expreso en palabras o en cartas, es tan extenúo que este corazón rebosa del mismo, rebosa de este amor que hemos cuidado por tanto tiempo y que continuamos conservándolo con tanta diligencia y dulzura. Los días están cubiertos por su risa, aquella risa risueña que surge de sus labios cuando estamos juntos, aquella que surge de la alegría de nuestra unión, aquella que me acompaña y tiñe cada rincón de mi alma de la algarabía de este amor. Su mirar, aquel que vislumbré cuando estuvimos en aquel café, aquellos ojos cargados de ternura y comprensión la cual nunca me ha faltado, es por ello que moro amado y más que agradecido por estar a su lado. ¿Cómo no hablar de su sonrisa? Aquella que me hipnotiza y cautiva al por completo, la que surge reluciente e imparte paz a mi alma. Amor mío, le agradeceré eternamente por cuidar tan bien de mi, por preocuparse por mi vida como también por cuidar a quienes me rodean.

Gracias por ser así, gracias por enseñarme que en esta vida la ternura es para todos, y también para mí. Gracias por amarme con cada pedacito de su angelado corazón, gracias por brindar de calor a mi vida y de una nueva ilusión a mi existir. Ser amado por usted me ha sido (es) bello, es precioso como la flor que reboza en pleno abril. Su cariño lo llevo aquí conmigo, dulce jovencita de alma soñadora, compositora de sueños, escritora de versos de ensueño, quien sin importar que el sol caiga o la lluvia llegue por casualidad se encuentra siempre allí con los brazos extendidos presta a dar amor, a brindarme de sus caricias y del dulce susurro de su voz. Son catorce meses juntos, unidos bajo el nombre de este amor que se tiñó de otoño y primavera, de mar y tierra, de ternura y pasión, de todo aquello que conforma nuestras vidas bajo el sol.

Son meses preciosos, conmovedores para mi corazón, son emociones encontradas las que permanecen en mí en este día puesto que en mi memoria transitan los incontables momentos que hemos vivido juntos. Desde el primer beso, la primera caricia, nuestra primera noche juntos junto a un sinfín de memorias más.

Todo ello es especial en plenitud, porque yacerá grabado en mi corazón por toda mi vida, para siempre, usted amor mío siempre será lo mejor que me ha pasado en la vida. Por ello, me encantaría tomar su mano un mes más, para morar juntos y caminemos por el amplio camino del amor, aquel que nos ha unido por una dulce eternidad.

La amo con el inmenso amor que ha nacido en mi corazón desde que usted llegó a mí, la amo por todo lo que usted es, y sobre todo, la amo porque usted me ha amado a mí incondicionalmente. Siempre seré suyo, mi buen amor. Tan solo suyo.

[mikrokosmcs]

El pastel de chocolate que había conseguido con ayuda de Suyeong descansa en la mesa decorada algunos globos de colores mientras la joven coloca un pequeño e improvisado sombrero a su compañera conejita quien le acompañó a preparar todo. Las luces del hogar estaban apagadas y única la fuente de luz eran las velas recién encendidas, sabiendo que el doctor aparecía en cualquier instante. Mei rodea a Wabbit con sus brazos, escondiéndose debajo de la mesa entre suaves risitas para no ser visibles, prestando atención a los pasos que poco a poco iban acercándose a ellas. “¡Feliz cumpleaños, Yohan!” exclama, levantándose como si fuese una caja sorpresa con la sonrisa más radiante en sus labios y acompañada de la criatura entre sus brazos que se movía feliz. De seguro no es la fiesta más ostentosa que el mayo ha tenido, pero deseaba hacer de este día uno memorable para la persona que le brindó otra oportunidad de vivir.

Era  un  día  normal,  sin  más  ni  menos.  Despertó,  se  hizo  el  desayuno  y  salió  de  cacería.  Recibió  en  el  proceso  algunos  mensajes  de  texto,  desde  Suyeong  —siento  el  único  que  le  animó  visiblemente—,  la  mismísima  Lilith  y  algunos  miembros  de  Nimda  Rogue  que  se  enteraron  de  su  día  especial  seguramente  desde  su  jefa,  quien  parecía  querer  fastidiarlo  sabiendo  que  no  celebraba,  que  no  encontraba  la  ocasión  tan  asombrosa  como  todos  los  demás  humanos.  No  obstante,  cuando  su  cacería  no  fue  tan  fructífera,  decidió  comprar  algunas  cosas  para  la  alacena  del  hogar,  comida  para  Wabbit  y  algún  snack  para  Mei. 

Debió  esperar  algo  como  eso  apenas  ingresó  en  el  departamento  subterráneo,  las  luces  apagadas  y  la  única  luminiscencia  siendo  un  par  de  velas,  unos  ojos  brillantes  y  dos  orbes  rojizas  alterados  por  el  ser  humano.  La  sorpresa  no  era  tan  sorpresa,  pero  logró  arrebatarle  una  pequeña  risa  parecida  a  un  resoplido.  -  —¿Cómo  supiste  de  esto?  —  -comenta,  andando  los  pasos  restantes  hasta  colocarse  al  costado  de  la  muchacha,  acariciando  la  coronilla  de  su  cabeza,  luego  se  dirigió  al  animado  animal  que  parecía  tan  contento  como  la  chica.  Los  malos  hábitos  se  pegan,  es  lo  que  se  recuerda.  Aunque  no  sabía  si  considerar  “malo”  que  Wabbit  estuviese  feliz  como  Mei  se  mostraba  ahora.  -  —No  celebro  mi  cumpleaños,  es  solo  una  vuelta  del  supuesto  sol  artificial  que  hay  sobre  nuestras  cabezas.  Pero  agradezco  el  gesto,  inclusive  le  has  puesto  el  numero  de  velas  correcto  —  -comenta,  creyendo  que  Suyeong  y  Hyewon  tuvieron  algo  que  ver  en  todo  eso,  deseando  por  primera  vez  que  tal  vez  pudiesen  venir  más  tarde  y  compartir  el  pastel  con  ellos  también.  -  —¿Se  tiene  que  pedir  un  deseo  a  las  velas?  —  -cuestiona,  pensando  en  ello.  No  necesitaba  nada,  toda  la  diversión  la  tenía  en  la  palma  de  su  mano,  un  cerebro  alterado  escondido  del  gobierno  y  personajes  secundarios  interesantes  en  la  historia  de  su  vida.  El  medico  echa  un  vistazo  a  la  muchacha,  a  su  mascota  y  piensa  que  tal  vez  ahora,  también  encontró  una  buena  familia  que  cuidar.

Sin  más,  el  más  alto  sopla  las  velas.    

[juteain]

250223150124

Aquel día fue como cualquier otro. El sol salió por el este y se puso al oeste, en alguna parte de esta vasta ciudad dos amantes compartieron el amanecer desde su cama, hablando de todo y de nada; la señora, como todos los días, saldría a reunirse con su dios en el templo, una vez de vuelta pararía a cuidar el jardín de su amiga, la que le gustan las flores pero no las aprendió a cuidar, y luego seguiría su camino hacia el pueblo y luego al lugar al que llama hogar... Fue un día como cualquier otro, excepto porque al caer la tarde los ojos de este escritor estarían faltos de brillo pero inundados en lágrimas, la señora cuidando su jardín propio pero con los ojos como un atardecer vivo de tanto llorar al ver aquel ave que venía a su jardín cada mañana despedirse y alzar vuelo hacia la que es ahora su morada.

Fue un día como cualquier otro, el sol había brillado sin parar desde el amanecer hasta las 17:10 cuándo empezó su descenso, un día cualquiera para todo el mundo pero con un atardecer que, a pesar de todavía verse el sol en el horizonte, hacía que la misma habitación donde hace unos días, más de quince personas, se reunieran todas a alegrar los corazones de los presentes con cada una de sus ocurrencias y chistes. Esa misma habitación que al llegar de trabajar me recibía con el calor que da el saber que tu familia puede compartir nuevamente momentos juntos, esa misma habitación esa tarde al volver de la oficina se sentiría tan gigante, con un silencio tan ensordecedor que ahogaba hasta el piano que de fondo sonaba una y otra vez al ritmo de las notas del segundo nocturno de Frédéric Chopin... Esta casa se sentía ajena, esta ventana era más fría que cualquier día de invierno que hubiese vivido, el balcón parecía amplio y con suficiente soledad para cubrir la ciudad entera. Esa tarde, no sería como cualquier otra, ese día terminaría de irse la felicidad de mis ojos, el corazón me empezaría a pesar más de la cuenta sin darme cuenta, mi voz se quebraría de un modo en que no pareciera más mi voz.

Esa tarde una gran porción del amor que he cultivado a través de mis años de vida, alistaría su maleta y estaría esperando su vuelo en la sala de espera del aeropuerto de la ciudad al mismo tiempo mis dedos, rápida y a la vez pausadamente, caen y estremecen el escritorio en que me siento mientras golpean las letras de este teclado intentando escribir con coherencia todas las ideas que enmarañadas van apareciendo por mi mente. Esa tarde mis brazos abrazarían aquel ser por última vez en quién sabe cuánto tiempo más.. ¿Un par de meses, tal vez? ¿Otra década habrá que esperar? ¿Tendrá mi corazón la fuerza suficiente para continuar su golpeteo en mi pecho por lo menos hasta el siguiente encuentro?

...

¿Un momento, y a todas estas, este escrito de qué va?... Ah, si, ya recordé. Esto va de cómo me despido sin saber decir adiós, sin saber cómo detener el tiempo y evitar que mi alma se caiga en este vacío de sentir que la vida sigue pero mis ganas de vivirla se van a más de 4687 Km. Esto va de cómo mi boca pronuncia “Chao, nos vemos pronto” con una sonrisa en el rostro para no dar paso a amarguras innecesarias, pero con mi mente por dentro gritando que no se vaya, que no quiero tener que seguir pareciendo ser el más fuerte acá, que no llevo maleta pero los hombros me pesan y no puedo ya ni caminar de la cama a la cocina sin que me sea imposible separar la planta del pié por más de un par de milímetros.

Este escrito va, como mi corazón,a todas partes y a ningún lado. Va del norte al sur del continente, trasciende fronteras y mares, también llega a tierras otomanas y allí también volverá a anidarse un poco más. Este escrito va por mi, por sacar del pecho la tristeza que me invade cuándo ellos se van y mi alma intenta volver a encontrar su fuerza. Este escrito va, por lo que no supe expresar y quisiera que entiendas: Os amo, os amo con mi vida y me parte el alma deciros adiós.

[thebonsterbon]

𝑬𝒍𝒐𝒉𝒊𝒎.

Yo ya he vivido momentos de alegría y de tristeza, momentos fuertes y también de flaqueza, tantos porqués y tantas incertezas. Y hubo momentos en que también pensé en desistir y aparentar que vivía feliz, pero la verdad, no había nada en mi.

Tú eres mi amigo, tú no me dejas y nunca me has dejado. Cuando necesité de tu cariño siempre venías a mi y me acariciabas. ¿A quién tengo yo para cuidar de mi? Yo tengo a mi Jesús.

Hay veces que es tan difícil obedecer, dejarlo todo y seguirle, muchos no entienden el porqué. Días con tanta alegría, otros lloramos sin entender. Días con tantos amigos y otros días sin nadie.

Me he acostumbrado al eco de tu voz y esa manera que tienes de hablarme. En tus palabras siempre encuentro amor y no hay perfume que a ti se compare. Puedo sentir tu corazón latir dentro del mío cuando tu brazo posas sobre mi no hay palabras para describirlo.

No quites tu mano de mi, me muero, no puedo vivir. No encuentro razón de existir si me falta tu presencia. El cielo pierde su color, las estrellas se apagan, el sol dejaría de darme calor si no tengo tu presencia.

No me dejes de tu mano que sin ti no puedo estar, por favor, llama a mi puerta que te quiero ver pasar. Los días se me hacen largo si no te tengo aquí en mi ser. Si tú no me das tu agua nunca calmará mi sed.

En mis palabras, en mis hechos, en mi oración y en mis sentimientos; en mi vivir en ti quiero ser verdadero. Cómo no voy a amarte si tú me has amado primero. Yo quiero andar en tu camino, yo quiero andar en tu vereda, yo quiero ir en pos de ti, maestro de Galilea. Tus maravillas no se pueden esconder, Santo y Todopoderoso eres. Tú eres el Cristo, el hijo del Dios viviente.

Siento que sin ti mi vida es nada, y que sin tu amor no viviré. Estoy confundida a tal manera... Quisiera que ahora mismo te pudiera ver.

Mi lugar era la cruz, pero lo ocupaste tú. Has venido a trasladarme de tinieblas a tu luz. Me sentaste en las alturas con la más alta dignidad y a cambio te humillaste por la baja humanidad. Y tus pies pisaron lodo por venir a rescatarme, has hecho calles de oro para que por ellas pase. Mi corona de espinas la llevaste en tu frente, y tú corona de vida luciré eternamente.

Maldición por bendición.

Muerte por vida.

Ira y juicio por perdón.

Sangre que espía.

Soledad en comprensión por compañía.

Quebranto y humillación.

Sangre que limpia.

Sacerdote que intercede, víctima que sustituye. Es Jesús manso cordero y alabarle yo quiero.

[wovenstorie]

!! disclaimer : roleplay, fakeland.

The Wonderful Club, This is my story.

Los tres pequeños niños caminaban con miedo, siguiendo la fila con precaución de no hacer un desorden que provocara enojos en los adultos y llevara a cosas peores que un par de insultos y llamados de atención. La pequeña mano del peliblanco se mantenía firme agarrando la camisa del mayor frente a él, pero la torpeza en un niño de aproximadamente cuatro años era inevitable, especialmente cuando caminaban por una zona rocosa, fue cuestión de minutos para que volviera a tropezar, deteniendo el caminar de todos por unos segundos.

La intervención de Ionut no fue suficiente para detener la furia que inundó los ojos de un hombre, no era la primera caída y no tenían tiempo para desperdiciar. Los gritos no tardaron en llenar el lugar, el instinto protector del mayor fue aplacado por los gruesos brazos de alguien que apresaron su cuerpo y lo dejaron con la única opción de resignarse a no poder hacer nada más que observar cómo el castigo era impartido.

El rojizo de sus ojos apenas se iluminaba por las lágrimas y el blanco de su cabello se manchaba con su sangre, por más que la orden era permanecer quieto su cuerpo no paraba de removerse con ganas de huir pues el ardor intenso en su espalda hacía más ruido que los gritos de advertencias.

Vasile apretaba con sus dientes la tela de su camisa, conteniendo al máximo los sonidos que rogaban por salir, pero sabía que debía permanecer callado porque Ionut se lo había pedido. Él, por su parte, se encargaba de dejar caer agua por las heridas en la espalda del peliblanco, lavándolas como mejor podía en la situación en la que estaban. No contaban con acceso a jabón y el agua ya era un lujo que estaban robando, pero alguien alguna vez le dijo que siempre debían limpiar las heridas para evitar infecciones… Tal vez no sabía qué era una infección y qué podía hacer, pero no era una palabra agradable de escuchar.

—Sorin, debemos cuidar de él, ¿bien? Tenemos que ayudarle con las tareas que le asignen. —susurra sin detener su actuar, dando un rápido vistazo al nombrado que sólo asentía a sus palabras, con notable angustia en su semblante. Ionut sabía de primera mano cómo era el dolor que su pequeño estaba experimentando y se aseguraría de que su sol jamás tuviera que entenderlos. Con él no fallaría, no cometería otro error, no podía permitir peores cosas.

Tres años después la personalidad complaciente que había desarrollado Vasile le ayudó a salirse con la suya en incontables ocasiones, evitándose más castigos y ganándose recompensas que no dudaba en compartir con sus amigos. Los tres niños permanecían siendo inseparables, aprendiendo cada uno a llevar las cosas con los adultos a su propia manera, pues poco a poco sus personalidades se iban forjando. Inseparables al menos hasta aquella noche en que uno de ellos se levantó con una presión en la parte baja de su vientre y una sensación extraña que recorría todo su cuerpo, un cosquilleo que jamás había experimentado.

Se sentía vulnerable y desesperado, el sentimiento no dejaba de extenderse por todo su cuerpo, pero centrándose en una sola zona, su pelvis. Al ser descubierto, los adultos no dudaron en encerrarlo lejos, evitando que hiciera contacto con los demás niños al menos por una semana, tiempo suficiente para que la sensación desapareciera como si jamás hubiera ocurrido. Para su mala suerte, su siguiente destino no fue el lado de sus amigos sino las puertas de una construcción que jamás había visto, un lugar donde su cuerpo fue tallado con jabón y su cabello organizado para hacerlo lucir impecable, como jamás se le había visto.

—No nos hagas lucir mal, Vasile, compórtate. —una advertencia a las puertas de aquella casa que sería su casa por más tiempo del que le hubiera gustado. Fue recibido con una amabilidad que jamás había conocido por parte de adultos, en la desconfianza por lo vivido se sentía incómodo y arisco con las atenciones que recibía.

La verdadera cara del lugar la conoció cuando finalmente estuvo en la misma sala que el dueño de la casa y, a partir de ese momento, de él. Había llegado a su segundo infierno, uno que enseñaría cosas que eran completamente desconocidas y ajenas para la mente del niño, reforzando en él la enseñanza de acatar ordenes y forjando la idea de que no era válido pensar por sí mismo o decidir por y para él. Su vida comenzaba a resumirse en ser un objeto, un objeto a usar y lucir.

—Verdaderamente es una preciosura… ¿Dónde le conseguiste? —hablaban de él como si no estuviera presente, la mirada intensa de un hombre que no conocía sobre su rostro, detallando cada parte de él mientras el chico simplemente mantenía una expresión neutra sin mirarlo directamente, no lo tenía permitido.

La atención de toda persona cerca a ellos permanecía en él, su cabello blanco que llegaba hasta la parte baja de su espalda le daba un toque armonioso al conjunto negro que vestía, poca piel estaba expuesta a la vista, no por miedo a que vieran los residuos de heridas o las cicatrices ya marcadas sino por la celotipia de su dueño. Él era suyo y nadie más debía tener el derecho a ver lo que le pertenecía.

Tal vez si Vasile no hubiera abandonado por completo su ser estaría agradecido de haberse ganado la confianza y estima de su papá, le evitaba ser parte de los espectáculos que se llevaban a cabo en su casa cada fin de semana. Corría la suerte de ser sólo un objeto de uso personal.

La muerte llega por todos, incluso el dinero no puede sobornarla, y el tiempo del papá de Vasile se había agotado. Pero con la muerte no llegó su libertad, pues el desconocimiento de la vida misma le imposibilitaba relacionarse con las personas de manera sana, cayendo en un abismo de excesos en busca de encontrar algo familiar.

A las puertas de una iglesia se dio su primer encuentro con su tercer infierno, un chico con una sonrisa amable y unos ojos perversos que lo llevarían a conocer el cielo. No sabía que al aceptar irrumpir en una iglesia una fría noche estaría comenzando una nueva historia.

—Jace, mi nombre es Jace. —emprendiendo el redescubrimiento de sí mismo decidió presentarse con un nombre escogido por él. La primera decisión que había tomado en mucho tiempo para él, pues no quería pensar más en quien fue Vasile.

Es natural que haya días donde el cielo se oscurezca y su cielo se estaba cayendo a pedazos para darle paso a la verdad, volvía a ser propiedad ajena, bajo un techo con reglas y necesidades ajenas por cumplir, nuevamente un objeto de uso y pertenencia; pero las nubes no tienen por qué ser malas, y en la oscuridad que le rodeaba logró conocer a una que significó luz.

Céline, su amiga incondicional, su nubecita. La primera persona en mostrarle una sonrisa honesta y tenderle una mano amiga. En medio del caos que significaba su vida pudo encontrar paz verdadera al lado de ella, conociendo cosas nuevas y entendiendo certezas difusas en los años vividos. Iluminó el camino en medio de las llamas y le acompañó en todo el proceso de sanación de los estragos del pasado.

Jace llevaba semanas internado en un hospital, recibiendo visitas diarias de Céline y una aguja clavada en su brazo todo el tiempo. Las negociaciones con él no eran fáciles y habían requerido de la intervención de Céline, pero por fin había llegado a un acuerdo con los médicos, dejarían de alimentarlo con una sonda si se aseguraba de comer una comida al día. Tal vez las porciones no eran las ideales y había días donde su trato no se cumplía a cabalidad, pero estaba mejorando. Su rostro se veía con más vida y su ánimo se mantenía estable.

—¿Estás segura que no estoy perjudicando tu trabajo?

—Cien por ciento, en el trabajo todo está bien. Además, me encanta estar contigo.

—¿No me estás mintiendo?

—Jamás lo haría, Jace.

Su conversación pronto fue interrumpida por la enfermera, debía tomar los signos vitales de él para llenar el registro diario. En ese tiempo, Céline tomó la oportunidad de ir hasta la cafetería del hospital para comprar algo de beber, teniendo que pasar por la recepción donde pudo escuchar una particular conversación donde un nombre muy conocido fue mencionado. Inevitablemente hizo lo posible por quedarse el tiempo suficiente para escuchar lo siguiente, ¿acaso buscaban a su mismo Jace? ¿Cuál era la probabilidad de que en el hospital hubiera más de un Jace? No era un nombre especialmente particular, pero tampoco era muy escuchado en ese país.

—Sorin, ¿estás seguro era aquí? Vuelve a revisar. —había escuchado de Jace varias historias, los días en el hospital no eran particularmente entretenidos así que tuvieron tiempo de hablar muchas cosas y sabía perfectamente los nombres de las personas que más habían marcado la vida de su amigo, para bien o para mal.

Las noticias vuelan rápido y gracias a una entrometida reportera un suceso casi milagroso tuvo cabida en la vida de aquel chico. Tal vez era la misericordia de dios, el karma trayendo algo bueno o simple coincidencia, pero el camino de sus amigos de la infancia volvió a cruzarse con el suyo.

El anuncio del incendio provocado por el mismo dueño de la casa, dejando un único sobreviviente, llegó a los oídos correctos. Las imágenes publicadas por el canal donde se mostraba a la entrevistadora insistirle a un chico, delgado y pálido, para que le contara más detalles del suceso fueron vistos por Sorin quien no dudó ni un segundo en mostrarle a su amigo con ilusión. Tal vez tenía el cabello tintado de negro, pero esos ojos de color rojo eran perfectamente reconocibles para ambos. Llevaban meses intentando dar con el paradero de Vasile, como le conocían, y finalmente el trabajo había dado frutos.

La sensación inmediata de paz invadió el cuerpo de los dos chicos al ver a quien tanto anhelaban reencontrar viendo la televisión de su habitación con tanta calma. Una paz que Jace no compartió al ver a dos completos desconocidos parados en la entrada de su habitación.

Tal vez, sólo tal vez, Ionut y Sorin no habían pensado tan bien cómo abordar el tema. Estaban tan centrados en encontrarlo que no pensaron qué pasaría si lo hacían.

Los meses siguientes no estuvieron faltos de complicaciones, los malos ratos y recaídas eran constantes para los tres chicos que ahora vivían bajo el mismo techo. El tiempo y la terapia ayudó a que cada uno sanara sus propios traumas, haciendo las pases con cada demonio que les acechaba, un largo camino de tres años donde consolidaron su decisión de hacerse llamar hermanos bajo un mismo apellido que conmemoraba el comienzo de su historia, Szekler.

[...]

El tiempo sana, pero su mente no le permite olvidar lo sucedido, pues en su nombre y en su cuerpo lleva las marcas del pasado que cada noche le atormenta con pesadillas y recuerdos, dejándole claro que jamás escapará de lo que fue. Con el tiempo, irónicamente, pudo darse cuenta de que tampoco puede pretender borrar todo lo que vivió, sin el camino recorrido no habría llegado al destino en el que hoy se encuentra.

Tal vez hay estragos, tal vez hay recaídas, tal vez hay demonios sin tratar, pero no es un secreto para nadie que finalmente Jace está acercándose a la tan anhelada libertad.

[...]

Enreda un poco más del hilo en su dedo, dando la siguiente puntada con precisión y gran concentración, por fin había encontrado su musa, su fuente de inspiración para la creación de sus historias tejidas. Era apenas el comienzo de su trabajo, pero se sentía satisfecho con lo que estaba haciendo, ¿qué otra historia tejería? ¿En qué situación le pondría? ¿Con qué color le retrataría?

[bookishnerdlove]

RADLN 61

Capítulo 61 Yan Xie dijo enojado: "¡Mi familia se ha fugado con alguien!" Como si un rayo hubiera caído en su mente, Yan Xie solo tenía un pensamiento: No, yo no. ¡Era Jiang Ting! Fan Zhengyuan persiguió e intentó matar a Jiang Ting, y cuando esas personas atacaron a la policía, Jiang Ting también estaba en el auto; Incluso a él le dispararon porque sostenía a Jiang Ting en sus brazos en ese momento. Si ese grupo de personas no vino por Li Yuxin, ¡entonces su objetivo de asesinato era evidente! Yan Xie sintió un escalofrío en todo el cuerpo y no pudo hablar durante mucho tiempo. Su expresión era tan rara que el subjefe Wei pensó que estaba asustado, por lo que rápidamente suavizó su tono: “Por supuesto, no tiene que preocuparse demasiado. El rango de ventas de estas balas fabricadas localmente es difícil de determinar. La conexión entre ese grupo de personas y Fan Zhengyuan es solo una suposición de la policía en este momento. Aún así, tenemos que atrapar a esos criminales antes de que podamos investigar más. Debes cuidar bien de tus lesiones. He hecho arreglos para que algunos policías vestidos de civil patrullen cerca del hospital. Cuándo será dado de alta del hospital. Dejaré que la gente de la oficina de la ciudad conduzca el auto para llevarte de regreso a Jianning..." "Ah, está bien", Yan Xie volvió en sí y forzó una sonrisa: "Estaba pensando en algo". El subjefe Wei lo miró con torpeza, tratando de ocultar su preocupación de su antiguo rostro, de modo que su expresión facial se distorsionó un poco. “Está bien, Fan Zhengyuan ya está muerto y ya no puede morir. Tarde o temprano, el grupo de personas que atacó a la policía también será atrapado y, al final, se revelará la mente maestra detrás de escena”. Yan Xie se tocó la barbilla y tosió: “En realidad estaba pensando en Bu Wei y Shen Xiaoqi, ¿están despiertos? Li Yuxin dijo que vio dos cadáveres en el lugar de ejecución de He Liang, que probablemente sean las primeras víctimas de una serie de casos de secuestro. ¿Ya se ha encontrado en alguna parte?” El anciano de apellido Wei finalmente pudo encontrar fallas y lo regañó para ocultar sus desbordantes preocupaciones: “¿Cómo puedes estar tan preocupado por este chico si tu estómago todavía no está inactivo? ¿La oficina de la ciudad sólo depende de usted para resolver los casos?” Yan Xie continuó bebiendo su sopa de pescado. Wei Yao le contó enojado sobre la situación actual de Bu Wei y Shen Xiaoqi, la búsqueda de los secuestradores en el área de la montaña Tianzong y la extraña botella de agua mineral en la escena. También le dijo que el bloqueo se había extendido a los alrededores de la montaña Tianzong hasta la frontera de Gongzhou. De hecho, aunque se extrajeron las huellas y fibras de la ropa de los presuntos secuestradores, todavía no se había encontrado ninguna pista valiosa. Además, debido a que se sospechaba que Li Yuxin había sido silenciada, no se pudo identificar el lugar donde ella y He Liang fueron confrontados por los secuestradores el año pasado. Es decir, sabían que había dos cuerpos, pero no pudieron encontrarlos. Según lo que dijo el Jefe Lu, la presión arterial del Director Liu del comité provincial del partido se había disparado en los últimos días, y su boca estaba llena de enojo; Incluso beber dos libras enteras de medicina china fue inútil. Mientras Yan Xie escuchaba, sus movimientos mientras bebía sopa gradualmente disminuyeron e inexplicablemente recordó la voz de Jiang Ting en su mente: “Noches calurosas de verano, mediados de julio. Esta oración significa que en la tarde de mediados de julio, la hermosa puesta de sol cae en algún lugar a las 8:09, declarando el final de la juventud, y el comienzo del tiempo del castigo y la larga noche que sigue es todo el proceso de ejecución…” “A quien realmente quiere ejecutar es a mí”. Yan Xie dejó el cuenco pensativo. Vagamente sintió que el quid de la situación actual residía en las vagas palabras de Jiang Ting. En sus pasados ​​años desconocidos, habían sucedido cosas estrechamente relacionadas con imágenes de traición y cobardía, y esos recuerdos habían sido materializados por la mente maestra detrás de escena a través de rituales de ejecución y evolucionaron hasta convertirse en los secuestros en serie de hoy. Incluso la banda narcotraficante de Hu Weisheng y Ding Jiawang, y el francotirador que mató a Fan Si estaban indisolublemente vinculados a este asunto. ¿Pero cuál fue exactamente la conexión? "Está bien, puedes descansar primero". El subjefe Wei se palmeó las mangas y se puso de pie: “Descanse bien y no piense demasiado. La oficina de la ciudad tiene a su Capitán Yu para vigilar, y Qin Chuan también ha sido reclutado temporalmente para ayudar. Tu tarea más importante es simplemente no decepcionarlos. Recupera la salud lo antes posible y no dejes ninguna herida vieja, ¿de acuerdo?” Yan Xie volvió en sí: "¿Qin Chuan vino a la División de Investigación Criminal para ayudar?" "Entonces, qué más puede pasar, su Capitán Yu tiene una enfermedad cardíaca, que se atreve a dejarla trabajar horas extras". “…Hay muchas cosas que Qin Chuan no puede decidir por sí solo. ¿Le está preguntando al Capitán Yu o al Capitán Fang al respecto?” Los dos se miraron por un momento, y el subjefe Wei no pudo evitar reírse: "Oh, ¿todavía estás hablando mal de él debido a la breve discusión?" Yan Xie dijo: “El Capitán Fang generalmente también habla mal de mí debido a una breve discusión. Esto es simplemente devolver la cortesía con cortesía. También tengo miedo de que el Viejo Fang me culpe por las cosas que hizo el espía en la oficina y me vigile cuando regrese, lo cual no será bueno para mi trabajo”. El subjefe Wei parecía querer decir algo, pero vaciló y solo suspiró. Yan Xie todavía estaba pensando en el caso, así como en todo lo relacionado con los cambios de personal en la Oficina Municipal. Luego miró el comportamiento del subjefe Wei, sintiendo que algo andaba mal: "¿Qué?" "En lugar de preocuparte por que el viejo Fang entierre clavos por ti, también podrías preocuparte por qué hacer después de que el Capitán Yu se retire de la enfermedad". El subjefe Wei bajó la voz y le dijo al oído: "El subjefe Wang se retirará". Yan Xie levantó las cejas. “ El carruaje encontrará su camino alrededor de la colina cuando llegue allí y cruzarás el puente cuando llegues a él ; adopte una perspectiva a largo plazo, y no habrá ningún obstáculo en su camino”. El subdirector Wei le dio unas palmaditas en el hombro a Yan Xie y dijo con seriedad: "Joven, la salud es la base de todo". Yan Xie frunció el ceño y finalmente asintió, y el subjefe Wei se alejó con Ma Xiang. ***** Tan pronto como Wei Yao se fue, la sala volvió a estar en silencio. Yan Xie se enfrentó a la base de sopa de pescado en la taza junto a la cama, y ​​todo tipo de pensamientos seguían dando vueltas en su mente. El subjefe Wang, que estaba a cargo del personal, se iba a jubilar. Al principio no fue un gran problema: todos se jubilarían cuando envejecieran. En el sistema de seguridad pública, a diferencia del propio halo de Jiang Ting, la gran mayoría de los agentes de policía fueron ascendidos paso a paso. Siempre que no cometieran demasiados errores, siempre podrían convertirse en inspectores de policía cuando fueran mayores. Lo malo fue que el candidato para asumir el puesto del subjefe Wang era Yu Zhu. Pero Yu Zhu acababa de publicar rumores de que se iba a retirar debido a una enfermedad. Si la organización tenía la intención de omitir a Yu Zhu, entonces la persona que podría ascender después de ella, desde la perspectiva de la antigüedad, el prestigio, el mérito y la edad, obviamente sería Fang Zhenghong. Yan Xie pensó que no tenía mucho conflicto con Fang Zhenghong, excepto cuando era joven e ignorante y acababa de ingresar a la oficina de la ciudad. Un día fue a la división antidrogas de al lado para encontrar a Qin Chuan para jugar, y Fang Zhenghong vio el reloj que llevaba puesto y le preguntó casualmente: “ Tu reloj es bastante bueno; ¿En qué tienda lo compraste? Yan Xie, que fue un tonto en ese momento, se quitó el reloj en público y dijo: “Es del Royal Oak ; solo costó más de 600.000 yuanes. Si al Capitán le gusta, puedes tomarlo”. – Aparte de hacer que Fang Zhenghong se ennegreciera la cara en el acto y se alejara, no había habido ninguna otra incomodidad a lo largo de los años. Pero Fang Zhenghong parecía guardar rencor y, en los últimos años, se había vuelto cada vez más estrecho de miras. Después de regresar al equipo esta vez, el comportamiento de Fang Zhenghong fue aún más obvio. Incluso logró irrumpir en la división de investigación criminal para señalar a Yan Xie y maldecirlo, lo que hizo que la gente se preguntara si había llegado a la menopausia y no podía controlar sus emociones. Yan Xie suspiró, limpiando a la fuerza las cosas confusas de su mente y centró su pensamiento nuevamente en el caso. En sus más de diez años de trabajo policial en primera línea, había experimentado muchos casos importantes con giros y vueltas, agravios extraños e incluso algunas coincidencias hasta el punto de que la gente tenía que ser supersticiosa si realmente existían cosas como los fantasmas. Pero un caso tan extraño y paradójico como el caso actual de secuestro en serie, lleno de capas de imágenes brumosas, no tenía precedentes. Ahora, pensando en lo que dijo Jiang Ting en la sala médica ese día, este caso pareció inducirlo a explorar el mundo interior del perpetrador, obligándolo a pensar siempre e incluso sentir empatía desde el punto de vista del perpetrador, tanto que se sintió como si fuera arrastrado a una especie de vórtice de pensamientos maliciosos. Como persona que se negó casi por completo a hablar con nadie, ¿Jiang Ting estaba pidiendo ayuda crípticamente sin siquiera darse cuenta? "¿Por qué no has venido todavía..." Yan Xie volvió a mirar la hora y murmuró. Después de pensar un rato, se apoyó contra la pared, apretó los dientes y salió de la sala. El piso de la sala única no estaba tan lleno como los pisos comunes y no había mucha gente que viniera a visitar al paciente. La jefa de enfermeras sólo lo descubrió cuando caminaba por el pasillo: “Oh, oficial Yan, ¿por qué salió a caminar solo? ¿Qué hay de tu familia?” “¡Mi familiar se ha fugado con alguien!” Yan Xie dijo enojado: “¿Dónde está tu teléfono? Déjame usarlo”. La enfermera jefe lo llevó rápidamente a la recepción y lo sermoneó: “La próxima vez debe tocar el timbre y pedirle a la enfermera que envíe un teléfono celular; no te quedes sin eso. Aunque es bueno levantarse de la cama y dar uno o dos pasos, en caso de chocar con algo, ¿qué harás? El director dijo que tienes que quedarte en el hospital por lo menos dos o tres días…” Yan Xie solo pudo hacer frente a eso y enviarla lejos, pensando que me estás tratando como si estuviera confinado. Las personas pueden levantarse de la cama al día siguiente de la cesárea. ¿Qué me pasa por estar acostado en la cama durante una semana? ¡Si no fuera por que me obligaste a descansar en la cama, no podría garantizar que ya haya volado a los Estados Unidos para jugar en la NBA! ——Afortunadamente, la jefa de enfermeras no sabía lo que estaba pensando; de lo contrario, habría confiscado inmediatamente el teléfono y lo habría enviado de regreso a la sala para encerrarlo. "¿Hola?" La voz firme de Jiang Ting provino del receptor. Yan Xie miró a su alrededor y vio que nadie pasaba, excepto la pequeña enfermera en la recepción, no muy lejos, que lo miraba con los ojos entrecerrados, y tan pronto como sus ojos se encontraron con los de ella, se levantó de inmediato y se fue con la cara sonrojada. "Consultor Lu", Yan Xie bajó la voz y preguntó deliberadamente, palabra por palabra, "¿Dónde está mi almuerzo?" El otro extremo del teléfono hacía un poco de ruido, como si estuviera parado en la calle. Después de un rato, escuchó a Jiang Ting decir: "Le pedí a Ma Xiang que le trajera esa caja de sopa de pescado para que la bebiera". "¿Dónde estás?" “La pantalla de este teléfono se volvió negra, así que voy a comprar uno nuevo”. “Entonces puedes traerme uno también. No hace falta que sea muy bueno, lo voy a usar solo dos días. Oh, por cierto, no compres el teléfono Meitu azul y rosa , en caso de que la gente piense que soy un pervertido”. "... Vuelve y cómpralo tú mismo, no iré allí". "¿Qué? ¿Por qué no vienes?” La respuesta de Jiang Ting todavía fue muy tranquila y simple: “Casi me encuentro con su subjefe Wei cuando pasé hoy. Vi que hay algunos policías más vestidos de civil alrededor del edificio del hospital. Deberían estar aquí para protegerte. No me conviene presentarme en esta situación. Primero regresaré a Jianning y nos vemos más tarde ". Tan pronto como terminó de hablar, Yan Xie sintió que estaba a punto de colgar el teléfono. A toda prisa, derribó la maceta decorativa en la recepción y arrojó las cosas sobre la mesa: "¡Espera!" "¿Qué sucede contigo?" "¿Se encuentra bien, oficial Yan?" La pequeña enfermera que se escapó inmediatamente se volvió: “¡Oh, ten cuidado! ¡Qué pasó, siéntate!” “¿Yan Xie?” La voz de Jiang Ting por el receptor obviamente no era muy estable: "¡Qué está pasando, Yan Xie, por favor responde!" Justo cuando Yan Xie estaba a punto de decir algo, de repente volvió los ojos y tomó una decisión. En un breve momento, tomó la decisión más correcta como si estuviera poseído por un dios. No respondió a Jiang Ting en absoluto, sino que se sentó en la silla e hizo un sonido pesado y ahogado, como si su cuerpo cayera al suelo. Luego, con un clic, colgó el teléfono. La pequeña enfermera estaba atónita: "Oh, oficial Yan, usted ..." "Está bien", Yan Xie le sonrió: "Estoy pescando". Mientras decía eso, se levantó y se palmeó el trasero, y caminó de regreso a la sala para ver la televisión bajo la mirada inexplicable de la pequeña enfermera. ***** Media hora después, el pez estaba en la puerta de la sala, con una mano en el bolsillo y la otra sosteniendo una bolsa de compras del salón de negocios de telecomunicaciones. Desde la frente burlona hasta los labios rectos, se podía ver que el pez no estaba de buen humor. “¿Qué diablos te pasó hace un momento?” Yan Xie inocentemente se sentó con las piernas cruzadas en la cama del hospital y jugó con el control remoto del televisor: “No me quedé quieto y me resbalé; ¿qué ocurre?" “…..” "Oh, parece que te apresuraste a venir aquí, de verdad". Yan Xie se levantó de inmediato y sacó un lichi de la canasta de frutas importadas y lo peló. Su hermoso rostro estaba lleno de cálidas sonrisas: "Ven, come la fruta, la compré especialmente para ti". Jiang Ting no pareció ver el lichi blanco; sacó un nuevo teléfono móvil de su bolsa de compras y se lo arrojó a Yan Xie: "Hay al menos cuatro o cinco policías dentro y fuera de este edificio, ¿por qué me llamaste aquí?" Yan Xie lo atrapó y vio que era el último teléfono de Apple, exactamente igual al que había roto en el agua. No pudo evitar reírse, pensando que Jiang Ting era en realidad Jiang Ting, pero dijo deliberadamente: “Así que, después de todo, no estás tan preocupado por mí. Mira, todavía tienes el corazón para seguir levantando el teléfono, así que no tenías prisa”. Jiang Ting dijo con frialdad: "¡No soy médico, así que no puedo insertarte un tubo de oxígeno si corro aquí!". "Oh, todavía estoy enojado". El rostro de Yan Xie estaba lleno de compromiso y trató de persuadirlo: “Bueno, es porque el jefe Wei acaba de venir aquí y dijo que hay nuevos avances en la investigación, y estaba muy ansioso por discutirlo con usted, oficial Jiang. No te enfades, flor policía; Sé bueno, ven y come del fruto”. Se levantó y acercó a Jiang Ting al sillón al lado de la cama del hospital y se sentó, luego peló una naranja con sus propias manos y la puso en la mano de Jiang Ting. Una de las ventajas de Jiang Ting era que, debido a que no comía mucho, su presión arterial siempre era baja y la poca comida que tenía en las manos básicamente se comería inconscientemente. Yan Xie lo vio romper un trozo de naranja y meterselo en la boca con tristeza. Sus ojos se quedaron en sus labios durante mucho tiempo antes de mirar hacia otro lado y decir: “El nieto que nos atacó esta vez es probablemente el mismo grupo de personas que Fan Si. " Jiang Ting sostuvo el trozo de naranja: "¿Qué?"   Yan Xie le transmitió la información que el Jefe Wei acababa de darle. No quería mencionar la lucha en la oficina, pero debido a que Jiang Ting había visto a Fang Zhenghong correr hacia el destacamento de investigación criminal para regañarlo, transmitió los posibles cambios de personal de la oficina de la ciudad en pocas palabras. Él dijo: “Si el criminal que estrelló el auto y disparó realmente está en un grupo con Fan Si o es empleado del mismo empleador, entonces es difícil decir si su objetivo era usted, yo o Li Yuxin. Es especialmente peligroso para ti. “ Jiang Ting parecía estar perdido en sus pensamientos y puso la naranja que acababa de comer en la mesita de noche. "No necesariamente", dijo de repente después de un rato. "¿Uh Huh?" “La misma composición de bala solo puede significar que los dos grupos de asesinos comparten el mismo canal de compra o provienen de la misma área, y no es seguro que su objetivo fuera realmente yo. Si alguien realmente quiere matarme, hay muchas oportunidades en Jianning para hacerlo. No fue necesario atraparme cuando estaba sentado en el auto de la policía, lo que provocó demasiado movimiento y fue demasiado difícil de terminar, lo que era contrario a la lógica del comportamiento normal”. —Este punto de vista estaba ciertamente justificado. "¿En realidad?" El rostro de Yan Xie permaneció tranquilo, "¿Entonces crees que lo de la bala es sólo una coincidencia?" Jiang Ting dijo: “Tal vez, tal vez los dos asesinos utilizaron el mismo intermediario clandestino. Esta pista se puede rastrear después de que regreses a Jianning". Yan Xie asintió mientras estaba sentado en el borde de la cama del hospital y se dijo a sí mismo con las manos en las rodillas: "Desafortunadamente, aunque los rehenes fueron rescatados, Li Yuxin fue silenciada y, al final, perdimos el rastro del secuestrador... Sería genial si tuviéramos más pistas”. Jiang Ting no pareció escucharlo en absoluto. Se puso de pie y dijo: “No podemos hacer nada si no hay más pistas. Yo iré primero, cuídate”. "¿Adónde vas?" "Yang Mei encontró a alguien que me recogiera y me llevara de regreso a Jianning". Yan Xie de repente levantó la cabeza pero vio que Jiang Ting ya se había levantado y se dio la vuelta para caminar hacia la puerta de la sala. Jiang Ting pensó en su yo anterior y se rió burlonamente. Read the full article

[elrinconderovica]

28 DE FEBRERO: DÍA DE ANDALUCÍA

Lo que dejamos atrás y lo que tenemos por delante no es nada comparado con lo que llevamos dentro…Me siento orgullosa de ser andaluza. Soy viajera, pero hay cosas que echo de menos cuando estoy fuera y muero por volver con mi gente a mi tierra andaluza y no me importa que me llamen «exagerá», si digo: que su luz brilla en mí.

¡Ea, ya lo he dicho 💃!

Porque cada vez que cruzo Despeñaperros se dibuja en mi cara una sonrisa: “Ya estoy en casa”. Porque, cuando paso tiempo fuera, la ausencia me pesa como una losa que sólo encuentra alivio con el sonido del mar. Porque sí, porque me apetece, porque si volviera a nacer elegiría mismo lugar, mismos amigos, mismos sueños…

Un atardecer en esos veranos infinitos que nunca terminan. Las cañas de los pescadores se mecen con esas mareas diminutas, que en el Mediterráneo son apenas imperceptibles. Cuando voy al Atlántico nunca deja de sorprenderme lo que el agua es capaz de andar y desandar en unas horas, cómo deja varadas las barcas en la arena… La luz azul aquí es más clara, más brillante. El cielo, más nítido, siento es que el sol me deslumbra, me inunda, me empapa de Sur.

Un cuadro anaranjado al amanecer es ese mar de olivos verde que te quiero verde.  Ese oro líquido, dicen que es el elixir de la eterna juventud, aceite de oliva; mi desayuno favorito, esa tostada de pan con tomate impregnada en ese dorado manjar. Fundido en el suave sabor de un salmorejo recién hecho. En la frescura de un gazpacho andaluz en pleno agosto. Sí, es cierto la gastronomía forma parte esencial de comprender una cultura, de mimetizarse con el entorno, y la disfruto muchísimo.

Leones convertidos en piedra por un hechizo. El borboteo de las fuentes del Generalife en esa canción milenaria de agua oculta que llora, entre leyendas de princesas que ya marcharon de La Alhambra para siempre… El bosque mágico de columnas y los arcos pintados en carmín de la mezquita de Córdoba, ¡la más bella del mundo! La silueta de la Giralda que me engaña a lo lejos llamando a la oración su versión más moderna una tarde en Marrakech… Esa arquitectura única fusión de oriente y occidente, el legado andalusí. Si hay algo que me llena de orgullo de ser andaluza es ese pasado multicultural. Al-andalus fue centro del mundo y su capital, la Ciudad Resplandeciente.

El sol se despide en las Marismas…Silencio, paz, aves que remontan el vuelo y surcan un cielo rosa pálido. Al este, montañas de nieve y campos de escarcha. Cañones de agua profunda y valles de niebla. Campiñas y humedales de flamencos, donde el lince ibérico se agazapa y sobrevive en su lucha contra el hombre y la extinción. Parques naturales con fauna y flora endémica. Allí en las cumbres luce sola, la estrella de Sierra Nevada…Sí, tesoros de los que sentirse orgullosos. Joyas que cuidar y proteger.

Mi escudo son esos pueblos blancos de cuestas retorcidas, cuyo trazado vela un castillo medieval. Nada como perderse por los callejones de tinaos con olor a castañas en otoño y a chimenea en invierno. El calor del hogar. Pero en el sur llega pronto la primavera. Se abren las macetas de geranios en un festival de colores. Los gatos atigrados duermen en los tejados al sol. Así florece la alegría de Los Patios en mayo. Para dar paso a los festivales en las noches estivales con sonido de guitarra, olor a jazmín y azahar.

Los danzarines del Amor Brujo de Falla. Las heroínas trágicas de Lorca hoy se quitan el luto y salen a tomar una fresca manzanilla en la feria. Ser andaluz es vivir en la calle. Reír alto, soñar fuerte. Cantar políticamente incorrecto y gritar verdades disfrazadas de carnaval. Lo llaman gracia o salero. Otros simplemente tenemos “malafollá”. Digan lo que digan, aquí las puertas de las casas están abiertas, como los brazos, al mundo entero. A España y la humanidad.

Por el “no ni ná”. Y ese acento que solo nosotros entendemos. Por las...Continua leyendo y mira el video sobre nuestra preciosa e inigualable Andalucía, aquí👉https://www.elrinconderovica.com/orgullosa-de-ser-andaluza/

Publicado por Rovica.

[munozsotocami2012]

Mi querida Cami

Te escribo esta carta para plasmar lo que nadie se atrevió a decirte, lo que te prometieron hacer y decistieron, lo que escuchaste proclamar a tantas mujeres u hombres, menos a ti.

Te amo, eres la niña mas fuerte y especial que he conocido, admiro tu forma de amar, veo cómo has crecido y me siento orgullosa de la mujer en la que te has convertido.

Se que pasas muchas horas distrayendo tu mente para olvidar el daño que te hicieron pero quiero que sepas que ya es tiempo de avanzar.

Se que tienes miedo, se que no ves un futuro y que te cuesta encontrar tu camino pero no temas, recuerda que siempre sale el sol, que aunque el cielo se vea oscuro, hay estrellas que iluminan hasta el mas oscuro firmamento.

Mi Camilita, como muchos te dicen, mas yo te conozco desde que tengo recuerdos, siempre te he visto como una niña silenciosa, con una sonrisa encantadora, unos ojos expresivos, unos deseos de amar y ser aceptada por todo a quien conocías.

Aun puedo verte escondida atras de tus padres o cantando al frente del espejo creyendo que el control remoto de la televisión era tu micrófono, ocupando el maquillaje y la ropa de tu madre.

Lo gracioso? Te quedabas dormida en todos lados, hasta el dia de hoy, sin importar lugar u mal olor, cuando te atacaba el sueño, te derribaba sin contemplación.

¿Nuestro primer recuerdo? el calor de esa habitación, te llevo a esconderte debajo de la cama, aun puedo sentir y ver la mano gigante que te sacaba de ahi de un tirón.

Recuerdas cuando te quedaste dormida en la puerta de la calle o cuando dormias adentro de la casa de tu enorme perrito negro llamado Dumbo.

Tu amor por los animales siempre estuvo en ti, por eso te admiro, pocos son capaces de tomar la decisión de dejar de comerlos. Especialmente, cuando ves a los perritos y te acercas a hacerles cariño, te iluminas y te ves mas hermosa que nunca.

Me encanta verte correr, porque se que eso te hace vivir, te sana el alma y renueva tus fuerzas, lamentablemente lo aprendiste a la mala siguiendo tu instinto, tus brazos son testigo de ello, como tu dices, "son tus cicatrices de guerra".

Mi cami, espero esta carta no sea demasiado tarde, espero que algun dia puedas reconstruirte y lograr todos tus sueños porque te lo mereces y te cuidare hasta que nuestro corazón deje de latir.

. Cami

[elmundodeflor]

levihan - oneshot

De cuando en la Legión decidieron adoptar una mascota…

 .

 .

¡Miau!

Hanji se incorporó sobre el suelo de tierra, intentando descifrar de dónde provenía el sonido.

Estaba en la pequeña huerta del patio trasero del cuartel, recolectando algunas hierbas medicinales que luego llevar a la enfermería. El sol de la tarde todavía brillaba con fuerza, dándole de lleno en la espalda y creando un cálido halo dorado alrededor de la mata de cabello desprolijamente atado en su cabeza.

¡Miau!

El sonido volvía a repetirse. Esta vez, Hanji descifró, salía de debajo de unos cuantos matorrales. Allí, de entre el montón de ramas y hojas, asomaba un cuerpo peludo y esponjoso. Dos ojos felinos y verdosos la observaban algo asustados.

- ¡Con que allí estabas, amiguito! - exclamó, tomando al animal diminuto entre sus brazos. Una sonrisa amplia bailaba en la comisura de sus labios mientras lo contemplaba, alzándolo en el aire. - ¿Así que eras tú la misteriosa plaga que se comía mi planta de jazmines?

El gatito maulló en respuesta. Hanji acarició el pequeño espacio entre sus orejas, juguetona, y lo arropó entre sus manos, ocultándolo bajo la chaqueta de su uniforme.

-Vamos a llevarte con Levi. – repuso, en voz baja. - Sólo prométeme que no huirás cuando te mire como si quisiera matarte, ¿de acuerdo? El capitán parece un amargado apenas lo conoces, pero en el fondo es la persona más buena. ¡Ya verás!

El gatito maulló de nuevo, aún más confundido que antes, y Hanji se echó a andar dando saltitos.

El comedor estaba prácticamente vacío. Unos cuantos soldados discutían animadamente agrupados en una mesa y, en una esquina apartada, Levi se servía el té con cuidado y en silencio. Estaba solo.

Hanji se acercó hasta él con su usual sonrisa radiante. Moría por ver la cara que pondría en cuanto depositara al pobre animal sobre su regazo. Estaba convencida de que, si aquello no ablandaba aunque fuera un poco la seriedad en su expresión, entonces al menos habría servido para molestarlo un rato.

- ¡Leviiiiiii! - lo llamó. Su voz se oía fuerte y clara, retumbando contra las paredes del salón.

Él levantó brevemente la mirada de la bebida humeante en el fondo de su taza, sin mostrar demasiado interés.

- ¿Qué quieres, cuatro ojos? - resopló.

Ella se sentó en el espacio vacío que quedaba en frente suyo y, apoyando uno de los codos sobre la mesa, se inclinó hacia adelante; casi como si quisiera revelarle un secreto.

-Tengo una sorpresa para ti. - susurró. Levi la observaba con el ceño fruncido, sin entender mucho.

-Espero que no tenga que ver con otro de tus estúpidos experimentos. - le advirtió. Hanji echó la cabeza hacia atrás, dejando escapar una carcajada sonora.

- ¿Qué crees? - dijo y, todavía entre risas, extrajo al gatito del oscuro escondite dentro de su chaqueta. Levi enarcó las cejas, un tanto horrorizado. - ¡Sorpresa!

- ¿Qué rayos hace esa bola de pelos aquí? - se alarmó.

Hanji le acercó el gato al rostro, repentinamente y, cuando Levi se alejó por acto reflejo, no pudo evitar reírse de nuevo. Era consciente de que nunca había sido alguien a quien los animales le agradaran mucho precisamente. Sin embargo, había tenido la esperanza de hacerlo cambiar de opinión.

-Acabo de encontrarlo husmeando en la huerta. - explicó. - ¿No es adorable?

-No, apesta. Igual que tú.

Hanji hizo puchero, poniendo su mejor cara de cachorrito abandonado; esa a la que Levi era incapaz de negarse.

- ¡Eres un aguafiestas! - protestó. - Podríamos jugar con él, o enseñarle algunos trucos, ¡como perseguir sombras o que nos de la patita cuando se lo pidamos!

Levi rodó los ojos.

-Es un gato, no un maldito enano de circo. - repuso, sarcástico. El aludido, que ahora caminaba libremente encima de la mesa, estaba intentando meter el hocico dentro de la taza de té a medio llenar. Levi tomó apresuradamente la fina porcelana entre sus manos, quitándosela del alcance justo a tiempo.

-Pues yo opino que deberíamos quedárnoslo. ¿Tú que dices?

Suspiró. Estaba seguro de que una mascota era probablemente lo último que la Legión necesitaba en este momento. Estaba seguro, también, de que no habría manera de hacer ceder a Hanji.

“Tch, esa idiota…”

-Digo que tendrías que consultarlo con Erwin primero. - sopesó por fin, sin intenciones de darle muchas más vueltas al asunto. Si Hanji quería cuidar de un bendito gato, ese no era su problema.

Ella dejó escapar un leve chillido de alegría y se puso en pie a toda velocidad.

- ¡Cierto! Se me había pasado totalmente por alto. – reconoció, despreocupada. Sus pasos comenzaban a alejarse poco a poco en dirección al pasillo. - ¡Vuelvo enseguida!

 .

 .

Convencer a Erwin le había llevado poco más de media hora y sólo un par de argumentos, como que tener un gato podría ayudarlos a deshacerse de las ratas que andaban rondando por el cuartel, por nombrar alguno.

Ahora regresaba al comedor, allí donde había dejado a Levi a cargo del pobre animalito. El aire primaveral era cálido, y Hanji introdujo las manos en los bolsillos de su chaqueta, cruzando los dedos a la expectativa. Tan sólo esperaba que hubiesen aprendido a tolerarse mutuamente, por lo menos. No obstante, ninguno de los dos estaba allí en la mesa que anteriormente habían estado ocupando.

Suspiró y se rascó la cabeza, pensativa. ¿Dónde demonios se habrían metido?

- ¿Has visto a Levi? - preguntó a Sasha, que junto con Jean y Connie masticaba unas cuantas galletas pobremente repartidas entre los tres.

-Creo que ha salido. - habló ella con la boca llena. Jean le dio un codazo, como si la regañara por no haber tragado primero, y Hanji se rió.

- ¡Gracias, chicos! - exclamó, saludándolos con la mano justo antes de precipitarse hacia el patio trasero. Había echado a andar tan apurada que ni siquiera hubo notado que los tres cuchicheaban algo a sus espaldas.

Afuera, el atardecer pintaba el cielo en un precioso degradé que mezclaba el naranja y amarillo en anchas pinceladas. La brisa soplaba tibia contra la piel, y las flores silvestres eran pequeñas motas blancas desparramadas aleatoriamente sobre el pasto humedecido. El sol le daba de lleno en la cara, y Hanji colocó una mano por encima de su frente para protegerse de la intensidad de los rayos. Allí, en una de las viejas ruinas del castillo, a lo lejos, Levi se sentaba de piernas cruzadas con el gatito cómodamente hecho un ovillo en su regazo. Sus dedos largos iban y venían por sobre su lomo peludo, acariciándolo lenta y suavemente. Hanji sonrió para sí misma; un hormigueo extraño le hacía cosquillas en el estómago y en el pecho. La imagen que se desarrollaba delante suyo era tan adorable que se sentía como una intrusa, temerosa de interrumpirla.

-Parece que alguien ha hecho un amigo nuevo…- bromeó en cuanto estuvo a una distancia considerable de los dos. Levi levantó la mirada y la observó un instante, clavando sus ojos en los de ella. La luz dorada del ocaso contrastaba con el gris en sus iris.

-Supongo que no tuve más remedio. - resopló. - Debía compensarlo por haber tenido que soportarte.

Hanji enarcó ambas cejas, incrédula y, de brazos cruzados, balanceó su peso de una pierna a la otra.

- ¿Cómo dices? - lo desafió.

Levi casi deja escapar una carcajada.

-Nadie aguanta tanto tiempo a tu lado, cuatro ojos. – concluyó, centrando su atención nuevamente en el gatito. Sus dedos rascaban en un gesto afectuoso aquel diminuto espacio detrás de su cabeza. – Creo que hasta ya me quiere más a mí que a ti. No es así, ¿Bean?

- ¿Bean? – Hanji no sabía cómo o cuándo la visión se le había puesto borrosa. De pronto, era como si el nudo que repentinamente se había formado en su garganta estuviera a punto de asfixiarla. El dolor y la angustia de haberlos perdido a él y a Sawney todavía estaba demasiado fresco, era casi tangible. Para ella, ambos habían sido mucho más que sólo titanes o sujetos de prueba; simbolizaban un atisbo de esperanza entre tanta incertidumbre, la tranquilidad que sólo puede otorgar el empezar a comprender. Con el correr de los días había intentado tapar la frustración con optimismo y sonrisas amables. Sin embargo, no podía engañarse a sí misma. Tampoco podía engañar a Levi. - Pensé que detestabas ese nombre. - le dijo, tragándose las lágrimas.

Él se encogió de hombros y, con su mano libre, dio unos golpecitos en el espacio vacío a su izquierda, invitándola a sentarse allí.

-Sí, lo detesto. – confesó, sólo para molestarla. Hanji le dio un codazo, entre risas, y entonces Levi se convenció de que todo lo demás no importaba. No mientras ella fuera feliz.

Delante de sus narices el sol finalmente se ocultaba tras el horizonte, regalándoles un espectáculo de colores que se fundían los unos con los otros. Bean ronroneaba, interrumpiendo el silencio tan agradable que se había formado entre sus dos amigos nuevos. Quizás incluso él creyera que, en aquel momento, la paz se reducía a eso; al infinito del firmamento teñido de fluorescente, a las manos de Hanji y Levi encontrando y desencontrándose sobre su lomo.

Quizás, incluso él creyera que, después de todo, en el mundo cruel en el que vivían, todavía había lugar para la ternura. Y para comenzar de cero.

[theglassbeads]

“Amelia:

           Escribir esto creo que ha sido lo más difícil que he hecho en mi vida, porque si estas leyéndolo significa que rompí una de mis promesas hacía ti y te deje sola, y no puedo ni encontrar las palabras para decir cuanto lamento eso. No sé en qué circunstancias paso todo esto, pero solo espero que Cora y los chicos estén bien, que Michael lo este, pero sobre todo espero que tu estés bien.

           Sé que seguramente no pude despedirme antes de que esto pasara, que seguramente tienes muchas preguntas, y sobre todo que nunca podre decirte en persona cuanto lamento haberte dejado, cuando dije que no lo haría, pero quiero que sepas que si lo hice fue porque tenía que luchar por un mundo mejor, para ti, para tus sobrinos, para todos, no podía quedarme de brazos cruzados a pesar de que sabía que esto podía pasar y créeme que dejarte es de las cosas más difíciles que he hecho.

           Seguramente he dejado muchas cosas sin expresarte y no quiero que te quedes sin saberlas a pesar de que ya no estoy contigo en forma física, así que aprovechare estas líneas para poder comunicártelas esperando que no sea demasiado tarde.

           Si bien siempre hemos sido muy distintos, yo nunca he querido que seas más parecida a mí siempre me ha agradado tu espíritu libre, y aunque en un inicio si no me gustaba cuidarte todo el tiempo poco a poco aprendí a hacerlo, e incluso se volvió algo parte de mí, y sé que era mi responsabilidad cuidarte, procurar que siempre estuvieras bien porque después de todo soy tu hermano mayor. No sé si te lo dije alguna vez, pero odiaba que nuestros padres hicieran comparaciones entre nosotros porque somos personas distintas y tu no tenías por qué parecerte a mí, no era tu obligación ni nada parecido, tu eres una persona distinta y eso siempre estuvo bien. Tampoco necesitabas tener excelentes calificaciones o un gran trabajo y eso nunca te ha vuelto un fracaso o algo parecido, por más que nuestros padres lo digan, y aunque muchas veces te lo dicho quiero repetirte que estoy orgulloso de ti, y siempre lo estaré sin importar lo que hagas o decidas hacer.

           También creo que es momento de decirte que admiro tu valentía, como siempre has hecho lo que has querido y que no has tenido miedo de enfrentarte al mundo, y que, si hubo alguien que me inspiro a luchar en esta guerra, a buscar un mundo mejor fuiste tu Amelia, tu y nadie más, y que en ese aspecto siempre fui yo quien quiso parecerse a ti.

           Sé que crees muchas cosas malas sobre ti, pero ninguna es cierta Amelia, en verdad, te conozco muy bien y se que eres una de las mejores personas que pude conocer en el mundo, no solo eras amable, estabas llena de vida, no tenías miedo de luchar, siempre veías el lado bueno de todo y sobre todo, eres noble y solo espero que el hecho de que no este junto a ti físicamente te cambie, porque no podría soportar eso.

           Sé que papá y mamá no están bien contigo y que regresar con ellos no es una opción para ti, pero no quiero que te tengas que preocupar por eso, porque como desde muy pequeños prometí que siempre iba a cuidar de ti, la casa y una buena parte de la herencia quedo a tu nombre, junto al de Cora, y en dado caso de que lamentablemente Cora tampoco haya sobrevivido a lo que sea que haya pasado, todo queda a tu nombre, no podía irme y dejarte desprotegida, eso nunca me lo perdonaría, después de dejarte sola.

           Quiero que recuerdes que te amo mucho hermana y que siempre he estado y estaré orgulloso de ti, y que aunque no esté contigo físicamente, siempre hay una parte de mi contigo y que donde quiera que este ahora sigo contigo, y que quiero verte feliz, y siendo la gran persona que eres.

           Pedirte algo ahora es lo más egoísta del mundo y algo a lo que no tengo derecho, pero solo quiero que te cuides, odiaría tener que reencontrarnos antes de tiempo, y también que cuides y estés cerca de nuestra familia o lo que quede de ella, sé que tu relación con mamá y papá es difícil pero solo haz el intento, y también cuida a Michael Amelie y Susan, y espero en verdad reencontrarnos en muchos años cuando tu tiempo llegue.

Te quiero y te querre siempre y siempre he creído lo mejor de ti

Con todo mi amor

Tu hermano,

Edgar.”

Tras días posponiendo el momento de leer la carta de su hermano, finalmente un día de madrugada decide hacerlo. Abre el sobre con delicadeza, intentando no romper lo único que recibiría de Edgar en lo que le quedaba de vida. Suspira profundamente al leer las primeras líneas, recordando por qué había tardado tanto tiempo en coger aquel sobre. A pesar de haber visto su cuerpo, así como el del resto de su familia, e incluso haber dado la trágica noticia a sus padres, no parecía real. ¿Cómo iba a estar su hermano muerto? No era así como Amelia había planificado todo. ¡Se suponía que ella se iría antes! Alguna tontería realizada por su poco juicio acabaría con ella y luego, después de muchos años, después de una vida feliz, le tocaría a su hermano. Además de ella misma, sabía que muchos lo habían pensado... incluidos sus padres. 

Se seca las lágrimas que recorrían sus mejillas para no manchar la carta, mientras continúa leyendo. Tiene que repetir las líneas varias veces, pues la información es incapaz de entrar en su cabeza. Seguidamente decide hacerlo en voz alta, pero no puede pronunciar dos palabras seguidas sin sollozar, así que se levanta y deja a un lado la carta de nuevo.  

La luz del sol alumbra sus ojos y se incorpora. No sabe cómo pero en algún momento, se quedó dormida. Casi se levanta como si nada, no recordando lo sucedido, hasta que volvió a ver la dichosa carta. Después todo volvió rápido: la imagen del cuerpo de su hermano, de Cora y el de los niños; el recuerdo de cómo todo se nubló a su alrededor y el cansancio al llegar a casa de sus padres corriendo, sin muy bien saber cómo, intentando darles la noticia entre lágrimas. Había sido extraño volver a ver su progenitora después de bastante tiempo en aquellas circunstancias. Suponía que si Edgar podía hacer algo, incluso fallecido, era que Amelia recapacitara. 

Prosigue con la carta, ahora algo más calmada, aunque le seguía pareciendo todo un sueño. Era como si se estuviera viendo a ella misma desde una esquina del salón mientras leía.. o como si su hermano fuera a entrar por la puerta en algún momento para decirla que todo había sido una estúpida broma. Pero no. El mayor de los Bones no era de gastar ese tipo de bromas. Podría haberlo creído de alguien como ella y se empezó a maldecir internamente, hasta que leyó las palabras del joven. Era lo que le decía una y otra vez; y era algo que pocas veces había creído. Sabía que su hermano estaba orgulloso de ella, pero siempre había supuesto que era porque él era así de bueno y generoso. Por eso Edgar agradaba a todo el mundo. Y por ello seguía sin entender por qué le había pasado esto a él y no a ella. 

Les había dejado por defenderlos, por luchar por un mundo mejor. ¿Y qué había hecho Amelia? Absolutamente nada. Había pasado los años desde su graduación fallando repetidas veces, en todo. Le habían echado de varios trabajos y se había dejado de hablar con sus padres. Y encima por las noches se dedicaba a ir de bar en bar con sus amigos, sin ninguna preocupación en la vida... como hizo la noche en la que la casa de su hermano fue destrozada. Hogar que ahora quedaba en su nombre, al igual que todo lo que Edgar había poseído. ¿Qué haría Amelia con ello? No sabía ni por dónde empezar...

Aquella madrugada ni se dignó en aparecer por ahí. Había supuesto que al mayor no le importaría, pues ya la conocía de sobra. Se verían al día siguiente o cuando fuera en búsqueda de los huevos de pascua con sus sobrinos. Amelia sonreiría como si nada y su hermano comentaría todo lo que había pasado mientras ella no estaba. Siempre había sido así. Pero esto no se repetiría nunca más. En parte, gracias a ella. Dio un puñetazo a la mesa. Si hubiera acudido, tal vez, todo esto no habría acabado así. A lo mejor su hermano y su familia seguirían vivos, tal vez podría haber pedido ayuda... O al menos ella no tendría que estar aquí para sufrir. Siempre lo tenía que arruinar todo. Con la mirada al frente y puños cerrados, decide que no volvería a dejar que ocurra nada similar. Había llegado a un límite que ni sabía que existía. Edgar había fallecido por ayudarla y Amelia no pensaba decepcionarlo. “Lo prometo.” 

[senig-fandom]

En un mundo, donde se nace del mar y de la tierra, nacieron 4 hermanos y 1 hermana, nuestro deber es poder fertilizar las tierras, a las cuales nos heredaron nuestros padres…, pero no siempre hemos sido generosos entre nosotros, y aunque como tal no tenemos nombre, hoy en la actualidad, nos conocen como…, Europa, Asia, Oceanía, América y yo África.

Mi hermano mayor Europa, es un maestro para la caza, es fuerte y puede levantar cualquier montaña, es un líder nato, pero su soberbia y sobre protección lo hacen alguien con el que jamás quisieras molestar, su cuerpo arde como el fuego del núcleo o incluso del mismísimo sol, su poder viene de la fuerza, pero tantas batallas cansan incluso a un continente, simplemente, quiso dejar de existir y solo quería ver de nuevo a América… jamás pensé que sus generaciones, le darían ese favor…,   y por eso lo reconocen como Guerra.

Mi hermano menor Asia, es alguien ágil, veloz, como si de una sombra se tratara, que atravesaba cualquier objeto, era una persona que siempre tenía una nueva maravilla, pero…eso fue su destrucción, los materiales que inventaba, eran destruidos por el mismo, jamás se conformaba, porque para él no eran perfectos, y con huracanes y tormentas los destruían con todo el fervor del viento, hasta que no creara algo perfecto, pero sus ideas se volvieron obsoletas, y cada ve estaba más cansado, solo quería que su cerebro dejara de pensar, él quería dormir,… él quería descansar…,jamás olvidaré lo que me dijo antes de desaparecer…, “Cuídate hermano y jamás dejes de ser tú mismo… lo lamento, por ti y por mi hermano que ya no sé dónde está…, lo lamento”, cerró sus ojos y desapareció, como el viento mismo…, por eso sus generaciones lo conocían como el inventor. 

Mi hermana menor Oceanía, era alguien con un temperamento voraz, alguien con quien podías hablar y llenar tu cabeza de nuevas ideas, siempre tenía temas por los que hablar y siempre estaba llena de sabiduría…pero los celos y el miedo la llevaron a desamparo, siempre pensaba en cosas que podrían pasar, y siempre manejaba una nueva estrategia para cuidarse, ya que nuestros hermanos mayores le quitaron muchas cosas, su miedo, la llevó a pensar en cómo manejar cada situación, y solo la alejó más de nosotros…, solo hablaba conmigo y con américa… jamás supe que la hizo desaparecer, y lo lamente mucho…, sus generaciones la conocen como la estratega.

…Mi último hermano menor, es más pequeño de todos, y el que sufrió nuestro odio inútil de hermanos, América, o almenas así lo nombraron los Europeos, talvez así lo quiso llamar mi hermano mayor, el era muy considerado, amable y tonto, siempre se creía todo lo que le decían Europa, Asia y Oceanía, mi hermano tenía la habilidad de crear  minerales, mientras caminaba, todo su cuerpo era resistente, podía caminar por todas las áreas de nuestros continentes en un año, dejando lo esencial para siglos y siglos…pero no eran suficientes para ninguno de mis hermanos, le mentían para que el volviera a sus territorios y llenarlos de minerales, incluso lo obligaban a vivir con ellos o pasar días con ellos, para poder tener todo ese mineral que el mismo tenía…y… eso lo hizo separarse de nosotros,… una discusión llevó a otra y con la tierra moviéndose… lo lastimamos, y desapareció de nuestras vidas… quedando solo su brazo izquierdo con nosotros, que murió al cabio de unos días, ninguno de mis hermanos hablo de esto…, solo sé que cuando la generación de Europa lo encontró…, el ya no estaba… lo lamento hermano…, me hubiera gustado haber hecho más por ti…pero es muy tarde para pedir perdón… su generaciones, no lo conocen, pero otros los hacen llamar el Nuevo mundo… . . . Baje la mano al terminar de escribir, otra historia que se enterrara para las nuevas generaciones,… yo el único continente vivo, que no ha podido dejar este mundo, pero que muere con él, yo soy África el segundo hermano, creo en la naturaleza y el mundo me ha condenado al fracaso, me han hecho polvo y me han usado para fines del mal y de la desgracia, jamás perdonaré a Europa, por mandar los males a mí, por dejarme tirado como si fuera basura y no ayudar a mi gente que muere por su culpa…si pudiera cambiar el tiempo, me hubiera gustado, haber crecido más, poder ser para lo que fui creado, dar fertilidad al mundo…pero el mundo me está matando, muero con el mundo, y si muero…todos lo harán…al menos eso creía…de mi ser y de mi sangre, hice nacer a muchos países, pero uno era especial, la generación que hará del mundo…mi mundo… un lugar mejor…hijo mío, espero que cuando yo muera mires esta carta y sepas que tu lugar es fertilizar de nuevo el mundo…será difícil, pero como yo sé que podrás…Yo soy África, el segundo hermano de los 5 continentes, nací para fertilizar y llenar de frutos la tierra, pero por la soberbia de mis hermanos y su egoísmo deje de hacerlo y nos llevó a una pelea, donde todos perdimos y dejamos ir a dos hermanos, yo aún me encuentro vivo, incluso en la actualidad sigo aquí, ya que mi deber es ver hasta dónde llega el mundo, al que debí cuidar, mis hijos sufrieron por mí, mis nietos, lamentaron por mí, y mis bisnietos me ayudan a mí, y todos me conocen como…el Creador.

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Gracias de nuevo a @remedysix​ por apoyarme a la creación de esta historia,por escribir esta nueva sección y su participación en trabajos futuros.

Continentes pertenece a @remedysix​ sigan Senig063 para saber más de estos 5 continentes, y manténganse atentos para muchas sorpresas.

Eso es todo, espero y les guste X3

[follame-apolo]

En parte soy un alma desnuda, alguien que desea ser libre realmente. Si me llegase a desnudar completamente, sin ropa, sin piel, sin cuerpo. Verías un niño pequeño muy parecido a mi, pero con un aura brillante a su alrededor. Lleva en las manos sujetado su corazón ardiendo, mí corazón.

Es una esencia tan pura, tan frágil. Que no quiero que se rompa nunca. Y la llevo encerrada en mí interior bajo infinitudes de capas y corazas.

Lo llevo tan escondido qué ya ni se puede ver en mis ojos reflejados.

Pero los días que hace sol y el aire es buena compañía, lo dejo salir. Qué disfrute un poco del buen tiempo. Que me hable de las cosas que le gustan. Como el niño que es. Como el niño que soy.

Me gusta su sonrisa, tan sincera y llena de verdad. Y espero que jamás se la apaguen. Lo cuido como un padre no me cuido a mí. Lo mantengo entre mis brazos para que nunca más se sienta solo.

Lo cuidare siempre, porque no se merecía nada de todo lo que pasó. Él tenía que haber crecido de otra manera. Y como no pudo, no volveré a dejar que ese error se vuelva a cometer.

Haré que se sienta feliz, que sea capaz de sentir la misma felicidad afuera que la que siente por dentro. Le daré todo el amor y aceptaré siempre el suyo. Porque nadie nunca quiso cogerselo, y cuando las cosas se quedan adentro, aunque sean buenas, si llenan mucho al recipiente, lo rompen.

Y mí niño no se merece eso. Porque él es demasiado bueno para todo esto. Hasta yo me pregunto como puede tener un interior tan enorme, tan reluciente y puro, y a la misma vez tan oscuro y procrastinada al desastre. Y seguir viviendo cómo sino pasará nada. Como si el suelo nuca estuviera temblando bajo sus pies, esperando para tragárselo entero..

Ojalá algún día tú también puedas conocer a éste niño que yace en mi interior. Porque es lo mejor que tengo y lo más preciado. Y cuando lo conozcás, tú también hubieras querido poder abrazarlo en aquéllos momentos.

[ochoislas]

El tren llegó a la estación de Akame. La explanada estaba anegada con los claroscuros del mediodía. Teníamos hambre, pero el autobús ya estaba esperando. Éramos pocos pasajeros. Una mujer con sombrilla estaba plantada, inmóvil, en un extremo de la explanada. Me volví hacia Aya-chan: miraba fijo hacia delante. Me sobresaltó su mirada; percibía yo algo anormal en ella. La alegría que mostraba antes en el tren había desaparecido por completo. Delante de nosotros no había nadie en la calle; la luz veraniega caía en un calmo trecho de terreno. Aquella actitud de Aya-chan me decía que seguramente estaba mirando a la muerte a los ojos. Otra vez apareció la mujer de la sombrilla y justo entonces el autobús arrancó.

En unos veinte minutos llegamos a una instalación llamada Parador de Akame. Era un lugar de aspecto agobiante en medio de bosques anodinos. Nos bebimos unas botellas de cerveza esperando nuestros tazones de arroz con cerdo frito. Aya-chan ya no reparaba en nada a su alrededor desde que subimos al autobús. Tampoco en mí, sino que miraba siempre al frente, como si avizorara algo más allá. La cerveza parecía no saber a nada. Yo barruntaba que aquélla sería la última vez que probaríamos la comida o la bebida, pero aún así no tenía apetito.

Según mi reloj eran casi las tres de la tarde. Me daba la impresión de que las agujas se habían ralentizado. Yo sentía todo el tiempo la necesidad de decir algo, pero no sabía qué.

Tras apurar la cerveza Aya-chan me dijo en voz baja: «No creo que seas capaz de hacerlo».

La miré sorprendido. Ella eludió mi mirada. Llegó la comida, pero tampoco tenía sabor. Habíamos llegado a Akame errando en el vacío, sin saber cómo. Pero el hecho de haberlo logrado no me causaba ninguna maravilla. Había sido sólo cuestión de azar... o quizá de cualquier otra cuestión que estaba madura. Sin duda yo había acabado allí atrapado en su empuje y llevado en volandas.

Aya-chan comía en silencio su arroz con cerdo. No entendía por qué había dicho que no me creía capaz. ¿Qué le pasaba por la mente? Sentía que mi cabeza se enfriaba otra vez. No me pude comer ni la mitad del plato. Ella alcanzó con sus palillos los encurtidos que me había dejado. Después iríamos a ver las cascadas... ¿y luego qué?

Aya-chan pagó la cuenta del parador. Salvo el desayuno en el restaurante junto a la estación de Tennōji el día anterior, ella lo había pagado todo. Según el mapa turístico de los Cuarenta y Ocho Saltos que nos habían dado en el restaurante, las cascadas  —que en total no eran más que veinte— quedaban por lo visto a una buena distancia montaña arriba.

Subimos bordeando el arroyo. Siempre había a la vista al menos una docena de personas, delante y detrás. Algunos habían llevado a los niños. La sierra estaba vestida de una espesa capa verde de follaje estival, que parecía rizarse con la brisa. El sendero era húmedo y sombrío bajo la arboleda de cedros, hayas, arces, olmos y abetos. Después del calor urbano de Osaka, el aire resultaba refrescante, casi frío. Las cigarras hacían un chirrido metálico.

Al cabo de un rato caminando apareció una pequeña cascada. Se llamaba Salto del Ermitaño. Luego vino el Salto de la Santa Sierpe a la izquierda. Por el nombre supuse que tenía relación con alguna leyenda, quizá la de la Princesa Sierpe Blanca. Al cruzar el puente descubrimos el Salto de Fudō, el guardián de rostro azul de los templos budistas. Aquél era más grande y detrás tenía un tajo de piedra, recto como un enorme biombo.

El arroyo se llamaba Jōroku. Tendría cuatro metros de ancho. Nos unimos a otros que miraban una honda poza y vimos un espeso cardumen de pececillos azules en el agua clara. Se sucedían los rabiones y las rocas curiosas: Cascada de la Doncella, la Laja de Ocho Esteras, el Salto de la Diosa de Mil Brazos. Las cascadas salvaban los desniveles del lecho rocoso en el correntoso cauce del arroyo. El Salto de la Diosa de Mil Brazos era muy bello. Una mariposa negra revoloteaba sobre el agua. Yo quería llegar cuanto antes adonde no hubiera gente. Fuera lo que fuera lo que tenía que pasar, me hacía sentir más tranquilo llegar lo antes posible a un sitio donde estuviéramos solos. Pero era Aya-chan la que se adelantaba a buen paso. Caminaba sin parar, sin decir esta boca es mía. Parece que sabía exactamente dónde quería morir.

Por fin se paró. Metió la mano en el agua, sacó una piedra y la volvió a tirar. Vi el agua ondear sobre las rocas del fondo; los peces desaparecieron.

—¿Es bonito aquí, no te parece?

—Si... —la misma tibieza de mi asentimiento me impacientó.

—Mi hermano iba a venir aquí de excursión cuando estaba en primaria, pero no teníamos dinero, así que mamá fingió estar enferma para que se resignara. Le dijo que le dijera al maestro que no podía ir porque tenía que cuidar de su madre enferma. Pasó todo el día de morros. Mucho después, cuando de verdad estaba mala y se iba a morir, me dijo que era su castigo por no haber sido justa con Jong-nyeong —el estrépito de las cataratas pareció arreciar en mis oídos—. Pero ese mismo día fui yo la que fue de excursión con la escuela. Fuimos al monte Kabuto, cerca de Takarazuka. Y ahora aquí estoy contigo... me acordé de la fallida excursión de mi hermano cuando nos subimos al autobús. ¿Cómo duelen los recuerdos, no? Como si hubiera un gran boquete en algún sitio.

—¿No tienes otro tipo de recuerdos?

—Esto es bonito, pero aunque él estuviera aquí hoy, no sería feliz. No podría serlo a no ser que pudiera volver a estar en quinto grado. ¿Ya no se puede hacer nada, no? Si cogió el dinero era porque quería una vida mejor.

—Si ya, pero...

—Así que aquí estoy, donde mi hermano nunca pudo estar. Pero no pensaba en él cuando vi el cartel en la estación. No me acordaba de nada. Después de todo yo entonces estaba en primero. Pero fue subirme al autobús y me vino de golpe lo que dijo mamá. Me alegro de haber venido aquí contigo hoy.

—No me digas... —pareció que quería decir algo más pero se detuvo. Me pregunté si aquello de «no creo que seas capaz» quería decir que yo la había decepcionado en algo.

Un poco más adelante salimos a una magnífica catarata llamada del Paño Tendido. Y eso parecía: una larga banda de lienzo desenvolviéndose desde lo alto. Caía unos treinta metros y se chapuzaba lisamente en una poza verdiazul. Se encontraba en un umbrío vericueto de la montaña; el arroyo se remansaba allí, arremolinándose, profundo y oscuro, sin que se viera el fondo. Había trechos así de correntosos y hondos en mi pueblo. Mi abuela decía que debajo del agua había una gruta donde vivía una princesa tejiendo en su telar.

Inmediatamente después había un hondo restaño llamado la Balsa del Dragón. El agua se precipitaba de allí directo al Salto del Paño Tendido. Me pareció el sitio perfecto para quien tiene pensado suicidarse. El agua corría como un raudal entre las peñas. Si resbalabas allí hasta la poza al pie del salto tenías que partirte por fuerza la cabeza contra las rocas.

Puede que Aya-chan me leyera el pensamiento; ella también miraba embebida el profundo pozo. Pero claro, no era el momento. Venía gente bajando de la montaña. Llevábamos ya caminando casi una hora.

Seguí adelante, sin vacilar. Ella podría haber perdido su confianza en mí, pero que me aspen si pensaba yo dejarla morir sola. Estaba resuelto a morir. La sangre de mis venas era gélida, y aún parecía a punto de romper a hervir.

Pero por otra parte si ella ya no confiaba en mí, morir a su lado ya no tenía sentido. De hecho, da igual cómo lo hagas: morir no tiene mayor objeto que vivir; al fin y al cabo la vida no es más que un guiño de luz en la tiniebla. Las cascadas se sucedían, cada cual más pasmosamente bella, con nombres pintorescos, románticos y dramáticos. Un hombre desnudo se bañaba en el roción de una de ellas. Las sombras de la avanzada tarde reptaban ya por los vericuetos de la montaña.

Llegamos a un paraje llamado Cancho de las Cien Esteras. Encima de la enorme laja había una casa de té. Una colorida banderola anunciaba granizadas de sabores. Había tres mujeres bebiendo refrescos. El piso de roca formaba un saledizo hasta la orilla del arroyo. Me volví a Aya-chan con idea de preguntarle si quería descansar un rato, pero enseguida me contuve. Ella no se paró y yo la seguí sin decir nada. Junto al camino había unas florecillas moradas.

Otras seis cascadas fueron apareciendo una tras otra hasta que alcanzamos la llamada Salto de la Yugueta, que era de extraordinaria belleza. Como decía su nombre, estaba partido en dos por un gran cancho plantado en medio del curso. Aya-chan se quedó allí contemplándolo en silencio.

Un poco más allá había un salto menor, escalonado como una tarima para colocar las muñecas del Día de las Muchachas. Ya no teníamos nada que decir. Cuando el sol empezó a hundirse tras la montaña la gente que bajaba por el camino fue menguando. El tiempo parecía acuciarnos.

Serían ya más de las cinco cuando llegamos al Salto del Laúd. No se veía a nadie. Aya-chan que iba delante, se paró de repente y volviéndose me miró: —Mira. Yo ya me harté.

—¿Qué? —La miré a los ojos. Con la fresca del atardecer en la sierra el blanco de sus ojos lucía casi azulado.

—No te puedo matar —me quedé sin habla. Ella se mordió el labio— Había pensado que me gustaría morir contigo. De verdad que sí. Me puse tan contenta cuando te vi esperándome en la estación... —el estruendo de la catarata me tapaba los oídos— pero ahora que he llegado hasta aquí contigo, me doy por satisfecha. No te puedo matar. Arrastrarte conmigo. Lo pensé cuando te vi esperándome en la estación. En ese momento me quité un peso de encima. No quiero ser la carta que saques para ir a la quiebra. Quiero que ganes. Verte ganar con la mejor mano que lleves. Hoy es veinte de agosto. Hoy cumple el plazo. Para salvar la vida a mi hermano tendría que estar ahora mismo en Hakata entregándome, pero no importa. Lo van a matar igual.

Se me hizo un nudo en la garganta. Aya-chan y yo habíamos ido allí aquel día y por tal motivo Sanada iba a morir. No, probablemente Aya-chan sólo había ido porque me encontró esperando en la estación de Tennōji. Por lo que decía, de no ser así no habría ido sola.

—Ahora tengo que volver a Osaka —yo acezaba—. Me sabe mal, lo siento. Pero también estoy feliz, la verdad. Tengo que volver. ¿Viste que te tuve esperando esta mañana? Era porque no lo tenía todo arreglado. Les dije que tú me estabas esperando y que luego volvería.

—Entiendo... —el rugido de la catarata me ensordecía. Caía en una especie de piscina rocosa al aire libre, cercada por cantiles. Debió de ir a la oficina que frecuentaban Teramori y sus compinches. [...]

Todavía era verano, pero finales de agosto, y al ocultarse el sol las sombras de la noche cerraron aprisa. Me arrimé más a Aya-chan. Quise abrazarla, pero ella soltó una risita, esquivándome, y siguió caminado montaña abajo mientras yo no le quitaba los ojos desde atrás.

Para cuando llegamos de nuevo a la Balsa del Dragón casi era noche cerrada. Aya-chan se detuvo. Escrutó la hondura del torrente. Las aguas eran correntosas y negras. Ya no había un alma allí. Me miró.

—Abrázame otra vez.

No supe qué responder. Mientras se acercaba yo temí por un instante que pudiera lanzarse al agua abrazada a mí. Me estrechó fuertemente entre sus brazos. Así bajamos trastabillando por el sendero; perdí uno de mis zuecos. La catarata rebramaba en mi cabeza.

Kurumatani Chōkitsu

[myhelaxavier]

Un poco Desvergonzado

10/22

Armie envolvió su mano alrededor de la erección de Timmy, esta tan caliente palpitando levemente en su mano, escucho al niño suspirar mientras busca oculta su rostro contra en la curva de su hombro.

-Nunca me he sentido tan humillado en mi vida - A pesar de sus palabras, la humillación no parece estar bajando la erección del niño, muy dura encerrada en su puño, comenzó a acariciarla lentamente, Timmy gemía en voz baja; no es la primera vez que tiene una mano en la polla de otro hombre, ya había cumplido dos misiones que implicaron follar para obtener información de un objetivo masculino; en ambas ocasiones le costó un gran esfuerzo no mostrarse aburrido y distante de toda la desagradable experiencia que tuvo que sufrir, pero con Timmy, no se siente aburrido ni distante, tal vez la diferencia es que se ha encariñado ridículamente con el niño en las pocas semanas que lo conoce.

-Vamos Bambi… - Incitó con su mano el miembro del niño, acelerando el ritmo de su movimiento sintiéndolo soportarcer aún más, paso el pulgar por la punta del miembro recogiendo las gotas de precum que comenzó escapar de la endura, utilizándolo como lubricante para continuar con los duros bombeos; cuando lo siento contraerse, su brazo apretó con mayor fuerza la pequeña cadera atrayéndolo así mismo, Timmy gimió hundiendo los dientes en su cuello, probablemente le dejaría un enorme chupetón, otra vez.

- Armie… - Jadeó, retorciéndose en su regazo -… Armie, te necesito ...

- ¿Qué necesitas, bebé? - Inquirió inclinándose para acariciar la sonrojada mejilla de Timmy, mientras que con su otra mano continuaba masajeando de la erección, bombeándolo tan duro como el espacio entre sus cuerpos se lo permite, joder, todo esto le gusta más de lo que debería, le gusta cuidar de su niño; respiro con fuerza, cuando Timmy llevó su boca a su oído.

- Toca mi entrada por favor… Me gusta cuando los hombres juegan con ella - su voz es tan aterciopelada, que incluso la sensación acariciar algo muy profundo dentro suyo; respondió con un ruido estrangulado, hay momentos que le es difícil creer lo absolutamente desvergonzado que Timmy puede ser, pero si el niño realmente quiere que lo toque de esa manera ...

Llevó dos dedos de su mano hacía la boca del niño, acaricio los suaves y esponjosos labios entreabiertos antes de empujarlos dentro de su boca, la aterciopelada lengua del niño no tardo en comenzar a chupar sus dedos, puede ver como los brillantes ojos verdes ahora se encuentran completamente dilatados y oscurecidos; cuando están lo suficientemente húmedos los saco de la boca con un pop suave , los deslizo bajo la cinturilla de los pantalones del niño.

Se detuvo un momento, acariciando el suave trasero de Timmy, aún no termina de entender cómo es que su piel puede ser tan tersa y suave, en el momento en que sus dedos su entrada, comenzó a acariciarla lentamente, el niño gimió, estremeciéndose contra su cuerpo.

- Oh Dios, Armie - Su nombre fue un jadeo, mientras empujaba las caderas contra su puño -… Oh Joder…

- Bien echo bebé, estas casi allí - Declaró mientras su mano se cierra con mayor fuerza alrededor del miembro, puede sentir los inicios de los espasmos - Has sido muy bueno, un muy buen chico –suavemente introdujo la punta de su dedo, forzando la pequeña entrada; en respuesta Timmy se puso rígido antes de soltar un fuerte gemido, viniendo enseguida con fuertes sacudidas, su agujero se contrajo apretando su dedo en el interior del niño.

- Lo siento - Murmuró Timmy sin aliento, él respondió colocando un beso en la frente.

- ¿Por qué lo sientes ricitos?

- Por hacer que tu abdomen sea todo un lío, seguramente estás asqueado - para su sorpresa realmente no lo está, su abdomen cubierto de la venida del niño, su dedo todavía está en el interior de su cuerpo, pero no se siente asqueado en lo más mínimo. Sintiendo cierta perplejidad, sacó su dedo lentamente del interior del niño mientras su brazo se envuelve alrededor de Timmy, atrayéndolo a su pecho para que pudiera descansar mientras se recupera del orgasmo.

De pronto todas las luces se encendieron, le llevó un par de segundos a sus ojos ajustarse al brillo repentino de la sala; cuando pudo enfocar su mirada, finalmente se encontró observando una habitación llena de personas desaliñadas y medio vestidas, incluso una pareja en la esquina todavía continúa follando, sin preocuparse por sus espectadores, incluso parecían disfrutarlo.

Al lado contrarío de la habitación se encuentra Cavil examinando cada parte de la habitación con los ojos entornados, con la pequeña memoria apretada en su mano, comprobando, rápidamente cambió su mirada hacia el niño recostado en su regazo; Timmy le sonrió aturdido, luciendo enrojecido y desgastado, con el flácido miembro aún en su mano.

Seguramente perfecto casi obsceno, con la camisa medio abierta, el semen secándose sobre su estómago y la cremallera de sus pantalones abierta, es, nadie con sentido común sospecharía que el niño jodido en su regazo tendría algo que ver con la memoria de Cavil al otro extremo de la habitación.

Cuando observo de nueva cuenta a Henry, estaba saliendo de la habitación al lado de su sumisa, parecía menos tenso de lo que había estado hace un par de minutos; probablemente había llegado a la conclusión de que la cadena acababa de romperse y nadie tenía la culpa por ello.

Exhaló sintiendo como la tensión abandona su cuerpo - Buen trabajo ricitos - Dijo, rozando sus nudillos contra la mejilla sonrojada de Timmy, quien le sonrió de manera perezosa.

Cuando las luces volvieron a apagarse para la demostración de juguetes sexuales, él niño buscó el ultrabook en las mesas vacías; él lo escondió en el interior de su chaqueta; salieron de la sala de la mano, siendo una pareja normal que regresa a su camarote después de una noche de aventuras.

________________________

Los últimos días en el crucero fueron sorprendentemente normales, Henry no parecía estar preocupado ni tener alguna sospecha de ellos, el ultrabook con los datos robados se encuentra guardado de forma segura en el compartimento secreto de su maleta; Prácticamente la misión se había terminado y como no tenían nada más que hacer que mantener dentro de sus cubiertas, Tim decidió divertirse mientras pueda, después de todo, no siempre se tiene la oportunidad de estar a bordo de un crucero exclusivo de lujo.

Envidioso de la piel bronceada de Armie, está decidido a hacer algo con su tez blanca fantasmal, pasando los últimos días holgazaneando junto a la piscina, bebiendo uno que otro cóctel sofisticado y trabajando en su bronceado, su piel odia al sol, pero con suerte hay veces que consigue broncearse en lugar de quemarse, así que aún mantiene la esperanza, aunque para ser honesto, comienza a arrepentirse de ese plan, 011 insiste en untarlo cada dos horas con protector solar de pies a cabeza, solo Dios sabe la tortura que sufre cada vez que lo hace, nunca se había sentido tan cachondo y al mismo tiempo sexualmente frustrado en su vida.

- Deja de lloriquear - Le dijo el Agente severamente cuando se quejó de que lo había despertado de su siesta - Eres un pequeño niño con la piel muy pálida ¿Has escuchado hablar alguna vez del cáncer de piel ricitos?

Se ablandó un poco, pues Armie tiene razón, no tiene nada que ver con el hecho de que la atención y la protección del hombre le hace sentir vertiginoso y cálido por dentro, Dios, ¿A quién intenta engañar ?, su amorío por 011 comienza a preocuparle seriamente; todo es culpa del Agente por tener aquel aspecto tan atractivo y ser amable, atento y protector con él.

A veces, casi odia al hombre por ser tan buen actor, sin mencionar que no es exactamente fácil superar su atracción cuando tenía que chupar el pene de Armie todas las noches para mantener sus cubiertas.

Pronto todo terminará , pensó mientras yacía despierto en brazos de Armie, al día siguiente llegarían a Londres y luego volarían de vuelta a Estado Unidos, y entonces todo terminaría, 011 dejaría de fingir cariño por él, dejaría de tocarlo, dejaría de llamarlo bebé, Bambi y ricitos, esos jodidos apodos ridículamente afectuosos.

Al día siguiente Armie dejar de ser Armie, y volvería a ser el agente 011, un agente especial distante y demasiado bueno como para tener algo en común con un novato como él, es muy poco probable que compartieran una misión otra vez, y ¿qué otra razón tendría 011 para pasar el rato con un niño como él?

Trató de decirse a sí mismo que la sensación hueca de pérdida que le retuerce el estómago es normal, es normal estar un poco molesto, pero pasaría, es solo un estúpido amorío, pasaría, tiene que hacerlo; por favor que pase , pensó desesperadamente, presionando su mejilla contra el hombro desnudo del hombre mientras apretaba fuertemente sus párpados. Por favor .

___________________

Cuando llegaron a Londres todavía no se siente preparado, todo le parece tan ... anti climático: había esperado alguna confrontación directa con Henry, para que sus cubiertas fuesen descubiertas y pasara algo de violencia que demostrara que Cavil es más que un hombre de negocios hedonista de mediana edad, pero no hubo nada, nadie los detuvo cuando salieron del barco y subieron a un taxi.

-Esto fue un poco anticlimático -murmuró Timmy, observando por la ventanilla del automóvil.

-El anti climax es bueno, créeme, significa que fue un trabajo bien hecho - Sin embargo, 011 parece un poco tenso, no es muy obvio, pero después de tener una estrecha colaboración con él Agente, él aprendió la diferencia entre un agente del IC completamente relajado y un agente del IC que en realidad está tenso mientras finge estar relajado, él se animó.

- ¿Estamos en peligro? - Susurró observando a su alrededor con los ojos muy abiertos, quizás el conductor es uno de los hombres de Henry El agente 011 comenzó a reír.

- No, lamento decepcionarte - Él se desinfló frunciendo sus labios - No es mi culpa que la misión fuera aburrida, ser un agente secreto no es lo que se ve en las películas - El agente 011 sonrió, sus blancos dientes brillan contra su piel bronceada , perfectamente afeitada, pero injustamente apuesto, Dios, desea tanto poder besarlo.

Tragando la saliva que había retenido, desvió su mirada, luego guardó silencio, comenzó mover su pierna ansiosamente mientras espera a que lleguen al aeropuerto, vio al Agente mirándolo unas cuantas veces, pero también se tranquilizó.

Solo cuando su avión despegó, y sin mirar a su compañero pudo hablar -Entonces, ¿tienes otra misión asignada después de esta?

- Sí Timmy - Él jugo con sus manos, observándolas, se recordó a sí mismo que no es un tema de su incumbencia, no tiene derecho a preguntar, pero para su sorpresa, el 011 continuo voluntariamente -Voy a estar trabajando en mi misión a largo plazo - Volteó rápidamente su cabeza hacia él.

- ¿La de “Armand Hammer”? - El hombre asintió, él humedeció sus labios, pasando su lengua sobre ellos - ¿En la que se supone que debes seducir al hijo de un pez gordo ? -con una expresión inescrutable, el Agente asintió de nuevo - Oh - Suspiró y miró hacia otro lado, tratando de ignorar el nudo apretado en su estómago.

No son celos, no tiene derecho a estar celoso, aquel es el trabajo de Armie, él también había sido el trabajo del Agente, no significa nada para él, para 011… Es bueno que se lo recordase más a menudo.

El Agente suspiró - Tim - Él sacó el celular, que le entregado el IC, activo los auriculares - Timmy ... - los coloco sobre su cabeza, ajustándolos en sus oídos listo para empezar a reproducir cualquier canción disponible - Bambi - insistió el Agente.

- ¿What? - Inquirió con firmeza, mientras su pulgar se desliza por la pantalla del teléfono.

- ¿Estás molesto conmigo?

-No - Respondió esta vez con rudeza - ¿Por qué se supone que debería estar enfadado contigo?

- No hagas eso - Replicó el Agente.

- ¿Hacer qué?

- No mientas - Aclaró 011 en voz baja - No eres tú, tú dices lo que piensas; es raro, no dejes que cambie - Él se burló con una ricita.

- ¿No se supone que mentir es nuestro trabajo? - El hombre soltó una carcajada - No permitas que el trabajo te cambie, no debes permitir que tus misiones te afecten fuera de ellas; si lo haces, no durarás mucho con IC.

Levantó su mirada hacia el Agente - ¿Ah sí? ¿Es tan fácil para ti mantener tu trabajo separado de tu vida?

- Por supuesto que no lo es - Contestó 011 con expresión sombría- Pero debes aprender a separar; piensa en ti mismo como un actor que se quita el maquillaje del escenario después de una actuación; del mismo modo, todo lo que sucede durante una misión no es real, es una actuación.

Adorable - él comenzó a reírse -No tienes que decirme esto, ¿sabes? lo entiendo, debo superar mi tonto enamoramiento y dejar de ser estúpido, lo entiendo ¿De acuerdo? - Se obligó a mirar al hombre a los ojos sin pestañear; Armie quiere honestidad, ¿no es así ?, él puede ser brutalmente honesto - Sé que realmente no te importo, nunca lo hice, simplemente soy el aprendiz que le robo algo a un hombre importante, porque arruinaste la primera misión, no soy realmente un idiota ¿sabes? - 011 apretó los labios y una expresión cansada apareció en su rostro; con la mandíbula apretada, miró hacia otro lado antes de decir con rigidez.

- Eso no fue lo que quise decir, tampoco soy un jodido robot, ¿sabes? me preocupo por ti, ya te lo dije, tu pequeño enamoramiento no me molesta, en absoluto, ni siquiera estaba pensando en ello cuando lo dije, solo quería que fueras honesto conmigo; si estás enfadado, háblame, no me gusta que me mientas - El nudo apretado en su estómago se aflojó un poco.

- ¿Vas a ser honesto a cambio? - El Agente se rió con naturalidad, como si hubiera dicho algo gracioso.

- Ya lo soy ricitos ¿A caso crees que soy así tan sincero con todos? - Frunció el ceño; pensándolo bien, recuerda que la gente Vikander había estado chismorreando en el IC, acerca de cuán distante y cerrado es 011; a pesar de trabajar para el IC durante más de una década, él sigue siendo un misterio para la mayoría de sus compañeros de trabajo.

- ¿No lo eres? - Preguntó en voz baja, el Agente movió la cabeza negativamente mientras esboza una sonrisa irónica.

-Ahora, dime qué te ha molestado, no soy adivino y tampoco leo mentes, ricitos.

- Ummm - Estudió sus uñas con más interés del que se justifica - Creo que me siento desechado, sustituido por otra persona - Puede sentir la mirada de Armie sobre él.

- ¿Estás celoso? -Sintió sus mejillas sonrojarse, hizo una mueca en respuesta.

- No - Se quejó con poco convencimiento, mierda, aquello es mortificante.

- Timmy - Dijo el Agente con un suspiro - Mi próxima misión será completamente diferente a esta -hubo algo en el tono del hombre que hizo que volteara a mirarlo; Armie se pellizcó el puente de la nariz - No estoy esperando ansiosamente mi próxima misión tampoco, ya sabes; sea ​​el heredero de un imperio criminal o no, el chico que se supone que debo usar es una persona también; es posible que él ni siquiera esté al tanto de las actividades criminales de su padre.

- Entonces ¿Por qué seducirlo? - 011 hizo una mueca.

- Porque su padre es un hijo de puta paranoico, hace que Henry parezca ingenuo y confiado, resulta imposible acercarse a él, porque literalmente no confía en nadie, su hijo es el único punto débil que tiene, parece que no le tiene mucho cariño a su hijo, pero también parece que quiere dejar todo en manos de su propia carne y sangre, por lo que debe comenzar a confiar en su hijo en algún momento cercano, y tengo que convertirme en la persona en la que confía el niño, es la única manera en que podemos adentrarnos al imperio - él frunció el ceño de nuevo.

- ¿Por qué está involucrado el IC? La inteligencia interna es el trabajo del FBI - El Agente se encogió un poco de hombros.

- Es una operación conjunta con el FBI, el objetivo tiene conexiones en diferentes partes del país -Observo las nubes fuera de la ventana, aunque racionalmente entiende que la misión de Armie es importante, pero se siente enfermo al pensar que 011 tiene que coquetear y seducir a otra persona, sonreírle, besarla, tocarla, tener relaciones sexuales con él, pero no es como si su opinión importase, él es solo un chico gay con una atracción tonta por un hombre heterosexual

-Está bien - Dijo sin entusiasmo; encendió la música y cerró los ojos.

No sigue quedando dormido, pero debió hacerlo, porque lo siguiente sabe que es que están aterrizando, parpadeó débilmente mientras Armie le desabrocha fuerte el cinturón de seguridad, se siente desorientado.

- Vamos Bambi - Incitó el hombre, mientras salían del avión, 011 mantuvo una mano sobre su espalda; él se apoyó en el tacto antes de alejarse bruscamente, como una muñeca de trapo tirada en dos direcciones diferentes - ¿Timmy? - Cuestionó el Agente.

Deja de llamarme Timmy , Casi carraspea, pero logro retenerlo, después de todo, no tiene espacio para hablar; le cuesta pensar en Armie como el Agente 011 también - Recojamos nuestro equipaje y busquemos un taxi - Dijo a cambio, mirando siempre al frente.

El viaje en taxi a la sede fue en silencio, y no fue un silencio amistoso; cerró los ojos y fingió dormir, dolorosamente consciente del hombre que está a su lado; pensó que puede sentir la mirada de Armie sobre él, pero por lo que sabe, puede ser solo su imaginación.

Fue un alivio cuando el taxi finalmente los dejó en la sede - ¿En serio tenemos que presentarnos inmediatamente? - Preguntó, sin mirar al hombre.

-Sí - Respondió 011, caminando hacia el escáner de iris, el cual sonó y brilló en verde.

Él lo siguió al interior del edificio, tratando de no parecer que está arrastrando los pies; debería de estar emocionado, había logrado completar con éxito su primera misión de campo, sería el objeto de envidia en el centro de entrenamiento… El centro de entrenamiento ... Siente como si hubieran pasado meses desde que estuvo allí por última vez; parecía que pasado meses desde que Armie ... Armie no existe ; se recordó con indignación, ahora sólo está el Agente 011, que pronto partiría para seducir a otro tipo.

- Bienvenido, A11 - Saludó Eliza, mostrando una sonrisa al hombre - ¿Cómo estuvo el vuelo?

-Bien - Respondió 011 lacónicamente - ¿G está en su oficina?

- Sí, pero ella quiere que presente el informe de su misión y entregue los datos recuperados al departamento de Inteligencia - Eliza lo miro por primera vez- En cambio el agente Chalamet debe presentarse en persona; ella lo está esperando - No pudo ver la cara de Armie , pero puede ver que sus hombros se tensaron ligeramente.

- ¿Por qué el niño? - Eliza se encogió de hombros - G no da explicaciones, ni siquiera a mí.

El Agente asintió con la cabeza y le dedico una mirada, con algo destellando en sus ojos cuando sus miradas se encontraron; para después darse media vuelta y alejarse.

Lo observo mientras se marchaba, con su estomagó echo un nudo y su corazón estrujándose; cuando las puertas del ascensor se cerraron después de que Armie entrará, se encontró mirando estúpidamente las puertas de acero cerradas, sintiéndose perdido y solo… Había olvidado cómo se sintió estar aislado, en verdad lo había olvidado al estar en compañía de 011.

- ¿Tim? ¿Estás bien?

- Sí - Sonriendo débilmente a Eliza, tocó la puerta y entró en la oficina de Greta.

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[ESP] Mr. Love Queen’s Choice — Candy Party (Kiro) —

[ 1 ]

Asignación de Primavera

“La asignación para este descanso de primavera es hacer una pintura titulada ‘Mi Hogar’. ¿Bien?”

“¡Bien!”

En la clase, las voces de los niños resonaron al unísono. La maestra asintió y dirigió su mirada al chico rubio en la primera fila.

“Kiro, siéntete libre de hacerle a los maestros y a tus compañeros de clase cualquier pregunta si no entiendes.”

“¡Bien!” Kiro levantó su pequeña cabeza y asintió firmemente.

Ante la recomendación de Madam Seidel, Kiro ha estado yendo a esta escuela primaria por un mes desde la mitad del semestre.

La escuela no era para nada como el orfanato. La única similitud era que el lugar estaba lleno de niños, pero todos eran felices y sus bolsillos eran a menudo llenados con dulces. Ellos no serían castigados por hablar alto...

Esas eran cosas que no hubieran cruzado por su mente un año atrás.

Muchos niños se reunieron alrededor de Kiro charlando.

“¡Kiro!” Te vi en la TV ayer, ¡Tienes una linda voz!”

“Kiro, ¿Te gustan las muñecas? Tengo algunas en casa, ¿Quieres venir a mi casa durante las vacaciones de primavera?”

“¡A Kiro no le gustan las muñecas! ¡Ven a mi casa a jugar con trenes de jueguete!”

“¡No! ¡Kiro debería venir a mi casa a jugar videojuegos!”

...

En medio de las disputas, Kiro parpadeó y dijo con tranquilidad, “Quiero terminar la asignación primero antes de jugar con ustedes.”

Los niños se miraron los unos a los otros por un momento antes de poner mala cara y asentir, “Entonces... Kiro, ¿Puedes hacernos saber si necesitas plumas y papel de dibujo?”

“¡Seguro, gracias!” Una deslumbrante sonrisa se extendió en el rostro de Kiro.

Solo después de que todos los niños dejaran el salón de clases hizo que Kiro dejara salir suavemente un suspiro de alivio. Él lentamente levantó sus manos escondidas debajo de la mesa. En su pequeña mano cubierta de sudor, había cuatro marcas de uñas.

Su mentor dijo que se había recuperado por completo, pero aún no podía evitar sentirse nervioso.

[2]

Definición de Hogar

La asignación era hacer una pintura de “Mi Hogar”.

¿Pero qué es un ‘hogar’? Kiro estaba reflexionando sobre esta pregunta en el bus escolar de camino a casa.

Si el hogar es donde vives, entonces el orfanato fue su primer hogar y, el departamento donde vive con su mentor ahora es el segundo... ¿Así que él tiene que dibujar el orfanato y luego el departamento?

A través de la ventana del bus, miró a sus compañeros corriendo hacia sus padres con emoción. Una madre limpió las manchas de la cara de su hijo mientras le decía que la cena era su estofado de carne favorito; un padre le dio a su hijo un gran abrazo y habló sobre el parque de diversiones más cercano al que planearon ir mañana.

Kiro gentilmente inclinó su cabeza mientras miraba.

Él no lo entendía bien, pero sentía que el hogar debería tener un significado más profundo.

Kiro regresó al lugar donde él y Key vivían con esta pregunta en la mente. Como era de esperar, su mentor no estaba en casa. Key siempre estaba ocupado. Kiro una vez le preguntó con qué estaba ocupado y el hombre de pelo plateado hizo un gesto genial y dijo, 

“¡Los superhéroes están ocupados salvando el mundo! Antes de que te vuelvas un superhéroe, tienes que ser mi pequeño compañero por ahora.”

—Y las tareas diarias del pequeño compañero son comer bien, asistir a clases, practicar lo que Key le enseñó... y hacer las tareas de la casa.

Kiro dejó su mochila escolar y comenzó a poner la ropa sucia dentro de la lavadora. La lavandería de hoy eran chaquetas, pantalones cortos y... ¿Cómo es que falta un calcetín?

Buscó alrededor de la canasta de la ropa y no lo encontró, así que decidió buscarlo en su habitación. Tan pronto como la puerta se abrió, un rayo de luz de la pantalla de la computadora apareció.

¿Su mentor se olvidó de apagar la computadora antes de irse? Kiro caminó dentro de la habitación con confusión, entonces encontró una línea de código parpadeando en la pantalla. Él convirtió el código en palabras en su cabeza y lo leyó, “Kiro... esta es... mi asignación de vacaciones de primavera... para ti.”

Los ojos de Kiro se expandieron con sorpresa—¡Este era un acertijo asignado por su mentor!

[ 3 ]

Acertijos del Mentor

Dentro de la habitación vacía, solo el sonido de las teclas siendo golpeadas podían ser escuchadas. El mentor de Kiro trajo un pequeño teclado especialmente hecho para las pequeñas manos de Kiro. Kiro frunció sus labios, sus ojos fijos en las líneas de código en la pantalla.

Desde que comenzó a aprender cómo hackear, su mentor a menudo le asignaba acertijos. Si podía resolverlos, podía tener un premio. Aunque le gustaban los bocadillos dulces como premio, disfrutaba el proceso de resolver acertijos incluso más.

Pero el acertijo de esta vez... parecía mucho más difícil de lo usual.

Le tomó un día completo descifrar los códigos que indicaba el mapa digital, pero aún no podía decodificar las coordenadas finales en el mapa después de varios intentos.

Él descansó su mentón en sus manos, mirando las complicadas letras en la pantalla. El teléfono sonó en este momento, era Madam Seidel—la elegante señorita no solo llevaba a Kiro a su hermosa mansión para las lecciones de chelo, sino que ella también llama para cuidar de él. 

Con una voz gentil, Madam Seidel preguntó primero sobre la vida de Kiro, entonces de repente, cambió el tema, “¿Alguien te acosó hoy?”

“¡No, la escuela fue genial!” Kiro negó con su cabeza en este lado del teléfono, “Es solo que hoy... Yo estaba...”

El Kiro de seis años no conocía el vocabulario suficiente para expresarse, así que diría que estaba, “...un poco triste”

“Si estás triste, ¿Por qué no tocas el piano para animarte?” Sugirió Madame Seidel, “¿Qué tal si tocas Moonlight Sonata que has estado practicando mucho recientemente?”

“Bien.” Kiro aceptó.

El consejo de Madame Seidel fue útil. La expresión de Kiro se relajó gradualmente mientras la melodía fluía desde el piano. La escuela y los escenarios llenos de cámaras eran buenos, pero el mejor lugar siempre sería estar en su pequeño propio mundo. Si es música, un código, un mundo hecho de notas o (números) binarios, nunca fallaría en darle una sensación de seguridad...

¿Espera? Blanco y negro... ¿0 y 1?

¡Ruido seco! El acorde perdió el ritmo y se volvió un coda cómico, pero Kiro gritó con alegría a pesar de su imperfecta nota final.

¡Había encontrado la pista!

[ 4 ]

Parque de Diversiones

¡El camino para resolver el acertijo era convertir la cadena de letras en notas, las notas en una partitura y luego tocarlas!

El corazón de Kiro estaba acelerado y sus pupilas azules brillaban. Sus dedos estaban saltando sobre el piano. La pieza final que tocó era familiar pero extraña para él.

—Era la melodía del parque de diversiones que Kiro oía en su camino a casa de la escuela.

Saltó del taburete del piano y corrió hacia la puerta.

Pero cuando llegó al parque de diversiones, su mentor no estaba por ningún lado.

¿Se... había equivocado?

Ya que era fin de semana, el parque de diversiones estaba lleno de familias. Kiro se paró solo en la entrada, pareciendo muy fuera de lugar.

El chico rubio era como una estrella perdida en frente del parque de diversiones, atrayendo la atención de cada transeúnte. La duda en su cara hizo a las personas pensar que se había separado de sus padres.

Varios padres e incluso los guardias de seguridad fueron hacia él, todo tipo de gente se aproximó a él con sonrisas... Kiro comenzó a sentir que le faltaba el aire. Ese terrible poder parecía haberse apoderado de él una vez más, volviéndolo un niño travieso.

Kiro lentamente retrocedió. Este lugar no era para él, debería dirigirse a casa.

En ese momento, algún ruido difuso vino de los altavoces del parque, entonces el tema musical perpetuamente repetido fue reemplazado por otra canción.

“Joyeux anniversaire... Joyeux anniversaire...”

“¿Qué está pasando? ¿Quién se metió con los altavoces?”

“¡Mamá, es una canción de cumpleaños!” Exclamó una pequeña niña, “¿Es el cumpleaños de alguien hoy?”

Los visitantes y el staff miraron con sorpresa mientras los altavoces reproducían la canción de cumpleaños, volviendo al parque de diversiones en una fiesta de cumpleaños.

Kiro quería usar esta oportunidad para escapar, pero mientras se giraba, caminó hacia los brazos de alguien.

“¿Quién...?” Levantó su cabeza en pánico.

La luz del sol detrás de la persona hizo visible la coleta de su cabello plateado y la esquina de su brillante sonrisa. Su voz fue lo suficientemente alta para cubrir la ruidosa música, enviando claramente cada palabra a los oídos de Kiro,

“Felicitaciones por resolver el acertijo, Kiro.”

“¡Mentor...!” Kiro exclamó con sorpresa.

Pero Key hizo un gesto de silencio y tomó su manos, “¡Vamos!”

Entraron en el parque bajo la canción de Feliz Cumpleaños.

[ 5 ]

Feliz Cumpleaños

Aunque había pasado por este lugar muchas veces, esta era la primera vez que Kiro entraba al parque de diversiones.

Junto con la música, el caballo blanco más hermoso en el carrusel en el que se sentó se movía hacia arriba y hacia abajo; la taza de té que giraba rápido hizo a su pequeña cabeza marearse incluso cuando se bajó; para pasar la altura límite del navío pirata, él se puso de puntillas de pie en secreto. La señorita no se lo dijo, pero negó su cabeza con una sonrisa y le tendió una paleta.

El dulce era de sabor fresa. Era tan dulce que incluso cada palabra que dijo se volvió dulce y de alguna manera borrosa, “Ment-urr...”

“¿Huh?” Key también tenía una paleta en su boca. Uno de cabello rubio y el otro de cabello plateado, los dos caminaron por el camino como dos hamsters.

“¿Tú... hiciste eso?”

“Por supuesto. Este parque de diversiones ni siquiera tiene un cortafuegos. No tomó ningún esfuerzo en absoluto cambiar su música.” Key respondió sin vergüenza.

“¿Pero por qué pusiste ‘La Canción de Cumpleaños’?”

“Porque hoy es tu cumpleaños.”

Kiro estaba aturdido y sus ojos se expandieron, “¿Por qué hoy es mi cumpleaños?”

“Hey, ¿Por qué tienes tantas preguntas?” Key elevó sus cejas, “Hoy es un buen día y te estás divirtiendo. ¿Qué hay de malo en hacerlo tu cumpleaños? Está decidido entonces. ¡Tu cumpleaños es el 9 de Abril! ¡Sin objeciones!”

Hizo tal decisión definitiva para detener al chico de hacer más preguntas. Él esperó que su estudiante recordara solo el 9 de Abril como un día lleno de buenos recuerdos y un día de nueva vida—no algún aniversario doloroso.

“Kiro, debes recordar este día,” (Dijo) Key mitad agachado y mirando a sus ojos, “Puedo no ser yo con el pases cada 9 de Abril en el futuro, pero espero que siempre estés en compañía de los que amas.”

“Feliz cumpleaños, Kiro.” Dijo Key suavemente.

“Amados...” Repitió Kiro con confusión, “¿Estarán a mi lado?”

“Por supuesto.” Key asintió, “Porque Kiro es el niño más increíble y lindo en el mundo.”

“¡Sí!” Kiro asintió firmemente. Algo de repente vino a su mente e hizo su sugerencia final en una voz suave, “Mentor, los niños a menudo tienen pastel en sus cumpleaños y pueden pedir un deseo.”

“Tch, en efecto en todo lo que puedes pensar es en comida.” Key rio inevitablemente y extendió su mano hacia él.

Lo siguiente que supo, (es que) Kiro sintió el vacío bajo sus pies. Key lo levantó y lo sentó en sus hombros.

“Vamos y consigamos tu pastel de cumpleaños.”

[ 6 ]

Su Deseo

Kiro sabía cómo terminar su asignación de las vacaciones de primavera ahora.

Se sentó frente a su caballete con sus pequeñas pernas balanceándose gentilmente al son de la canción de niños que estaba tarareando, pintando de colores brillantes al lienzo con el pincel.

Primero, el pintaría un hermoso campo de flores, lleno de girasoles y daisies—eran las flores favoritas de Kiro;

Entonces, pintaría una casa en el campo. No tenía que ser una casa grande o extravagante, pero debe tener todo tipo de instrumentos musicales, una computadora genial, videojuegos divertidos y deliciosos snacks... Este era un castillo de tesoros. Para entrar en su territorio, necesitas decirle “Ábrete sésamo” a la puerta.

Debería haber algunas sillas en el campo de flores para su mentor, Madame Seidel, los maestros, los estudiantes de la escuela, el director que siempre lo elogia durante sus presentaciones... Sus amados estaban reunidos en un círculo con una sonrisa en sus rostros.

La cosa más importante, por supuesto, era incluirse a sí mismo en la pintura. En el campo, Kiro estaba cantando muchas canciones adorables a todos con un micrófono en su mano. Incluso el sol, la luna y las estrellas escuchaban sus canciones y asomaron sus cabezas hacia las nubes...

Kiro dejó de pintar y le dio un buen vistazo a su “hogar”. Algo parecía faltar... Él pensó sobre ello y tuvo una idea.

Así que lavó el pincel, entonces lo sumergió en el blanco en la paleta. Con cada trazo, pintó a un conejo blanco al lado de “Kiro”. Él nunca había tenido un conejo, pero sabía que había uno esperando por él en algún lugar en el mundo.

Ni siquiera su mentor sabía sobre este pequeño secreto suyo.

Él dejó las herramientas de pintura, entonces puso sus manos juntas y cerró sus ojos frente a la pintura. Repitió el deseo que le pidió a su pastel de cumpleaños ayer en su corazón.

“Bienvenido a mi hogar.” Susurró Kiro.