Tumgik
#algo sin importancia
nicecarito · 5 months
Text
Tumblr media
(English text version below the spanish one)
“ Ugh…. Diablos…Esto se esta haciendo cada vez más difícil día con día. ¿Pero que más puedo hacer? Estoy haciendo todo lo que puedo para mantenerme al margen, ser lo mas productivo posible y no dejarme llevar por mis preocupaciones. Tomo los medicamentos que el psiquiatra me ha recetado y me descargo con mi terapeuta en cada cita … aunque no puedo ser completamente honesto y decirle a detalle lo que me agobia realmente….
¿Cómo puedo decirle a mi terapeuta que guardo el oscuro secreto de mi hermano gemelo? Un secreto que puede destruir a mi familia definitivamente.
¿Cómo le explico que me mata la incertidumbre y el miedo de no volver a ver a mi gemelo con vida, cada vez que sale a completar alguna “misión?
¿Cómo le explico el miedo que tengo de que mi hermano mayor también salga herido o muerto cuando sale a cumplir con su deber como jefe de policía?
¿Qué haré yo si pasan esas cosas?
¿Qué haré si Café llega a enterarse del verdadero trabajo de Doppio y esto le destroza el corazón?
Si Doppio no llega a casa nunca y Café no sabe el por que… ¿Cómo deberé explicárselo?
¿Qué hare con Vanilla? … Ella es la que mas me preocupa… Ella es tan joven… no quiero que llegue a sufrir por esto…
¿Qué haré yo?….
Solo puedo callar, no puedo hacer nada más…
No puedo demostrar mi preocupación, no puedo hacerlo.
Trato de distraerme , tengo más de cinco trabajos que me ayudan a fijar mi atención en cualquier cosa menos en esto…Quiero ver lo positivo del mundo, ver a los otros sin preocupaciones …
Debo sonreír para no preocupar a nadie…
Y debo mantener todo esto para mi mismo… porque mis problemas son míos y de nadie más…
Nadie debería preocuparse por mis problemas, solo yo soy quien puede lidiar con ello…. Aunque este completamente agotado…."
Lungo, el personaje más carismatico , sin embargo, el mas complejo.
(practicamente no puede tener relaciones porque su vida esta echa un despapaye jejeje, el si le da importancia a estar bn primero antes de empezar algo, y las relaciones en las que ha estado son practicamente de solo una noche. Aunque bromeé con Pinzell, el mismo no le pediria en s erio el ser pareja. ojalá haya contestado bn a tu pregunta!)
English Version
" Ugh…. Damn…This is getting harder and harder everyday. But what else can I do? I'm doing everything I can to stay out of it, be as productive as possible and not get carried away with my worries. I take the meds the psychiatrist has prescribed and I vent to my therapist at every appointment…although I can't be completely honest and tell her in detail what is really overwhelming me…..
How can I tell my therapist that I'm keeping my twin brother's dark secret? A secret that could destroy my family for good.
How do I explain to her how I am overwhelmed by the fear of never seeing my twin alive again every time he goes out to complete some "mission"?
How do I explain to her the dread I have of my older brother also getting hurt or killed when he goes out to do his duty as chief of police?
What will I do if such things happen?
What will I do if Café finds out about Doppio's real job and it breaks his heart?
If Doppio never comes home and Café doesn't know why… How should I explain it to him?
What will I do with Vanilla? … She is the one that worries me the most… She is so young… I don't want her to suffer because of this…
What will I do? ….
I can only keep quiet, I can't do anything else….
I can't show my concern, I can't do it.
I try to distract myself , I have more than five jobs that help me to fix my attention on anything but this…I want to see the positive in the world, to see others without worries ….
I must smile so I don't worry anyone ….
And I must keep all this to myself…because my problems are mine and no one else's…..
No one should worry about my problems, only I am the one who can deal with it…. Even if I am completely exhausted…."
Lungo, the most charismatic character, however, the most complex.
190 notes · View notes
deepinsideyourbeing · 2 months
Text
(Countless) Good Occasions - Enzo Vogrincic
Tumblr media Tumblr media
+18! SoftDom!Enzo. Age Gap (implícito), creampie, dirty talk, edging, fingering, hiperespermia, marking, masturbación, (breve) orgasm denial, (menciones de) sexo oral, sexo sin protección, virgin!reader, (breve) aftercare. Uso de español rioplatense.
El café de los viernes comenzaba a volverse una costumbre.
Sin importar dónde se encontraran o qué estuvieran haciendo, cada vez que pasaban juntos la tarde de un viernes tu novio sugería beber café. Compartiendo algún libro o disfrutando una película, caminando por el centro de la ciudad, en el parque, siempre surgía la propuesta.
-¿Por qué siempre café?- preguntaste mientras esperaban en la mesa más alejada de la cafetería que frecuentaban cada vez más.
El sol cayendo del otro lado de la ventana te cegaba y por ese motivo Enzo había ofrecido intercambiar asientos, pero te negaste porque te gustaba ver cómo se iluminaba su cabello.
-El café magnifica cualquier experiencia- explicó-. Así que cuando pienses en mí inconscientemente vas a querer verme porque ahora tu cerebro está convencido de que tenés unos recuerdos espectaculares conmigo.
Soltaste una carcajada y él sonrió ampliamente, complacido.
-Mis recuerdos con vos no necesitan de un café para ser hermosos.
-Mejor asegurarme, ¿no?- tomó tu mano por sobre la mesa-. ¿De qué querías hablar?
Tu nerviosismo era evidente y soltaste su mano para poder acomodar tu ropa. Los interrumpieron con la llegada de sus pedidos y aprovechaste los segundos extra para reunir todo el valor que encontraste en tu cuerpo, ordenando en tu mente las palabras que utilizarías para expresarle tus deseos. No podía salir mal, ¿no? Era algo simple.
Tomaste tu taza con dedos temblorosos y él te imitó.
-Quiero tener sexo.
Se ahogó con su bebida y rápidamente cubrió su rostro con la servilleta que le ofreciste.
-¿Estás segura?- preguntó aún tosiendo-. ¿Conmigo?
Llevaban dos meses juntos y en todo ese tiempo él jamás había intentado y mucho menos insinuado más que lo que permitiste. Alguna sesión de besos apasionada en la que terminaste sobre su regazo, roces sutiles mientras estaban recostados o en el sofá, pero siempre dejando en claro que los límites que no pronunciaste estaban más que presentes y que los respetaba.
Lógico. Era Enzo, después de todo.
-Y sí, ¿con quién más?
Deslizó sus dedos por su cabello y tomó una profunda respiración antes de volver a beber de su taza. Su comportamiento te resultó extraño y no comprendiste por qué no contestaba, por qué de pronto parecía incómodo, ¿era tu culpa? ¿Le molestó el lugar que escogiste para hablar del tema? ¿Y si no quería tener sexo con vos y ese era el motivo de su paciencia?
-Me vas a matar- dijo con una repentina y estúpida sonrisa.
-¿Por qué?
-Porque no voy a pensar en nada más hasta que...
Tu rostro comenzó a tomar temperatura y dejaste escapar una risa temblorosa.
-Bueno, nada, eso- intentaste restar importancia a tu confesión.
Entrelazó sus dedos con los tuyos y tiró de tu mano para besar tus nudillos de manera cariñosa.
-No tiene que ser ya mismo sólo porque me lo dijiste- comentó-. Vamos lento, ¿querés?
-Sí.
De verdad pretendían ir lento.
-¿Te quedás a dormir?- preguntó esa misma noche-. Ya es tarde.
Sus intenciones eran completamente inocentes y no tenías motivo alguno para rechazar la invitación. No era la primera vez que pasarías la noche en su casa y mentirías si dijeras que no era extremadamente relajante dormir con él, escuchando el latido de su corazón mientras reposabas tu mejilla en su pecho y disfrutando de sus caricias constantes sobre tu piel.
Pero…
Horás más tarde te encontraste nuevamente sobre su regazo, sus manos en tu cadera guiando tus movimientos y presionándote todavía más contra su notoria erección, haciéndote temblar por las nuevas y placenteras sensaciones. Tus gemidos, tímidos pero desesperados y constantes, no tardaron en llenar la habitación y provocar que Enzo repitiera sus acciones para oír más.
Sus besos comenzaron a descender por tu mentón, húmedos y sonoros, bañando tu piel. Te abrazaste a él y mientras atacaba tu sensible cuello con sus labios tus dedos se deslizaron por su cabello hasta prácticamente enredarse entre las hebras; sin ser consciente tiraste y sentiste sus dientes rozándote la piel, como si se tratara de una promesa de venganza.
Tus pezones estaban duros por la excitación y el roce con su pecho tonificado, más alla de las capas de tela que aún los separaban, comenzó a ser demasiado. Lo mismo ocurría en tu centro en constante fricción con su bulto, pero cuando te separaste para advertirle ya era tarde y él continuó moviéndote sobre su cuerpo para llevarte hacia la cima de tu orgasmo.
Sólo podías describir el placer como insufrible y en la desesperación del momento tu cerebro te obligó a luchar. Intentando huir de la sensación golpeaste el pecho de Enzo y sin mucha fuerza lo arañaste, pero él sólo sonrió y te sujetó para guiarte a través de las oleadas de placer que te arrastraban. Tus gemidos sonaban débiles y de tus ojos cayeron unas pocas lágrimas.  
Besó tu mejilla y te ayudó a calmar tu respiración.
-¿Te gustó?
-¿No es obvio?- preguntaste con la voz quebrada. Todavía podías sentirlo, duro y muy caliente, suplicando por atención-. Vos no…
-No importa.
-Sí importa- insististe-. ¿Puedo?
-¿Estás segura?
-Me vas a tener que ayudar un poco- reíste nerviosa-. Quiero ver, por favor.
Abandonaste tu lugar para permitirle deshacerse de su pantalón y cuando regresó a la cama ver el contorno de su miembro te robó el aliento. Una mancha de su excitación oscurecía la tela gris de su ropa interior y cuando hizo un gesto afirmativo tus dedos se posaron sobre ella de inmediato: estaba caliente y tus yemas se mojaron en un parpadeo. Suspiraste.
Masajeaste su erección por sobre la tela, todavía nerviosa, mientras sus ojos seguían todos tus movimientos y las hermosas expresiones en tu rostro. Estabas segura de que de corresponder su mirada todo tu valor se esfumaría, pero resultó todo lo contrario: cuando tus ojos encontraron los suyos te sentiste más segura, más tranquila, más valiente.
-¿Puedo?
-Sí, mi amor.
Tiraste de la cintura elástica de la prenda y reprimiste un sonido de sorpresa cuando por fin viste lo que ocultaba. Tus dedos se deslizaron sobre su extensión caliente, desde su punta brillante y trazando la vena que lo recorría, hasta llegar a la base donde encontraste un poco de vello. Lo tomaste en tu palma y con la primer caricia experimental Enzo gimió, sensible.
-¿Así?
-Podés…- se aclaró la garganta-. Podés agarrar más fuerte si querés.
-¿No duele?
Arrojó la cabeza contra el respaldo de la cama y negó. Tu inocencia era tentadora y se sentía culpable cada vez que por su mente cruzaba el pensamiento de corromperte, de tocarte donde nadie más te había tocado, enseñarte un sinfín de posibilidades para que descubrieras con él todo lo que te gustaba. Intentó calmarse con respiraciones profundas.
Tu mano masturbándolo fue su fracaso.
-Mirá, así- envolvió tu mano con la suya, mucho más grande y cubierta de venas que te encantaban, y comenzó a guiar tus movimientos justo como lo había hecho cuando estabas sobre él. El ritmo que estableció era más rápido que el que llevabas y te desconcertó, pero más lo hicieron los giros de su muñeca y los gruñidos que arrancaron de su garganta.
Entre tus piernas otra vez quemaba la necesidad y rogaste porque él no lo notara.
Observaste hipnotizada las gotas de líquido traslúcido brotando en su punta y el sonido de su humedad llenó tus oídos rápidamente. Continuaste tocándolo de la misma manera cuando retiró su mano –sólo para sujetar tu muslo, su pulgar acariciándote sin saber cuánto te afectaba- y luego de unos minutos te sorprendió ver el movimiento rebelde de sus caderas alzándose.
Pronto sentiste su abundante excitación recorriendo su miembro, dificultando tu agarre allí donde humedecía tu palma, y unos minutos más tarde unas gotas se deslizaron sobre tus dedos. Buscaste la mirada de Enzo, entre sorprendida y excitada por la imagen ante tus ojos.
-Perdón- dijo en voz baja-. Es que se siente bien.
Él no tenía idea de cuánto te motivó con su confesión y vos no tenías idea de cómo la dulce expresión en tu rostro lo estaba orillando hacia un orgasmo vergonzosamente temprano. Llevó una mano a tu rostro y con el mismo pulgar que había estado peligrosamente cerca de tu centro, acarició y tiró de tu labio inferior.
Jamás supiste qué te llevó a abrir la boca para succionar el dígito entre tus labios. Sólo supiste que se sintió bien, sobre todo cuando pensaste en cómo se sentiría reemplazarlo con su pesado y duro miembro, y que eso fue todo lo que Enzo necesitaba para derramarse.
Con un gemido grave y ronco se dejó ir, salpicando con su liberación su cuerpo y también el tuyo. Manchó de blanco la mano con la que continuabas acariciándolo, prolongando su orgasmo con la más dulce tortura que jamás había experimentado, tus piernas desnudas y la camiseta que te había prestado para ir a la cama. Una vez que su respiración volvió a ser normal te sonrió.
Te llevaste los dedos a la boca, curiosa, para probar su esencia. Juraste ver su erección palpitar.
Con una mano en tu nuca rompió la distancia y te besó.
-Qué linda que sos- dijo contra tus labios.
El café de los viernes pronto estuvo acompañado por otras costumbres.
Ahora los dedos de Enzo torturan expertamente tu clítoris, dibujando círculos y aplicando la presión justa para hacerte delirar como sólo él logra hacerlo. Tus uñas están enterradas en su brazo musculoso, el ardor de las marcas que dejás sobre su piel haciéndolo suspirar constantemente y frotarse de manera descarada en tu muslo desnudo.
Antes de permitirte llegar a tu orgasmo y sin importarle tus protestas, sus dedos bajan más allá de tu clítoris, deslizándose entre tus pliegues húmedos, para luego tantear tu pequeña entrada con cuidado. Gemís mirándolo a los ojos y él te sonríe, mostrándose sereno para no ponerte todavía más nerviosa, pero su corazón está latiendo descontrolado en sintonía con el tuyo.
Besa tu frente y suspira contra tu piel.
-Estás muy mojada, ¿sabías?- negás avergonzada-. ¿Estás segura de que querés hacerlo?
-Segura.
Llevan semanas preparándose para este preciso momento y explorando el cuerpo del otro para conocerse aún mejor. Recordás el momento en que sus labios hambrientos besaron tus muslos y la forma de las marcas que sus dientes dejaron en tu piel, el tiempo indefinido que pasó con su rostro entre tus piernas y su lengua jugando con tu clítoris de mil maneras, robándote incontables orgasmos y haciéndote llorar.
También recordás vívidamente el gemido que cayó de sus labios la primera vez que lo tuviste en tu boca. Tu mandíbula comenzó a doler luego de unos minutos –con sólo un tercio de Enzo más allá de tus labios- y tus pulmones dolían por la deficiente oxigenación, detalles que ignoraste junto con todas sus sugerencias cargadas de preocupación por las lágrimas en tus ojos.
Todavía sentís sus manos en tu nuca y su semen escapando de tu boca.
-Si en algún momento querés parar…- te recuerda-. Rojo, ¿sí?
-Sí.
Besa tu mejilla y sus labios permanecen en contacto con tu piel. Sus largas pestañas rozándote te hacen cosquillas. Cuando presiona suavemente contra tu entrada tu humedad permite que la primera falange de su dedo se deslice en tu interior: no es la primera vez que se encuentran en esta posición, lejos de eso, pero la intrusión todavía resulta un poco extraña y sorpresiva.
-¿Bien?- pregunta.
-Bien- asegurás-. ¿Más?
Otro beso en tu mejilla y pequeños movimientos del dígito en tu interior para entretenerte mientras te prepara. Suspirás cuando lo introduce por completo, rozando inmediatamente y concentrándose en ese lugar que te hace temblar en cada ocasión, siempre atento a cualquier reacción en tu rostro o tu cuerpo.
Pronto son gemidos los únicos sonidos que emitís y él intenta contenerse besando tu mejilla, tus labios, tu cuello y cada centímetro de piel que encuentra en su camino. Continúa empujándose contra tu costado, desesperado por sentirte, encantando con los sonidos de tu cuerpo y tu voz que no deja de provocarlo más y más. La humedad en su ropa interior comienza a mojar tu pierna y él intenta no pensar en cómo eso es una manera de marcarte.
-Más, Enzo.
Acaricia tus pliegues con dos dedos extremadamente húmedos, tentándote antes de conducirlos a tu entrada pulsante y tu interior ansioso por más. Esta vez duele y te mordés la lengua para contener el quejido que lucha por hacerse oír, repitiéndote mentalmente que sólo durará un momento y que Enzo se va a asegurar de que el dolor sea mínimo, como siempre.
Con el correr de los segundos el escozor se desvanece y retoma el ritmo previo luego de ver tu cuerpo relajarse. Tu expresión de reposo se interrumpe cuando vuelve a curvar sus dedos en busca de tu punto dulce y tu mano vuela hacia su cabello, tus ojos vidriosos mirándolo con lágrimas de placer y rogándole por más. Obedece, obvio, ¿cómo podría no hacerlo?
-Ahí- repetís sin ser dueña de tu voz y tus acciones. Rasguñás su pecho y él muerde tu mejilla sin demasiada fuerza, perdiéndose en la adictiva sensación de tus paredes contrayéndose sobre sus dedos e imaginando no por primera vez cómo se sentirá estar dentro tuyo-. Voy a…
-No.
Retira sus dedos rápidamente y el sentirte vacía es angustiante.
Se deshace de su ropa interior y separa tus piernas con manos temblorosas que te hacen sonreír. Es extrañamente reconfortante saber que él también está nervioso por la situación y ese simple pensamiento te permite relajarte mientras se posiciona sobre tu cuerpo, sus brazos a ambos lados de tu cabeza antes de que tome su erección y la guíe hacia tu entrada.
-¿Querés que te la meta?
El consentimiento es importante y sorprendentemente excitante, pensás mientras se desliza por tus pliegues una y otra vez, pero en esta ocasión todo es diferente. Preguntó lo mismo hace unos días, mientras te rozabas con él sin ninguna prenda que los separara, pero entonces sólo intentaba provocarte así como lo hizo cuando utilizaba tus muslos para estimularse.
-Sí- contestás con voz entrecortada-. Toda.
Busca tus labios pero no te besa y sus ojos permanecen fijos en los tuyos cuando se introduce. Comparten un gemido, él suyo grave y el tuyo agudo, quebradizo y desesperado, cuando su punta desaparece en tu interior.
Los lentos movimientos milimétricos de su cadera te roban el aliento y permiten que tomes más y más de su miembro sin provocarte molestia alguna… hasta que un punzante dolor provoca que intentes cerrar tus piernas. Él se detiene para permitirte acostumbrarte, preguntándote silenciosamente si eso es suficiente o si preferís detenerte toda actividad.
-Estoy bien- asegurás-. Arde un poco.
-¿Paramos?
 -No. Quiero seguir.
Se estira para tomar el lubricante olvidado sobre las almohadas y con tu ayuda coloca un poco sobre sus dedos. Intentás ignorar el rastro de sangre que los adorna como un anillo, imposible, y cuando bajás la mirada para contemplar cómo cubre su miembro y tu entrada con el producto frío, encontrás en su base el mismo rojo intenso. Temblás.
-¿Estás bien?
-Hay sangre.
-No pasa nada- besa tu mejilla y borra el rastro de lágrimas de tus mejillas-. Es normal, tranquila, no pasa nada.
-Pensé que no iba a sangrar.
-¿Te molesta la sangre? ¿Querés parar?
-No- insistís-. Perdón. Por las sábanas.
-No pasa nada, tonta- te sonríe-. Se lavan y listo.
Entrelazás tus dedos en su nuca, jugando con su cabello, y abrazás su cadera con tus piernas. Comprende cuáles son tus intenciones y continúa moviéndose delicadamente hasta que se hunde por completo en tu interior cálido, su punta besando tu cérvix deliciosamente y su tamaño haciéndote sentir plena, imposiblemente llena.
Te regala unos segundos e imitás el ritmo de su respiración.
-Más.
En pocos segundos un placer que no podés describir recorre tu cuerpo y te hace gemir con fuerza, nublando tu mirada y también tu juicio. Los sonidos que surgen cada vez que golpea tu cuerpo inundan tu audición y se entremezclan con los sonidos de placer que brotan de tus labios, tus palabras entrecortadas cuando suplicás por más, más, más y su respiración trabajada.
Enzo busca refugio en el espacio entre tu cuello y tu clavícula y sus dientes rozan tu piel una decena de veces antes de hundirse allí, marcándote. Gritás su nombre y eso sólo desata el deseo de hacerte suya en todos los sentidos: marcando tu piel, abusando de tu interior hasta que lo único que recuerdes sea su persona, llenándote en cuerpo y alma, entregándose a vos.
Su mano recorre tu cuerpo hasta llegar a tu centro y presionar sobre tu clítoris, sensible y aún desesperado por cualquier mínima atención. Jadeás. La combinación de la penetración y sus dedos es exquisita, te hace temblar bajo su cuerpo mientras él continúa arruinándote con embestidas profundas que se roban tu cordura.
-Se siente muy bien- confesás entre gemidos-. Me encanta.
Abandona su escondite luego de morderte una última vez y observa tu rostro.
-Vos me encantás- remarca sus palabras con una dura estocada-. Y esta conchita tan linda que tenés…
Lloriqueás por lo obsceno de sus palabras y arañás sus hombros cuando una particular sensación se instala en tu abdomen bajo. Los dedos sobre tu clítoris no te dejan respirar y mucho menos lo hace su miembro, deslizándose con mayor facilidad gracias a la excitación de ambos, la cual hace brillar tus pliegues y se extiende hasta tus muslos.
-Enzo, ¿puedo?
Besa la comisura de tus labios.
-Si, bebé, podés.
Te dejás ir bajo su atenta y arrolladora mirada.
Tus músculos se contraen sobre su miembro palpitante y pronunciás un hilo de incoherentes palabras entre las cuales sólo es entendible Enzo. Captura tus labios y silencia tus gritos cuando la velocidad de sus caderas aumenta, entre frenética y errática, para encontrar su propio orgasmo: la sobre estimulación se roba el último pensamiento lógico en tu mente.
Permitís que te utilice como él quiera.
Tu cuerpo se sacude por la fuerza que emplea y él se pierde en el movimiento de tus pechos cubiertos por tu camiseta, tus labios brillando con su saliva y la tuya, las lágrimas que hacen brillar tus pestañas y el ángulo que adoptan tus cejas. Entre gemidos te oye suplicándole, pidiéndole que te llene, y eso lo arroja hacia el precipicio.
Sentís los incontables hilos de semen salpicando tu interior, pintando tus paredes de blanco y llenándote justo como querías. Sus movimientos se apagan gradualmente y cuando se desliza fuera de tu cuerpo todavía está derramándose, de su punta brotan gotas y más gotas calientes que caen directamente sobre tu piel y se deslizan por tus pliegues hasta unirse con los restos escapando de tu interior.
Intentás regular tu respiración y todavía asombrada, comentás:
-Es mucho.
-Perdón, es que…
-No- lo interrumpís-. Me encanta.
Un beso es su única respuesta antes de recorrer con su boca tu mandíbula, tu mejilla, tus párpados pesados que amenazan con cerrarse, tu frente y tu nariz, donde deposita otro tierno y corto beso. Acaricia tu pómulo con sus nudillos y luego masajea tu cuello y tu clavícula, disimulando cuánto disfruta ver sus marcas allí.
-¿Querés ir al baño?
-Estoy bien.
-¿Querés agua?
-No.
-¿Qué querés entonces?- pregunta con una risa.
-A vos. Nada más.
-Me tenés- te sonríe-. Pensé que lo sabías.
Jugás con un mechón de su cabello que cae sobre tu rostro y te hace cosquillas.
-Te quiero, Enzo.
-Yo te quiero más, hermosa… Pero me están matando los brazos- agrega con una carcajada-. Vení que te quiero abrazar un ratito.
Un ratito, por vos, podría ser toda la eternidad.
Notas de Lu: No sean como yo, que estaba convencida de que dejé bien programada la publicación pero fue todo lo contrario y sólo lo descubrí cuando estaba preparando la publicación de un drabble. Sean inteligentes. Espero que hayan disfrutado la lectura ♡ taglist: @creative-heart @madame-fear @delusionalgirlplace @recaltiente @llorented @lastflowrr @chiquititamia ♡
137 notes · View notes
ligera · 4 months
Text
Ya entendí... Para ti siempre fue algo casual, sin importancia, netamente carnal, un encuentro sin amor, solo falsos besos y abrazos que te permitían traspasar mis muros y tenerme para ti... Al parecer sigo siendo una niña ingenua.
83 notes · View notes
olee · 8 months
Text
Mini Crush | Agustín Pardella
Tumblr media
Para: @stuckwthem
~
Admítelo, Agustín lleva más de dos horas mirándote durante el set. Incluso Bayona le ha pedido millones de veces que se concentre. Tú, como maquilladora, estabas ocupada organizando modelos de goma para la piel y mezclando pintura que simulara sangre. Tu compañera de trabajo te dice: "tómate un descanso. Yo me encargo y ve a almorzar". Siguiendo su consejo, decides ir a una cafetería cercana al set y pides un sándwich.
Al ordenar, te sientas en un banco y disfrutas de un poquito de sol con tu batido de mango. Después de tantas horas en el set, Bayona insiste en cambiar constantemente el maquillaje debido al frío y al desarrollo de los personajes, haciéndolos más pálidos. Incluso ha dado indicaciones a los maquillistas sobre la importancia de adaptarse a las condiciones y mantener la coherencia visual de la película. Mientras disfrutas de tu almuerzo, reflexionas sobre la exigencia del trabajo y cómo cada detalle contribuye al éxito de la producción.
Sentada, cierras los ojos y respiras profundo. De repente, entra Agustín del set, prendiendo un cigarrillo y con un tono tímido y casi temblando, dice: "eh… ¿cómo te llamas? Es que… como que lo había… esto… olvidado". Tú, con una expresión entre sorprendida y maternal, le respondes: "Creo que te he dicho mi nombre como tres veces hoy, pero, ni modo, mi nombre es (dices como una madre hablándole a su niño) (tu nombre)". Agustín te mira confundido y suelta un incómodo "Claro, eh… bueno, te veo luego en el set".
Te despides con un simple "te veo", y Agustín se va, pero como la puerta es de cristal, choca fuertemente con ella y suelta un sonoro "Me cago en tu puta madre!". Ríes mientras te levantas y le preguntas con preocupación, pero aguantando la risa: "¿Estás bien?". Él te mira, y luego te das cuenta de que está soltando sangre por el labio. Sin perder el humor, le dices: "Vente, creo que tengo algo para el labio". Él te sigue al set como un niñito, mientras intentas no reírte demasiado de la situación.
Al llegar al set, le indicas a Agustín que se siente, y de repente aparece Simón, diciéndole a Agustín: "¡Boludo! No tenías que irte tan profundo con el beso—" Agustín lo interrumpe rápidamente: "Cállate, que estás enfrente de (bajando la voz para que tú no escucharas) (tu nombre)". Simón responde con un tono juguetón: "Ay, deja esa bobería—" Agustín corta de nuevo: "Boludo, vete pa’ allá, y déjame tranquilo". Simón levanta los brazos diciendo: "Ay, perdón, cabrón", y se va. Mientras tanto, tú buscas alcohol, un algodón y una curita transparente, ya que vas a poner maquillaje. Pero te detienes y le dices a Agustín: "Sabes, no te tengo que echar maquillaje ahí, ya que lo tienes cortado, así que está perfecto. Déjame limpiarlo y voy a ver qué puedo hacer con ese labio", observas el labio de Agustín pensativamente.
Sin embargo, él te mira y se queda observando también tus labios. Cuando te das cuenta, sonríes nerviosamente y lo ignoras, buscando el alcohol en la mochila. La situación se vuelve un tanto incómoda, pero sigues concentrada en cuidar el labio de Agustín mientras intentas apartar cualquier pensamiento incómodo de tu mente.
Cuando ya tienes todos los ingredientes listos, escuchas la voz autoritaria de Bayona anunciando que la hora de descanso ha llegado a su fin. Sin perder tiempo, le aplicas un poco de labial a Agustín, quien te sigue mirando con timidez, su rostro aún enrojecido. Mientras le das un retoque al maquillaje, añades un toque de sangre seca y palideces ligeramente su tez para ajustarlo al estilo del personaje.
Cuando Agustín se prepara para dirigirse al set, te agradece con sinceridad: "Gracias... eh... eres la mejor". Antes de irse, como un gesto inesperado, te planta un besito en el cachete, dejándote sorprendida y sonrojada. Agustín se va saltando como un niño lleno de alegría. Quedas allí, con una sonrisa en el rostro, apreciando el gesto espontáneo y agradecida de haber logrado un toque especial en el maquillaje y en el ánimo de Agustín.
*thanks por la idea, lo terminé temprano por la emoción lol!
123 notes · View notes
chiquititamia · 4 months
Text
Calmar tu sed pt.2
Tumblr media
Mis queridaaaas, les vengo con una segunda parte del fic que tantó le gustó (gracias por hacérmelo saber)
Mucho más desvergonzada que la primera, quedan advertidas.
probablemente el banner más feo que he hecho jamás, perdón
💕Sub!Blas Polidori x f!reader
❤️‍🔥+18 sexo explícito, blas es aún más insaciable, masturbación, sexo oral, mommy kink
Después de una mañana intensa de trabajo por fin podías relajarte en casa. Bendito horario de verano; la jornada empezaba antes y tenías que madrugar bastante más, pero el paseo hasta la estación al comienzo del amanecer con la brisa de la mañana te daba una tregua respecto al calor sofocante de la ciudad.
Hoy habías picado algo con tus compañeras, así que al llegar a casa ni siquiera tenías que pensar en qué comer. Después de una más que necesaria ducha fría te vestiste únicamente con una fina camiseta de tirantes y unas bragas de encaje, asegurándote de que todo fuera lo más fresco posible.
Recordaste al pasar por delante de la mesa del comedor que tenías que leer un manuscrito antes de que llegase el fin de semana. Habías prometido corregir la gramática del texto para una amiga que estaba iniciando sus andanzas en la escritura, y ya que tú habías hecho una carrera de letras, disfrutabas con ello.
Sin más, te recogiste el pelo aún húmedo por la ducha con una pinza de plástico y amontonaste unos cojines en el cabecero de la cama para leer recostada pero no totalmente tumbada.
La camiseta, además de ser de tirantes era bastante suelta e incluso un poco grande para ti, así que tus pechos amenazaban con fugarse de la tela y las tiras se caían de tus hombros constantemente, pero no le diste demasiada importancia, total, era tu casa.
El sonido de la puerta de la calla abriéndose y cerrándose.
¿Blas había llegado tan pronto?
-¿Amor? – preguntaste alzando la voz
-Sí, mi vida, llegué.
En realidad, habías reconocido el sonido de la forma particular que Blas tenía para entrar, y después, el sonido de sus llaves cayendo sobre el platito de cerámica que teníais junto a la puerta.
A continuación, sus pasos pesados por el pasillo. A Blas le afectaba el calor todavía más que a ti, le agotaba.
Cuando asomó por la puerta quitándose la mochila de la espalda ya te hizo reír con su expresión de sorpresa y su sonrisa.
-Pensaba que los bombones se guardaban en la heladera en verano, che.
Tú reíste ante su comentario-intento-de-chiste.
-¿Qué tal el día, bebé?
-Tch, tch, tch – te quiso silenciar de forma humorística, y, con exageración se pellizcó el puente de la nariz y cerró los ojos a la vez que levantó el índice de forma dramática – no vas a fingir que no te estoy viendo hasta el carnet de conducir desde aquí.
Riendo te tapaste un poco los pechos subiendo tu camiseta, pero uno de los tirantes se deslizó por tu hombro otra vez, dejándote claro que esa prenda ya no servía demasiado para cubrirte, quizás deberías reutilizarla para trapos.
-Y, hace un calor de mil demonios, nene, ¿qué querés?
-Bueno, si me preguntás… - dijo él con media sonrisa sentándose en el borde de la cama y acariciando tu pierna suave.
La verdad es que estaba tan guapo con la camiseta blanca que llevaba…
-Nah, nah, nah – le quitaste la mano de tu pierna como si fuera una mosca de las que molestan en esa época – quietito ahí que nos conocemos y tengo que leer esto, amor.
Blas hizo caso omiso a lo que le dijiste y empezó a juguetear con el elástico de tu ropa interior, pasando el dedo por debajo tentado de bajarlo.
-Blaaaas, sólo dame un par de horas que acabe de leer esto y soy tuya ¿sí? – pediste en tono de súplica.
-¿¡Dos horas!? ¡Pero…!
-Blas – dijiste intentando ponerte seria. En realidad, te estaba costando mucho no reírte ante las pataletas de tu novio. Este se cruzó de brazos y te miró enfurruñado resoplando.
Fingiste no mirar por encima de la pila de folios que sostenías, haciendo como si ya hubieses vuelto sin problema a tu momento de concentración en la lectura. Viste cómo tu novio se acomodaba un poco el pantalón, probablemente ya tenía una incómoda erección; eso te aceleró el pulso. No es que no quisieras, pero estabas muy ocupada y no ibas a adelantar trabajo si te la pasabas en la cama con ese pendejo toda la tarde. Este chico…
Cuando se levantó asumiendo su derrota e iba rumbo a la ducha le paraste.
-Blas, amor.
-¿Sí? – dijo con un tono menos lastimero que antes; a veces tenía que asumir que los adultos con responsabilidades hacían otras cosas a parte de coger, se dijo.
-Podés comer, pero… dejáme leer, ¿ta?
Blas te miró con los ojos muy abiertos como si le hubieses dicho que le esperaba su comida favorita después de estar toda la mañana pasando hambre. Bueno, en realidad, así era.
No perdió tiempo y se quitó la camiseta, dejándote ver ese torso delgado que a ti tanto te encantaba.
Si fuera un dibujo animado ahora mismo se estaría anudando una servilleta al cuello, pensaste divertida.
Se tumbó entre tus piernas poniéndose cómodo. La gran estatura de Blas os había obligado a comprar una cama de gran tamaño para que ambos pudieseis caber en ella.
Como si se tratase de un bombón exquisito, así como te había dicho nada más entrar en la habitación, comenzó a deshacerse de tus braguitas de encaje como si fuera el papel plateado que envolvía su dulce preferido. Las tiró a un costado ganándose una mirada reprobatoria de tu parte, la cual mitigó rápidamente con esa media sonrisa de nene que no ha roto un plato en su vida y por la cual se libraba de todas las veces que querías reprenderle.
Al retirarlas se había dado cuenta de cierta húmeda mancha, pero decidió no decir nada tal y como le habías pedido. Esta vez iba a ser obediente.
Tuviste que hacer uso de toda tu concentración para no gemir cuando sus dedos apenas comenzaron a rozar el interior de tus muslos. Y un carajo ibas a leer tú.
Escondiste tu rostro detrás de los papeles y cerraste los ojos con fuerza. Era un gemido profundo lo que querías dejar salir cuando su lengua caliente dio una primera pasada de cortesía por encima de tu sexo. Sin embargo, sólo te permitiste soltar un suspiro, que esperabas quedase ahogado por el sonido del ventilador del techo sobre vosotros.
Él hizo un ruido de placer al besar y lamer ya sin titubeos tus otros labios.
-Mmmmhhh…
Con una mano, sujetabas la pila de folios, pero con la otra decidiste ordenar los rizos de la cabeza de tu novio, no para marcar el ritmo ni nada de eso, qué va.
La sensación de su lengua era deliciosa, tan húmeda que cualquiera diría que había bebido agua justo antes, aunque que tú supieras, no lo había hecho.
Se introducía en ti con el músculo de su boca, con una fuerza y destreza que te hacía ver las estrellas. No creías engañar a nadie fingiendo leer a estas alturas, pero creíste que era necesario no romper la magia del juego y seguir sin mirar a tu novio.
-¿Está rico, nene?
Blas, que parecía temer que se agotase la fuente de su placer, lamía con auténtica sed entre tus piernas. Pero salió para tomar aire y responder, con los labios  y la barbilla húmedos de su propia saliva y tu excitación.
-Sí, mami…
Dios, cómo querías tirar los documentos al mismo sitio donde Blas había tirado tu ropa interior. Doblaste tus rodillas y abriste más las piernas para darle aún mejor acceso.
Notaste - aunque intentabas mirar lo mínimo por si subía la vista hacia ti – como sus caderas se movían, probablemente de forma involuntaria, contra el colchón. Pobrecito.
-¿Y ya estabas muy cachondo? – preguntaste intentando fingir desinterés y casualidad.
Blas asintió con la cabeza, provocando con ese movimiento un pequeño gemido de tu parte.
- Y sí, mami, ya me iba a hacer una paja en la ducha, sabés – dijo rápidamente antes de continuar con su festín, así como uno sale del agua para tomar aire y vuelve a sumergirse.
-Pobrecito… - dijiste en tono de compasión, pasando una página que obviamente no habías leído del manuscrito, habrá que disimular, ¿no?- Pero ya hemos dicho que eso no, mi nene… mami te da lo que vos necesitás, ¿verdad?
Asintió de manera más enérgica y comenzó a dar estocadas en el colchón ya de forma voluntaria, de forma salvaje. Se estaba follando vuestra cama. Gemiste al imaginar como su ropa interior y sus jeans, que no le había dado tiempo a quitarse, se estarían humedeciendo bajo él, eso siempre te había parecido de alguna manera adorable. Soltaba pequeños gemidos mientras se agarraba a tus dos muslos como si su vida dependiese de ello.
-Blasito… la tenés muy dura? – preguntaste como si no lo supieras.
-Sí… - lloriqueó.
-Podés tocarte si querés…
Él te dedicó una mirada rápida como teniendo cuidado de no hacer que te replanteases tu decisión. Después se levantó de un salto y comenzó a bajarse el cierre del pantalón.
Cuando se bajó el bóxer intentaste concentrarte en las palabras escritas que tenías delante, pero fallaste miserablemente. Era un pecado no ver semejante obra de arte de la naturaleza.
Con la mano derecha agarró su miembro y, usando el líquido preseminal que llevaba un rato manchando su ropa, lubricó su punta con alivio, comenzando a masturbarse mientras te observaba aún a los pies de la cama.
Cuando volvió en sí, retornó a su posición, tumbado entre tus piernas, sin embargo, esta vez no lo hizo boca abajo, si no que se recostó de lado, para dar espacio a lo que tenía entre manos.
Aún así no había olvidado su cometido, y apoyó la mejilla en tu muslo, lo suficientemente cerca para poder seguir lamiendo cómodamente mientras conseguía aliviarse con su mano.
-¿Cómo decías vos? Estos adolescentes siempre con la pija dura, ¿no? – dijo con la respiración entrecortada entre lamida y lamida – ¿y que querés mamita? No podés poner a dieta a alguien y después prepararle tremendo dulce…
-Vos ya no sos ningún adolescente, Blasito …tenés- Ahhh!! … un… problema – gemiste sin poder evitarlo.
Él no hizo caso a tu comentario y siguió bebiendo de ti mientras se masturbaba desesperadamente.
Te agarrabas con fuerza a los papeles con una mano y a la almohada debajo de tu cabeza con la otra, no podías más del placer. Si seguía así un par de minutos, ya fue, pensaste.
-¿Puedo, mami? – dijo con voz ronca. No te dijó qué, pero la forma rápida y errática en la que movía su mano y su lengua te dio una idea de qué era lo que quería hacer.
-Sí…. ¡Sí! – gemiste casi gritando.
En un movimiento que ni viste, Blas se incorporó y se colocó entre tus piernas para penetrarte. La exagerada humedad que te había provocado hizo que no tuviese que prepararte primero con sus largos dedos. Antes de que pudieras darte cuenta ya se estaba moviendo dentro de ti, llegando muy profundo y haciendo sonidos que sonaban casi a una queja. Pareciese que no podía ir tan rápido como su miembro necesitaba.
-Mami….!!!
-Venite, mi niño…venite dentro de mami,…todo dentro….
-¡Mami, no puedo más! – gimió y encontró un patrón de embestidas más rápido todavía. Parecía un conejito desesperado entre tus piernas.
Notaste tu orgasmo arrasar dentro de ti, haciendo que te aferrases a su espalda clavándole las uñas.
Un buen grito salió de tu garganta, barriendo consigo todas las tensiones acumuladas de ese día con cada pulsación de tu sexo.
Blas te miró y abrió la boca, como si no pudiese creer lo mucho que le estabas apretando mientras te sostenía entre sus brazos.
-Me vengo, nena… me vengo… - cerró los ojos con fuerza y dejó salir un sonido casi gutural de su pecho.
Después de eso, solo pudiste notar como la corrida que llevaba guardando para ti desde… ¿anoche? ¿no hacía ni doce horas que habían cogido? Llenaba tu interior con fuerza.
Gimió mientras se venía, hundiendo su cara en tu pelo, desparramado por la almohada.
Os tomó un buen rato recuperar el aliento. Ahora ambos estabais empapados en sudor y hechos un completo desastre.
No hacían falta palabras, cuando intercambiasteis la mirada supisteis lo que queríais decir: a la ducha.
Te levantaste con esfuerzo de la cama, como quien se levanta de un viaje muy loco en los toros mecánicos; despeinada, con la ropa movida y sin aliento. Tuviste cuidado de no derramar lo que tu novio había derramado en ti antes de llegar al baño, aunque un poco escapó inevitablemente por tus piernas.
Ya desde la ducha gritaste para que te escuchase en la habitación.
-Si aún querés más vení a la ducha por que luego me tengo que poner a leer sí o sí, ¿ta?
Blas sonrió mientras recogía tus bragas del suelo
-¡Voy!
Agradezco mucho sus comentarios 💕
tags: @madame-fear @deepinsideyourbeing @loveinsprings @lunitt
@lastflowrr @iamjustadoll (como siempre, diganme si quieren que las incluya en la taglist o las borre <3)
68 notes · View notes
bodyswapenespanol · 7 months
Text
Cambio de cancha
Isaac:
No puedo creer que de verdad esto esté pasando, y menos en un día tan importante.
Trabajo como diseñador gráfico y soy bastante bueno en mi área, tanto que el día de mañana mi jefe me hará una entrevista para saber si soy lo suficientemente bueno para subirme de puesto. Sin embargo, hace unos días al regresar a casa, pasé por la cancha de futbol como siempre hago. Siempre he detestado el deporte, así que no les presto demasiada atención, pero ese día me di cuenta que este chico, bastante más joven que yo, me miraba y le susurraba algo a su compañero. No le di importancia y seguí con mi camino.
Durante la noche comencé a sentir mucho vértigo, perdí el equilibrio y caí sobre mi cama y todo se volvió oscuro por un segundo. Al detenerse, noté que estaba en un lugar distinto, asustado tomé el celular del escritorio y vi que de alguna forma me encontraba en el cuerpo del chico de la cancha. Sólo llevaba puesto el short y las calcetas del entrenamiento, su piel era suave y sus músculos definidos, me sentía extrañamente excitado... pero debía averiguar qué estaba pasando.
Rápidamente intenté llamar a mi celular, pero bloqueó mi número, o mejor dicho, su número, sólo recibí un mensaje donde decía lo obvio y que no me preocupara porque él se haría cargo de mi vida, así que no me quedó de otra mas que quedarme en este cuerpo mientras encuentro como regresar al mío.
Tumblr media
Ahora tengo que ir a sus entrenamientos y jugar sus partidos, lo cual es un fastidio para mí, aunque debo admitir que por alguna razón el ponerme el uniforme me produce una sensación extraña y placentera, y la verdad se le ve bastante bien, sobre todo la forma en la que las calcetas resaltan sus piernas. Sus compañeros no se ven nada mal tampoco... ¿pero qué estoy pensando? Debo concentrarme en el partido. Espero que no arruine mi entrevista.
102 notes · View notes
alquimistaliteraria · 2 months
Text
Solo una vez amas con la inocencia de un corazón que no conoce el dolor,
Tumblr media
-Diario abierto-
Un amor tan intenso que brilla con la pureza de la entrega total. Recuerdo la primera vez que amé; fue una experiencia única, plena y, a la vez, vulnerable. Esa conexión profunda me llevó a sentir una intensidad que pocas veces he vuelto a experimentar. Sin embargo, una vez que la inocencia se quiebra, te das cuenta de que el amor cambia; ya no se ama de la misma manera.
Después de sentir el desgarrador dolor de un corazón roto, aprendes a amarte y a amar de una forma diferente. Esa lección dolorosa transforma tu perspectiva y la manera en que accedes a tu propio corazón. Me volví más exclusiva. Entendí la importancia de establecer límites; ahora sé que el amor debe nutrirse desde una base de respeto y autocuidado. La experiencia de la ruptura, aunque difícil, me enseñó a priorizarme a mí misma.
La primera vez que amé y enfrenté esa ruptura dolió tanto. Era algo tan tierno lo que había construido que soltarlo se sintió como perder una parte de mí misma. Aprendí que se fracturó algo vulnerable en mi interior, algo que necesitaba tiempo para sanar. Cada lágrima caída se convirtió en una lección, y en el proceso de aprender a soltar me mostró el camino hacia una nueva forma de amar.
Ahora, con el corazón más sabio y sensible, sé que no puedo regresar al amor de antes. Aprendí a irme cuando no quería, a reconocer cuando una relación ya no me alimenta, y a darme el permiso de poner mis necesidades en primer lugar. Aprendí que mi corazón no se entrega gratuitamente; lo comparto, lo protejo y lo valoro.
Cuidar de mis heridas no significa esconderme de la vida, sino desarrollar la capacidad de llevarlas conmigo mientras continúo creciendo. He aprendido a cicatrizar, a abrazar mis límites y a no sentir culpa por cuidar de mí misma.
Cada día se presenta como una nueva oportunidad para amarme y descubrir cómo debo amar desde esta nueva perspectiva. He vuelto a encontrar la belleza en el amor, pero esta vez desde un lugar de apreciación y autoconocimiento. Mis relaciones ya no son solo acerca de la entrega total; también son sobre el retorno que recibo, sobre el respeto que se establece.
Amo de manera diferente ahora. Hay más matices, más profundidad, y cada experiencia me ha convertido en la persona que soy hoy, más fuerte y más consciente. Estoy aprendiendo a fluir con el amor, a entender que cada conexión puede ser valiosa sin perder mi esencia.
Así que, aquí estoy, listando todo lo que he aprendido sobre mí misma y cómo debo amar/amarme. Y aunque la inocencia de aquel primer amor ya no esté, hay una riqueza en la experiencia que me inspira a seguir amando, a seguir creciendo y a abrazar cada nuevo capítulo que la vida me ofrezca.
By, Yls.
49 notes · View notes
rutlancecf · 5 days
Text
Carta de Damian Wayne para el Hada de los dientes (siendo leída por sus hermanos)
"Respetada Hada de los Dientes:
Sé que no te he escrito antes, y tampoco tenía idea de tu existencia. Pido disculpas por mi ignorancia. Mis hermanos mayores me han contado de ti, y de como llevas a cabo tu transacción monetaria cada vez que encuentras un diente bajo la almohada de un niño.
Sé que muchas veces he manifestado a mis mayores y demás que no soy un infante, pero en confidencia, realmente nunca llegué a ser uno por la forma en la que me crió la familia de mi madre. Era de vital importancia para ellos que yo fuera un ser perfecto, sin fallas ni defecto alguno, por lo que me volví en un adulto en vez de vivir la dulce infancia e inocencia que exudan los pequeños.
Mas no son mis primeros años de vida los que quisiera argüir en esta misiva, no. De acuerdo a mis queridos hermanos mayores, de los que estoy seguro ha visitado en infinidad de veces, (Y mire que me da un poco de celos tener conocimiento de que usted los percibiera en tan tierna edad) yo debería perpetuar el ritual por el cuál se basa su existencia.
Pero no quiero, no quiero hacerlo, y es por eso que le he escrito esta carta para hacerle entender mi razón.
Debido a mi posición, y estilo de vida, no requiero de un estímulo o compensación monetaria, ya tengo demasiado de eso. Así que le pido que se lo dé a otro pequeño que esté en una situación precaria.
Mas, si usted puede condescender un deseo, le pido con gran fervor y conmiseración para mi persona, que me asista a influir un cambio en las demás personas sobre la percepción que tienen de mí. He realizado tantas cosas y acciones que me perpetúan un lugar en el Infierno, lo sé, he estado ahí; que necesito su ayuda, no para librarme de mi destino hasta el final de los tiempos, sino para que en el tiempo que me quede para caminar entre los vivos mis semejantes puedan expresarme un poco de amor, un poco de empatía, un poco de orgullo hacia mi persona. Y que esto sea para soportar mi estancia en el Tártaro.
Por favor, por favor. Ayúdeme, ayúdeme para que las personas que amo abran sus ojos y vean que estoy aquí, que no me abandonen. Mi alma ya estaba perdida desde que nací.
Sé que he impetrado algo díficil, tal vez imposible, pero tengo un poco de fé, un poco de fé de que alguien me mire sin temor u odio a los ojos y me sonría.
Lamento pues, haberle quitado algo de su valioso tiempo que usted se ha tomado para leer esta carta, la cuál espero que reciba y me concediera una respuesta en caso de ser factible.
Me despido esperando volver a saber de usted, viable a causa de que aún tengo una dentadura infantil.
Con sincero decoro, Ibn al Xu'ffasch Damian Thomas Wayne Al Ghul.
P. D. Debido a mi reciente conocimiento sobre su labor en el mundo, me he tomado la libertad de elegir una caja de té de jengibre y ponerla a su disposición, para contrarrestar los efectos de la fatiga.
Jason terminó de leer la carta y se quedó viendo a sus otros dos hermanos, quiénes desviaban la mirada y la clavaban al piso, teniendo pensamientos y sentimientos encontrados. Volvió a meter la hoja al sobre y con cuidado, volvió a meterla bajo la almohada de Damian, que aún seguía dormido bajo los efectos residuales de la anestesia.
- Buenas noches, pequeño demonio.- Le acarició con delicadeza los cabellos y se salió de la pieza del más chico.
Tim se aproximó a la cama e inclinándose, le dio un beso en la frente a su hermano menor.
- Dulces sueños, gremlin.- Le dijo en voz baja, yéndose tras Todd.
Al quedarse solo, Grayson se sentó en la orilla de la cama, sacó el sobre y la muela para meterlos dentro de su pantalón, miró por un momento al chiquillo durmiente, y con el corazón pesado, se recostó a un lado suyo, abrazándolo contra sí.
- Te queremos, Pequeño D, y estoy muy orgulloso de tenerte como mi hermanito menor.- Acarició sus cabellos y le besó la frente.- Pase lo que pase, siempre estaremos contigo, pajarito. Y te prometo que, sin importar cómo, yo mismo iré al infierno y te sacaré de lo más profundo del abismo. No te rindas, Damian. No te rindas.-
Tumblr media
22 notes · View notes
caostalgia · 1 year
Text
Tres semanas.
No necesité mucho tiempo para quererte, para sentirte un poquito en mí. Para llevarte en mi sabor de corazón.
A lo mejor solo fui una loca, una loca de las de verdad. De las que no piensan y solo sienten. De las que quieren aunque aterre.
Y creo que sí, que fui una loca de ti. Que te quise muy rápido. Que te sentí sin prisas pero a toda velocidad. Que estas ahí, al fondo, en mi sabor de corazón particular.
No tengo claro cuánto te quiero, porque esas cosas nunca se terminan de saber. Pero sé que lo hago lo suficiente, aunque nunca haya un tope para los sentimientos. Y sé que voy a hacerlo mucho tiempo, porque el corazón no entiende de señales de stop. Yo sí, yo sí que las entiendo, pero no se me da bien enseñar.
Fue poco tiempo, pero no por ello el sentimiento fue menos verdadero. Algunas noches le doy vueltas al tema, al sentimiento, al latir. Y me descubro llegando a la misma conclusión siempre; el corazón siente y ya está, no se pone normas ni obedece al cerebro, él manda en los sentimientos aunque sepa que dolerá. Porque siempre duele, de una forma u otra.
Y soy de las que creen que el dolor va de la mano con el amor, que no existe uno sin el otro. Porque para que algo duela tiene que haber habido un poquito de amor de por medio, un poquito de importancia, un poquito de sentimientos. Y para querer tiene que doler a veces, porque lo perfecto solo son utopías en nuestro cerebro.
Katastrophal
207 notes · View notes
Text
Lo que para ti , fue algo sin importancia . A mi no me dejó dormir tranquila
203 notes · View notes
deepinsideyourbeing · 5 months
Text
(Hit me like a) Ray of Sun - Esteban Kukuriczka
Tumblr media Tumblr media
+18! fluff & smut. Dom!Esteban, begging, creampie, dacrifilia, (alusión a) overstimulation, sexo sin protección, edades no especificadas. Uso de español rioplatense.
Conociste a Esteban un día de lluvia.
La tormenta te sorprendió en medio de un paseo y el refugio más cercano que encontraste fue un café. Te acomodaste sobre la barra cercana a la ventana y decidiste perderte por completo en las páginas de tu libro favorito mientras disfrutabas de un tazón de café y algunos dulces, muy de vez en cuando observando el paisaje que se desplegaba al otro lado del cristal.
El ruido de la puerta principal te distrajo por unos segundos, pero más lo hizo el silencio repentino seguido de murmullos por parte de varias personas en las otras mesas. Cuando levantaste la vista identificaste el motivo: el recién llegado estaba empapado de pies a cabeza y su cabello goteaba sobre los hombros del impermeable aparentemente inservible que llevaba puesto.
Le restaste importancia y regresaste tu atención al libro entre tus manos, decidida a terminar el capítulo. Un par de párrafos más tarde una voz desconocida habló a tus espaldas y al voltear te encontraste con un rostro salpicado con pecas y gotas de lluvia, los mechones rubios le caían sobre los ojos y sonreía de manera tímida.
-¿Te molesta si me siento...?
-No, por favor- le devolviste la sonrisa y te disponías a continuar con tu lectura, pero su presencia te resultaba magnética e intrigante, toda una distracción: miraste de reojo cómo vaciaba despreocupadamente el contenido de sus bolsillos sobre la barra.
-Cómo llueve, ¿no? Me parece que no vamos a poder salir de acá.
Normalmente las interacciones triviales con desconocidos no eran de tu agrado, pero su comentario te hizo reír con facilidad y la suavidad en su voz resultaba más que agradable. Cerraste tu libro y la forma en que su mirada te recorrió te hizo temblar: un gesto fugaz, casi imperceptible, pero suficiente para convencerte de que había en él algo más, algo muchísimo más profundo de lo que su exterior dejaba ver.
-A mí me parece que no te conviene volver a salir…
Soltó una risa encantadora.
-Salí de casa así no más, tuve que comprar esto en el camino pero… bueno, mucho no me sirvió- explicó, señalando el impermeable con cierta resignación-. ¿Y vos? ¿Por qué saliste con esta tormenta?
-Salí a dar un paseo, no sabía que iba a llover.
-Entonces estamos en la misma- dio un sorbo a su café y arrugó la nariz. Notaste cómo sus ojos se desviaron hacia tu libro cuando se estiró para tomar el azúcar, pero si reconoció el título o al autor no lo demostró-. ¿Está interesante la lectura?
Sin siquiera pensarlo, contestaste:
-Estaba.
El rubor en sus mejillas no tardó en hacerse ver una vez que comprendió el significado de tu respuesta. Te dirigió una sonrisa tímida antes de voltear, concentrándose en endulzar su bebida y mordiéndose el labio para ocultar cuán afectado se sentía por tu sutil confesión, suponiendo por la expresión de mortificación en tu rostro que había sido completamente involuntaria. Reacio a permitir que te arrepintieras o te disculparas, extendió su mano en tu dirección.
-Esteban- se presentó-. Pero me dicen Kuku.
-¿Kuku?- preguntaste intrigada. Ofreció una breve explicación y te observó con atención mientras repetías su apellido un par de veces, como si saborearas las sílabas entre tus labios.
-Así, perfecto…
El resto de la tarde transcurrió de manera lenta, ambos acompañados por el repiqueteo de la lluvia en la ventana y sus respectivas bebidas calientes, y la conversación que mantuvieron estuvo centrada en todo y nada a la vez. Esteban dejó de ser un enigma rápidamente porque descubriste que era la persona más dulce y tierna que pudiste haber conocido. Al hablar sus manos se movían por cuenta propia, acentuaba sus palabras inclinando la cabeza o encogiendo los hombros, y sus ojos reflejaban la abstracción en sus pensamientos antes de dar una respuesta.
Abandonaron el lugar un tanto avergonzados luego de que un empleado se acercara para advertirles que estaban por cerrar. Ambos permanecieron de pie en la acera, alguna que otra gota aún cayendo y el silencio evidenciando la comodidad y familiaridad que habían logrado en tan sólo unas pocas horas, pero también obligándolos a tomar una decisión respecto a la situación.
-¿Te puedo pedir tu número?- preguntó de manera atropellada.
Suspiraste. Internamente gritabas de la emoción.
-Obvio. 
Las primeras citas, también en días lluviosos, tuvieron lugar en el mismo café. Pronto se volvió habitual que te esperara en la entrada: te recibía con un beso en la mejilla y acariciaba tu brazo de manera sutil, abría la puerta para permitirte entrar primero -su mano siempre dirigiéndose hacia tu cintura pero sin tocarte- y movía tu silla para que tomaras asiento cómodamente. Preguntaba qué querías incluso luego de saber que tu pedido era siempre el mismo, ordenaba por ambos y cuando llegaba la hora de pagar se rehusaba de la manera más educada a aceptar tu dinero.
Con el pasar de las semanas comprendiste que Esteban tenía intenciones enteramente puras. Su ser desbordaba sensibilidad y dulzura, se mostraba comprensivo y más que respetuoso, no era de extrañar que su comportamiento fuera siempre el correcto. Intentaste encontrarle defectos, tan acostumbrada a decepcionarte de las personas, pero lo único que se te ocurrió fue lo exigente que era consigo mismo, algo que sabías él era capaz de gestionar.
La primera vez que te invitó a verlo actuar le llevaste un ramo de flores y una tarjeta. Cuando la obra terminó te encontró entre el público y se sorprendió al ver los obsequios, confesando en ese momento –mientras acercaba su rostro al ramo, perdiéndose por un segundo en el aroma de los jazmines y las rosas blancas- que jamás había recibido flores luego de una presentación.
-Un crimen- comentaste, haciéndolo reír-. ¿Te parece si te invito a cenar?
Esa misma noche, paseando por las calles de San Telmo, Esteban te besó por primera vez. En sus labios cálidos y suaves podías percibir el sabor del vino que compartieron durante la cena, pero también un deje del chocolate amargo que incluía el postre. Rompió el beso cuando ambos estaban por quedarse sin aire y su mano permaneció en tu mejilla, su dedo meñique rozando tu cuello y percibiendo tu pulso.     
Podías jurar que sus ojos seguían reflejando la llama de la vela sobre la mesa y sus pecas aún parecían estar iluminadas por la misma. Los destellos rubios de su cabello brillaban bajo la luna… o debido a la luz del farol a sus espaldas, la cual le confería un aura casi angelical.
Y es que Esteban es un ángel, aunque en este preciso momento parezca todo lo contrario.
Su brazo se cierra sobre tu cuello para inmovilizarte contra su pecho mientras su mano ocupa su habitual lugar entre tus piernas, sus dedos recorriendo tus pliegues húmedos y rozando la piel que rodea tu entrada, sensible como resultado del incesante asalto por parte de su miembro.
Te aferrás a su brazo para no repetir el error de apartar su mano pero es inútil, la combinación con el movimiento repetitivo de sus caderas te supera. Intentás cerrar tus piernas para limitar sus movimientos, el interior de tus muslos aún ardiendo por el prolongado contacto previo con su incipiente barba, y ante esto no duda en pellizcar tu clítoris con fuerza.
Observa tu perfil con atención: el rastro húmedo que las lágrimas dejaron en tu piel, tus labios enrojecidos por la fuerza que empleás al morderlos y tus pestañas brillantes batiéndose cuando cerrás los ojos. Gritás, suplicás y llorás sin coherencia alguna, pero poco le importa lo que salga de tu boca si no es una palabra de seguridad o su nombre.
-No…- tu voz tiembla al igual o más que tu cuerpo-. No puedo.
-Sí, podés- dice entre dientes.
Sollozás al oír sus palabras. Eso dijo la última vez. Y la anterior. Y...
El cambio brusco en su tempo te hace gemir con fuerza, tu cuerpo se relaja sobre el suyo y sus labios sonríen contra tu piel cuando observa tu expresión de frustración dar paso a una reacción de reposo. Tu respiración vuelve a la normalidad pero sabe que si sus dedos rozaran tu cuello aún sentiría tu pulso descontrolado.
La tensión en tus músculos desaparece casi por completo y el alivio ante sus movimientos lentos, casi imperceptibles, es instantáneo... pero efímero. Otro grito amenaza con dejarte sin voz cuando retoma el ritmo previo y la fuerza de sus acciones envolviéndote provoca que tus pechos se muevan de manera casi dolorosa, una pequeña adición al resto de estímulos que amenazan con quebrarte.
El correr de tus lágrimas es insignificante en comparación con tus fluidos cayendo y manchando su miembro, su pelvis e incluso las sábanas que colocaste por la mañana y que ahora sufren una tortura bajo tus dedos acalambrados. Bajás la mirada sólo para apreciar cómo Esteban se introduce una y otra vez en tu interior: el tamaño de su miembro, la sensación de ardor que este provoca en tu entrada estrecha y la profundidad que alcanza en tu interior suficientes para hacerte delirar.
-Por favor…
Tu voz es apenas un murmullo, casi perdiéndose entre los sonidos dentro de la habitación y la lluvia que azota el exterior. Tus dedos liberan las sábanas para dirigirse hacia su cabello, los mechones dorados acariciando tus palmas sensibles como si se tratara de seda.
-¿Cómo? ¿No era que no podías?- se burla.
Intentás protestar pero la brutalidad de sus embestidas y tu garganta irritada no lo permiten. Una serie de sonidos penosos surge de tu boca mientras él continúa abusando de tus partes más sensibles.
-Por favor- repetís-. Por favor, necesito…
Se detiene con un sonido de falso hartazgo.
-Hacelo vos entonces.
Llorar no es una opción –después de todo, ya lo estás haciendo- y tampoco lo es suplicarle, por lo que te tomás unos segundos para respirar profundamente e intentar recuperar un poco la cordura. Dirigís el peso de tu cuerpo hacia tu centro, tus músculos agotados y la nebulosa de tu mente dificultando tus movimientos, y comenzás a mover tu cadera hacia delante y hacia atrás.
Esteban inhala profundamente y sabés que estás haciendo algo bien, pero el adictivo roce con su pelvis y la abrumadora sensación de su miembro llenando por completo tu cavidad apenas te permite pensar en ello. Tus gémidos y sollozos llegan a tus oídos acompañados por los sonidos obscenos de tu humedad y la voz de tu novio repitiendo una y otra vez:
-Así, perfecto, sí…
Estás a punto de dirigir tu mano hacia tu clítoris, incapaz de recordar si tenías permitido hacerlo, pero la contracción de tus paredes cálidas son una señal que Esteban reconoce inmediatamente. Comienza a masturbarte con un ritmo brutal, una mezcla de pena y satisfacción recorriéndolo cuando siente que perdés el ritmo por un breve instante y ve las lágrimas cayendo en cascada por tus mejillas.
-Por favor- lloriqueás-. ¿Puedo…? Por favor.
El sonido de afirmación es suficiente para que aprietes los párpados con fuerza, preparándote. Tus piernas temblando y la contracción de los dedos de tus pies te hacen ignorar el hecho de que tus labios entreabiertos hacen poco y nada para contener tus gemidos desesperados. El calor en tu rostro y tu cuerpo se vuelve ínfimo cuando tu (¿quinto, sexto?) orgasmo te golpea, el placer que este produce cegándote e impidiendo que notes el líquido incoloro que brota de tu interior y baña no sólo tus piernas.
Esteban no permite que te recuperes, en un segundo su brazo se cierra sobre tu cintura con la fuerza suficiente como para fundir tu cuerpo con  el suyo. Sus pies firmes sobre el colchón le permiten penetrarte con profundidad y precisión, el roce de su miembro ardiente sobre tu punto dulce prolongando tu orgasmo hasta reducirte a un mar de lágrimas y palabras sin sentido.
La humedad producida por tu excitación y tus orgasmos es apenas útil cuando tu interior usualmente apretado se contrae aún más. Maldice contra tu piel, pero no es suficiente y decide morder el espacio entre tu cuello y tu hombro… Es la forma en que te retorcés entre sus brazos, vulnerable y completamente a su merced, lo que lo empuja hacia su propio orgasmo.
Sentís el palpitar de su miembro y su liberación caliente manchando tu interior como recompensa. Suspirás, agotada en todos los sentidos, pero una sonrisa tira de tus labios.
-¿Por qué sonreís?- pregunta curioso, en su voz un tinte de diversión. Sus labios acarician la marca que sus dientes dejaron en tu piel-. ¿Pensaste que ya habíamos terminado…?
Notas de Lu:
El fluff del inicio es lo que era la introducción original de este one-shot, así que esto puede leerse como un preludio o no. Sé que se suponia que publicara otras cosas (mis más sinceras disculpas), pero hace días estoy con tremenda Kuku fever -nivel: me puse a escribir en clase y durante un ensayo, re desquiciada- y necesitaba escribir sobre él urgentemente porque así funciona mi cerebro :):
Espero que lo hayan disfrutado tanto como yo disfruté al escribir ♡
taglist:
@madame-fear @creative-heart @recaltiente @llorented @chiquititamia
120 notes · View notes
velandia11 · 1 year
Text
Mamá
La última vez que te escribí algo en una fecha especial fue de pequeña, me acuerdo que cada año cuando venía el cumpleaños, el día de las madres u otras fechas especiales que me acordaban en el colegio, lo primero que pensaba era en escribirle una carta muy linda a mi mamá, o un dibujo, porque mi cercanía con el arte ha estado palpable desde que tengo memoria, sin embargo deje de hacerlo porque sentía que para las demás personas no eran tan importante, y eso me hizo dejar de realizarlo; es gracioso que las personas me vean amargada o que no demuestro mis sentimientos, pero soy un ser humano particular que le cuesta demostrarlo y al momento de sentarme y escribir dejo todos estos bonitos sentimientos plasmados en cada palabra, en cada tilde, en cada coma… al ser consciente de esto ya grande, con un poco más de madurez, con un poco de autoconocimiento hacia mi ser decidí volver a demostrarte todo mi amor mediante letras el cual espero no sean borradas, y se tomen con la importancia que yo les doy… 
Gracias por darme la vida, cuidarme y protegerme como pudiste, los últimos años que me he dado la oportunidad de analizarme he tenido la valentía de contarte pequeñas situaciones que he encontrado como los problemas que tuve de pequeña y me han afectado como ser humano, quiero dejarte claro que no lo hago con intención de herirte ni a ti ni a nadie, cada situación que pase era necesaria para aprender enseñanzas que la misma vida nos coloca, no te culpo de nada, en mi corazón solo hay amor y perdón, por eso quiero brindarte lo mejor de mí, no mis momentos lúgubres, trato de alejarme cuando me siento baja de ánimo, por eso tal vez y no me ves tanto, no estoy presente con frecuencia, porque quiero llegar a tu lado y darte alegría y tranquilidad, no mas problemas … espero entiendas porque soy distante contigo y con todos… 
Gracias mamà por estar a mi lado en momentos importantes de mi existencia, hicieron una diferencia gigante, por ello no me derrumbo en mi dia a dia, por ti aprendí a levantarme por muy mal que esté, de ti aprendí que por muy difícil que sea todo se puede, porque tu lograste criarme a pesar de bachas en el camino sean económicos, sea apoyo para criarme, o incluso energías que te faltaban y sin embargo la dabas toda para sacarme adelante, todas esas cosas las note y las noto aunque no te las diga seguido, me da nostalgia plasmar mis pensamientos así sean de amor, por eso no tengo la valentía de decirlas en persona, porque siempre llorare en cada escrito que me salga del corazòn… 
Te amo mucho mamà, amo tenerte y abrazarte, amo escucharte y apapacharme en tus brazos, amo sentir tu alma junto con la mìa, por eso por mas oscuro que veas el camino recuerda que hay un rayo de luz a tu lado dispuesto a entregarlo todo por ti, siempre estarè contigo en cada paso, en cada circunstancia, acompañandote sea cerca o a la distancia, mi luz y mi alma están para ti siempre…. 
Deseo este año tengas un muy feliz cumpleaños, sigue cumpliendo muchos mas, no te rindas, cada bache es una enseñanza, y lo importante es aprender no pensar en que tan malo son las cosas, evolucionar en cada oportunidad, eres un sol que merece ser feliz, te amo, te amo mucho, con todo el amor de mi ser,
Att: Tu niña.
315 notes · View notes
floresdmiel · 2 months
Text
Soy el tipo de persona que se da cuenta de cada pequeño cambio que haces cuando empezaron a conocerse. Siempre noto el cambio en tu tono cuando me hablas. Siempre me doy cuenta si te estás volviendo más distante o más cerca de mí. Siempre noto el cambio en el aire o la tensión que crea si alguna vez sucedió algo malo entre nosotros. Siempre me doy cuenta de si hay algo mal y algo por lo que debería preocuparme. Ser alguien observador tiene sus propias ventajas y desventajas. Puedo predecir a la gente y llego a conocer más a la gente sólo observando sus acciones y palabras; pero también está afiliado a frecuentar sobre el pensamiento y tener demasiada preocupación por cosas que otras personas pueden ver como un asunto sin importancia. para otros, tal vez, no es gran cosa, pero para alguien como yo, lo es y lo será siempre.
27 notes · View notes
somos-deseos · 1 year
Text
Entre destellos e Ilusiones mi ansiedad:
Desearía que las cosas no me golpearan tan fuerte.
Quería que ciertas actitudes y personas se cruzaran en mi vida sin dejar una huella. Pero siempre se van e inevitablemente, quedan como un tatuaje en mi que no se borra con el tiempo. Cada alma que se cruza en mi camino me toca de diferente manera, no porque pese demasiado, sino porque yo las hago pesadas. Hago que el corte en la superficie de mi piel se convierta en un ataque al corazón. Y pongo el mundo patas arriba.
¿Entiendes la aflicción?
Para mí nada es irrelevante.
Todo es demasiado para mí.
Todo es una avalancha que me aplasta contra la pared en cada rincón que paso, en cada molécula de oxígeno que respiro, en cada átomo que me compone. Porque no puedo dejar de darle importancia a algo que no es importante.
Yo lloro; y sufro; me despeino por completo el cabello; me descuido de pies a cabeza, por todas partes. Y todo esto porque los fideos no están listos rápido, o porque se me quema el arroz. Porque a veces mi mamá no me da las buenas noches. O mis shorts favoritos se tornan demasiado cortos después de un tiempo.
Pongo intensidad en todo porque todo es demasiado intenso para mí, se que exagero las cosas. Lo siento por el chico al que no le respondo un mensaje. A veces lo lamento por la ropa que no pude comprar porque no tenía dinero, se que son tonterías.
Es triste estar así.
Las cosas adquieren significados inmensos, aunque sean diminutos. Y una y otra vez me falta el aire para soportar toda la basura acumulada que pongo en mi cabeza.
Es triste flotar y plantar los pies en el suelo al mismo tiempo, sintiendo todas las deformaciones del mundo y de las personas a mi alrededor.
Siempre me duele todo porque no sé que hacer.
Seguen - Julio 13
119 notes · View notes
historiasbodyswaps · 8 months
Text
UN NUEVO COMIENZO (Historia male possession)
Yo era un hombre retirado, tenía años que no sentía ninguna motivación pero recientemente limpiándolo el sótano de la casa de mis padres encontré un extraño baúl en el cual habían muchos libros de ocultismo y brujería, me interesó bastante uno donde explicaba un embrujo que permitía poseer un cuerpo permanente, empecé a leer más sobre el tema ya que estaba aburrido de esta vida monótona y solitaria
Tumblr media
Me miré al espejo y me odiaba realmente quería un cambio de vida, así que empecé a leer cada vez más los libros que había encontrado en casa de mis padres, cuando eran aproximadamente las 9 de la noche decidí tomar un descanso y encender el televisor para ver las noticias y ver que ocurría en la ciudad, ahí fue cuando lo vi, dios no puedo describir lo que realmente sentí en ese momento.
Tumblr media
Eran el presentador de noticias locales Mario, era realmente guapo así que puse mis ojos en el, decidí en ese momento que él era el tipo de persona que quería ser, por lo que esa misma noche puse mi plan en marcha no podía perder más tiempo, era ahora o nunca.
Después de tanto leer enconte un buen conjuro el cual decía que si quería transportar mi alma a otro cuerpo recipiente primero tendría que tomar un líquido que claramente preparé, cuando termine de tomarlo sentí como si algo se desprenderá de mi, no le tome importancia y me decepcionó esto no funcionó, o eso creía, me dirigí a mi habitación solitaria y fría, rendido me acosté listo para despertar al día siguiente y afrontar otro miserable día en mi cuerpo.
Aproximadamente a las 5 de la madrugada desperté y me empecé a estremecer esto era doloroso pero a la vez excitante no podía describir lo que sentía todo mi cuerpo se desprendía de mi, hasta que todo paro por qué de un momento a otro estaba afuera de mi, viendo mi cuerpo solitario en la cama sin nadie dentro, cuando cerré los ojos y creía que era un sueño volví a la realidad y de pronto estaba en un camerino, de una televisora, cuando abrieron la puerta, lo vi era el, Mario estaba solo y no me podía ver, aquí fue la oportunidad
Tumblr media
Cuando se sentó en una silla de ahí a ver los mensajes de su teléfono decidí aprovechar y me convertí en una especie de alma y me introduci por su boca, él empezó a gemir del dolor que sentía al yo entrar en su cuerpo, esto era insoportable para el, gemía demasiado en ese ajustado traje gris , cuando por fin todo terminó, abrí los ojos y Dios todo había funcionado era Mario, por fin era el no lo podía creer.
Tumblr media
Me quite el traje no soportaba esa presión, encendí su teléfono para verme y aquí está el, ese reflejo era mío, su cuerpo se estremeció y de pronto sentí un bulto en la entrepierna, el estaba realmente dotado y sabía que no lo iba a desaprovechar esto era increíble, pero tuve que controlarme ya que ahora era el y tenía que presentar el noticiero por lo que me puse mi traje y salí a el foro de noticias, esto fue una experiencia muy excitante.
Tumblr media
Ahí estaba yo sentado listo para presentar el noticiero y para ser mi primera vez haciendo esto no lo hice nada mal, parece que mi suerte esta cambiando, no me arrepiento en haber hecho esto.
Cuando mi trabajo terminó me dirigí al departamento de Mario, esta noche me esperaba algo maravilloso.
Tumblr media
Me cambié de ropa a algo más casual, su departamento era cálido y muy lujoso, nada comparado a la horrible vivienda en la que vivía, yo siempre fui gay pero no lo admití asi que Mario serás una estrella en el bar gay al que iremos en Ciudad de México, no puedo esperar las nuevas experiencias que vivirás. Este cuerpo es precioso no paro de mirar mi entrepierna y ese maravilloso bulto que ahora es mío.
Tumblr media
Aquí estoy viviendo mi vida al máximo como Mario, el poseer su cuerpo fue la mejor decisión que tome en mi vida,cada día en el es mejor que el pasado
Tumblr media
No paro de masturbarme por las noches cuando salgo de trabajar con ese traje y esos calcetines de seda que me pongo, jamás creía que esto se hubiera hecho realidad así que ahora creo más que nunca en que los milagros si existen, si no quien más que ese libro me hubiera dado la clave de la felicidad.
Eso fue todo se me hace tarde y tengo un encuentro gay por la aplicación de grindr.......
41 notes · View notes
analisword · 6 months
Text
high infidelity (Enzo Vogrincic x fem reader)
Tumblr media
Capítulo 18.
Alana se movió incómoda en su asiento una vez más, a pesar del aire acondicionado del restaurante y que su espalda estuviera completamente descubierta debido al vestido que había elegido, sentía un calor abrasador recorrerle a lo largo de toda la espina dorsal, ¿cuáles eran las probabilidades de encontrarse a la ex novia de Enzo precisamente en ese lugar? Por lo que tenía entendido, la mujer, al igual que él, era uruguaya, ¿qué hacía en esa playa tan escondida de España?
Por su parte, Enzo se limitó a darle otro sorbo a su copa de vino,  era como si se encontrara fingiendo demencia, Alana sabía a ciencia cierta que Samara y él habían terminado en buenos términos, habían tenido una relación bastante duradera y sana, terminaron simplemente decidieron que sus planes a futuro no eran los mismos, Alana no se sentía insegura o celosa, claro que Samara era una mujer bastante hermosa, sabía que era inteligente y divertida, sabía que si Enzo había estado tanto tiempo con ella y hablaba con tanto cariño era porque Samara era verdaderamente una buena persona, sin embargo, no podía evitar sentirse incómoda por obvias razones.
—¿Querés volver a la habitación? Ya estoy comenzando a marearme—carraspeó su novio, se le notaba algo nervioso y su cara estaba más roja de lo normal, Alana no podía decidir si era por el vino o la presencia de su ex amor. 
—No me molesta si quieres ir a saludar, sé lo mucho que significó para ti—declaró Alana estirando su brazo para tomar la mano de Enzo—. Sé que siguen siendo amigos—le regaló una sonrisa sincera. 
—Ehh—vaciló—. Ella parece estar bastante en su rollo y yo en el mío en estos momentos, ¿para qué molestar?—dijo él levantando los hombros, quitándole importancia al asunto. 
—¿Alguna vez viniste aquí con ella?—preguntó, cuando recién llegaron al hotel, sintió que era un lugar mágico y nuevo para ambos, pero ahora existía la posibilidad de que esa no fuera la primera vez de Enzo en el lugar. 
—¿Qué?—frunció el ceño—. Por supuesto que no—dijo ofendido. 
—No lo digo con mala intención, simplemente me pareció una coincidencia muy grande que esté precisamente aquí, pensé que tal vez ambos ya conocían el lugar, eso es todo. 
—Escogí este lugar porque era el único hotel cerca que nos aceptaba con todo y Zola, Samara no tiene nada que ver aquí, ni siquiera sabía que estaba en España—habló rápidamente, más que enojo, su tono de voz mostraba cierto grado de frustración que Alana no lograba comprender, pues en ningún momento le había reclamado nada. 
—Vale—dijo ella—. Simplemente preguntaba. 
Enzo apartó su mano y se apretó el puente de la nariz, Alana tragó saliva en seco, todo el día había sido más que maravilloso, no esperaba discutir con Enzo, mucho menos por algo tan superficial. 
—Ya no tengo hambre—dijo Alana, no le apetecía seguir estando en el restaurante, de pronto el alcohol se había acentuado más en su sistema, las luces se sentían muy brillantes y las conversaciones del resto de personas sonaban invasivas. 
—Sí, yo tampoco—coincidió su novio.
—Voy al baño rápido—dijo Alana quitándose la servilleta de su regazo para después abandonar la mesa.
Sintió su cuerpo relajarse cuando el agua helada del grifo tocó sus manos, las lavó meticulosamente, las secó y miró su reflejo en el espejo.
Ella y Samara eran como polos opuestos, ella tenía el cabello oscuro, Samara era casi rubia, sus ojos eran cafés, los de Samara eran azules grisáceos, la había visto sentada, pero aún así lucía significativamente más alta que ella. 
Era hasta chistoso hacer la comparativa, Sebastián y Enzo también eran polos opuestos físicamente.
Alana sacudió la cabeza ante sus ideas, no estaba llegando a nada conciso, no había sentido en comparar. 
El sonido de la puerta la sacó de su trance, Samara entró como si gobernara el baño y le puso candado a la puerta, tal como lo había pensado, la chica era significativamente más alta que ella, Alana no pudo evitar sentirse pequeña, tanto física como metafóricamente. 
—Hola—dijo Samara alegremente—. No quiero parecer loca, pero quería conversar con vos, por eso le eché candado y toda la cosa—dijo riendo.
—Hola—dijo extrañada.
—Soy Samara, un gusto—dijo extendiendo su mano, Alana la inspeccionó por varios segundos y la tomó, tenía sus dedos delgados y largos, además de un precioso esmaltado, cuando Alana apartó su mano cruzó los brazos escondiendo sus propias manos, sus uñas estaban mordidas y con callos en las yemas debido al constante contacto con las teclas al escribir durante todos esos años. 
—Alana—dijo ella asintiendo. 
—Sé quién sos—dijo ella—. Soy gran fanática tuya, desde mucho tiempo atrás—exclamó llevándose sus perfectas manos al pecho.
Alana recordó como Enzo le había contado meses atrás que Samara había sido la que le mostró sus libros, sin ella, Enzo nunca hubiera tenido idea de quién era Alana Lomelí. 
—Yo también sé quién eres—respondió Alana, tal vez era el cambio tan repentino de escenario, pero sentía que todo el alcohol que había ingerido se había esfumado por completo.
—Quise acercarme pero no quería verme invasiva, Enzo y tú se veían bastante divertidos y con copitas encima—dijo ella sonriendo, ¿qué nunca se cansaba de sonreír?—. Es un mundo muy pequeño, vine acá con mi novio porque es pianista y lleva un par de semanas trabajando aquí, en el lobby del hotel—informó, Alana recordó haberlo escuchado tocar cuando llegó. 
—Oh, genial, es grandioso.
—Sí, le gusta mucho lo que hace—dijo Samara llevándose uno de sus rizos detrás de su oreja. 
—Qué bien. 
—Umm, Enzo y yo llevamos mucho tiempo de conocernos, somos…bueno, fuimos, no sé, grandes amigos—dijo Samara comportándose nerviosa por primera vez desde que la intercedió. 
—Sé que fueron novios—dijo Alana inclinando la cabeza—. Descuida, no me molesta o algo así, te tiene un gran aprecio. 
—Lo conozco bien—dijo Samara agachándose para quitarse sus sandalias de tacón, aún así seguía siendo bastante alta—. Probablemente no se acercó a saludarme porque no quería incomodarte, no me molesta, sos muy especial para él.
Alana abrió la boca para responder pero no logró emitir ni un sólo sonido, no sabía que responder a ello, Samara pareció notarlo de inmediato, porque siguió hablando con su dulce y melodiosa voz. 
—No he estado muy pendiente de las noticias—carraspeó—. Entre el teatro, el trabajo de Martín, mi novio y otras cosas, pero sí algo sé es que Enzo siempre ha sido una persona bastante reservada y compuesta, escuché ciertas cosas, su relación no ha sido precisamente la más discreta…
—No sé a qué viene todo esto—la interrumpió, Samara levantó la mano, pidiéndole a Alana que la dejara continuar, ella lo hizo. 
—Si Enzo se ha metido en todo ese torbellino es porque en verdad te quiere, ¿sabes? Martín y yo estábamos acá mucho antes de que ustedes llegaran al restaurante—informó, Alana abrió los ojos en sorpresa ante la revelación, Enzo y ella habían estado horas ahí y no se habían percatado de la pareja hasta hace unos minutos. 
—No tenía idea—murmuró. 
—Porque cuando están juntos, están en su propio mundo—dijo Samara sonriéndole con ternura—. Te mira como si vos fueras la única persona en una habitación llena de gente, y vos lo mirás igual. Para no hacer el cuento tan largo, sólo quería decirte que estoy muy feliz por ustedes, sobre todo por Enzo, merece una buena persona a su lado y vos claramente lo sos. Gracias por cuidar de él. 
—Gracias por tus palabras, en verdad las aprecio viniendo de alguien que Enzo considera importante en su vida—dijo sinceramente, no había esperado esa interacción, siempre le habían parecido mágicas las conversaciones que se podían tener con mujeres desconocidas en los baños y esta no había sido la excepción.
—Bueno, ya no te robo más que aquél hombre seguramente debe estar buscándote por todos lados. 
—Sí—asintió riendo.
Alana salió del restaurante sintiéndose completamente diferente, Samara en verdad le había agradado, podía ver por qué Enzo la seguía apreciando hasta el día del hoy, por culpa de su turbulenta relación con Sebastián, había olvidado que existen personas que terminan en buenos términos. 
—Te veo muy pensativo—dijo Alana cuando finalmente llegó hasta Enzo, contrario a lo que Samara había dicho, él no se había estado buscándola y en realidad se encontraba frente al mar, viendo el océano y con los zapatos en la mano, estaba algo oscuro, las tenues luces del restaurante a unos cuantos metros alumbraban el lugar, al igual que el reflejo de la luna sobre las olas. 
—Perdóname por como te hablé hace un rato—dijo Enzo rápidamente—. No fue la mejor manera de hacerlo, estaba nervioso. 
—¿Por Samara?—preguntó Alana sútilmente, Enzo se giró hacia ella y la tomó del rostro. 
—No, no sé, no quería que te incomodaras por su presencia, resulta que yo fui el que lo terminó haciendo más incómodo, te pido una disculpa por ello. 
—Enzo, entiendo que ustedes sigan siendo amigos, no porque Sebastián y yo hayamos terminado mal significa que todo el mundo termina así, además, es una chica bastante agradable, demasiado a decir verdad—dijo bajando la mirada sin querer. 
—Hey, ¿qué pasa?—preguntó Enzo levantando su mentón. 
Alana apretó los labios.
—Podés decirme—la impulsó. 
—Hablé con ella en el baño…es lindísima, por fuera y por dentro.
—¿Estás celosa?—preguntó Enzo con una pizca de diversión en su mirada.
—¡No puedo evitarlo! Es tan amable, además sonríe todo el tiempo, ¿cómo no se le cansa la cara?—preguntó con curiosidad, Enzo soltó una carcajada echando la cabeza hacia atrás, por un instante Alana se olvidó de toda la situación—. Y sé que la relación entre ustedes fue tan sana y tranquila, en cambio conmigo…Pues, siento que te he arrastrado a tantos problemas con los que no tienes que lidiar. 
—Alana, para mí no hay mujer más hermosa que vos, ¿me escuchás?—dijo viéndola fijamente—. Vos sos divertida, amable, inteligente, bella y la lista sigue y sigue. Samara fue alguien muy importante para mí y aún la aprecio, pero hasta ahí, desde que te conozco no ha existido nadie más para mí, no quiero que haya alguien más, sos vos o es nadie. 
Alana sintió que su estómago giraba y brincaba de felicidad, a pesar de todos esos meses, su novio seguía poniéndola nerviosa.
—Estás borracho—dijo ella empujándolo con el hombro, sólo porque se encontraba demasiado sonrojada cómo para decir o hacer otra cosa. 
—Sí—admitió—. Un poquito, pero sigo pensando igual. Y Lana, en verdad te quiero, te quiero tanto que no me importa lidiar con la gente aburrida que escribe cosas sobre nosotros, que nos critica como si nos conociera, te quiero tanto, y ni ellos, ni Samara, ni Sebastián, ni nadie cambiará eso. Te lo prometo. 
—Te quiero—dijo Alana rodeándole el cuello con sus brazos. 
—Te quiero—repitió,  tomó una pausa de unos segundos y volvió a hablar—. Y estoy completamente y profundamente enamorado de vos. 
29 notes · View notes