Tumgik
#palabras incoherentes
deepinsideyourbeing · 3 months
Note
Se me ocurrió un escenario en el que Reader es lit súper malcriada, respondona, superficial y Enzo aplica la de "I'll fuck the brat out of you" no sé si se entiende bksnbnk tiene pinta de que sirve más como one shot que drabble, pero aje
youtube
+18! Posible CNC.
-¿Me vas a pedir perdón?
El rostro de tu novio es furia pura y el calor en su mirada se extingue como un débil incendio. Sus dedos están entrelazados firmemente en tu cabello para obligarte a mantener el contacto visual y su cálido cuerpo sobre el tuyo está consumiéndote, ahogándote con su esencia.
-No.
Una arruga en su entrecejo es la única advertencia que obtenés antes de sentir ese dolor no tan desconocido en tu mejilla, seguido por el delicado abrazo de su mano sobre tu cuello y la fugaz pero inquietante contracción de sus dígitos. Suspira con hartazgo o resignación, no lo sabés, y su respiración golpea tus labios.
-¿No?
Le sonreís de manera irritante.
Tu reacción es lenta en comparación con sus movimientos cuando manipula tu cuerpo, volteándote y presionando tu rostro contra el colchón mientras vuelve a posicionarse sobre tu figura desnuda, todavía más vulnerable que antes gracias a la nueva posición con la que te deja aún más expuesta.
Utiliza su peso corporal para inmovilizarte mientras se deshace de su camiseta, la última prenda que cubría su cuerpo, pero no lográs voltear para poder deleitarte con su imagen porque en un segundo vuelve a reducirte y tu campo visual está repleto de sábanas y nada más que sábanas.
El calor de su erección es reconfortante, seguro, pero tu entrada no está preparada para su tamaño y un gemido de angustia deja tu garganta cuando comprendés qué es lo que está por suceder: sostiene tu cabeza con una mano y con la otra guía su miembro hacia tu centro, deslizándose entre tus pliegues húmedos.
-Enzo, no- suplicás con la voz cargada de pánico-. No puedo...
-Callate.
El ardor de la penetración te hace gritar y él lo soluciona rápidamente cubriendo tu boca con una mano, restándole importancia a tus lágrimas cuando corren por tus mejillas y humedecen su piel. Te observa con una sonrisa de satisfacción que tu mirada nublada no te permite percibir y disfruta de oír tu llanto.
Tu cuerpo no tiene más opción que hacer lugar para recibirlo y pronto tus paredes, cálidas y muy estrechas, se contraen sobre su miembro cuando sus no tan delicados movimientos lo llevan a golpear repetidamente tu cérvix: tus gemidos ahogados por su palma son para él tan excitantes como frustrantes.
En cuestión de segundos el ritmo de sus caderas se torna brutalmente despiadado y tus sonidos de placer mutan hasta transformarse en exclamaciones desesperadas, opacadas por la colisión constante de su cuerpo con el tuyo y el húmedo sonido de tus fluidos que se propaga por toda la habitación.
Sus propios gruñidos y gemidos directamente sobre tu oído son abrumadores y embriagan por completo tus sentidos cada vez más aturdidos, consumidos por el intolerable placer de tenerlo tan profundo en tu interior y el persistente escozor que provocó en todo tu cuerpo con su súbito ataque.
-La vergüenza que me hiciste pasar, pendeja- dice y muerde tu oreja con fuerza. Rodea tu cuello con un brazo y pega su mejilla ardiente a la tuya, abusando con crueldad de tu interior y fingiendo que tus sollozos le resultan insignificantes.
No estás segura de qué es lo que te lleva a llorar de manera desconsolada: saber que tu comportamiento en verdad lo molestó o esa sofocante intensidad y el ángulo más que experto de sus embestidas que amenazan con romper tu cuerpo en todos los sentidos. Tu cordura se desmorona tan rápido como tu fuerza para continuar batallando con él.
Entre la incoherente combinación de gemidos, súplicas y gritos lográs formular una oración con suficiente sentido para hacerlo comprender:
-Enzo, pará, no puedo...
-¿Qué no podés?- pregunta entre dientes, ejerciendo presión con su brazo para privarte de oxígeno.
-Es mucho, no...
Sin palabra de seguridad o el gesto que la sustituye él es libre continuar y es justo lo que hace. Cada profunda estocada te lleva al borde del delirio y sigue sometiéndote incluso luego de experimentar un fuerte orgasmo: se estremece gracias a la sobre estimulación y la sensibilidad de su cuerpo le roba algún que otro quejido, pero la idea de detenerse no cruza su mente.
El sonido que provoca en tu interior lleno de su semen caliente es indecente, adictivo y tan excitante como para que su erección se mantenga, así que es una pena cuando te oye decir, entre lágrimas:
-Perdón.
Besa tu mejilla con gentileza y suspirás de alivio.
Enzo no se detiene.
taglist: @chiquititamia @delusionalgirlplace @lastflowrr @recaltiente @llorented @creative-heart @madame-fear ♡
49 notes · View notes
torbellino1 · 8 days
Text
𝕻𝖑𝖆𝖙𝖎𝖈𝖆 𝖈𝖔𝖓 𝖑𝖆 𝖒𝖚𝖊𝖗𝖙𝖊
Paseando de noche, granizo que golpea contra el cristal del coche, no puedo evitar pensar en que yo choque, extrañando de nuevo nuestro roce, disculpa el deseo, pasa que dan más de las doce y no se, culpa del reproche de que algún tonto fantoche te seduzca esta misma noche y desabroche el mismo broche que yo te quitaba con deseo en cada medianoche, el hormigueo de mis manos y la dilatación de mis pupilas me dicen que volví a caer en el derroche, paseando de noche, granizo que golpea contra el cristal del coche, no puedo evitar pensar en que yo choque
-Disculpe, ¿Dónde es la salida del lugar este? Lo que pasa es que debo terminar una carta disfrutando de mi derroche- -Para este lugar no hay salida, por más que llores, cantes o reces, tu alma me entregaste, mala vida, buena noche, me presentó, soy la muerte y vengo por tu espíritu que no aprovechaste- -Eso explica el color de tu rostro blanco como la leche y el vacío de tus ojos negros oscuros como el color del torbellino que me arrasó anoche pero, no estás de suerte, mi alma en vida regalé y mi corazón en bebida y drogas maté, por y para una niña de ojos verdes que nunca valoré- -Vivir tantos años en el purgatorio me olvida la estupidez de los seres que en este mundo viven, y tu humano eres el más incoherente creyente por haber confiado en que el demonio de esa mujer pudo amarte, ven, siéntate, te contaré mil relatos que pueden interesarte y tal vez después con suerte puedas irte pues, en tus ojos veo pasiones, desgracias y tantos desastres, perfecto para ser por siempre mi sirviente, muerto viviente-
Caminas en círculos, detrás de los estímulos que te da saber de mi vida sin escrúpulos, alimentado tu ego como crecientes cúpulos, confundiendo cada uno de mis lóbulos, de interrogatorios, desorden de cúmulos, dejando mi cráneo sin sus rulos, venenosos tus principios, ahora vuelves a mi vida llena de conflictos pero, vacía de tus sentimientos, usando los recursos de recordarme el dolor que cargo sobre los hombros, encuentras la felicidad dándome estos efectos, sobre mi cuerpo aún imperfecto sabiendo que por tus ojos aún tengo afectos
Mujer de ojos verdes
Ya no me lo cuentes, ya no seré más ese creyente que sin saber lo que pasaba por tu mente, me llevabas en contra corriente con todas esas palabras sin sentimiento y tus caderas de muerte, nunca me quisiste, para ti fui el chiste que te dio la razón de vivir para controlarme como un títere, vida y muerte, sol y luna, luz y mis ojos que oscurecen, me lo dijeron aquellos huesos, que mis sentimientos sepulte y en ti nunca piense con filosofía y razón de que mi alma perdiste, me iré como me encontraste, en un camino perdido esperando para volver a encontrarme con la muerte
23 notes · View notes
largativa55 · 20 days
Text
Muéstrame
La historia original pertenece a @logansargeantsbabymom
Carlos Sainz x Fem!Reader.
Advertencias: Maldiciones, obscenidades, calentamiento de pene, sobreestimulación, sexo oral, sexo oral, esposas.
Tumblr media
La música en el club suena tan fuerte que no puedes escuchar tus propios pensamientos. Mis caderas se balanceaban al ritmo de la música mientras sentía un brazo alrededor de mi cintura. Al darme vuelta, vi al hombre con el que me había estado entreteniendo toda la noche, Carlos.
"Finalmente, estaba empezando a pensar que me dejaste plantada", me reí entre dientes mientras tomaba con gratitud la bebida alcohólica que me trajo. "Gracias Carlos", sonreí mientras tomaba un sorbo de la bebida.
—¿Y dejarte aquí sola con estos pervertidos? —Carlos se rió entre dientes antes de colocar su mano, que alguna vez estuvo preocupada, en mis caderas—. No me atraparías muerta dejándote aquí sola —la única mano libre que tenía se estiró para rodear su cuello, acercándolo más a mí.
El contacto visual que mantuvimos decía que todo lo que los demás necesitaban saber era: “Puedo verlo en tus ojos, quieres pasar un buen rato”, dijo Carlos lo suficientemente alto por encima de la música para que yo lo escuchara, pero nadie más, inclinándose más cerca de mí, sus labios casi tocando los míos. “Quieres poner tu cuerpo sobre el mío. Está bien, pero no cambies de opinión, no cambies de opinión”.
La distancia entre nosotros es tan peligrosamente pequeña que puedo oler el alcohol en su aliento y me está intoxicando de la mejor manera posible. Puedo ver la mirada de Carlos pasar de mis ojos a mis labios. "Tus ojos dicen por favor, pero tus labios se preocupan por preguntar".
Tengo muchas ganas de besarlo. No sé si es por su mirada, por las palabras que salen de su boca, por lo carnosos que se ven sus labios o por el alcohol que tengo en el organismo.
“No hay necesidad de luchar contra ello cuando sabes que se siente bien. Dices que eres una mujer que sabe lo que le gusta”. La mano que tenía apoyada en mi cadera se movió hacia mi nuca y me acercó más a él, pero solo para besarme la comisura de la boca. Luego comenzó a dejar algunos besos en mi mandíbula antes de susurrarme al oído: “Entonces, muéstrame”.
—Vamos, nena, sé que puedes con ello. No me des la espalda todavía —no podía pensar, Carlos acababa de sacarme mi segundo orgasmo esa noche y mis muslos no habían dejado de temblar desde el primero—. Mi nena, ni siquiera te he probado todavía, acabo de hacerte correr dos veces con mis dedos.
No pensé que fuera posible sacudirme tanto con solo tener dos orgasmos de las manos de alguien, pero Carlos siempre se propuso demostrarme que estaba equivocado.
"Te ves tan bonita ahora mismo, te ves bien para mí así de estirada. Necesito probarla", una mezcla de palabras incoherentes y gemidos se derrama de mis labios mientras sé que Carlos no se detendrá hasta que me saque al menos dos orgasmos más solo con su lengua.
La forma en que Carlos dejaba besos por mi cuello hasta el centro de mi cuerpo era celestial. No tuve tiempo de prepararme mientras lo observaba descender entre mis piernas antes de sentir que su boca atacaba mi clítoris. Un jadeo se escapa de mis labios cuando me sacudo hacia adelante y mis muslos se cierran instintivamente alrededor de su cabeza.
En lugar de abrirme las piernas, Carlos usó ambos brazos y los envolvió alrededor de mis piernas que lo estaban atrapando para asegurarse de que no pudiera detenerse, no es que quisiera hacerlo, antes de comenzar a comerme.
Pasó su lengua por mi raja con largos pasos antes de succionar mi clítoris, estoy bastante segura de que unas cuantas veces sentí su lengua entrar en mí, lo que hizo que mis manos encontraran su lugar en su cabello, empujándolo más abajo, lo que le hizo soltar un profundo gemido, que fue todo lo que hizo falta antes de que mis muslos, que ya lo estaban atrapando, se apretaran mientras mi tercer orgasmo se apoderaba de mi cuerpo.
Carlos lamió mis jugos antes de soltarme las piernas, mirándome con ojos oscuros y llenos de lujuria y un mentón brillante mientras se arrastraba hacia mí y me daba un beso casto en los labios, permitiéndome saborearme a mí misma en él. Sin interrumpir el beso, Carlos comienza a quitarse los pantalones deportivos y los calzoncillos.
—Carlos, por favor, no puedo hacer más ahora mismo —murmuro, rompiendo el beso.
"Shh, está bien. Yo me encargaré de ti. Necesito que te sientes en mi polla, ¿de acuerdo? ¿Puedes hacer eso por mí o realmente quieres parar?" Justo cuando pensé que no podía enamorarme más de Carlos, él saca esta carta.
Presiono mis labios contra los suyos en un beso de pura adoración. “Mmhmm, necesito tu polla Carlos, por favor”.
"Esa es mi buena niña, ven aquí", sus manos callosas encontraron su lugar en mis caderas mientras me tira hacia su regazo, dándole a su polla algunas caricias antes de alinearse con mi entrada permitiéndome hundirme en él.
Carlos es bastante grande, así que tiene paciencia conmigo mientras lo llevo centímetro a centímetro hasta que toca fondo por completo y me permite adaptarme a su tamaño. Justo cuando me sentí lo suficientemente cómoda para empezar a rebotar y levanté las caderas, una de las manos de Carlos que todavía descansaba sobre mis caderas se tensó y me tiró hacia abajo.
—No, nena, te sentarás aquí y hablaremos —sus manos ahora dibujan círculos imaginarios en mis caderas—. ¿Cómo ha ido tu día, linda? Una pequeña sonrisa aparece en su rostro. Bastardo , sabía lo que estaba haciendo y lo estaba disfrutando.
Un gemido escapó de mis labios mientras mi centro ansiaba fricción. En un patético intento de hacer que Carlos se rindiera y me follara, apreté su polla y sonreí para mis adentros mientras escucho un gemido gutural bajo de él.
—Por favor, Carlos, necesito moverme. Necesito sentir que te mueves dentro de mí, necesito e-esto. Por favor, por favor.- Nunca he rogado por nada en mi vida como le estoy rogando a Carlos que mueva su polla dentro de mí. ¿Quién podría culparme? Puedo sentir cada cresta y vena de su polla, comencé a apretarlo tan fuerte que juro que sentí que la sangre seguía fluyendo por sus venas cuando dejé de apretar. Estaba tan absorta en saborear la sensación de su polla enterrada profundamente dentro de mí que ni siquiera noté que Carlos me estaba hablando, al menos hasta que sentí una mano firme en mi mandíbula y otra que me golpeó suavemente la mejilla unas cuantas veces.
—Oh, ¿mi bebé se ha vuelto tonta conmigo? Te estoy haciendo una pregunta, pero apuesto a que lo único en lo que estás pensando es en cómo mi polla está enterrada tan profundamente dentro de ti que si me corriera ahora mismo, te garantizaría que te metería un bebé.- No pude soportarlo más, en contra de mi mejor juicio comencé a mecer mis caderas. Algo en la forma en que Carlos me hablaba como si no tuviera neuronas me hizo algo y estaba decidida a hacer que no solo él se corriera, sino que yo también me corriera por cuarta vez esta noche.
La cabeza de Carlos cayó hacia atrás en pura felicidad mientras las manos que estaban plantadas en mis caderas comenzaron a ayudarme a moverme, no duró mucho ya que Carlos volvió a sus sentidos rápidamente deteniendo mis movimientos. "Ahora, no te dije que podías moverte, ¿verdad?" Silencio . "Te hice una pregunta, cariño. Contéstame o acortaré esta noche". Las palabras escaparon de mi boca, quería responder. Realmente quería, pero no podía formar palabras y eso molestó a Carlos.
—Bueno, tenía planeada una noche divertida para nosotros, pero como no puedes seguir instrucciones simples —Carlos me levantó de sus caderas, dejando escapar un pequeño siseo por la repentina pérdida de contacto—. Creo que mis planes contigo se han desperdiciado —todas las palabras que se me escaparon hace un segundo ahora vuelven a fluir a mí.
—No, por favor, Carlos. Lo siento, seré buena. Te obedeceré. Necesito tu polla, necesito que me hagas correrme otra vez. —Me di cuenta de que mis palabras lo estaban afectando, pero no lo suficiente como para que me perdonara.
—No, no lo creo. Te he dado muchas oportunidades y creo que es apropiado que me mires mientras me doy placer y te dejo tirada. —Mis muslos se tensan al pensar en Carlos haciéndome mirar mientras se toca y eso no pasó desapercibido para él—. Oh, pero te gustaría, ¿verdad? No te habría tomado por una zorra sucia, pero no me quejo.
La amenaza de tocarse mientras observaba incapaz de hacer nada ya no era una amenaza cuando vi a Carlos levantarse de su cama y caminar hacia la mesa de noche, sacando dos pares de esposas negras y esponjosas y dirigiéndose hacia mí mientras abría las esposas.
—Siéntate contra la cabecera —me ordenó, y dejé escapar un chorro de humedad entre mis muslos. Obedecí sabiendo que no debería presionarlo más a menos que quisiera que esta noche terminara de verdad.
Mientras me pongo contra la cabecera, miro intensamente a Carlos mientras agarra mi muñeca y la esposa a la cama antes de subirse a la cama y casi sentarse a horcajadas sobre mí mientras esposa mi otra mano a la cama. Su polla estaba colgando frente a mi cara, así que también en contra de mi mejor criterio le doy un lametón antes de darle un beso. Una vez que las esposas hicieron clic, Carlos agarró mi cara.
“¿Me estás desobedeciendo mientras te estoy castigando? Realmente no quieres que te cuide esta noche. No, no, creo que quieres que te castigue toda la noche hasta la mañana”. Su voz era baja y seductora.
Tiré mi muñeca contra la cabecera de la cama tratando de agarrar su rostro y atraerlo hacia mí para besarlo, pero fue en vano. Observé a Carlos sentarse frente a mí mientras comenzaba a acariciar su pene y a limpiar el líquido preseminal de su cabeza usándolo como lubricante. Marca un ritmo lento mientras mueve sus muñecas, no se está tocando por placer en este momento. No, se está tocando porque sabe que quiero hacerlo pero no puedo debido a este castigo.
Me mordí el labio inferior mientras observaba el ritmo insoportablemente lento de Carlos. No sé por qué me molesta, ya que no es a mí a quien está complaciendo. Pero puede que sea eso, es tan perfecto que no debería tener que ser complacido a un ritmo tan lento, merece ser adorado, tener a alguien a quien pueda usar cuando quiera.
Carlos parecía haber tomado nota de mis pensamientos: “Te está afectando, ¿verdad? ¿Viéndome tocarme tan lentamente, sabiendo que harías lo contrario?”. Un asentimiento fue todo lo que pude hacer. “Necesito tus palabras si quieres que tu castigo termine pronto”.
—Sí, sí, me está matando, Carlos. Quiero tocarte, chuparte, quiero tu semen, lo quiero todo. Quiero todo lo que estés dispuesto a darme. —Es patético, en serio. ¿Por qué es él el único hombre que tiene este efecto en mí? Soy una mujer, por el amor de Dios, debería ser independiente y no perder el tiempo con un hombre, pero algo en Carlos me hizo tirar a la basura todo sentido de feminidad.
Si este hombre me dijera que dejara mi trabajo y me quedara en casa como en los años 50, con mucho gusto dejaría mi trabajo ahora mismo.
"Esa es mi buena chica sucia", mientras Carlos me elogiaba por usar mis palabras, aceleró sus embestidas. Me di cuenta por la forma en que su rostro se contorsionó que estaba cerca. "Cariño, me voy a correr. ¿Dónde lo quieres?" El ritmo de sus embestidas me dijo que no duraría mucho.
“En mi boca necesito saborearte”
Eso fue todo lo que hizo falta antes de que Carlos se pusiera de rodillas y empujara su polla hasta mi garganta, moviendo su polla dentro y fuera de mi garganta. Mientras Carlos seguía follándome la garganta, estaba lo suficientemente cerca como para que apenas pudiera tocarlo, pero lo hice de todos modos. Sus caderas se tambalearon y con un último empujón estaba empujando su polla tan profundamente en mi garganta mientras se corría que mi cabeza se deslizaba hacia un lado de la cabecera, pero me dio más espacio para agarrar sus caderas y empujarlo más profundamente dentro de mi garganta.
Con los muslos temblorosos, Carlos se apartó y se sentó sobre mis muslos mientras me observaba mientras yo tragaba todo su semen como dije que haría. En el momento en que Carlos se sentó, su pene semiflácido rozó suavemente mi clítoris, una ola de euforia me invadió y me corrí. Sin embargo, esta vez fue diferente, me corrí como si hubiera sido la primera vez en mi vida y todo el semen cayó sobre Carlos
"Oh, nena, te espera una larga noche", dijo Carlos mientras lamía todo lo que podía de nuestros estómagos antes de quitarnos las esposas. "Prepárate para no caminar por un tiempo".
Aquí les dejo en enlace de la historia original por si quieren ir a leerla.
27 notes · View notes
alfabetalibre · 2 months
Text
A veces te pienso
Me acuerdo de los chistes que me hacías, burlándote de mis dramas y mis, según vos, “malos” hábitos. A veces incluso me sorprendo escuchando tu risa en alguien más. Una milésima de segundo en donde casi podría jurar que te vi, pero se que no, por que ya no estas.
Nos describiría como cualquier cosa menos un amor convencional, nunca fuimos sanos ni armónicos, mucho menos sinceros o comunicativos. Pero en el fondo sentíamos lo mismo y en ese momento para mi era mas que suficiente.
Yo sabia que siempre que hubiera una tormenta ibas a pensar en mi y a preguntarme si tenia miedo, para reírte, pero ese no es el punto. Por que después siempre venían las palabras tranquilizadoras, y eramos eso.
Eramos complicados, incoherentes, tóxicos. De un momento a otro queríamos correr tan lejos de esto como fuera posible, y al segundo no nos daba el aire para volver. Siempre volvíamos, por que éramos todo eso pero también éramos incondicionales. Hubo un momento en el que con completa certeza creí que éramos vos y yo contra el mundo. Nadie mas entendía, ni siquiera nosotros hasta el día de hoy entendemos.
Nunca supe que fui para vos en palabras, pero confié ciegamente en que ibas a estar siempre y así fue. Tuvimos muchas caidas, y ser incondicionales lamentablemente no nos protegio de hacernos sufrir, pero estoy agradecida. No importaba cuantas veces nos mandáramos a la mierda, si te llamaba me atendías desde allá.
Fuiste un amor que me consumio y tambien mi dolor más grande, pero valió la pena. Espero que todos puedan tener un amor así en sus vidas. Que sepa lo desquiciados que están, lo raros que son, que conozca cada parte de ustedes por dentro y por fuera, y con demonios y todo elijan quedarse.
Te odio, nunca vas a leer esto y ya no estas. Pero si el mundo se viene abajo sos la primera persona en la que voy a pensar
- Angel
27 notes · View notes
hellokittywrites · 2 months
Text
NEW MOON, última parte.
Tumblr media
your TEETH crave my name.
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
my blood makes you MOONSTRUCK.
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
is this OUR end?
Tumblr media
¿se sellará la indescriptible atracción que sentías hacia Park Sunghoon con el pinchazo de un colmillo? Sí, pero ¿sobrevivirá esa atracción a su propio sello?
pair: vampire!park sunghoon x f!reader
summary: finalmente, los colmillos de Park Sunghoon han penetrado en tu piel y tu sangre ha sido probada por él. ¿qué consecuencias traerá este mordisco? y, por si fuera poco, la figura misteriosa de Jay parece compartir un pasado con tu querida mejor amiga Aerin, si es que se podía seguir llamando de esa forma. Una historia en la que parecías destinada a participar en su final... ¿o en su principio?
warnings of part 4: sangre, mordiscos, besos en el cuello, menciones de dios, traición de una amistad, lenguaje malsonante y si veis alguno más decidme pls
words: 8288
parte tres masterlist
‧͙⁺˚・༓☾  ☽༓・˚⁺‧͙
Sunghoon succionó una, dos, tres y cuatro veces. Su lengua saboreó la sangre que caía de las perforaciones que él había hecho en tu cuello. No había palabras para describir la paz interior que su sabor provocó en su insaciable sed que, como vampiro, siempre le marcaría de nacimiento. O eso pensaba hasta que llegó tu olor, tus ojos, tu sonrisa, tu cuello, tu sangre... Cuatro veces succionó, insuficientes veces para satisfacer la sed por sangre humana de un vampiro corriente, de Jake o de Heeseung, pero curiosamente suficientes para él. Beber tu sangre era como tomar su manjar favorito estando lleno. Siempre había espacio, pero jamás abusaba porque no tenía hambre, porque ya estaba lleno.
Anulaste la sed del vampiro Park Sunghoon, realidad incoherente con la tradición, con lo común, con las leyes de la naturaleza. Y así, Sunghoon se separó tras apenas haber tragado más de una vez, sin necesidad de beber más, de morder, de matar. 
Despegó sus colmillos suavemente, atendiendo al tiemble de tu agarre en su brazo, el calmado latido del corazón y el suspiro de placer que tus labios emitieron. Se alejó, quedando cualquier sonido que sus suaves besos húmedos en tu cuello podrían haber producido ignorado por tu débil risa llena de cariño y plenitud. Park Sunghoon te miró ahora abrazándote y teniendo tu cara enfrente de la suya, mirándote siendo él mismo, sintiéndose vivo, sintiéndose humano.
Un cambio que percibiste en sus ahora desaparecidos colmillos y en sus verdaderos ojos de carbón sujetando los tuyos como si en ellos estuviesen la clave de su vida, la respuesta al acertijo de su existencia.
Park Sunghoon seguía siendo vampiro pero, en el fondo de su mente que todavía no estaba presa de esa inocente felicidad de tenerte en sus brazos, supo que las leyendas eran ciertas y que había esperanza en su gran deseo de vivir sin estar muerto.
Siempre y cuando tú existieras junto a él.
Cuando sentiste los colmillos de Park Sunghoon penetrar en tu piel junto con su cálida lengua saboreándote, tu corazón sintió la extraña sensación de un sueño siendo cumplido, pero no el tipo de sueño que solemos tener en la vida, por el que trabajamos duro y nos ponemos metas, sino un sueño que el destino de tu alma tenía que cumplir en el camino de su vida porque, en efecto, estabais hechos el uno para el otro.
Vuestras manos unidas se mantuvieron de esa forma, juntas, incluso tras el final de aquel íntimo momento, reflejando que aquello no era una simple atracción. La duda sembró tus labios y Sunghoon te escuchó con el mismo pánico que interiormente podía llegar a sentir al darse cuenta de que os unía una conexión tan antinatural que os hacía olvidar el hecho de que no os conocíais. Su caricia sobre tu cuello te tranquilizó de cierta forma, parándote a pensar en su tacto mientras observabas su rostro tras haberte mordido, marcado. ¿Realmente no conocías a Sunghoon? 
—Hasta hace nada pensé que tú no sentías lo mismo por mí, que todos esos detalles que veía en ti eran observaciones que jamás saldrían a la luz—. Comenzaste, siendo interrumpida por Sunghoon de una manera curiosa, al complementar tus palabras con sus observaciones. —Intuía que leías a Poe, y justo te encontraba en la biblioteca haciéndolo—. Susurró.
—Sabía cómo reaccionarias a algunas palabras del profesor Friedrich, y acertaba de lleno—. Continuaste. Sunghoon elevó una de sus cejas antes de hablar.
—Nunca te encontraba en los partidos oficiales de ninguno de los deportes de la academia y nunca me sorprendía—. Reíste mientras bajabas la cabeza. Tu mano libre acarició su pecho.
—Aquella vez que discutiste con Heeseung y todo el mundo se enteró poniéndose de parte suya, yo te vi cosiendo su camiseta de béisbol cuando pensabas que nadie te estaba mirando y no me sorprendió ese lado tuyo—. Sunghoon esbozó una pequeña sonrisa.
Su mirada se tornó un tanto dudosa mientras dejaba de llover, aclarándose el cielo y dejando brillar a las estrellas. Se acercó un poco más a ti, bajando la cabeza. 
—Sabía que estabas escuchando cuando rompí con Aerin. Por eso fui mil veces más maleducado e imbécil. Quería que me odiases, pero con cada palabra se me rompía más el corazón al pensar que realmente podría conseguirlo. Yo... yo nunca quise esto, estar atraído hacia un humano hasta el punto de sufrir una sed inaguantable. Pero es que antes...— Se le rompió la voz un poco —No sabía que esto que nos une es distinto e inevitable.
Sus palabras agilizaron tu corazón y una carga en tus hombros fue levantada por la compresión y compasión. Te lamiste los labios antes de realizar una pregunta. —Jay mencionó leyendas ¿somos parte de una?
Sunghoon te miró asintiendo antes de echar un ojo hacia toda la estancia. En su interior, supo que Jay te había mencionado semejante información tan insólita siendo una humana porque desde el principio se lo había temido, Sunghoon y tú erais lo mismo que Aerin y él. Jay, de nuevo, le había dado razones para admirarlo.
Notando su mirada precavida, hablaste. —¿Quieres venir conmigo y así hablamos con más tranquilidad?— Tus mejillas no pudieron evitar encenderse tras tu invitación. Sunghoon sonrió, llegándole la sonrisa hasta los ojos y asintió. —Sí—.
Así, caminasteis hasta tu habitación con las manos todavía unidas. 
Con vuestros meñiques tímidamente entrelazados, abriste la puerta caoba de tu habitación, entrando tú primero y Sunghoon detrás de ti. No te lo admitiría pero estaba nervioso, todo parecía encajar perfectamente muy rápido y el vértigo que le suponía ser plenamente feliz le atragantaba con risas. Apreció tu habitación, decorada con tu estilo rústico ideal pero con una pizca de tu esencia que no sabría muy bien señalar dónde. Era tu habitación y como tú, no podría haber otra igual.
Gesticulaste hacia tu cama y Sunghoon se sentó en ella mientras te dirigías hacia el escritorio, buscando ordenar un poco los papeles esparcidos y los libros abiertos, además de algún bolígrafo colocado a libre albedrío. Era un caos, pero no uno demasiado trágico.
Sunghoon aprovechó que no le mirabas para observarte. En su pecho hasta ese momento frio y muerto, sintió una calidez que le pedía a gritos abrazarte, protegerte, tenerte siempre en su vida junto a él. Eran sensaciones muy fuertes para alguien considerado muerto, para un inmortal que no tenía ninguna esperanza en la eternidad. 
Tras tu breve intento de orden, te giraste hacia él y tu corazón se aceleró. El chico vampiro que reinaba cada uno de tus sueños desde la primera vez que tus ojos se posaron en él, estaba en tu cama, cómodo, portando una sonrisa amplia y juvenil, casi como la inocentemente feliz sonrisa de un niño. La vergüenza te comió por dentro y te quedaste de pie, incómoda en tu propia habitación, gesto que Sunghoon notó y que le hizo reír al instante.
—¿Por qué pareces tú la invitada? Es tu habitación—. Dijo mientras tu nombre se escaba de su boca con gran adoración. Tú estomago dio una voltereta mientras Sunghoon con la palma de su mano sobre tus sábanas indicaba que te sentaras a su lado. Te acercaste, dándole la mano que el te tendió para sentarte en la cama, como si fueras una princesa de porcelana frágil hasta ante una pluma o unas meras sábanas. Lo comentaste y las orejas de Sunghoon se encendieron al darse cuenta.
Una vez acomodados -vuestras manos todavía unidas- Sunghoon se lamió los labios antes de suspirar. —¿Qué quieres hacer ahora?—. Su pregunta te sorprendió porque de cierto modo, pensaste que él tendría el control, que él sabría el secreto y que tú solo tendrías que asentir y seguir junto a él. Pero eso jamás sería así con Sunghoon. Si tú decidías estar con un ser como él, era decisión tuya. Si tú decidías seguir con él, dejar que beba tu sangre hasta que se volviese humano, era tú decisión, tu voluntad. Él jamás te forzaría a nada, incluso si te ibas, no te rogaría que te quedaras porque significabas demasiado para él. Gesto que un vampiro normal no entendería porque la naturaleza era manipular, decirte que te quedaras, que te sometieras a él.
Sonreíste ante la expresión suave de su rostro, expresando siempre tanto con sólo aquellos ojos, hecho que mucha gente no sabía apreciar. Tu mano libre se acercó a su cara, acariciando suavemente su pómulo. —¿Puedes explicarme qué es lo que nos une?—. Sunghoon cerró los ojos fundiéndose con tu tacto mientras asentía. La calidez de tu mano curó heridas interiores que no sabia que tenía abiertas y sangrando.
Así Sunghoon, poco a poco, te empezó a contar la leyenda que todos los vampiros conocían, pero que nadie creía o nadie quería creer. —Muchos vampiros no quieren volverse humanos, y creer que podía existir su humano destinado que los salvaría de la vida de pecado y condena no les interesaba. Por ello, esta leyenda no tiene la popularidad que podría tener, pero sí que todos preferimos no contársela a los humanos. Al fin y al cabo, es la posibilidad de una debilidad de la raza vampírica. Además de que realmente todas las religiones siempre hablan de algo similar, no sólo la que llama al "algo" Dios—. Llegados a este punto de la historia, Sunghoon y tú estabais acostados en tu cama, no acurrucados pero unidos por las manos que todavía no habíais separado.
—Entonces ¿es algo así como estar destinados el uno al otro?—. Tu corazón saltaba de alegría al pensar que realmente tenía una otra mitad que lo comprendía. Bueno no, no era simplemente eso. Era tener a Sunghoon como tu alma gemela después de noches sufriendo por un interés no correspondido. Él asintió.
—Creo que ya lo notas pero no podemos evitar sentirnos el uno hacia el otro como lo hacemos, con esta necesidad tan...—. Su mirada bajó hacia tus labios sin poder controlarlo pero sin hambre o deseo, simplemente observando la belleza de su forma. —Sí—. Completaste su frase susurrando. No había más palabras que una afirmación para expresar que conocías perfectamente esa necesidad de la que él hablaba.
Un silencio cómodo se estableció entre vosotros mientras os mirabais. Eras consciente de que ahora era el momento de tomar una decisión pero, saber que existían los vampiros y que estabas destinada a él, era demasiada información para una noche. Tus ojos así lo demostraban, siendo por un momento cerrados con lentitud por tus párpados. Sunghoon lo notó y te besó la frente suavemente. —A dormir—. Susurró con esa voz que siempre has querido oír siendo dirigida hacia ti. Apretaste su mano y exclamaste adormilada —No te vayas—. Sunghoon devolvió el apretón —Nunca—.
Pero, en mitad de la madrugada cuando la luna todavía mostraba su majestuosidad pero con cansancio, un fuerte dolor en el pecho te despertó. Abriste los ojos sobresaltada, buscando agarrar la mano de Sunghoon a modo de protección. En cambio tu mano entró en contacto con la nada, con sábanas cálidas, con simple aire, con un vacío. Te incorporaste con un horrible sabor en la boca y una respiración acelerada. El dolor en el pecho no se iba, continuaba contigo pese a haberte despertado, tal y como Sunghoon había prometido hacer con su estancia a tu lado.
Pero Sunghoon no estaba. No había rastro de él en tus sábanas en las que anteriormente os habíais confesado una gran unión y dependencia el uno del otro. Tampoco estaba en el escritorio que habías intentado organizar horas antes, ni en la entrada por la que con las orejas rojas te había alagado la decoración de tu habitación. Park Sunghoon no estaba. Park Sunghoon se había ido, se había esfumado. Y él había prometido no hacerlo, había prometido quedarse en un momento en el que todavía no sabíais qué seríais en un futuro.
Una mente racional pensaría que tuvo que irse por cualquiera razón que no fuese un rechazo, un portazo. ¿Pero con aquel dolor en el pecho? Casi sentiste tu respiración ahogarte, desafiando la física y la biología. Tal y como vuestra conexión lo hacía, tal y como su existencia vampírica lo hacía.
Tus ojos se llenaron de lágrimas que intentabas retener con pensamientos racionales. A lo mejor estaba fuera porque fue al baño o estaba yendo hacia su dormitorio a prepararse para el día siguiente. Pero no había clases al haber acabado el semestre. Tus pies aceleraron el paso atravesando tu habitación. Abriste la puerta todavía con lagrimas sin caer, sin doler.
Allí, bajo el alba, Park Sunghoon se alejaba de los dormitorios, de tu habitación, de ti, por el mismo camino por el que horas antes se había entregado a ti y tu habías permitido la perforación de tu cuello por sus colmillos. Tus cuerdas vocales se prepararon para llamarlo y así relajar a tu corazón. Hasta que tus ojos la vieron y aquello no fue necesario. 
Aerin caminaba por delante de Sunghoon, guiándole con su mano unida a la suya. La palma de Sunghoon acariciaba y rodeaba a unos dedos que no eran los tuyos. Estaba unido a alguien que no eras tú, sino Aerin. A quién primer amó, a quién tuvo que romperle el corazón por tu culpa, a quién verdaderamente quería en su vida.
Cerraste la puerta al instante mientras tus piernas fallaban y te dejabas caer lentamente en el suelo, con tus brazos acariciando tu ahora incompleto ser, con la huella de sus colmillos en tu cuello ardiendo, con el efecto que el dejó sobre ti como tu única identidad. Abandonada, con una promesa rota como última creencia.
¿Qué había sido esto?
‧͙⁺˚・༓☾  ☽༓・˚⁺‧͙
Prepararte para ir a cenar nunca había sido tan difícil. Saltarte el desayuno y la comida había sido totalmente sencillo al olvidarte completamente de comer.
Habías conseguido quedarte dormida tras el silencio sepulcral que el fin de tus sollozos produjeron. Era mentira, él no era tu otra mitad, tu persona destinada. Seguías igual de incompleta y sola. Pero eso no dolía realmente. Lo que dolía era que no fuera Sunghoon tu otra mirad. Que esto hubiese sido todo para ti y nada para él. Simplemente saciar su sed.
¿Cómo alguien podía mentir así de fácil? ¿Así de real? Vampiro. Era un vampiro. Estaba en su naturaleza y sólo fuiste un recipiente de sangre desde el principio. Pensar esto te devolvía el asesino dolor en el pecho. No encajaba, no podía ser de esta forma... Pero Sunghoon no volvió. No apareció ni a la hora de desayuno, ni para comer, ni al mediodía, ni por la tarde, ni a las ocho, ni a las nueve... nunca.
Así, decidiste -y como mecanismo de defensa ante su existencia y sus manipulaciones insensibles- odiar a los vampiros en un mundo gobernado por ellos.
Con esta nueva emoción dominante en tu cerebro, decidiste atender al último turno de cena de las diez de la noche, buscando saciar tu hambre y, con ello, culpar este vacío que sentías como causa de una razón alimenticia y no a la ausencia por abandono de Park Sunghoon.
Saliste de tu habitación luciendo presentable, desempeñando una nueva confianza fruto de la decepción y del odio. ¿Su humana destinada? Absolutas porquerías y mentiras. Recordar la pasión con la que os habíais abrazado hace horas mientras pasabas por el mismo camino por el que él se fue para no volver con Aerin fue una de las acciones más difíciles que habías realizado en tu corta vida. Agradeciste interiormente no haber probado sus labios, no haber sellado completamente vuestros, o más bien, tus sentimientos, o no sabrías si te recuperarías.
Mientras caminabas hacia el comedor por la desierta academia (a esas horas la gente estaba yendo hacia alguna fiesta o preparándose en las habitaciones para ello) el peso de todas las emociones que sentías te rompían los hombros.
Tras cruzar una esquina, la figura de Aerin caminado por el mismo pasillo al que habías entrado te hizo parar en seco. Sunoo iba junto a ella, caminando par a par hasta que vuestras miradas se encontraron y el ceño de Aerin se frunció, acercándose rápidamente hacia ti. Notaste las marcas de su cuello y antes de que pudieras siquiera mirarle a los ojos, un sonido desagradable reinó el pasillo.
Aerin te habia abofeteado.
—¿Cómo se te ocurre intentar seducir a mi prometido? ¿Es que a caso no tienes ningún tipo de vergüenza? Sabía que siempre me tuviste envidia pero llegar a estos extremos? ¿Cómo...?—. Dejaste de escuchar su discurso cuando la palabra prometido fue emitida por sus labios siempre pintados de ese característico rosa. Desconectaste tanto de lo que estaba diciendo que hasta la interrumpiste.
—¿Has dicho tu prometido?—. Aerin se rio de mala gana y supiste que quería darte otra bofetada. Pero, en vez de hacerlo con su mano, lo hizo con sus palabras. —Sí, Park Sunghoon—.
Tu cerebro seguía sin comprender y el gran escozor de tu mejilla no te ayudaba. —¿Y Sunoo? ¿No te estaba mordiendo ayer por la noche?—. Aerin parecía sorprendida y esta vez sí que no se aguantó, proporcionándote otra bofetada en la misma mejilla. Cerraste los ojos y te agarraste el moflete harta de semejantes actitudes que siempre habías aguantado de ella y que habían acabado en violencia.
Habías perdido a Sunghoon para siempre, si es que aluna vez fue tuyo. La plenitud que sentiste te había dejado tan feliz que su ida hizo que ahora ya no actuases en base a algo, simplemente siguiendo tus propios impulsos de protección. Nadie te volvería a pisar de esa forma, nadie se adentraría en tu corazón con semejante facilidad nunca más.
Antes de que Aerin pudiese empezar a chillarte, hablaste.
—Vas a pegarle otra bofetada a tu querido prometido pero a mi ni se te ocurra volver a tocarme. Puedes ser un vampiro, puedes ser la mismísima hija del director de la academia. No me importa. Ya te he aguantado lo suficiente como para ahora tener que darte explicaciones. Quédatelo, todo para ti. No quiero saber más de vosotros y de vuestras sangrientas manipulaciones. Tú sigue siendo una zorra y yo seguiré siendo educada. Que os den—. Con una rabia impotente, te giraste ante las exclamaciones de Aerin. Sunoo no se había manifestado, ni siquiera se había acercado, pero hubo algo en la forma en la que durante todas tus palabras sólo seguía mirando a Aerin que te descuadró completamente.
Olvidándote de que ibas al comedor, te giraste y rehiciste el camino hacia los dormitorios desviándote en un pasillo que nunca se usaba al dar a los almacenes de limpieza. Te sentase en el pequeño banco de roble que había como decoración usable y ocultaste tu cabeza en tus brazos mientras las lágrimas salían. Querías volver a casa, a junto tu querida madre que siempre sabia como ayudarte aunque fuese la persona mas imperfecta del mundo y aunque eso fuese imposible.
Sunghoon y Aerin se iban a casar. Vampiro con vampiro. Tal y como debía ser, como tenía que ser. Te diste cuenta que no debiste ni haberte metido, ni haberte dirigido a él, ni haberle mirado, ni nada. Ni saber de su existencia.
Tus sollozos eran tan fuertes que eran silenciosos, sacudiendo tu cuerpo mientras buscabas de alguna forma pensar en positivo, en otra cosa, en algo que no fuese nada ni nadie.
‧͙⁺˚・༓☾  ☽༓・˚⁺‧͙
Tras unos minutos en los que conseguiste calmarte a ti misma, el desquiciado hambre te atacó. Miraste hacia el infinitos techo de la bóveda de piedra que, con muchas más, conformaban la academia y suspiraste. Unos pasos te hicieron girar la cabeza, aunque tus ojos estaban muy pesados como para realmente procesar lo que estaba sucediendo.
Park Jay se paró al inicio del pasillo, con las manos en los bolsillos, observándote con unos ojos que de alguna forma, reflejaban perfectamente la desastrosa borrasca torrencial que se desataba en tu interior. Apartaste la mirada de él, no pudiendo soportar su mirada con conocimiento de causa. Jay continuó caminado hacia ti, sentándose a tu lado en aquel banco, descansando la cabeza contra el duro muro mientras suspiraba.
La presencia de Jay te reconfortó de cierta forma pese a ser un vampiro, pues cuando uno está en esa situación de dolor, la simple compañía de una mosca podía ser la más reconfortante del mundo.
En verdad Jay era el único que no te había mentido y que había sido lo más claro que nadie en esta academia había sido nunca, si omitimos los datos que, por una razón mayor, no te pudo dar. Esta reflexión te hizo pensar en Sunghoon.
Esa parte esperanzadora de tu interior pensaba que estabas sacando conclusiones demasiado rápido y que Sunghoon si volvería murió por tortura tras las palabras de Aerin.
—Que estés aquí me dice que algo sabes... Por no decir todo—. Comenzaste casi susurrando, buscando esbozar una sarcástica sonrisa mientras seguías mirando al frente, a esa piedra dura, oscura y rugosa.
Jay te miró, gesto que sólo pudiste captar por el rabillo del ojo. —Algo había sospechado pero el encuentro en el pasillo me lo confirmó—.
—Así que has visto eso. Wow—. Intentaste no sentir vergüenza. Fallaste. —Ya ves que tenías razón, tan amiga no era—.
Jay se rio muy débilmente, tanto que sonó más a expiraciones forzadas que a una risa para luego caer en un silencio dubitativo. Sentiste que te iba a contar algo importante, así que le miraste. Él no te devolvió la mirada, pero apreció el gesto de oyente activo.
—Aerin antes no era así. O eso siempre me digo yo intentando justificar por qué la sigo amando tanto—. Su confesión te sorprendió. Jay ahora sí, te miró a los ojos y te volvió a dejar ver el mismo torbellino de emociones que tu sentías ser reflejado. —Aerin y yo somos, o fuimos, lo que Sunghoon y tú sois. He visto como te mira y era imposible no notar su presencia en aquella azotea, antes de que me preguntes cómo lo sé—.
Pensar en la posibilidad de que sí que le importases a Sunghoon dolía demasiado. Ahora entendiste los espejos que sus ojos eran cuando le mirabas, él sabía perfectamente como te sentías. —Te equivocas Jay, él y yo nunca fuimos, ni somos... algo—. Jay miró al frente de nuevo, suspirando. Tras unos segundos, compuso sus pensamientos y comenzó.
—Sunghoon y Aerin se conocen desde la infancia, pero Aerin no es un vampiro—. Frunciste el ceño mientras continuaste mirándole, extrañada. —Es una hija adoptada y por ello, una humana intocable mientras no sea cambiada por su futura pareja. Además de ser nada más y nada menos que la hija del propio director de la única escuela de vampiros de Asia—. Jay gesticuló con las cejas y notaste un dolor de rendición en su voz. —Pero a mí eso nunca me importó, porque ella era mi destino, ella era mi futuro, mi todo. Nadie lo sabía, sólo ella y yo. Seguro que Sunghoon te explicó a lo que me refiero o si no, no estarías en este estado—. Le diste un suave golpe en el hombro, quejándote ante sus palabras.
Parte de ti se alegró porque Aerin también hubiese sentido algo tan bonito como pertenecer con alguien en una vida completa. Jay leyó tus pensamientos como un libro y te sonrió suavemente. —Pero yo jamás podría cambiarla, porque si bebo su sangre me debilito y cada vez me vuelvo más humano. No puedo darle la vida de eternidad que ella quiere para estar con su familia y sus amigos. Yo no podría hacerle eso a ella, especialmente cuando ya tenia toda su vida preparada al estar enamorada de Sunghoon—. Su voz perdió intensidad y suspiró.
—Yo decidí nunca sellar nuestro destino, nunca atarla a una vida conmigo de decepción y mortalidad y rechazo y me—. Paró de hablar y te miró. —Sabes que una vez que muerdes es imposible separarse y no podía encerrarla a mis colmillos. Por eso me los partí—.
—¿Decidiste arruinarte por ella?— Exclamaste susurrando. Jay te miró con seriedad. —Y lo haría las veces necesarias si eso significa que sea feliz—.
Apoyase tu mano en su hombro, entendiéndole perfectamente. Darías lo que fuese por volver a sentir esa conexión con Sunghoon, por poder llamar a Sunghoon tu destino y él querer serlo.
—¿Ella sabe esto?—. Preguntaste temiendo adivinar la personalidad de Jay.
—No estaba en sus planes de vida y cuando ingresé a mitad de curso en la academia el año pasado, no era el momento para un nosotros. Fingí que fue un accidente y ese mismo verano empezó a salir con Sunghoon—. Mirar a Jay se volvió doloroso. Era un absoluto reflejo de tus propias emociones, aunque el había arruinado su ser por Aerin.
Jay notó tus pensamientos de nuevo. —Pero Sunghoon y tú sois distintos. Le conozco y sé perfectamente que hay algo que le está haciendo actuar de esa forma y la razón no es que no quiera formar parte de tu vida. Sé que ahora debes odiar a los vampiros, pero debes creerme... ¿cuándo te hice dudar?—. Levantaste una ceja intentando ocultar la involuntaria esperanza que sus palabras te habían dado. 
—Eso mismo es lo que dicen los manipuladores, Park Jay—. El nombrado se rio mientras ambos seguíais en aquel banco, lejos de la causa de vuestros corazones rotos. Jay estornudó, y le prestaste tu bufanda, compensando por la sudadera del día anterior.
Tras unos minutos de silencio reconfortante, Jay habló. —Vamos a cenar—. Aceptaste sin pensarlo dos veces, al fin y al cabo tu estómago no tenía por qué sufrir las consecuencias de un problema del corazón.
‧͙⁺˚・༓☾  ☽༓・˚⁺‧͙
Jay cortó uno de los filetes mientras tú te llevabas un poco de tomate a la boca. 
—Así que los vampiros sí que pueden tomar comida humana— Señalaste mientras masticabas aquella fruta en el silencio de un vacío comedor. Jay alzó una ceja. —Es como los refrescos para vosotros, no los necesitáis para sobrevivir ni son realmente lo más idóneo, pero los tomáis igualmente—. Asentiste dirigiendo tu mirada al plato mientras jugabas con el tenedor. —Tiene sentido—. Jay te miró por un momento para después negar con la cabeza sonriendo.
Saber que Jay y tu tenéis experiencias tan similares y comprendéis lo incomprensible que es tener una alma gemela que no os quiere, os había acercado rápidamente. No tardaste en confiar de cierta forma en su criterio. Así, una vez tragado el tomate, decidiste hablar. —¿Crees que debería acercarme a Sunghoon?—.
Tu cambio de tema no le sorprendió y dejó de cortar aquel filete para mirarte mientras apoyaba su cabeza en una de sus manos. —No sé realmente qué es lo que ha sucedido. Aerin y él siempre tenían versiones distintas de los mismos acontecimientos. Lo que para ella es "lo hemos arreglado" para Sunghoon es "hemos roto". Aunque yo les conozco desde antes de que empezaran a salir, así que no se muy bien qué problemas han tenido entre ellos. Pero creo que será mejor que hagas lo que tú sientas—. Rodaste los ojos, aquello no te ayudaba. Jay te miró confundido. —No me hagas ese gesto, me has pedido una opinión—.
Sonreíste riéndote un poco. En verdad la pregunta había sido muy estúpida porque estabas convencida de que no ibas a hablar con alguien que te había dejado sus intenciones muy claras. La horrible sensación de ser abandonada te perseguiría en pesadillas futuras y simplemente no podías actuar como si pudieses perdonarlo solo porque Jay tuviese la opinión de que a Sunghoon realmente le gustabas, de esa forma tan del destino.
Suspiraste y seguiste comiendo, llenando tu estomago y sintiendo que por fin, algo bueno te había pasado ese día.
‧͙⁺˚・༓☾  ☽༓・˚⁺‧͙
Jay si que consiguió distraerte de todo lo que había sucedido, su presencia reconfortándote y haciéndote olvidar el hecho de que tenías el corazón roto. En cambio, tu libro favorito tendido en tus piernas siendo bañado por la luz de la Luna no estaba teniendo tanto éxito. Y eso que este libro siempre funcionaba.
El problema era que tu propia habitación también estaba impregnada de la sombra de Sunghoon. En cada rincón que mirabas, había una mínima referencia a él y a sus palabras emitidas hacía un día en esa misma cama. Habías cambiado las sábanas, hecho que te había ayudado durante todo el día antes de salir a cenar, pero ya no. La iluminación nocturna hacía viajar a tu habitación a la noche anterior, a un tiempo en el que Sunghoon existía en ella.
No podías soportarlo.
Habías decidido leer ese libro que siempre te reconfortaba y fue totalmente en vano. Tu mirada se perdía en algún rincón de tu cama y el círculo vicioso de acordarte de él te engullía. Nietzsche tenía algo de razón.
En una de estas pérdidas de concentración, tu mirada quedó pegada a la puerta en la que horas antes te habías derrumbado, habías sido abandonada. Te tembló el labio inferior pero no había ninguna lágrima formándose en tus ojos. Era simplemente las consecuencias de tus actos. 
Entrecerraste los ojos mientras apoyabas tu cabeza en la pared a la que tu cama estaba pegada, todavía contemplando la gruesa y una vez bonita puerta. Si tan sólo hubieras continuado con tu vida como siempre, si tan sólo no hubieras asistido a ese evento, si tan sólo no hubieras dejado que te mordiera...
Con ironía, te preguntaste cómo Aerin podía haber sido capaz de romper su relación destinada con Jay. Pensabas que la conocías, pero la Aerin que te consolaba durante la enfermedad de tu madre los dos primeros meses del curso, fue la misma que no dudó ni un segundo en abofetearte. Sunoo también te sorprendió, especialmente por la mirada de satisfacción que le dirigió a Aerin, como si hubiera organizado y planeado todo.
Aunque aquello no tenía sentido. Nada tenía sentido.
Justo cuando tus ojos por fin iban a dejarse llevar y cerrarse hasta la mañana siguiente, cansados de tanto dolor y de percibir tantas imágenes asesinas, un ruido te despertó de cualquier trance. Alguien había llamado a tu puerta.
Fue un golpe de nudillos suave contra la madera pero intenso y tu inocente corazón se aceleró rápidamente. ¿Será Sunghoon? Pensó con esperanza para luego tu cerebro destruírsela tras recordar que le habías dejado tu preciosa bufanda a Jay y os habíais olvidado de aquel hecho. Así que, era él el que estaba detrás de tu puerta.
Te levantaste de tu cama yendo a abrir. Pero Jay no te dio tiempo y apenas dos segundos volvió a llamar, esta vez con más desesperación. —Ya...—. Ibas a seguir tu oración pero Jay te interrumpió. —Por favor, déjame entrar—.
La puerta era lo suficientemente gruesa como para distorsionar el sonido pero ¿era lo suficientemente gruesa como para que Jay sonase totalmente distinto? Es más, sonaba tal y como, tal y como...
Aceleraste tus pasos y con la respiración rápida abriste la puerta sin importante absolutamente nada, sin pensar en ningún "y si" mientras existiese la posibilidad de que aquella voz fuese su voz. Apenas rozaron tus manos el pomo y tiraste con desesperación hacia ti. Y ahí lo estaba.
Park Sunghoon en el otro lado de la puerta, justo en el lugar en el que hace un día decidió entrar en tu vida, marcarte, y luego no volver nunca.
La misma palabra con la que prometió quedarse.
Te quedaste completamente paralizada mientras observabas sus pupilas oscuras penetrarte. Sus ojos estaban casi temblorosos, con un ceño fruncido y unos labios partidos. Sentiste la misma sensación que cuándo sueñas con caerte de un alto al vacío, tus piernas temblando y el silencio reinando porque esto tenía que ser parte de tu imaginación. El hecho de ver a Park Sunghoon fuera de tu habitación y que te estuviese mirando de esa forma o el hecho de que tu cuerpo estuviese reaccionando todavía a él no podía ser verdad.
Sunghoon también sintió de nuevo aquella intensidad con sorpresa. Realmente sujetabas su mundo en tu suave mirada. ¿Le gustaba aquello? Según sus actos y tu propia percepción, no.
Juntaste tus labios en una fina línea, sintiendo de repente las inmensas ganas de llorar todas aquellas lágrimas que en verdad sí que existían, pero que tu propio cerebro decidió ocultarte para protegerte.
Una oleada de lágrimas tan impactante mientras volvías a percibir sus preciosos lunares que te hicieron tragártelas.
No sabías qué pensaba, no sabías qué veía pero, sobre todo, no sabías que hacía aquí.
Y recordar las verdaderas circunstancias que rodeaban ese contacto visual te devolvieron a la dura realidad y, con todo el dolor de un corazón roto y un tsunami de lágrimas trágico, bajaste la mirada, susurrando con una voz casi inaudible y débil, muy, muy débil. —Vete—.
Pero tu mano seguía en el pomo sin empujar la puerta, simplemente observando tus desnudos pies, sintiéndote la persona más pequeña e insignificante del planeta ante él, ante la persona que te dijo que eras el amor de su vida, su destino.
Pero Sunghoon no se fue y tampoco se quedó estático. Es más, acercó su mano con la que había petado a la puerta a la superficie de ésta y empujó con suavidad, abriéndola. No lo impediste, abandonando el pomo que sujetabas, siguiendo con la mirada en el suelo, junto con tu corazón. No tenías ninguna forma de defenderte ante el poder que le habías dado, ante la unión recíproca que supuestamente os conectaba. Querías odiarle, gritarle, expulsarle de tu puerta y nunca dejar que volviera en tu vida. Pero ahí estaba él, cerrando la puerta tras haber vuelto a entrar. 
Sus palabras fueron como las tuyas, un breve suspiro de dolor en el silencio de rupturas y odio. —Lo siento —. Su voz despertó tu corazón con incomodidad. Así que realmente te había abandonado, realmente se estaba disculpando por simplemente cambiar de opinión en una noche, por darte el mundo y prometerte la eternidad para después desaparecer en el mañana.
Eso te hizo levantar la cabeza mientras comenzaste a hablar —Eres un mentiroso, un vampiro—.Usaste esa palabra con voluntad, queriendo hacerle daño. Querías producirle un mínimo de sentimiento causado por ti, como eran causados por él todos y cada uno de los tuyos.
Pero cuando le miraste a los ojos, ver su mirada fija en lo que parecía tu pómulo te despertó de cualquier posible comienzo de una discusión. —¿Qué?—. Susurraste. Sunghoon entonces te miró a los ojos y por primera vez desde que entró, sentiste ver al Sunghoon de la noche anterior. No tuvo que decir nada mientras su ceño se fruncía con frustración, regalándote unos ojos arrugados de puro arrepentimiento. —Nadie te debe poner el dedo encima, absolutamente nadie y aún así... —. Susurraba mientras volvía a llevar su mirada hacia ese lado de tu cara, perdiéndose en una batalla emocional interior. Aquello despertó tu chispa.
—¿Sabes quién realmente me ha puesto el dedo encima haciéndome daño?—. Hablaste sin susurrar, cambiando toda la atmósfera que os envolvía. Sunghoon entonces te volvió a mirar a los ojos, echando la cabeza hacia atrás ligeramente mientras negaba, no queriendo escucharte, no queriendo enfrentarse a la verdad de tus siguientes palabras. Pero ya era demasiado tarde y, con veneno, continuaste.
—Tú. El mismo que dijo que yo era su destino o mil estupideces más —. Sunghoon cerró los ojos mientras bajaba la cabeza.
—.Eso no es una estupidez—. Susurró, haciendo contraste con tu alterado tono. Sus palabras te provocaron cólera y tu dedo acusador se dirigió a su pecho.
—¿No ves? Sigues mintiendo y engañando y manipulando. No es una estupidez pero luego vuelves con Aerin?— Sunghoon se sorprendió ante tus palabras, mirándote incrédulo, cambio que no percibiste por tu ira. —Tener no sólo que verte irte con ella sino que también haber esperado como una tonta por una explicación para después ser abofeteada? —. Sunghoon dio un paso atrás, casi tambaleándose ante la incomprensión que tus palabras le producían.
—¿Qué estás diciendo? Yo no he vuelto con—.
—Mentiras Sunghoon y más mentiras. ¿Es que acaso no me has dicho ninguna sola verdad desde que ha pasado esto?—. Gesticulaste con rabia, señalando primero a Sunghoon y luego a ti, casi con asco. Aquello mató a Sunghoon, el cual dio un gran paso hacia ti para empezar a susurrar con ira reprimida —Nunca te he mentido. Ni una sola vez —. Te acercaste tú a él ahora, cerrando con peligro la distancia entre vosotros.
—Tú no sabes el significado de "nunca" —. La mirada de Sunghoon se dirigió a tus labios por un mínimo de segundo mientras los huesos de su cuello se notaban cada vez más, respirando con más intensidad y rapidez. Esperó tu continuación. Se la diste tras dos segundos. —Ayer dijiste que nunca te irías y me despierto a una cama fría y a, como no, tu ausencia —. Las lágrimas fueron inevitables pero el ceño se mantenía fruncido y la expresión dura. 
—Pero es que no me he ido —. Tu nombre salió de sus labios con frustración mientras sus ojos se cerraban por más de un segundo y su boca se fruncía. —¿Cómo me voy a ir si te pertenezco desde que nos hemos visto por primera vez? ¿Si he sellado ese estatus para siempre tras probar tu sangre?—. Su frente chocó con la tuya mientras vuestras respiraciones se calmaban. Tus lágrimas empezaron a caer con más intensidad. Tenias más preguntas y más en lo que profundizar, pero ahora... ahora.. —¿Eres mío? —. Sunghoon se apartó, rompiendo el contacto de vuestras frentes mientras que luchaba la necesidad de secarte las lágrimas con sus manos, necesidad que notaste. —Desde siempre—.
Tras esas palabras salir de su boca y deciros verdades en forma de miradas brillantes de tristeza y cristalinas, tus manos se dirigieron al cuello de su camisa, agarrándolo y tirando de él, uniendo primero vuestras piernas, luego vuestros cuerpos y finalmente, vuestros labios.
Sunghoon se quedó varios segundos paralizado, luchando internamente con la sed que tus suaves labios le habían provocado. Estaba tan necesitado de ti que no sabía cómo actuar. El movimiento de tus labios sobre los suyos le despertó de cualquier bloqueo y sus manos se dirigieron a tu cintura mientras te giraba y tu espalada acababa chocando contra aquella simbólica puerta en vuestra historia.
No pudiste no gemir ante el cambio en su actitud, ante la recíproca necesidad que él también sentía y que te reveló, rompiendo con todos los miedos del pasado. Realmente era increíble.
Mientras tus dedos encontraban sus cabellos y él se separaba de tus labios para darle la necesaria atención a tu cuello con húmedos besos, ambos supisteis que erais el final del otro. 
Y así os besasteis durante todo el tiempo que necesitasteis, con esa intensidad, para después pasar a esa anhelo, y acabar en ese cariño, en ese tú, sólo tú, sólo tus labios, tu cuello, tu sonrisa, tu cuerpo, tu pelo, sólo tú. Sin colmillos por su parte, sin odio por la tuya. Sólo vosotros.
Ese cambio en las emociones, en los mensajes húmedos que os emitíais de boca a boca, hizo tranquilizar vuestras emociones y vuestras respiraciones. Os separasteis creando un poco de espacio entre vosotros, Sunghoon echándose hacia atrás. Vuestras miradas se volvieron a unir y ambos sentisteis reforzarse la mágica conexión que os unía.
—No soy el prometido de Aerin—. Te miró con seriedad. Era su palabra contra la de ella, no había pruebas exactas...
—Lo que suecede es que Aerin se arrepiente muchísimo de lo que le ha hecho a Jay e intenta aferrarse a esa idea de que sigue enamorada de mí, cuando en verdad nunca lo ha estado. Nuestros padres eran los que nos querían juntos y Aerin al no ser de los nuestros, siempre intentó encajar temiendo ser apartada—. Sunghoon apoyó su cabeza en tu hombro. —Aerin y yo nos conocemos desde que su padre la adoptó, siempre fuimos solamente amigos hasta el curso pasado cuando apareció Jay. Nunca me enteré muy bien de qué había pasado entre ellos hasta hoy. Pero, en su momento, tanto Aerin y yo accedimos a salir falsamente. Era un favor a una amiga de la infancia y una forma de que mi padre me dejase más tranquilo—. La mano que se encontraba acariciando tu brazo lo apretó suavemente.
—Me arrepiento tanto de ello. No entendía la relación de Jay y Aerin hasta ahora y...—. Su voz se fue apagando— Creer que le he hecho tanto daño a Jay me parte el corazón—.
Tus manos rodearon su cuerpo, abrazándole mientras acariciabas su pelo, brindándole la calma que necesitaba. Sunghoon, tras unos segundos se apartó, y notando la seriedad en su expresión, le dirigiste hacia tu cama, sentándoos en ella frente a frente, tal y como la noche anterior.
—¿Por qué te fuiste?— Sunghoon suspiró, sabía que tenía que volver a ganarse tu confianza y lo haría costasen las explicaciones que costasen. Te ha esperado una eternidad, puede esperarte un poquito más.
—Aerin empezó a llamar a tu puerta descontroladamente ayer por la noche. Al principio pensé que sería un profesor o algo, y temiendo que te despertaran fui a abrir rápidamente. Cuando vi a Aerin, interiormente deseé que no te despertaras. Ella siempre ha sido una persona muy inestable y "romper" con ella ha afectado demasiado a nuestra relación de amistad. Los reproches estaban asegurados. Pero no fue así...—. Sunghoon te miró.
—Aerin empezó a llorar porque estaba aliviada de saber que estabas bien. Al verla en ese estado, recordé el peligro al que te había expuesto y me enfadé. Entonces empezó a decirme que no se acordaba de nada de lo que había sucedido y que estaba asustada. Me pidió casi rogándome que volviéramos a junto nuestros respectivos padres para zanjar de una vez la ruptura, pues a ellos no se lo habíamos dicho—.
Sunghoon calló por un segundo, dejando que digirieras sus palabras. Ante tu pequeño asentimiento de cabeza, continuó.
—Me iba a negar, no quería dejarte sola. Pero Aerin notó que lo nuestro no era tan simple y supuso que era como su situación con Jay. Me dijo lo de Jay y que justo por ello era más necesario que hablásemos las cosas... Ten en cuenta que Aerin llevaba mucho tiempo sin hablarme y, por lo que me decían, también hablaba bastante mal a mis espaldas. Sea lo que sea que produjese su cambio, no paraba de expresar lo urgente que era así que accedí. Había algo tan raro en su forma de comportarse que no pude evitar preocuparme, especialmente de camino, tras ver unas extrañas heridas en su mano—.
Sunghoon volvió a callar, buscando tu reacción. Aerin estaba preocupada por ti, Aerin había ido a comprobar como estabas... la memoria del escozor de tu mejilla te provocó emociones encontradas y sonando un poco incoherente, hablaste. —No... no puedo entender... sus acciones. A veces actúa como si le importo, otras no.. yo...—. Sunghoon agarro tu mano, entendiéndote. —Hoy desde hacía meses volví a ver a la antigua Aerin, pero tras llegar más tarde al ser obligado a cenar con mi padre, ¿me encuentro con la noticia de que anda diciendo mentiras y pegándote? Sea como sea la situación o sus emociones, Aerin no puede tratarte así sólo por sus problemas personales. Eres una persona muy preciada como para dejar que te traten mal—. Tu cabeza encontró el pecho de Sunghoon y te situaste cómodamente en él.
—Gracias Sunghoon. Tus palabras son muy bonitas. Pero realmente Aerin siempre me trató correctamente. Todo empezó a cambiar un poco cuando nos hicimos amigas de...—. Unos ojos rasgados imponentes aparecieron en tu cabeza y, volviendo a mirar a Sunghoon a los ojos, exclamaste — Sunoo—.
‧͙⁺˚・༓☾  ☽༓・˚⁺‧͙
Tu mano y la de Sunghoon se mantenían unidas mientras atravesabais los pasillos rumbo a los dormitorios de los alumnos SSR.
—Necesitamos a Jay—. Tus palaras hicieron parar en seco a Sunghoon. —¿Estás segura? ¿Y si la situación se descontrola?— Le miraste con determinación. —Jay más que nadie es la única persona que nos puede ayudar—. Tu sonrisa de confianza tranquilizó a Sunghoon y ambos continuasteis con vuestro camino.
Estando en el mismo piso que Heeseung, dirigirse a la habitación de Jay fue un camino ya conocido para Sunghoon. Tu sólo seguías sus grandes pasos con un ceño fruncido, preocupada por Aerin y temiendo que hayas juzgado a la persona incorrecta durante todo este tiempo. Miraste  Sunghoon mientras apretabas su mano. —¿Tú crees que Sunoo pudo..?—. Tus palabras se silenciaron mientras Sunghoon te miraba por un segundo. —Lo único que sé es que Aerin es humana y él...—Tragó saliva y evitó mirarte. —un vampiro—. Completaste susurrando. 
Sunghoon paró de caminar por un momento. Cogió tus manos y abrió la boca para hablar, pero lo interrumpiste. —Lo sé, Sunghoon. Tus ojos dicen lo que tu boca no es capaz—. Los ojos de Sunghoon parecieron cristalizarse para después sonreírte y continuar rumbo a la habitación de Jay.
Una vez allí, en un tétrico pasillo delante de una puerta carmesí de madera, yacía la habitación del nombrado. Sunghoon se aclaró la garganta y se apartó un poco de la escena, dejándote que hicieras tú lo necesario. Al fin y al cabo, después de todo lo que te había ayudado, era hora de que mostraras tu gratitud. Pero no era una cuestión de compromiso, realmente querías una amistad con Park Jay, el capitán del equipo de béisbol.
Te mordiste el labio con duda, para después acercarte a la puerta y petar. No pasaron ni cinco segundos hasta que Jay abrió la puerta. Tras veros a ambos con las manos unidas enfrente de su puerta, ni se inmutó. —No sois para nada silenciosos— Dijo y agradeciste interiormente por no haberlo despertado. Jay se fijó en vuestras manos y, mirándote con cariño, habló. —Te dije que sólo necesitaba un empujoncito—. Miró a Sunghoon con una sonrisa ladina burlona, pero cuando Sunghoon no le devolvió la sonrisa o no escuchó una carcajada por tu parte, supo que había algo que no estaba prediciendo realmente bien.
Saliendo de su habitación y cerrando la puerta detrás de él, frunció el ceño. —¿Qué sucede?— Sunghoon y tú os mirasteis, el primero asintiendo en tu dirección, dándote ánimos. Jay creció repentinamente impaciente y espetó una queja, sintiendo su interior removerse, algo estúpido siendo un muerto, sensación que sólo se producía cuando se trataba de cierta chica.
—¿Aerin? ¿Le ha pasado algo..?—.
—No Jay, no. Ella se encuentra bien en sentido físico pero...—Jay te miró con determinación.
—Guíame—. Tú asentiste y Sunghoon colocó una mano en su hombro, mostrando su apoyo.
Así, comenzasteis a avanzar rumbo a la habitación de Aerin, lugar que sólo tu conocías dónde se encontraba.
Una vez en el pasillo dónde la puerta rosa de la habitación de Aerin se encontraba, paraste en seco, haciendo que Sunghoon también parase al todavía tener vuestras manos unidas. Sunghoon te miró por un segundo, y eso fue lo necesario para entender tus intenciones. No fue el caso de Jay, el cual se giró tras darse cuenta de que os habíais quedado atrás un poco más tarde.
—¿Qué hacéis? Vamos—. Negaste con la cabeza mientras mirabas profundamente a sus ojos. Jay supo entonces a qué te referías y espetó rompiéndose involuntariamente su voz. —Me odia, no puedo simplemente—.
—No lo hace Jay, habla con ella.— Jay sintió todo el dolor de su rechazo, todo lo que dio por ella y supo entonces que podía hacerlo otra vez. Siempre pudo y siempre podrá si es por Aerin.
Sunghoon y tu mirasteis desde lejos como Aerin abrió su puerta para encontrarse con Jay, como intentó cerrarla pero Jay la paró, como tras segundos las lagrimas empezaron a correr por sus mejillas y como inmediatamente Jay la envolvió en sus brazos, protegiéndola de todo y de todos, como estaba destinado a hacer.
Sunghoon y tú supisteis entonces que vuestro trabajo ya estaba hecho.
‧͙⁺˚・༓☾  ☽༓・˚⁺‧͙
—Tengo una conversación pendiente con Aerin— Exclamaste mientras girabais entrando en un pasillo. Sunghoon te miró. —Y con Sunoo también, si realmente es lo que pensamos—. Suspiraste, él tenía razón.
—Sí pero siento que realmente quién debe hablar con el primero son Jay y Aerin, al fin y al cabo si nuestras apuestas son correctas, él fue quien se aprovechó de su situación—. Sunghoon acarició tu mano, escuchándote. Le gustaba ese lado tan amable tuyo, tan apreciativo del sufrimiento de los demás.
—Vale, pero que sepas que luego si tardas mucho iré yo personalmente a hablar con él—. Dijo mientras ladeaba la cabeza, haciéndote reír.
Aprovechando tu risa, comentó. —Me encanta cuando te ríes—. Tus mofletes se sonrojaron.
—A mí me encanta tu sonrisa—. Un sentimiento que conseguiste atrapar pasó por los ojos de Sunghoon y antes de que pudiera responderte, hablaste. —No me importa que haya unos colmillos que desean mi sangre. Sé que deseas tanto ser humano y vivir como nadie más en el mundo porque te llevo aquí.— Señalaste tu pecho. — Además de que tenemos la aprobación de tu padre—. Alzaste las cejas para después darle un beso en la mejilla. —Pero si yo no tuviera ese poder, seguiría contigo con colmillos, ojos rojos y una sed de sangre indomable—. Sunghoon se rio a carcajada limpia, primera vez que aquello había pasado desde que hubo un vosotros.
—No sabia que eras masoquista—. Comentó. Rodaste los ojos.
—Hay muchas cosas de mi que todavía no sabes—. Tus palabras resonaron a una pregunta indirecta que cambió la atmosfera a una de duda, duda que se resolvería segundo la respuesta.
¿Quieres continuar conmigo hasta el final?
—Lo sé, pero siempre estaré encantado de aprender sobre ti, de conocerte cada vez más. Siempre—. No pudiste ocultar tu enorme sonrisa mientras comentabas.
No hizo falta respuesta mientras caminabais hacia tu dormitorio, manos unidas, siempre unidas mientras la luz de la Luna os iluminaba el camino de vuelta a casa.
THE END !
taglist: @strxwbloody @baaamkyu @hashuuuu
notes: oh dios mio!! no me puedo creer que haya acabado esta serie ya :((((( espero que el final os haya gustado aunque es un poquito abierto pero así libre de interpretación jusjus!! los comentarios son super bien recibidos y gracias por leer jooo os amo <3
19 notes · View notes
boybeblue · 3 months
Text
La lluvia no siempre es la misma, y las palabras tampoco. La lluvia cae y parece estar limpiando tu dolor, pero luego solo cae sobre ti, te moja, la sientes en tu piel, pero solo está ahí, solo forma parte de la tristeza que inunda tu cuerpo y parece aumentar el peso de tu piel. Otras veces, la lluvia cae sobre tu rostro, se desliza, entra en tus ojos, empapa tus pestañas y cabello, te hace sonreír, te hace querer beberla, te hace querer sentirla. Pero las gotas, como las palabras, son solo emociones de tu existir, un cúmulo de emociones y circunstancias que circulan por tus venas, queriendo llenar de vida tu cuerpo.
No saber qué se siente, no saber qué se quiere, no saber qué se piensa; intentar articular emociones como palabras, intentar desviar el agua por un solo torrente parece casi imposible en ocasiones, solo fluye, a veces solo debes dejar que fluya, que ese no saber sea suficiente para saber que sabes no saber.
No puedo escribir como si fuera el más erudito, no puedo expresarme como si supiera lo que siento o como si tuviera el conocimiento de mis pensamientos y emociones como un sabio podría tenerlo. Solo parece ser como una tormenta. Una tormenta que cae y cuya singularidad depende del momento.
He aprendido a respirar bajo el agua, he aprendido a sentir las lágrimas en mis ojos, he aprendido a entender ese líquido salado que parece extraño a mi ser. La coherencia de su sentir, la coherencia de su fluir. A veces olvido respirar porque no estoy en el agua; parece ser que el agua ha sido mi maestra para respirar y cuando está en mí, cuando la lluvia cae de mis ojos, parece ser momento de restablecer las enseñanzas, parece ser momento de mirar esa tormenta que fluye de mis ojos, parece ser importante entender el azul de lágrimas que fluye.
¿Coherencia?
¿Algo la tiene?
¿Mis ideas tienen coherencia?
¿La tormenta la tiene?
¿Acaso las lágrimas de una tormenta caen con coherencia, saben dónde van a caer, saben su movimiento exacto?
Quizás puedas predecir la caída de una gota en una suave llovizna,
pero cuando se trata de una tormenta, ¿qué es una gota con la bocanada de aire que aparece de la nada?
Las tormentas son distintas.
Las lloviznas son distintas.
Los colores que se forman de una tormenta son distintos.
He aprendido de las tormentas azules y de las multicolor.
Quiero atrapar las gotas que caen de mis ojos, quiero entender cada una de esas gotas.
Quiero ser capaz de percibir su tonalidad de azul, ¿acaso todas son azul marino o azul celeste?
El agua cae del cielo, se precipita, flota en el aire, cae con fuerza sobre el suelo de la ciudad y se une a todas las gotas que junto a ella cayeron.
¿Son una sola gota?
¿No son una gota?
Un charco.
Un conjunto.
Un movimiento.
Un río.
Un mar.
Un océano.
Un ecosistema.
Un planeta.
Un universo.
Se mueve, se transforma, respira y asciende de nuevo al mismo cielo que la vio caer.
Sal sabe mi boca, así como el mar.
Mis ojos están rojos, rojos como a punto de estallar de calor.
Rojos como un volcán a punto de erupcionar, o acaso ya erupcionó, está activo.
El rojo de un recuerdo, un recuerdo de lágrimas azules.
¿Coherencia, la hay?
¿Mis lágrimas son coherentes? ¿Mis sentimientos lo son? ¿Mis pensamientos lo son? ¿Lo es la existencia? ¿Lo eres tú quien lee esto?
La gota de lluvia que cae sobre mi piel no es la misma gota de la lágrima que se desliza por mi mejilla.
Agua, se mezcla y forma un solo ser, un átomo lleno de energía y de incoherencia.
Un océano completo que parece estar tan calmado como si fuese una laguna en la mitad de un páramo,
silencioso y calmado,
lleno del más mínimo sonido presente en la ausencia de ruido.
La tranquilidad en el sentir.
Los pensamientos dejan de sonar o adquieren orden,
incoherentes pero coherentes con su idea.
Lloviznas y tormentas caen sobre ese océano que solo recibe y parece ser infinito, capaz de soportar la tempestad y la calma de cada una de las gotas que caen sobre él.
Es tan azul, tan magnífico, tan transparente y penetrable, tan oscuro y envolvente,
contradictorio en calma,
calma que se precipita,
calma que respira con fuerza,
calma que quiere encontrar respiración en lo más profundo del mismo océano.
Un sin sentido que necesita ser ordenado.
El cosquilleo de buscar el orden.
El corazón desordenado.
El respirar precipitado.
La calma que se busca.
Respirar bajo el agua, entender el océano, entender el ruido,
entender la arena que se mezcla cada vez que las olas chocan en el borde de la playa.
¿Hay coherencia?
¿Hay ideas, hay palabras?
¿Hay lluvia, hay tormenta?
¿Hay yo, hay tú?
Esa arena cae de nuevo en la playa y el agua transparente deja ver el cielo completamente azul que se refleja en ella.
No necesito entender cada gota, cada llovizna y cada tormenta, pero he sido capaz de sentirlas, miedo en ellas, reírme en ellas, respirarlas, articularlas.
Se mueven al caer en el suelo, al fluir hacia el río y seguir su camino hasta desembocar en lo más profundo del océano.
El océano parece abrazarlas y aceptarlas con tranquilidad utópica.
Es océano, es profundidad, es ligereza.
Es.
21 notes · View notes
Text
Epimeteo
Tumblr media
Esta noche estuve bordando pensamientos.
Y en el desdoblamiento incoherente de las elucubraciones borrosas e incoherentes que preceden al sueño, se me ocurrió recordar esta frase que, con toda probabilidad, de mil maneras, ya he confundido, descompuesto y remendado de alguna forma, con quién sabe, que otras y peores palabras:
“Los discursos o ideas inteligentes sólo pueden exponerse a una sociedad inteligente; en la comuna, en cambio, son odiosos porque para ser del agrado de ésta es absolutamente necesario ser superficial y limitado de cerebro” (A.S)
El hombre exigente, pensé, riguroso al exigirse el esfuerzo constante de superación (o el, igualmente arduo, de no empeorar), está pues inevitablemente destinado a chocar con las dificultades de un contexto que reconociéndolas evita las 'inteligencia, de cualquier tipo, en cualquier forma, ya sea intelectual o emocional, social o especulativa: consiste en educación o sentido de la proporción, respeto o apertura mental.
Sensibilidad o coherencia: como si alguna capacidad de profundización, articulación, razonamiento , la introspección y la construcción de pensamientos o sentimientos parecerían a la mayoría como un intento constante y quirúrgico de atrapar, confundir, engañar.
Como si saber hablar, comer, comportarse y discutir fuera un expediente para narrar, cercar, complicar.
La inteligencia como un hábito esnob, un instrumento de engaño, un error garrafal, un soberbio contraflujo.
El amor como punto de partida egoísta, medio de cerco, humo, arma traicionera, la confianza como estrategia.
Al hacer esta curiosa distorsión de la realidad, que de otro modo no podrían garantizarse un lugar en el sol, se vuelven locos al transmitir la extraña idea de que la escasez de intenciones, sentimientos, forma y espíritu corresponde a algún valor objetivo, un mérito, una cualidad.
Entonces los ves hacer alarde de una supuesta autenticidad, alardeándola como una forma de sinceridad instintiva, básica, absoluta y perfecta: si tengo que decir algo, lo digo como me sale de la boca.
Y, sin embargo, diría que la fuerza de un valor no radica exclusivamente en su instintiva simplicidad: de hecho, encuentro que la mejor manera de hacerlo concretamente útil para uno mismo y para los demás es saber cómo metabolizarlo para comprenderlo, su significado, acariciar su núcleo, descomponer su propósito.
Para hacer esto no necesitas ser inteligente, por supuesto: pero no necesitas ser superficial.
La simplificación de temas y sentimientos, de hecho, creo que es el primer y más decisivo impedimento en el camino de la inteligencia o la confianza, la conciencia de sí mismo y de los demás, la capacidad de amar de verdad.
Por otro lado, también pienso que la banalización funciona como el mal gusto: ayuda a quien lo tiene (gusto) a elegir algo diferente a lo que ve, incitándolo a reaccionar, estimulándolo a buscar la excelencia, una matriz compartida que solo él logra imprimir una comunión de intenciones, ideas y perspectivas capaces de gratificar la esencia del valor mismo, magnificando sus peculiaridades.
Tome una idea, por ejemplo.
Como forma simple, aparece perfecta: limpia, instintiva, concluyente, circunscribe al hombre y lo cualifica, define sus límites o amplía sus horizontes.
Igualmente, cuando es fruto del razonamiento, la introspección, la investigación personal, la construcción, la cognición, es capaz de motivar a los ignorantes e intrigar a los sabios, iluminar a los negligentes y oscurecer a los frívolos.
Sin embargo, y en cambio he aquí el punto de inflexión, su banalización (es decir, reducirlo a un mero instrumento de oposición, mezclándose mezquinamente tras la afirmación apodíctica de su razón, contestándolo, gritándolo, reconectando con todo y cualquier sinsentido, sin motivación, fundamento, estructura, como excusa de la insuficiencia, pretexto de la violencia o necesidad de confirmación personal) la degrada hasta mortificar inexorablemente su calibre.
Y, sin embargo, qué grande y fuerte puede ser si se transmite de la manera correcta, se mastica, se convierte en voz, carne y sangre.
Toma el amor, entonces.
Como forma simple, se presenta también como perfecta: lineal, fatal, desbordante, coge al hombre desprevenido y lo distorsiona, lo eleva, lo hace crecer y lo vuelve niño.
Igualmente, cuando es fruto de la interiorización del acontecimiento, de la reflexión, de la maduración emocional, de la elección, de la comprensión, de la conciencia, es igualmente capaz de envolver y sanar al desencantado, despertar al apático, hacer reflexionar al cínico: cuán poderoso e inexorable puede ser cuando es objetivo para el corazón.
Y, sin embargo, y en cambio, aquí estamos de nuevo en el punto, su banalización, reduciéndola así a un mero pacto o escenario social, vinculándola torpemente a todas y cada una de las relaciones, al sexo, a los enamoramientos fugaces, a los impulsos, a las necesidades, despilfarrándolo como antídoto contra la soledad, la necesidad de confirmación personal o el deber de rol y lo degrada hasta el punto de aniquilar inexorablemente su fuerza.
Toma a la gente ahora.
Como simple entidad, cada uno de nosotros es capaz de expresar alguna inteligencia, puede jactarse o alardear de ideas y ciertamente puede llenarse la boca con la palabra "amor", cada uno, a su manera, puede convertirse en centro y periferia de todo, objeto y sujeto.
Pero solo algunas personas son capaces de darnos la lente adecuada para mirar las cosas, estimularnos a mejorar y darnos la sensación clara y quirúrgica de que nunca nada se da por sentado.
Ni las atenciones ni las palabras, que con demasiada frecuencia verter en envases vacíos o perforados o que acabamos por considerar evidentes en cuanto se supera el umbral de confianza.
No las pasiones y tensiones, que añoramos para idealizarlas o derrocharlas hasta apagarlas, viéndolas enfriarse lentamente, bajo el peso de la cotidianidad, de la vida persiguiéndote, de los plazos y de fin de mes.
No la confianza y la honestidad, que muchas veces damos a las personas equivocadas, incapaces de comprenderlas o devolverlas, buenas sólo para mortificarlas, aniquilarlas.
No son las imágenes arrugadas en el fondo de los ojos al amanecer, ni son los pensamientos esparcidos por el suelo del corazón al atardecer, cuando regresas a casa y ves contra la luz el fantasma de quien quisieras, la sombra de quien tienes.
Perdido o encontrado, a quien espera sentado en el sofá, con los pies descalzos y los puños cerrados.
Así que, finalmente, me vino a la mente un violín.
Y comprendí que para tener cualquiera, aunque sea (sólo) mil virutas equivocadas, superficiales, distraídas, cursis, bastan; pero para conseguir un Stradivarius, solo dos o tres serán decisivos, probablemente solo uno: el correcto, el más razonado y calibrado, el que parece que se te escapa de las manos y luego te encuentras entre los dedos, diría perfecto, como la única persona con la que el hombre exigente decide (y puede) compartir inteligencia, ideas y confianza.
Aquí, qué pensamientos bordé: que amor es un stradivarius, porque soy un hombre exigente.
45 notes · View notes
las-microfisuras · 1 year
Text
Estaba acostada, los ojos y el rostro tapados con los brazos, y pensando como siempre en palabras sin sentido o, mejor dicho, incoherentes. Por ejemplo, “piedra”. Es el mejor método, pensar concentrada en esa palabra, hasta que se sienta algo pesado dentro. Y cuando el peso se hace tan fuerte que alguna parte dentro de mí está cubierta por ella, viene otra, digamos, “flor”. No una clase determinada de flor, eso sería ir demasiado lejos y podría distraerme. Sencillamente “flor”, hasta que haya sitio para ella, una flor debe tener espacio para florecer. Y así voy avanzando.
- Notas desde un manicomio, Christine Lavant.  Errata Naturae, 2018, traducción de Nieves Trabanco.
Tumblr media
34 notes · View notes
thecanvasofmadness · 22 days
Text
Cuando has sentido todo con la creencia de que ha sido real y, de pronto, te encuentras con el alma llena de heridas, algo se cierra dentro de ti… los ojos ya no te funcionan, las manos se te hielan, el corazón se te paraliza. Nada de lo que antes palpitaba con el hervor de la sangre emocionada tiembla… Todo se vuelve gris, árido y desesperanzador. La realidad te cae encima y, con ella, la acritud te arrebata la sonrisa; ésa que resplandecía con la magia de la ilusión. Las palabras se vuelven líneas y curvas sin sentido; voces mudas que no se alcanzan a escuchar, porque no dicen nada, sólo balbucean… babean… escupen… reproducen sonidos incoherentes e infructuosos, nacidos de una mente obscena y banal. ¿Quién va a creer en algo así? Sólo los tontos, esos que siguen creyendo en la falacia llamada «poesía».
When you have felt everything with the belief that it has been real and, suddenly, you find your soul full of wounds, something closes inside you... your eyes no longer work, your hands freeze, your heart becomes paralyzed. Nothing of what once throbbed with the boiling of excited blood trembles... Everything becomes gray, arid and hopeless. Reality falls upon you and, with it, acrimony snatches your smile; the one that shone with the magic of illusion. Words become meaningless lines and curves; mute voices that cannot be heard, because they say nothing, they only babble... drool... spit... reproduce incoherent and fruitless sounds, born from an obscene and banal mind. Who will believe in something like that? Only fools, those who still believe in the fallacy called "poetry".
3 notes · View notes
Text
A quien se escriben los versos de la noche, que sucumben a suspiros desterrados, desnudando sentimientos no plasmados, en el arte de vivir, cielo, tierra, mar y fuego, son usados por amantes, para su amor utópico y maldito describir.  No se buscan entre ellos, no, son sus huestes palabras improvisadas, ritos de conjuros de elocuencias sagradas, espadas afiladas en el corazón. Y un horror hierático y solemne, de sentirse desdichados y solitarios, marcan el compás de esos versos, malversados, incoherentes y arbitrarios. El amor no fue justo con la noche, va dejando corazones encriptados, silenciando a los poetas que mucho escriben, que mucho versan, para mostrarles que ellos, por ese amor profundo y tenaz, no son amados.
(“Poeta de la noche” Alejandra Dopazo Suarez).
3 notes · View notes
otracristina · 2 months
Text
Le escribí a tu silencio
Quería tener las palabras adecuadas para expresar la tristeza que siento, pero los tiempos no funcionan como desearía. Te escribo porque es la forma en la que logro o intento ser coherente. Te escribo porque tu silencio me rompe el alma y porque la espera me puede y este seguramente será el texto más incoherente que escriba.
Quiero que sepas que decirte adiós me parte el corazón y hace mucho tiempo no me sentía así, me siento culpable por mis palabras, pero también sé que esta era la forma en la que debía terminar lo nuestro.
El cliché de la vida me dice que debería decirte que espero que con el tiempo se haga más fácil para los dos. Espero que cuando sea más fácil podamos estar en la vida del otro.
Nunca tuve nada, tampoco tuve a nadie, así que lo único con lo que me quedo es conmigo, con la esperanza de que nos encontremos de nuevo en el futuro… en tu lugar o en el mío.
Siempre te voy a querer.
2 notes · View notes
deeverset · 1 year
Text
Hoja en blanco 📄
Temas: Final alternativo Mizumono / Post caída
Tumblr media
Créditos de la ilustración @aleabstract
Cambios repentinos de presión. Burbujas y olas audibles, luego ya no.
El cuerpo dolía, aunque nada adicional a lo precedente; señal de que acertó en sus cálculos respecto a la erosión.
Al igual que una ola golpeando las rocas, su mente y músculos reaccionaron. Algo desapareció, mejor dicho, alguien.
—¡Will! ¡Will! —Poco faltó para que las cuerdas vocales de Hannibal se desgarraran.
Las gotas que escurrían de su cabello, pestañas y piel, le nublaban la vista. Chapoteaba, como si tal acción ayudará a encontrarlo. La desesperación y el miedo de perderlo de nuevo, bloquearon su raciocinio.
El cansancio ganó.
Un aroma herbal lo despabiló.
La estancia era blanca, justo como algunos describieron el cielo al que llegas después de morir. Incoherente, pues Abigail ocupaba la cocina, preparando una infusión.
—A diario me pregunto si te fabricaron con hierro —bromeó, vaciando suficiente té en una taza—. Un disparo no es cualquier cosa.
—No eres fuerte, ¿cómo me trajiste aquí? —Intentó sentarse en el suave sillón beige donde reposaba, sin embargo, fracasó. En la vida se sintió tan destruido físicamente.
—Chiyoh, también los curó; no tan impecable como lo efectuarías. Aprendió bien —Le entregó la vasija de porcelana y se acomodó en la mesita delante de Lecter—. Testarudo, planeaste todo. Muy seguro de que el agente accedería a fugarse contigo.
—Necesitas refrescarle la memoria con la historia verdadera.
Graham estaba ahí, apoyado en uno de los muros de la casa de seguridad que se convertiría en su refugio mientras podían ir más lejos.
Jack descubrió que el psiquiatra pasaba la noche en una propiedad a orillas de un acantilado. El escenario perfecto para arrestarlo o asesinarlo. Imbécil, como de costumbre, al enviar al resto del equipo a Wolf Trap. Un aviso que el ojigarzo no supo manejar hasta escuchar la voz del castaño al otro extremo de la línea telefónica.
Condujo saltándose varios altos e ignorando límites de velocidad. La oportunidad definitiva para reescribir el futuro.
“¡Vamos, muchacho, hazlo!”
Un engaño magisterial en el que su jefe, e incluso él mismo, cayó. El arma apuntaba en medio de Jack y el doctor, a quien le quedaba oxígeno limitado debido al estrujar en su garganta. Seguro Crawford creyó que en aquel instante deliberó su decisión, no obstante, el veredicto se escogió desde un principio.
“No sabes de qué lado estoy”.
Lo último que su superior presenció fueron las palabras y la imagen de su fiel perfilador traicionándolo. La parte sencilla, puesto que recuperar la confianza de Hannibal fue sumamente complicado.
El argumento de la aceptación de su oscuridad no funcionó del todo. ¡Jesús, acababa de fusilar a su maldito caudillo!
Los roces “inconscientes” del cirujano en su oficina. Esa táctica surtiría efecto.
“La moral me tiene exhausto, al igual que la compasión por los que me usaron con propósito de realizar lo que no se atrevían.
Elegiste una mala manera para orillarme a mi verdadero yo, mas era la única. La diferencia reside en que siempre me consideraste potencial y no herramienta.
Me permitiste verte y conocerte, no supe lidiar con un privilegio tan grande, pero quiero enmendarlo.
Concédeme aprender de ti, acompañarte”.
Por vez primera, el rizado tomó la cara de Lecter entre sus manos y se sinceró completamente.
Un abrazo demostró que el monstruo poseía un corazón cálido que se aceleraba ante él.
Chiyoh siguió las órdenes del mayor: salvar a Graham antes que a él.
Si existía castigo idóneo, era abandonarlo en un mundo donde la única persona que lo entendía no sobreviviera y cargara con la culpa. No llegaría a Hobbs. Jamás vería su regalo.
Un obsequio previo, entreoír la vulnerabilidad del psiquiatra, buscándolo.
Despertó y vio a la jovencita al pie de la cama. Sorpresa, paz e integridad.
Ambos lloraron. La emoción desbordante del agente y el temor a la reacción de este al enterarse de que, antes de abandonar la mansión Lecter y dirigirse a su vida inédita, la adolescente dejó, probablemente, paralítica a Alana. Si la mujer hubiera seguido a Jack, ella no se habría encargado de eso. Tenía que defender su nueva hoja en blanco.
Poco le importó al ojigarzo. Principalmente, pensaba que lo merecían y la misericordia era apenas perceptible. Ese era él.
Concluido el relato, Abigail les dio privacidad.
El rizado desarrolló una insólita obsesión con tocar al castaño, al igual que él lo hizo durante años. Sentirlo era imprescindible a fin de percibirse seguro y comprobar que no alucinaba.
—¿Qué sigue ahora? —preguntó el perfilador, arreglando los enmarañados mechones del doctor.
—Sudamérica es el sitio más seguro. Allí podremos recomenzar, donde nadie nos conozca y escaso interés le pongan a mi “trabajo”.
—Querrás decir: “nuestro”.
Hannibal se sintió complementado tras pasar casi toda la vida vacío, posterior a Mischa.
—Si deseas besarme, puedes —Imposible no percatarse de la mirada del muchacho recorriendo cada centímetro de su rostro, deteniéndose en sus labios. Un déjà vu.
Besó una de las heridas en su frente.
—Paso a paso, estimado psiquiatra. Disponemos de una eternidad para llegar a ello.
19 notes · View notes
dokebeto · 7 months
Text
No me perdones, mi vida.
No tienes que hacerlo sí no quieres o sí no puedes, a este punto sabemos que ambos dijimos cosas que el otro no merecía y que no hay nada que pueda borrarlos de la mente del otro.
En lo personal, no estoy enojado, aunque a veces me siento triste y está bien, fue doloroso escucharlo pero no vine a echarlo en cara. Sí no a decir otra cosa.
Ayer dije que, siempre que se tratara de ti o de nosotros, yo estaría dispuesto a el proceso de mejorar, a las conversaciones incómodas y cualquier situación que implique y tal vez digas que es ilógico o que tú no lo harías porque tú no eres así, está bien, pero déjame explicarte una pequeña cosa.
Sí realmente sigo aquí y no me fuí o no me voy es porque, una vez me dí cuenta que encontré a la persona, a mi persona, como tú lo dijiste. Quizá ya no sea la tuya o no quieres que lo sea. No lo sé. Pero tú si eres la mía. Y al menos que me digas que me vaya, yo conservaré mi paciencia por ver las cosas mejorar y eso nos lleva a el título de esta carta.
No me perdones, mi vida, está bien sí no lo haces, creo que sabes que siempre me dolerá lo que dije, que lo tendré en mente todos los días y tus palabras también resonarán en mi cabeza. Pero es mi decisión, al menos hasta que me perdone y a eso voy con mi tercer punto, no me perdones a mi, perdonate a ti, perdonate a ti por lo que dije, por lo que te hice pensar y por como te hizo sentir. Es lo importante, no te castigues por algo que fue totalmente mi culpa y culpa de mis reacciones. Solo puedo decir que no debí hacerlo pero tampoco me encontraba en mi mejor momento.
Yo no me he perdonado a mi y tal vez no sea pronto o tal vez si, no lo sé. Y sé que no necesitas escucharlo, yo te perdono a ti por todo lo que creas que está mal.
En este momento lo que más quiero es no perderte, poder permitirme mil días más a tu lado y aunque suene incoherente por todo lo que ha pasado.
Yo no soy igual a los demás que tan fácil dejaron ir a lo mejor que les pasó en su vida y ni siquiera soy igual a mi yo de hace meses pues a pesar de decir que seguiría adelante, no podría, no tan rápido al menos.
Quiero arreglarlo, saber que estarás ahí y que yo estaré ahí.
Formalmente, mis disculpas.
3 notes · View notes
gloriousbouquetlove · 8 months
Text
Far Cry Cradle
Después de los acontecimientos de la guerra iniciada por el Reino de Lucis, solo aquellos humanos que ayudaron a vencer a los búhos plateados se les permitió quedarse en el Reino de las Espinas.
Pero después de 400 años finalmente se ha firmado un tratado de paz entre Reino de las Espinas. y los países vecinos. Un momento realmente importante que marco a hadas y humanos por igual.
Y fue un momento realmente estresante que sufrió la familia Draconia, en especial para Levan, actual rey y ministro de paz del reino. El pobre se quedó por varias semanas encerrado en su oficina firmando papeles y enviando cartas a todos los reinos vecinos. Su esposa e hijo tuvieron que sacarlo arrastrando a la fuerza para que se tomara un descanso.
También fue difícil para Lilia, después de todo era la mano derecha de la reina Meleanor Draconia, y tenia que estar a su lado en todo momento. Y tuvo que soportar los ataques de ira de su reina cuando un reino vecino ponía condiciones un tanto inoportunas.
Pero al fin todos se podían tomar un merecido descanso.
Lilia se dirigía a su hogar, una pequeña cabaña alejada de la capital, que hace ya varios años construyo junto a su pareja. El ya deseaba llegar, poder al fin recostarse en su cama y quedarse dormido abrazado con su amada esposa y su querido…
“¡BUA, BUA!”
Aquel llanto se escuchaba afuera de la cabaña, un llanto que conocía muy bien y que extrañaba mucho, con todo el asunto del tratado Lilia muy apenas tenía tiempo para pasar con su familia. Pero ahora va a arreglar eso.
Sin perder más tiempo el hada voló hacia la ventana de la habitación que compartía con su amada y pudo visualizar a su esposa y a su pequeño hijo.
Leia se encontraba al lado de la cuna, meciendo con preocupación al bebé de un lado a otro.
“¿Qué pasa Silver, tienes hambre?... No, ¿talvez sea tu pañal?… Tampoco, ¿perdiste tu manta?... No, aquí esta, mi dulce Silver ¿qué necesitas?”
“Quizás una canción de cuna ayudaría”
Tanto la mujer y él bebe se sorprendieron al oír esa voz familiar.
“Lilia regresaste”
“Hola mi amor, veo que tienes algunos problemas para dormir a nuestro pequeño”
“Si, ha estado así estos días y no sé por…”
“Baba…Baba”
El pequeño estiro sus manitas hacia su padre mientras una linda sonrisita se formaba en su rostro.
“Oh que lindo, al parecer está muy feliz de verte”
“Khee hee, ya lo veo”
Lilia se acerco a Leia y extendió sus brazos, ella entendió lo que quería, y con cuidado coloco a Silver en los brazos de su padre.
Él bebé estaba muy feliz, balbuciendo palabras incoherentes mientras jugaba con el largo cabello de su progenitor.
Pero ya era muy tarde, así que sin más el hada empezó a cantar:
En tu cálida cuna,
Alégrate de la luz
De las estrellas
Incluso ahora
Mi mirada
Encontraras y
Estaremos juntos
Si despiertas de
Un sueño temible
Duerme,
Duerme ya,
Mi amor
Por favor,
En tus sueños
Que camines
Hacia la luz
Que te guía
Cuando la canción llego a su fin, el pequeño ya hacia dormido, con cuidado de no despertar al bebé, Lilia lo coloco en su cuna.
Una calidez lleno el corazón al hada al ver como su hijo dormía, se veía tan lindo y frágil, pero cada día el pequeño crecía más y el sabía que en el futuro se convertiría en alguien fuerte e independiente que protegerá a sus seres queridos.
La sensación de ser abrazado por detrás lo saco de sus pensamientos, su amada apoyaba su cabeza en su hombro y observo también como dormía su bebé.
“El realmente te extraño”
“Yo también lo extrañe, los extrañe a ambos”
El hada se dio la vuelta y miro a la humana a los ojos.
“Te amo bestia”
No importa cuentas veces ella escuchara esas palabras, siempre hacían que su corazón salte de alegría.
“Yo también te amo Lilia”
Sin decir otra palabra, Leia sello sus labios con los de Lilia, y ambos se fundieron en el beso.
Lilia al fin estaba en casa.
Tumblr media
5 notes · View notes
suikyounamegami · 1 year
Text
Cool-B VOL.110 | Ooe (大穢)
Esta es la información del juego que salió en la edición de este mes ^_^
(pueden ver el artículo de la edición anterior aquí)
la portada de este mes es Tokyo Satsujinki 👏
Tumblr media
el artículo de este mes se enfoca en Oosaki
la cosa más bella del juego *︾▽︾*
Tumblr media
sé que el juego todavía no ha salido y que no sabemos cómo es él realmente 🙄
.....................................................
PERO LO AMO 🥰
Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media
ME PONGO DE RODILLAS ANTE ÉL 🙇‍♀️
Tumblr media
ES UN DIOS *¬* 🛐
Tumblr media
Páginas 32-33
aquí se le pregunta a él que qué piensa de los otros asistentes (que qué emociones hay detrás de esa P-P-P-Poker Face)
Tumblr media
Ariake → que se siente aliviado de poder creer en él "incondicionalmente"
Shinbashi → que es la personificación de la "maldad astuta" 😂
Tumblr media
Aomi → que tiene un "raciocinio" más calmado que el suyo
Hinode → que tiene que proteger su "moral/ética"
Shiodome → que tiene sueños "incoherentes" (sueña despierto incoherencias)
Takeshiba → que tiene respeto por su sonrisa constante (intentar sonreír a pesar de la situación)
Toyosu → respeto y consideración
Shijoumae → "tensión" hacia su posición/estatus etc
Funeno → anormalmente asustado y confundido
Shinkiba → agradecimiento
Shinagawa → que tiene expectativas de que 'crezca' (como detective supongo 🙄)
Daiba → no mete sus sentimientos personales (en el trabajo) pero que es 'dudoso' 😅
Tumblr media
(tiene la palabra FALSO escrita en toda la cara 😅)
Páginas 34-35
en estas páginas hay unas CG's nuevas junto con unas breves descripciones de Rinko
la primera es la CG de Oosaki en el tren
Tumblr media
la descripción dice que se dirige a alguna parte un Domingo
la segunda es una CG de él parado esperando el tren
dice que da la triste impresión de siempre estar solo
también se pregunta por la cantidad que fuma Oosaki 🚬
dice que entre semana se fuma 1 antes de dormir, y en los días libres...
⑩ ⊙_⊙?
....................................................
es una caja de cigarros con patas (゚Д゚)
Tumblr media
creo que fuma más que Towa 🤣
Tumblr media
pero también dice que no es 'dependiente', y que puede dejarlo inmediatamente si alguien se lo dice…
………………………………………………..
la gente fumadora puede dejar de fumar tan fácilmente???? 🤔
la tercera es una CG de un niño/adolescente al que no se le ve el rostro con un incendio de fondo 🔥
pero no un simple incendio, realmente se ve como un infierno
la apariencia del niño no se distingue porque está oscurecida pero parece tener quemaduras en el brazo izquierdo
la descripción dice que es un evento de hace 10 años que se quemó en la mente de Oosaki, y que su 'soledad' no es algo que haya empezado ahora (en el presente)
después están las CG's de la casa donde vive Oosaki
dice que, como para representar su imagen de soledad, solamente tiene lo necesario
*Teoría Conspirativa* 🕵️‍♀️
solo tiene lo necesario para poder 'volarse' de ahí en cualquier momento 😅
y de último se pregunta por la familia de Oosaki
dice que ni siquiera su kouhai (Shinagawa) sabe sobre sus 'antecedentes'
sólo Shinkiba parece saber algo...
Páginas 36-37
aquí hay unas CG's de un cementerio con vista a la isla Enoshima(?)
Tumblr media
la descripción dice que es el lugar donde "duerme una persona importante", y que el escenario desde allí se asemeja a cierto lugar...
……….………………………………
pues a mí se me parece un poco a la casa de Daiba… ーー;
Tumblr media
y como es eso de que "duerme" una persona importante???
si es un cementerio no debería ser más bien que "descansa en paz"??????
es que acaso Oosaki está esperando a que esta persona "despierte" ಠ_ಠ
Tumblr media
después están las CG's de la agencia de detectives Shinkiba
Tumblr media
dice que queda en Fujisawa, prefectura de Kanagawa, y que solo tienen 3 investigadores
también se pregunta que cuales son los logros de Oosaki como detective
y dice que tiende a hacerte sentir incómodo por su apariencia de pocos amigos, pero que cuando lo logra (conseguir resultados), se gana tu confianza
su tasa de seguimiento es del 100% para investigaciones de "conducta" (infidelidades 🤣), y que aunque es grande, es bueno para 'borrar' su presencia y tener conversaciones 'normales' (chismorrear para sacar información 😁)
y en la última página hay unas CG's de unas pinturas en acuarela de Oosaki...
Watercolor eyes, watercolor eyes
watercolor eyes...
(no pude evitar acordarme de esta canción 😌)
una es de Hachijoujima, vista desde la isla Ooe
la descripción dice que hizo un dibujo de la isla a pedido de Daiba
y la otra es del muelle de la isla Ooe
dice que el "interior" silencioso/callado de Oosaki también se refleja en su estilo de pintura...
AAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!! ≧∇≦
NO PUEDO MÁS!!!!!!!
Tumblr media
IMAGINARME A ESTOS 2 DIBUJANDO 🖌 EN EL MISMO ESPACIO ES DEMASIADO PARA MI CORAZÓN 💓
Tumblr media Tumblr media
Oosaki con su acuarela
Tumblr media
y Towa con su pintura al óleo T▽T
Tumblr media
de último se pregunta que cual es el 'encanto' de Oosaki como seme, y cual es su lado 'decepcionante' como seme
dice que su encanto serían sus manos
usar guantes y mantener siempre las manos limpias lo pone en una 'posición' alta' en la 'instrucción' seme (conocimiento seme)
seme-mente hablando 😅
sus sagradas manos 🤲 ♡q♡
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
y que su parte 'decepcionante' como seme es que no tiene libido en absoluto...
todo lo contrario a Towa 🤣
Tumblr media
no rechaza el amor 'carnal', pero no le da mucha importancia, y que si no tiene una razón/motivo para besar no lo va a hacer 🤣
pero que contrariamente a eso se espera que nosotros los jugadores nos divirtamos con los cambios emocionales de Oosaki y sus 'agobiantes' interacciones con los ukes 😅
pobre Oosaki 😔
ya me imagino lo que debe ser tener que lidiar con esta gente
Tumblr media
y también me los imagino a ellos esperando que Oosaki los bese 😗
y Oosaki con cara de POR????
Tumblr media
y bueno, esta ha sido toda la información que venía del juego en la edición de este mes 😙
de Tokyo Satsujinki venían unas CG's nuevas, y también dice que el lanzamiento podría estar más cerca de lo que pensamos
no hubo info de Suito wa Hakumei
de Friendly lab vienen unas CG's (no sé si nuevas 😕), y dice que está previsto que 'unlock ();' salga en Agosto de este año
tampoco hubo información nueva de mis chicos de Haiiro no Arcadia 😔, solo sprites de ellos con ropa casual T^T
y Love it Hunter…
.......................................................
desde que hicieron el crowdfunding en animate está desaparecido
no hace mucho revelaron un nuevo personaje
Tumblr media
pero fuera de eso casi no ha habido nada nuevo
desde ediciones anteriores de la revista llevan diciendo que la producción sigue avanzando, pero no parece que avance de la parte principal (本編)
no dicen que ya están terminando las rutas ni nada por el estilo
solo 'honpen' y 'honpen' y de ahí no pasa......
ahora a esperar hasta la próxima edición en Agosto, a ver que nueva información nos trae 👍
7 notes · View notes
v-vs-s · 9 months
Text
buscan la normalización de , un ¡¿loco?
iba tranquilamente paseando en sintonía esta mañana por la ciudad, y respiraba signos de vuelta a la demencia
los pasos torpes y con falsa sincronía, volvían a anunciar el comienzo de mi desasosiego y mi frustración ante la persecución, pero no!
simplemente he caminado sin importarme lo que alguien pueda pensar, y sin esperar ser capturado un día más en esta quimera en la que me siento muerto entre tanto vitalista
incluso un chaval se me quedó sonriéndome medio raro, pero a mí me da igual, aún con tantas fallas en el engranaje , sea este yo bajo la definición del sistema, me siento últimamente bastante más en paz que mucho tiempo atrás, sin la necesidad de buscar ser el engranaje esperable de este sistema ... perfecto?
simplemente iba recreándome mientras caminaba, con música de fondo que activara el choque de mis ideas, el sol cumplía su función y yo daba un leve paseo sin pretensiones ni presiones
he decidido finalmente, bajo cualquier tipo de circunstancia, ignorar esas voces que oigo todo el día y que aparecen en el tumulto de las calles, tras cualquier esquina
quise alimentarme de todo y comprender si era yo el equivocado, si era el loco errante que asustaba a los niños y que no daba mi mano más que para quitar la otra, si era yo la causa y no la consecuencia
mi método es puro sesgo probablemente y tendrá elementos ineficientes, pero tengo bastante claro que rumbo tomar y sobre todo cómo hacerlo
jamás necesitaré una portada de revista, comprar el billete más caro, demostrar a los demás que tengo más números conseguidos en una red social, o que mi casa o mi dispositivo móvil son el pico de lo seleccionable
incluso si tiene que ser así, pues solo será imposible, esta cabeza gacha recorrerá otra vez el camino, solo y no tan solo, en busca de algo que anhela y aún no sabe lo que es
no quiero que suene raro, pero muchas veces he simpatizado con gente que tiene poca voz para contar su realidad y su verdad, aquellos que en la penumbra de la noche, arrastran su pena y sus pecados bajos los arcos y los soportales
y no es esto misericordia, sino la voz humana que anhelo oír y te habla de humano a humano, sin filtros incoherentes que han perdido su función en muchos ámbitos, al ser filtros reconocidos por todos , y que por ende al ser de uso común son simples capas sin sustancia
no quiero perderme del hilo, pero simplemente ahora, desde la podredumbre de mi motor respecto al sistema, de las expectativas que una calculadora depositaba en mí, puedo discernir que en medio de esta persecución metódica y salvaje, no iba a sobrevivir simplemente negando mi visión y aceptando lo que debe ser aceptado, por decreto y por el único argumento dado por el sistema y su sociedad: "debes hacer esto, ser así y comportarte así, porque sí"
yo no firmé ningún contrato en la cuna que no me permitiera querer escapar de este centro psiquiátrico, de esta quimera que dura una humanidad y que sigue devorando todo a su paso, yo jamás hice ningún pacto ni cedí mi palabra ante esta masa que toda energía absorbe a su paso
y lo mejor sabéis qué es? qué te hacen sentir que eres el loco, de hecho aunque no lo seas, tienes que serlo! te convierten en un loco, eres el mártir que justifica la locura del sistema y de sus vidas, da igual que te bases en una visión argumentada , crítica y racional, para ellos seré el loco por el motivo que sea, y si no, será inventado también
todo justifica este mundo en llamas, nunca hay causas ni razones, solo hay consecuencias y ya todo vino dado por el predecesor , nunca hay responsabilidad ninguna bajo ninguna acción cometida en un entorno predefinido de base
si tengo que adoptar el rol de loco lo haré a gusto, pues no será el loco quien enseñe a los que están sanos, no será el loco quien diagnostique esta sarta de mentiras y pilares/estándares que jamás serán tocados bajo el acrónimo de "impoluto", sea esto lo más parecido a la religión que he visto en el propio sistema
desde la otra orilla se está bien, intento últimamente no regocijarme mucho, pero en el largo paseo , entre la niebla, saludo a habitantes de la orilla o amigos que provienen del núcleo y que no temen a los "locos" de la orilla errante, paseo de olvidadizos y de olvidados, la niebla dicta sentencia para ellos , mientras para mí es la excusa perfecta para captar , bajo las siluetas, lo que son , sin artificios, sin etiquetas, sin apellidos
incluso a esto lo llamarán ser demente.
2 notes · View notes