Tumgik
#literalidad
bocadosdefilosofia · 1 year
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«Esto supuesto, cuando el razonamiento filosófico nos conduce a establecer una tesis cualquiera sobre cualquier categoría ontológica, no caben más que una de estas dos hipótesis: o que acerca de la tal tesis nada diga la revelación o que en la revelación esté contenida. En el primer caso, es evidente que no puede haber contradicción alguna entre la razón y la revelación divina; además, eso mismo sucede cuando el alfaquí formula decisiones jurídicas sobre casos de los cuales nada dice la revelación, induciéndolas de otros casos consignados en el texto, mediante el argumento llamado de analogía. En la segunda hipótesis, o sea, cuando la revelación contiene algún texto relativo a dicha tesis filosófica, hay que ver si el sentido literal del texto se conforma con ella o la contradice. Si se conforma, no hay cuestión; más si la contradice, debe entonces buscarse la interpretación alegórica del texto revelado».
Averroes: Concordia entre la revelación y la ciencia, en Los filósofos medievales, selección de textos. BAC, págs. 707. Madrid, 1979.
TGO
@bocadosdefilosofia
@dies-irae-1
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Mi hartazgo es caprichoso, hoy pasa por la sobredosis de miradas difuntas. Veo la miseria en sus rostros desesperados por tener zapatos con menos de un año de uso. La urgencia de usar ropa solo dos o tres veces vuelve la atmósfera indecorosa a su alrededor. El principal agente contaminante es la estupidez. Le escapo a las almas clonadas, al uso corriente de la muerte, a la indiferencia selectiva. El asesinato de lo extraordinario está a la vuelta de la esquina, donde acechan los coreógrafos del tedio. Recetan normalidad, venden salud, comercializan autoestimas, pretenden cotizar tu belleza y devaluar tu identidad. Camino entre ellos resistiendo su filo. Su objetivo más codiciado es adquirir los derechos del Diablo a comprar almas. La principal competencia del infierno es la tierra. Sus capitales están pobladas con zombies de la literalidad. No resisten ningún poema.
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Acostumbradoalfindelmundolandia: linktr.ee/acostumbradoalfindelmundo
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knario47 · 7 months
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EL CRIMINAL PORTUGUES DIEGO DA SILVA
Nuestra querida revista Edra nos trae una historia de superación del Guanarteme Engoynaga contra los invasores portugueses.
EDRA - Origen
FAITA FAITA VIRIRUNJUEN
En el siglo XV (c. 1460-1475) el capitán portugués Diego da Silva intentó invadir la ciudad de Gáldar (Gran Canaria), por el camino quemó poblados y asesinó a sus habitantes; pero derrotado por los canarios a las puertas de la ciudad de Gáldar y sin posibilidad de huir hacia los barcos, se encierra con parte de sus hombres en una amplia construcción hecha por los canarios que se encuentra a la entrada de la ciudad.
En este cerco, Diego da Silva se refugia de la justicia de los canarios durante algunos días en los que se encuentra sitiado por completo, hasta que una noche, el Guanarteme Engoynaga, apiadándose de él y de sus hombres decide perdonarles la vida, y para ello usa una estrategia, entrar con ellos en el cerco…
«A el instante que el rey canario se entró mesclado con los christianos fueron tantas las pedradas i los gritos que parecía día de juiçio no se podían, oir saltaron dentro de el sercado con sus astas, diciendo en su lengua 𝐇𝐚𝐢𝐭𝐚, 𝐡𝐚𝐢𝐭𝐚 𝐯𝐢𝐫𝐢𝐫𝐮𝐧𝐣𝐮𝐞𝐧, “Traición traición, mueran como aleves” o “traidores”, Guadartheme daba grandes voces i mandó que volviessen fuera por onde havían entrado, saliéronse todos, i quedaron otros de pie en la pared, mandolos vajar y tiraban de afuera algunos dardos que lastimaron a algunos soldados, juroles el rey que les quitaría las cavezas por Tis Tirma…».
[Marín de Cubas (1687, I: 37r) 2021: 212]
«[…] viendo la accion los Canarios, que havian suvidose sobre lapared, les tiraron pedradas y palos alos Xristianos con gran vocería, decian 𝐟𝐚𝐢𝐭𝐚, 𝐟𝐚𝐢𝐭𝐚 traicion, mueran los traidores; y luego Guadartheme, les juró por su caveza, que sino se aquietaban les quitaria la Vida, alos demandados».
[Marín de Cubas 1694, I, 16: 32v]
ℹ️ Propuesta de traducción: Faita, faita virirunjen. De Fayəḍ, fayəḍ, birirûn-ǝghǝwăn. “Daño o calamidad a los expatriados que vomitan”. [Ignacio Reyes Garcia (18.IX.2023)].
“El enunciado completo, con el (correcto) ajuste que incluye Marín en la versión de 1694, se restituiría: Faita, faita, virirunjuen o, en su versión analítica, Fayəḍ, fayəḍ, birirûn-ǝghǝwăn.
Por el contexto, donde se demanda la muerte de los extranjeros retenidos, acaso la mejor traducción para el sintagma inicial fayəḍ debería contemplar la literalidad del ‘daño’ que se reclama para ellos (imprecación).
Por lo que respecta a la caracterización de los extranjeros, la imagen que se invoca conjuga dos ideas muy significativas a través de una proposición simple, cabe presumir que lexicalizada. El sujeto expreso remite al nombre plural iburerăn, ‘hombres sin familia ni amigos, alejados de su casa o país’. Individuos que, según reza el verbo (*āhghŭh, *āwghŭh > əqqəw) en su (correspondiente) 3ª persona del plural ǝghǝwăn, ‘vomitan’, bien por la situación de peligro inminente para sus vidas o bien como representación más general de los viajeros que reaccionan así después de una larga travesía (o tal vez en alusión al empleo de las armas de fuego)”.
REFERENCIAS
📖 Tomás Marin de Cubas. Conquista de las Siete Yslas de Canaria (1687). Edición crítica de Antonio M. López Alonso (2021).
🌐 www.proyectotarha.org
🌐 www.imeslan.com
📷 Cuesta de Silva (1893). Fedac. El Guanarteme de Gáldar acompañado de guerreros canarios, imponiéndose a sus vasallos, condujo por la Cuesta de Silva al portugués y a los suyos hasta el lugar en que habían de embarcarse.
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Ésta zona de la isla es conocida como el barranco de Silva, el puente de Silva y muchos años atrás como la Cuesta de Silva por lo adbruto del terreno al subir.
http://www.proyectotarha.org/?fbclid=IwAR3Oxplyw9CPYdLG-6gH6lTFFRLFy58vpftisOHkWXtO8VavxP7H62zJxRw
https://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=pfbid0HKCiqp4witNhiwxRMDzTT9ep3UM7qCKyhyGvf62cWsUj1XbxLhMrYnHnuu94e4tHl&id=100046478508495&__cft__[0]=AZUPD2mb9k9iphAvfFcwpRKKSqbViWEso9QIIjZdr-6MQkFAHnZusRR0IGR24CvkXi6RPpyPEowifAnalGbiwbQM0iqeypBmFJvidWJgBlYkj6LgjT2RjdM5M7YnSiyJVZcJaVscJjZfEMoYxGT-WwSQb1KThbYpMv1giCiuupalTp9zPGpth9ORgfjbSIVfXzc&__tn__=%2CO%2CP-R
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mcflymax · 8 months
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DOAÇÃO - Entre Montanhas-Russas e Erros de Literalidade
♡ Eunwoo - ASTRO ♥ status da capa: Indisponível ✖ Copie. ✔ Se inspire!
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nadiafugaz · 8 months
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Sobre lo que soy y lo que jamás seré.
Si al querer decirme que soy buena haciendo lo que hago, me adjudicas perfección y niegas error alguno en mis acciones, al mismo tiempo le impones, a tu percepción sobre mí el compromiso de no equivocarse, lo cual es injusto e imposible para la realidad material de mi persona, entonces me habrás condenado a decepcionarte y te aseguro que estaré cometiendo errores más de lo que imaginabas porque soy humano y soy imperfecta, te aseguro que te mantendré decepcionado pues no era mi tarea encajar en el ideal que creaste sobre mí.
Si al querer decirme que a veces me equivoco haciendo lo que hago, me adjudicas total falta de éxito, te mantendré sorprendido cuando logre satisfacer tus demandas, pero crearás en mí un ser que solo busque complacerte y recibir tu elogio.
Si al querer decirme que no coincides con mi forma de ver el mundo, niegas que sea normal la diferencia y señalas agresivas mis ideas, yo idearé la manera de que no lleguen a ti y solo mostrarte lo que quiero que veas para evitar el estigma de tu rechazo.
Si al querer decirme que puedo ser blanco de maltratos porque existe el mal, me dices que es porque yo soy pequeña o inocente e indefensa creeré que mi pequeñez hizo que alguien me agrediera y no porque la persona eligió ser malvada. Sentiré que el mal está en mi y no en el otro.
Si al querer decirme que admiras mi forma de discernir mis circunstancias, dices que sanar me es fácil porque las cosas no me importan, le afirmarás a tu pensamiento que no hay camino para un sano entendimiento sino solo a través del desinterés.
Al querer comprender cómo lidio por la vida has de mirarme transparente y a la luz de la realidad, sin fantasía, sin ideales, sin juicios previos sobre lo que soy, deberás mirarme en la literalidad de mi ser y observar antes de reaccionar, preguntar antes de afirmar, asimilar antes de asegurar y deberás entender que lo que yo hago, digo o siento jamás será idéntico a lo que crees que debo hacer, decir o sentir.
-Nadia Fugaz 🌠
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Resumo dos livros da Bíblia - Oseias (5)
dezembro 13, 2023
Graça, Paz e Alegria!
Mensagem do Portal Evangélico Compartilhando Na Web.
Os três primeiros capítulos do livro do profeta Oseias registram os principais detalhes de sua vida pessoal. Ali encontramos detalhes a respeito do seu casamento com uma mulher chamada Gômer, e o nascimento de seus três filhos. Lemos a descrição do casamento do profeta, sua separação por causa da infidelidade de sua esposa e, por último, sua reconciliação com ela.
O objetivo desse casamento (e os acontecimentos envolvidos) é esclarecido no próprio livro, uma vez que a família de Oseias simbolizava a infidelidade religiosa dos israelitas, que adulteraram a verdadeira adoração a Deus quando se envolveram com as práticas pagãs de Canaã. Mas o Senhor busca a reconciliação, por amor, e quer o povo seguindo Sua vontade.
Alguns estudiosos acreditam que o relato sobre a vida conjugal do profeta Oseias deva ser interpretado de maneira alegórica, como uma ilustração, um exemplo. Nesse caso, é defendido que todos os detalhes do relacionamento de Oseias e Gômer devam ser interpretados dessa forma, sem literalidade de fatos.
Outros defendem que o casamento de Oseias e Gômer deva ser interpretado de maneira literal, como um fato histórico, algo realmente ocorrido. E mesmo dentre os que defendem isso há variações de interpretação: Alguns defendem que Gômer só se tornou infiel após o nascimento do primeiro filho do casal e outros acreditam que a infidelidade de Gômer estava relacionada com a questão da prostituição "meramente" religiosa, além da possibilidade de se realizar com atos físicos mesmo, não apenas com a intepretação espiritual nesse caso.
Pessoalmente, fico com a interpretação literal mesmo, sem necessariamente envolver questões religiosas, pois o livro parece apontar mais para essa direção na comparação do relacionamento do Senhor com o povo.
Seguimos na próxima semana, permitindo o Senhor!
Forte abraço!
Em Cristo,
Ricardo, pastor
OBS - Caso o player não toque a mensagem até a execução da música no final, você pode clicar nos "três pontinhos" (...) no próprio player e ouvir direto no Spotify. Aproveite e siga nosso Podcast por lá ou em outra plataforma que agrega podcasts! Pesquise "Ministério Compartilhando"!
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infacundia · 1 year
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Jonas Carpignano
Recién vimos A Ciambra, antes habíamos visto una posterior: A Chiara. Las dos están en Mubi, que las recomienda como una trilogía que "revigoriza" el neorrealismo italiano. Es cierto que están impecablemente producidas y dirigidas, con planos hermosos e imágenes poderosas de fuego, caballos y abuelos metaforizando la épica nostalgia lumpen-masculina.
Pero hay algo de los finales que se me hace bastante problemático, y es que luego de todo un arco de personaje a lo coming-of-age, los protagonistas se terminan quedando en el molde que les ofrecen las relaciones existentes. Sobre todo en la primera, donde Pío es un niño gitano que entra a laburar de chorro para llevar guita a la casa, después de que hayan caído presos su hermano mayor y su viejo. Lo hace pidiéndole colaboración a Ayiva, un burkinés de buen corazón que lo salva más de una vez, a pesar de que la familia gitana es profundamente racista con los migrantes africanos. Sin embargo, en un momento Pío la caga: le entra a robar a un italiano, que en la jerarquía del crimen está por encima del clan gitano. El tano lo descubre y arruina a la familia de Pío; para salir de esa, el hermano le dice a Pío de robarle al burkinés. Tras un muy intenso y muy bien logrado cinematográficamente debate interno que oscila en traicionar a su familia o a su amigo, Pío decide lo segundo.
¿Qué pasó ahí? Mi lectura es la siguiente: no es el preadolescente el que se queda en el molde, sino el propio director. Carpignano usa todos los recursos técnicos del viejo neorrealismo, que era en sí una expresión de cine antifascista en el sentio de que buscaba "mostrar condiciones sociales más auténticas y humanas, alejándose del estilo histórico y musical que hasta entonces había impuesto la Italia fascista". Pero, al contrario de aquella vanguardia, su realismo sirve como refuerzo simbólico de lo realmente existente (la desigualdad de clase, la insolidaridad, las relaciones patriarcales, el racismo).
La crítica va más allá de cómo en A Ciambra reproduce el estereotipo del gitano salvajemente leal a su clan familiar, o de la literalidad en que en la última escena Pío es llamado por niños y adultos, y se dirige al mundo de estos últimos. Tiene que ver con que sus finales, que acaso quieren correrse de la historia de superación y la épica individual, no logran si no apelar al virtuosismo retro y al golpe bajo para reestablecer los destinos asignados por el capitalismo a sus capas sociales más bajas. Desde Fisher y acaso desde Stalin sabemos que el realismo es la propaganda del régimen que lo produce; no existe el arte puro, concepto idealista si los hay.
Ahora, esto no quiere decir que todas las pelis tengan que ser disruptivas, porque la idea es comentar un fenómeno más global. Si bien creo que hubiese sido más descolocante (para director y espectadores) que Pío botonee a la familia y salve a Ayiva, mi crítica pasa menos por un deber ser de las películas que por el problema de cómo dejar de reproducir y desviarse de las estéticas que el régimen hizo de las viejas vanguardias… porque en algún momento el neorrealismo fue disruptivo y hoy, por lo menos en este muchacho, es un refuerzo de lo existente. Si algún momento fue una potencia negativa de la clase oprimida contra sus estructuras de opresión (en un contexto de lucha de clases activa, la denuncia triste es un llamado a la acción y una declaración de fe en que el cine podía cambiar las cosas), hoy es un espejo autocomplaciente de las relaciones de producción del capital. El final desgarrador, con la música motivacional pop de fondo y fuera del contexto de lucha de clases, es en lo efectivo un llamado a la resignación y una declaración de fe en el cine como retrato de lo inmutable.
No es un fenómeno aislado: también géneros musicales como el hip hop o el rap nacieron como expresión de protesta de los afroamericanos alrededor de sus condiciones de vida, y fueron digeridos/cooptados/reencauzados por la industria cultural gringa hasta ser convertidos en plegarias cantadas a los ídolos de la sociedad mercantil (el dinero, el consumo, la propiedad privada, la empresa y hasta la explotación de subordinadxs). Toda expresión cultural muere siendo vanguardia o vive lo suficiente para convertirse en una estética. Es decir, o cumple más o menos rápidamente con sus objetivos de alterar las conciencias y desarmar los sentidos comunes, o se vuelve un corset para la sumisa reproducción de esas conciencias y esos sentidos comunes.
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evangelho-inegociavel · 9 months
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Ainda hoje, existem muitas discussões a respeito da literalidade do relato de Gênesis sobre os dias da Criação – Os 7 dias.
Seriam os 7 dias relatados períodos de 24 horas como conhecemos ou seriam dias simbólicos (alegóricos), que representariam longos períodos de tempo (talvez milhões de anos) e que assim estariam de acordo com as teorias atuais sobre a evolução e geologia da Terra?
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transmisible · 11 months
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Cómo no temblar // Jacques Derrida
Hace veinte años en Jerusalén, que en la actualidad sigue siendo uno de los epicentros de los seísmos que sacuden a todo el mundo, había comenzado una conferencia con una frase en la que la sintaxis era más o menos la misma, y decía, para comenzar, “¿cómo no hablar”.[i]
Hoy digo: cómo no temblar.
Aún antes de comenzar, y para ya no hablarles de mí, querría relatar dos pequeñas anécdotas, dos pequeñas cosas que me sucedieron (arrivées[ii]) —y lo que sucede, si algo sucede, sucede imprevisiblemente, ya que un acontecimiento, lo que sucede, o quien llega, es siempre imprevisto—, dos acontecimientos relacionados con el temblor: un temblor de miedo y el miedo del temblor.
Durante la guerra, en 1942-1943, por única vez en mi vida, sentí lo que llamamos físicamente, literalmente, propiamente, un temblor del cuerpo. Fue durante los bombardeos. En Argelia había bombardeos todas las noches, a menudo de aviones italianos; nos refugiábamos en casa de un vecino, y un día, recuerdo que tenía exactamente doce años, mis rodillas se pusieron a temblar de manera incontenible. Temblaba de miedo. Y después, este verano y, como se dice, por el efecto secundario de una quimioterapia, me di cuenta un día que mi mano temblaba y que no podía continuar escribiendo, ya no lograba firmar y era aterrador, en particular para alguien que consagra su vida a escribir. No temblaba de miedo, pero tenía miedo de temblar, de ese temblor que me sucedía. Entonces, se puede temblar de miedo y se puede tener miedo de temblar.
¿Cómo no temblar?
¿Cómo hacer para no temblar? Literalmente o como figura, porque esta cuestión, en apariencia estrictamente retórica, no es secundaria. Hay que explicar a la vez la posibilidad y justificación del uso (metafórico o no, catacrético o no —y la metáfora y la catacresis permiten también la comparación con los desplazamientos tectónicos, con las sorpresas que puede reservar un terreno que se desliza o un terremoto); hay que explicar, entonces, a la vez, esa posibilidad y justificación del uso (metafórico o no, catacrético o no) del sustantivo “tremor”, del verbo “temblar”, del adjetivo o del atributo, es decir, del sustantivo tremor,[iii] a saber, del trazo trazado por una mano temblorosa, del trémolo que la mano del instrumentista imprime intencionalmente, activamente, temblando sobre la cuerda del violín o del órgano, es decir, del trémolo de la voz por la cual el cantante, el orador, el sacerdote, el cantor o el rabino revelan la emoción, o aún más, en el código de la tipografía, de esa línea sinuosa que alterna lo grueso y lo delgado, o aún más, el nombre del árbol que llamamos “álamo temblón” (Zitterpappel en alemán), ese álamo de corteza lisa, de tronco recto cuyas hojas provistas de delgados pecíolos se estremecen con el más leve soplo; hay que, entonces, decía, explicar la posibilidad y justificar el uso de todas esas figuras más allá de su literalidad física o, más precisamente, corporal, ya sea que se trate del propio cuerpo del viviente humano o no, animal, vegetal o divino o del cuerpo o de la corteza terrestre; este último ejemplo, el del terremoto, no se reduce, trataré de mostrarlo, a un ejemplo en una serie, ya que una cierta excepcionalidad le confiere un privilegio paradójico en esta retórica embrollada.
El terremoto, el seísmo, la sacudida sísmica y sus réplicas pueden convertirse en metáforas para designar toda mutación perturbadora (social, psíquica, política, geopolítica, poética, artística) que obliga a cambiar de terreno brutalmente, es decir, imprevisiblemente. Si yo mismo he usado y abusado a menudo de esta figura o de ese léxico sísmico, lo que veo en éste, y trataré de explicarme, es algo más o distinto que una salida fácil o que una aproximación retórica.
No podemos no temblar en el momento de pensar, de escribir y, sobre todo, de tomar la palabra, en particular cuando a falta de fuerza y de tiempo, lo hacemos de manera más o menos improvisada; y sobre todo cuando se trata de interrogarse, como a menudo estuve tentado a hacerlo en el pasado, explícitamente, literalmente, y de manera sistemática, sobre el sentido, los sentidos, los diferentes sentidos, a veces heterogéneos, así como sobre la esencia del temblor, sobre lo que quiere decir temblar.
Acabo de decir “¿cómo no temblar?” y después “no podemos no temblar”. Preciso: parece que fuera preciso temblar. Se debe en el doble sentido de la necesidad o de la obligación irresistible, pero hay que hacerlo, también, en el sentido del deber, del pudor, de la decencia y de la modestia, también del valor, incluso ahí donde se tiembla de miedo. El “hay que” del deber, el “hay que deber y temblar”: comprendo por ello que se debe aceptar la falla, el fracaso, el desfallecimiento, la “fault line” como se diría en inglés, para nombrar la línea del terreno amenazado por el terremoto —y falter[iv] significa dudar, tartamudear, hablar con voz entrecortada—. Parece entonces que fuera preciso temblar, no escoger temblar, como por deber, sino ceder ante la necesidad del desfallecimiento, de la debilidad, abandonando toda complacencia o todo sentimiento ingenuo o inocente de tener una firme capacidad, o el dogmatismo de saber dónde se está parado, toda presunción segura acerca del temblor; no hay que hacer como si se supiera lo que quiere decir temblar, o saber lo que es verdaderamente temblar, en verdad, ya que el temblor se mantendrá siempre heterogéneo al saber, es el único saber posible al respecto. Sabemos que no sabremos jamás nada esencial al respecto, incluso si sabemos algo, incluso si podemos parlotear, discutir al respecto. El pensamiento del temblor es una experiencia singular del no-saber; y preciso aún más, después de haber dicho: “hay que temblar, no temblamos jamás lo suficiente cuando proponemos un discurso, una filosofía o una política del temblor”, agrego que el temblor, si es que existe, excede todo “hay que”, toda decisión voluntaria y organizada, todo deber bajo la forma de la ética, del derecho y de la política. La experiencia del temblor es siempre la experiencia de una pasividad absoluta, absolutamente expuesta, absolutamente vulnerable, pasiva ante un pasado irreversible así como ante un porvenir imprevisible.
Tiemblo entonces, pero yo mismo no estoy seguro de tener el derecho de decir y de pensar “yo tiemblo”. Ni siquiera estoy seguro de que este enunciado no sea ya una falta o un desconocimiento de lo que un temblor digno de ese nombre desestabiliza, corroe desde una falla subterránea a la autoridad, corroe la continuidad, la identidad del “yo” y sobre todo del “yo” como sujeto, como sustancia o soporte, sostén, sustrato, fundación subterránea de una experiencia en la que el temblor no sería más que un accidente, un atributo, un momento pasajero. “Yo tiemblo” debe en principio querer decir que el “yo” mismo ya no está seguro de ser lo que es, como un cogito que acompañaría a todas mis representaciones (dirían aquí al unísono Descartes y Kant). El temblor digno de ese nombre hace temblar a un “yo” al punto en que ya no puede plantearse como el sujeto (activo o pasivo) de un temblor violento que le sucede, de un acontecimiento que lo priva de su dominio, de su voluntad, de su libertad, por lo tanto, de su derecho a la ipseidad, ya sea al poder de pensar o de decirse autoafectivamente “yo” y, como lo significa toda ipseidad, el poder a secas, al “yo puedo” a secas o al “yo puedo saber”, “yo puedo decidir”, “yo puedo asumir una responsabilidad que sea solamente mía y no la de otro”. Temblar hace temblar la autonomía del yo, lo instala bajo la ley del otro —heterológicamente. Reconocer, como lo hago aquí, que “tiemblo”, es admitir que el ego mismo no resiste a lo que lo sacude así y lo amenaza en su facultad de decir legítimamente “yo”.
Es como si “yo” se pusiera a balbucir, a hablar atropelladamente, a ya no encontrar ni formar sus palabras, como si el “yo” tartamudeara, incapaz de terminar la frase autoposicional que justamente interrumpe el temblor. Entonces, lo que sucede al “yo”, lo que me sucede cuando tiemblo, es que yo no tengo, ni de hecho ni por derecho, el poder de decir o de pensar “yo” o la ipseidad del “yo”. Si como acabo de hacerlo, a manera de ejemplo, dijera “yo tiemblo”, sería una suerte de mistificación o de ilusión trascendental, una gran estupidez, incluso si, respetando el carácter específicamente intransitivo del verbo “temblar”, yo lo completara, lo determinara con la ayuda de complementos que no serían los complementos de objeto directo de un verbo transitivo. Nuestra gramática nos permite decir, en rigor, “hago temblar a alguien”, o aún más, “alguien o alguna cosa me hace temblar” (solamente en este sentido puedo entonces ser, en efecto, sujeto, pero no en el sentido de un sujeto dueño de sí mismo, sino de sujeto sometido al temblor). Pero la gramática francesa priva al “temblar” de toda transitividad: el verbo temblar es intransitivo. No nos autoriza decir “tiemblo a alguna cosa” o “tiemblo a alguien”, aunque la ley de la lengua francesa nos permita decir (complemento directo) “tiemblo de frío”, “tiemblo de miedo”, “tiemblo ante la catástrofe que se anuncia” o aún más y sobre todo, “tiemblo ante el otro, ante aquélla o aquél”, por ejemplo: tiemblo de miedo o de temor frente a mi padre, frente a mi maestro o frente a Dios —que no está aquí, regresaré a eso. Un ejemplo entre otros, otro entre otros—. Trataré de sugerir ahora, y hasta demostrar que más allá de la tradición abrahámica que nos lega, al menos desde san Pablo a Kierkegaard, el temor o el temblor ante Dios, una suerte de quakerismo universal (el quaker es alguien que tiembla ante la palabra de Dios), sugerir pues que todo temblor de manera literal o metonímica, tiembla ante Dios, o más aún: Dios es en principio el nombre que nombra aquello ante lo que siempre temblamos, lo sepamos o no. O más aún, Dios es el nombre de todo otro que, como todo otro, y como todo otro es todo otro, hace temblar.
Desde que me enteré que nuestro amigo Édouard Glissant nos había propuesto este tema temible (que hace temblar) y que me invitaba a hablar de ello en Italia, es decir, en italiano, en todo caso por referencia a una lengua o a una poética de tradición italiana, y a hacerlo, más precisamente, en una institución italo-europea de diseño donde no se impedía jamás asociar la música y la escritura, la pintura y la poesía, tanto artes que requieren el uso de los dedos y de la mano como artes que piensan y se piensan como una cierta experiencia de la mano; ¿me equivoqué entonces al suponer que detrás de este tema, el Paraíso no estaba lejos? (en Italia, pues, repito, y en estos lugares consagrados por nuestros amigos, el diseñador y pintor, Valerio y Camilla —que aúnan el diseño y la música). Quiero decir el Paraíso de Dante y esos versos del libro XIII (76-78), conocidos por todos: Ma la natura la dà sempre scena,
Símilmente operando a l’artista
Ch’ a l’abito de l’arte ha man ché trema.[v] No puedo reconstruir aquí el contexto inmediato de estos versos, ni la filosofía en general, ni la filosofía del arte o la poética, ni la onto-teología implicadas por Dante en esta aserción sobre el necesario temblor de la mano de un artista que tiene, sin embargo, el hábito y la experiencia de su arte. Pero yo diría que la verdad profunda que se dice a través de estos versos de Dante es que el artista es alguien que se convierte en artista ahí donde la mano tiembla, es decir, donde él no sabe en el fondo lo que va a suceder o que aquello que va a suceder le es dictado por el otro. El momento propiamente artístico de la obra de arte es el momento en que la mano tiembla porque el artista ya no tiene el dominio, porque lo que le sucede y le sorprende como verticalmente le viene del otro. El artista no es responsable. Puede ser responsable de su saber, de su técnica, no es responsable de aquello que es lo más irreductible de su arte y que viene del otro y que hace temblar su mano. Y entonces, hay ahí, en ese temblor, una alianza de responsabilidad y de irresponsabilidad: porque el artista sabe que va a tener que asumir la responsabilidad, es decir, firmar aquello mismo de lo que no es responsable, que le viene del otro.
Temblar. ¿Qué hacemos cuando temblamos? ¿Qué es lo que hace temblar? Un secreto siempre hace temblar. No solamente estremecerse o sentir escalofríos, cosa que sucede también alguna vez, sino temblar. El estremecimiento puede ciertamente manifestar el miedo, la angustia, la aprehensión ante la muerte, cuando nos estremecemos con anticipación frente al anuncio de lo que va a venir. Pero puede ser ligero, a flor de piel, cuando el estremecimiento anuncia el placer o el goce. Momento de pasaje, tiempo suspendido de la seducción. Un estremecimiento no es siempre muy grave, a veces es discreto, apenas sensible, un poco epifenomenal. Prepara más bien que seguir al acontecimiento. El agua, decimos, se estremece antes de hervir; es lo que llamamos la seducción: una pre-ebullición superficial, una agitación preliminar y visible.
Como en el terremoto o cuando uno tiembla con todos sus miembros, el temblor, al menos en tanto que señal o síntoma, ya tuvo lugar. Ya no es preliminar, incluso si al estremecer el cuerpo violentamente e imprimirle una tremulación incontrolable, el acontecimiento que hace temblar anuncia y amenaza de nuevo. La violencia va a desencadenarse otra vez, un traumatismo podría continuar repitiéndose. A pesar de lo diferentes que son entre ellos, el temor, el miedo, la ansiedad, el terror, el pánico o la angustia ya han comenzado en el temblor, y lo que los ha provocado continúa o amenaza con continuar haciéndonos temblar. La mayoría de las veces no sabemos y no vemos el origen —por tanto, secreto— de lo que cae sobre nosotros. Tenemos miedo del miedo, estamos angustiados por la angustia —y temblamos—. Temblamos en esta extraña repetición que une un pasado innegable. Un golpe tuvo lugar, un traumatismo nos ha afectado ya en un futuro no anticipable, anticipado pero no anticipable,aprehendido pero justamente, y por ello existe el futuro, aprehendido como imprevisible, impredecible, tan cercano comoinaccesible. Incluso si creemos saber lo que va a suceder, el nuevo instante, el acontecimiento de esta llegada permanece virgen, aún inaccesible, en el fondo, invivible. En la repetición de lo que permanece impredecible, al principio temblamos por no saber de dónde ha venido ya el golpe, desde dónde fue dado (el buen o mal golpe, a veces el bueno al igual que el malo) y de no saber, un secreto duplicado, y de no saber si va a continuar, recomenzar, insistir, repetirse: si, cómo, dónde, cuándo. Y cuál es la razón de este golpe. Tiemblo entonces de tener aún miedo de aquello que ya me da miedo y que no veo ni preveo. Tiemblo ante lo que excede mi ver y mi saber mientras que eso me concierne hasta lo más profundo, hasta el alma y, como se dice, hasta los huesos. Dirigido hacia lo que engaña tanto el ver como el saber, el temblor es realmente una experiencia del secreto o del misterio, pero otro secreto, otro enigma u otro misterio viene a sellar la experiencia invivible agregando un sello o un ocultamiento de más altremor (la palabra latina para temblor, de tremo, que en griego como en latín quiere decir tiemblo, estoy agitado por temblores; en griego también existe troméô: tiemblo, me estremezco, temo; y trómos, es el temblor, el temor, el terror. Tremendus,tremendum, como en el mysterium tremendum, en latín [adjetivo verbal de tremo] lo que hace temblar, lo aterrador, lo angustiante, lo terrorífico).
¿De dónde viene el sello suplementario? No se sabe por qué temblamos. El límite del saber ya no concierne solamente a la causa o al acontecimiento, a lo desconocido, lo invisible o ignorado que nos hace temblar. No sabemos tampoco por qué eso produce este síntoma, una cierta agitación irreprimible del cuerpo, la inestabilidad incontrolable de los miembros, este tremor de la piel o de los músculos. ¿Por qué lo incoercible toma esta forma? ¿Por qué el terror hace temblar mientras que podemos también temblar de frío, y por qué estas manifestaciones fisiológicas análogas traducen experiencias y afectos que no tienen, aparentemente al menos, nada en común? Esta sintomatología es tan enigmática como la de las lágrimas. Incluso si supiéramos por qué lloramos, en qué situación y para significar qué (lloro porque he perdido a uno de los míos, el niño llora porque le han pegado o porque no lo quieren: se acongoja, se queja, pide o se deja consolar), eso no explicaría sin embargo que las glándulas lagrimales comiencen a secretar esas gotas de agua que asoman a los ojos y no en otro lugar, la boca o las orejas. Habría entonces que abrir nuevas vías en el pensamiento del cuerpo, sin disociar los registros del discurso (del pensamiento, la filosofía, las ciencias bio-genético-psicoanalíticas, la filo —y la ontogénesis) para acercarse un día a lo que hace temblar o a lo que hace llorar, a esta causa que no es la causa última, que podemos llamar Dios o la muerte (Dios es la causa del mysterium tremendum, y la muerte dada es siempre lo que hace temblar o también lo que hace llorar), pero la causa más cercana, no la causa cercana, es decir, el accidente o la circunstancia, sino la causa más cercana a nuestro cuerpo, eso mismo que hace que en ese momento temblemos o lloremos en lugar de hacer otra cosa. ¿Qué es lo que se metaforiza o se figura entonces? ¿Qué quiere decir el cuerpo, suponiendo que pudiéramos aún hablar aquí de cuerpo, de decir y de retórica?
¿Qué es lo que hace temblar en el mysterium tremendum? Es el don del amor infinito, la disimetría entre la mirada divina que me ve y yo mismo que no veo aquello mismo que me mira, es la muerte de lo irremplazable dada y sobrellevada, es la desproporción entre el don infinito y mi finitud, la responsabilidad como culpabilidad, el pecado, la salvación, el arrepentimiento y el sacrificio. Al igual que el título de Kierkegaard, Temor y temblor, el mysterium tremendum comporta una referencia al menos indirecta e implícita a san Pablo. Ahora, para ganar tiempo, paso a san Pablo.
En la epístola a los Filipenses (2:12), se pide a los discípulos que trabajen por su salvación en el temor y en el temblor. Deberán obrar para su salvación sabiendo que Dios decide: el Otro no tiene ninguna razón para darnos y ninguna cuenta que rendirnos, ni razones que compartir con nosotros. Tememos y temblamos porque estamos ya en las manos de Dios, libres sin embargo de trabajar, pero en las manos y bajo la mirada de Dios a quien no vemos, y de quien no conocemos ni las voluntades ni las decisiones por venir, ni las razones de querer esto o lo otro; nuestra vida o nuestra muerte, nuestra perdición o nuestra salvación. Tememos y temblamos ante el secreto inaccesible de un Dios que decide por nosotros, mientras que nosotros somos sin embargo responsables, es decir, libres de decidir, de trabajar, de asumir nuestra vida y nuestra muerte. Pablo dice, y éste es uno de sus “adioses” de los que hablábamos: Así pues, queridos míos, de la misma manera que habéis obedecido siempre, no sólo cuando estaba presente sino mucho más ahora que estoy ausente [non ut in praesentia mei tantum, sed multo magis nunc in absentia mea; mè hos en tê parousía mou mónon allà nûn pollô mâllon en tê apousía mou], trabajad con temor y temblor [cum metu et tremore; metà phóbou kaì trómou] por vuestra salvación (Flp. 2:12). Primera explicación del temor y del temblor, de ese “temor y temblor”: se pide a los discípulos trabajar por su salvación no en presencia (parousía) sino en ausencia (apousía) del maestro: sin ver ni saber, sin comprender la ley o las razones de la ley. Sin saber de dónde viene todo ello y lo que nos espera, estamos abandonados a la soledad absoluta. Nadie puede hablar con nosotros, nadie puede hablar por nosotros, debemos hacernos cargo de nosotros, cada uno debe encargarse (auf sich nehmen[tomar a su cargo], decía Heidegger respecto de la muerte, de nuestra muerte, de lo que es siempre “mi muerte” y de la cual nadie puede hacerse cargo en mi lugar). Pero hay algo aún más grave en el origen de este temblor: si Pablo dice “adiós” y se ausenta demandando obedecer, al ordenar en verdad obedecer (ya que no se pide obedecer, se ordena), es porque Dios mismo está ausente, oculto y silencioso, separado, secreto —en el momento en que hay que obedecerlo—. Dios no da sus razones, actúa como él lo entiende, no tiene que dar sus razones ni compartir nada con nosotros: ni sus motivos, si es que existen, ni sus deliberaciones, ni siquiera sus decisiones. Él no sería Dios de otra manera, no tendríamos nada que ver con el Otro como Dios o con Dios como todo otro. Si el otro compartiera con nosotros sus razones explicándonoslas, si nos hablara todo el tiempo sin ningún secreto, no sería el otro, estaríamos en un elemento de homogeneidad: en la homología, es decir, en lo monológico. El discurso es también un elemento de lo Mismo. No hablamos con Dios ni a Dios; no hablamos con Dios ni a Dios como con los hombres o con nuestros semejantes. Pablo continúa, en efecto: “Pues Dios es quien obra en vosotros el querer y el obrar, como bien le parece” (Flp. 2:13).
Comprendemos que Kierkegaard eligiera, para su título, el discurso de un gran judío convertido, Pablo, en el momento de meditar sobre una experiencia también judía del Dios oculto, secreto, separado, ausente o misterioso, el mismo que, sin revelar sus razones, decide exigir de Abraham el gesto más cruel y el más imposible, el más insostenible: ofrecer a su hijo Isaac en sacrificio. Todo eso sucede en secreto. Dios guarda silencio sobre sus razones, Abraham también, y el libro no está firmado por Kierkegaard, sino por Johannes de Silentio.
Quiero una vez más hacer el salto hacia este extraño funcionamiento de la figura y de la cosa llamada terremoto. Sabemos lo que es el terremoto en sentido literal; y luego, hay un terremoto figural, por ejemplo, como lo que sucede ahora en el mundo, el seísmo que sacude la fundación misma del orden internacional, del derecho internacional, todo el mundo sufre un terremoto en la actualidad, por lo tanto el terremoto es ahí una figura.
Pero lo que querría mostrar para terminar es que el terremoto como figura no es una figura, y dice algo esencial con respecto del temblor. El terremoto como figura no es una figura entre otras. ¿Qué quiere decir esto?
Hay un texto de Celan, un poema de Celan que recientemente me interesó mucho,[vi] que dice “Die Welt ist fort, ich muss dich tragen”: “El mundo ha partido, yo debo cargarte”[vii]. Cuando he tratado de interpretar este verso que desde hace años me fascina, he insistido, por una parte, en el hecho de que en el momento en el que ya no existe el mundo, o que el mundo pierde su fundamento, donde ya no hay suelo —en el terremoto ya no hay suelo ni fundamento que nos sostenga—, ahí donde ya no hay mundo ni suelo, debo cargarte, tengo la responsabilidad de cargarte porque ya no tenemos apoyo, ya no puedes pisar un suelo confiable y por lo tanto tengo la responsabilidad de cargarte. O bien, cuando ya estás muerto —y es pues un pensamiento del duelo, otra interpretación—, cuando ya no hay mundo porque el otro está muerto, y la muerte es cada vez el fin del mundo, cuando el otro está muerto, debo cargarlo según la lógica clásica de Freud según la cual el llamado trabajo de duelo consiste en cargar consigo, en ingerir, en comer y en beber al muerto, para llevarlo dentro de uno. Cuando el mundo ya no existe debo cargarte, es mi responsabilidad ante ti: es pues una declaración de responsabilidad hacia el otro amado.
Pero tragen pertenece también al vocabulario de la gestación (la madre que carga en su vientre a un niño): para el niño que aún no ha nacido no existe el mundo, aún no existe mundo, y ahí, donde no hay mundo, debo cargarte. Lo que quiere decir es que ya sea que se trate de la relación de la madre con el niño o que se trate de uno al otro, de quien sea a quien sea, la responsabilidad del debo cargarte supone la desaparición, el alejamiento, el fin del mundo. No existe más responsabilidad que ahí donde se halla el fin del mundo, ahí donde ya no hay suelo, ni tierra, ni fundamento. Para ser responsable es necesario que ya no exista mundo. Entonces se puede decir: ahí donde ya no hay mundo, soy responsable de ti; o bien, desde que soy responsable de ti, y te cargo, en ese mismo momento aniquilo al mundo, ya no hay mundo; en el momento en que soy responsable ante ti, el mundo desaparece. Para ser verdaderamente, singularmente responsable ante la singularidad del otro es necesario que ya no haya mundo. (Conferencia pronunciada en julio de 2004 – Traducción de Esther Cohen)
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notasfilosoficas · 2 years
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“La sabiduría suprema es tener sueños bastante grandes para no perderlos de vista mientras se persiguen”
Wiliam Faulkner
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Fue un escritor estadounidense nacido en New Albany Mississippi en septiembre de 1897, reconocido mundialmente por sus novelas y galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1949.
Fue el mayor de 4 hermanos de una familia tradicional sureña. 
Tras su primer aniversario, su familia se trasladó a Ripley Mississippi en donde su padre trabajó como tesorero de una compañía propiedad de la familia. A la edad de 5 años, su familia se mudó a Oxford en donde vivió intermitentemente por el resto de su vida.
Durante la Primera Guerra Mundial, sufrió el rechazo del ejército estadounidense por su corta estatura y luchó con la RAF tras pasar previamente por la aviación canadiense.
Cuando tenía 17 años, Faulkner conoció a Philip Stone, un abogado de Oxford, quien se convirtió en una importante influencia en sus escritos y quien quedaría impresionado por algunos de los primeros poemas, ayudándolo a perseguir su sueño de convertirse en escritor. Faulkner escribió poesía casi exclusivamente durante su juventud, y no escribió su primera novela hasta 1925.
En 1926, vió la luz su primera novela titulada “La paga de un soldado”
A pesar de que su vida transcurrió en su mayor parte en el sur de Estados Unidos, de donde surgiría mayormente su inspiración literaria, viajó a ciudades como Nueva York, Los Angeles, Toronto y Nueva Orleans, viviendo casi 5 años en Paris, en donde formo parte de la denominada Generación perdida.
En 1929, con su novela “El sonido y la furia”, se convirtió en uno de los nombres fundamentales de la literatura estadounidense con influyentes técnicas narrativas, de un marcado tono experimental en donde la anécdota es narrada por cuatro voces distintas, siguiendo la técnica denominada “torrente de conciencia”, o la presentación directa de los pensamientos antes de ser estructurados racionalmente.
El experimentalismo de Faulkner siguió apareciendo en sus siguientes novelas como !Absalón Absalón! En 1936 que sigue un estilo laberíntico en lugar de la literalidad de la narración tradicional, y “Las Palmeras salvajes” (1939), en donde se presentan dos novelas con capítulos intercalados que establecen un juego de ecos e ironías, nunca cerrados por los lectores ni los críticos.
A pesar de haber conseguido el reconocimiento en vida, Faulkner vivió muchos años sumido en el alcoholismo destructivo, el mito de su vida, cultivado por el mismo, presenta a Faulkner como un escritor compulsivo, que trabajaba largas sesiones nocturnas con una gran potencia expresiva y de cuya fascinación es difícil sustraerse, la cual que se impuso a sus críticos.
Como guionista de cine colaboró para productoras cinematográficas de Hollywood, cuyo trabajo aceptaba por motivos económicos, pues llevaba un nivel de vida bastante alto. Durante los últimos años de su vida, colaboró con el director de cine Howard Hawks, dando la impresión de un estilo  difícil de vida, con problemas existenciales no resueltos.
Muere en Byhalia Mississippi de un infarto agudo al miocardio en julio de 1962 a la edad de 64 años.
Fuentes: Wikipedia, alohacriticon.com, biografiasyvidas.com
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whokilledwho-uno · 1 year
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Encontrándote
durante la incansable incomodidad espere que ese metro llegara por mi se encienden mentalidades y lugares moverse en dirección repetida, locura, sorpresa y literalidad. Cualquier nombre me haría reconocerte ante el gigante solar.
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hermeneutas · 2 years
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Olá novamente, Sobre a minha pergunta do abandono de crianças, Uma outra coisa que eu queria perguntar mas não acabei explicando é, Por que as deusas abandonaram as crianças? Tipo como uma deusa do amor e uma deusa da família fizeram isso? E se os mitos não estão errados então elas também podem nos abandonar para morrer como Aphrodite fez com Priapo em uma versão em inglês que li. Não sei se me entendem… Mas eu penso em um/a Deus/a como alguém que não abandona sem grandes motivos.Ps, Somente uma dúvida, Mas respeito sua crença e suas divindades.
Não é maravilhoso nos depararmos com esta pergunta em si? O que motivaria às deidades ao abandono, Elas que são as Potências por trás da realidade e da existência.
Isto mora na interpretação mítica, um exercício que os filósofos antigos costumavam fazer, sabia?
O mais legal é que não há uma única resposta e a sensatez nos guia a uma interpretação menos literal do mito, por fim. É parte interessante do exercício de interpretação dos mitos ao considerarmos os Deuses como seres que não necessariamente estão sujeitos ao nosso julgamento moral e muito menos estão presos ao que consideramos digno ou indigno: Hera é igualmente a Deusa que arremessa Hefesto do Olimpo tanto como é a Deusa que faz pazes com Ele eventualmente e se torna frequente aliada na Ilíada, por exemplo.
Há muitas camadas que podemos explorar na interpretação destes mitos supracitados e eles hão de requerir uma reflexão disposta a compreensão plural destas histórias antiquíssimas. É um exercício rico em interpretação que requer um divórcio do literalismo e de uma cosmovisão que os busque observar na grandiosidade destes Deuses que são tão louvados nos epigramas da Antologia Grega (Uma excelente recomendação de leitura para quem deseja ver relatos de devotos antigos, por sinal) e nos Hinos. Não se trata de tal mito está certo ou errado ou seguir literalmente a conduta mítica de cada aspecto retratado mitologicamente, afinal.
Sabemos que é uma jornada de compreensão e reflexão longa, e perceba que aqui nos abstivemos de julgar os Deuses literalmente, afinal, quão produtivo isso seria? Por fim, recomendo a leitura deste post que fala sobre a literalidade mítica e encerro o post com um excerto de Sobre os Deuses e o Cosmos, do filósofo neoplatônico Salústio:
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darkluna · 2 years
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As vezes sou escritor
As vezes sou escritor
De vez em quando, apreciador
As palavras fluem como rio
E encontram barragens que as limitam
Invento novos termos
Reinvento os antigos
Dou novos significados
Mas perco a literalidade
As vezes sou escritor
Mas saberei eu escrever?
by DarkLuna
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wildcmbcrsupdates · 2 years
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fionapalomo: Quiero comunicar lo hermoso que fue trabajar y conocer a todo el equipo de @octopus_uwfilms 🎥 Son un regalo de la T3 de ControlZ para mi. Son un equipo increíblemente profesional y de personas tan cálidas y divertidas- hicieron este rodaje y el pasar hasta 30+min bajo el agua para grabar estas escenas de las experiencias más divertidas y únicas de mi vida. Me dieron oxígeno (literalmente) y toda la tranquilidad humanamente posible para superar este reto. Metros bajo el agua para simular la profundidad del mar, pasando 7/8 horas en el agua y ratos largos debajo de ella antes de subir a la superficie.. Lo que creamos con ustedes es un perfecto ejemplo de que el arte no depende jamás de la literalidad de las palabras, del sonido, de absolutamente nada más que la simpleza y magia de la comunicación pura. Se ve el amor y la historia de Maria y Natalia a flor de piel en segundos bajo el agua.. (Les dije que desde chiquita quería ser sirena y se me concedió 🧜🏻‍♀️)
Fiona Paloma via Instagram, 07/12/2022.
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vlp-wrtng-prctcs · 7 hours
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¿Fiesta de pijamas?
¿Hasta cuándo es apropiado utilizar la oración “fiesta de pijamas” para describir la acción de compartir la habitación con alguien por una noche?, porque en esos momentos es el único término al que le queda por aferrarse para no pensar en la literalidad de la situación, para olvidar que quien duerme al otro lado de su cama es su némesis, y sobre todo, para fingir que no está obsesionado con la situación en cuestión.
Había sido una tarde caótica, desde el hecho de casi perder una de sus prótesis hasta la noticia de una nueva celebración para Roger; su mente pasó bruscamente del éxtasis a la inhibición de cualquier rastro de felicidad, lo que provocó naturalmente que estuviese vagando con la mirada vacía hasta que el agente secreto, tan noble como la representación de sus causas, acogió sus malestares en una pequeña seña en la que prometió quedarse si eso era lo que quería.
Y supone que lo hacía, porque tan pronto parpadeó, el Agente P ya había intercambiado su fedora de trabajo por la de descanso. Incluso se había retirado su gabardina, doblándola con precisión antes de cuestionar con gestos si estaba bien si lo dejaba temporalmente en el respaldo del sillón. A lo que asintió solo para seguirse cuestionando en silencio qué es lo que se supone estaba pasando.
No duró mucho en ese bucle de pensamiento cuando lo detuvo con ese remarcado gruñido que advertía con golpearle si no recordaba cómo respirar.
Por lo que inhala, exhala, en cada respiración se permite contar hasta 10 de forma ascendente y luego al revés, hasta que lo ve ahí, sonriéndole con orgullo mientras promete, como el buen tipo que es, que por ese día no debe preocuparse por lo que almorzará debido a que tiene la libertad de ordenar toda la comida a domicilio que decida de forma gratuita. Esta será su tarde, exclusivamente suya.
Algo se retuerce en sus entrañas, una sensación cálida, nerviosa; se siente como cuando llegó América. No es algo que estaba en sus planes pero definitivamente fue algo bueno.
La sensación incrementa cuando el celular personal del hombre se extiende a su persona, tan confiado como si su vida privada no estuviese a solo unos cuantos deslizamientos con el dedo; pero sabe que Perry le ha otorgado poco a poco gramos de sí mismo, fuera de las etiquetas que conoce, que jamás lo traicionaría. Podría ser un villano, pero jamás alguien quien apuñale por la espalda a su lugar seguro.
Así que busca opciones, eligiendo algunos alimentos dulces para la noche, cuando la ansiedad se haya esfumado, y platos salados para ese momento, buscando una sensación que lo devuelva a la tierra.
Dado que Perry el ornitorrinco no lo hace plantearse en la realidad, al contrario, hace que sienta que sus pasos cada día se vuelvan más ligeros, como si flotara después de tanto tiempo de haber estado arrastrando los pies.
Mientras esperan la comida, deciden ver el capítulo de la novela que ambos han confesado estar siguiendo desde el primer capítulo, por lo que se sientan, nada acurrucados en el sofá, carcomiendo por el prohibido romance que se oscurece con cada intervención de los antagonistas de la trama; sabe que en ningún momento se ha callado sus comentarios o críticas. Lo sabe muy bien debido al bufido que suelta, mismo que se convierte en una sonrisa la cual se tensa de forma tan escandalosa que la risa es inevitable, lo que hace que se avergüence más.
Tiene una bonita forma de reír pese a que el sonido queda a su imaginación.
Cuando la comida llega no hay cambios agresivos, todos son tan sutiles como el toque de una pluma, lo que hace que ambos se puedan desenvolver en una conversación en la que el hombre de cabello turquesa destaca por su gran capacidad de hacer las preguntas adecuadas para incentivar la conversación. Por lo que incluso los salseros se vuelven parte de las extensiones de las representaciones visuales de la historia, donde objeta cuando se les acusado de redundante cuando los nombres evidencian claramente un juego de palabras terribles.
Al momento de finalizar la comida, su némesis insiste en ser quien lave los platos, lo que hace entonces que peleé por ser quien los sequé, rechazando la idea de ser un proyecto de benevolencia.
Aunque no lo es, se lo aclaran; el hombre moreno podría decírselo en todos los idiomas y lenguajes, lo sabe perfectamente. Porque sabe que murmurara quejas apenas utilice su principal arma: su mirada penetrante que no lo deja desviarse a otros lados que no sean ese tono chocolate.
Una trampa mortal, si alguien pregunta, porque no existe algo tan malditamente expresivo como frío como su mirada.
Entonces limpian en un cómodo silencio, mismo que es incapaz de sostener cuando comienza a hablar por hablar, impulsado por una sensación misteriosa. Eso hace que Perry escuche por el mero hecho de que desea escucharlo; una idea que ha aceptado a la fuerza, porque de todas las veces en las que ha expresado que ya debe estar agobiado de sus conversaciones interminables, le ha jurado sobre su propia duda lo contrario: podría escucharlo todo el tiempo que lo requiera. Porque es entretenido aún si a veces es desastroso.
Como sus planes, como sus salidas.
Como ellos.
Entonces la tarde se extiende entre otras actividades de las cuales ha olvidado el orden, no sabe si han jugado primero un juego de cartas, si vieron la película pendiente de su última noche de películas, si platicaron sobre todo y nada; de la única actividad de la cual logra ser plenamente consciente como la última, es cuando la noche inevitable cae sobre ellos, advirtiendo sobre el adiós tan complicado de pronunciar.
Si acaso lo hiciera.
Al contrario de todas las ocasiones previas donde pidió un poco más de su tiempo para estar acompañado, es su contraparte quien le cuestiona si puede pasar la noche ahí; lo que acepta, aún si la piel le vibra en preguntas sobre el motivo y un latente “¿qué importa?” el cual, definitivamente, incita a simplemente disfrutar de ese hecho como si se tratase de un sueño del cual podría despertar en cualquier momento.
Entonces ofrece su habitación, debido a que el cuarto de huéspedes actualmente sufre algunas…reparaciones. Por no decir que tiene la enorme marca del cuerpo de Norm posterior a un accidente; a lo que se niegan con el argumento de que pese a a ser el huésped, se sentiría mal de hacerlo dormir en la sala.
Discuten, pelean, hasta que llegan al punto de partida.
Entonces, ¿es una fiesta de pijamas? No lo sabe. Tampoco está seguro si es lo mejor llamarlo así, o si sería peor darle alguna otra categoría. Tantas dudas, tantas posibilidades…
De pronto deja de pensar cuando lo golpean en la cara con la almohada, exigiéndole que deje de pensar demasiado alto a esa hora de la madrugada; a lo que se disculpa mientras lo insulta, consiguiendo un somnoliento quejido que se ahoga cuando se acerca a su persona, rodeándolo probablemente de forma inconsciente.
Es un abrazo, uno que une todas las piezas que no parecían encajar durante el día…su vida.
Suspira, luego bosteza; por algún motivo sus párpados se sienten pesados.
Ojos cerrados, aire caliente chocando detrás de su cuello.
Pijamada o no, esa noche es confusamente agradable.
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Jade: É por já ter visto esse olhar.
Jade: iluminura no breu na minha ausência.
Jade: Como se pudesse realocar as memórias de lugar
Jade: Tirar de cada uma essa angústia desenfreada
Jade: Mas não pode, Charlie.
Jade: No dia que você também automatizar isso
Jade: Será o primeiro alerta para o verdadeiro fim
Jade: O desbotar começa reescrevendo
Charlie: Eu mudei de lugar todas as certezas
Charlie: Principalmente as que tenho sobre o outro
Charlie: Me coloquei em primeiro lugar em tudo
Charlie: Sem picos de literalidade em nós.
Charlie: Continuarei fazendo o mesmo até me ausentar
Charlie: Colocar os pés na ausência é muito pouco.
Charlie: Ato covarde e desmedido comigo.
Charlie: Seria como desconsiderar toda essa guerra.
Charlie: Também estou cansado de ser príncipe
Charlie: Principalmente em terras onde não tenho
Charlie: Muito menos ainda nas minhas terras
Charlie: Pois nem minhas terras conheço com as mãos
Charlie: Jade, é hora de dormir numa eternidade nossa.
Jade: A eternidade sempre assustou
Jade: Principalmente quando não são nossas
Jade: Você mudou algo de lugar e não deveria
Charlie: No final, todos vamos pro mesmo lugar
Charlie: Do tabuleiro que só nós entendemos
Jade: O dia não vai raiar assim.
Charlie: Sei o que estou fazendo.
@arcoirisdaspalavras
#charliehere
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