Tumgik
#segunda piel
zanephillips · 1 year
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Javier Bardem and Jordi Mollà Segunda piel/Second Skin (1999) dir. Gerardo Vera
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evelynnmaria · 10 months
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deepinsideyourbeing · 5 months
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He calls me the Devil (I make him wanna sin) - Enzo Vogrincic
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+18! Needy!Enzo (unos segundos de Sub!Enzo, parpadeen y se lo pierden). Biting, choking, creampie, fingering, masturbación, (breves descripciones de) plus size!reader, sexo oral, sexo sin protección, (kind of) semi-public sex, spit kink, edades no especificadas. Uso de español rioplatense.
El vestido fue idea de Enzo.
Luego de un par de días viéndote batallar frente al espejo e intentando consolarte cuando la frustración te vencía, recordó que la caja que contenía la prenda estaba sepultada en alguna parte del armario. Enzo odiaría que lo malinterpretes y no tiene absolutamente nada en contra de la chaqueta y el pantalón de cuero que pretendías combinar con un top burdeos, pero…
-No, no sé- recuerda cómo empujaste el vestido contra su pecho-. ¿No te parece que es mucho?
-¿Para mí…? Es poco- bromeó,  refiriéndose sutilmente a los atuendos  mucho más atrevidos y extravagantes que utilizaste en ámbitos mucho menos formales.
-No son los Oscar, Enzo, es un concierto de música clásica.
-¿Y?- se mordió el labio-. ¿No te gustó el vestido? ¿Es eso?
-Me encantó, amor, pero…
La inseguridad ensombreció tu rostro por un breve momento, evocando el recuerdo del día en que le enseñaste el vestido en una página web: las únicas fotos exhibiendo el producto eran de modelos utilizando la talla small, un detalle recurrente que te aquejaba a la hora de buscar ropa. Aún puede oír la forma en que suspiraste, entre harta y triste, antes de cerrar la página y bloquear la pantalla de tu celular para arrojarlo sobre la cama.
Normalmente Enzo no se habría atrevido a husmear en tus dispositivos electrónicos, pero esa noche luego de ver tu decepción decidió revisar tu historial. A falta de una referencia fotográfica, optó por confiar en que uno de los talles se correspondía con tus medidas.
-Te queda hermoso- insistió, sosteniéndolo con delicadeza entre sus manos-. Dale, probátelo otra vez.
La forma en que te sonrojaste le pareció tierna, un tanto divertida considerando el tiempo que llevaban juntos y la inocencia del cumplido en comparación con los comentarios que guardaba para otros momentos, los cuales hacían que la sangre de tu cuerpo ardiera no sólo en tus mejillas. Observó cómo deslizabas las tiras de tu camisón por tus hombros y su respiración se entrecortó cuando vio tus pechos desnudos.
El vestido se adhería a tu cuerpo como una segunda piel, los tonos rojos de la seda resaltando tu figura y volviéndote la viva imagen de lo que Enzo llamaría la perdición.
Ahora ese recuerdo lo atormenta y se obliga a mantener las apariencias, ocultando su erección con el programa del concierto y agradeciendo por la tenue iluminación de la sala. Intenta distraerse observando los detalles del lugar, tal como lo hizo desde que llegaron al Auditorio Nacional, y por unos instantes la sincronización en los arcos de la sección de cuerdas de la orquesta es más que suficiente para cautivarlo.
Es entonces cuando siente que te movés en tu asiento y sus ojos se centran en tu figura. Tus manos se encuentran entrelazadas sobre tu regazo, cubiertas por unos delicados guantes de largo asimétrico, y al ver tus dedos jugando distraídamente con el papel no puede evitar pensar en lo bien que se verían envueltos sobre su miembro, su semilla arruinando la seda que oculta tu piel.
El súbito aplauso del público lo saca de sus cavilaciones y está a punto de sumarse al mismo, pero tu mano se cierra sobre la suya a modo de advertencia. Si la calidez de tu palma empeora su estado, la forma en que el vestido abraza la curva de tu abdomen y resalta tus pechos es prácticamente una sentencia de muerte.
-Todavía no- aclarás, señalando con la cabeza hacia el escenario-. Falta uno más.
El primer movimiento de la Serenata para cuerdas de Tchaikovsky le pareció sublime, ¿pero el cuarto…? Le resulta eterno y le cuesta horrores mantener la concentración, por lo que se muerde los labios hasta sentir el gusto metálico de la sangre en su lengua. Comienza a mover la pierna y tu mano acaricia su muslo -probablemente interpretando su agitación como nerviosismo o ansiedad- en un gesto que debería ser tranquilizador, pero que es en realidad todo lo contrario.
La preocupación en tus ojos es evidente cuando encuentran la mancha escarlata en sus labios y te inclinás para examinar el daño, ignorando que el ángulo le permite ver tu escote y el sostén de encaje rojo que contrasta con tu tono de piel. Es el mismo rojo que tiñe tus labios y que difuminaste en tus pómulos, el mismo rojo que en alguna ocasión utilizaste para dejar la marca de tus besos en su pecho, su abdomen y…
Se siente culpable cuando acerca sus labios a tu oído y susurra:
-¿Me acompañás?
La obra concluye y Enzo aprovecha el momento en que otro músico, un pianista, entra en escena. Toma tu mano y te arrastra hacia las puertas de la sala, más de una mirada curiosa posándose sobre ambos y algunos susurros, que te hacen sentir más insegura de lo que lo hicieron a tu llegada: Enzo juró que te miraban porque “¿Cómo no te van a mirar? Si estás hermosa”, pero vos no estás convencida de que ese fuera el motivo.
Ambos llegan a un corredor desierto y cuando Enzo tira de tu mano para guiarte hacia una puerta lateral, lo seguís al interior de la habitación sin hacer preguntas. Te sorprenden los estuches de instrumentos vacíos, desperdigados por doquier, y estás a punto de comentar que la puerta no debería estar sin seguro, pero el ataque de algún instrumento de viento -que no distinguís- en la habitación contigua hace que te sobresaltes.
-¿Qué pasó?- preguntás, recordando el motivo por el cual abandonaron el concierto. Cuando tomás la mejilla de Enzo para examinar su herida, sus dedos aprisionan tu muñeca-. ¿Qué…?
Dirige tu mano hacia su erección, cubierta por un costoso pantalón, sus ojos fijos en tu rostro para examinar tu reacción: tus labios se separan lo suficiente para permitirle ver tus dientes y tu respiración se torna agitada en un abrir y cerrar de ojos, obligándolo a admirar cómo el movimiento hace que tus pechos suban y bajen. Su mirada desciende hasta llegar a tu cadera y sus manos siguen el mismo camino, masajeando con fuerza tu cuerpo antes de atraerte hacia el suyo.
Soltás un gemido y, en algún recóndito lugar de tu mente, te preguntás si las personas presenciando el concierto pueden oírte con la misma claridad con la que oís el piano en este momento.
-¿Ves lo que me hacés…?- pregunta. Besa tu mejilla y sus labios trazan una línea hasta tu cuello, sus besos húmedos y su aliento cálido repercutiendo en tus sentidos-. Desde que llegamos estoy así.
El sonido del seguro llega a tus oídos.
-¿Qué hice?- fingís inocencia.
Su mano se cierra sobre tu cuello y vuelve a besarte, la intensidad de sus acciones provocando que sus dientes rasguen tu labio inferior y su lengua haciéndote gemir cuando invade el interior de tu boca. Se aferra a la parte más ancha de tu cadera con fuerza, como si la cercanía entre ambos no fuera ya suficiente, y su otra mano baja la cremallera de su pantalón.
El sonido provoca un cosquilleo entre tus piernas y mirás a Enzo de manera provocadora mientras tirás del botón de la prenda, la cual cede levemente dejando ver una franja de su ropa interior. Recorrés la tela visible con tu dedo antes de llevártelo a la boca, capturando la seda entre tus dientes para retirar el guante.
-No- te interrumpe-. Dejátelos puestos.
Le dirigís una sonrisa, intrigada y más que excitada por la situación y su petición. Tu mano colándose bajo su ropa interior hace que se muerda el labio y una expresión de dolor atraviesa su rostro, pero cuando cerrás tus dedos sobre su miembro esa expresión se transforma en placer y arroja la cabeza hacia atrás. Comenzás a masturbarlo con lentitud, tu oído atento a la orquesta percibiendo también el sonido de su piel y la aceleración de su respiración.
En cuestión de minutos y bajo las caricias que le suministran tus manos, Enzo se convierte en un desastre: sus dedos se clavan en tu carne y tenés que esforzarte para lograr mantener el ritmo de tus movimientos, el líquido preseminal brotando de su punta humedeciendo cada vez más tu guante y tus dígitos, y su miembro palpita desesperadamente en busca de alivio.
Te detiene antes de que sea demasiado tarde y te guía hacia el pequeño sofá en la esquina de la habitación, apartando unas partituras olvidadas sobre este para tomar asiento y señalar el lugar entre sus piernas. Obedecés inmediatamente, como siempre, y luego de ayudarlo a deshacerse de su pantalón y su ropa interior Enzo decide tirar de la cremallera de tu vestido y despojarte de tu sostén, liberando tus pechos.
Tomás su miembro entre tus manos para centrarte en su extensión mientras tus labios se acercan a la punta para besarla con delicadeza una y otra vez. Su excitación brilla bajo las luces de la habitación y es adictiva cuando el sabor invade tu lengua, haciéndote gemir cuando lo introducís en tu boca y provocando que las vibraciones amenacen con llevar a Enzo al borde del orgasmo nuevamente.
Sus caderas se mueven en contra de su voluntad y su punta golpea tu garganta, llenando tus ojos de lágrimas que rápidamente comienzan a deslizarse y humedecer tus mejillas. Te separás de Enzo, ya que no estás dispuesta a arruinar todo tu maquillaje, pero la solución que encontrás logra arrancar un gemido de su boca antes de que pueda procesar la imagen frente a él.
-Dios…- dice entre dientes, cubriendo su rostro con una mano luego de ver cómo rodeás su miembro con tus pechos y escupís sobre su punta. Recuerda todas las ocasiones en que lubricó el interior de tus muslos y se deslizó entre ellos hasta el agotamiento, oyéndote suplicar por un poco de placer a cambio y prometiendo hacer lo imposible para merecerlo-. Lo hacés a propósito, ¿no?
Permanecés en silencio, pero Enzo recibe una respuesta cuando tus manos presionan aún más tus pechos. Su excitación comienza a ser cada vez más abundante, gotas de líquido incoloro cayendo desde su punta hasta el largo de su miembro y entre tus pechos, llenando la habitación de los indecentes sonidos húmedos que tanto disfrutan ambos. Sus dedos contrayéndose sobre el sofá y sus nudillos blancos hacen que te detengas con una sonrisa de satisfacción.
Toma tu cabello entre sus dedos y se acerca peligrosamente a tu rostro, su pulgar delineando tu labio inferior y haciéndote sisear cuando toca la herida que sus dientes dejaron allí. Tira de tu cabello hasta posicionarte en un ángulo doloroso y te observa, el cabello cayendo a los lados de su rostro haciendo que se vea aún más imponente, y luego escupe en tu boca. Le enseñás tu lengua, su saliva mezclándose con la tuya, y tragás.
Te conduce hacia el otro extremo de la habitación sin delicadeza alguna y presiona tu cuerpo contra el espejo en la pared, el efecto de la superficie fría evidenciándose en tus pezones. Con movimientos lentos, Enzo toma el dobladillo de tu vestido y comienza a arrugarlo entre sus manos, descubriendo centímetro a centímetro de tu cuerpo y maravillándose como si fuera la primera vez que te ve.
Intenta no perder la razón al ver el encaje rojo cubriendo tu intimidad… Pero él es un hombre débil y vos, la tentación.
Se arroja sobre sus rodillas sin pensarlo y comienza a morder tus piernas con fuerza, haciéndote gemir y lloriquear debido a la sensibilidad, utilizando su lengua posteriormente como si fuera suficiente para aliviar las zonas abusadas. Aparta la prenda que lo separa de tu centro y observa cómo la humedad que cubre tu piel se adhiere en forma de hilos brillantes a la tela.
Introduce un dedo en tu interior mientras reparte besos y mordidas en tus muslos. Te oye gemir contra el espejo y sabe, aunque no puede verte, que tal imagen podría pertenecer al paraíso. Debería, asegura al introducir otro dedo y sentir tus paredes contrayéndose cuando los curva para dar con tu punto dulce, la resistencia de tus labios nula ante tus gemidos, jadeos y suspiros.
Los sonidos obscenos que producen los dedos de Enzo en tu cavidad no se comparan con la imagen entre tus piernas, tus fluidos cayendo sobre sus dedos hasta llegar a sus nudillos e incluso su muñeca. Tus piernas tiemblan y tus manos masajean tus pechos, imitando los movimientos que tu novio suele repetir para brindarte el máximo placer.
Tus rodillas están a punto de fallarte y le suplicás, pero cuando Enzo se detiene y te deja respirar la sensación de vacío junto con la desesperación te inundan. Encontrás sus ojos oscuros a través del espejo, un leve asentimiento de su parte que pretende ser un consuelo, y arqueás tu espalda para darle mejor acceso a tu entrada.
Sostiene el vestido, la tela arrugada a la altura de tu cintura, mientras acaricia tu entrada y tu clítoris con la punta goteante de su miembro. Suspirás al sentir su calor y el suspiro se vuelve un gemido cuando comienza a empujarse dentro tuyo, recibiendo el ardor que provoca su tamaño en tu entrada estrecha.
-Enzo...
-Sí, amor, ya sé- dice entre gruñidos-. Querés más, ¿no...? Vos siempre querés más.
Y él está dispuesto a dártelo todo.
Sus movimientos son delicados y mínimos para permitir que te acostumbres a la sensación, pero eso se acaba cuando ve tu expresión prácticamente pornográfica en el espejo. El placer dibuja en tus cejas una curva que acompaña la caída de tus párpados y tus labios entreabiertos permiten que un hilo de saliva caiga por tu mentón.
Desesperado por sentir más, comienza a penetrarte con fuerza y en profundidad. Adora los sonidos que dejan tu boca y aún más los que produce tu cuerpo al colisionar con el suyo, así como también adora ver los movimientos de tu carne como consecuencia de cada impacto originado entre las caderas de ambos.
El ritmo de sus estocadas es cada vez más rápido en contraste con la música (ahora muy lejana, como si la sala se encontrara a kilómetros de distancia) y te fuerza a sostenerte para no perder el equilibrio, pero la tarea resulta casi imposible cuando sentís la forma en que su punta abusa de tu cérvix de manera placentera.
Su mano repta por tu espalda y acaricia tu cuello antes de cerrarse sobre el mismo, la presión que ejerce mínima pero aún presente como un sutil recordatorio. Volvés a encontrar su mirada.
-Voy a...
-Sí- se limita a contestar. Arroja la cabeza hacia atrás.
Continúa embistiéndote hasta sentir las contracciones de tu interior caliente y te permite tocarte sólo después de atraer tu cuerpo hacia el suyo, con tu espalda sobre su pecho y su brazo rodeando tu cuello. Su otra mano sostiene tu cadera y se hunde dolorosamente en tu piel, amenazando con dejar alguna que otra marca.
El ángulo actual te deja sentir cada detalle de su miembro en tu interior y no pasa mucho tiempo antes de que llegues a tu orgasmo, con sus dedos aprisionando tus mejillas para mantener tu vista al frente, la imagen de tus pechos saltando de arriba abajo casi tan hipnótica como el rostro de tu novio al ver la escena.
Cuando Enzo alcanza su propio clímax sentís sus dientes mordiendo tu cuello antes de percibir cómo su semen caliente te llena por completo. La sensación es suficiente para causarte otro orgasmo, más breve pero de mayor intensidad.
-Te amo- dice Enzo contra tu piel-. Te amo, te amo, te amo.
-Yo también te amo- tomás su mano y la llevás a tus labios-. Mucho.
-¿No tenía razón?- oculta su sonrisa tras tu hombro-. El vestido era una buena idea.
Estás a punto de darle la razón, pero te interrumpe el sonido de alguien tocando la puerta.
-Te voy a matar- jurás, apresurándote para acomodar tu ropa.
Enzo sólo suelta una carcajada.
Notas de Lu:
La inspiración para el vestido, estoy completamente obsesionada. Espero hayan disfrutado la lectura y si ven algún error..., un hechicero lo hizo ♡
taglist: @madame-fear @creative-heart @recaltiente @llorented @chiquititamia
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olee · 8 months
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Piel Canela | Enzo Vogrincic
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Parte II de “City Boy”
¿Cómo sería salir con Enzo?
Personalidad:
- Enzo valora la paz y la tranquilidad como aspectos fundamentales en su vida. Para él, los momentos más significativos se experimentan al llegar a casa y reconocer el hogar con la afirmación interna de "yo vivo acá". Su aprecio por la naturaleza se manifiesta especialmente junto al mar o en la montaña, donde disfruta observar cómo el tiempo avanza. Estos entornos le brindan la serenidad que considera esencial para su bienestar (Folie).
- En estos días, Enzo encuentra un especial aprecio por la privacidad y anhela pasar más tiempo contigo. Cuando tiene momentos libres, te llama y te busca, guiándote hacia lugares apartados donde puedan disfrutar de charlas íntimas y compartir afectuosos momentos de manera discreta. La búsqueda de esos espacios escondidos refleja su deseo de fortalecer la conexión contigo en un ambiente más personal y reservado.
- Por supuesto, Enzo no dejará de compartir contigo sus rasgos característicos en el ámbito teatral. Siempre te sorprenderá con bromas, actuando de manera cómica y excesiva para agregar un toque de diversión a sus interacciones contigo.
- Para Enzo, su cámara vintage ocupa un lugar central en su vida. Ama capturar imágenes únicas, especialmente cuando busca el sentido de la vida a través de su lente. Es decir, aprecia las pequeñas cosas y siempre comparte contigo sus reflexiones sobre las fotos que ha tomado, ya sea en el autobús, en el parque, en la calle o cualquier otro lugar
- Obviamente, la fama no le afectará a Enzo; sin embargo, él se está dando cuenta de lo popular que es ahora y de lo surreal que es tener casi dos millones de seguidores. Tú, en la realidad, estás procesando la situación al ver cosas muy extrañas, sin entender cómo la gente ha obtenido esa información. Pero, a pesar de todo, Enzo, siempre dramático y filosófico, te dirá: “La vida, ¿sabes?, sigue su rumbo como un río que no se detiene, aunque a veces nos parezca más enredada que una milonga triste. Pero en el fondo, siempre avanza, como un mate bien cevado en la ronda de la existencia, con sus momentos amargos y dulces. Y ahí estamos, simplemente tratando de entender el compás de esta candombe llamada vida”, y tú, muerta de la risa!
- El lenguaje de amor principal de Enzo son las palabras de afirmación; es decir, Enzo maneja el vocabulario de manera perfecta. Siempre te habla de una manera encantadora, romántica e inteligente. La humildad de Enzo es tan notable que cada vez que te dice: “Qué guapa estás, te amo”, simplemente te hace derretir a millas.
- Sin embargo, aunque el contacto físico no sea su principal lenguaje de amor, Enzo es súper cariñoso contigo. Afortunadamente, no es muy público en sus demostraciones afectivas; él siempre te besará y te tocará en los momentos más íntimos y privados. Es decir, su enfoque en el tiempo de calidad se posiciona como su segunda prioridad en el lenguaje del amor.
- A Enzo le encanta bailar en la cocina y hacer comedia con Uma y Ada; estos son tus momentos favoritos, especialmente cuando te abraza internamente diciendo, 'Mi chiquitita' o 'Mi gorditaaaa'. Esos momentos seguramente crean un ambiente lleno de alegría y conexión.
Artistas que pegan con Enzo y sus canciones:
Enanitos Verdes - “Mi Primer Día Sin Ti”
Los Abuelos de la Nada - “Mil Horas”
Alfredo Zitarrosa - “Doña Soledad”
Los Olimareños
Mercedes Sosa
Soda Stereo
Maná
Calle 13
Silvio Rodríguez
Eydie Gormé - “Piel Canela”
Los Panchos
Peso Pluma, Anita - “BELLAKEO”
Banco Palamera - “Sola Con Mi Voz”
Rita Payés
Rauw Alejandro - “Sexo Virtual”
Simona - “Esfera de Amor”
El Canto del Loco - “Un Millon de Cicatrices”
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chiquititamia · 6 months
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Lo más dulce
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Enzo Vogringic x female oc +18
Este es mi primer fanfic, he intentado muchas veces pero esta es la primera que logro terminarlo. Seguramente tenga muchos errores, pero ahí les va. Les pido que me digan qué les pareció y si quieren una segunda parte, sí? Disfruten :)
warnings: sexo oral, todo muy explícito
Era un hermoso día de primavera, de esos en los que de repente te das cuenta de que el viento ya no es frío. Un dulce olor a flores inundaba las calles empedradas del pequeño pueblo de montaña en el que el cast de La sociedad de la nieve se había instalado durante el rodaje.
Tenían el día libre, así que Enzo había decidido dar una vuelta al mediodía. Su bicicleta rodaba por las calles bajo el sol, había olvidado lo agradable que es pasear de esa manera. Tan sólo el sonido de la cadena de la bici y de las cigarras llenaban el aire, al fin y al cabo, era la hora de comer y la gente se encontraba en sus casas protegiéndose del sol.
Hablando de eso, Enzo notó un pequeño gruñido en su estómago, el hambre comenzaba a formarse, sería mejor que encontrase un sitio donde comer.
Dejaba que la bicicleta le llevase pasivamente, sin pedalear, aprovechando una ligera cuesta hacia abajo.
Al doblar una esquina, no podía creer sus ojos: ¡un restaurante vegetariano! En un pueblo tan pequeño no esperaba algo como eso. No se lo pensó dos veces. Apoyó su delgada bicicleta en la puerta del humilde establecimiento, sin sentir la necesidad de atarla, ya que la honestidad y amabilidad de la gente no habían hecho más que acompañarlos durante su estadía allí. De todas formas, no había nadie a la vista.
Nada más entrar al pequeño restaurante, sintió el alivio inmediato de la sombra en su piel, caliente por el sol. Dentro se estaba fresco, y un maravilloso olor a comida le enamoró, no podía creer su suerte.
Tan sólo había cuatro mesitas de madera en ese local tan lindamente decorado. Junto a la barra, una vitrina albergaba deliciosos postres caseros: lo que parecía ser una tarta de zanahoria, una de chocolate y pequeños pasteles de manzana y crema. Los ojos de Enzo brillaban devorando los manjares ante él.
Una dulce voz le sacó de sus pensamientos.
¿Hola, puedo ayudarte?
Una hermosa chica de melena larga y negra le miraba con ojos curiosos, sonriendo. Llevaba una camiseta de tirantes y una falda debajo de un pequeño delantal. Ella debía ser la dueña del local, pensó Enzo.
Buenas, sí, eh…
¿Qué le pasaba? ¿Desde cuando era así de tímido frente a una mujer? Las palabras no le salían, lo que le hizo patearse a sí mismo mentalmente por que tenía que estar quedando como un tonto ante ella.
Ella se rio ante la falta de palabras del moreno.
¿Tienes hambre?
Soltó una risa.
Sí, sí… muchísima, vengo de pasear con la bici…yo… - explicó casi tartamudeando, con media sonrisa.
Bien, ¿por qué no tomas asiento y te traigo una carta y algo de beber?
Enzo tragó duro, y asintió mirándola fijamente. Ella, se dio la vuelta grácilmente provocando un soplo de aire perfumado con su melena. El olor a coco y mango de su champú no hizo si no despertar aún más su hambre, aunque quizás no tanto la que aquejaba su estómago.
Cuando se sentó, el uruguayo dejó su mochilita de tela en el asiento libre que tenía al lado. Sacó su móvil y comprobó sin mucha sorpresa que no tenía nada de cobertura y apenas batería, pero tampoco le importó, no tardaría en comer y volvería con los chicos a su residencia.
Antes de que se diera cuenta, la chica había regresado con un menú y un vaso de agua helada, lo cual él agradeció profusamente.  Si bien no había muchos platos entre los cuales elegir, todos sonaban estupendamente para su estómago vacío, con el plus de que no tenía que limitarse entre una o dos opciones como normalmente, ya que casi todos los platillos eran veganos o vegetarianos. Se decidió por lo que más le apetecía: Wok de noodles con vegetales, salsa teriyaki y aceite de chile tostado. “Suena bárbaro”, pensó.
Enzo observaba discretamente a la que parecía ser la dueña, la camarera y la cocinera, todo en la misma persona.  La chica danzaba en la cocina entre los fogones, manejando con soltura los utensilios; alguna llamarada ocasional salía de debajo del wok, alarmándole, pero ella parecía esgrimirlas como una hechicera, sin miedo.  
No puede evitar reparar en como sus caderas y su trasero se contonean con los movimientos. “Quizá esté escuchando música” se dijo Enzo, no comprendiendo si no, el ritmo hipnótico de su cuerpo.
Y aquí está – dijo ella depositando el plato humeante frente a él.
Muchas gracias, tiene una pinta buenísima…
La camarera volvió detrás de la barra tras desearle buen apetito a su único comensal y él comenzó a devorar el plato con gusto.
Las miradas entre ambos no eran directas, si no veladas e intermitentes. Ella fingía no prestarle atención y dedicarse a sus tareas, mientras que él trataba de limpiarse constantemente la boca con la servilleta para no tener además de todo, pinta de boludo con la cara manchada de salsa.
¿Estaba loco o ese era el mejor plato que había comido en su vida? Quizás tan solo estaba hambriento… ¿O era porque ella lo había preparado?
Cuando hubo terminado el plato se levantó tomándolo y lo llevó a la barra junto con su vaso, también vacío, para ahorrarle a la chica el viaje hasta la mesa, siempre tan galante.
Ella sonrío y sacó el ticket de la caja registradora. Él le devolvió la sonrisa y le sostenía la mirada mientras buscaba su billetera en la pequeña mochila de tela.
Más pronto que tarde, su rostro se tornó preocupado. No puede ser. Su cartera no estaba más ahí. Un pensamiento le cruzó la mente como un rayo. Esa misma mañana la había cambiado de sitio a una riñonera nueva. Lo había olvidado completamente. ¿Qué carajo iba a hacer ahora?
No era muy difícil adivinar qué estaba sucediendo, él dirigía su mirada al fondo de la maldita mochila y después a los ojos de la chica, frenéticamente.
Te juro que no sabía, yo… A-ahora mismo voy a buscar mi bille-
Es que estaba por cerrar -dice la camarera sin perder la sonrisa, como divertida por la situación.
Entonces esta noche, y-yo … mierda, lo siento mucho­­- Enzo notaba sus mejillas y todo su rostro ardiendo por la vergüenza, se sentía como un idiota.
¿No se te ocurre otra forma de pagarme? - ronroneó ella.
Enzo se quedó congelado, aunque a decir verdad estaba totalmente acalorado. No podía ser que estuviera escuchando lo que acababa de escuchar. Pero tampoco cabía la posibilidad de que se estuviera refiriendo a ninguna otra cosa, ¿no?
Todas sus dudas se derritieron cuando ella paseó su mano por el pecho de él, acariciando el borde de su camisa.
¿Eso querés? -trató de sonar confiado.
Ella se mordió el labio, respirando el aliento cálido de él.
Enzo no esperó a que ella respondiera, pues sus ojos ya le estaban dando la respuesta que buscaba, y que en el fondo había anhelado desde que entró en el pequeño restaurante.
La verdad que me he quedado con ganas de algo dulce… ¿sabés, chiquita?, como con hambre de algo vegano ¿entendés?
En ese momento él lanza una rapidisima mirada por la ventana del local para comprobar que no haya nadie cerca que vaya a interrumpirles. No hay nadie. Entonces, como si algo en su cuerpo y mente hubieran mutado repentinamente, Enzo toma su rostro entre las manos con una firmeza que ella había intuido, pero que no había experimentado hasta ahora. Se lanza a besarla sin ambajes, como si no fuera la primera vez que lo hace con ella, como si ya supiera qué es lo que le gusta, qué tiene que hacer para derretirla. Su lengua entra en su boca de forma imparable, la diferencia de tamaños entre sus cuerpos cobra importancia desde ese mismo momento, siente que la va a devorar. Si bien hasta ese momento ella había llevado la voz cantante con su actitud de femme fatale, eso ahora no le servía más. Él era el que estaba al control, sus labios guiaban a los suyos, contenía su mandíbula como una pequeña jaula donde introducir su lengua como una serpiente. Lo único que ella podía hacer era intentar seguir su ritmo y disimular lo muchísimo que le costaba no empezar a gemir.
Sin casi darse cuenta, él la había ido empujando hacia el interior de la cocina, habían caminado al unísono enredados en un nudo de cuerpos en el que ya casi no quedaba ninguna pena.
Pasó sus grandes manos por su cintura mientras seguía besándola, redondeando sus formas. Agarró sus gluteos por debajo de la falda. Ella se felicitó a sí misma por haber escogido sus braguitas negras de encaje para ese día, por ninguna razón en especial. Enzo metió sus dedos por debajo del elástico que abrazaba sus caderas, amenazando con bajarlas en cualquier momento.
Me estabas poniendo malo, nena, ¿sabías?
Ella aprovechó el pequeño respiro que le dio a su boca para contestar un leve “sí”
Ah, sí, eh? Mirá vos… - sonaba divertido, pero también desafiado.
Sin ningún esfuerzo colocó sus brazos debajo de sus muslos y la subió a la encimera, junto a los fogones. Ante eso, ella no pudo contenerse más y gimió sin poder evitarlo, mientras clavaba sus uñas bien cuidadas en la nuca de él, de donde se estaba agarrando.
Me vas a dar algún dulce, gatita? Mirá que tengo mucha hambre…
Ella asintió rápidamente, como una niña obediente.
Sí…? - Decía mientras depositaba besos húmedos por su cuello, ¿qué me vas a dar? – ronrroneaba entre cada lamida.
Ahh…yo…
No podía parar de gemir, ninguna palabra, y mucho menos frase coherente iba a salir de su boca, simplemente no podía pensar, no mientras su lengua caliente recorría su cuello, no mientas sus manos invadieran el interior de sus muslos como si fuera el pan que ella misma había amasado esa mañana, sobre esa misma superficie. Sentía que estaba arruinando su ropa interior, no recordaba haber estado así de húmeda jamás.
 ¿Y? ¿qué me vas a dar? -comenzó a bajarle las bragas por la cintura ¿Una frutilla? ¿Eso tenés? – en lugar de pedirle que se levantara para poder sacarle la ropa interior la recostó en la encimera, tumbándola ligeramente, deslizando la prenda ya empapada por sus piernas.
Sin pedir permiso, abrió sus piernas para contemplar lo que sus bragas, ya tiradas por el suelo escondían. Enzo tragó saliva, provocando que su nuez se moviera por su garganta deliciosamente. De forma involuntaria apretó la mandíbula, había encontrado el postre más rico del restaurante.
¿Esta frutilla es tuya?- la miró a los ojos mientras un pulgar delíneaba sus labios ahora expuestos, como si nada.
Ella atinó a asentir con ojos suplicantes.
No,… no es tuya, es mía, chiquita. Es mía y me la voy a comer, ta? ­­– nunca una corrección le había parecido tan bien.
Sin más preámbulos bajó su cabeza hasta enfrentar su centro, que estaba húmedo estaba claro, pero es que además emanaba calor, parecía palpitar con deseo.
Y entonces empezó a comer.
Empezó a comer, comer y comer.
Abría la boca y manejaba su lengua como si en realidad le estuviera dando un beso francés, solo que en una boca distinta. Se introducía en ella como si no dispusiera de nada más que esa parte de su cuerpo para satisfacerla, con avidez.
Ella se deshacía en gemidos, no se retenía más, le daba igual gritar, sabía que nadie podía oirla, a esas horas no había nadie en la calle, no bajo ese sol abrasador. Pero, si así fuera, ¿sería capaz de parar?
Claro que no, aunque quisiera no podría pararle. Su boca mamaba de ella como un cachorro hambriento, no podría apartarle. Y sinceramente no querría por nada del mundo.
Qué rica que estás nena, sabes a miel … - dijo mientras introducía su dedo corazón en su vagina, con maestría, sin parar de lamer, en perfecta sincronía, como si su lengua y su mano fueran entes separados que sabían actuar de forma perfecta e independiente.
No faltaba mucho tiempo para que llegara a su clímax, lo notaba formándose en su bajo vientre, si seguía así no iba a durar nada.
Me voy a…!
A venir? Venite, princesa, vamos…- paró dolorosamente un par de segundos para pronunciar esas palabras, y al volver a tocarla con su lengua ella no pudó más y explotó en su boca como un fuego artificial. Grandes oleadas de placer arrasaban en ella, que gritaba y gemía. Él notaba como el único dedo que le había introducido quedaba aprisionado y recibía apretones entre sus paredes que pulsaban en su orgasmo. No lo sacó hasta que ella le hizo un gesto, recostándose ,agotada y sudorosa en la superficie donde normalmente trabajaba.  
Aún le costaba recuperar el ritmo normal de su respiración, y por una vez, su mente no se encontraba preocupada por tonterías como si estaba despeinada, o qué le había parecido al otro su ropa interior o si había gemido suficientemente sexy. Esta vez su cuerpo simplemente estaba anegado por el placer tan animal que Enzo le había provocado. Todo lo demás no importaba.
Él se había parado y se estaba echando el pelo hacia atrás, también estaba sudando. Gracias a Dios que un pequeño ventilador metálico les estaba apuntando a los dos, de lo contrario habrían muerto de calor.
Qué linda que sos, muñeca.
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46snowfox · 2 months
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Diabolik Lovers More Blood Anime DVD II CD
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Cv: Takashi Kondō, Daisuke Hirakawa, Ryohei Kimura
[Este escenario ocurre tras el capítulo 6 y antes del 7 de la segunda temporada del anime de diabolik lovers]
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*bajando de la azotea*
Subaru: Tch… Maldita sea… que estupidez…
Laito: ¿Eh~? ¿Subaru-kun? ¿Qué hacías en la azotea?
Subaru: No es asunto tuyo.
Laito: *olfatea* Oh, este olor… es de bitch-chan…
Subaru: ¡!
Laito: Hm~ ya veo. ¿Estuviste “divirtiéndote” con bitch-chan aquí en la azotea? No te culpo, hemos estado muriendo de hambre desde que ella se fue, pero es injusto que la monopolices.
Subaru: ¡No fue así! *golpe* Maldición… me sacas de quicio.
Laito: Aah… Ya dejaste un agujero en la pared… Siempre tienes cambios de humor muy agresivos… ¿O acaso estás excitado tras haber bebido la sangre de bitch-chan luego de mucho tiempo? Nfu~.
Subaru: ¿Ah? Claro que no.
Laito: Hm… ¿Entonces estás malhumorado porque ellos se llevaron a bitch-chan?
Subaru: Esos tipos me fastidian, solo eso.
Laito: Además, que ella haya venido junto a esos chicos, ¿significa que ahora viven juntos? Está presa en casa de ellos, en donde le hacen lo que quieran durante la mañana, tarde y noche… Se la pasan de uno a otro para succionar su sangre… Ah, tal vez los cuatro beben a la vez, nfu~.
Subaru: …Cállate…
Laito: Al principio bitch-chan debe de haberse negado, pero al final seguro cedió. Aah~. ¿Qué cara habrá puesto mientras succionaban su sangre? ¿Qué voz tan sucia habrá alzado? ¡Ah! ¡Me excita solo pensarlo!
Subaru: ¡Te dije que te calles!
Laito: No te enojes Subaru-kun.
Subaru: ¡Calla! ¿A ti no te importa que ellos hagan lo que quieran?
Laito: No sé. La rutina es aburrida, así que disfrutaré esto como un cambio de aires, aunque…
Subaru: ¡Hmph! Entonces no te importa que esos “Mukami” nos la roben.
Laito: ¡No es eso! Mira que eres testarudo.
Subaru: Tch… Y tú te tomas todo a broma.
Laito: Es mejor disfrutar cuando se puede, es por eso que primero aprovecharé de reírme. Bueno, creo que yo también iré a beber su sangre. Bitch-chan sigue en la azotea, ¿no?
Subaru: No vayas…
Laito: ¿Eeeh? ¿Por qué no? ¿No te parece injusto que solo tú tengas un buen recuerdo?
Subaru: Él sigue allí…
Laito: ¿Él…? ¡Oooh! ¡Ya veo! Así que es por eso que estás tan irritado. Entonces bitch-chan está disfrutando de lo que Kou Mukami le está haciendo.
Subaru: Kgh…
Laito: Tú succionaste su sangre… y él también… Aaah~. ¿Cómo se sentirá bitch-chan ahora?
Subaru: Hijo de—
Laito:  Colmillos ajenos a los míos perforan la piel de bitch-chan… Nfu~. Me estoy emocionando.
Subaru: ¡Pues excítate cuanto gustes pervertido de mierda!
Laito: ¿No vendrás Subaru-kun?
Subaru: ¡Cállate! ¡No me hables! *baja las escaleras*
Laito: Bueno, ya se lo dije a Subaru-kun, pero monopolizar a alguien no es divertido, así que iré a ver a bitch-chan~. *sube a la azotea* ¡Ah! ¡Oye! ¡Bitch-chan se desmayó! Si succionas su sangre hasta dejarla así vas a matarla.
Kou: ¿A qué viene eso? Esto no es asunto tuyo. Además, nosotros apreciamos a la gatita masoquista a nuestra manera.
Laito: Hmm… Pues yo la veo en bastante mal estado… Veo que los Mukami son bastante violentos al succionar sangre.
Kou: Lo último que quiero es que un Sakamaki me diga eso. Además, no fui el único que succionó.
Laito: ¿Hablas de Subaru-kun?
Kou: Sí, él fue mucho más violento, así que no me reproches solo a mí, también quéjate con Subaru-kun.
Laito: Entonces… te quedaste callado y observaste como Subaru-kun te arrebataba a bitch-chan.
Kou: No lo malinterpretes, yo solo se la cedí al pobre Subaru-kun que era incapaz de decir que quería a la gatita masoquista, a pesar de que se moría por ella.
Laito: Hmm… *se acerca* Aun así… Fufu… Tienes un gusto bastante retorcido.
Kou: ¿Ah?
Laito: Mordiste por encima de las marcas que dejó Subaru-kun, es como si gritaras que eres un posesivo.
Kou: ¿Por qué eso significaría que soy posesivo?
Laito: Te molestó ver que intentaran quitártela, ¿no? Supongo que esas emociones triviales son normales en alguien que alguna vez fue humano.
Kou: Deja de sacar conclusiones… Por cierto, ¿sabias que éramos humanos?
Laito: Me lo imaginaba por su olor. Además, ¿qué pretenden hacer con bitch-chan? Ustedes son sospechosos…
Kou: Eres extrañamente perspicaz, Laito-kun. Tarde o temprano lo sabrán.
Laito: Hmm…  Parece que esto me servirá para matar el rato. Cambiando el tema… bitch-chan sigue sin despertar. Y yo que pensé que nos podríamos divertir los tres…
Kou: Increíble… ¿De verdad te gustaría eso?
Laito: ¿Sabes? Me gusta verla jadear gracias a mis colmillos, pero también quiero verla gemir por culpa de los colmillos de otra persona.
Kou: Tú eres el de los gustos retorcidos.
Laito: Ah, pero no la mates. Quiero jugar con bitch-chan luego de que ustedes se diviertan con ella.
Kou: Eres tan repugnante que me das nauseas, como era de esperar de un niñito de la nobleza… Además, antes dije que no iba a dejar que la gatita masoquista muriera.
Laito: Imagino que vuestros planes no funcionarían si ella muere.
Kou: Quién sabe.
Laito: Bueno, da igual. Pero tengan cuidado, ustedes no son los únicos que quieren la sangre de bitch-chan. Hay algunos que están de mal humor debido a su sed… Nfu~.
Kou: Hablas como si no te afectara.
Laito: No es así, ser derrotado no es divertido, pero por ahora disfrutaré mi abstinencia de bitch-chan, nfu~. *se va de la azotea*
Kou: Aprovecha de fanfarronear mientras puedas… *toma a Yui en brazos* No te mataré, no hasta que me convierta en Adán… Y lo haré por el bien de la persona que me dio libertad… ¿Entendido, gatita masoquista?
SF: Jo, y yo que esperaba que Subaru hiciera algo más que solo gruñir enojado, quién me manda a tener esperanzas de algo del anime :c
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En mayo de 2007 aparece en "snooker"
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Con un vestido blanco, corto, con los hombros al aire, y una inquietante cremallera central. Su entorno es los juegos de billar, y lo hace todo más sugerente porque podrías un día coincidir con ella en un local así.
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En la misma sala de billar se presentó antes Nadine Jansen, con un cuerpo similar a Milena, delgada con pechos exagerados para su cuerpo.
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Cuando una mujer con pechos tan grandes tratan de jugar al billar, sus pechos son un problema, al caer y comprometer la mirada, pero su belleza se multiplica.
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Lo mismo le sucede a Milena, con la diferencia que su cuerpo, curvas y perfil es mucho más llamativo e interesante que Nadine.
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La silueta de Nadine era muy diferente previo a sus embarazos, en especial, por su delgadez y su cintura marcada. Más joven que Milena y un estilo más casual y desdenfadado que ella.
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Milena, a pesar de haber pasado un embarazo, mantiene una silueta más equilibrada, y la forma de los pechos es diferente. Nadine sus senos no son tan grandes, y la caida en Milena es más plena, más redondeados y mejoran el conjunto.
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Con los años, Nadine tiene imagenes increíbles alternado con episodios de sobrepeso y embarazos que modifican su cuerpo.
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Pocas mujeres tienen los pechos de Milena, y menos que los muestren embutidos en un vestido blanco con una cremallera central. Debajo nada lleva, pues se tranparenta la aureola, y deja los senos caidos y con su forma natural, anchos y redondos.
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En otra ocasión, Nadine también volvió a los mismos billares, pero con otro atuendo.
Lo más llamativo son sus botas blancas, altas, con botones, rematado con una falda de cuero y una camisola amplia.
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Y Nadine también tiene un pecho y cuerpo admirable, exagerados senos, preciosa cintura, y caderas contorneadas. No lleva como Milena sujetador, siendo evidente el pezón y la aureola.
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El vestido blanco en Milena es como una segunda piel, dibujando todas sus curvas, e incluso la mejora, dando mas juego a la sensualidad.
El pecho se intuye como cae, se intuye su base y como se despega del vientre, con la deliciosa sombra de la aureola. Sus piernas siempre son brillantes, junto a sus delgados brazos.
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Pero sus pechos en este juego puede ser un problema, al ser tan grandes y sin sujetador, caen sobre el tapete.
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Si en una obra de teatro sale una pistola en el primer acto, sabes que se disparará en el segundo acto. Ante una cremallera, era evidente que se bajaría más pronto o más tarde.
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whispersatmidnight · 4 months
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El vacío nuevamente gobierna mi alma
Nuevamente he recaído en el sentimiento del vacío, nuevamente estoy suplicando por la liberación de esta sombra que se cierne sobre mi alma. Es un eco constante de dolor, un lamento mudo que resuena en los rincones más oscuros de mi ser. La vida se desdibuja en un gris perpetuo, donde los días pasan como hojas muertas arrastradas por un viento sin rumbo.
Cada aliento se siente pesado, cargado de una melancolía que no se disipa, una tristeza que se adhiere a a mí como una segunda piel. Los recuerdos felices se tornan en espejismos, inalcanzables y lejanos, mientras la realidad se convierte en una prisión sin barrotes visibles, pero inquebrantables en su esencia.
En la profundidad de mis pensamientos, busco respuestas en el silencio, pero solo encuentro el eco de mi propia desesperanza. Las lágrimas se convierten en compañeras fieles, silenciosas testigos de una batalla interna que parece no tener fin. Me pregunto si alguna vez encontraré la paz, si alguna vez esta tormenta se calmará y el sol volverá a brillar.
La soledad es un mar oscuro y vasto, donde navego sin brújula, sin estrellas que guíen mi camino. Anhelo el consuelo de una mano amiga, el refugio de un abrazo sincero, pero cada vez más me hundo en este abismo de desolación. Las palabras pierden su sentido, las promesas se desvanecen como susurros en el viento, y solo queda este dolor punzante, esta herida abierta que no encuentra cura.
Y así, en este vaivén de emociones tristes y melancólicas, sigo suplicando por la liberación. Una liberación que se siente como un sueño distante, un anhelo que se escapa entre los dedos como la arena. Quizás algún día, en algún rincón de esta existencia, encuentre la luz que disipe estas sombras y me devuelva la esperanza perdida. Mientras tanto, seguiré navegando en este océano de tristeza, buscando un puerto donde pueda, finalmente, descansar.
elle.
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hellokittywrites · 2 months
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TEETH,
¿Se sellará la indescriptible atracción que sentías hacia Park Sunghoon con el pinchazo de un colmillo?
m.
a VAMPIRE park sunghoon miniseries. wattpad
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PRIMERA PARTE
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"Él es lo que necesito, mi sueño cumplido"
Park Sunghoon era hijo del presidente del país y el estudiante SSR más destacado de la Academia Bram Stoker. Pero esto no era lo único que sabías de él al tratarse del exnovio de tu querida mejor amiga Aerin. Por si fuera poco, el carácter de Aerin -además del código de amistad femenina- te limitaba tu descripción de Park Sunghoon a tres palabras: frío, egocéntrico y narcisista. Tú asentías con la cabeza, opinando lo mismo, siempre y cuando tus ojos y los de él nunca se encontrasen porque, si aquello sucedía, el deseo nublaba tu propio juicio y Park Sunghoon no se convertía en alguien tan... prohibido.
‧͙⁺˚・༓☾  ☽༓・˚⁺‧͙
SEGUNDA PARTE
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"Quieta, por favor. No"
Así que Heeseung, Jake y Sunoo eran unos seres que solo conocías reales en los propios cuentos de terror. Vampiros, sí. Por muy increíble que pareciese lo eran y Jay Park parecía voluntario a explicártelo con sus propias palabras.
Pero el gran terror no tenía como causa ni Sunoo ni Jay, sino Park Sunghoon y cómo su depredadora identidad te hacía desearlo todavía más.
‧͙⁺˚・༓☾  ☽༓・˚⁺‧͙
TERCERA PARTE
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"Me vuelves loco. Dime que tú también sientes lo mismo, por favor"
Park Jay resolvió tus dudas y a la vez aumentó tu desconocimiento hacia la verdadera realidad. ¿Sociedad de vampiros? Pero no tenías tiempo de analizar aquello si Park Sunghoon aparecía ante ti, buscando sellar lo que desde hace mucho tiempo tenía que haber sellado, pese a que tenga que volverse lo que siempre más ha odiado: un vampiro.
‧͙⁺˚・༓☾  ☽༓・˚⁺‧͙
THE END
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"No te vayas" "Nunca"
Finalmente, los colmillos de Park Sunghoon han penetrado en tu piel y tu sangre ha sido probada por él. ¿Qué consecuencias traerá este mordisco? Y, por si fuera poco, la figura misteriosa de Jay parece compartir un pasado con tu querida mejor amiga Aerin, si es que se podía seguir llamando de esa forma. Una historia en la que parecías destinada a participar en su final... ¿o en su principio?
‧͙⁺˚・༓☾  ☽༓・˚⁺‧͙
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... Es nuestra primera vez
Y te digo con plena valentía
segura de mí misma: ¡Ámame!
Descúbreme a besos,
siente mi carne ardiente
Apasionadamente
Quémate
Ahogate
Embriagate en mi vientre
ese te espera como un oasis
lleno del cóctel de vida
Abre mis piernas
con tu lengua de miel,
con tu tacto de seda
donde estallo de placer
La manejas tan bien
que te bebes mi orgasmø
en un dos por tres...
Y no te basta con esto,
sigues mastur- bando
... Mis labios,
mi montaña escondida
con galopes frenéticos
que me llevan al desdén.
Pierdo el conocimiento
por tanto placer.
Entras en mi garganta
con movimientos bruscos
de lujuria desenfrenada.
Te arranco el gemido de tu garganta
con la mezcla de fluidos
que resbalan por mis poros.
Se posan en mis pechøs
bajando tan lentamente
que te vuelvo a provocar
en el deseo de devorar mi carne
Y sigues nuevamente sin pausa
galopando en mí.
Es que ya tiemblo,
ya sudo sangre,
ya mi garganta está reventada
de tanto gemir
Nos mordemos al tiempo
enterrando nuestras garras en la carne,
saliendo de nuestros vientres
el último grito de desenfreno
llegando el segundo orgasmø mutuo
que quema la piel.
Y sin poder movernos, exhaustos,
acurrucados, abrazados,
nos damos un beso...
Y dormimos en calma.
(Es nuestra primera vez,
Mi piel ya piensa en como
será la segunda ...)
Paola Maldonado
Te invito a pedir mi libro
Mi Perverso y Yo
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calabazafantasma · 5 months
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🦎🐙TIRED KRANG, SMART, BELIEVER🐙🦎
Hola esta es la parte 3 (segunda parte lo siento me confundí) del mini cómic de krugnar con los tortugos y aquí tenemos a mikey con krugnar!
Comencemos
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Krugnar re normal todo bonito con esa carita de nene todo emocionado
Rico tipo: tas bien wey necesitas hablar???
Tu tranquilo yo nervioso literal jeje
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Después de qué mikey hiciera el portal para salvar a leo y sacarlo de la prisión dimensional el portal le causó en los brazos quemaduras bastante graves además de salirle grietas por culpa de su poder.
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El empyrean al ser un químico altamente radiactivo y fuerte como ya explique se tuvo qué disolver con otro líquido para no llegar a quemarle los brazos ya qué este puede llegar a ser como un ácido, gracias a las grietas en sus brazos le fue mas fácil al empyrean entrar en su organismo y curar su piel desde el interior matando cualquier bacteria curando la zona interna y externamente.
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Pobre de krugnar
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Y esto sería todo por hoy pendientes para la parte 3 y 4, lo siento por no publicar nada se me olvido la verdad pero mejor tarde qué nunca y bueno nada esto a sido todo y recuerden tomen cafecito🎃☕
Bonus
Se viene una sorpresa relacionada con tmnt 2003
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ainhoayam El 2, mi número preferido.
Ella, Nathalie. No diré cómo la conocí… solo que hablamos de mi deseo por el aceite de mirra, lo que me transportaba y del valor de la piel y el automasaje. Yo hablaba por ella y por mí porque las dos en esa conversación estábamos siendo una.
Ella, Nathalie. La primera vez que nos vimos en persona, me miró y supo ver en mi eso que yo estaba descubriendo. Me dijo “eres muy dadora” y esa frase comenzó a resonar en mis cuerpos haciéndose miles de preguntas.
Ella, Nathalie. La segunda vez me dijo “yo soy una disfrutona y he venido a disfrutar”. Una soñadora, disfrutona y humana. Sabe escuchar y también sabe ver detrás de las palabras, cuándo yo “de disfrutar” estaba y continuo aprendiendo.
Ella, Nathalie. Que no le gusta el número 2. Me dijo (ya se me ha ido la cuenta de cuándo) que el 2 era demasiado perfecto, equilibrado o, en ocasiones, dual. Pero yo le dije que el 2 traería cosas buenas, es mi número preferido y todo puede ser perfecto con el 2.
Ella, Nathalie. Yo, Ainhoa.
Aquí estamos el 02/02/2022 dejándonos ser, estando, sosteniendo y dando; rindiéndonos a la vida y abriendo el corazón; deseando, intencionado y tomando acción.
Ella, @nathaliealvesgarcia Yo, @ainhoaemiralles Nosotras, dos.
El 2, nosotras.
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deepinsideyourbeing · 3 months
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Tal vez Enzo siendo profesor y enamorado de una alumna? 😞
Si queres no lo hagas pq aja… pero yo ahí lo dejo 😸
Loveuuu
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+18! Cockwarming :)
La oficina del profesor Vogrincic, quien siempre permanece en la institución hasta altas horas de la noche, es un lugar más que seguro para los alumnos que necesitan desahogarse sobre las frustraciones relacionadas con sus proyectos. Él los escucha y aconseja, siempre encontrando las palabras necesarias para contenerlos, pero en ocasiones esas consultas consumen por completo su energía y buen humor.
Es así como la pequeña habitación, ubicada al final de un pasillo oscuro y usualmente desierto, se convierte en un lugar seguro para ahogarte con su semen. Enzo te tiene sobre tus rodillas debajo del escritorio de roble, tu boca llena con su liberación y también con su miembro, que permanece erecto luego de su orgasmo.
Tus manos están sobre sus muslos, quietas luego de otra advertencia, y mientras vos intentás no ahogarte corrige algunos trabajos de tus compañeros de clase y acaricia tu cabello. Siempre es estricto, serio, le gusta hacerte cumplir sus reglas para luego recompensarte cuando tu comportamiento es excelente, así que permanecer en la misma posición durante casi una hora no supone para vos una molestia.
-¿A qué hora estaba la película que querías ver?- pregunta de la nada, mirando el reloj en su muñeca-. Si termino de corregir esto rápido capaz llegamos.
Un intento de sonrisa quiere transformar tus labios pero es imposible gracias al tamaño de Enzo, el cual hace que tu mandíbula duela y que las comisuras de tus labios ardan. Unas gotas blanquecinas escapan de los confines de tu boca y se deslizan por tu piel hasta llegar al cuello de tu antes impecable blusa; esto molesta a tu profesor, que detesta el desorden, y borra el rastro con su pulgar.
-Mirá lo que hiciste- te reprende-. ¿Te parece que así te puedo llevar a algún lado?
Tus ojos se llenan de lágrimas y el gemido de angustia que nace en tu garganta muere instantáneamente, ahogado por su miembro. Querés creer que sólo bromea y que todavía se va a esforzar por terminar temprano con su trabajo, pero también sabés que no permitiría que estés desaliñada en público y eso incluye cualquier aspecto de tu persona.
-Tragate todo, dale- ordena, deslizando sus dedos por tu cabello para peinarte. Cuando tragás y tu garganta se contrae sobre su miembro arroja la cabeza hacia atrás, suspirando-. Te puedo prestar mi camisa, pero que no se te ocurra volver a usarla para venir a clase.
Te separás de él y le sonreís con tus labios brillantes: unos hilos de saliva los conectan y Enzo mentiría si dijera que no le parece una de las visiones más eróticas que vio en su vida, únicamente superada por tus expresiones cuando te acorrala debajo de su cuerpo y abusa de tu pequeña entrada sin consideración. Su pulgar vuelve a jugar con tu labio, tirando juguetonamente antes de colarse en el interior de tu boca.
-Es que me gusta cómo me queda tu ropa- contestás, tus palabras prácticamente indescifrables por el dígito que juega con tu lengua.
-A mí también me gusta cómo te queda, pero no quiero que se repita.
-Bueno.
-Andá a lavarte la cara rápido y volvé- ordena-. Que antes de irnos te voy a dar un premio.
Dejé un poco de lado lo romántico y el enamoramiento porque me pareció tentador escribir sobre esta escena y dejar un final abierto... sólo porque sí, no es porque planee una segunda parte que involucre el escritorio, por supuesto que no :) taglist: @madame-fear @creative-heart @llorented @recaltiente @chiquititamia @lastflowrr @delusionalgirlplace ♡
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wecristal · 3 months
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Olvido
Comencé a olvidarte, comencé a apagar mis sentimientos por ti, mi estúpido corazón ya no corre maratones cada que escribes, cada que sonries, o cada vez que rozamos nuestra piel.
Me dijiste que yo no era alguien por quien lucharías que no valía el esfuerzo según por q nuestro futuro era inestable económicamente, que yo era mucho para ti. Me di cuenta lo cobarde que eres y que solo era una absurda ilusión.
Recogí mi orgullo de dónde lo tiraste y me alegre de no entregarme a ti, de ser dos mejores amigos que casi dañan su amistad por una siempre ilusión. Pero tú insististe más yo ya conocía tu verdadero rostro.
Un mes después de destrozarme te enamoraste de ella, estabas dispuesto a todo por ella y ella te traba como basura acudías a mi por consejos e ideas para sorprenderla y cada que lo hacias deseaba ser yo por quien te desperabas, por quien llorabas, por quien tenias largas noches de insomnio.
Ahora que ella te dejo por mil pretextos absurdos y después de exprimirte hasta lo que no tenías para gastar, bienes a mi una vez más y me culpas de no estar juntos y dices que ahora comienzas a sentir algo por mi ahora, ahora que mi corazón te conoce realmente, ahora cuando se que quieres que sea plato de segunda mesa, ahora que estoy a nada de conseguir mis sueños, ahora que mi corazón te olvido.
Que iluso eres no me voy a abandonar por ti, por alguien que niciquiera me ama y peor se ama a si mismo, a un cobarde que le tiene miedo al mundo y los desafíos que este trae, a un cobarde que no valora ni su propia vida. Que solo me busca por deseo, por placer por qué no tuvo lo que quiso ni de mi ni de ella.
Tienes razón yo te cerré y te seguiré cerrado las puertas por qué lo único que me generas es lastima y no amor, amor el que me tengo yo. Tienes mi amistad pero es único a lo que puedes aspirar, pero cuidado estás a nada de perder mi amistad y todo a tu alrededor.
Querido cobarde vuelas muy alto pero todo lo que sube tiene que bajar, cuidado mientras más subes más duro es el golpe y quizás yo ya no esté cuando eso pase. Te dejo un consejo aprende a amarte antes de decir que amas por qué aún eres un niño que no sabe nada.
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ricoydelicioso · 3 months
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Papa Rellena al estilo peruano
Hoy, arrancamos la segunda con un clásico que me vienen pidiendo hace mucho: papa rellena al estilo peruano. Hay muchas formas de hacer papa rellena según el país de latinoamérica, pero después de hacer causa y papas a la huancaína, faltaba este clásico. Un relleno de carne picada, con verduritas y mucho sabor (y un poco de picante) envuelto en un puré de papa que al freír queda súper crocante. El truco de esta receta es agregarle el famoso chuño (almidón de papa) a la masa, no solo para que no se abra, sino también para que le dé esa costra crocante a la papa
PREPARACIÓN:
1) Hervir 1 kg de papa enteras y con piel en agua con sal hasta que estén tiernas. Retirar y dejar entibiar
2) Retirar la piel, hacer puré y agregar sal, un chorrito de aceite de girasol y 2 o 3 cucharadas de almidón de papa (de maíz en su defecto). Mezclar bien.
3) Saltear una cebolla morada y un diente de ajo con sal, pimienta y comino. Agregar 500 grs de carne picada de ternera. Salar y cocinar y agregar 2 cdas de pasta de ají panca. Sumar medio tomate, un ají amarillo y medio vasito de cerveza o vino. Cocinar 5 minutos y enfriar
4) Armar las papas rellenas como se ve en el vídeo formando círculo y colocando el relleno en el medio, agregar un cuarto de huevo duro y una aceituna negra. Dar forma ovalada y llevar a freír en aceite bien caliente por 7 minutos. Secar, servir y disfrutar!
De parte: armandococinando
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espejismo-fragmentado · 5 months
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Callo porque cuando hablé recibí burlas,
cuando confié me ataron las dudas,
porque a pesar de llevar la sinceridad como una segunda piel me ahogaron en calumnias,
porque aprendí a elegir mi paz antes que la suya.
-corazón de hielo
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