Tumgik
#pero por supuesto que no claro que no no sé cómo se me ocurrió pensar que sí maldita sea
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Hoy he tenido un sueño lúcido muy largo y muy guay.
No he conseguido shiftear, PERO: - He conseguido afianzarme y mantener el sueño sin despertarme durante un montón de tiempo (ha sido bastante largo) - He tenido síntomas muy intensos al tratar de shiftear - He logrado controlar un poquito el sueño al final (hacer que pasara una cosa concreta) - He soñado con Shoto (¿qué más se puede pedir?)
Así que estoy muy muy contenta, lo considero un éxito, sobre todo teniendo en cuenta que siempre me despierto enseguida, en cuanto me doy cuenta de que estoy soñando o intento shiftear.
Ha sido bastante largo así que voy a contar sólo los momentos clave (cuando me volví lúcida, cuando estuve a punto de shiftear y cuando logré controlar una parte del sueño).
En el sueño, Shoto era mi  amigo y compañero de clase (en mi escuela de esta realidad, no en la UA). Íbamos andando por la calle junto con otra amiga, y no sé en qué momento fue ni cómo pasó, pero me di cuenta de que Shoto y yo íbamos cogidos del brazo, tal que así:
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Y entonces pensé: “Un momento... voy cogida del brazo de Shoto... ¡esto sin duda tiene que ser un sueño!”  O sea, que Shoto estuviera allí me parecía normal hasta ese momento, ¿pero que me diera su brazo? Ahí ya no tanto. Me miré la mano disimuladamente y me puse a hacer mi reality check habitual, el de contarme los dedos. A la primera lo pasé (ojo que puede pasar), pero volví a intentarlo y me faltaban trozos de dedos, así que confirmé que era un sueño.
Pensé en intentar shiftear, claro, pero me dije: “caution, caution, que siempre te emocionas demasiado y te despiertas”, y decidí tomármelo con calma y relajarme para tratar de permanecer en el sueño. ¡Y lo logré! Estábamos cerca del mar, así que me concentré en el sonido de las olas para relajarme y en la firmeza del brazo de Shoto para afianzarme (la sensación era bastante real, y Shoto también se veía real, o sea, como en imagen real).
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Durante todo el sueño fui haciendo reality checks, ejercicios de relajación y usando mis sentidos para afianzarme y no despertar. Quería esperar a tener un momento tranquilo para shiftear, y una vez que lo conseguí, me senté y empecé a pensar en afirmaciones y a visualizar mi RD. Nada más empezar sentí como una corriente de energía recorriendo todo mi cuerpo y como si me elevara del suelo, fue sólo un momento pero fue muy muy intenso y pensé que iba a funcionar al instante... pero no recuerdo qué pasó, si me interrumpieron o me asusté o qué, y no llegué a hacerlo.
De todas formas tampoco tenía mucha ansia por shiftear, porque me lo estaba pasando bien, y estaba con mi niño Shoto, y prefería alargar el sueño y seguir pasando tiempo con él que arriesgarme a despertarme.
Al salir de la escuela, iba de camino a la puerta y se me ocurrió pensar:
“Si estoy en un sueño lúcido puedo controlarlo ¿no? Así que Shoto me va a estar esperando en la puerta, porque es MI sueño y yo decido lo que pasa.”
Lo hice por probar, no esperaba del todo que funcionara... así que me quedé boquiabierta y con los ojos como platos cuando llegué a la puerta y vi que allí estaba Shoto, pero no Shoto normal, sino con traje de chaqueta blanco y camisa negra, como vestido para una cita. Tal que así:
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Y yo internamente:
“¡¡¡¡¡OMG NO ME LO PUEDO CREER HA FUNCIONADO!!!!!”
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Shoto me preguntó si me apetecía dar una vuelta en el barco de su padre (y yo: PERO POR SUPUESTO), y creo que me desperté cuando íbamos de camino hacia allá. Pero no me he sentido frustrada como otras veces, al contrario, me he despertado super satisfecha, feliz y motivada por la experiencia. Lo considero una victoria. 
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you-moveme-kurt · 3 years
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Glee «Four fathers for father's day»
Junio de 2021
-¡Oye!... ¡llegaste!… —exclamo Blaine al llegar a la cocina y encontrarse con su esposo desinfectando las últimas cosas de todo lo que había comprado. -Hace rato… y debo decir que me sentí profundamente ofendido que no te dieras por aludido cuando grite como cuatro veces «¡llegue!»… —respondió Kurt llevándose una mano a la boca para demostrar cómo es que había gritado aquel «llegue» -Lo siento… —dijo acercándose— estaba ocupado… —añadió meneando su teléfono móvil. -¿Y con quien si puede saberse?... —agregó caminando en dirección del fregadero para lavarse las manos. -Con mi Papá… finalmente se dio por vencido con Cooper y decidió venir… -¿Si?... ¿tu hermano no lo invito entonces? -No, se supone que tiene algo super secreto y super importante que hacer en Los Angeles… —dijo Blaine gesticulando de manera exagerada y burlesca cuando decía lo de «secreto» e «importante», Kurt sonrió para si— así es que obligado aceptar la invitación de su otro hijo… -No hables así… o me veré obligado a enojarme contigo en el día del padre, lo que es super extra contraproducente… —Blaine sonrió y negó con la cabeza— mejor cuéntame, ¿a que hora llega tu Papá? -Ahora, es decir... esta con Burt y Henry en el aeropuerto…
-¿En serio? -Así es… me mando una foto y todo...—añadió buscando al imagen— mira… —dijo riendo. Kurt la miró de medio lado y también soltó una risa al verlos tan abrazados y cerca de la cámara— por lo tanto será un día del padre con cuatro padres… —agregó Blaine dejando el teléfono sobre la mesa para unirse al orden de los víveres— ¿que tal las compras? -Todo  bien, aunque hay gente que se tomo demasiado en serio la apertura de la ciudad… -¿A qué te refieres? -A que no llevan mascarilla, a que se acercan como si fuera el 2015… a eso me refiero… —dijo haciendo un tiritón con todo su cuerpo, más una mueca de desagrado y reprobación con su cara. -Bueno, creo que si nosotros nos seguimos cuidando como hasta ahora… estará todo bien… -Espero… no podría soportar estar encerrado nuevamente… -Vamos… no fue tan malo… ¿o si? -Nada es malo si usted esta presente Señor Anderson-Hummel… —se apresuró en decir Kurt de lo más coqueto, Blaine sonrió tras la puerta del gabinete de las pastas deshidratadas— a lo que me refiero es al cierre de todo, de las tiendas, los restaurantes… el teatro… -Claro… nadie quiere eso... -Pero… mantengámonos positivos, pensando que no volveremos a atrás … cuéntame… ¿tu Mamá  viene? -No… -¿Seguro?... —insistió Kurt señalándolo. -Seguro… -100% seguro… -Kurt… -¿Que?... solo necesito una confirmación oficial… no se si tenemos suficientes toallas para todos… -Kurt, casi la mitad del closet del pasillo  son solo toallas… créeme y alcanzarían si invitamos a todo Westerville a alojarse… —sentencio Blaine tomando todos los productos enlatados de una sola vez. -Exagerado… además solo me aseguro porque me gusta que todo el que se quede aquí se sienta muy bien y acogido… -¿Y las toallas hacen eso?… -Si son de algodón egipcio por cierto que si... -Ah… muy cierto… —Kurt sonrió haciendo un gesto engreído— oye… ¿que opinas si ordenamos ahora?, puede haber un colapso en la demanda a la hora de la cena.. -¿Ordenar?... creí que tenía reservaciones para nosotros Señor Anderson-Hummel… ¿que fue todo eso que me habló del «Russian tea room» ayer? -Pues eso fue ayer, y como bien dije, las cancele… —respondió  tomando lo último que faltaba por guardar -¿Y que haremos entonces? -Pues pensé que ordenamos algo, lo más probable es que los padres quieran quedarse aquí a ver el juego… -¿Juego?, ¿qué juego? -Uno de fútbol, del europeo no del de aquí… —explicó Blaine haciendo los ademanes que diferenciaban un fútbol de otro. -¿Me estás diciendo que pasaré mi día del padre viendo a un hombre correr tras un balón? -No uno… 22… —Kurt alzó una ceja advirtiendo que no estaba para bromas— el asunto es que pensé que como ellos son nuestros padres y es también su día, asumí que podías hacer ese sacrificio.. .—dijo como en tono de pregunta. -¿Quiénes juegan? -Italia vs Gales… -¿Gales?... ¿habrá algún miembro de la realeza en el público? -No lo sé… tendrías que verlo para saber… —dijo Blaine como cantando, Kurt frunció la boca y se tomó un par de segundos para decidir. -¡Bien!... —exclamó levantando sus brazos— pero… no aceptare frituras y salsa, ordenaremos comida apropiada  a la ocasión… ¿bueno?... —agregó abriendo el cajón de los menús. -Me parece justo… —respondió Blaine volviendo a tomar su teléfono, miro la hora y chequeo algunas de sus redes— en fin... creo y deberíamos comenzar a alistarnos… puede haber congestión camino al aeropuerto. -Si… un segundo…  —respondió mientras escribía al restaurante— listo… -¿Qué ordenaste? -Comida decente para celebrar… -Ok… ¿vamos?...—dijo Blaine  haciendo ademán de subir la escalinata. -... -¿Kurt? —agregó al ver que su esposo se quedaba como pensando en algo. -¿Que?... -¿Esta bien?... —pregunto acercándose— te quedaste como pensando en algo… o… alguien… —dijo tomándose la oreja. -No estaba pensado en nadie… —corrigió abrazándolo por el cuello— en algo si… -¿Que cosa? -¿Te acuerdas de ayer?... -Como si fuera ayer… —respondió sonriendo que encantaba— ¿por que? -Porque...¿te acuerdas que te dije que me gustaría hacer algo por los chicos y chicas sin oportunidad? -Si… -Pues desde que me dijiste que tarde o temprano se me ocurriría algo… no he dejado de pensar en ello… y lo que se me ocurrió… fue crear algo… -¿Algo? -Si… algo… algo así como una fundación… podría hacer galas para recaudar fondos y todo…¿que? ¿Crees que es una estupidez? —pregunto al ver que Blaine no reaccionaba de la manera que él hubiese esperado. -¡No!, claro que no… no es una estupidez, es solo que... organizar algo así requiere de mucho tiempo y recursos y creo que después de la pandemia lo que menos tiene la gente es eso... -Vaya Blaine… que haría sin tu apoyo incondicional… —dijo Kurt apretándose bien molesto. -Kurt… vamos… -... -Oye…  —insistió Blaine abrazándolo desde atrás— lo siento, es solo que… -Lo se… me mantienes real cuando comienzo a soñar estupideces… -No son estupideces… puedes hacer lo que quieras y lograrlo de manera espectacular… es solo que no se… tal vez deberías empezar con algo más simple… —dijo besándole el hombro. -¿Como que? -No lo se…¿que tal una recaudación de fondos solamente para empezar? podríamos hacer una fiesta ahora  que se puede, podría ser en el teatro o aquí mismo .. -¿Y cobramos una especie de entrada? -Claro…  o podemos…¿recuerdas ese episodio en «The morning show»?... —Kurt se dio media vuelta para mirarlo a la cara con expresión de pregunta— ¿ese cuando Jennifer Aniston hace una gala en su casa y cobra, creo que 1000 dólares , a los que quisieran cantar algo de algún musical?... no quiero alardear, pero puedo tocar en el piano la canción que me pidan… -Esa es una gran idea… y podríamos invitar a nuestros amigos… a la gente de a compañía… a los de tu sello… -Por supuesto… -Por dios… y el gasto sería mínimo si lo hacemos aquí… ¿crees que podríamos recaudar una buena suma? -Si invitamos a Rachel tenemos asegurados mínimo unos  10.000 dólares… -Claro… dios… —dijo Kurt sonriendo— gracias  Blaine —agrego abrazándolo por el cuello nuevamente— fue una excelente idea—añadió dándole  un beso. -Bueno, fue idea de Jennifer Aniston primero… ella merece los créditos -Yo prefiero agradecerte y besarte a ti… —dijo juntando sus labios con los de él nuevamente, acto seguido se apartó y lo miro a los ojos, enamorado y deseoso— ¿crees que los padres se enojarán si llegamos un poco tarde a recogerlos? -Culparemos a la congestión… —contestó Blaine sonriendo antes de tomarlo por la cintura y subirlo arriba de a la mesa.
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cxrsedlovers · 4 years
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-  ̗̀♘CARLA’S STORY O9: ESPAÑOL
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【♕Lugar: Mansión Violet - Hall de entrada】
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Subaru: Maldición, ¿por qué soy yo quien debe limpiar?
Yui: Lo siento, esto fue lo único que se me ocurrió...
Carla: Es inevitable. Y resultaría sospechoso si los tres estuviésemos en la misma habitación.
Carla: No seas así y colabora un poco más. La mejor manera de hacerlo es hacer que limpies como castigo.
Subaru: Entonces, ¡tú también deberías ayudar a limpiar! ¿Por qué estás ahí parado?
Carla: Estoy vigilándote para que no abandones tu posición. Sobre la limpieza de este edificio.
Subaru: Por eso, hubiera sido agradable decirle a todos que era un deber de limpieza.
Carla: En ese caso, ¿no deberías trabajar más para terminar pronto?
Subaru: ¡Maldición...! ¡Eres una persona muy frustrante!
Yui: B-Bueno... Respecto a eso, también quiero que los demás recuperen sus recuerdos.
Yui: Tal vez sea bueno si hablamos con ellos, como en una especie de reunión.
Subaru: ... Bueno, dudo que nos crean si les hablamos tan repentinamente de sus recuerdos.
Yui: Sí, Creo que por ahora es mejor que lo mantengamos en secreto.
Yui: (Planeé esta limpieza, para que pudiéramos hablar sobre nuestros futuros planes sin levantar la sospecha de nadie...)
Yui: (Honestamente, no odio limpiar de vez en cuando).
Subaru: ¿Entonces? ¿Cuándo iremos a la iglesia de la que tanto sospecháis?
Carla: Estoy viendo las oportunidades. Si cometemos un movimiento erróneo, podemos correr el riesgo de ser atacados por otra casa.
Carla: Al menos una vez, fuimos atacado por los Orange. Hay una alta posibilidad de que hagan un movimiento otra vez.
Yui: Ciertamente, Laito-kun y los demás han estado haciendo sus reconocimientos diarios, ¿verdad?
Carla: Sí. Debemos esperar el momento en el cual podamos estar seguros de que no hay movimientos por parte de las otras familias.
Subaru: Básicamente estás diciendo que no tememos un plan...
Carla: Realizo las cosas con mucho cuidado. Por supuesto, yo también quiero salir de aquí lo antes posible.
Carla: Además, en la mansión Orange todavía está... Alguien que necesito.
Yui: Ah...
Yui: (Shin-kun... Tenemos que hacer que recupere sus recuerdos).
Yui: (A diferencia de Subaru-kun, Shin-kun es hostil y un fundador, pero todavía me pregunto qué es lo que podemos hacer para que recuerde).
Carla: De todas formas, por hoy esperemos el informe del reconocimiento.
Subaru: Ah, ¡idiota! ¡No camines por ahí! ¡El cubo con agua está...!
Carla: ¿Hm?
Yui: —grita—.
【♕Lugar: Mansión Violet - Baño】
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Carla: ... Fui descuidado. Por mi culpa el cubo con agua se derrumbó, y por consecuencia ahora estás empapada.
Yui: No, realmente está bien. Con tomar un baño bastará para que esté bien de nuevo.
Yui: (He estado pensando en esto desde antes, pero Carla-san realmente no es bueno en la limpieza...)
Yui: (Puede acostumbrarse si toma su tiempo, sin embargo, el hecho de que no sea bueno en la limpieza y en otras cosas... Es realmente lindo).
Carla: También tienes que limpiar los lugares a donde no puedes llegar por ti misma. Me quedaré aquí para ayudarte con eso.
Yui: ¿¡Eh!? Está bien. ¡Es solo un baño por lo que puedo limpiar mi cuerpo por mí misma!
Carla: No hay nada por lo que avergonzarse. Además, también terminé un poco empapado.
Carla: Si te vas a bañar, ¿sería un problema si lo hacemos juntos?
Yui: Uh, ¡hay más personas en esta mansión! ¡Debemos evitar acciones llamativas!
Yui: (Cuando estábamos en el Pandemónium nadie nos interrumpía, pero ahora todo el mundo está por los alrededores... Es un poco vergonzoso).
Carla: La expresión en tu rostro me lo deja claro... Por esta vez te dejaré en paz.
Carla: Pero, cuando termines de bañarte, ven directamente a mi habitación. Te estaré esperando allí.
Yui: ¿Eh? S-Sí...
Yui: (¿A qué se refiere con lo que acaba de decir?)
【♕Lugar: Mansión Violet - Habitación de Carla】
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Yui: De ninguna manera, no llegué a pensar que pasaría algo así...
Yui: (Carla-san está cepillando y secando mi cabello...)
Carla: Fui yo quien hizo que terminaras empapada. Déjame hacer esto por lo menos, para que te sientas bien.
Yui: Pero, por mi culpa, Carla-san me está cuidando, cuando todavía no se he bañado, ¿verdad?
Carla: No hay necesidad de preocuparse por eso.
Yui: Además, decir tal cosa...
Yui: (Pero, me siento bien. ¿Por qué es tan agradable que la persona que te gusta toque tu cabeza?)
Carla: ¿Crees que tu cuerpo ya está lo suficientemente cálido?
Yui: Sí, gracias.
Carla: Aparentemente eso parece. Tu cara está algo roja. Combina bastante bien con los colores de tu cuello...
Carla: ... Nn... —Carla besa a Yui—.
Yui: ¿¡Ah!?
Yui: ¿P-Por qué me besaste?
Carla: Tienes un aroma dulce, probablemente porque el flujo sanguíneo está demasiado intenso.
Carla: En este momento, solo quiero clavar mis colmillos en ti... Nn... —Carla muerde a Yui—.
Yui: Nn...
Yui: (H-Hace cosquillas... Como un estímulo débil, no es suficiente).
Yui: (Creo que soy totalmente aficionada a ser chupada por Carla-san...)
Carla: Si estás de buen humor, ¿puedo seguir chupando tu sangre? Terminé de cepillar tu cabello.
Yui: Carla-san... ¿Por qué estás pidiendo permiso para chupar tu sangre de esa forma tan repentina?
Carla: Solo quería preguntártelo hoy. Sin embargo, siempre y cuando reciba tu amor, estaré bien.
Yui: (Realmente me veo linda luego de que Carla-san cepillara mi cabello... No quiero que mi cabello se desordene de nuevo...)
Yui: (Oh... Por cierto).
Yui: Carla-san, ¿cambiaste el vendaje después de tomar el baño?
Carla: ¿Acabas de cambiar el tema? ¿Crees que puedes salirte con la tuya evadiéndolo?
Yui: Oh, no es eso. No voy a escaparme... Solo me preguntaba si estaban bien.
Carla: La herida ya está cerrada. Así que está bien dejarla sola.
Yui: ¿¡Quieres decir que no hiciste nada con tus heridas!?
Yui: Eso no es bueno, por si acaso deberías seguir usando el vendaje.
Carla: Te dije que eso es innecesario.
Yui: (E-Eso es cierto. Ésta actuando como un niño otra vez...)
➜ ELECCIONES:
♟ Regañar (camino malo/pieza negra).
♙ Preocuparse (camino bueno/pieza blanca).
[♟]Regañar:
Yui: No puedo dejarte solo mientras estás herido, ¿quieres hacer que todos estén así?
Yui: Además, si Carla-san no se cuida, no tengo más remedio que preocuparme, ¿verdad?
Carla: ... Tú, recientemente comenzaste a amenazarme mucho.
Yui: Te equivocas. Estoy preocupándome por la salud de Carla-san.
[♙]Preocuparse:
Yui: En algunos casos, incluso una lesión pequeña puede causar una herida grave. No bajes la guardia.
Yui: En primer lugar, el cuerpo de Carla-san no es normal. Por lo que no dudes en pedirme ayuda.
Carla: Tienes un carácter valiente... Entendí bien lo que hace que sea difícil discutir contigo.
Carla: Más bien, ¿cómo aprendiste a actuar de esa forma...?
—Fin de las opciones—.
Yui: Volveré a cambiarte el vendaje, así que por favor, prométeme que vas a cuidarte.
Carla: ... No se puede evitar. Los suministros médicos están en el almacén de la mansión.
Yui: ¡Muchas gracias! Entonces, iré a por ellos.
—Yui se aleja—.
Carla: Espera. Yo también iré.
Yui: No es necesario, ¡volveré pronto!
—Yui se va—.
Carla: ... Dios. Nunca llegaré a entender a esa mujer.
【♕Lugar: Almacén】
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Yui: Vendas, eh... ¡Aquí! ¿Había algo más que necesitaba?
Yui: Oh, hay un botiquín de primeros auxilios. Me pregunto si debería traer esto también.
Yui: (Después de todo, me alegro de poder hacer algo por su salud).
Yui: (Hasta hace un rato, parece que fui la única que se quedó sola——)
Yui: (Estaba sintiendo esa soledad, ahora mi corazón es ligero como en una nube).
Yui: (Los recuerdos de Carla-san y Subaru-kun están de vuelta. Por lo que ya no estoy sola).
Yui: (Y sabemos que es probable que lo que se encuentre en la iglesia sea la causa de esta situación).
Yui: Si todo va bien, todos podemos regresar a la normalidad y salir de aquí.
Yui: Rápidamente... Quiero volver a los días que paso con Carla-san y Shin-kun en el Pandemónium.
—Sonido de rotura—.
Yui: ¿¡Eh...!?
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Yui: —grita—.
Yui: (¿¡Q-Qué es esta luz...!?)
???: ——Eva.
Yui: Esta voz... La escuché en la iglesia...
Sócrates: Oh, así que te acuerdas de mí. Me llamo Sócrates. Soy el creador de este jardín en miniatura.
Yui: ¿Caja... jardín...? ¿¡El creador...!?
Yui: Después de todo, ¿¡tú hiciste este espacio!?
Sócrates: Eso es. Tenía algo que quería probar y creé un lugar para este experimento.
Yui: ¿También has estropeado nuestros recuerdos y nos has encerrado aquí...?
Sócrates: En efecto.
Yui: Por qué... ¿¡Por qué estás haciendo algo tan terrible!?
Sócrates: ¿Terrible?
Yui: ¡Implantando falsos recuerdos y haciendo que todos luchen entre sí!
Yui: Quizás incluso alguien podría perder la vida... ¿¡Por qué nos haces esto!?
Sócrates: Fue necesario.
Sócrates: Este es un espacio creado por la magia. Impulsado por el poder mágico de la iglesia.
Sócrates: Mientras haya una iglesia, el jardín en miniatura seguirá existiendo para siempre.
Sócrates: No saldrán hasta que termine el experimento.
Yui: ¿Qué es exactamente ese experimento?
Sócrates: Sería injusto hablar de eso ahora. Si te lo cuento, el experimento no seguiría yendo según lo previsto.
Yui: ¿Planeas devolvernos a nuestro lugar de origen en algún momento?
Sócrates: Si puedo ver el final del experimento, los liberaré a todos.
Yui: ...
Yui: (Realmente no sé lo que él quiere hacer, pero...)
Yui: (Todos están sufriendo, por culpa de este experimento y esta persona. Todos están luchando sin razón).
Yui: Yo... No entiendo este experimento y mucho menos tus ideas.
Yui: Pero, ¡definitivamente vamos a salir de este espacio!
Sócrates: Así que ya has elegido una opción. Pero, ¿realmente crees que es la correcta?
Yui: ... ¿Qué quieres decir?
Sócrates: Este jardín en miniatura se desvía del flujo normal del tiempo por completo.
Sócrates: En otras palabras, es lo mismo que cuando se detiene el tiempo.
Yui: ¿El tiempo se ha detenido...?
Sócrates: Exactamente. Por ejemplo, incluso el progreso de las enfermedades que permanezcan en el cuerpo de alguien ha sido detenido.
Yui: ... Eso es...
Yui: (La enfermedad de Carla-san—— ¿Es por eso que el Endzeit no está progresando?)
Sócrates: Ese hombre, es uno de los dos sobrevivientes de la raza fundadora. Sin embargo, parece que está afectado por cierta enfermedad.
Sócrates: Puede ser temporal que los síntomas hayan disminuido. Si se van, eventualmente ese hombre morirá.
Yui: ¡Tal cosa...!
Yui: (Carla-san sufre de Endzeit, la enfermedad que le arrebató a su familia).
Yui: (Pero, si el tiempo de verdad se detiene en este espacio, ¿Carla-san estará libre de enfermedades...?)
Sócrates: Elige sabiamente, Eva. Ya sea para vivir en este paraíso llamado jardín en miniatura o para exiliarse de aquí.
Sócrates: Yo, estaré esperando aquí para ver cómo acaba el experimento——
Yui: Por favor, espera. ¿¡Quién es usted...!?
Sócrates: Pedirlo es inútil. No debes decirle a nadie sobre lo que acaba de suceder ahora.
—Yui regresa al almacén—.
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Yui: Desapareció en poco tiempo...
Yui: (La persona que creó este jardín en miniatura).
Yui: (Lo que me dijo sobre este mundo, ¿es cierto?)
Yui: Por ahora, no debería decirle a nadie lo que acaba de suceder...
Yui: En este espacio, la enfermedad de Carla-san no progresará.
Yui: Pero, incluso luego de escuchar eso, Carla-san——
[Monólogo]:
❝ Las palabras de Sócrates me están confundiendo.
Salir de este jardín en miniatura es lo que Carla-san, la persona que amo quiere—— Pero me pregunto si realmente es lo mejor para él.
Si nos quedamos aquí, Carla-san estará libre del sufrimiento de esa enfermedad.
Pero, Carla-san es un fundador muy orgulloso, no estaría de acuerdo en cambiar su destino con el uso de las manos de alguien más.
Ya sea que debamos abandonar el jardín en miniatura o quedarnos, no puedo dar una respuesta de inmediato.
Con mis sentimientos intrincadamente entrelazados, guardé un secreto que no puedo contarle a nadie—— ❞
O8 | O9 | 1O
Masterlist Scarlet
Masterlist Violet
Masterlist Orange
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el-escritor-52 · 3 years
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The Dazzlings
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CAPITULO 18: EL RESCATE 
El cristal rosa esta siendo analizado por Twilight, quien, con todo su equipo científico, intenta buscar sus verdaderos componentes químicos y funciones.
Ella falla estrepitosamente al no conseguir ninguna respuesta clara, para su microscopio no capta nada normal, sus componentes cambian de forma rápida a cada milisegundo: desde cobre hasta hierro y otros componentes más. A esto le impresiona a la chica del cabello morado de tal forma que la dejaba boquiabierta.
Este misterioso hallazgo le atrae a Sunset, quien estaba observando los análisis al dichoso objeto.
- ¿ocurre algo twilight? -pregunta la pelirroja, dándole curiosidad la reacción de la chica de cabello violeta. La misma le empieza a explicar:
- parece que no tiene un componente químico definido, de alguna manera está cambiando su composición a cada segundo que pasa, simplemente es extraño, pero sin duda es impresionante...
Eso le da mucho en que pensar a Sunset, quien ve el cristal rosa con duda.
-dios mío... -dice ella sorprendida.
Las dos se percatan de que el objeto empieza a emanar un fuerte brillo fucsia, esto sin duda la preocupan, al punto de ver a Adagio con nerviosismo, tienen miedo de que la rubia reaccione ante esto, como intentar recuperar el cristal y salir de aquí.
En lugar de todo eso, simplemente no hizo nada, Adagio se sentía deprimida, algo decaída en la perspectiva de las chicas, solo miraba el suelo con profunda tristeza, estaba hundida en sus pensamientos, sin intenciones de hacer nada malo, lo único raro es que sus pupilas emanaban el mismo brillo de color fucsia.
En un momento de nerviosismo, la rubia las mira, eso pone más tensa la situación, pensaban que pasaría algo horrible, pero... simplemente no sucedió, ella las saludo sin tantos ánimos, sonriéndoles un poco, para después bajar su cabeza, siguiendo su eterna mirada al suelo.
Twilight se pone pensativa ante esto, aunque la pelirroja se preocupa un poco, jamás la había visto así, tal vez deberían conocerse, estaba dispuesta a hacerlo, sin corto ni perezoso se acerca a ella para sentarse a su lado, Adagio solo se limita a mirarla sin más.
- ¿Cómo te sientes? -pregunta Sunset, dándole una ligera sonrisa mientras da unas suaves acaricias en su espalda.
-siéndote sincera, todo lo que paso no me animo para nada, a pesar de que ustedes me perdonaron, siento un gran vacío en mi interior, no se como explicártelo... -explica la rubia, dando un ligero suspiro.
-con eso me explicas mucho, lo que tu sientes es culpa y preocupación, pero créeme que arreglaremos todo esto, primero debemos rescatar a Aria y a Sonata -dice la pelirroja.
-ese es un problema, no se si ellas me podrán perdonar por lo que les he hecho- dice Adagio, sintiéndose más preocupada.
-escucha, lo que a mi concierne en estos 4 largos años, es que las personas te podrán dar una segunda oportunidad, perdonándote por todo lo malo que has hecho, las personas no deberían ser capaces de tener tanto remordimiento por una persona, guardarte todo ese rencor no es algo bueno, te hará mas daño al pasar del tiempo, para que al final te preguntes si todo ese odio guardado ha valido la pena... -explica Sunset de manera seria pero al mismo tiempo siendo comprensiva ante la rubia, quien se sorprende por lo que ha dicho. -pero el primer paso para que ellas te perdonen es hacer un cambio en ti misma -eso ultimo la confundió un poco.
- ¿un cambio en mí misma? -pregunta con curiosidad.
- me refiero a que empieces a dar un cambio en tu persona, aprender de tus errores y seguir adelante, ser alguien mejor, eso te podría ayudar un poco a iniciar de nuevo, darle un reinicio a tu vida, si lo haces, tus problemas podrían desaparecer... -explica la pelirroja sonriendo ligeramente.
Eso deja mucho en que pensar a Adagio, esas palabras le podrían dar algo de esperanza en su vida, tal vez, la oportunidad de redimirse de nuevo.
En medio de esta calmada conversación llega Rarity, quien tenia las intenciones de decir algo a la rubia, por supuesto que ella la observo con duda, saliendo de sus pensamientos.
-perdónenme si las molesto, es que... quería preguntarte algo Adagio- dice nerviosa la chica de cabello violeta.
-claro, dímelo sin problemas- dice Adagio dándole una cálida sonrisa, aunque curiosa por lo que podría pedir.
-bueno... ¿podría peinar tu cabello? Es que es increíble la manera de cómo lo tienes, y como estas un poquito despeinada... -le propone Rarity, sonriendo mucho, sin duda estaba maravillada por el cabello de la rubia, la misma se quedo impresionada por tal pregunta.
-oh, bueno.... -no se le ocurre que decir, recurriendo a Sunset.
-puedes aceptar si quieres, cuando una chica peina el cabello de otra, seria un momento calmado y relajación absoluta- explica la pelirroja, dándole el acceso en aceptar o no.
-con razón lo hacen tanto las personas, incluso Aria y Sonata... -susurra ella, para después darle su respuesta a la chica de cabello violeta:
-supongo que es buena idea, acepto.
Rarity se pone contenta, trayendo una silla externa para que pueda sentarse la rubia, la cual se sienta con gusto, ya atrás de ella, empieza a peinarla cuidadosamente.
Para Adagio se sentía tan extraño esta sensación, sentía una relajación a tal que se hundió en sus profundos pensamientos.
Las dos chicas detrás de ella dieron su cálida sonrisa al verla tan relajada, aunque les hacia curioso eso, así que Sunset ocurrió preguntar:
-oye, ¿te habían peinado antes?
Adagio sale de sus pensamientos ante esa pregunta.
-siempre me peinaba sola, no era necesario traer a otra persona para este trabajo, además, si tuvieran el cabello esponjado como yo, ¿no les parece complicado conseguir a alguien que posiblemente no sepa hacer ese tipo de arreglos en el peinado? Para mi si lo es, era demasiado difícil para mí, en palabras mexicanas: sería una chinga- contaba la rubia, con la total libertad sin ser presionada por lo que ha pasado, como si entrara mas en confianza con ellas, eso impresiona a las demás presentes.
- tal ves tengas razón, pero al menos tienes la compañía necesaria para hacerlo, a parte ¿Quién no arreglaría ese gran cabello que tienes? -pregunta Rarity, contemplando a la rubia por su cabello y peinado.
Eso le hace sonreír un poco, después de varios segundos, un recuerdo llega a su cabeza de manera repentina, causando que se ría.
- ¿saben? No creí que esto pasaría, pero... se me vino a la mente un recuerdo muy extraño, era lo más raro que había visto en el internet -las palabras de la líder de las Dazzlings le dieron intriga tanto Sunset como Rarity.
-no hace daño a nadie si lo cuentas- decía la pelirroja de forma burlona.
Antes de que la rubia dijera algo, llega Pinkie pie, curiosa por la anécdota que contara ella.
- ¿Es la hora de una historia? Esto me gusta ¡cuéntalo por favor! - decía la chica del cabello de algodón de azúcar emocionada, acomodándose en medio de ellas para mayor audición de la historia.
-bueno, prácticamente era un video del internet, prácticamente era de todas nosotras- en eso interrumpe Sunset.
-espera, ¿cómo que nosotras? -pregunta la pelirroja confundida por lo que dijo.
-así es, el video empezaba conmigo trabajando en lo que parecía ser entrega de paquetes, en eso cuando toco la puerta, cambiando la escena a Rarity abriéndome la puerta, ahí tanto ella como yo nos alertamos, azotándome la puerta en la cara – la rubia intentaba aguantarse de la risa al contar eso, Rarity solo se cofunde por todo eso mientras que Pinkie estaba escuchándola atentamente.
-ahí pasa una especie de recuerdo, donde ella y yo nos mirábamos desafiante, de forma inexplicable me burlo de Rarity, la misma se enoja, eso sería lo obvio, lo que se me hizo gracioso es que, al principio del recuerdo, Pinkie Pie acaba de comerse un plátano, tirando la cascara justo en frente de mí y Rarity- seguía contando con toda claridad.
-eso es una extraña coincidencia, sin embargo, les aseguro que no tiraría eso en el suelo, estaría en el bote de basura- comenta la chica del cabello esponjado, intentando justificar que no lo hace tan seguido.
-como les iba diciendo: justo cuando iba a defenderse con palabras, cae encima de mi debido a la cascara de la fruta, y ¡BUM! ¡Nos dimos un beso en la maldita boca! -dice Adagio, dándole un ataque de risa, las demás chicas que estaban escuchando atentamente se sorprenden mucho, pero al mismo tiempo sueltan unas risas.
- ¡¿Qué demonios?! -pregunta la pelirroja mientras seguía riéndose.
- eso jamás pasaría, se los juro -intenta justificar Rarity, sin embargo, se nota su cara roja por la vergüenza.
-lo sé, lo sé, suena muy extraño incluso estúpido porque eso jamás paso cuando ocurrió lo de la batalla de las bandas, la verdad no volvería a ver ese video en mi vida, pero fíjense en un detalle, ese video lo hizo una persona que al parecer es fan de todas nosotras- dice la rubia de forma curiosa.
- ¿a que te refieres con "fan"? – pregunta Sunset, sintiéndose intrigada, pero a la vez esta confundida.
-oh, en Estados Unidos, la gran mayoría de las personas las aman, de echo en todo el mundo ustedes son como famosas- las palabras de Adagio asustan un poco a las chicas presentes, no se podrían creer algo así, sin embargo, muy en el fondo se sienten un poco alagadas.
- no te puedo creer esa historia querida -decía sorprendida Rarity.
- ¡eso es super increíble! – grita Pinkie pie, emocionada por lo que ha dicho. -cuéntanos mas de ellos por favor, ¡te lo ruego! – suplica la chica del cabello esponjado, sintiéndose mucho mas intrigada de lo que ya estaba.
-dios mío, no tienen idea de lo que hacen por ustedes, ¿por donde empezamos? – al preguntarse a si misma, se sorprenden de lo que podría decir, acercándose un poco para escuchar mejor.
-se dedican a hacerles dibujos de alguna de ustedes, otros hacen sus propias historias con ustedes como protagonistas, imitan sus voces en diferentes comics creados por ellos, llamándolos "Fandubs", las alaban a tal punto de considerarse sus "waifus" según ellos, tienen sus propias muñecas y mini figuras en las diferentes jugueterías, las empresas de ropa crean diferentes vestuarios con temática de ustedes, no solo eso, todas las camisas de hecho, incluso hacen disfraces de ustedes, en pocas palabras, hacen cosplay para ponerse en las reuniones de varias personas con esos mismos gustos llamados convenciones- lo explica Adagio con claridad, sin perderse cada detalle.
Esto deja boquiabiertas a las chicas, Sunset y Pinkie pie estaban impactadas, sin la capacidad de decir alguna palabra, Rarity estaba fascinada, incluso Twilight, quien, al estar escuchando la historia para calmarse del estrés de no encontrar algún resultado ante el cristal rosa, estaba impresionada.
Applejack, quien estaba conduciendo el camper, escuchaba la historia desde lejos, se sentía muy alagada por el detalle de tener juguetes de ella tales como las muñecas para las niñas pequeñas, en eso observa a Raimbow Dash, se notaba un poco molesta por la decisión de hace rato, aun no confía en Adagio. La chica de cabello amarillo piensa que podría animarla un poco:
-oye, si quieres te podría llegar a comprar una camisa de ti, o unos tenis en los colores de tu cabello cuando estemos en Estados Unidos, digo, si quieres- decía ella en todo burlón.
Ella no responde, solo miraba a través de la ventana el transcurso del camino, estaba en sus pensamientos, ahí recuerda la tarjeta que le dio Cindy y sus palabras exactas al entregárselo: "si las encuentran o si saben algo, solo llámenme sin miedo", todo se aclaro por un momento al mirar a Adagio convivir con las demás chicas.
- ¿al menos me estas escuchando? -pregunta Applejack, confundida por lo que ha hecho anteriormente. Eso la hace salir de sus pensamientos.
- ¿eh? Oh, lo lamento, creo que estaría bien ese detalle de tu parte -decía la chica del cabello de arcoíris.
-Raimbow, ¿te sientes bien? -pregunta Twilight, quien escucho todo y vio esos extraños comportamientos por parte de Raimbow dash.
- oigan, cálmense, solo estaba pensando, no es para tanto chicas- decía la chica del cabello de arcoíris de forma calmada y sarcástica, tratando de ocultar lo que verdaderamente sentía.
- ¿estas completamente segura de lo que dices? -pregunta Applejack, sin confiar tanto en lo que esta diciendo.
-por supuesto Applejack, jamás te mentiría así- afirma Raimbow dash con una gran sonrisa en el rostro.
Por su lado, Twilight siente que están preparados para ir al país usando el cristal rosa, después de analizarlo, concluyo que aun es un misterio, pero sin duda es uno muy importante y peligroso, aunque traiga consecuencias deben usarlo por ultima vez, ya han cargado suficiente combustible, el problema es que no sabe exactamente como activar un portal fucsia, ella sabe que la única persona que puede lograrlo es Adagio Dazzle, esto debido a su experiencia con el dicho objeto. Esto solo la limita a darle un pequeño suspiro.
-veo que no tenemos opción... -susurra con nervios, observando el peligroso objeto rosado en su escritorio, para después mirar a Adagio.
Ya a punto de decirle que es hora de partir, alcanza a escuchar algo que la puso roja de la vergüenza:
-A parte de todo lo que hacen esos chicos, también nos shippean a todos- contaba Adagio con un poco de vergüenza.
- ¿shippean? ¿Qué es eso? -pregunta Sunset con curiosidad por esa extraña palabra.
-oh, perdónenme, shippeo se refiere a que, técnicamente, las personas te ven con un amigo, incluso a un hermano o hermana y ahí los imaginan como pareja- explica la rubia con detalle, cosa que las deja sorprendidas a las demás.
- espera, ¿te asignan una pareja? -pregunta con asombro Rarity.
-algo así, unos claros ejemplos de esto sería Fluttershy x Raimbow, Rarity x Applejack, el mío, refiriéndome a Adagio x Sunset, el de Aria x Sonata, y por supuesto, el de Sunset x Twilight- explicaba con una sonrisa, con la mayor tranquilidad posible.
Las demás al saber de eso se sintieron muy avergonzadas, estaban en shocks junto con una cara roja, incluso Raimbow dash y Applejack, Rarity tuvo que cubrirse la cara mientras que Pinkie encontraba graciosa la situación, la única que intento ocultar su vergüenza con una pequeña risa era Sunset.
-eso no podría ser cierto, una pareja elegida por personas no podría cambiar todo- dice la pelirroja con firmeza, aun con la cara roja.
-oh, es enserio lo que estoy diciendo, incluso nos hacen imágenes porno donde empezamos a coger- de forma repentina interrumpe Twilight, harta de lo que estaba diciendo.
-ya es mucha información, es mejor que vengas por favor, debo hablar contigo- lo decía de forma nerviosa, pero intentando ser amable con ella.
-bien, perdón si les conté de eso, espero que no se traumen chicas- al decir eso, se levanta para ir con la chica de cabello morado.
Ella cree que no paso nada en esa conversación, sin embargo, chicas como Rarity, Pinkie y Sunset se sintieron un poco incomodas y avergonzadas, peor cuando se dieron cuenta del shipping de Aria y Sonata.
-... pero si Aria y Sonata son hermanas... -dice Rarity, dando una cara de asco.
- ¿eso no seria incesto? -pregunta Sunset un poco nerviosa.
-aunque podrían ser una hermosa pareja con muchos hijos- agrega Pinkie pie dando una gran sonrisa mientras aplaude.
Esas palabras provocan que las dos presentes sientan unas fuertes ganas de vomitar, tan solo pensar como seria eso les revolvía el estómago.
Por otro lado, Twilight empieza a explicarle a Adagio lo que deben hacer:
-esto no se si es seguro, pero tu tienes la capacidad de abrir los portales, tienes mas conocimiento en eso que yo, necesitaríamos que lo hagas en frente del camino para irnos a Estados Unidos, ¿aceptarías ayudarnos? -pregunta ella, sintiéndose nerviosa ante su respuesta.
-bien, se como lograrlo sin problemas, hagan lo que yo diga ¿entendido? -dice la rubia, agarrando el cristal rosa, después de eso procede a acercarse a la puerta del camper, abriéndola.
Tanto Applejack como las demás están curiosas por lo que hará, aunque les alarma un poco que abriera la puerta, preguntándose que planea exactamente.
-espera, ¿qué intentas hacer? -pregunta Twilight preocupada.
- no se preocupen, he hecho esto antes -lo dice mientras mira a los lados, al ver el camino del frente comenzó a sonreír. -les aconsejo que se sujeten bien, sentirán unas movidas, pero no es nada del otro mundo.
Eso alerta mucho a Sunset.
-Oye ¿podrías decirnos enserio que estas planeando? Así todos nos ponemos de acuerdo para ver si... -la rubia la interrumpe de manera brusca:
- ¡acelera ya! -grita fuertemente mientras lanza lejos el cristal rosa, activando el portal fucsia.
Las repentinas palabras hacen reaccionar a Applejack, quien rápidamente acelera el camper al mismo tiempo que se activara. El vehículo lo atraviesa por completo, por un momento el ambiente se sentía raro, como si todo se comenzara a modificar, glitcheando la realidad, Adagio lo sentía perfectamente y eso lo encontraba extraño, antes de que pasara a mayores, todo se calmó, finalmente llegando al país sanos y salvos, sin pensarlo 2 veces agarra el cristal rosa y vuelve a entrar al vehículo.
- ¿todas están bien? – pregunta la rubia con preocupación, pero la sorpresa fue grande al verlas:
Ellas se sentían mareadas y confundidas, parece que el viaje les afecto un poco, algunas están en el suelo como Sunset y Pinkie pie.
-tranquila, fue un pequeño mareo, es todo- responde Applejack con dificultad, intenta levantarse del asiento, pero casi cae al suelo.
-que extraño, el viaje del punto A al punto B no fue tan fácil de digerir, afectándonos un poco -intenta explicar Twilight, intentando no vomitar.
-entiendo, pero anímense, al menos no fue como el Experimento Filadelfia- dice Adagio, intentando animar la situación, por supuesto que las demás no lo entienden.
- ¿Experimento Filadelfia? -pregunta Rarity, sintiendo fuerte dolores de cabeza.
-es una larga historia, mejor apresurémonos, ya casi llegamos- al decir eso, la rubia agarra el volante y empieza a conducir hasta la base secreta del gobierno.
Esto les tomo 2 horas mas de camino, durante esta, las chicas comienzan a observar todo lo que el país podría ofrecer: Sus edificios, sus restaurantes, centros comerciales, las diferentes casas y apartamentos, sin duda para ellas era un espectáculo visual.
Tuvieron que ser sigilosas al poner el vehículo en una zona sigilosa cuando llegaron, la base era enorme para ellas, lo malo eran los guardias y las rejas de seguridad, Adagio tuvo que pensar en algún modo de entrar, ella propondría entrar por medio de matar, pero Twilight no estaría de acuerdo.
-Adagio, es mejor que vayas de otra manera, se ven que están armados hasta los dientes- dice nerviosa la chica de cabello morado.
-pero será más rápido entrar con mano armada, así no perderíamos tiempo de nada- explica Adagio sin ningún problema, sin embargo, eso no le agrada del todo a twilight.
- aunque eso podría ser cierto, no garantiza que sea muy adecuado, piénsalo: Seria un rescate, la mejor forma entrar de forma sigilosa- explica ella con claridad.
- ella tiene razón, además recuerda que no mataremos a nadie, seria tu primer paso para cambiar tu persona, como te dije antes – agrega Sunset tomando suavemente su mano. -confía en mí, esta es la mejor opción para un buen camino.
Esto hace dudar en la rubia, pero luego de pensarlo 2 veces tendría sentido ir sigilosamente al lugar, aparte si quiere cambiar estará dispuesta a no asesinar jamás, solo las noqueara, dejándolas inconscientes.
-esta bien, comprendo su punto- Adagio termina aceptando la opción, cuando casi procede a salir una voz la interrumpe:
-espera Adagio, se me olvido darte esto- dice Fluttershy, quien acaba de salir del baño para darle su dije reparado.
La rubia estaba impresionada por ver ese dije en ese estado, al parecer cuando la patearon del camaro, su dije se había destrozado durante la caída, ella sonríe en forma de agradecimiento a la chica de cabello rosado, quien le devuelve la sonrisa. Durante este minuto, Raimbow dash se confunde ante esto, formulando una pregunta:
- ¿todo este tiempo estuviste en el baño reparando ese dije? -pregunta confusa, estando estupefacta.
-oh, así es, perdónenme si me he tardado, se destrozo en partes muy pequeñas y me tomo mucho tiempo volver a pegarlas con pegamento- explica Fluttershy de manera amable.
-vaya, supongo que eso explica mucho- dice la chica de cabello arcoíris rascándose la nuca.
Adagio agarra el dije con cuidado y se lo enrolla en la cintura, ahora esta lista para hacer el trabajo de rescate, sin embargo, de nuevo la interrumpe Twilight:
-espera, antes de que te vayas necesito que tengas colocado esto en tu pecho- al decir eso, le da una pequeña cámara junto con un micrófono. -así te observaremos y escucharemos por medio de mi ordenador por si pasa algo malo.
-dios mío, gracias- se lo agradece de manera sorpresiva por este tipo de tecnología.
-oye, ten mucho cuidado por favor- agrega Sunset de manera preocupada.
-eso hare- dice la rubia, saliendo por fin del camper, en eso voltea a ver a la pelirroja. -escucha, debo disculparme contigo por tu pierna rota, te aseguro que no volverá a pasar ¿esta bien? -pregunta sonriendo un poco, para después marcharse hacia la base, buscando algún punto de entrada.
Sunset se sorprende, jamás la había escuchado pedir disculpa por ese incidente del festival, aun así, eso le dio alivio, demostrándolo con una suave sonrisa...
Mientras tanto en la base...
Sonata se despierta de manera repentina, se sentía asustada, al parecer sufrió una pesadilla, cuando se calmó empezó a mirar a su alrededor, descubriendo que estaba en una habitación acostada en una camilla, eso le pareció extraño, cuando intento mover su brazo sentía un pequeño dolor, al ver la causa de eso, se llevo la sorpresa de que estaba vendada en una parte del brazo.
- ... ¿qué ha pasado? – se pregunta confundida. Una voz le responde su pregunta:
-cálmate Sonata, estas a salvo ahora, estuvieron atendiéndote y tu brazo se te curara en poco tiempo, créeme- dice Aria de manera amable mientras esta sentada en una esquina. -de echo no esperaba que te despertaras así- continúa diciendo, riéndose un poco.
-solo tengo pesadillas cuando algo malo pasa, es muy extraño... -dice Sonata para después voltearse a ver a Aria, la sorpresa que se llevo fue tal que salto de la cama gritando. - ¿¡que estas usando!?
La vestimenta de su hermana ha cambiado, ahora es el mismo uniforme que utilizan los soldados que trabajan para Cindy, era muy extraño para la chica de cabello celeste, Aria usando los mismos uniformes de personas que las intentaban asesinar en la carretera, esto en pensamientos de la inocente Sonata.
- ¿ocurre algo? – pregunta Aria frunciendo el ceño, confundida.
- ¿ocurre algo, dices? ¡Mira lo que llevas puesto! -le reclama la chica de cabello celeste, estaba aterrada por lo que ve.
-ah, esto, es una larga historia- le responde la pregunta anterior, rascándose la nuca.
- ¿estás trabajando para esa extraña mujer? -pregunta Sonata, aterrándose un poco.
-algo así, pero esto nos ayudaría a las dos ya que nos darán la libertad, no tendremos que ir a la cárcel- cuenta de forma clara la chica de cabello morado.
Esto confunde mas a la chica de cabello celeste, sin embargo, Aria sigue explicándole:
-solo tendremos que decir nuestras versiones del caso y con eso estaremos en paz y no tendríamos que volver a ver a Adagio jamás- dice ella felizmente, cosa que deja atónito a Sonata.
-aunque me moleste mucho lo de Adagio, no confió en esa mujer, puede ser incluso peor, piénsalo por unos segundos por favor- le implora lo mas que puede a Aria para que reflexione sobre la decisión que está tomando.
-vamos, ella te salvo la vida, he tenido la oportunidad de conocerla y no es una mala persona como creíamos, solo hacia su trabajo- explica Aria para que no se altere tanto, sin embargo, esas palabras dejan pensativa a la chica de cabello celeste.
-... ¿a qué te refieres con que me salvo la vida? -pregunta con curiosidad.
-estabas sangrando mucho, si no te hubieran atendido estarías muerta, no quería que eso pasara- menciona la chica de cabello morado con preocupación.
Al escuchar eso, tenía dudas, si confía en ella podría tener razón de que saldrían en libertad, libre de todos los cargos que, en realidad, fueron culpa de Adagio y así vivir una vida tranquila, sin embargo, ve la otra cara de la moneda: casi las mata y posiblemente una propuesta como esa termina muy mal, con traiciones por la espalda o que pase a medidas extremas.
Quería decir algo, pero simplemente no se le ocurrían las palabras adecuadas para expresarse, estaba indecisa si confiar en la mujer o no, en eso Aria acaricia su espalda, dando indicios de que entiende como se esta sintiendo, Sonata se limito a mirarla con preocupación.
-no te preocupes tanto, confía en que todo saldrá bien para nosotras- dice amablemente la chica de cabello morado para después darle un cálido beso en la frente. -si tienes algún problema ven a buscarme ¿sí? -al terminar de decir eso, se levanta y se marcha del lugar, no sin antes mirarla a los ojos sonriendo. -te quiero.
Aria se marcha de la habitación, sin embargo, esto deja a Sonata pensando mucho, mirando el techo con angustia, ¿cómo han pasado por estas situaciones de la noche a la mañana? Eso es lo que se pregunta ahora, en ese momento piensa en su hermana mayor, ella antes no era tan estricta con su forma de hacer las cosas, antes no mataba o amenazaba de muerte, siente en el fondo que algo le corrompió por dentro...
-.. Adagio... - susurra con tristeza, ella sabe que no tiene más opción que esperar.
En las afueras de la base, dos guardias están discutiendo sobre su vida:
- ¿de verdad crees que tu esposo esté interesado en entrar al mundo de la música? – pregunta con asombro a su compañera.
-claro que sí, decía que era su sueño desde pequeño- responde ella con una cálida sonrisa.
-dime, ¿qué genero de música le encanta más? -sigue preguntando con mas curiosidad.
-creo que sería Rock alternativo, también Reguetón, Electrónica... -en eso interrumpe de nuevo su compañero.
-sensacional, me imagino que tiene algún instrumento como la guitarra eléctrica o algún sintetizador- menciona el hombre emocionado. La mujer se ríe un poco al ver la reacción del soldado.
-de echo tiene un teclado eléctrico- dice ella sonriendo.
-bueno, es un gran comienzo ¿sabes?, imagínate que te pueda dedicar una hermosa canción usando su teclado- menciona su compañero de manera elegante.
-ya quisiera, eso seria romántico- menciona ella, sintiéndose enamorada.
El soldado iba a hablar cuando de repente alguien por detrás le agarra fuerte la cabeza para después dejarlo inconsciente al apretarle demasiado su cuello, tirándolo en el suelo de forma brusca.
La soldado se sorprende ante esto, ella intenta sacar su arma para dispararle a quemarropa, era demasiado tarde ya que en un descuido Adagio le da un fuerte golpe en el cuello, dejándole sin posibilidad de respirar.
Sin perder el tiempo hace lo mismo que el soldado, rodea su cabeza con sus brazos y empieza a ahorcarla, todo iba muy bien hasta que la rubia siente de nuevo la sensación de asesinarla, ella siente como sus pupilas se vuelven color rosa, por un segundo lo pensó si hacerlo, apretaba mas fuerte su cuello.
La mujer intento liberarse con todas sus fuerzas, claramente se intentaba defender, las chicas lo sabían y se alarmaban por el echo de que se veían las intenciones de Adagio.
- ¿qué demonios está haciendo? ¿Acaso la intenta matar? -pregunta con terror Twilight.
- ¡eso no era parte del plan! -exclama Applejack alarmada por lo que ve.
La rubia tomo una decisión: dejo la soldado en el suelo, quien al parecer ya no se movía, todas se sorprendieron al notar que no la mato, solo la dejo inconsciente como su compañero. Esto se sentía raro para Adagio, jamás había dejado así a alguien, siempre ocurría lo contrario, pero si este es el primer paso para ser una mejor persona entonces estará dispuesta a hacerlo de ese modo.
Observa de manera detallada a los 2 guardias, parece que se esta decidiendo por algo, finalmente esconde al soldado para llevarse a la mujer a otro lado, en ese momento las chicas descubren su plan al ver como le quitaba la ropa, de manera cuidadosa la rubia se viste con el uniforme de la soldado, ya al colocarse su casco procede a entrar a la base, dejando el cuerpo de la mujer en un lugar seguro y alejado de los demás.
Dentro del lugar, algunos de los soldados hacen sus labores pendientes, otros están descansando después de varias horas de arduos trabajos, todo esto desde el punto de vista de Aria, quien observaba pensativa. Ese profundo sentimiento lo percata Cindy, quien se acercaba a ella.
- ¿Todo bien señorita Aria? -pregunta ella, manteniendo firmeza, pero siendo comprensiva ante la 2da hermana de las Dazzlings. La misma solo la mira al notar su presencia.
-no es nada, no se preocupe- le responde la pregunta de manera tranquila. La mujer no le convence esa respuesta.
- ¿cómo esta su hermana? -pregunta preocupada.
-Sonata se encuentra bien, está procesando todo eso de la propuesta, para ser sincera me preocupa como digerirá esto- le explica mientras observa a los soldados. Cindy entiende como se está sintiendo así que apoya su mano en su codo.
-te entiendo, pero te aseguro que con el tiempo se arreglara, saben que es lo mejor para sus vidas, su hermana Adagio ha estado cambiando para mal y deben salvarse de ella y en lo que ahora esta convertida: en una asesina despiadada, sea lo que sea los apoyaremos en eso- dice la mujer para darle ánimos.
Sus palabras dejan a Aria con dudas, pero esta segura de que esta en lo correcto, la rubia ya no es de confiar y ya era hora de que se dieran cuenta desde hace tiempo. A este punto podría decir algo, sin embargo, solo se limita a ver a los demás soldados, en particular en una de ellos.
Ella se encontraba caminando, viendo todo a su alrededor con detalle, dando a entender que quien está detrás del uniforme es Adagio.
-aun no encuentro nada sobre Aria y Sonata- susurra con seriedad.
-debe estar en alguna habitación, habrá que investigar más- menciona Sunset con la misma seriedad, analizando todo lo visto por la cámara.
De manera inesperada, la rubia siente como le apuntan con un arma, eso la pone nerviosa a tal punto que se detiene, manteniéndose en silencio. Una voz comienza a hablar:
-aquí estas, maldita sirena, es hora de que te muestres y que te rindas de inmediato- dice fríamente el soldado responsable de dejarla paralizada de los nervios a causa de su arma.
No solo Adagio, las chicas estaban sorprendidas y aterradas por esa repentina acción, dudas pasan por su cabeza: ¿Cómo supieron que ella era? ¿Quién fue el que les aviso que estaría usando este plan de infiltración? Eso ya no importaba, ahora estaban en graves problemas y ya no tenían escapatoria.
La mayoría de los soldados se preparan y apuntan a la cabeza de la rubia, la misma seguía paralizada.
- ¡¡Retírese el casco ahora!! – ordenada con furia, sin embargo, Adagio no podía mover ni un musculo.
Sin dar una respuesta, le da la orden a otro de ellos para que lo haga por la fuerza, el soldado accedió a quitarle a la fuerza el casco, revelando la verdadera identidad de esta, la rubia miraba al sujeto con una sonrisa, el noto al instante sus pupilas rosadas, eso lo inquieto un poco pero cuando intento decir algo, recibió un fuerte cabezazo por parte de la líder de las Dazzlings, causando sangrado en la nariz, al parecer se lo ha roto.
Tan pronto como hizo eso, le da un fuerte codazo al de atrás, haciéndolo retroceder, los demás soldados están artos de esto, procediendo a sacar una especie de macanas electrificadas, atacándola enseguida, adagio no se queda atrás, de manera rápida saca el alma de mano y empieza a golpearlos, algunos electrocutándolos y otros disparándoles con la pistola, algunos quedan fuera de combate, otros estaban gravemente heridos, aunque eso pasara no cabria el echo de que el numero aumentaba, haciéndole más difícil acabar con todos a la vez, había un punto donde eran demasiados, acorralando a la rubia, intentaba defenderse con todas sus fuerzas pero ellos lograron electrocutarla con la macana, los golpes eran fuertes y la debilitaban, finalmente cayendo al suelo.
-no puede ser, ¡Adagio! -gritaba Sunset preocupada, había algo dentro de ella que deseaba ayudarla por todos los golpes que recibe.
Ella intentaba levantarse, se esforzaba por hacerlo, todo fue en vano ya que los golpes y patadas no eran de esperarse, no se podía levantar.
Todo se venia boca abajo para la rubia, parecía que el plan había fracasado rotundamente...
Uno de ellos se percata de alguien, el se intenta defender intentando disparar, sin embargo, fue demasiado tarde, el termina noqueado, alguien toma su macana para lanzarse contra los demás, electrocutando a la mayoría, ellos intentan defenderse, pero la persona de la macana es más ágil, aunque tenga dificultades al caminar, hace lo posible para rescatar a Adagio, la misma nota su presencia y se sorprende mucho:
Sunset shimmer la defendía lo mas que podía, no le importaba si se lastimaba su pierna nota, ya con los soldados en el suelo le da la mano a la rubia, ofreciéndole ayudarla para levantarse.
-.. ¿qué estás haciendo? -pregunta Adagio tan confundida como sorprendida.
- ¿creíste que te dejaría sola sirenita? estoy salvándote, haremos esto las dos- dice Sunset, levantándola rápido.
Mas de los soldados armados llegan, preparados para atacar, por supuesto que las dos chicas no se detendrían ante esto, de manera repentina se apoyan sus espaldas entre ellas.
-esto es muy extraño- menciona Adagio, estando al pendiente de lo que pueda pasar.
- ¿te refieres a que estaríamos en esta situación, trabajando en equipo como un maldito dúo? La verdad tienes razón, demasiado inusual para mí, si te lo preguntas- dice la pelirroja, de igual forma pendiente a la situación.
Dos personas opuestas, pony y sirena, trabajando juntos por su supervivencia y para un gran rescate, los soldados empiezan a atacar con toda sus fuerzas, las chicas se defienden y contratacan, la base se vuelve un campo de batalla, algunos les disparan pero Adagio se defiende tanto ella como a Sunset con los cuerpos de los demás, técnicamente el soldado los asesino a causa de su arma, la pelirroja los golpea fuerte con la macana electrificada, dejándolos heridos de gravedad, a tal punto de que se intercambiaba el arma, ahora la rubia tenía el arma, noqueando a varios mientras que Sunset los golpeaba y pateaba con fuerza, pisándoles fuerte la cabeza.
La pelea duro minutos hasta que ya no se encontraban más, todos los presentes están en el suelo, fuera de combate, esto resulto una victoria para las dos chicas, quienes se chocaron las palmas una con la otra.
-te defiendes bien, para ser una maldita pony- se lo decía a Sunset con fuertes suspiros debido al cansancio.
-yo diría lo mismo de ti, "Dagi" -menciona la pelirroja, de igual forma dando fuertes suspiros. -creo que me quedare con esta arma por un tiempo- continúa diciendo, mirando a la macana electrificada. Esto confunde mucho a Adagio.
- emm, ¿está bien? Es tuya si quieres- dice la rubia, mirándola con extrañeza para después correr hacia las escaleras. -no tenemos tiempo, debemos encontrar a Sonata y a Aria lo antes posi-un fuerte golpe en el rostro la manda volando un poco, estrellando su espalda contra la pared.
- ¡Adagio! -grita Sunset con preocupación, para después voltear a ver el causante de esa golpiza, sorprendiéndola demasiado. -... oh, mierda.
La persona responsable se revela como la misma Aria Blaze, quien las observa con mucho odio, cosa que aterra a Sunset, por su parte, Adagio recién se recupera del aturdimiento, mirando a la chica de cabello morado.
Un terror le invade a la rubia cuando se entera que fue ella le dio el golpe y la vestimenta que lleva, lo peor es cuando descubre otro detalle más, uno que la deja paralizada del profundo miedo.
-... A-aria... -tartamudea Adagio, no paraba de mirar sus ojos.
-Adagio Dazzle, no puedo creer que te molestes en venir después de lo que nos hiciste... - dice Aria fríamente. - veo que jamás te rindes ¿verdad? – pregunta ella, mirándola de manera seria, dejándose notar frente a las dos chicas sus brillantes pupilas color rosado.
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darlynquinn · 3 years
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Lo que estás viendo aquí son capturas de pantalla en twitter de lo que fueron mis publicaciones. Pero por accidente y error apliqué unos hashtags que no debieron estar ahí. Puedes checar en completo mis capturas abriéndolas para que veas todos los detalles. Mis palabras, mis imágenes y hashtags aplicados. Y de esto estaré hablando en este blog.
Twitter, y la injusta censura
Comienzo escribiendo este blog una vez más en mi sección de sólo blogs en ésta tranquila, pacífica, y anti censura red social llamada Tumblr. Y comienzo escribiendo mi blog de ésta manera:
No hace muchos días que estuve en twitter, un 7 de Marzo del presente año, 2021, viendo dos películas en dvd, las cuales, ahora que lo pienso, prefiero no darlas a conocer ya que, en primera, no las estoy promocionando, y en segunda, al mencionar sus nombres no tendrían ninguna lógica ni cabida en mi blog. Continúo. Precisamente ese 7 de Marzo estaba yo en twitter como generalmente lo hago, al mismo tiempo que estaba viendo yo las dos películas, interesantes por cierto, ya que hacen que quien las vea se ponga a pensar en temas interesantes como sociedades secretas, brujerías, y secretos que el cochino Vaticano esconde.
Sin desviarnos del tema, el asunto aquí, es que, mientras estaba yo viendo esas películas, la maravillosa idea tardó en llegar en que se me ocurriera publicar en mi cuenta de twitter lo que estaba yo haciendo justo en ese momento. Sé muy bien que publicar en la internet cosas personales no es muy bueno y eso causa aburrimiento para las personas ajenas de la vida de quien publica sus cosas personales en las redes sociales; lo sé y lo comprendo muy bien, pero, siendo que en ese momento estaba viendo películas, y siendo twitter, una plataforma más para promocionar cosas interesantes que publicar cosas personales, y justo en ese momento viendo yo películas de temática interesante, consideré justa la idea de precisamente hacer eso, publicar recomendaciones de verdad interesantes que llego a ver en mi vida pero nunca me había atrevido a recomendar porque no me sentía segura y no sabía bien cómo hacerlo.
¡Bien! Por el título en rojo de mi blog, seguramente tú, quien está leyendo mi blog has de pensar que estuve jugando contigo a perder tu tiempo mientras leías mis párrafos, al creer que el blog, capturas y título resultaron ser un fraude para atrapar a la gente; siendo honesta contigo, ¡no es así! Porque precisamente a eso voy y por eso estuve escribiendo estos párrafos, para que tú, quien me lees, sepas exactamente de lo que estoy hablando y del porqué comencé escribiendo cosas que de inicio en apariencia no están relacionadas con el título y las capturas. Porque sí, mis párrafos, las capturas y el título están relacionados, aunque en apariencia no lo llegues a ver así; continuando.
Justo ese 7 de Marzo estaba yo viendo esas películas, y se me ocurrió recomendarlas en mi twitter, así que, decidí sacar foto a una de esas escenas de la última película, y claro, no podía faltar agregar la etiqueta, o conocida vía virtual como: Hashtag, precisamente para que tus publicaciones puedan llegar más lejos, a más gente, y puedas ser muy bien conocido en la internet, usando redes sociales famosas y/o populares. Como decía, agregué hashtags a mis fotos de la última película que estuve viendo.
El problema no son los hashtags, el verdadero problema y conflicto, son el TIPO de hashtags que en twitter aparecen, ¿porqué? Porque dependiendo del tipo de hashtag, es cuando saltan los cazadores furtivos de cuentas dispuestos a eliminar todo rastro de perfiles que estén en contra de tal o cual movimiento social en Mexico.
Ahora bien, mi blog ya comienza a tener relación más lógica y cercana al título, es decir, que ya poco a poco vas comprendiendo del porqué las capturas, mis párrafos y el título, sigo.
Dependiendo del tipo de hashtag que pongas en tus publicaciones saltan siempre dispuestos los cazadores furtivos a eliminar perfiles, como lo explicado a dos párrafos arriba. ¿Porqué suceden esas cosas? Porque el directivo de Twitter en Mexico es amigo fiel de la Derecha , y ese cabron cochino es quien decide qué usuarios pueden decir lo que se les hinche la cabrona gana y quienes no, es decir, el directivo de twitter en Mexico amigo fiel al Fascismo es quien decide quién tiene la libertad de expresión y quien no, y quien use cierto tipo de hashtags en tendencia relacionados al movimiento social pero este en contra del mismo, saltan pendientes y listos los cabrones cazadores furtivos a precisamente eso, a eliminar perfiles que hablen mal de tal o cual movimiento, que en este caso, no es ningún movimiento social, sino que la Derecha radical fascista quiere adueñarse del movimiento haciéndolo político y así no sólo hacer negocio, sino adjudicarse de un poder del cual nunca le perteneció.
¿Que sucede? Estoy hablando del pasado 8 de Marzo del presente año 2021. Estuvieron en tendencia en twitter hashtags pagados por fascistas, éstos fueron los hashtags que estuvieron en tendencia ese día en twitter y que accidentalmente usé creyendo que eso sería a mi favor, pero no fue así:⬇️
#8M #8demarzo #8m2021 #SoyMujeryEstoyconAMLO
Al haber usado esos hashtags en mi cuenta de twitter en mis publicaciones creía que eso me ayudaría a que más gente supiera de mí en twitter, pero como justo a tiempo recordé que los hashtags como 8M, 8-de-Marzo, 8-m-2021, son también utilizados como trampa para avisar a los cazadores furtivos del twitter a eliminar determinadas cuentas que estén en contra, no de un movimiento, que dejó de ser social apenas el año pasado 2020, sino de lo que es ahora un movimiento político vandalizador 2021 para mantener una manipulación y así al final los neoliberales terminen burlándose del pueblo, una vez más como lo han hecho durante mucho tiempo.
Repitiendo, esos hashtags mencionados en el párrafo anterior fueron como dije, utilizados como trampa mortal para avisar a cazadores furtivos a que eliminasen cuentas que estén en contra del movimiento explosivo vandalizador. Mis publicaciones no tenían nada que ver con los hashtags en tendencia en esos días, pero me entró miedo, al pensar que gente horrenda busca cualquier pretexto con tal de avisar a los cazadores a que estos, sin analizar nada ni porqué, sólo hagan su puto trabajo, el de eliminar de todo rastro las cuentas que ejerzan su libertad de expresión. No tuve alternativa, más que eliminar mis publicaciones.
Mis publicaciones, no tenían ninguna relación con los hashtags en tendencia, pero al saber que estos suelen ser usados como trampa, me entró miedo, y no tuve alternativa más que eliminar en definitiva mis publicaciones, ya que estas tenían esos hashtags mencionados arriba.
Honestamente no me pone triste; al haber eliminado mis publicaciones del twitter me hizo sentirme aliviada y más segura de no correr peligro alguno de ser la presa de algún cazador furtivo del twitter, ya que como dije, su directivo en México censura, elimina cuentas, por eso avisa a sus cazadores furtivos a disparar contra cualquiera que ejerza su libertad de expresión.
Al haber eliminado de mi perfil en twitter esas publicaciones (captura) que se ven arriba, no significa que por fuerza me haya yo auto censurado o que me haya invadido el miedo ¡por supuesto que no! Las eliminé para salvar mi imagen; pero como soy maga en el asunto de las redes sociales y soy una increíble genio en cambiar el rumbo de algunas cosas en las redes sociales, pues, como puedes notar amigo lector en mi blog, es que, decidí primero publicar mis capturas aquí. Para después seguirlas publicando en twitter, con otros hashtags diferentes que no estén relacionados a ningún movimiento social ni golpeador furioso, y, ¿porqué no? Presumirlas en mi nueva página de Facebook y mi perfil de ok.ru ¿apoco no?
Es decir, se trata de huir, de esconderse de la censura que los fascistas practican en twitter y facebook. Lo curioso y frustrante de ambas redes sociales es que la censura en twitter no es igual a la de Facebook. La censura de Facebook no tiene lógica y es una burla sin sentido a los usuarios. La de twitter tiene una espantosa y cochina lógica totalmente injustificable ya que silencia, censura a todo aquel que solo exige ejercer su libertad de expresión.
Lo único que hago es evadir, esconderme de toda censura injustificable cambiando el rumbo de mis publicaciones para que estas puedan ser notorias en internet, ya que, estoy totalmente segura que más de 3000 personas no sólo en Mexico, sino en el mundo están, y estarán de acuerdo totalmente conmigo al confirmar, y tener bien en cuenta, que quien ejerza la censura, debe pagar, no consoló con cárcel, sino con su vida propia, mediante tortura lenta, o una ejecución rápida de su propia vida.
De este blog ya fue todo. Y gracias por haberme leído amigo hasta este final.
Ayúdame a compartirlo en tus benditas redes sociales.
Arlyn Quinn @arlyn7quinn @ArleinQ
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Waking Up Slow
Day 3 of @frukweek2020: Beach/Punk
Summary: Francis y Arthur se vuelven a encontrar en un viaje a la playa, pero el inglés no puede dejar de pensar en el otro, ¿y cómo se recupera una relación echada a perder? Continuación de Beneath Your Beautiful
Relationships: FrUK
Rating: T +13
Word Count: 8240
Language: español
Para ese punto llevaba varios años de conocer a Alfred, tal vez unos cuatro y medio, y podía afirmar con completa seguridad que no había pasado un solo día en que el rubio no presumiera sobre la casa playera de su familia. Normalmente involucraba a Matthew, quien era demasiado modesto como para seguirse la corriente, así que en la mayoría de los casos mencionaba que no era tan grande o impresionante.
Bueno, eso había sido una mentira de mierda.
Arthur creyó que iba a tener que compartir su cama con más de un idiota, pero a simple vista, la casa era lo suficientemente grande como para que pudiera tener un cuarto para sí mismo si así lo deseaba. Gilbert, la Rana, el imbécil de Antonio, Ludwig, Lovino y Feliciano portaban la misma expresión de sorpresa e incredulidad en el rostro. Kiku, quien aparentemente ya había visitado el lugar, estaba caminando detrás del estadounidense, el cual llevaba sus maletas.
–Hey, apresúrense, sino se van a quedar sin una habitación –rió Alfred escandalosamente. Matthew negó con la cabeza, rodando los ojos.
La mansión (para ese punto se había resignado a llamarla así) tenía seis habitaciones, cuatro baños, una gigantesca cocina, una cochera para varios autos (habían llegado Alfred, Matthew, Kiku, Gilbert y él en el carro del primero, mientras que el resto viajaron con Ludwig) y una gran sala de estar/comedor que daba directamente a la parte trasera, donde por supuesto se encontraba una piscina. Arthur claro que sabía que los padres de los gemelos ganaban bien, pero jamás le había pasado por la cabeza que fuera así de ridículo.
–Ah, mis papás no quiere que toquemos la habitación principal, entonces tenemos que quedar dos personas por recámara –llamó Alfred desde adentro de la casa. La expresión en el rostro de Arthur cambió inmediatamente por una de frustración.
Bufó, cruzándose de brazos, mientras iba pensando en quién sería la persona más decente para compartir la cama. Fue entonces cuando se percató de que todos habían llegado en pareja. Todos menos una sola persona. Y por supuesto que hizo contacto visual con él apenas se dio cuenta.
–¿¡Qué!? ¡No! ¡Yo dormiré en el sofá, no importa! –protestó, casi corriendo detrás de Alfred, quien soltó una sonora carcajada. Notó por el rabillo del ojo que la Rana los estaba siguiendo.
–Claro que no, Artie. Igual, ya has estado con Francis, ¿no? Entonces no debería ser tan incómodo –lo ignoró el estadounidense, quien para ese punto acababa de llegar a la habitación que compartiría con su novio.
–Eso es exactamente lo que lo vuelve incómodo –masculló, cruzándose de brazos. Sintió que su cuerpo entero se tensó cuando una mano se colocó sobre su hombro.
–Yo no le veo nada de malo. Con suerte y hoy voy a poder conocer ese tatuaje del que Alfred tanto habla –intervino el anfibio, sonriendo odiosamente. Arthur lo exterminó con la mirada, mientras sus mejillas se enrojecían y Alfred se desternillaba.
Tal vez o tal vez no, en su cumpleaños hacía unos meses había bebido tanto que, quizás o quizás no, empezó a desvestirse en la mesa principal de la casa de Alfred, quien le había organizado una fiesta sorpresa. Afortunadamente, los gemelos lograron sujetarlo a tiempo antes de que el resto de los invitados vieran partes del cuerpo del inglés que los marcarían de por vida. Así, procedieron a encerrarlo en una de las habitaciones principales, en donde Matthew se encargó de cuidarlo antes de que cometiera una estupidez; no obstante, el pobre estadounidense tuvo que entrar de nuevo al cuarto justo cuando a Arthur se le ocurrió bajarse un poco más que sus tallados jeans.
Arthur estaba bastante seguro de que burlarse de la situación era la manera del pobre chico de lidiar con la incomodidad, pues aún lucía levemente perturbado al recordar la historia.
Sin más, se volteó, indignado, para dirigirse a la entrada a recoger sus pertenencias. Tuvo que realizar un gran esfuerzo para ignorar las risillas que Francis iba soltando mientras caminaba detrás de él. El desgraciado no había estado en la fiesta, pues al parecer se encontraba muy ocupado con sus exámenes universitarios, pero aparentemente cada invitado se había esmerado en contarle los detalles. Malditos.
Una vez que tomó sus maletas, comenzó a caminar en dirección a las habitaciones, pues todas se encontraban en un mismo pasillo. Al percatarse de que solo quedaba una disponible, entró inmediatamente y no supo si bendecir o maldecir al suelo cuando se topó con una cama matrimonial. El anfibio entró justo después de él, y colocó sus numerosas maletas al lado de la puerta.
–No tienes que mirarme así, esto no es culpa mía –habló repentinamente, y Arthur se percató de que había estado mirándolo. Se convenció a sí mismo de que se debía a que llevaba unos cuantos meses sin verlo de cerca.
–Ya lo sé, pero es frustrante. Creí que iba a tener una habitación para mí solo –respondió, mientras empezaba a desempacar algunas cosas, como la ropa que se pondría cuando fueran a la playa en un rato. Se mantuvieron un rato en silencio, mientras la Rana se encargaba de buscar quién-sabe-qué en uno de sus maletines.
–Me gustan tus piercings –comentó Francis de la nada. Arthur se sonrojó, tosiendo para aclararse la garganta–. ¿Quién diría que el chico que me fastiaba cuando no llevaba bien puesto mi uniforme iba a terminar así? –bromeó, recostándose sobre la cama con su celular en la mano.
–Bueno, la gente cambia –murmuró, incómodo. Francis sonrió.
–Por suerte. Imagínate cómo se pondría un Arthur de 17 años si viera a un Arthur de 20 –el inglés se relamió el labio inferior.
–El cobarde ya quería verse así, solo no tenía el valor porque temía a que lo ridiculizaran –respondió, sonriendo inevitablemente. Francis se reacomodó en la cama para acercársele.
–Yo le hubiese dicho que se veía lindo –agregó, y al levantar la mirada, Arthur se topó con que estaba intentando mirarlo directamente a los ojos. Sintió que su corazón le dio un vuelco en el pecho.
Él y Francis habían empezado a estar juntos cuando él acababa de cumplir 17 y a Francis le faltaban unos meses para tener 18. Su noviazgo duró menos que un año, pues terminaron cuando la Rana tuvo que ir a la universidad. Fue su primera relación y probablemente la más absurda que había tenido en toda su vida. Y a pesar de eso, cada maldito día pensaba en cuánto extrañaba al anfibio frente a él.
Francis era un idiota. Era arrogante, perezoso, criticón, quejumbroso, terco y coqueteaba con prácticamente todo lo que se moviera; sin embargo, había sido su mejor novio. Para su sorpresa, el anfibio era sorprendentemente generoso, detallista, sensible, comprensivo, amoroso y leal. Le gustaba discutir y competir a menudo, pero él también lo disfrutaba. Y maldita sea, el desgraciado tenía un rostro y un trasero increíbles. Eso sin contar que nunca había conocido a una persona que besara mejor que él.
Desgraciado.
–De seguro hubieses sido de los que lo ridiculizarían –el otro se encogió de hombros.
–Ahora nunca lo sabrás, supongo.
–Bueno, ¿te burlarías de mí ahora? –preguntó, estableciendo contacto visual con Francis, quien ahora se había recostado aun más cerca de donde él estaba sacando el bloqueador solar.
–Solo si realmente tienes una guitarra roja en tu nalg-
–Muy bien, creo que ya deberíamos irnos a buscar a los demás –murmuró, apresurándose en salir de la recámara. Desde el pasillo pudo escuchar la estridente risa de Francis. Maldita Rana.
   _____
–¿Debería preocuparme? –preguntó Matthew, ladiendo la cabeza. Lovino negó vigorosamente, mientras el resto mantenía la mirada fija en Gilbert, quien insistía en que lo cubrieran de pies a cabeza de arena.
–Un bastardo tan insoportable como Gilbert es incapaz de morir. Ni siquiera en el infierno lo quieren –respondió el italiano, y solo Arthur lo animó riéndose de su broma. Matthew suspiró, resignado.
Decidió abrir el libro sobre su regazo para empezar a leerlo, mientras sus acompañantes continuaban hablando entre sí. Una vez que llegó a la décima página, escuchó que desdoblaban una silla playera a su lado. Miró de reojo para toparse con cierta Rana, quien estaba prácticamente cubierto de pies a cabeza de arena. Negó con la cabeza, bufando, y retomó su lectura.
Puso los ojos en blanco en el momento exacto en que sintió un par de ojos anfibios sobre su novela, así que volvió a ver a su lado para toparse con Francis, quien ahora parecía una jirafa con el cuello así de estirado.
–¿Qué estás leyendo? –preguntó, entrecerrando los ojos para ver mejor. Bufó ante lo ridículo que lucía de esa manera.
–Emma, de Jane Austen.
–Rosbif, ¿de verdad viniste hasta la playa a leer a Jane Austen? –cuestionó el francés, recostándose de lado en su silla. Él arqueó una ceja.
–Sí, ¿por q-?
Antes de que pudiera reaccionar, el desgraciado tomó su libro y lo escondió debajó detrás de su espalda para que Arthur no pudiera tomarlo. El inglés frunció el ceño, visiblemente irritado.
–Francis, dame eso.
–¡Es hora de vivir un rato, Arthur! Nos tienes a todos aquí, al menos podrías ir al mar un rato.
Le dedicó una mala mirada por unos segundos, para luego lanzarse sobre él sin piedad. Por lo que notó por el rabillo del ojo, Matthew pegó un saltito de la sopresa, mientras que Lovino puso los ojos en blanco.
–¡Dame eso, Rana!
Francis estalló en carcajadas, moviéndose de lado a lado para que Arthur no pudiera tomar su libro de vuelta. Procedió a intentar pincharlo en el estómago para que se moviera, mientras el idiota se reía aun más fuerte.
–¡Rana! ¡Rana, quítate!
–¡Por el amor de Dios, cierren la maldita boca! ¡Vine hasta acá para tener un poco de paz y ustedes, par de bastardos, no dejan de hacer escándalo! ¡Váyanse a un cuarto o ahóguense, pero déjenme en paz, maldición! –gritó Lovino, cuyo rostro ya se veía tan rojo como un tomate. Matthew se encogió en su silla, cubriéndose la cara al notar que varias personas los estaban mirando. Tanto él como Francis se sentaron inmediatamente.
Pasaron un par de segundos en silencio, mirando al italiano, quien seguía respirando agitadamente. Antes de que pudieran hablar, se levantó de golpe y empezó a caminar en dirección a Antonio, mientras lo llamaba a todo pulmón. Matthew prácticamente se hallaba en el piso, de tanto que se había llegado a encoger en su asiento.
–¿Quieres ir conmigo al mar? –preguntó Francis, quien también se encontraba observando al pobre chico. Su novio estaba caminando hacia él. Asintió distraídamente, por lo que la Rana lo tomó de la mano para guiarlo fuera de ahí.
Se fueron lejos de donde estaba el resto del grupo, a una zona en la cual no había muchas personas. Miró un momento su mano, pensando en cuán suave era la de Francis. Una vez que sintió el agua bajo sus pies, instintivamente se aferró al brazo de la Rana, quien le dedicó una sonrisilla al notarlo. Continuaron adentrándose en el mar hasta que él lo jaló para detenerlo.
–No tan profundo, Rana. No tengo planeado ahogarme hoy –murmuró, avergonzado, pues el agua apenas le llegaba a la cadera. El anfibio le sonrió tranquilamente y se volteó para quedar frente a él.
–Yo te voy a cuidar, no tienes que preocuparte. Es más –empezó a rebuscar en los bolsillos de su traje de baño, mientras Arthur discretamente miraba sus brazos. ¿Había estado alzando pesas? Definitivamente no tenía esos brazos y mucho menos esos hombros cuando ellos estaban juntos–, te traje esto.
No pudo seguir frunciendo el ceño cuando el francés sacó un par de flotadores desinflados de sus bolsillos. Una vez que empezó a inflarlos con su boca, sonrió, agradecido por lo considerado que podía ser. Después de todo, era el único que sabía cuán irónico era que Arthur amara tanto el mar y que aun así no supiera nadar.
Cuando terminó de inflarlos, lo ayudó a colocárselos. Igual, no pudo evitar estallar en carcajadas al notar que tenían dibujos de ranas. De igual manera, le agradeció por pensar en él.
–¿Desde hace cuánto los tienes? –preguntó, mientras Francis intentaba sacudirse la arena y fracasaba en el intento.
–Los compré desde que me dijeron que ibas a venir con nosotros –respondió, revisando su cabello. Arthur rodó los ojos, pues lucía tan perfecto como siempre–. Alfred me contó apenas le avisaste que irías.
Se mordió el labio. Su cerebro le estaba gritando que era un imbécil por no haberle avisado. Tenía su número, y aun así procuraba no escribirle más de una vez al mes.
Se sintió como el mayor idiota posible.
Mientras la Rana empezaba a hablar de quién-sabe-qué, una avalancha de recuerdos sobre todas las veces en que lo había ignorado, tratado mal y jugado con sus sentimientos sin motivo alguno cayó sobre sus hombros. Fue entonces cuando recordó por qué lo evitaba a toda costa.
–Lamento no haberte invitado a mi baile de graduación –soltó de repente, y hasta él mismo se sorprendió de que su mente se hubiese desviado a tal lugar. Francis dejó de hablar de repente, parpadeando varias veces.
–Arthur, eso fue hace años, ¿por qué...?
–Yo fui tu acompañante en el tuyo, lo justo es que te hubiese invitado al mío, por lo menos.
–Ya no estábamos juntos, rosbif. Creo que en ese momento yo tenía novia, incluso –explicó la Rana, al continuar intentando lavarse con el agua. Arthur optó por no mencionar que también estaba llena de arena.
–Lo sé, pero siempre me he sentido mal por eso. Debí haberte invitado, aunque no fueras como mi pareja –murmuró, mirando el suelo. Al no recibir respuesta, levantó la vista y notó que el francés estaba sonriendo comprensivamente.
–Está bien, si es importante para ti, acepto tu disculpa.
Sonrió incómodamente, mientras Francis continuaba intentando limpiarse. Arthur siempre había pensado que se asemejaba mucho a un gato, por lo cual se le escapó una risilla. El otro levantó una ceja, sonriendo, y él no lo pensó dos veces antes de tirarle agua con todo el impulso posible. La Rana (¿o el Gato?) se quedó con la boca abierta en un acto de mero dramatismo, mientras él reía de vuelta: su cabello había quedado empapado.
–Cosas así son las que no puedo perdonar –masculló, intentando reunir la dignidad que le quedaba para acomodarse el pelo. Se pasó los dedos para moverlo hacia atrás, con él riendo cada vez más y más fuerte.
Pasaron un rato más hablando y fastidiándose mutuamente en el agua, hasta que Alfred los llamó para que fueran a la casa a comer. Pasó el resto de la tarde hablando con Kiku, quien aparentemente también había traído varios libros, pero Alfred se los escondió en diferentes partes de la casa. Tomando en cuenta que la Rana aún no le había devuelto Emma, sentía su dolor.
La noche transcurrió en un restaurante cerca de la playa que todos visitaron para cenar. Lovino y Feliciano estuvieron quejándose de que la comida no era lo suficientemente buena (aunque solo el primero tuvo el valor de decírselo en la cara al chef); Kiku y Matthew comieron en calma en medio del caos; Alfred básicamente se encargó de brindarle al restaurante la venta del mes, tomando en cuenta que pidió casi lo mismo que el resto comió en conjunto; Francis (quien del todo se rehusó a comer), Antonio y Gilbert se habían encargado de realizar una torre de Jenga con su comida, que los dos últimos después la devoraron y él junto con Ludwig pasaron la mayor parte del tiempo tomando aire, porque por Dios, necesitaban nuevos amigos.
Una vez que se retiraron del restaurante y volvieron a la casa, cada uno se dirigió hacia sus respectivas habitaciones, a excepción de Francis, quien decidió irse a dormir tarde solo para poder preparar su propia comida. Arthur rodó los ojos, le dijo que era ridículo y se fue a su habitación. Aprovechando que tenía varios libros en pdf en su celular, se quedó leyendo un rato.
Cuando el reloj marcaba las 11:32 p.m., la Rana entró en la habitación. Arthur optó por ignorarlo y continuar con su lectura, pero no pudo evitar notar que inmediatamente cerró la puerta y empezó a quitarse la ropa. Sintió que sus mejillas se encendían al pensar en el descaro del otro, por lo cual procuró esconderse detrás de su celular. Al sentir un peso sobre el otro borde de la cama, echó un vistazo y se percató de que Francis apenas portaba su ropa interior.
–¿Por qué estás desnudo? –chilló, avergonzado ante la falta de decoro de su acompañante, quien lo calló inmediatamente. Repitió la pregunta en un susurro.
Francis colocó su celular sobre la mesita de noche y apagó la luz de la lamparita a su lado, para proceder a acostarse del lado derecho de la cama.
–Ahora me viste sin camisa en la playa, no veo cuál es el problema –respondió, con un brazo sobre sus ojos. Arthur quitó la mirada lo más rápido posible cuando inevitablemente desvió su atención hacia abajo. ¿Ni siquiera planeaba cubrirse con las sábanas?
–Bueno, es que tu traje de baño no era un calzoncillo blanco. Es irrespetuoso que andes así frente a mí –masculló, mientras él mismo colocaba su celular sobre la mesita de noche a su lado. Luego podía continuar con su lectura. Francis sonrió traviesamente.
–Oh, no. Créeme que estoy siendo muy respetuoso.
Decidió que ese debía ser el fin de la conversación.
Se estiró para apagar su lámpara de noche, mientras Francis estaba riendo suavemente. Una vez que lo logró, se recostó en su lado (de espaldas a la Rana), se envolvió en las cobijas cercanas y le deseó una buena noche al anfibio, quien aparentemente no iba a cambiar de posición.
Se mantuvo un par de segundos en silencio, intentando conciliar el sueño, pero había un pequeño detalle que le impedía mantener la paz. Resignándose a que no podría dormir si no lo hacía, se volteó con los ojos cerrados y con cuidado de no tocar nada que no debiera, cubrió a su acompañante con las sábanas. Una vez que estuvo satisfecho, se volteó.
–¿Qué estás haciendo? –susurró Francis.
–Bueno, no quiero que pases frío –al captar lo que había dicho, se corrigió antes de que lo empezara a fastidiar–. No es por ti, es que no quiero que te resfríes y me contagies.
Francis soltó una risilla.
–Estamos en la playa, Arthur. No es necesario –se mantuvo en silencio unos instantes, pensando en qué responderle–. Pero si tanto te importa, me puedo cubrir hasta la cintura. Me parece un buen compromiso.
Asintió inmediatamente, ignorando el calor en sus mejillas.
–Como quieras... Que duermas bien.
Se tensó al sentir una mano sobre su hombro.
–Buenas noches, mon chéri.
Siempre le había dicho que sonaba ridículo cuando le hablaba en francés. Por la manera en que sus mejillas se encendieron aun más, su cuerpo al parecer le quería decir lo contrario.
Sin más, cerró los ojos, despejó todos los pensamientos flotando en su mente y se durmió.
   _____
Al día siguiente, se topó con que la cama se encontraba vacía. Revisó su celular y le sorprendió ver que eran las 6:25 a.m., pues recordaba que la Rana solía levantarse a partir de las diez de la mañana. Sin darle más importancia al asunto, se dirigió al baño para luego ir a la cocina.
Para su asombro, se encontró a Francis y Feliciano, quienes estaban preparando el desayuno para todos, mientras Lovino dormía ruidosamente en el sofá. Al parecer, se había encargado de preparar los huevos y después de eso, decidió que ya había trabajado mucho para lo que restaba del día.
Tras ofrecerse a ayudar de alguna manera y ser expulsado de la cocina a empujones, optó por quedarse en la sala de estar, ignorando los ronquidos del italiano. A los cinco minutos, entraron los hermanos alemanes por la puerta principal. Feliciano no tardó en lanzarse a los brazos de Ludwig, el cual sorprendentemente lo atrapó en el aire.
–¿A qué hora salieron? –preguntó Francis, ahogando un bostezo. Gilbert procedió a sentarse al lado de Lovino en el sofá y Arthur sabía que eso no indicaba nada bueno.
–A las 5:30 a.m., nada como salir a correr temprano, ¿verdad, Lud?
El otro asintió con la cabeza, distraído por el italiano que básicamente se aferraba a él como un mono en un palo. Arthur no sabía si reírse o sentir ternura por ellos.
Dirigió su atención nuevamente a Gilbert, quien cautelosamente estaba moviendo su mano cerca de la nariz de Lovino para restringir el paso del aire. Le hizo una señal con la otra mano para que no dijera nada, pero apenas se volteó, se topó con que los ojos del italiano se encontraban abiertos. El tiempo de reacción que le tomó en salir disparado fuera de la casa fue verdaderamente impresionante. Lovino lo persiguió hasta la entrada de la casa, entonces se devolvió y no tardó más de cinco minutos en quedarse dormido.
Necesitaba nuevos conocidos, sin duda alguna.
Después de un rato, aparecieron Kiku y Antonio (quien fue a dormir al lado de Lovino, no sin antes sacarle el dedo discretamente. Arthur respondió con una mala mirada). Una vez que estaban sirviendo la comida, aparecieron los gemelos y Gilbert detrás de ellos, el cual al parecer los había despertado, si la expresión de fastidio en el rostro de ambos era un indicativo.
Tras desayunar en grupo, algunos volvieron a las habitaciones para dormir un rato más y otros salieron en pareja, por lo cual Arthur se quedó a solas. Gilbert y Ludwig se habían encargado de lavar los platos, así que no podía ayudar más en la cocina. A fin de cuentas, optó por llevarse una silla y su libro (el cual encontró entre la ropa interior de Francis cuando el desgraciado estaba dormido. Maldito) a la playa.
Se mantuvo leyendo un buen rato, disfrutando de la calma de la playa prácticamente vacía. Iba por la página 40 y algo, cuando dos presencias conocidas se acercaron a él. Matthew y Gilbert venían tomados de la mano, hablando de quién-sabe-qué. Al localizarlo, tomaron asiento a su lado.
–Ah, lograste recuperar tu libro –observó Matthew, sonriendo. Él asintió, emocionado–. ¿Te ha gustado?
–Siempre he disfrutado mucho a Jane Austen, sí.
Notó que Gilbert se estaba recostando en la arena, para entonces cubrirse el rostro. Matthew empezó a acariciar su cabello y el alemán sonrió, inclinándose ante el tacto. Sintió un extraño vacío en su pecho, pues llevaba un rato sin sentirse así con nadie. Volvió a su lectura, ignorando la mirada de reojo que se dedicó la pareja.
Transcurrieron un par de minutos en silencio, hasta que Gilbert se dirigió a él.
–¿Frannie y tú están juntos de nuevo? –Matthew también lo miró, interesado en la conversación. Él suspiró, colocando el separador en el libro y cerrándolo.
–No, no lo estamos.
–¿Han estado hablando o ligando, entonces?
–No, Gilbert. Solo fuimos juntos al mar. Ni siquiera elegimos compartir la habitación –murmuró, sin comprender de dónde venía el interrogatorio. Gilbert se mantuvo unos segundos en silencio, como si estuviera analizando la situación.
–Es que ha vuelto a hablar sobre ti.
Sintió como si su estómago estuviera revuelto.
–¿Antes... antes no hablaba de mí? –preguntó suavemente. Matthew lo miró con una mezcla de cariño, comprensión y lástima.
–No exactamente, pero eso no significa que no pensara en ti –frunció el ceño, confuso ante las palabras del alemán–. Lo conozco desde que tenemos siete años, puedo leerlo muy bien.
–¿Cuál es la diferencia, entonces? –Gilbert se inclinó para sentarse y mirarlo directamente. Matthew intentó encogerse en su lugar, pero su novio colocó una mano sobre su espalda para evitarlo– No vamos a pelear, Pajarito. No tienes que preocuparte.
Matthew asintió, visiblemente más tranquilo, aunque se movió un poco hacia atrás para no quedar en medio de los dos.
–Como al mes desde que ustedes dos empezaron a andar... Oficialmente –le dedicó una mala mirada. Arthur se aclaró la garganta, incómodo–... Antonio y yo nos encargamos de hacer una lista de razones por las que eras la peor opción posible para él –inevitablemente, abrió su boca, indignado.
–Ah, sí, yo lo recuerdo –observó Matthew, ladeando la cabeza.
–Sí, tú también agregaste un par –ante su expresión incrédula, el canadiense susurró un "lo siento"–. El punto es que cuando se la enseñamos, nos mandó a la mierda. Nos dijo que él sabía lo que hacía y que no teníamos ningún derecho a decirle con quién estar y con quién no.
–¿Qué pasó cuando terminamos, entonces? –preguntó cautelosamente.
–Le volvimos a enseñar la lista y nos volvió a mandar a la mierda –se encogió de hombros–. El problema es que eres la única persona a quien defendía así. A todas sus parejas posteriores les encontraba defectos y terminaba con ellos por eso.
–¿Qué les dijo de mí ahora, entonces? –el otro sonrió.
–Que de verdad fuiste un imbécil con él.
Auch.
–Yo creo que es progreso –intervino Matthew, ladeando la cabeza. Ambos dirigieron su atención al mayor de los gemelos–. Ahora es capaz de reconocer tus errores y los problemas que hubo en la relación –miró a Arthur.
–Eso significa que ya no siente nada por mí, entonces –el alemán negó con la cabeza.
–Antonio me va a matar por decirte esto, pero estoy seguro de que si le pidieras otra oportunidad, te la daría –ignoró la forma en que su corazón dio un salto–. Eso sí, si vuelves a jugar  con él, me encargaré de que pagues por eso...
–¡Gil! No, prometiste que no te meterías en más peleas.
–... en el ring. Lo pagarás en el ring de boxeo, en una pelea completamente profesional y justa, en que ambas partes practiquen el deporte y estén dispuestas a participar. Además de que ocurriría bajo la supervisión de un réferi. ¿No, Pajarito?
El Pajarito en cuestión asintió con la cabeza, claramente orgulloso. Él rodó los ojos: la mayor parte de sus interacciones con el alemán ocurría en el gimnasio universitario, donde ambos liberaban su frustración con los sacos de boxeo. Así había descubierto que el desgraciado no era tan irritante como parecía.
Pasó el resto del día pensando en las palabras de sus amigos. Incluso cuando Alfred llegó con sillas playeras, en las cuales se acomodó para observar cómo Gilbert y Francis se esmeraban en realizar una enorme escultura del trasero de Antonio, quien felizmente estaba modelado.
Mientras almorzaban lo que había preparado Alfred en la parrilla, junto con la pasta que Feliciano había cocinado, de vez en cuando miró a Francis para descubrir qué estaba haciendo. No le sorprendió que llegó a hacer contacto visual con él un par de veces y que le sonriera. Al menos no tanto como cuando entre Gilbert y Antonio lo empujaron a la piscina y su reacción automática fue levantarse para ir a "salvarlo". Por supuesto, la Rana salió del agua antes de que él se lanzara impulsivamente, pero fue lo único que necesitó para saber que nunca había dejado de importarle.
–Ustedes dos no eran tan mala pareja –comentó Lovino, quien estaba observando la interacción desde la sala, y había notado su reacción–. Son igual de idiotas, entonces podría funcionar –alzó una ceja.
–¿Desde hace cuánto eres amable? –preguntó, volviendo a tomar asiento y recostándose. Lovino se encogió de hombros.
–¿Es cierto que siempre lo buscabas después de haberlo rechazado?
–Sí. Se volvió una costumbre.
–Varias veces lo negaste en mi propia cara –agregó el italiano, frunciendo el ceño aún más de lo normal–. Qué imbécil.
–Ya lo sé, no necesito que me lo restrigues en la cara.
–A mí una vez me pidió salir, pero yo en ese entonces estaba con Gilbert –ante su expresión de sorpresa, Lovino le dedicó una mala mirada–. Cállate, nadie más sabe eso –agregó–. El punto es que le dije que no y nunca más me volvió a molestar.
Lovino se cruzó de brazos, recostándose contra el sofá. Arthur no estaba completamente seguro de qué le quería decir.
–De las pocas personas que alguna vez lo rechazamos, puedo decirte que nunca volvió a insistir. Con nadie –se quedó mirando al francés unos momentos–. Será un idiota, pero es un idiota capaz de respetar un no. En serio tuviste que confundirlo y darle esperanzas para que aún sienta algo por ti.
–¿Por qué crees que aún siente algo por mí?
–Por favor, lo dices como si no notaras la manera en que te mira.
Justo en ese momento, realizó contacto visual con Francis, el cual reaccionó sonriendo y guiñándole el ojo. Rodó los ojos, mordiéndose el labio para evitar que se le escapara una sonrisa.
Lovino puso los ojos en blanco.
–Ya pídele perdón, por Dios –bufó, mirándolo de reojo–. ¿Por qué diablos fue que terminaron, a fin de cuentas? Francis ni siquiera se lo dijo a Antonio –sintió que su rostro se enrojeció de la vergüenza.
–Yo... uh... pensé que me iba a engañar con alguien por la distancia.
Lovino parpadeó una vez. Y luego otra. Colocó sus manos sobre el sofá para apoyarse e irse levantando lentamente.
–Creíste... que ese idiota...  –señaló a Francis–... que ese pobre idiota que estuvo dos años esperando a que te dignaras a formalizar tu relación con él, que ese mismísimo idiota te iba a engañar.
–... En mi defensa, tenía 17 años.
Lovino prácticamente empezó a chillar.
–Muy bien, me largo de aquí –tomó una bocanada de aire–. ¡Antonio! ¡Voy a ir a la playa, nos vemos luego! –y dicho y hecho, empezó a caminar hacia la puerta principal.
–¿Quieres que te acompañe? –preguntó en voz alta, mientras el otro continuaba alejándose de él.
–¡No!
De igual manera lo acompañó.
   _____
Era de noche cuando ya todos habían cenado y la mayoría estaban yéndose a sus habitaciones. Esa vez tuvieron la gran idea de ordenar comida, pero que la de Francis, Lovino y Feliciano viniera de un restaurante más fino. A Arthur le pareció ridículo, pero los tres se quedaron satisfechos, por lo cual supuso que al final había sido la mejor opción.
Posteriormente, habían mirado una película de terror, mientras se encargaban de beber lo que quedaba en el minibar y Alfred se esmeraba en dejar en claro que luego tendrían que reabastecerlo. A fin de cuentas, Francis no dejó beber al pobre chico, mientras él protestaba que tenía 19 y era legal (Matthew había logrado escabullirse con Gilbert para tomar cerveza en paz). Una vez que la Rana se distrajo, él mismo le entregó una botella al chico.
De tal modo, estaba bastante seguro de que todos se quedarían durmiendo tranquilamente y él podría acercársele a Francis. Se había asegurado de tomar solo media cerveza, aunque las constantes miradas de Alfred llenas de pánico ayudaron bastante a que no se propasara. La Rana había tomado solo una botella de vino, y él sabía que podía aguantar mucho más que eso, entonces no tenía dudas de que se encontraba sobrio.
Una vez que se retiró la última persona, volvió a ver al francés, quien estaba sentado en el borde de la piscina. No tardó en acercársele y sentarse a su lado.
–Hey –Francis lo miró y le dedicó una pequeña sonrisa.
–Hey.
Se mantuvieron en silencio unos segundos, mientras él pensaba en cómo podría iniciar la conversación sin que fuera incómodo.
–¿Vienes a decirme que tengo que ponerme una camisa o...?
Sin pensarlo dos veces, empujó al francés, el cual enseguida cayó al agua. Tardó un par de segundos en salir, riendo a carcajadas.
–¡Me mojaste el pelo! –protestó, sonriendo, acomodándoselo hacia atrás.
–Te lo merec-.
No había terminado de hablar cuando el otro lo jaló de las piernas para meterlo a la piscina con él.
Por supuesto que su reacción automática fue aferrarse a Francis como si su vida dependiera de ello. En ese momento, sintió como si el karma le estuviera pegando una cachetada por quererse burlar de la manera en que Feliciano acostumbraba a lanzarse sobre Ludwig. La Rana, en cambio, estalló en carcajadas, asegurándose de sostenerlo bien.
–¡No es gracioso, Rana! ¡Me asustaste! –le reclamó, aún pegado contra su pecho. Francis soltó una risilla más.
Se mantuvo un par de segundos así, sintiéndose como un mono salvaje. Se sintió particularmente estúpido cuando notó un pequeño detalle: él y Francis eran de la misma altura. Si a la Rana el agua apenas le llegaba al pecho, a él también.
Lentamente, se fue soltando, mientras el otro lo ayudaba a que no se cayera por accidente. Una vez que sintió el piso bajo sus pies, miró a su acompañante, quien se estaba mordiendo el labio inferior para evitar desternillarse de nuevo.
–Te odio –murmuró, en un miserable intento por mantener su dignidad. Francis le sonrió, ladeando la cabeza.
–¿Quieres sostenerte de mi braz-?
–Sí. Sí quiero.
No lo dudó antes de sujetar su brazo izquierdo. Sabía que era una piscina y que sería mucho menos probable que se tropezara y ahogara, principalmente porque el anfibio nadaba muy bien, pero no quería arriesgarse.
–¿A qué viniste, entonces? –cuestionó Francis, ladeando la cabeza. Arthur se restringió de apreciar cómo las gotas de agua recorrían sobre su pecho. Malditas suertudas.
–Quiero hablar contigo de algo que he estado pensando.
–Yo también pienso que debería empezar a modelar ropa interior. Ya he empezado a etiquetar a Calvin Klein en mis fotos de Instagram, pero...
–Por Dios, Francis –el mencionado se echó una risilla.
–¿Qué pasó? ¿Qué me quieres decir? –Arthur tomó una bocanada de aire para prepararse.
–Quiero disculparme por todo lo que te he hecho –Francis abrió la boca para interrumpirlo, pero él levantó su mano con el fin de indicarle que esperara un momento–. Me enamoré de ti desde antes que nos conociéramos, cuando te veía en los pasillos en la escuela intermedia. Me parecía que eras hermoso, dulce y agradable. Cuando te conocí en segundo año de la secundaria, me di cuenta de que eras un idiota, pero en el mejor sentido posible.
Francis se volteó para quedar frente a él, por lo que el inglés aprovechó para sujetar su otro brazo. El anfibio sonrío, mientras sus ojos brillaban.
–Sigue.
–En ese entonces era muy inseguro –se lamió el labio inferior–. Tal vez aún lo soy, pero en ese entonces tenía la autoestima por el subsuelo. Por eso, cuando empezaste a mostrar interés en mí, tenía mucho miedo a que pronto te aburrieras y que un día me dijeras que no era en serio –Francis levantó una ceja–. Es estúpido, lo sé, pero cada vez que te rechazaba me arrepentía y por eso te buscaba... –suspiró– Supongo que también a una parte de mí le encantaba saber que te tenía en la palma de mi mano. Es muy estúpido.
–¿Por qué decidiste formalizarlo aquella vez, entonces? –preguntó Francis, tomando las manos del otro para colocarlas sobre su cadera y acercársele, posicionando los brazos sobre sus hombros. Arthur tragó saliva ante la cercanía.
–Fue tan lindo lo que hiciste por mí que no tuve el corazón para seguirte ignorando. En realidad que quería decirte que sí desde antes que me entregaras el cuaderno, pero me daba lástima que no pudieras ir al baile por mi culpa –respondió, ensimismado por esos ojos índigos que lo miraban como si fuera lo único que existiera.
–No tenías que hacerlo, pero acepto tus disculpas –habló Francis en voz baja, para entonces dar un paso hacia adelante–. Yo también me quiero disculpar, debí haberte dejado en paz la primera vez que me rechazaste.
–No es tu culpa, yo te confundí cuando fui a buscarte luego y... –miró sus labios. ¿Siempre habían lucido tan carnosos?– Y mierda, Francis, en serio no quería que me dejaras en paz.
Fue lo único necesario para que el otro conectara sus labios.
Efectivamente eran muy carnosos, suaves y aún les quedaba un sabor a vino. Por supuesto, Francis era aun mejor besando que la última vez, por lo cual Arthur tuvo que sostenerse con fuerza por miedo a que las piernas le flaquearan.
–Espera, no –el efecto mágicamente desapareció cuando Francis se separó de él de golpe–. Oh, por Dios, estás borracho.
–¿Qué? No, Francis, apenas me tomé media cerveza.
–Oh, por Dios, lo siento tanto. No pensé que estabas borracho, no debí-.
Tuvo que sujetar su cabeza firmemente para que el francés se calmara.
–No estoy ebrio, Rana. Todo lo que dije fue completamente en serio. Ahora, ¿podemos seguir en lo que estábamos?
No necesito más para que Francis volviera a lanzarse a sus brazos. Mientras mordisqueaba su labio inferior, empezó a apreciar cómo Francis olía a vino, con pan tostado y una mezcla de su colonia favorita. Su piel era suave al contacto, lo notó mientras el otro sujetaba su rostro con todo el cariño del mundo.
Entonces escuchó un sonido dentro de la casa.
Instintivamente, se separó del otro, para empezar a fijarse en quién había salido a esa hora. Cuando se dio cuenta, Francis se había salido de la piscina y colocado una toalla alrededor de la cintura, para después empezar a caminar hacia el interior de la vivienda.
Confuso, se aferró del borde de la piscina, pues por suerte habían quedado justo al lado de esta, y trató de subir miserablemente. Después del tercer intento, decidió que tenía que seguir ejercitando sus brazos con mayor regularidad. La cuarta vez, por fin logró subir su pierna sobre el borde con el fin de apoyarse y salir de la piscina.
Poco le importó mojar el piso de la casa, mientras prácticamente corría para alcanzar al francés. Una vez que llegó a la recámara, se topó con que estaba sentado en el borde de la cama, masajéandose el puente de la nariz.
–Hey, ¿qué pasó? –le habló, tomando asiento a su lado. Intentó tomar su brazo, pero el otro lo movió– ¿Francis?
–Tienes miedo a lo que piense la gente –declaró, mirando el suelo. Frunció el ceño–. No solo eres celoso e inseguro, también tienes mucho miedo a lo que digan los demás.
–Claro que no, ¿de dónde sacas eso?
El francés levantó la vista. Sus ojos lucían completamente diferentes en comparación al brillo que tenían cuando se encontraban juntos en la piscina.
–Nunca admitías en público que sentías algo por mí, siempre has odiado las demostraciones públicas de afecto y apenas te pasó por la cabeza la posibilidad de que nos vieran juntos, te alejaste de mí –negó la cabeza–. Y yo sigo siendo el idiota enamorado de ti –soltó una risa irónica, mientras él iba procesando todo en su cabeza–. Buenas noches, Arthur.
Sin más, Francis se inclinó para apagar la lamparita de noche de su lado y se envolvió en las sábanas. Arthur se levantó lentamente, tomó asiento en su lado de la cama y solo entonces notó que el otro no le había dejado ninguna cobija para él. No pudo evitar sonreír.
–Creí que no querías cubrirte –murmuró, colocando una mano sobre su hombro.
–Bueno, ¿acaso no puedo cambiar de opinión?
Consideró por un momento sus opciones, pensando en cuál sería la mejor forma de actuar ante el enojo de Francis. Después de reflexionarlo unos instantes, optó por seguir a su instinto y abrazarlo.
–Ar- Arthur, ¿qué estás haciendo? N-non, ¡non!
El resto fue una secuencia de palabras en francés, de las cuales solo logró entender algunas como "mojado", "enojado" y cierto lenguaje particularmente colorido, aunque realmente no hablaba la lengua con fluidez. De igual manera, fue suficiente para que se levantara y empezara a quitarse la ropa, mientras Francis continuaba maldiciéndolo en su idioma nativo.
Cuando estuvo a punto de quitarse el pantalón, paró por un momento con el fin de mirar nuevamente a Francis, quien ya se había calmado y estaba dándole la espalda, enredado en las cobijas. Fue en ese instante cuando una brillante idea cruzó su mente.
–Si prometo mostrarte mañana mi tatuaje, ¿me dejarías abrazarte, al menos?
Cualquiera le diría que estaba mintiendo o exagerando, pero Arthur estaba seguro de que se iría a la tumba afirmando que la cabeza de Francis dio un giro de 180 grados.
   _____
Al despertarse la mañana siguiente, notó que la cama se encontraba vacía y que las sábanas aún estaban un poco mojadas. Riendo suavemente, se estiró y miró a su lado para buscar su celular, pero se percató de que no se hallaba en la mesa de noche. Se levantó, para entonces estirarse e ir a buscarlo.
Se topó con que no había un alma en la casa, por lo cual no le extrañó que fueran las 9:46 a.m. Así, tras comer las tostadas que había en el microondas, tomar una ducha y ponerse su traje de baño junto con una camisa, se fue a buscar al grupo a la playa.
Una vez que llegó, vio que Lovino, Matthew y Kiku estaban recostado en las sillas, hablando entre sí. Antonio, Gilbert y Alfred parecían estar... ¿bailando? (decidió que lo más oportuno sería ignorarlos). Antes de que pudiera acercársele al primer grupo, sintió que tocaron su hombro.
–¿Arthur? –era Feliciano, con Ludwig detrás de él.
–Buenos días –lo saludó el rubio, él respondió con un ademán.
–¿Qué ocurre? ¿Necesitan algo? –preguntó, sin tener la menor idea de qué podrían querer.
–Es que quería discuparme –empezó el italiano, mientras su novio colocaba la mano sobre su hombro–. Ayer solo fui a la cocina por un vaso de agua, no era mi intención interrumpir tu momento con Francis. Por favor, no te enojes conmigo.
Sintió que sus facciones se relajaron en ese mismo instante.
–Está bien, no tienes que disculparte –el otro respondió con una enorme sonrisa. Ludwig pareció asentir con la cabeza–. Por cierto, ¿han visto a Francis? –la pareja se miró de reojo, lo cual provocó que Arthur frunciera el ceño. Cuando Feliciano inconscientemente miró cierta zona de la playa, él tambió volvió a ver, para así toparse con que la Rana se encontraba hablando con un par de muchachas.
Tras agradecerles, Arthur empezó a caminar en dirección a ellos. Lucía como que se estaban riendo y pasando un buen rato. Decidió respirar profundamente y actuar con madurez. Después de todo, necesitaba probar que había crecido como persona si en serio quería que Francis volviera a estar con él.
–Buenos días –saludó una vez que llegó a estar a espaldas del francés. El mencionado pareció como si se hubiese tensado y se despidió de las chicas.
–Hola, Arthur –habló el otro, voltéandose para verlo de frente–. ¿Qué pasó?
–Quería preguntarte si podemos hablar a solas.
Francis miró a su alrededor con el fin de asegurarse de que nadie estuviera cerca de ellos, para entonces indicarle que sí.
–¿Es por lo de ayer? –Arthur asintió, colocando las manos sobre sus costados.
–Es sobre todo –corrigió, suspirando–. Quiero pedirte que me des una oportunidad. Quiero hacer bien las cosas esta vez, porque en serio no he podido olvidarte –Francis visiblemente tragó saliva. Por más que lo intentara, no podía descifrar la expresión en su rostro. Sujetó su mano–. Quiero enseñarte que he crecido como persona y que puedo esforzarte para finalmente merecerte.
–Sabes que odio que digas eso –murmuró Francis, cuyas mejillas habían empezado a tomar color. Era una visión muy poco común, lo cual lo hizo sonreír.
–Ya lo sé, pero es cierto. ¿Te gustaría que lo intentáramos de nuevo, Francis?
Su acompañante se mantuvo en silencio unos segundos, con la atención centrada en sus pies. Decidió que lo mejor sería no presionarlo para que le respondiera. Después de todo, ya Francis había tenido mucha paciencia con él en el pasado.
–No me llamaste Rana –comentó distraídamente. Tomó su otra mano, para así empezar a acariciar sus nudillos. Francis respiró profundamente, levantó la mirada y se quedó viéndolo  fijamente–. Sí quiero que estemos juntos de nuevo, pero no podemos pretender que no hemos tenido problemas y que todo va a estar bien si volvemos a ser novios.
Sintió que se le revolvió el estómago, pero no lo interrumpió. La Rana lo soltó para colocar las manos sobre sus hombros.
–Si vamos a ser pareja, primero tenemos que trabajar en nosotros –continúo, ladeando la cabeza. Sus ojos lucían profundos y llenos de confianza–. Antes que todo, necesito que confíes en mí. Nuestra relación tardó en empezar y terminó porque no confiabas en mí... Sí entiendes por qué es un problema, ¿verdad?
–Lo entiendo. Siempre he querido confiar en ti, pero maldita sea, Francis, podrías estar con cualquier persona que quisieras. Me cuesta entender que genuinamente desees estar conmigo –el otro sonrió, mirándolo con cariño.
–Entonces vamos a asegurarnos de que lo entiendas, Arthur –tomó una bocanada de aire, inflando las mejillas–. En serio odio que pienses que sería capaz de engañarte.
–Sé que no lo harías, pero es difícil no sentirme inseguro cuando pasas coqueteando con todas las personas que se te atraviesan.
La expresión en su rostro se transformó de seguridad y dulzura a confusión y fastidio.
–¿Qué? Yo no hago e-.
–Francis, mírame a los ojos y dime que no tienes el número de ninguna de esas dos chicas con las que estabas hablando.
La Rana levantó las cejas y abrió la boca, para entonces cerrarla, fruncir el ceño y suspirar, resignado.
–Igual lo iba a borrar después –arqueó una ceja.
–Básicamente, ayer quedamos en que hoy íbamos a discutir nuestra relación, y lo primero que hiciste fue ir a la playa a coquetear con ellas. A eso es a lo que me refiero.
–Ya sé, ya sé. Entiendo el punto –la Rana se cruzó de brazos–. Pero no lo hago con mala intención, me gusta que la gente se sienta hermosa.
–Aquí me tienes para hacerme sentir tan hermoso como quieras –Francis se rió, relajando su postura y sus gestos. Arthur le mostró su sonrisa, aprovechando para sujetarlo de la cadera y atraerlo hacia él–. También sería bueno que dejaras de esconder mis cosas entre tu ropa interior.
–También sería bueno que dejaras de rechazarme cuando estamos en público –no pudo evitar que se le borrara la sonrisa de la cara.
–Lo siento. Sabes que en serio odio las demostraciones de afecto en público –Francis levantó una ceja–; pero anoche lo estuve pensando y creo que sí tienes algo de razón. En serio lo siento, Rana.
–Está bien, Arthur –se sintió estúpido cuando Francis se le acercó para envolverlo en un abrazo y mágicamente aparecieron mariposas en su estómago–. Pensándolo bien, también sería bonito que te-.
–No me voy a sacar las cejas, Rana –masculló, rodando los ojos, mientras lo abrazaba de vuelta. El otro soltó una risilla.
–Me conoces tan bien.
Se mantuvieron así un momento, disfrutando del contacto y la presencia del otro. El cabello de Francis olía a fresas y a los quinientos productos que se colocaba a diario. Arthur intentó no pensar en los daños que eso le causaría a su billetera en un futuro.
Después de unos momentos, se separó un poco de él con el fin de mirarlo directamente a la cara. Sus ojos brillaban con tanta intensidad.
–Esto es un tipo de tiempo de prueba, ¿entonces? –bromeó, aún sujetándolo de la cadera. Francis asintió energéticamente.
–Algo así. No estoy aceptando ser tu novio, estoy aceptando intentarlo. Podemos volverlo oficial cuando ambos creamos que hemos progresado lo suficiente como para tener una relación estable.
–¿Y si no funciona?
–Me devolveré a Francia y me acostaré con cuantos modelos sean necesarios para olvidarte –bufó, rodando los ojos. La Rana se mordió el labio–. Solo que lo vamos a lograr, yo sé que sí podemos hacerlo funcionar. Día a día y pasito a pasito.
–¿Cuál es mi pasito de hoy, entonces? –preguntó, aunque su atención se encontraba fija en cierta parte del rostro de Francis.
–Bueno, como ya lo sabes, me gustan mucho las rosas y los chocolates, y en el camino vi que-
Lo interrumpió cuando conectó sus labios con los de la Rana (que seguía sin convertirse en príncipe, valía aclarar), el cual al parecer no se lo esperaba, por la manera en que abrió los ojos. Una vez que lo terminó de procesar, los cerró y se inclinó para profundizar el beso.
Arthur estaba bastante seguro de que Antonio los estaba viendo, tomando en cuenta que el resto del grupo los estaban animado o abucheando por "indecencia pública" (ese fue Lovino, por supuesto), así que se aseguró de sacar el dedo en su dirección.
–Espera, espera –se separó Francis de él por un momento–. Este no debería ser tu pasito, ya ayer me prometiste algo.
Mierda.
–No, Francis, no –empezó a rogarle. Notó cómo la sonrisa del otro se iba volviendo progresivamente más y más sádica.
–Sí, Arthur, sí –mientras él iba pensando con desesperación en una forma de librarse de esa, con todo el descaro posible, la Rana se volteó hacia el grupo y les indicó que volverían luego. No fue capaz de reaccionar a tiempo, cuando el otro lo sujetó del brazo y prácticamente lo hizo arrastrado hacia la casa.
Arthur pensó que tal vez no hubiese sido buena idea permitirle tomarle una foto a su tatuaje cuando unos minutos después, Francis salió disparado para enseñársela a todo el mundo.
Pobre Alfred.
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te-i-open-mi-heart · 4 years
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"El beljunje literario"
 Debía escribir sobre esto, aunque muchos se reirán en el futuro. De todos modos, ya que me pidieron que hablara de mi proceso de escritura, ahí va.
Antes que nada, debo empezar por contar los inicios de la forma más sencilla posible. Cuando era chica y mi mamá dejó de leerme cuentos, descubrí que la lectura no era mi actividad favorita. Tal vez, porque era tan lenta para escribir y para entender que me daba mucha vagancia. De hecho, si hoy me pongo a leer los cuentos que ella me leía, me doy cuenta de que no recuerdo absolutamente nada de eso… como que ella leía y yo entendía cualquier otra cosa.
Sí miraba televisión, había películas o episodios de mis series favoritas que me tocaban el corazón, me conmovían o me emocionaban. Tanto era así que yo empecé a escribir mis propias versiones de dichos episodios, o bien mis propios personajes basados en los que veía en la tele. Uno de mis grandes orgullos de la niñez fue un cuento basado en un episodio de digimon que miraba hasta el hartazgo pero mezclado con la película de Chucky. ¡Sí! Así como lo ven. Uno de los personajes, previo al inicio de la trama, muere y es revivido en el cuerpo de una tierna muñeca de porcelana. Lo que complica un poco su presencia en sociedad. Bueno, en fin. No les contaré cómo va la historia porque no viene al caso, lo cierto es que lo que pasa entre esta tierna muñequita y su mejor amiga (la que la revive) es lo que pasa en la serie.
Poco después, mi hermana empezó a leer Heidi. Ella les preguntaba a mis papás el significado de algunas palabras y, como yo era culo veo culo quiero, dije: “¿qué la tiene tan atrapada en un libro de páginas amarillas?” así que me dio curiosidad y empecé a leer. Al principio, me aburría mucho el capítulo donde la tía Dete lleva a Heidi a casa del abuelo, pero mi perseverancia me llevó a continuar hasta que se puso interesante. Entonces, me dije: “¡es como mirar una serie, pero leyendo e imaginando todo! ¡Genial!”
Así fue como mi identidad como escritora se reafirmó. Leer era como ver una película. Escribir era como producirla, dirigirla, hacer el casting, elaborar el guión, elegir la escenografía, etc. Había que hacer ver al otro lo que yo iba creando. Creo que mi ojo de escritora tenía más de cinematográfico que de escritor, pero mi mente iba más rápido que mis dedos, y mis dedos, más que toda una sesión de rodaje.
Con el tiempo, seguí escribiendo, pero mi estilo ya estaba más o menos marcado: era un hermoso menjunje de cosas que había visto o leído pero pasados por mi propia subjetividad. Allí, yo mezclaba, adaptaba, cambiaba nombres y, bueno, obviamente elegía lo que pasaba. Ah, ¿se murió? ¡No necesariamente! Hagamos que, en vez de tirarse al volcán de lava, venga su mejor amiga y la lleve en otra dirección. Mmm… tal vez un gato no sea la mejor forma de expresar a este mi personaje. Lo haremos humano. ¿Y este? ¿Por qué tiene el pelo gris como un viejo? A ella le podemos soltar el pelo y este… podría ser mujer. Ranma se convierte en mujer cuando se moja con agua fría… pero podría convertirse a voluntad. O podría ser mujer originalmente y convertirse en hombre. Y quedarse con Shampoo, que es más misteriosa que la loca de Akane. Em… sí, esa serie me hacía confundir algunos conceptos, pero bueno. Qué sé yo. No me preguntaba esas cosas jamás. Tenía entre siete y trece años… ¿qué me importaba si no eran yo?
Por supuesto, llena de orgullo yo iba a presentar mis hermosos y tan ingeniosamente hilados escritos a mi seño de lengua, y a mi profe de lengua y a mi profe de literatura. Ellos, para mi decepción, decían “meh, que lea otro.” Y ahí quedaba yo con mi obra de arte sin aplauso alguno. En esa época, por suerte, nunca se me ocurrió pensar que un maestro pudiese alentarte a seguir escribiendo y a explorar géneros, puntos de vista, estilos. Yo lo que leía, me gustaba y lo aplicaba a mi manera.
A los doce descubrí el género novela. Primero, era una sucesión de episodios sin guión donde todo podía suceder y donde no había un fin definido. Cada episodio era unitario y la novela podía tener infinidad de episodios. Luego, alguien me dijo que sería más interesante si se continuaran entre sí. Yo, para entonces, venía leyendo con avidez toda la saga de Harry Potter así que pensé: claro, dejar episodios en suspenso llevan al lector a tener que seguir leyendo infinitamente. Así que los cortaba en cualquier parte, pero dejando la intriga, claro.
A los catorce, descubrí la importancia del guión. Fue así como escribí la obra que hoy comparto con ustedes. Mi guión era un cuento en sí mismo, pero con un detalle: estaba dividido en eventos que luego serían expandidos en episodios enteros. Sí, ahora la historia tenía un inicio, un desarrollo, un clímax, y un final. Los protagonistas eran niños, el personaje principal era un ser peludito y tierno pero con una historia desgarradora, estaba yo en la figura de una chica que no se llamaba Maritza (como la de Rebelde Way) sino Marisa (y se parecía a Nadia di Cello) y había una niña enigmática con esposas capaz de divertir a todos con sus payasadas pero también asombrarlos con su astucia… y que era una mezcla de Kari de Digimon y Sakura Kinomoto.
En resumidas cuentas, mi estilo fue adquiriendo la característica de ser un menjunje que luego fue tomando forma hasta llegar a obras tan originales que nadie es capaz de identificar los ingredientes que la componían. Si no cocinan ni saben de ciencia ¿cómo saben que la torta lleva huevo? Bueno, eso es. Por desgracia, por mucho tiempo nunca mis escritos se ganaron el aplauso de mis referentes literarios: profesores o escritores con cierto prestigio (o sea, que escribían desde niños y sí conocían el aplauso).
He de decir que mi estilo “cinematográfico” y “culinario” de escritura se transformó en mi marca. Muchas veces me dijeron que leyera (leo, sí, mucho) y viera cómo escriben aquellos a los que les va bien. Y he ahí el problema: ¿cómo escriben aquellos a los que les va bien? ¿No usan intertexto? ¿No expresan opinión crítica? ¿No observan la realidad y la procesan en una obra? ¿No utilizan imágenes ni figuras literarias? ¿No escriben poemas ni se inspiran en personas para crear a sus personajes? O en personajes para crear otros personajes. ¿No miran a la gente y se imaginan cómo serán sus historias? ¿No toman historias harto conocidas y les dan una nueva interpretación? Entonces… ¿qué las hace más dignas? Ojo, no digo que las mías sean mejores, pero ¿por qué valorar unas sobre otras como si fuera más válido mirar desde una perspectiva que desde otra?
Entonces, ahora, hablando con una amiga, ella me dijo que muchos artistas son conocidos recién después de muertos. A lo que le dije: “tal vez, mi estilo llegue a ser modelo para futuros escritores”. Y, como mis obras son ese menjunje sobre el que me expandí, mi estilo se llamará “el beljunje”. Hay una frase bíblica que habla de Jesús y dice “la piedra que rechazaron los albañiles es ahora la piedra angular”. Y, como buena creadora del beljunje, le di mi interpretación: “la piedra que rechazaron los giles será un día la piedra angular” y ella me dijo lo siguiente: “ese debe ser el eslogan”. Así que ahí lo tienen:
“El beljunje: la piedra que rechazaron los giles será un día la piedra angular”
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armylovelyjm · 3 years
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"Se siente como si mis recuerdos de ARMY fueran todos un sueño"
Jin está tranquilo y callado durante toda la entrevista. Pero si bien sus palabras comienzan a sonar como las de una conversación cotidiana, pronto comienzan a contar la historia de un protagonista en el intrincado drama que es BTS.
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Trabajaste en la letra de "Stay".
Jin: La canción comienza con las palabras: "¿Fue un sueño?" y se me ocurrió el tema. Solíamos ver a nuestros fans y era genial, pero ahora eso es algo que ya no podemos hacer. Pensé que todo se sentía como un sueño. Quería decir: "Solíamos ser muy felices juntos, pero ahora siento que tu propia existencia era un sueño". Se me ocurrió la intro y luego hablé de ello con RM. Realmente me ayudó mucho.
Supongo que se te ocurrió la letra debido a COVID-19.
Jin: Fue hace dos o tres meses que escribí la letra de la canción, cuando parecía que COVID-19 no estaba mejorando. Quiero hacer otro concierto y, como dije, siento como si mis recuerdos de ARMY fueran todos un sueño: Ah, siempre estaban ahí con nosotros, y luego desaparecieron como un recuerdo, fue todo eso un sueño. ? ¿Nos volveremos a encontrar? Ese tipo de pensamientos.
Parece que te costó acostumbrarte a esta nueva situación.
Jin: Sí. Eso solía ser parte de nuestra vida durante años, así que sentí que una parte de mi vida había desaparecido. Cuando teníamos una agenda ocupada con la que lidiar, a veces pensaba que tal vez sería divertido no tener trabajo, pero cuando ese trabajo ya no estaba allí, no importaba lo que hiciera, incluso si me dedicaba a ello, todo se volvió sin sentido. muy rápidamente. Me sentí inseguro cuando no tenía nada que hacer, ya que estoy tan acostumbrado a estar ocupado, y sentirme inseguro me hizo pensar más en las cosas que me gustan y en lo que debo hacer para ser más feliz, además del trabajo.
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¿Diría que se ha incorporado a su trabajo sobre BE ? Con solo mirar las fotos del álbum, podemos ver a cada uno de ustedes expresando sus propios pensamientos a través de los diseños de su habitación.
Jin: La mía era la habitación de las joyas. Me preguntaron qué tipo de concepto quería para mi habitación. Pensé en lo que quería hacer y quería ir con gemas. Me estaba imaginando acostado con gemas a mi alrededor, pero V, que era el director visual, pensó que estaba bromeando al principio. (risas) "Se suponía que debías decorar la habitación, ¿a qué te refieres con gemas?" Pero aún así, esa es la imagen que tenía en mente, así que seguimos ese concepto, excepto que no estaba lleno de gemas como me imaginaba. Pero realmente me destaco en la imagen, así que estoy satisfecho con el resultado.
¿Por qué elegiste gemas?
Jin: Bueno ... tengo una especie de personalidad libre, de hacer lo que quiera, y en ese momento, estaba realmente intrigado por las gemas, así que eso es lo que elegí. Este año, con la pandemia, tuve más tiempo para pensar en lo que quiero y en las cosas que quiero hacer, y para probar algunas cosas nuevas, como tocar el piano, jugar, no jugar, conocer gente diferente. Pero aún así, no puedo decir lo que realmente me gusta. Creo que nunca pensé mucho en mí, aparte de la parte del trabajo. La mejor respuesta que encontré fue hacer lo que me interesa en este momento; es ser el más sincero conmigo mismo. Soy más un sensible que un pensador. Algunos dirán que debería tener un plan para mi futuro, pero no tengo ninguno. (risas) Pensé que realmente hago lo que quiero.
Entonces, ¿qué significa hacer lo que quieras?
Jin: Como dije, soy alguien que literalmente vive solo en el presente, así que tiendo a olvidarme del pasado y no me estreso por el futuro. Sé que no olvidaré los momentos importantes o los momentos que pasé con otras personas, pero olvidé todas las cosas malas que sucedieron en el pasado y los momentos difíciles que pasé, y estoy realmente satisfecho con mi vida ahora y feliz. estar trabajando duro. ¿Cómo puede alguien sentirse feliz una y otra vez por algo que sucedió en el pasado, sin importar lo bueno que haya sido? Puede ser más feliz encontrando 10,000 wones en el suelo ahora que ganando 100 veces más en el pasado. Creo que vivo fiel a mis sentimientos al vivir en el ahora en lugar de pensar en el futuro o el pasado.
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A pesar de que dices que haces lo que quieras, ¿no hay cosas de las que todavía debes tener cuidado al ser parte de BTS?
Jin: Hay cosas que se deben seguir como regla, como no cruzar con un semáforo en rojo, por ejemplo. Porque si lo hace, podría haber un accidente. Entonces, dejé de lado esas cosas como cosas que no debería hacer, así que nunca pensé en querer hacerlas.
Eso suena más a autodisciplina. (risas)
Jin: Es lo mismo que no cruzar en un semáforo en rojo si no quieres lastimarte. Puedo mantenerme feliz viviendo en el presente mientras no esté haciendo nada que no debería estar haciendo. Algunos pueden sentirse un poco frustrados, pero también pueden ser el tipo de personas que cruzan en un semáforo en rojo. (risas)
La canción "Dis-easy" captura los pensamientos de cA pesar de que dices que haces lo que quieras, ¿no hay cosas de las que todavía debes tener cuidado al ser parte de BTS?
Jin: Hay cosas que se deben seguir como regla, como no cruzar con un semáforo en rojo, por ejemplo. Porque si lo hace, podría haber un accidente. Entonces, dejé de lado esas cosas como cosas que no debería hacer, así que nunca pensé en querer hacerlas.
Eso suena más a autodisciplina. (risas)
Jin: Es lo mismo que no cruzar en un semáforo en rojo si no quieres lastimarte. Puedo mantenerme feliz viviendo en el presente mientras no esté haciendo nada que no debería estar haciendo. Algunos pueden sentirse un poco frustrados, pero también pueden ser el tipo de personas que cruzan en un semáforo en rojo. (risas)
La canción "Dis-easy" captura los pensamientos de cada uno de los miembros de BTS sobre el trabajo. ¿Es especialmente difícil para usted, en particular, separar el trabajo de su vida personal? Tu vida está influenciada por tu trabajo.
Jin: Para mí, el trabajo hace que sucedan muchas cosas en mi vida. Naturalmente, hay momentos en los que me siento estresado por el trabajo, pero el trabajo que hago me hace feliz y me ha llevado a experiencias espectaculares. A veces es interesante, otras veces puede resultar agotador. Creo que siento todo un espectro de emociones gracias a mi trabajo. Llevo mi vida como lo hago debido a mi trabajo, por así decirlo.
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Al igual que tú, los otros miembros también expresaron en BE sus sentimientos por lo que han pasado. Aparte de "Stay", ¿con qué otras canciones te identificaste?
Jin: Realmente no pensé en con qué canciones me relaciono, pero puedo decirte qué canción me gusta más: "Blue & Grey", de V. Me gustó esa canción desde la primera vez que la escuché. así que escuché la demostración una y otra vez.
¿Cómo fue la versión de demostración?
Jin: Cuando V lo hizo por primera vez y me lo dio, todavía no tenía la parte de rap. No había líneas para el rap, pero sonaba realmente único. Solo el instrumental estaba allí para esa parte y sentí que era hora de pensar por mí mismo. Por supuesto, también me gusta la versión completa con el rap, pero aún así, me gustó cómo había espacio que te hacía pensar. Ha pasado mucho tiempo desde que tuve esa sensación al escuchar una de las demos. El primero fue "Spring Day" y el segundo fue "Blue & Grey".
Parece que encontraste la canción correcta cuando necesitabas algo de tiempo para pensar.
Jin: Sí. Antes de nuestro debut, tenía un objetivo claro: debutar. Persiguí ese único objetivo. Después de debutar, estaba persiguiendo un éxito número uno, y después de que obtuvimos el número uno, estaba persiguiendo premios importantes. Y después de eso hubo muchos otros premios, como los de Billboard, y actuaciones para presentar, pero no era un objetivo en el sentido de que era mi objetivo debutar. Estoy feliz de estar trabajando. Cada momento es maravilloso y se ha convertido en como toda mi vida. No era así como me sentía cuando era aprendiz porque tenía un objetivo serio entonces. Pero ahora, mi objetivo es vivir sin pensar demasiado en nada. Quizás no sea realmente un gol, sino una especie de mecanismo de defensa.
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¿Un mecanismo de defensa?
Jin: Mientras piensas, de alguna manera podrías debilitarte. Entonces, siempre que no piense demasiado, puedo trabajar duro ahora mismo. Quizás por eso lo llamé mecanismo de defensa: si me detengo y pienso en ello, es posible que tenga demasiadas formas de menospreciarme.
Pero si imagina que alguien más hubiera logrado las mismas cosas que usted, ¿no pensaría que merece sentirse orgulloso?
Jin: Eso es cierto, pero también soy uno de los siete miembros de BTS. Pensar en lo que he hecho como individuo me parece una carga. Hasta que terminamos de trabajar en Map of the Soul: 7, no me sentí agobiado, pero sentí: “Está bien, todos hicimos un buen trabajo. Estoy feliz con esto ". Pero después de llevar a “Dynamite” a la cima del Billboard Top 100 y comenzar este nuevo camino, comencé a preguntarme si me merezco algo de esto.
Pero experimentaste muchas cosas importantes antes. ¿Qué te hizo pensar así esta vez?
Jin: Estuve esperando a que saliera la posición del gráfico todo el día, y luego, justo antes de acostarme, Namjoon envió un mensaje a nuestro chat grupal. ¡Fue entonces cuando me di cuenta de que éramos los número uno! Estaba realmente feliz, pero algo se sentía diferente. Tal vez fue porque no pudimos ver a nuestros fans. Después de "Dynamite", recibimos aún más amor de más personas, e incluso cuando caminaba por la calle, la gente decía cosas como "Soy un gran admirador tuyo" o "Gracias por presentar a Corea al mundo." Entonces comencé a pensar, “¿Merezco todas estas felicitaciones y amor? Ese no soy yo, no soy ese tipo de persona ". Lo superé un poco, pero incluso hasta hace unos días, la presión era tan intensa que no podía hacer ningún trabajo.
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¿Cómo te alejaste de toda esa presión?
Jin: Acabo de seguir adelante. Al igual que con COVID-19, todos tenemos que esperar y quedarnos quietos hasta que todo mejore. Y de hecho, después de que "Dynamite" se convirtió en el número uno, nos pusimos muy ocupados, así que pude pensar menos en otras cosas y básicamente evitarlas de esa manera, todas esas preguntas sobre la vida. Creo que eso es lo que aguanté.
Si hubiera tenido a los fanáticos allí con usted, tal vez habría sentido menos presión o preocupación. Tal vez haga que lo que estás haciendo ahora parezca incompleto en comparación con el pasado.
Jin:Hicimos mucho y trabajamos muy duro, pero el resultado no te golpea de la misma manera, ¿verdad? La ... ¿emoción, tal vez? - no está del todo ahí. Hay una gran diferencia entre actuar para las personas y actuar para la cámara. La actuación en sí misma también es difícil, por supuesto. Tengo que seguir así durante meses una vez que empezamos. Pero cuando actuamos para la gente, me siento vivo.
Si hubieras podido interpretar "Dynamite" en el escenario para tus fans, probablemente habrías sentido más amor y más confianza al tomar el primer lugar.
Jin: Quiero lucir y hacer lo mejor frente a los fanáticos sin importar qué. Es mucho más divertido cuando nuestros fans están ahí, justo enfrente de nosotros. No estoy pensando en otra cosa en otro sentido, cuando están con nosotros. Para las personas que no se desempeñan como nosotros, cuando se divierten, no piensan en mucho más y solo se concentran en lo que están haciendo. Creo que somos de la misma manera cuando nuestros fans están cerca. No tengo que pensar en nada más, porque mis fans están bien frente a mí. Me divierto y me olvido de todo lo demás.
Con suerte, sentirás que todo vuelve a la normalidad una vez que puedas volver a ver a tus fans.
Jin: Al principio pensé que probablemente lloraría lágrimas de alegría. ¿Pero lo haría yo? Realmente no lo creo. Al principio realmente pensé que lo haría, pero ahora creo que podría ser como volver a casa. Depende de a quién le preguntes, pero no creo que la mayoría de la gente llore solo porque regresó a su ciudad natal después de estar fuera. Creo que así es como me sentiré: como si volviera a donde debería estar.
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Hablando contigo, parece que la sensación de ser amado por tus fans debe ser importante para ti, emocionalmente.
Jin: Tienes razón. Recibir el amor de los fans fue mi fuente de felicidad, ¿con qué puedo comparar esto? Como un niño que siempre recibe una lluvia de amor de sus padres, pero luego los padres de repente se van de viaje de negocios durante unos diez meses. Es algo así. Siempre estaba tratando de hacer sonreír a nuestros fans, hacerlos sentir bien, actuando lindo, pero ahora mis padres han estado fuera en su viaje de negocios durante diez meses, y estoy tratando de ser lindo en una videollamada. Eso es lo que se siente. Así que, por favor, termine su viaje de negocios lo antes posible, apúrate y ven a casa para que pueda mostrarte lo lindo que soy de nuevo. Y, para COVID-19: Piérdete. (risas)
Final del artículo 📝
Fuente: Weverse Magazine
Traducción; Twitter: @/ARMYLovelyJM 💭
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dioses-y-religiones · 4 years
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19. Caramelo, Chai, y Earl grey
Sumario.
Tom saltó a la fama internacional con su personaje de Loki en la película de Marvel, Thor.  Ahora, pasada un poco la euforia por la película, es atacado por una enfermedad terrible con la que, en ocasiones, pierde el control sobre sí mismo, nadie sabe qué es, ningún médico puede ayudarlo, y se recluye para no dañar a la gente a su alrededor con esos episodios violentos ocasionados por esta extraña enfermedad. En su desesperación, y después de haber agotado todas las posibilidades médicas, se ve obligado a viajar a otro país, muy diferente al suyo para buscar a la ayuda de una bruja.
Nota de Autor: Los diálogos que están en cursiva, son diálogos en inglés.
El playlist en YouTube con las canciones del Fic es http://www.youtube.com/playlist?list=PLe1RQg1PRt4FaYvpCpq6raUbZwtpyLwbz
  Caramelo, Chai, y Earl grey
             —Tengo que aceptar Wala que fue una idea brillante, poder usar las viejas reglas, sobre todo tomando en cuenta nuestra situación actual.
           — Sí, yo nunca he oído de alguien que conviva con un Dios como nosotros, me alegra que funcionara, aunque fue básicamente tu idea.
           —Claro que fue mi idea y fue brillante.— dijo el Dios con algo cercano al entusiasmo, Ofelia se rió, pero luego lo vio más seria.
           —Pudiste sacarlo todo.— Dijo ella refiriéndose a su magia.
           —Hubieras muerto.
           —¿Importa? Pudo ser suficiente para curarte.
           Loki la vio un momento – No, no hubiera sido suficiente y no me gusta desperdiciar, Wala.- dijo ya sin ningún asomo de su humor anterior.
           —Está bien, tal vez no para curarte, pero si para quitar el dolor y ahora que lo sabes podrías cazar brujas y vivir por medio de su Seiđr.— Loki frunció las cejas y la vio tratando de descifrar a que quería llegar.
           —Suena un buen plan, ¿Crees que debería hacerlo?— Dijo muy serio, casi enojado. A Ofelia le dio un escalofrió.
           —Solo digo que es una posibilidad.
           —Creo que quieres llegar a algo pero no veo a qué.
           —Solo contéstame una cosa, ¿Recuerdas la última vez que estuviste aquí? Me dijiste que si estuvieras bien, curarías a Tom.— el Dios asintió con la cabeza pero no dijo nada.— ¿Lo harías?
           —Por supuesto que sí ¿Por qué no lo haría?
           —¿Lo juras?
           —Wala…— dijo Loki en tono de advertencia, estaba perdiendo la paciencia.
           Ella suspiró— Creo que tengo un plan— Loki la miró estudiándola, tanto que a Ofelia se le hizo una eternidad. Luego suavizó la expresión y se sentó junto a ella.
           —No va a funcionar— dijo él relajado.
           —Ni siquiera sabes qué es.
           —Pero por supuesto que lo sé ¿Crees que no pensé en eso? he pensado en todo y esa posibilidad fue de las primeras que descarté.
           —¿Por qué? Un sacrificio humano es perfecto. Desde que hay religiones, desde que hay relación entre los humanos y los Dioses, el sacrifico humano es la mayor ofrenda, la más poderosa, es la mayor prueba de fe.
           —Aunque estuvieras dispuesta a sacrificar a una persona de tu propia especie, dudo que Thomas este de acuerdo en hacer un Blòt.
—Tú y yo sabemos, que el sacrificio no significa literalmente morir, es de hecho, dedicar su vida completamente a algo y que esa persona no tiene que morir.
           —Exacto, sería más fácil convencer a alguien que muera por mí, a que viva por mí, ¿Cómo lo pusiste amablemente tú? Ah sí, “Nadie me quiere”.—dijo él sonriendo cínicamente haciendo referencia al día que ella le preguntó a quién salvaría, a Tom o a él mismo.
           Ofelia se recargó en su silla, cruzo los brazos, bajo un poco la cabeza sin dejar de verlo a los ojos, respiró profundo, y muy seria, aunque también incomoda, le dijo.
           —Yo… te quiero.
            Loki la observó un momento y luego comenzó a carcajearse, mientras Ofelia se levantaba a servirse un poco de agua, luego se volvió a sentar y esperó pacientemente a que el Dios se calmara. Lo cual no pasó en un rato. Cuando se iba calmando Ofelia lo tomó de la mano y este se tensó, cualquier rastro de risa desapareció.
—Estuviste dentro de mí cuando tomaste mi magia, dime si miento.— Pero el Dios no dijo nada.— A ver, vamos pensando fríamente.—dijo ella poniendo las puntas de los dedos en sus sienes— Me educaron literalmente para adorar a los Dioses. Y conocerte ha sido una de las experiencias más grandes de toda mi vida profesional. Claro que eres irritante, cretino e increíblemente volátil, pero también eres extraordinario, eres brillante, elegante, casi tan atractivo como Tom, y encantador, cuando quieres serlo, has hecho cosas por mí que nadie nunca ha hecho, me has demostrado tu amistad de las maneras más extrañas. Nos has salvado la vida a Tom y a mí.
           Loki tenía la boca ligeramente abierta, el ceño fruncido y se notaba estaba tratando de no mostrar ninguna emoción pero sin éxito. Le quitó el vaso de agua y le dio un gran trago, ella sonrió un poco, pero regresó a la seriedad profesional cuando él bajó el vaso, se aclaró la garganta. Y dijo.
           —Te agradezco la alabanza mi señora, pero aunque fuera cierto, no puedes ser Ghöti y sacrificio a la vez.
           —Y…— dijo ella como si no hubiera terminado. –…Tom te adora, mucho más que yo, eso puedo asegurártelo.
           —¿Por qué harías algo así?
           —¿No vas a matarme verdad?— dijo ella en un tono que se oía más nervioso de lo que ella hubiera querido, y él negó con la cabeza.— Loki, no soy tonta, ni creo que tú lo seas, lo que siento por ti es real, aunque en cualquier otra circunstancia, yo nunca admitiría que te quiero, esta es una emergencia, esta situación supera cualquier rastro de vergüenza, orgullo, o vulnerabilidad que yo pudiera sentir al admitirlo tan directamente, nunca me atrevería a proponerlo de no estar completamente segura, pero también soy ambiciosa. Necesito que salves a Tom, lo que fue una sorpresa es mi desesperada necesidad que tu vivas también y… bueno, si no vas a matarme, me encantaría aprender tu magia.
           Loki parecía un poco confundido al principio, pero luego sonrió mucho más relajado, le gustaban las negociaciones, eso podía manejarlo.
           —Me encantaría ser tu maestro Wala, pero Thomas nunca lo aceptaría.
           —¿Por qué no? En teoría le toca la parte más fácil, se convertiría en tu Ghöti, tu sacerdote y créeme, de todos modos,  va a pasar mucho tiempo fingiendo ser tú, el suficiente para comenzar una pequeña “religión”, mientras te recuperas y sanas.
           —¿Crees que eso cubre todas sus negativas?— Dijo él divertido de que Ofelia no tuviera ni idea de lo que el actor sentía por ella.
           —Creo que lo cubre casi todo, digo además de tenerte que soportar toda la vida, solo tiene que casarse conmigo según las tradiciones nórdicas, y luego entregarme a ti en sacrificio. —dijo la bruja tratando de que sonara lo más natural del mundo, claro que no lo era, pero sí era la única oportunidad. Tenía semanas pensándolo, lo que es más, la primera vez que se le ocurrió fue cuando Loki mencionó lo de los sacrificios de vírgenes que se hacían antes. Luego cuando le preguntó porque había regresado y por último con lo del helado, cada una de las veces lo pensó seriamente. Pero necesitaba estar segura si ella podría sacrificarse por ambos, que el Dios salvaría a Tom y necesitaba estar segura que de hecho, ella quería a Loki lo suficiente para entregarse, lo cual pasó el día anterior, cuando el Dios admitió que le importaba la muerte del mortal.
—Te propongo algo, Ofelia, propónselo a Thomas en la mañana, si acepta, estoy estaré encantado de comenzar esta empresa, si no…bueno, iremos a comer carne matutina en la ciudad, tu invitas.
—¡Hecho!— dijo ella entusiasmada, sobre todo, porque era la primera vez que Loki la llamaba por su nombre.
           Loki sonrió y comenzó a explicarle qué tendrían que hacer todos para que esto funcionara.
           Lo primero era que Tom estuviera completamente convencido de hacer esto, ya que la fuerza del ritual estaba en la fe de los participantes, los tres. Era una situación muy extraña, comenzando porque Tom tendría que reclamar a Ofelia como suya para poder entregársela al Dios en sacrificio, ella tenía que estar convencida de que quería esto y Loki tendría que reclamar como suyos ambos mortales y si funcionaba, salvar a Tom.
           Claro, mientras más lo decían en voz alta, todo lo que Ofelia sabía sobre feminismo brincaba en su cabeza, pero también pensó esto mucho y el feminismo no era para obligar a la mujer a tomar una decisión en particular, era sobre dejarla decidir y esta era la decisión de Ofelia, haría esto para salvar a las personas que más le importaban. Además era genial pensar en aprender magia asgardiana.
           A la mañana siguiente nadie tocó el tema, pero el ambiente estaba un poco tenso. Tom pensó que era por lo que había pasado la noche que se perdió, creyó que había hecho enojar a sus amigos, así que hizo lo que tenía que hacer, disculparse.
           —Ofelia, Loki, quisiera disculparme por lo que pasó la otra noche.
            Ofelia tenía la taza en la mano cuando vio a Tom.
           — ¿Te estas disculpando por salvar a una mujer? Tom ¿No crees que te disculpas mucho?
           —Y honestamente Thomas, te disculpas por las cosas más insignificantes ¿Por qué me iba a molestar una mortal más en este reino, viva o muerta?
           —No… no me refería a eso, yo solo…— los vio extrañado porque sabía que ellos dos nunca estaban de acuerdo en nada y esta mañana parecían excepcionalmente conformes uno con el otro, pasando el azúcar, Loki preguntando si ella quería más café, Ofelia festejando los pequeños y ligeros comentarios de él, algo estaba mal, pero continuó. —Me estoy disculpando por crearles problemas esa noche, no era mi intención perderme y lamento mucho haberlos preocupado y aunque les agradezco enormemente que me hayan salvado, me molesta mucho pensar que hubiera pasado si a alguno le hubiera pasado algo.— Ofelia vio triunfante a Loki y este levantó las manos en derrota, Tom vio esto todavía más extrañado .—¿Qué está pasando?— Preguntó cruzando los brazos.
           Los tres se sentaron en la mesa mientras Ofelia le explicaba el plan a Tom.
 —Es tu decisión Thomas— dijo el Dios, dándole una palmada amistosa en la espada.
—Si acepto voy a dedicar toda mi vida a ti ¿Eso te va a curar? Un sacrificio.
— Así es, te convertirás en Göthi ante la ley de Asgard, sumo sacerdote y mi representante en la tierra, y yo en cambio te curaré y te protegeré por siempre, hasta que llegues al Valhala, a ambos— continuó volteando a ver la mortal a un lado y le dedicó una media sonrisa, la cual ella contestó.
Tom volteó a ver a Ofelia —Pero una vez que acabemos el ritual, este… Blòt, ya no nos vamos a ver.
—Pues no, pero está bien porque Loki va a enseñarme magia, estaré bien…
La mirada de Tom se entristeció más de lo que ella había visto, pero solo un momento, luego juntó las cejas en confusión y terminó con una mirada irritada. —¿Está bien? ¡¿Está bien?!
           Loki y Ofelia se miraron confundidos — Pues sí…— dijo ella
           —¿Te parece que está bien que nunca nos volvamos a ver?— dijo Tom cuando se puso de pie, dando un paso al enfrente, a lo que ella reaccionó levantándose también y dando un paso para atrás.
           —¿Hay té en la casa?— dijo el Dios dirigiéndose a la cocina, no queriendo meterse en la discusión de los mortales, ella lo vio irse, ”Cobarde” pensó y luego regresó su atención al Tom, que no había prestado atención al Dios.
           —Déjame preguntarte algo— preguntó el actor ya muy enojado. —¿Por qué haces esto?
           —Pues… porque… te prometí que los iba a salvar a ambos, esta es la forma, la única forma, Tom, ¿Qué te pasa? ¿Por qué estás enojado? ¿Firmé un contrato no?— dijo ella casi bromeando, pero debió ser algo equivocado de decir porque Tom de irguió con toda su altura y la vio para abajo un momento, muy parecido al Dios que lo veía sorprendido desde la cocina con una tetera en la mano.
           —¿Vas a sacrificar tu vida, tu libertad, por un contrato?
           —Pues… ¿Sí?
           —¿Qué tan idiota crees que soy?
           —¿Qué? Tom…yo… ¿Un poco de ayuda aquí?— le pidió a Loki.
           —No, no hay té en la casa, voy al establecimiento que distribuye café en la ciudad— dijo el Dios tomando el bolso de ella y sacando cosa por cosa tirándolas en el suelo, hasta que solo quedó la cartera y una caja de chicles, tomó la cartera y la escondió entre los pliegues de sus ropas midgardianas, abrió la caja de chicles, los tiró todos en el piso, los pisó, y salió de la casa. Ella volteó los ojos a lo infantil y el poco control del Dios, volteó a ver a Tom con media sonrisa, pero él seguía viéndola muy enojado.
           —¿Y bien? Contesta la pregunta— dijo acercándose más, hasta que ella quedó casi pegada en la pared.
           —¿Qué sí creo que eres idiota? ¡Claro que no!
           Él la vio intensamente y un poco confundido, que no se comparaba con lo confundida que estaba ella, pero Tom vio algo más, tal vez estaba pasando mucho tiempo con la bruja y con el Dios y ya era capaz de leerlos, porque pudo verlo, la verdad oculta tras el muro y entonces sonrió un poco,— Muy bien, entonces contéstame esto, si te pido que no lo hagas, que te quedes ¿Lo harías?
           —Tom, tú y Loki morirían, ¿Por qué habrías de…?
           —Contesta…
—¿Por qué? ¿Qué tiene que…?— pero Tom la interrumpió de nuevo gritando.
           —Maldita sea Ofelia ¡Contesta!
           —¿¡Por qué?!— contestó ella gritando también —¿¡Por qué carajos me pides que elija entre lo que quiero y la vida del hombre que…!?—pero ahora se interrumpió ella misma, no queriendo terminar la frase. Tomó aire y el valor para subir la mirada y él estaba sonriendo, una amplia, dulce y honesta sonrisa.
           — ¡No! No te rías, no es gracioso.
           — No me estoy riendo— dijo acercándose. Pero ella lo detuvo con una mano en el pecho.
           — ¿Por qué?—Dijo ella casi derrotada —Si esto es lo que creo que es ¿Por qué, Tom?
           —Porque tengo que saberlo— Dijo cubriendo la mano de ella con la suya pero manteniéndola ahí.
           —Estas apunto de tomar la decisión más importante de tu vida, va a cambiar la vida de los tres ¿Por qué ahora? ¿Por qué no antes? ¿Por qué no nunca? No soy una buena persona Tom, tienes razón, no hago esto por generosa, lo hago por motivos totalmente egoístas, porque te quiero bien, te quiero vivo, te quiero feliz, te quiero….— esta vez la tomó de los hombros y la besó, lenta, pero apasionadamente, presionándola contra la pared, ella gimió y él sonrió, mientras ponía una mano en su cintura y la otra mano la puso detrás de su cuello para tener el control, el absoluto control del contacto, ella lo abrazó atrayéndolo más, disfrutando de cada músculo de su espalda y de sus brazos, casi perdida en su aroma, en su energía. Él se agachó un poco y puso una  de sus manos detrás de la rodilla de Ofelia y la subió, a lo que ella saltó instintivamente y rodeó la cadera del actor con sus piernas, él uso su lengua para abrir la boca de ella. El cuerpo de la bruja se tensó y jadeó un poco cuando lo sintió presionándose contra ella, él la cargó y la llevó hasta el sofá, donde continúo con sus atenciones, pero ella reaccionó cuando él metió la mano a su pantalón. —Espera… — dijo ella tratando de recuperar el aliento.
           —Lo siento— dijo él, se levantó un poco para verla mejor, también estaba haciendo un esfuerzo increíble para calmarse. — No quise…
           —No es eso, es que si lo hacemos ahora, vamos a tener que conseguir otra virgen para el ritual.— dijo sonriendo incomoda.
           —Claro, el ritual.— Dijo el retirándose y ayudándola a sentarse.
           —Supongo que tenemos que hablar.— Dijo ella en un tono muy suave. Casi raro en ella.
           — Sí, supongo, — él se enderezo y la tomó de ambas manos viéndola directamente a los ojos —como quiera que sea y cual sea el resultado de esa conversación, quiero que sepas que te amo.
           Ella sonrió más pero como siempre, ocultó lo que sentía  con humor. —Ok, eso no complica las cosas para nada— él se rió.
Pasaron los últimos cuarenta y cinco minutos discutiendo el asunto, sabiendo que al final la decisión estaba tomada, tenían que completar el ritual y Tom tenía que entregarle a Loki lo que más quería en ese momento,  tenía que compartir con el Dios la mujer que tenía enfrente. Terminaron sentados en el piso uno junto al otro, ella haciendo nido en su pecho y él con el brazo sobre ella atrayéndola, de repente ella soltó una risilla.
           —¿De qué te ríes?— preguntó él mientras le daba un beso en la crisma.
           —Te tengo un chisme.
           —Ok ¿Dime?
           Ella se separó de él, se sentó sobre sus tobillos, frente a él y puso cara muy emocionada.
           —Besé a Tom Hiddleston.— le dijo ella dándole una palmada leve en el hombro.
           Él soltó una carcajada y luego contestó impresionado —¿En serio? ¿El famoso actor?
           —Ni tan famoso, en donde vivimos ni lo conocen.— dijo ella moviendo la mano como si estuviera quitando importancia, él le gruñó un poco, la haló hasta dejarla sentada sobre él y la besó.
           —Sí que se tomaron su tiempo…— dijo la voz del Dios desde la puerta, ella se quitó rápido y se sentó en el sillón y él se quedó sentado viendo a Loki, frustrado, a lo que él contestó con una sonrisa inocente, tenía una charola con vasos de Starbucks.  Loki se sentó entre ellos en el sillón y levantó a Tom para que sentara junto a él, como si no pesara nada, luego fue pasando los vasos como si nada hubiera pasado.
           —Un te chai frappe con leche media, crema batida y un toque de crema irlandesa.— dijo imitando su acento de México, pasándole el vaso a Ofelia haciéndole caras al olor, ella se rió
           —Un té earl grey, con leche y limón, sin azúcar,— dijo imitando el acento británico, dándole el vaso al actor, el cual también se estaba riendo.
           —Y un caramel frapuccino con extra caramelo— dijo dejando la charola en la mesa y recargándose.
           —De verdad, diabetes.— dijo Tom
           —Dios. — dijo levantando la mano, contento con su bomba de azúcar.
           —Espera ¿Qué querías decir con “tomarnos nuestro tiempo”? – ante la pregunta del actor, Ofelia puso atención
           —¿Sabías que nosotros…?— preguntó ella  nerviosa.
           —¡Por favor! Me ofenden, de verdad me siento ofendido, ¿Por qué creen que tengo la seguridad de que nuestra empresa va a funcionar?  El ritual. Es la única forma, si el destino tuviera la gracia de dejarnos elegir el sacrificio, habría manifestado la sugerencia por mi parte, tal vez ¿Una virgen con menos carácter?—y Ofelia le dio un codazo. Pero Tom, desvió la mirada triste, cuando Loki lo vio dijo.
           —Estas a tiempo de decidir, siempre está la otra opción— Y por la mirada que le dio, dedujo que Ofelia no le había dicho nada. Y ambos la miraron.
           —No es una opción, es una ilusión...— dijo ella defendiéndose.
           —¿De qué hablan?
           —Podría llevarte a Asgard, estar ahí te ayudaría con el dolor y pasarías ahí tus últimos días, estarías mucho más cómodo que en Midgard.
           —Y tu morirías tambien.— terminó Ofelia—  ambos morirían, no resolveríamos nada, por eso no te dije.— Pero Tom veía directamente a Loki. Sonriendo orgulloso y poniendo incomodo al Dios.
           —¿Qué?— dijo Loki hostilmente.
           —Eso, justo ahí, eso por lo que vale la pena salvarte.— dijo el actor y lo abrazó, esto hizo que el pálido rostro de Loki se pintara un poco de rosa. —vamos a hacer esto, ya lo decidimos,— dijo tomando la mano de Ofelia pasando sobre Loki,— juntos, no por una orden, no por una amenaza, o un contrato.— y ella sonrió.
            Loki los vio, primero a uno y luego al otro, junto las cejas y dijo casi con asco —¿Quieres que ahora cantemos alabanzas Thomas?—  dijo Loki volteando los ojos después de verlos a los dos.
           Más tarde, esa noche.
            —Lo único que sí me pesa, es no conocer Asgard, debe de ser impresionante.— dijo Tom desde la cocina dando el visto bueno a la salsa del espagueti. Loki estaba siguiendo a Ofelia quitando los platos que ella ponía en la mesa, pero cuando escuchó al británico los dejó con mucha fuerza y la vio completamente irritado. Ella lo vio sin entender su reacción  y de repente dijo.
—¡Carajo, lo olvidé por completo!
           —¿Qué pasa?— preguntó Tom desde la cocina viéndolos y un poco nervioso.
           —Nada Thomas, solo que no se puede confiar en la memoria de esta mortal.
           —¡Perdón pues! Lo que pasa es que para que funcione el ritual, tanto el matrimonio como el Blòt deben de efectuarse por una gran autoridad.
           —Ok, ¿Eso donde nos deja?
           —Quiere decir, mi querido y confundido amigo que sus nupcias deben de ser bendecidos por la Diosa del Matrimonio…
           —¿Frigga? Digo, ¿La reina, tu madre?
           —Así es, el plan es que todo el ritual lo hagamos en Asgard— dijo Loki sonriendo al ver la emoción en los enormes ojos azules.
           —¿Es en serio? ¿Conoceremos Asgard? No lo puedo creer— corrió a abrazarlo, pero Loki fue más rápido y haló a Ofelia quién recibió el abrazo, sin queja alguna, también estaba emocionada.
           —No festejes tanto, no todo mundo allá me quiere,— ambos se quedaron callados y compartieron una mirada discreta que, por supuesto el Dios vio— lo sé, sorprendente ¿no?,— ambos sonrieron—  Y tengo unas dos semanas para enseñarles todo el protocolo cortesano y los detalles del ritual.
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mypatchseries · 4 years
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Hush, Hush - Capítulo 16
Luego de treinta minutos de sonoras carcajadas y un montón de "lo sabía" Rixon accedió a vigilar a Nora. Se disponía a hacer eso mientras yo trataba de localizar al traidor de Barba. Sin embargo, cuando llamé a su oficina me informaron de había salido de viaje. El muy maldito sabía que si lo encontraba iba a acabar con él.
 Lleno de frustración, fui a darme un baño. Lavé mi cuerpo y mi cabello rápidamente, y justo cuando terminé de atar una toalla en mi cintura, sonó mi celular.
 —Patch—contesté.
 —Ya sé quién eres, idiota. Oye, Nora está en la biblioteca y esto está oscuro. Puedo ver al tipo que está persiguiéndola, y él acaba de verme también. Considero oportuno que hagas acto de presencia—dijo Rixon, al otro lado.
 No faltó decir nada más. Me vestí con una camisa y jeans negros, y mis botas negras con punta metalizada. Tomé las llaves de la moto y corrí al lugar donde la había dejado estacionada. Estaba anocheciendo rápidamente, y tenía el presentimiento de que Chauncey aprovecharía la oscuridad para atacar. Se me revolvía el estómago con solo pensarlo.
 Subí a la Ducati y aceleré al instante.
 Minutos después me encontraba en el estacionamiento de la biblioteca que se encontraba en un edificio histórico justo en el Viejo Centro de Coldwater. El rojo ladrillo se remontaba a la década de los 1850, y el edificio terminaba con una asquerosa cúpula romántica y una gran ventana para observar las embarcaciones llegar por el mar. El edificio no incluía un estacionamiento, así que un túnel había sido excavado para conectar la librería con el Palacio de Justicia al otro lado de la calle. El garaje ahora servía a ambos edificios.
 Había visto a Nora discutir con la mujer que se había insinuado días atrás, cuando conseguí una coca-cola. Ahora ella se encontraba bajando por el elevador. Comencé a caminar en dirección a ella, paseando por el túnel que conectaba los edificios. Me detuve cuando la vi acercarse, y le regalé una sonrisa astuta a su perseguidor, que en cuanto me vio, desapareció. No pude detallarlo, ya que llevaba un pasamontañas negro; tampoco pude entrar en su mente. No lo pensé, ni siquiera, ya sabía quién podría ser.
 Nora notó mi presencia.
 — ¿Qué estás haciendo aquí? —Preguntó, retirando un puñado de cabello de su cara y mirando más allá de la salida de automóviles en la superficie. Yo sabía en lo que estaba pensando: varias de las fluorescentes luces en el techo estaban fuera de servicio, lo que hacía difícil ver con claridad si había una violación, asesinato o cualquier otra actividad corrupta mi mente. Si yo no hubiese llegado, Chauncey la habría acorralado en el lugar perfecto.
 Me moví hacía ella, con toda la intención de simplemente darle un beso en la mejilla, puesto que así se saludan aquí, ¿No? Pero ella retrocedió. Encontró un coche y se paseó alrededor, posicionándose en el lado opuesto a donde yo estaba, con el coche entre nosotros. La miré por encima del coche, con las cejas levantadas.
 —Tengo preguntas—Dijo—Muchas preguntas.
 — ¿Sobre qué?
 —Sobre todo.
 Torcí mis labios tratando de contener una sonrisa. Tenía una apariencia tan…
 — ¿Y si mis respuestas no tienen éxito, vas a escapar? —Pregunté, señalando con la cabeza en dirección a la salida del estacionamiento. Pude deducir por la expresión de su rostro que le había descubierto el plan.
 —Vamos a oír esas preguntas—dije.
 — ¿Como sabias que estaría en la biblioteca esta noche?
 Siempre haciendo las preguntas acertadas.
 —Un buen presentimiento—mentí, encogiéndome de hombros.
 Supe que no me había creído. Nora era demasiado lista para creer todo lo que dijera; aunque eso me irritaba un poco. ¿Qué no confiaba en mí? La respuesta llegó solita: No, no lo hacía. Me lancé hacia la izquierda, pero ella contrarrestó mi movimiento corriendo hacia la parte trasera del coche. Cuando me detuve, ella también lo hizo. Yo estaba en la parte delantera del coche y ella en la cola.
 — ¿Donde estuviste el domingo en la tarde? —Preguntó. Mierda, ella se refería al ataque de Vee. ¿Me habría visto? — ¿Me seguiste cuando fui de compras con Vee?
 No tuve de otra que mentir, era obvio.
 —No. ¿Cómo les fue, por cierto? ¿Compraron algo?
 —Tal vez—Dijo, con la guardia abajo.
 — ¿Cómo qué?
 La había visto en Victoria Secret's. ¿Me diría Nora de qué color era la ropa interior que había comprado en ese momento? No, por supuesto que no lo haría. Ni aunque se lo rogara.
 —No es de tu incumbencia—Contuve una sonrisa. — ¿Tienes algo que decir?
 La respuesta vino clara y concisa:
 —No.
 — ¿No tienes idea de lo que le ocurrió a Vee?
 —Otra vez, no.
 —No te creo.
 No me cansaría de decirlo nunca: muy lista.
 —Eso es porque tienes problemas de confianza—Extendí las dos manos en el coche, apoyándome en el capó. —Hemos hablado de esto…
 Noté que se irritaba, aunque no tuve muy claro el por qué. ¿Era porque le molestaba que supiera las cosas que sabía de ella? ¿O porque había cambiado el foco de la conversación, apuntando hacia ella? Aproveché ese momento de debilidad y me abalancé hacia la derecha. Nora volvió a escapar de mi alcance. Mientras estábamos en un punto muerto fijé mis ojos en los de ella, tratando de comprender su próximo movimiento.
 — ¿Que sucedió en el arcángel? ¿Tú me salvaste? —Preguntó.
 —Si yo te hubiera salvado, no estaríamos parados aquí teniendo esta conversación.
 —Te refieres a que si no me hubieras salvado no estaríamos aquí. Yo estaría muerta.
 —Eso no fue lo que dije.
 — ¿Por qué no estaríamos parados aquí? —preguntó, confundida.
 —Tu aun estarías aquí—hice una pausa. —Yo probablemente no estaría.
 Mentira.
 Antes de que ella pudiera comprender lo que estaba hablando, de nuevo me lancé hacia ella, esta vez atacando desde la derecha; confundida por el momento, puso algo de distancia entre nosotros. Pero, en lugar de detenerme, bordeé el coche. Nora, reaccionando finalmente, salió corriendo apresuradamente por el estacionamiento. Dejé que pasara tres coches antes de apoderarme de su brazo. La hice girar y la apoyé contra un poste de cemento.
 —Falta mucho para llevar a cabo ese plan—le dije.
 La miré, sonriendo. Nora se puso nerviosa. Por extraño que pareciera, este momento me recordaba al que vivimos en la cocina de su casa.
 — ¿Que está pasando? —Preguntó, trabajando duro para sonar agresiva. — ¿Cómo es que puedo oír tu voz en mi cabeza, y porque dijiste que habías venido a la escuela por mí?
 Dije lo primero que se me vino a la cabeza:
 —Estaba cansado de admirar tus piernas a distancia.
 —Quiero la verdad—Escuché como tragó saliva. —Merezco una revelación completa.
 —Una revelación completa…—Repetí, con una tímida sonrisa. Lo cual era extraño— ¿Tiene esto algo que ver con la promesa que hiciste de exponerme? ¿Exactamente de que estamos hablando aquí?
 Supuse que mi mirada la puso nerviosa, porque escondió sus manos detrás de su espalda e hizo el además de alejarse.
 —Tengo que irme—dijo. ¿Qué no me había exigido respuestas? ¿Ya se iba? ¿Qué? —Tengo tarea.
 — ¿Que ocurrió allá? —Incliné la barbilla hacia los ascensores. Tenía la esperanza de que la historia fuese realmente larga, y que Nora estuviese dispuesta a contármela. Quería estar con ella, maldita sea.
 —Nada.
 ¿Nada? ¡¿Nada?! Maldición. Antes de que pudiera detenerme, presioné la palma de su mano contra mí, formando una torre con nuestras manos. Deslicé sus dedos entre los míos, cerrándola contra mí.
 —Tus nudillos están blancos—dije, pasando mi boca a través de ellos. El pulso de Nora se aceleró levemente—Y saliste luciendo alterada.
 —Déjalo. Y no estoy de humor, así que si me disculpas, tengo que hacer tarea.
 —Nora—dije su nombre suavemente. Con toda la intención de conseguir lo que quería.
 —Tuve una pelea con Marcie Millar— ¿Marcie… Millar? — ¿De acuerdo? ¿Satisfecho? ¿Me dejaras ir ahora?
 — ¿Marcie Millar?
 Trató de desatar nuestros dedos, pero no se lo iba a permitir todavía. Marcie Millar… Sip, definitivamente era la tipa de la coca-cola.
 — ¿No conoces a Marcie Millar? —Dijo cínicamente —Difícil de creer, primero por qué vas a Coldwater y segundo porque tienes un cromosoma Y.
 Muy zorra la chica, entonces.
 —Cuéntame acerca de la pelea—le pedí.
 Esperaba no sonar demasiado ansioso por permanecer con ella.
 —Ella llamo a Vee gorda.
 Nada que no fuera cierto.
 — ¿Y?
 —Yo la llame cerda anoréxica.
 Oh. Dios. ¿Era en serio? Tuve que luchar para no romper a reír en carcajadas. ¿No tuvo un insulto mejor?
 — ¿Eso es todo? ¿Sin puños? ¿Sin arañazos, jalones de cabello?
 Entrecerró sus ojos y me miró.
 —Vamos a tener que enseñarte a pelear, Ángel.
 —Yo puedo pelear.
 Mentira. JA. Esta vez no refrené la sonrisa.
 —De hecho, he tenido clases de boxeo—agregó.
 De seguro fue a sólo una de esas clases, lógico. Sin embargo, extendí mi mano como un objetivo.
 —Dame un golpe, tan fuerte como puedas. —le dije.
 —No soy fanática de la violencia sin sentido.
 —Estamos solos aquí abajo—Mis botas tocaban sus zapatos. —Un chico como yo podría tomar ventaja de una chica como tú. Mejor muéstrame lo que tienes.
 Se alejó, y mi motocicleta apareció a la vista.
 —Déjame darte un aventón—le ofrecí.
 —Caminaré.
 Pero que obstinada, maldición.
 —Es tarde y está oscuro—insistí.
 Contemplé una de sus tantas luchas internas.
 —Estoy empezando a pensar que la única razón por la que sigues ofreciendo llevarme es porque sabes que no me gustan estas cosas—Suspiró, se colocó el casco, y luego se inclinó hacia mí, acurrucándose y quedando cerca. Hice un sonido bajo de diversión.
 —Puedo que tenga otro par de razones—dije.
 No querer dejarte sola, por ejemplo.
 Aceleré por el estacionamiento, dirigiéndome hacia la salida. Había un puesto de cobro con una maquina de tiquetes roja y blanca que prohibía la salida. Hice una suave parada que la acercó aun mas a mi espalda, le pagué a la maquina y después manejé hacia la carretera.
 Paré la moto en la entrada de su granja Nora se sujetó en mis hombros para mantener el equilibrio mientras se bajaba. Me entregó el casco.
 —Gracias por el aventón—Dijo.
 — ¿Que vas a hacer el sábado en la noche? —solté de pronto.
 Hubo un momento de pausa. Esperé realmente a que estuviera pensando.
 —Tengo una cita con lo habitual.
 Mierda, ¿qué quería decir?
 — ¿Lo habitual?
 —Tarea.
 Oh, mierda. Por un momento pensé que había un chico al que tendría que dejar paralítico.
 —Cancélalas —le dije.
 —No salgo con extraños—dijo.
 Sonreí.
 —Suerte que yo sí. Pasaré por ti a las cinco.
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revistasentimental · 4 years
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QUIEN IBA A DECIR
por Andrea Peltier
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Yo quería ver el nuevo documental de Alexander McQueen y se me ocurrió hablarle (ya que sigo utilizando este medio de comunicación) a Paloma Contreras. La mujer y yo disfrutamos de ver ropa inasequible y echar chisme. Para mi era la perfecta receta de un domingo cualquiera pero poco sabía yo que en realidad íbamos a ir a ver arte.
Me dijo que 3:00 en el Carrillo Gil. Y ya tenía una borrosa idea de la existencia de estas 3 exposiciones gracias a varios posts en instagram. Algo muy normal para quien sea que transita el espiral que hace el eje creativo y artístico de la Ciudad de México. No fue hasta que entré y subí al tercer piso que me di cuenta que ya contaba con más información de las piezas y artistas que lo que el texto museográfico o la guía de sala hubieran podido proporcionarme. La academia tiende a hacer de los textos finales una salsa de palabras que no adereza mi vida. Iba con la más indicada, ya que Paloma pertenece a este mundo y los chismes y anotaciones corrieron a surgir. También me dió gusto darme cuenta que conocía varios de los artistas ahí reunidos.
Solo como comentario, hablaré solo de las piezas que se quedaron en mi cabeza, ya que  cuando fui no tenía ni la menor idea de que iba a escribir sobre de esto. Hasta semanas después las chicas me ofrecen esta oportunidad. Entonces no esperen descripciones largas, hermanos.
Al entrar lo primero que vi fue una de las pinturas de nuestro querido Néstor Jiménez. Una pintura con sus muy irremediables e imposibles perspectivas. Creo nunca había visto nada de Néstor en persona. Pasar del imaginario a la realidad no alteró mi gusto por su pintura lo cual siempre te deja tranquila cuando le tienes estima personal al artista. Me encantaría ver esas perspectivas en cuadros aún más grandes, pensé. Luego recuerdo las pinturas de Elsa-Louise Manceaux las cuales me parecieron muy bellas sin contar en este gusto a los volúmenes alrededor. Recuerdo haber hecho un comentado sobre mi muy personal desagrado por los pintores tratando de viajar muy desafortunadamente hacia el volumen. Después se llega muy orgánicamente por las proximidades del espacio a la pantalla de proyección de Erik Tlaseca con una pieza visual (no digo audio porque no recuerdo escuchar nada) de unos 2 por 2.40 M. Verde, cielos azules, tierra y demás bellezas que proporciona la fauna mexa. En la pantalla, dentro de esta selva, la graciosa aparición de un personaje salido de su propia y muy específica ficción. Paloma hace unas anotaciones a su praxis, ya que compartieron espacios en el FONCA. Compartimos el gusto por las piezas expuestas en el suelo, que paloma me comenta son props. Pero Paloma no dejaba de mencionar otras piezas mas adelante, entonces camine un poco más y fue ahí donde me encontré una de las 3 piezas de Víctor del (M)Oral Rivera. De pronto lo recordé todo. Tuve un flashback a la cocina de Juan Caloca la noche de su cumpleaños.
Mi flashback: Yo muy adulterada en la cocina de Juan a las 5:00 de la mañana abrazando a Yollotl con los ojos cerrados escuchando a Víctor, Yollotl y Gamaliel hablando de cómo es que iban a tirar las piezas. Sobre qué cámaras iban a utilizar, del tiempo, del aire, de la producción en general. Yo me imaginaba la pieza y lo único que me daba miedo era que en el primer intento no fueran a estar lo suficientemente organizados para captar bien el instante. A mi parecer el nervio venía de escuchar una buena idea salir de la boca de dos borrachos. Abrí los ojos y les dije que lo que necesitaban eran varias cámaras. Que lo grabaran con 3 puntos de vista. Tengo la impresión de que me dieron una muy ligera razón y siguieron con el tema. Luego cambiamos de tema porque Gama tenía hambre y despuesito llegó Juan a preparar unas quesadillas de flor de calabaza bastante insípidas o para después regañarnos que debíamos de tener una pool party en la azotea en ese preciso momento, pero Yollotl y Victor estaban hipnotizados hablando de la pieza y bajaron al estudio de Victor a seguir con el tema sin nuestras intromisiones. A mi lo que me impresionó de todo esto es cómo alguien podía hablar y hablar hasta las 5:00 de la mañana de algo tan técnico. Yo lo único que pienso en la fiesta a las 5:00 de la mañana es sobre si voy a coger o no, o cómo voy a regresar a casa.
La verdad me impresiono la pieza ya que la vi viva en el espacio. Me pareció genial el formato de las pantallas. Primero ves la pieza donde la letra A camina en una toma top del estacionamiento de la Torre Banobras. (Como comentario, los números del estacionamiento no coinciden con el orden numérico que esperas)  Luego otra pantalla de igual tamaño con varios detalles de texturas y formas del edificio donde se cuelan imágenes de la Ciudad de México. La calidad de foco y la corrección de color es perfecta. Da mucho gusto verle las arrugas al edificio con tomas bien perspectivadas. Después te encuentras con la pieza central del trabajo de Víctor que es el momento en el que se tira la letra A de lo más alto de la torre en una pantalla vertical de unos 3.50 X 1.20 proporcional a la torre.
Casi lloro a decir verdad. Ver cosas rompiéndose es de mis más grandes pasiones. Fue de verdad grato pensar en el esfuerzo tan grande que debió haber sido llegar hasta ese momento. Con el aire a todo volumen. El sonido de este rompiendo contra tus orejas. Traz. La pieza choca contra el suelo. Es como si vieras escuchar un grito en el vacío. Choca y la toma termina con el vuelo en ascenso de un pájaro justo atravesando el cuadro. Todo es una cámara lenta. Volteo a ver a Paloma y le digo -Verga-. Me quedo otro rato ahí parada viendo de nuevo la acción.
Poco antes de llegar a esta pantalla, existe otro muy afortunado momento de la exposición. La obra de Rolando Jacob que es la creación de un espacio interior que nos lleva a 1972 según el calendario en la pared. Sillones, libreros, un tapete, la mesa las sillas, la consola, y una radio prendida. La pieza es el esfuerzo de recrear una típica sala-comedor de alguna familia promedio del norte del país. Estas piezas me fascinan porque entiendo el esfuerzo que es ambientar algo. Quien sea que tenga las fuerzas para conseguir un total de 50 objetos con el mismo lenguaje histórico se merece un pastel. Ni sé ni me importa qué quería decir el artista pero me parece que se merece un pastel, y uno chido hecho el mismo día.
Si Rolando Jacob merece un pastel, que alguien se la chupe a Víctor. Estaría interesante que así se le diera retroalimentación al artista, pero la sociedad es tan aburrida que prefiere pagar con dinero. Vaya falla.
De esta exposición PARASITAGE, RUIDOS NEGROS y en especial de este piso también quiero destacar la participación de Tania Ximena con sus piezas gigantes de tomas al volcán y a lo que creo es la prístina documentación de una de sus expediciones. Close ups de carámbanos de 4 x 2.40 metros siempre va a ser una estrategia ganadora. La verdad es que no recuerdo otra pieza en el espacio que se haya impreso en mi memoria con la misma fuerza que las piezas que acabo de relatar. Un saludo a los demás participantes.
La siguiente sala: ABUSOS DE LAS FORMAS.
Lo primero que viene a mi recuerdo es la pieza de Thomas Glassford de quien tengo un recuerdo muy cómico en la boda de unos amigos en Oaxaca en donde prácticamente le dije que se veía demasiado heterosexual y viejo para pertenecer al lanzamiento del ramo. Al respecto de esto mi tía Mariangel me diría algo como “Por este tipo de cosas no podrás figurar en sociedad”. En fin, la pieza son unos muy nacionales guajes montados en una dinámica física de fierro cromado en alusión a una máquina absurda con mangueras hacia sí misma. La relación entre materiales hace de la pieza una de mis favoritas de la sala.
De esta exposición lo que más se escucha es una voz susurrando lentamente -Identidad Nacional- y a lo que me refiero, es al tono general de la exposición el cual gira sobre ideas como lo prehispánico, la artesanía y la relación entre artista y artesano. Artista y cultura. El susurro regresa -Identidaaaaad Nacionaaaaaal- Y pues bueno, adivinen quien estaba exponiendo… ¡Claro! ahí andaba una pieza del Juan Caloca.
A continuación algunas piezas de los vestuarios del video de Ulrik López. Todo tiene tonos cafés. Es interesante como hay temas de investigación que ya tienen una paleta de color preestablecida. Las técnicas nos sujetan a una apariencia, por supuesto. La investigación de la artesanía o el archivo también nos sujetan a una veracidad, a contar las cosas bien. A utilizar tierra donde la tierra sepultó todo.
Aun así, ahí estaba una escultura de herrería con formas que nos llevan a pensar rápidamente en el trabajo de los zaguanes típicos de la vivienda mexicana. Solo que pintado en colores estridentes como el tornasol.  Y me refiero a estas soleras roladas en espiral que aluden a flores y espirales decorativos los cuales siempre me han parecido una cosa rarísima salida directamente de un pensar típico del biedermeier o el arts and crafts. O sea, la voz de la primera revolución industrial perdida en colonias como La Industrial en Lindavista. Una pieza sobre arquitectura vernacular, muy a la orden del día. Después recuerdo unas pinturas muy monas de dos platos de cerámica color terracota. Un trabajo en conjunto de Jonathan Miralda con Andrés Villalobos. A lado, unas pinturas del muy genio de Francis Alÿs. Muy Francis, no sé. Es de esas cosas que ves y sabes quien es, y te dices “Ah vaya. Sí. Qué genio” pero enseguida sigues caminando.
Seguimos en el recorrido y en una esquina tenemos a Abraham Cruzvillegas con un tapete de mosaicos cocinados con esta técnica artesanal de barnizado color verde obscuro. Y la verdad es hoy en día es una opción asertiva utilizar este terminado. Es exactamente aquí, en esta parte del texto, donde me pregunto -Bueno pero, pues hoy en día ¿qué diablos puede salir mal de los procesos y piezas con técnicas artesanas? Y este, chavos, es un tema al cual no me pienso meter en este momento, les regalo mi duda. (Espero de sobremanera entiendan la ironía)
En este mismo cachito de sala también existen dos piezas salidas del horno de Parque Galería. Un video de María Sosa donde se tiene a ella misma jugando a las barbies con diferentes “vestidos” que quiero pensar son conceptos vistiendo u oprimiendola en una búsqueda deconstructiva y constructiva de su persona y de la imagen femenina antepuesta a una ficción cultural. Llamenme loca, pero eso fue lo que entendí.
Luego la gran pieza de Juan Caloca. Tal vez lo quiero mucho y como buena madre mexicana no puedo hablar mal de él. Agradezco y agradeceré siempre que se me sorprenda. Y la verdad me gustó su pieza. Una Coca Cola sujeta por la tensión de unas cuerdas de yute que utilizan la banda que carga en los mercados o centrales de abastos cuando no se tiene diablito. También me gusto que resolviera con manerales de acero inox  sujetarse de ahí. No sé amigos. Muy Juan.
Después estaba esta pieza que no vi de quien era, pero eran unos tepetates con piedras de agua. Y el letrero decía ‘para disfrutar la pieza quítese los zapatos’. Y es que a mi las dinámicas del ‘toca, juega y aprende’ me gustan mucho, pero Paloma ya iba rápido en esta sección, y pues no me quería quedar atrás. Después pasamos a la parte en donde casi todo era archivo. De ahí estos textos que hablaban sobre cómo habían creado varias piezas para el museo de antropología. Y me dieron celos no haber pertenecido a ese momento en México. Ya me imagino las pláticas en los cafés de la zona rosa al respecto de lo que todos los artistas se esperaban del museo de antropología, que si los que tenían las manos dentro lo estaba haciendo bien o mal, que si el dinero, que si la dirección, que si yo también quiero.
Y pues, pasamos a la tercera y última exposición. EL NEGRO SOL DE LA MELANCOLÍA curada por Luis Felipe Fabre. A veces, cuando entras a una exposición entiendes el tono en el que se arma el show. A veces es muy poco personal, a veces el artista o los artistas resaltan sobre el espacio y no puedes más que escuchar sus voces. A veces solo escuchas al espacio triste y blanco esperar por algo más. Y otras veces, como en este caso, escuchas al curador completamente volcado dentro de su investigación. Me identifique mucho con él, así como él se identificó con esos fragmentos expuestos. Alguien que obviamente lee y escribe. Es un espacio de un color casi negro. El negro que se logra solo de pigmentos naturales. Las piezas en su mayoría pinturas y grabados y algunas esculturas medio ochenteras con unos fetos de animales en forma de círculo. Paloma me cuenta que cree son piezas de la colección del museo. Mi parte favorita son las fotocopias de libros, carteles y frases. Una pena porque para ese entonces ya estaba cansada y si daban ganas de leerlo todo. Pero bueno, he aquí un pedazo que me llamó mucho la atención:
y no roca si hubiese roca y también agua y agua un manantial un charco entre las rocas si hubiese solo el sonido del agua no la cigarra y el canto seco de la hierba sino el sonido del agua sobre la roca donde canta el zorzal entre los pinos clin clon clin clon clon clon pero no hay agua
Hemos llegado al final de este texto y he de confesar que nunca había entrado al Carrillo Gil y a manera de enriquecer este texto me metí al wikipedia de este recinto sólo para darme cuenta que el edificio lo hizo el arquitecto Augusto H. Álvarez quien fue el padre de Manuel Álvarez Fuentes a quien conozco personalmente por ser el padre de un gran amigo y colega, el arquitecto Lorenzo Álvarez casado con una aún más grande amistad mía la diseñadora Bibiana Colmenares y algo muy interesante y chusco es que en la boda de estas dos personas fue donde tuvo lugar la chusca anécdota con Thomas Glassford y el ramo de flores. Quien iba a decir. Esta es mi ciudad y ustedes solo viven en ella. Buenas noches.
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0takudl · 5 years
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Diabolik Lovers Chaos Lineage: Yuma, Historia 12
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Muchas gracias a @tournesolia por permitirme traducirla desde el inglés.
historia 1- historia 2- historia 3- historia 4- historia 5- historia 6- historia 7- historia 8- historia 9- historia 10- historia 11
traducciones chaos lineage
-Cueva.-
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Yui: (Está tranquilo... Parece que Reiji-san y los demás no han venido tan lejos para buscarnos. )
Yuma: Ésos tipos... no están viniendo.
Yui: De hecho. Podemos descansar por un tiempo.
Yuma: … Sí. ¿Estás bien con solo tomar una siesta?
Yui: No me importa. Tú sigues vigilando sin dormir, ¿verdad?
Yuma: No puedo permitirme eso. No reiremos si somos capturados mientras dormimos y nos relajamos.
Yui: ¿Entonces crees que seremos encontrados si hacemos algo así?
En este momento estoy despierta así que recuéstate un poco.
Yuma: ¡No soy tan débil! Como sea... ¡Toma esto!
*Yuma se acerca.*
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Yui: ¿¡Kyaaa!?
Yuma: Si quieres que me sienta mejor, sé obediente y abrázame.
Yui: ¿Así?
Yuma: Claro que sí. Así, me calmaré y me sentiré aliviado.
Yui: (Si Yuma-kun está bien, eso es bueno, pero... realmente quiero que se recueste aunque sea un poco. )
Yuma: No tengo idea de qué tan cansado está mi cuerpo. Pero mi cabeza es un desastre.
Yui: ¿Eh?
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Yuma: Ruki me rechazó, Shu y los demás me tratan como un traidor.
Yui: (Ah... )
(Ya veo... Su corazón está sufriendo más que su cuerpo... )
Yuma: Cuando me quedo contigo, me siento a gusto... Puedo olvidar las cosas que me enojan.
Sentarse a pensar no es lo mío.
Yui: No... No digas eso.
Tú aprecias a tus hermanos y amigos, así que debes de estar sufriendo más que ninguno.
Yuma: Hah... ¿Qué fue eso... ?
Yui: Pero no estás solo. Lo sabes porque siempre he estado cuidándote.
He estado a tu lado por un largo tiempo. No tanto como tus hermanos, pero aún así
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Yuma: … Ya veo. Es cierto.
No estoy solo. Tú estás aquí...
Yui: (Está agarrando mi mano... )
(Duele un poco pero estoy feliz...)
*Yuma se aleja.*
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Yuma: Ah-ah, caray. Yo no soy así.
Yui: ¿Eh?
Yuma: Honestamente, me sentí vacío cuando me alejé de Ruki y Shu.
Ése bastardo de Kino me molesta.
Pero incluso si estoy preocupado por eso, no hay nada que pueda hacer. No soy bueno usando la cabeza.
Entonces dejaré de hacer lío.
Yui: Yuma-kun...
Yuma: Forzaré a todos a recuperar sus recuerdos, incluso si eso implica golpearlos. Entonces, Yui...
… Quédate siempre a mi lado, sin importar lo que suceda.
Yui: … Sí.
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Yuma: Es una promesa. No la rompas.
Yui: Por supuesto.
(Gracias a Dios. Yuma-kun parece regresar a su verdadero yo. )
(Él está aquí... Si damos lo mejor de nosotros, estoy segura de que todo estará bien. )
Yuma: Te mostré algo desagradable. ¿Podrías golpearme?
Yui: Jeje... ¿A qué viene eso?
Yuma: Hablo en serio. No puedo calmarme ya que no hago nada más que quejarme con la mujer que amo.
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→ ¿Hablas en serio? (S. )
Yui: ¿Hablas en serio cuando dices eso?
Yuma: Te dije que está bien, así que inténtalo. Por cierto, usa toda tu fuerza.
Yui: E-Entonces... ¡Yaah!
*Yui trata de golpearlo.*
Yuma: … No seas suave conmigo. ¿Crees que vas a detener a un insecto?
Yui: E-Ese fue un golpe bastante duro...
Yuma: ¿Haa? Entonces estarás jodida en el momento en que te capture el enemigo. Eso me está preocupando.
Yui: L-Lo siento.
→ No haré algo así. (M. )
Yui: No haré algo así. No creí que habías hecho algo desagradable.
Yuma: Tú... No digas algo tan directo que me provoque.
Yui: Pero es la verdad.
-Terminan las opciones.-
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Yui; ¡Ah! … Oye, ¿podemos resolver el asunto de otra manera?
Yuma: ¿Ah? No me importa, intenta todo lo que quieras.
Yui: N-No es eso, em...
… Quiero que tú... me beses.
(Cuando lo pido yo misma, realmente me avergüenzo... )
Yuma: … Tú... ¿estás incitándome?
Yui: ¡N-No es eso... !
Yuma: Ya entendí... Cierra los ojos.
Yui: ¿Eh... ?
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*Se besan.*
Yuma: … Haa... Esto no es suficiente. Tengo sed...
Es porque estás desprendiendo ese dulce aroma...
Yui: (… ! ¿Va a beber mi sangre? )
Yuma: … Si no te gusta, empújame. Porque te devoraré vorazmente.
Yui: Nm... No lo odiaré.
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Yuma: Heh... ¿No te arrepentirás más tarde? *Bebe.*
Yui: … Ah... Hmm...
(Duele el lugar donde toca... )
(Se siente bien... gentil... no puedo pensar en nada... )
Yuma: Haa... ¿Qué estás mirando... ?
Si no puedo detenerme, será tu culpa... *Bebe.*
Yui: Ah... ¡Hm... ! Está bien... incluso si no puedes parar...
Yuma: Idiota, te dije que no me provoques, y aún así...
Cuando bebo tu sangre, me desborda el deseo de beber más...
Yui: Siento la misma cosa... Así que—
Yuma: Sí... Sé que hay una pila de cosas que debemos hacer. Pero—
Déjame ahogarme en tu sangre, solo ahora... *Bebe.*
-Jardín de la mansión Scarlet.-
Reiji: …
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Shu: Es extraño que tú vengas aquí.
Reiji: … ! ¿Desde cuándo has estado ahí?
Shu: Desde ahora. No has notado mi presencia, ¿estás cansado?
Reiji: Ese no es el caso. Sin embargo, ya que hemos perdido a una persona que transporta la comida, hay más trabajo para el resto.
Shu: ¿Te tomaste la molestia de venir a cosechar tú solo? Eres un tipo curioso... Incluso si tenemos otra comida en vez de los vegetales, eso debería ser suficiente para nosotros.
Reiji: De hecho...
… Honestamente, nunca pensé que Yuma se separaría de nosotros.
Shu: Nadie esperaba eso. Parece que ése tipo tiene un espíritu libre, entonces no es del tipo que sigue el ritmo de las masas.
Tú también eras apegado a él, ¿eh?
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Reiji: En realidad, no estoy seguro de eso. Desde que se rebeló contra mí, he cambiado de opinión.
… ¿Por qué clase de motivo crees que se llevó a Eva? No puedo imaginarlo.
Sin embargo, no hay nada más que podemos hacer salvo castigarlo ya que esto ocurrió.
Shu: … Sí.
Reiji: Sin embargo... ¿Por qué tengo la sensación de que tengo una deuda que pagarle a Yuma?
Es como si yo hubiera cometido un error—Como si estuviera consciente de un pecado irreparable.
Shu: Debes estar cansado como pensé cuando me hablaste sobre eso. Te ves pálido.
Reiji: Es solo un pequeño mareo. Pero... descansaré un poco.
Bueno entonces, si me disculpas
*Reiji se va.*
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Shu: … Una deuda que pagar, eh.
Ahora que lo menciona, siento lo mismo. ¿Por qué me siento tan agitado cuando veo a Yuma... ?
Ah... Ugh...
¿Qué fue... ese recuerdo... ?
… No puedo recordar...
-Cueva.-
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Yui: (Me quedé dormida cuando bebió mi sangre... Mi mente aún está un poco confusa... )
(Pero parece que Yuma-kun también durmió un poco así que estoy aliviada. )
Yuma: Como pensé, he sido codicioso... ¿Estás bien?
Yui: Sí, estoy bien. Luces más enérgico que antes, Yuma-kun.
Yuma: ¿Ah? ¿En serio? Bueno, estoy más enérgico si bebo sangre.
Y pude sentirte. Fue como si hubiera flotado en el cielo.
Yui: Ya veo... Eso es bueno.
(Quiero que sigamos abrazándonos entre nosotros por un largo tiempo, pero no podemos... )
Ahora que descansamos un poco, ¿deberíamos movernos otra vez?
Yuma: Sí. Nos salimos de la mansión, ¿entonces qué hacemos ahora... ?
¿Qué estarán haciendo Ruki y los demás? Reiji debió haberles hecho algo porque me escapé.
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Yui: Creo que todos están bien. Porque el verdadero Reiji-san es muy cauteloso.
Con Yuma-kun afuera, debe de estar pensando en su trato con los prisioneros.
Yuma: Entonces está bien...
Por cierto, el jardín de vegetales también quedó sin cuidados.
Yui: De hecho. Espero que alguien más se encargue, pero...
(… Eso sería difícil para los otros miembros. )
Yuma: Si ésos tipos lo arruinan, nunca los perdonaré.
Yui: Los preciados vegetales de Yuma-kun son cosechados allí, ¿verdad?
Yuma: Sí. Los vegetales son preciados... Sería una lástima que el jardín se desperdiciara.
Ese campo era mi único lugar porque pensé que nadie más podría tomarlo.
Yui: ¿Eh? ¿A qué te refieres?
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Yuma: … No sé cómo decirlo, pero...
Hasta ahora, mis cosas preciadas siempre han sido destruidas injustamente.
Mis amigos de los barrios bajos... Ruki, Kou y Azusa quienes aún eran humanos, cuando escapamos del orfanato.
Siempre había alguien que me robaba mis cosas preciadas.
Yui: … !
Yuma: Hubiera sido bueno un lugar que nadie haya alterado ni quitado.
Es por eso que me relaja tener un jardín. Y yo protegería ese lugar.
Yui: Ya veo...
Yuma: Así que traeré todo de regreso. No solo el jardín de vegetales. También a Ruki, Kou y Azusa.
No sé quién carajo nos tendió una trampa, pero lo destruiré.
Yui: Sí... Tenemos que recuperar a todos.
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Yuma: Sí. Así que no podemos permitirnos soñar despiertos aquí para siempre.
Yui: Dicho eso, en este momento todos están en la mansión Scarlet. Solo nosotros estamos afuera.
Entonces no tenemos otro lugar donde ir...
Yuma: Si seguimos huyendo así, eso no nos llevará a ninguna parte, ¿verdad?
Yui: ¿Entonces deberíamos pedir ayuda aquí? ¿Pero quién podría ayudarnos... ?
Yuma: No puedo decirlo.
No tenemos otra opción más que vencer a Reiji y a los demás.
Yui: De hecho... ¿Pero podemos ganar siendo dos contra tres?
Yuma: Oye, no te cuentes a ti. Conmigo solo es suficiente para pelear.
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Yui: D-Después de todo, tienes razón...
(Entonces uno contra tres... Tengo la sensación de que estamos más en una desventaja. Y ellos tienen a Kino-san. )
(No sé quién es Kino-san, pero él disfruta de ponernos en una situación difícil, seguramente... )
Yuma: Al final, será suficiente conmigo solo. Si al menos los demás chicos pudieran hacer un movimiento...
Yui: Ah, ¡ya sé! ¡Tenemos eso!
No necesitamos que tus hermanos recuperen sus recuerdos.
Yuma: ¿Aah? ¿A qué te refieres?
Yui: ¡Podemos abrir las puertas de la mazmorra y hacer que todos escapen!
Si Ruki-kun, Kou-kun y Azusa-kun escapan—
Yuma: ¡Podremos revertir la situación en la que estamos atrapados!
No sé qué lo recuperará, pero hay una forma de vencer a Reiji, Shu y Kino.
Entonces no tenemos más opción que ir a la mazmorra sin ser encontrados por ellos.
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Yui: Sí... ¿Seremos capaces de escabullirnos dentro de la mansión?
Yuma: Debemos hacerlo.
Oye... ¿Tú qué harás?
Yui: ¿Eh? ¿Qué, preguntas... ?
Yuma: Reiji y los demás son bastante cautelosos. No sería extraño que ellos me mataran tan pronto como me encontraran.
Yui: … Sí...
Yuma: Tú eres Eva si que no deberías ser asesinada, pero... No estoy seguro de que ellos no te harían nada.
… ¿Pero aún así me seguirás?
Yui: Por supuesto que lo haré. Porque prometí nunca dejarte atrás.
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Yuma: Hah... Puedo depender de ti, eh. Voy a enamorarme una vez más.
Entonces está decidido. Salgamos del bosque y vayamos a la mazmorra de la mansión.
La táctica de entrar a la mansión déjamela a mí. No debería ser difícil burlar a los aristócratas.
Yui: Sí, dependeré de ti.
Yuma: Sí. Haré que paguen por lo que hicieron.
Yui: ¡Sí!
(Yuma-kun recompuso su mente. Entonces yo también daré lo mejor de mí para convertirme en su fuerza. )
(No sé lo que los demás harán, pero yo haré todo lo que pueda... )
(¡Definitivamente retomaré nuestras preciadas vidas diarias con Yuma-kun! )
-Mazmorra.-
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Kou: Aah-aah, tengo hambre. Es porque Yuma no vino.
Él nos traía comida y de repente se detuvo, qué malo. Es del tipo que guarda rencor contra las mujeres.
Azusa: No moriremos, pero... después de todo... las comidas son importantes para nosotros.
Kou: Es cierto, es cierto. Aah-aah, estoy muriendo de hambre, quiero comer comida casera.
Azusa: … ¿Comida casera? ¿De quién?
Kou: Es obvio, de—
… Quién... ¿Quién era ese?
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Shin: Caray, ésos Violet no se callan. Podemos oír claramente su conversación ya que nuestra celda está al lado de la de ellos.
Ruki: Comida casera, eh...
Shin: ¿Qué sucede, hermano?
Ruki: Nada. De hecho, están siendo ruidosos. También su charla es tan infantil.
Sin embargo, tal vez estoy de acuerdo solo con lo de las comidas.
Shin: ¿Eh? ¿Hablas en serio?
Ruki: Una vez Yuma de los Scarlet nos trajo comida.
Shin: ¿Eh... ? ¿Te refieres a esa sopa? De todas formas, el tenía intenciones ocultas. Tú tiraste la sopa y él se lo merecía.
Ruki: De hecho, pero... él usó buenos vegetales.
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Shin: ¿H-Hermano? ¿Seguro que estás bien?
Ruki: … Estoy seguro. Pero, yo...
Tengo la sensación de que pisé algo que no debería perder...
… ! ¿Qué es este mareo... ?
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hirelingscenario · 5 years
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V
Hola, personas bonitas Y PACIENTES <3
Perdonad que haya tardado tanto, parece que solo me meto prisa cuando un amable Anon me pregunta si estoy viva…
Este capítulo es larguísimo (para mis estándares), pero es que no me parecía orgánico cortarlo en ninguna de las partes que escribí. Espero que os guste y sobre todo espero que os guste lo suficiente como para leer hasta el final.
Por lo demás, ya sabéis que cualquier cosa que me queráis sugerir siempre es más que bienvenida <3 <3
¡Ay y feliz Navidad! (Y Año Nuevo, al ritmo que actualizo…)
*
Llegué al gimnasio media hora antes de lo que me indicó Amber, en un intento de no parecer tan desesperada por ver a Nathaniel. Corría el riesgo de que, al verme ahí, Nathaniel se limitara a dar media vuelta e irse. Pero por mucho que hubiera cambiado, no era algo que me pareciera propio de él.
Me sorprendió descubrir que el gimnasio era de Kim, casi tanto como a ella le sorprendió verme aparecer por la puerta. Nos dimos un abrazo y nos pasamos un rato poniéndonos al día antes de que Kim tuviera que atender a otras personas.
Yo me puse en una bicicleta estática que, por suerte, le daba la espalda a la puerta pero estaba frente a un espejo. Así podía vigilar hasta que llegara Nathaniel.
Cada vez que la puerta del gimnasio se abría, el vacío que notaba en el estómago empeoraba. Pero cuando por fin llegó Nathaniel, todos los diferentes escenarios que había construido en mi cabeza (incluso aquel donde él se largaba y yo tenía que salir corriendo detrás de él) se rompieron en mil pedazos ante la realidad. Cuando entró, tenía una expresión en su rostro que nunca había visto antes. No era rabia, ni enfado. Era odio, simple, puro y virulento.
Saludó a Kim con un rápido gesto de la cabeza y, sin detenerse, se dirigió hacia uno de los sacos de boxeo. Desde donde estaba yo, alcanzaba a ver cómo apretaba tanto la mandíbula que los músculos le sobresalían. Definitivamente, ese no era el momento de acercarme a él.
Sin siquiera ponerse los guantes, Nathaniel comenzó a golpear el saco. No se me ocurría a quién podía estar imaginando que golpeaba, pero si el saco fuera una persona, habría sido difícil reconocer el cadáver.
Tuvieron que pasar casi veinte minutos de golpes ininterrumpidos hasta que por fin, agotado, Nathaniel se dejó caer en un banco junto al saco. El sudor le había empapado la camiseta, y le pegaba el pelo a la frente, pero al menos parecía algo más calmado.
Dudé un momento.
En fin, al menos llevaba puestas las zapatillas de deporte para huir corriendo si se daba la situación. Cogí mi bolsa de deporte y me acerqué a él. Alzó la mirada desde el banco cuando me detuve junto a él.
–¿Cuánto llevas aquí?­– preguntó, todavía con la respiración agitada.
–Lo suficiente para sentir pena por el saco.
Guardamos silencio. Él no parecía muy dispuesto a seguir la conversación, con lo cual sólo me quedaba armarme de valor y lanzarme a lo que parecía iba a ser la disculpa más incómoda de mi vida.
–¿Podemos hablar?
Nathaniel se levantó de golpe. Tan cerca, tenía que levantar la cabeza para poder seguir mirándole a los ojos. Unos ojos que en ese momento me miraban con una mezcla de irritación y desagrado.  
–No es que no disfrute enormemente cada vez que me gritas y te largas dejándome con la palabra en la boca– respondió con acidez–, pero hoy me apetece particularmente poco.
Dicho esto, me dio la espalda y avanzó hacia donde había dejado su toalla.
–Tenías razón cuando dijiste que te abandoné– solté de golpe. Nathaniel se detuvo, pero no se giró. Me di cuenta de que Kim estaba yéndose a la parte trasera del gimnasio y, a parte de otras dos personas con los auriculares puestos, no quedaba nadie más–. Tienes todo el derecho del mundo a irte, pensar que soy… cruel, o una imbécil o lo que sea. Pero al menos déjame disculparme. Por favor.
Vi como Nathaniel dejaba caer los hombros en gesto de resignación. Cuando se volvió para mirarme, ya no había rabia en su mirada, sólo cansancio.
–No creo que seas cruel, ni imbécil– dijo al tiempo que se sentaba en la colchoneta del gimnasio.
Me acerqué y me senté delante de él, aliviada de tener esa oportunidad. Hubo otro momento de silencio mientras yo ponía en orden mis ideas, pero al menos no era un silencio violento.
–No creo que nuestra relación hubiese sobrevivido a la distancia…– comencé.
–Si esta es tu forma de pedir perdón, es espectacularmente mala– me cortó Nathaniel con voz tensa.
–Déjame explicarme. Creí… Y a veces todavía me lo creo, que era muy madura y sensata. Por eso al principio pensé que podría mantener una relación a distancia contigo, pero eso era no conocerme bien a mí misma– mantuve la cabeza gacha, temiendo que si miraba a Nathaniel a la cara en ese momento, se me empañarían los ojos–. Estaba enamorada de ti, pero también era muy infantil. Sentía que para ser tu novia en la distancia, tenía que saber todo el tiempo dónde estabas, qué estabas haciendo, en qué pensabas… Eso es imposible, incluso aunque viviéramos en la misma ciudad. Pero la alternativa me daba miedo. ¿Y si encontrabas a alguien más? ¿Y si te cansabas tener que conformarte con llamadas…?
–Ese miedo también lo tenía yo.
–Lo sé. Y son cosas que también podrían pasar en una relación normal, pero yo no me las plantee hasta que no estuve lejos de ti. No habría podido… Incluso ahora, no podría con una relación a distancia.
Hice una pequeña pausa. Ahora venía la parte jodida.
–En el fondo, lo sabía– reconocí.
–¿El qué..?
Antes de que pudiera responder, vi por el rabillo del ojo cómo se acercaba Kim. Pero supo interpretar bien la situación, porque se limitó a dejar algo a nuestro lado en el suelo antes de irse. La curiosidad pudo conmigo y alcé la vista por primera vez en todo ese tiempo para ver qué había dejado ahí. Era un paquete de algodón, un bote pequeño de antiséptico y unas tiritas. Miré desconcertada a Nathaniel hasta que se me ocurrió fijarme en sus manos. Le había dado la paliza de su vida al saco de boxeo, pero sin ninguna protección, y ahora sus nudillos estaban rojos y llenos de rozaduras, algunas de las cuales supuraban un líquido transparente y sangre.
Nathaniel hizo ademán de ir a coger todo el material, pero me adelanté a él. Tener algo con qué ocupar mi mente haría más llevadera esa conversación. Mojé una bola de algodón en antiséptico y extendí una mano.
Tras un instante de vacilación, Nathaniel puso su mano sobre la mía. La acerqué a mi rostro y examiné de cerca las rozaduras.
–Sabía el daño que te estaba haciendo– dije, comenzando a frotar suavemente los nudillos de Nathaniel. Sus manos secas estaban llenas de callos y pequeñas cicatrices–. Joder, era imposible no saberlo. Tus padres, emanciparte… Todo estaba muy reciente. Cuando me dijiste que querías mantener el contacto, sabía que era porque te sentías solo…
Los ojos comenzaron a escocerme, claro síntoma de que estaba a punto de llorar. Pero tenía que controlarme, aunque sólo fuera porque no podía ponerme a moquear sobre la mano herida de mi ex. Coloqué algunas tiritas donde consideré necesario y, sin preguntar, cogí su mano izquierda para seguir.
–Pero fui egoísta y en vez de pensar en ti, decidí centrarme solo en mi propio dolor. En lugar de decirte la verdad, decirte que me sobrepasaba la situación, me escudé en la ruptura. Fue una excusa para desentenderme de todo sin sentirme culpable. Y no hay más justificación que haber sido inmadura y cruel. Tenías razón, te abandoné.
Guardamos silencio mientras yo terminaba de desinfectar y vendar la mano izquierda de Nathaniel. Yo no había alzado la mirada de sus nudillos en ningún momento, por lo que no tenía forma de ver cómo estaba reaccionando a mi disculpa. Pero que no se hubiera largado en cuanto paré de hablar era un buen signo.
Le coloqué la última tirita sobre un nudillo.
–Lo siento mucho…– susurré.
Como si le hubiera dado una orden a mi cuerpo, las lágrimas que había estado aguantando se desbordaron. No fue un gesto de gran drama ni romance, mis lágrimas no cayeron sobre la mano de Nathaniel como para subrayar mi arrepentimiento. De hecho, tuve que sorber por la nariz de forma patética. Pero noté cómo su mano, que aun no había separado de la mía, me apretaba suavemente.
–Lo entiendo– respondió, su voz a penas un murmullo grave–. A veces yo también quiero desentenderme de todo…
Se inclinó hacia mí. Me avergüenza reconocer que mi corazón se aceleró, creyendo que iba a besarme. Pero apoyó su frente contra la mía, con su respiración cosquilleando sobre mí cuando dijo:
–Gracias.
*
Cuando llegué a mi habitación esa noche, me di cuenta de que no le había dado el libro a Nathaniel. En realidad, tampoco había surgido el momento. Una vez acabamos de hablar y yo me limpié los mocos de forma muy poco seductora con el dorso de mi mano, nos pusimos en pie y nos dirigimos a los vestuarios. Mi reflejo en el espejo era muy poco halagador, con los ojos hinchados y la nariz roja. Me mojé la cara, esperando disimular mi aspecto un poco.
No sabía qué iba a encontrarme a la salida, pero Nathaniel me esperaba apoyado contra una pared. Caminó conmigo hasta la puerta del campus y, cuando nos despedimos su sonrisa volvía a ser la del Nathaniel del que me enamoré en el instituto.
Por supuesto, a la mañana siguiente toda la magia de la situación se había evaporado, y mi mente no podía evitar darle vueltas a los aspectos menos románticos. ¿Por qué había dicho que “quiere” desentenderse de todo, en presente? ¿Entonces habíamos quedado como amigos? ¿Era yo la única que había vuelto a sentir algo al vernos?
Al menos me quedaba la tranquilidad de creer que cuando nos viéramos, el ambiente entre nosotros sería bastante menos tenso de lo que llevaba siendo desde mi regreso a la ciudad.
*
Quedaba solo un día para la clase del señor Zaidi en la que teníamos que presentar nuestro trabajo basado en la improvisación. Tenía algunas fotos buenas, como la de Amber en el atardecer, una de Chani pintando sus cuadros e incluso, sorprendentemente, una de Rosa en la que no salía posando. Pero la mayoría de mis fotos me transmitían la sensación de estar inacabadas sin al menos un pequeño retoque de color, y eso me inquietaba. Solo había unas pocas con las que me sintiera satisfecha “en bruto”, y todavía estaba valorando si retocar el color acabaría con el factor “improvisar” o no.
Esa mañana me había quedado en la habitación para acabar las prácticas de otras asignaturas cuando vi a Yeleen maquillarse. Rápidamente cogí la cámara y eché una foto, creyendo que no le importaría. Pero todavía no sabía calibrar bien la personalidad de mi cocodrilo, que se revolvió hecha una furia.
–¿Me acabas de echar una foto?­– siseó.
–Eh… Sí, para la clase de mañana– tartamudeé. Giré la cámara hacia ella, para enseñarle la fotografía–. Perdona, si no quieres que la use, la borro, pero… Creía que era muy bonita, mira…
Yeleen se acercó a grandes zancadas y me arrebató la cámara de las manos. Ella salía de espaldas, inclinada sobre el espejo de su escritorio, pero aparecía su rostro reflejado mientras terminaba de echarse rímel sobre las pestañas. Yeleen torció los labios en un gesto que ya no era enfado abierto, pero sí me parecía desagrado.
–¿Esto es tu trabajo para mañana?
De pronto me dio un vuelco en el estómago.
–Sí…
Rápidamente, cogí el portátil y se lo tendí, esperando que su gesto se suavizara un poco al ver el resto de fotos que había seleccionado. El silencio en la habitación solo se veía interrumpido por el sonido que hacían las uñas de Yeleen contra el ratón cuando abría o cerraba un archivo. Yo intentaba leer su expresión, pero permaneció impasible hasta que alzó una ceja. Lo poco que me quedaba de calma saltó por los aires, y noté cómo las aletas de la nariz me temblaban cuando empecé a hiperventilar.
Yeleen me devolvió el ordenador.
–No son demasiado buenas, ¿no crees?
Fue la suavidad con la que me lo dijo lo que terminó por convencerme de que la idea de las fotografías había sido espectacularmente mala.
*
En lugar de ir a clase, me pasé el resto del día encerrada en la biblioteca, intentando decidir qué hacer con mis fotos, mi práctica y mi vida en general. Una vez me senté entre tantos libros, fui consciente de que ni siquiera había empezado a trabajar en mi proyecto final, lo que añadió una piedrita más al tejado de mi agobio.
De pronto entré en una espiral de caos y llevé a mi mesa todos los libros que podían servirme como bibliografía para todos y cada uno de los temas que había considerado, desde el más serio hasta el más peregrino. Fui apilando los libros a mi alrededor hasta que construí una pequeña muralla que nos separaba a mi portátil y a mí del resto del mundo.
Apoyé la frente contra la mesa y respiré hondo. La práctica estaba basada en la improvisación, quizás podía improvisar algo decente que presentar al día siguiente en una tarde… Pero mi única habilidad, al menos en la que confiaba lo suficiente como para improvisar, era la fotografía. Dudaba que pudiera organizar un karaoke con chupitos como práctica. Una vez también improvisé unos macarrones brutales con lo que quedaba en la nevera un fin de semana que mis padres se fueron de viaje, pero no podía cocinar para mis compañeros. Necesitaría unos fogones portátiles para llevar a clase y…
Joder, ya estaba desvariando.
Al final solté un suspiro que estoy segura resonó por toda la biblioteca y me resigné a presentar unas fotografías “no demasiado buenas” como práctica al día siguiente. Y desde la más deprimida pero honesta resignación, también decidí qué tema iba a seguir para mi proyecto final. No era el tema más creativo ni apasionado de mi lista, pero al menos seguía siendo un tema que me interesaba mucho y para el que había suficiente bibliografía.
–¿Hola?
Alcé la vista, indignada porque alguien se atreviera a traspasar mi muralla de libros y mal humor para interrumpir mi sesión de autocompasión. Estaba preparada para lanzar mi mirada más hosca, cuando descubrí los ojos verdes del profesor Zaidi mirándome con curiosidad.
Me incorporé rápidamente mientras balbucía algo a medio camino entre la disculpa y el saludo.
–¿Todo bien, señorita Nielsen?
No había forma diplomática de decirle que me había resignado a entregarle al día siguiente un trabajo de mierda, con lo que le sonreí alegremente.
–Todo bien, profesor. ¿Y usted?
Como si hubiera leído mi pensamiento, el profesor Zaidi dijo:
–Espero que no sea mi asignatura la que le haya motivado a emparedarse detrás de todos estos libros.
Ante la certeza de su comentario, no pude sino reír suavemente. Ese hombre parecía ser mago.
–Al menos también será lo que me haga salir– reconocí–. Tengo que encontrar un lugar de revelado de fotos…
–Hay uno aquí mismo, en el campus. Pero está un poco escondido, le puedo acompañar, si le parece bien.
–¿Hay un estudio de revelado en el campus?
–Bueno, al fin y al cabo, es una facultad de arte.
Acepté la oferta de mi profesor de enseñarme el estudio de revelado. Ambos teníamos que sacar algunos libros en préstamo, así que no tuvo que esperar demasiado por mí mientras yo deshacía mi muralla y sacaba cuatro pesados tomos.
–¿Son para su proyecto final?– preguntó él, señalando los libros en mis manos.
–Sí, por fin me he decidido por un tema, pero creo que voy un poco atrasada.
El profesor Zaidi extendió una mano y yo le pasé uno de los tomos, un compendio sobre los museos más antiguos de Europa.
–¿Puedo preguntarle cuál es el tema?
Resoplé suavemente, no porque la pregunta me desagradara, sino porque aun no había sido capaz de resumirla en el papel. Mucho más complicado sería resumirla en palabras.
–Me gustaría poder establecer…– titubeé un momento, muy consciente de la intensa mirada de mi profesor sobre mí. Una vez más, pensé en lo injusto que era que él tuviera esas pestañas tan densas– las bases de un convenio para el intercambio de obras.
Salimos del edificio donde se encontraba la biblioteca y el señor Zaidi me guio tras el edificio del rectorado. Me sorprendió descubrir otro bloque de edificios ahí que yo no había visto todavía.
–Ya existen convenios así– hizo notar él.
–Sí…– respondí con vaguedad, mirando a mi alrededor cuando entramos en un edificio. Había aulas, aunque muy tranquilas en ese momento, y detrás de unas puertas de cristal se adivinaba una cafetería más pequeña que aquella donde solía comer yo. Volví a fijar mi mirada en mi profesor– Pero entre museos muy concretos, y en algunos casos tremendamente ineficientes. Cuando dos museos se quieren prestar obras de arte, pueden tardar meses o incluso años en organizarse. Y a veces hasta se vanaglorian en la cantidad de tiempo que les ha tomado ponerse de acuerdo. Como dos niños caprichosos, pero en lugar de juguetes, se niegan a compartir patrimonio cultural.
Giramos por un pasillo. Al fondo, había una reprografía que anunciaba con un modesto cartel que también hacían revelado de fotografías. Ralenticé mis pasos, temiendo que la calidad del sitio no fuera muy buena y eso arruinara aun más mis pobres fotos. El señor Zaidi notó mi inquietud, porque se giró hacia mí y me esbozó una sonrisa tranquilizadora.
–No juzgue sin conocer.
Al final él tenía razón. Por muy quisquillosa que yo me pusiera con el tipo de papel, con el color de la impresión y los tamaños de cada foto, el alegre dependiente de la reprografía se mostró capaz de complacerme sobradamente. Incluso me permitió imprimir algunas pruebas para ver si me gustaba cómo quedaba el color en el papel. Di mi visto bueno y, mientras esperaba que imprimieran el trabajo, el señor Zaidi y yo seguimos hablando de mi proyecto final. Como todavía tardarían una buena hora en tener mis fotos listas, volvimos sobre nuestros propios pasos hacia la entrada del edificio.
–¿Y cómo pretende que se aplique su idea?
Me encogí suavemente de hombros.
–Lo ideal sería contar con el respaldo de algún organismo internacional, para que los países y los entes privados estuvieran más dispuestos a adherirse a él. Pero la realidad es que me conformaría con salir de esta universidad con suficiente respaldo para que más profesionales e investigadores ayudaran a la elaboración del convenio.
Llegamos a la puerta del edificio, salimos y guardamos silencio. Sentía muchas ganas de seguir hablando con él, porque parecía verdaderamente interesado en mi idea y me apetecía escuchar su opinión. Pero ya me había acompañado a la reprografía y no tenía más excusas para retenerlo.
Le sonreí de forma torpe, sin decidirme del todo entre darle las gracias y despedirme o intentar seguir la conversación. Él me devolvió la misma sonrisa torpe, y sentí que él tampoco encontraba la forma educada de acabar con esa situación. Abrí la boca, dispuesta a despedirme para finalizar ese momento tan incómodo, cuando algo detrás de él llamó mi atención.
Me resultó curioso notar la sangre desapareciendo de mi rostro antes de que mi cerebro terminara de procesar la escena. Era Nathaniel. Esa vez sí que era él, no otro rubio con un abrigo parecido. Estaba besando con bastante ímpetu a una chica que, huelga decir, no era yo.
La frase que iba a decirle al señor Zaidi murió en mis labios, pero rápidamente intenté recomponerme. Volví a posar mis ojos sobre él y le dirigí la sonrisa más luminosa que fui capaz.
El gesto de mi profesor no se hubiera ensombrecido más si en lugar de lanzarle lo que yo creía que era una enorme sonrisa, de pronto estuviera teniendo un ataque de pánico frente a él. Con gesto severo, el señor Zaidi se giró para ver qué me había alterado. Si yo todavía dudaba que reconociera a Nathaniel como el chico al que le había gritado como una histérica unas semanas atrás, mis temores se confirmaron cuando volvió a posar su mirada en mí. De pronto había algo más oscuro tras su expresión, algo cercano al asco. Yo bajé la cabeza, decidiendo todavía si me sentía más dolida o avergonzada.
–¿Le apetece tomar un café?
–¿Perdón?
Volví a alzar la mirada. Mi profesor se había movido ligeramente, y ahora su cuerpo me impedía ver a Nathaniel y a la Otra Chica Que No Era Yo. Señaló con un gesto de la cabeza la pequeña cafetería que había dentro del edificio.
–Aun le queda tiempo antes de poder recoger sus fotos, y me interesaba mucho el tema de su proyecto final.
Titubé un momento.
–No querría…– mi voz se apagó, sin saber muy bien qué decir. Claro que quería aceptar su invitación– causarle más molestias.
Me volvió a sonreír, y noté que el color volvía a subir a mis mejillas.
–Si le soy honesto, a mí me apetece mucho seguir charlando.
Yo también volví a sonreír, algo avergonzada de notar el color en mis mejillas intensificarse. Asentí suavemente y el profesor Zaidi puso una mano sobre mi espalda para guiarme suavemente.
Mientras volvíamos a entrar en el edificio, pude ver el reflejo de Nathaniel en las puertas de cristal del edificio. Había separado su rostro de la chica, y aunque no podía distinguir bien su mirada en el reflejo, sí me di cuenta de que clavaba sus ojos en mi espalda.
Con un quedo suspiro, alcé la mirada hacia mi profesor. Él me volvió a sonreír, y me sorprendió descubrir que en lugar de sentir el frío placer de la venganza, sólo noté un ligero revoloteo en mi pecho.
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kricchoff · 5 years
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Las Cartas de Amor- Eduardo Galeano.
Ellos se conocieron por casualidad, que es como se suelen encontrar los grandes amores, casi siempre por casualidad, por una llamada equivocada, por un encuentro fortuito. A ellos lo que les pasó fue que él había quedado en aquel café con una persona que no vino, y claro, la vio a ella sentada en la mesa del café, radiante, así que, harto de esperar no se cortó un pelo y dijo:
—“ya que he venido hasta aquí, no puedo desaprovechar esta ocasión”.
Se acercó a la mesa y dijo:
—“¿Me permite?”
—“Por supuesto”
Esto solo suele pasar en las historias que te cuentan otros, nunca en la vida real, por lo general cuando dices:
—“Me permites”, dicen
—“De qué”
A lo mejor ella estaba esperando a alguien que tampoco vino, quién sabe, yo qué sé, habrá que inventar otra historia en la que ella le dice “De qué”, en este caso ella lo invitó a él para que se sentase, y él se sentó. Y claro, no había de qué hablar,
—“¿y qué lees?”
Lo malo fue que él no había leído nada del escritor que ella estaba leyendo, mal empezamos, mal, muy mal, por ahí no.
—“Pues bonito día”
Pero enseguida empezaron a profundizar, porque ella dijo
—“Sí, la verdad es que hace un bonito día”
Y aunque no lo hiciera. Pero poco a poco él fue venciendo esa timidez que le caracteriza y fueron profundizando. Al principio él para llamar su atención contó una que otra mentira, que era escritor, luego reconoció que nunca le habían publicado nada, pero eso vino más tarde, cuando ya se conocían más, cuando pasaron del café a la habana con coca cola.
Por entonces ya estaban descubriendo que tenían más afinidades de las que pensaban al principio, y compartían gustos cinematográficos, y por eso él le dijo
—“Oye, y si vamos a ver esta, ¿has visto La vida es bella?” y ella
—“No”,
—“Oye quedamos el fin de semana”,
—“Vale”.
Y aquel fin de semana pues, yo no sé muy bien si para sorprenderla o no, pero el caso es que él rompía a llorar en cada escena en la que aparecía el chaval pequeño, esto a ella le enterneció, yo quiero pensar que era de verdad.
Resulta que coincidían en más gustos, y también en lo musical, y le dijo:
—“Oye, este fin de semana toca Ismael Serrano”,
—“Ismael qué?”,
—“Pero a ti te gustan los cantautores?”,
—“Los de verdad me gustan”.
Pero él le convenció a ella y fueron. Cuando él empezó a cantar aquella de Vértigo, pues se atrevió a cogerle la mano.
Y poco a poco se fueron inevitablemente enamorando, pero no por esto de Ismael Serrano, ni por el Vértigo, quizá más por aquello de llorar con La vida es bella.
Una mañana él se levanta y al abrir los ojos se da cuenta de que está perdidamente enamorado de ella, y quedaron entonces en aquel café en el que se conocieron por casualidad. Los momentos importantes suelen coincidir casi siempre en los mismos sitios, no estoy muy seguro de lo que acabo de decir, pero es una buena frase. Pero fue en aquel café en donde ella le dijo:
—“Sabes, creo que me tengo que ir durante algún tiempo”,
—“Yo te iba a decir casi lo contrario, que te quedaras conmigo para toda la vida”, y ella dijo –“No te preocupes porque yo estaré esperando el día que vuelva para retomar contigo este camino que emprendimos, además, cada quince días puntualmente te mandaré una carta en la que te contaré todo lo que hecho, todo lo que siento, todo lo mucho que te echo de menos, y todo lo poco que nos falta para vernos”,
El dijo que bueno, que vale
—“Pero que si no te vas casi mejor”.
Pero se fue.
Fue entonces cuando descubrió que aquello no tenía remedio y que estaba perdidamente enamorado, que no había ningún elixir que hiciera que la olvidase, que no era cierto aquella de que un clavo saca otro clavo, que a veces es cierto que los amores a primera vista existen, bueno, ¿es que acaso hay otros?.
A los quince días puntualmente llegó la carta de ella toda llena de besos y de caricias, de te echo de menos, él lloró, y esta vez era de verdad. Y guardaba las cartas con mucho cariño encima de la mesilla. Pasaron quince días, y otros quince, y otros quince, y otros quince, y las cartas se iban acumulando. Y su vida consistía en esperar a que llegara el decimoquinto día, abrir el buzón y encontrar la carta de amor en la que ella prometía volver, esperar esa carta en la que ella le diría que volvía pronto. Y pasaron años, muchos años, y ya las cartas casi no cabían en la casa, se compró una gran caja fuerte para guardar todas las cartas, porque eran su gran tesoro, porque vivía para leer las cartas que ella le había escrito, porque ella era lo que más quería, y así pasaron creo que diez años, quince, no me acuerdo.
Y un día ella, sin saber cómo ni por qué, dejó de escribir, y al quince día él se encontró el buzón vacío, y el alma partida en dos.
Ahora solo podía vivir del recuerdo, leyendo las cartas que ella le había escrito con tanto cariño, aquellas cartas eran su mayor tesoro.
Un día él salió de casa, porque tenía que salir, y unos ladrones entraron en su casa. Al ver allí la gran caja fuerte no se lo pensaron dos veces, porque pensaron que debían esconder algún gran tesoro, grandes riquezas, realmente no era. Y se llevaron la gran caja fuerte.
Imagínate la desolación de nuestro protagonista cuando llega a su casa y se da cuenta de que le han robado lo que él más quería, lo que le hacía sentirse vivo algunas tardes de domingo cuando no sonaba el jodido teléfono, cuando releía aquellas cartas y aquellas promesas quién sabe si falsas.
Suele pasar que los ladrones son buenas personas, y este era el caso. Pero imagínate la cara de los ladrones cuando abren la caja fuerte y se encuentran montones de cartas de amor, declaraciones imposibles. El jefe de los ladrones se enfadó un poquito, pues la caja pesaba, y llevarla a la guarida no era moco de pavo.
Nuestro hombre vagaba casi moribundo por las calles de su ciudad, con la esperanza de encontrar alguna carta, a alguien que le hablara de una gran caja fuerte llena de cartas, perdido sin saber ya qué hacer.
El jefe ladrón lo que dijo es que aquellas cartas lo que había que hacer era quemarlas o tirarlas al río, lo que fuera, pero que desaparecieran de inmediato. Pero el más joven de los ladrones era más bueno, y se le ocurrió una gran idea.
Un día nuestro hombre llegó a casa después de estar buscando toda una tarde, y al abrir el buzón ¿Adivina lo que se encontró?... Una carta. Los ladrones habían decidido mandarle las cartas tal y como ella se las había mandado, puntualmente cada quince días, por riguroso orden.
Ahora él resucitaba con la esperanza de revivir aquellos momentos en los que quizá un día leería la carta en la que ella diría:
—“Pronto estaré allí”.
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elmartillosinmetre · 3 years
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Diego Montes: "Todo arte es político"
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[Diego Montes sobre el mercado de la Plaza de la Encarnación de Sevilla. / JOSÉ ÁNGEL GARCÍA]
En tiempos de pandemia, Diego Montes (Córdoba, 1958), clarinetista argentino residente en Sevilla, se refugia en las publicaciones online de música y vídeo
Diego Montes nació en Córdoba, Argentina, en 1958, trabajó muchos años en Alemania, donde tuvo cinco hijos y se convirtió en uno de los más demandados intérpretes de instrumentos históricos (clarinete, corno di basetto) de Europa. El amor lo trajo hasta Sevilla y ahora vive en el Aljarafe, en Salteras (“estoy feliz. De joven quería viajar. Ahora, no; ahora estoy enamorado del pueblo”), donde sigue aprendiendo ("eso es lo que me gusta en mi vida. Me mantiene despierto"), empeñado en encontrar caminos nuevos para su instrumento.
"Está todo ya inventado, en realidad. Esto es música experimental, vale, sí. Pero está todo hecho. En lo que sí se puede innovar es en el peso que des a cada elemento. Y eso me interesa mucho. Estoy convencido de que en Sudamérica se compone distinto a Europa. Hay una impronta distinta a la europea. En Europa la música moderna que baja desde el norte, Francia, y sobre todo, Alemania, está impregnada por mucha tradición y muchas veces eso tiene un peso enorme y se mueve con lentitud. Cada estructura se mueve muy de a poco. Alemania es una campeona del mundo en esas estructuras tradicionales que la van moviendo. Cuando en Alemania presentaban a gente como Frank Zappa o Ernesto Pascual lo presentaban como un jazz moderno. Yo en cambio he visto actuar a Ernesto Pascual o a Egberto Gismonti en Córdoba, Argentina, y el tipo se ponía a tocar con una flauta grandota así quince minutos, haciendo ruiditos, con ritmos, se pasaba a lo aleatorio, a lo moderno. Y yo decía, pero qué está haciendo. Y allí que se reunían mil personas para oírlo. Eso es fascinante".
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"Todas estas obras están hechas directamente con los compositores. Es algo que me encanta. Son todos sudamericanos, nos conocemos, aunque Gorigoitia es chileno, pero trabaja en Alemania, Dirié se instaló en Australia hace mucho, y Biffarella trabajó en el IRCAM. Por supuesto que detrás de esta propuesta está la electrónica vinculada al IRCAM, a lo espectral, pero en realidad, las influencias te llegan ya de todos lados. Es imposible sustraerse. Esto está hecho durante la pandemia y yo colaboré con todos estos compositores de forma tan estrecha y tan intensa que creo que presencialmente no podría haberlo sido más. Todo llega a cualquier parte inmediatamente".
El álbum tiene un título en tres idiomas. "Me lo sugirieron los aeropuertos españoles, donde veía los letreros escritos en tres idiomas: alemán, inglés y español. Por ejemplo: Ausgang / Exit / Salida, y el español, el último, en chiquito. Eso no lo verás en un aeropuerto alemán o inglés, que pongan su idioma el último y en pequeño. Por eso cuando presento el disco en el vídeo, en español lo digo bajito. Me llevó a pensar en los poderes fácticos, en quién domina el mundo. Después de la leyenda negra, a España le toca someterse a eso. Todo arte es político. Toda actividad artística tiene una finalidad política o un entorno político, por más que el compositor no se dé cuenta. La 3ª o la 9ª de Beethoven son obras políticas. Y luego hay otra idea política mía, la de la otredad. Somos distintos pero estamos juntos. Me encantó trabajar con estos compositores, aunque a lo mejor no compartamos ideas, ellos son muy de izquierdas y yo soy un liberal, pero no importa, en nuestras conversaciones allanamos todos los problemas, y me enriqueció muchísimo. Detrás de cada pieza hay mucho intercambio, mucho trabajo. Me enviaban cosas, yo les enviaba propuestas con el clarinete, con la palabra, y en la electrónica yo me dejaba guiar, por supuesto, Biffarella o Dirié son auténticos monstruos de la electrónica, y yo estoy aprendiendo, y así surgieron estas obras".
Entre ellas, hay una del propio Diego Montes, que dedicó a Thomas Stiegler, quien había compuesto para él hace años 1, 2, 3. "Thomas Stiegler es una persona a la que admiro muchísimo. Hice esta obra con la ayuda para la parte electrónica de Ernesto Ojeda, un muchacho de aquí de Sevilla. Yo quería una electrónica que no fuera tan moderna, que permitiera apreciar la estructura que él puso en su obra original, porque realmente me encanta, y así poder ir yo haciendo las variaciones, y salió realmente una cosa muy linda."
Es este un disco, como el otro que acaba de lanzar, aún más experimental, y que se titula Voces con memoria, que no se ha publicado en soporte físico. "Me lo he pensado, pero después tengo 30 o 50 discos, que los voy regalando por ahí,  y para qué los quiero. Cambió todo. Las cosas físicas van a dejar de existir. El mismo hombre va a ser cada vez más etéreo. Esto tiene que ver también con lo que le decía antes. No necesito el disco físico, porque todo está conectado. Escucho lo que quiero en un instante. La información es completa. Hemos llegado a un punto en que no sé si la historia se atrancó, pero de todo esto va a surgir algo nuevo, y me encanta este proceso de globalización que no tiene que ver con la agenda global, sino con un montón de parámetros, y de eso va a surgir un hombre nuevo."
Además de grabar la música, Diego Montes está acompañando cada obra de un vídeo, que tiene también un importante componente creativo. "Sí, aparte de un video de presentación, voy haciendo vídeos para cada obra. Justo estaba ahora con la de Dirié, que habla justamente de esto, del universo, del hombre nuevo. Están todos en youtube, en mi web y en diversas páginas de difusión de arte experimental."
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La pandemia paralizó su proyecto Hausmusik, esa idea de llevar la música en vivo a residencias privadas. "Ahora me han hablado de algunas casas. Pero no lo tengo muy claro. No sé si todavía va a ir gente. Estoy dudando". Pero proyectos no le faltan: "Sigo trabajando con mucho ahínco y entusiasmo. Estoy en dos proyectos más con poetas, uno con Inma Lergo, una gran poetisa sevillana. En la electrónica quisiera entrar más aún, pero eso requiere un trabajo muy grande".
Y parte de su trabajo son por supuesto las grabaciones: "Voy a grabar una obra que Wolfgang Lischke escribió para mí. Se titula Más allá del silencio, una obra para cuarteto de cuerda, clarinete y piano, muy difícil, muy virtuosa. Requiere otras cosas, ya no es tan experimental, se toca de forma más convencional y esa es otra faceta de los compositores de hoy, que son tan actuales como los otros. Todo es música. Cuando yo tocaba música antigua, se hablaba mucho de estudiar, de ver cómo el pasado influye en el presente, pero también se trata de cómo el presente influye en el pasado. Yo interpreto este hecho histórico y toco y escucho en función de lo de hoy. Soy un ser político de hoy. Puedo leer a Leopold Mozart y hacer los trinos así y así, pero dónde estoy yo ahora, en este momento de mi vida, y cómo me relaciono con mi entorno, y por eso me interesa la música moderna y la música experimental... Poder hacer música con ruidos... Eso es maravilloso. Pero ya no se puede decir ruido, porque todo es música".
Además de lo que prepara con Inmaculada Lergo ("que incluirá ruidos, violines preparados..."), Diego Montes tiene en perspectiva otras cosas con su hija Anahí. "Y quiero hacer un cedé que está muy en mi corazón, dedicado a mi antiguo profesor y amigo, César Franchisena, al que dediqué mi disco 1, 2, 3. Descubrí por sorpresa música suya en casa que no está ni editada y me gustaría grabar esa música".
Aunque la mañana se va pasando y el café y el cruasán hace tiempo que se acabaron, aún queda tiempo para alguna reflexión más. "¿Hacia dónde va la música? La globalización la lleva hacia un sincretismo, hacia la mezcla de muchas cosas. Las vanguardias de los años 60-70 fueron importantes. Tuvieron una función crucial. Pero aquello del serialismo integral se acabó. Todos aquellos dogmas. Puedo seguir componiendo con series, claro. Tomo la serie..., pero bueno, ahora me la salto, porque no es tan importante… Me parece encantador lo que estamos viviendo, el desarrollo humano. Lo que he hecho estando encerrado en mi casa, que no nos dejaban ni salir del pueblo, eso era impensable antes. Me he enriquecido muchísimo con todo eso, sin ni siquiera salir de mi casa. Estamos en un cambio de era".
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Arte sonoro. El valor de la palabra
"Siempre me interesó la poesía. Escribo, pero nadie sabe. Esto lo hicimos durante la pandemia. Empecé con mi hija Anahí, ella desde Alemania. Trabajamos con poemas de Morgenstern. Luego incorporamos a Gonzalo Biffarella, y fue a él al que se le ocurrió hacer una versión multilingual, en cuatro idiomas, a partir de textos de Susana Romano Sued. A mí me recuerda a aquellos motetes politextuales del medievo en que se mezclan lenguas pero también significados, sacros, profanos... La palabra es ya en sí misma la música. La palabra tiene un fondo conceptual, pero puede ser solo sonido, como en Girondo, que trabaja con la dureza de las palabras, las ablanda, les quita el significado. Memorias del procedimiento, con textos de Sued, es una obra larga, de casi veinte minutos. Hay mucho trabajo detrás, un trabajo colectivo que tiene que ver con mi idea política, lo que va a surgir del nuevo hombre. Llegó un momento en que Gonzalo me dijo: ‘No puedo dormir, sigo dándole vueltas a todo’. Y me pedía más intensidad con el clarinete, pero realmente yo no podía más. ‘Se me acabaron las municiones’, le dije. Y él seguía insistiendo. La intensidad en una tragedia no es sólo potencia. Y yo buscaba y buscaba, a veces tampoco podía dormir y hablábamos mucho. Esto es Arte Sonoro muy extremo”.
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Voces con memorias se compone de cuatro obras en que el clarinete se mezcla con la electrónica y la palabra: Memorias del procedimiento y Diario de la casa tienen textos de Susana Romano Sued, las Tres poesías parten de otros tantos poemas de Christian Morgenstern y Tropos está compuesta sobre una obra de Oliverio Girondo.
[Diario de Sevilla. 4-10-2021]
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