Sonará muy uishh, pero en serio a veces quisiera poder vomitar para no sentirme mal cada vez que como algo, pero mi cuerpo se reusa a convertirse en una alguien bulímico, teniendo problemas con la comida y de salud.
Lo que me gusta del vómito es que nos recuerda que hay cosas que no controlamos. Es cierto que uno puede inducirlo, invitarlo a salir y a compartir la vida con nosotros, pero si decide salir por sus propios medios no hay quien lo pare. El sol sale para todos, la luna también, el vómito también. Encima es sanador, uno vomita y se siente mejor, vómito es milagro. Purga, purifica, cataliza los chakras, lubrica la garganta, y nos hace más sinceros, más transparentes, expone lo que escondíamos en nuestro interior, deja en evidencia aquello que nos dañó, nos lo sirve en bandeja para que le demos su merecido. El prodigio de cagar por la boca, casi nos convierte en seres mitológicos por un segundo.
De todas nuestras repugnancias es la única que tiene vida propia: uno puede aguantar el pichí o la caca excepto en la infancia o en la vejez, pero el vómito no se aguanta en ninguna etapa de la vida. Es unánime.
Joe me dijo recién que lo lindo del vómito es que reinicia, te da un nuevo comienzo. Rebootea. Listo ya pasó, vamos por más.
En lugar de preguntarnos si Zendaya hace caca deberíamos preguntarnos si vomita, esa es la prueba irrefutable si somos humanos o no. Esa gente que sonríe todo el tiempo ¿Vomita? nuestro presidente ¿Vomita? el dueño del banco ¿Vomita? el propietario que nos cobra el alquiler ¿Vomita? Elon Musk, Jeff Bezos, Putin ¿Vomitan?
Nuevo filtro desbloqueado: si nunca vomitaste no confío en vos.
"El temor a ser engañado es la versión vulgar de la búsqueda de la Verdad." (E. M. Cioran, Del inconveniente de haber nacido, 1973)