Tumgik
#yo luego no haré favores ni charlas
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hitory--chan · 3 years
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Día 3: Adicto a tu piel
AO3 - Fanfiction - wattpad
(Clasificación M)
Título: El error del hábito
Comenzó como un error, luego se convirtió en un hábito.
Los dedos generalmente torpes se movían sobre él con una maestría que la mayoría desconocía, encendiendo el fuego donde fuera que lo tocara.
Y él solo quería más, anhelando el contacto que se le había sido negado durante el mes que no la había visto.
Sus propias manos recorrieron las piernas de ella, que envueltas en su cintura la aseguraban de no deslizarse contra la pared en la que su espalda se apoyaba.
El contacto con la tela de su vestido lo enloquecía, no queriendo más que romper la maldita prenda que le impedía verla y tocarla como debería ser, pero sabía que era necesario que guardara la compostura si no quería ser descubiertos.
En su lugar se concentró en sus labios unidos que los salvaguardaba de ser descubiertos por la sinfonía de gemidos y gruñidos que desesperadamente salían de ellos, siendo atrapados por el interior de la boca del otro.
Sus caderas se unían en un vaivén bien sincronizado de movimientos donde, cuando él bajaba, ella se alzaba sobre él hasta que se dejaba caer al mismo tiempo en el que Sasuke se hundía con una estocada en su interior.
—Hinata —gimió su nombre en la primera oportunidad que pudo, cuando abrieron una pequeña brecha entre ellos para por fin respirar —Por favor… por favor… quédate conmigo —le rogó, desesperado cuando el cosquilleo en su ingle aumentaba con cada segundo que pasaba.
Pero ella, como siempre, le rompió el corazón cuando lo volvió a callar con un beso al mismo tiempo que negaba con su cabeza aquella petición que ya se había convertido en una constante entre sus íntimos momentos.
La furia y consternación que le provocaba su negativa solo fue combustible para que la unión entre sus sexos se volviera más ruda, más errática, hasta que ambos se pusieron rígidos antes de que se marchitaran por la abrupta liberación de placer.
Unos minutos pasaron hasta que él finalmente permitió que sus piernas lo soltaran para que ella, aún debilitada y temblorosa, pudiera ponerse de pie, colocándose nuevamente las pantaletas que habían permanecido colgando en la punta de sus dedos mientras ellos se devoraban el uno al otro.
Y llegó el momento en el que tuvo que desviar la mirada, porque su corazón no resistía ver como ella tomaba del descanso del lavamanos las joyas que decoraban sus dedos, cuello y orejas, dejando para último la pieza más importante de todas.
Solo bastaron unos pocos segundos para que el sonido de la puerta abriendo y cerrando se escuchara en la infinidad de aquel lujoso baño que había sido testigo de los actos impuros que ambos habían consumado.
Se acercó al mismo lavamanos y abrió el grifo, mojando con el agua su rostro en busca de alivio incluso en la más mínima forma, mirando sus propios ojos en el espejo frente a él mientras las pequeñas gotas se deslizaban desde su frente, a sus mejillas y finalmente caían a la blanca cerámica.
Esperó varios minutos para recuperarse totalmente, sintiéndose destruido en más de una forma.
Tomó la pequeña toalla que la barra a su lado y secó sus manos y cara, tomó su saco, que había quedado en descanso sobre el tanque del inodoro y arregló su pajarita, finalmente dispuesto a salir de aquel espacio que empezaba a oprimirlo.
Salió sin pena ni culpa, sin mirar hacia los lados en busca de cualquier persona que viera a ambos dejar mismo baño y delatarlos, en realidad deseando que aquello fuera exactamente lo que pasara, pero aquel pasillo vacío en el segundo piso solo le recordaba que las escaleras habían estado fuera de los límites de los invitados a aquella fiesta, siendo solo unos pocos los permitidos a usarlas, tal como él y ella lo habían hecho.
El sonido de diversas charlas lo recibió, nada ruidoso como lo que cualquiera esperaría del anfitrión, pero que era totalmente acorde con la ocasión que se celebraba.
Con la vista fija en la salida, empezó a caminar para irse lo más rápido posible, esperando no llamar la atención con su abrupta partida.
— ¡Sasuke!
Pero como todo lo que intentaba aquella noche, falló.
Con los hombros rígidos por la tensión se dio lentamente la vuelta, enfrentando al hombre que lo llamaba con su estridente voz.
Desde el otro lado de la habitación, Naruto se acercaba a él a paso moderado, completamente distinto a como generalmente caminaría, adaptándose a la velocidad de la persona a su lado.
— ¿A dónde vas? ¡La fiesta aún no termina!
No respondió al momento, mirando los azules ojos de su amigo antes de pasar a los marfilados de su acompañante.
—Lo siento, tengo que irme —volvió a fijarse en Naruto, siendo más fácil mirar su expresión desbastada que el ceño levemente fruncido de Hinata —Algo surgió en la empresa, me llamaron de urgencia —se excusó con una mentira, esperando que al menos Naruto pudiera ser engañado con sus palabras.
—Eso apesta —se quejó el rubio, aunque su tono denotaba entendimiento.
Naruto se acercó a él, abrazándolo.
—Aun así nos reuniremos mañana ¿verdad?
Sasuke también lo abrazó, un poco más rígido que al principio.
—Por supuesto, idiota —le respondió, sus ojos fijos aun en Hinata, tratando de no deslizar la mirada hacia abajo para no toparse con el anillo que orgullosamente brillaba en su mano izquierda —No puedo dejarte arruinar tu boda con tus estúpidas ideas ¿cierto?
—Genial —el abrazo se acabó y Naruto se volvió a deslizar junto a su prometida —realmente te agradezco todo esto Sasuke
Él rechazó aquello, volviendo a mirar a Hinata y extendiendo su mano para apretarla con la de ella.
La electricidad que producía en ambos cualquier contacto entre ellos seguía ahí, pero ninguno de los dos podía reaccionar en consecuencia.
—Felicidades por su compromiso —fue lo único que pudo decirle, doliendo cada letra que salió de su boca y el pequeño “gracias” que ella soltó.
Sus manos se soltaron, lentas, y el sentimiento de vacío en él se hizo más grande cuando el ligero contacto final de las yemas de sus dedos desapareció.
Se despidió y se dio la vuelta, deteniéndose cuando abrió la puerta y se giró levemente para mirarlos por última vez, viéndolos felices mientras eran abordados por otras personas que los felicitaban, aunque los ojos de ambos volvieron a encontrarse antes de que no pudiera resistir más y salió de aquella casa.
Ignoró completamente su auto cuando pasó a su lado, prefiriendo caminar en medio de la oscura calle solo iluminada por pobres farolas amarillentas y la blanca luz de la luna.
Ya no debería afectarle, se supone que la historia de ambos había acabado años atrás cuando estuvieron de acuerdo que su relación no daba para más, cuando sus caminos se separaron, cuando la convenció, apenas seis meses después de su separación, de que debería aceptar la propuesta de su amigo a una cita, asegurándole que estaba completamente bien con aquello.
Qué tonto de su parte.
Ahora solo era una página a la izquierda que solo era leída de vez en cuando en busca de algo olvidado, y él no podía hacer nada más que aceptar aquello, anhelante del contracto de sus finos dedos sobre sus borrosas letras.
“Un gatito en el tejado, solo sin su lady”
Este one no tiene nada que ver con el del día 1, aunque probablemente solo yo lo relacione en mi cabeza.
La última frase la agregué porque en mi mente, Sasuke va cantando la canción que canta Chat Noir en Chat Blanc
PD: Aparentemente haré puro cliché e historia quemada este mes SH
@sasuhinamonth
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Anotsu Kagehisa/Otonotachibana Makie
—He soñado. 
—¿Soñado?
—No es nada de otra mujer, sino… de algo de cuando era niño. Había un gran perro ante mí… me acechaba, dispuesto a matarme… con ojos verdes, despojados de todo sentimiento… Tenía miedo. De repente sus ojos brillaron y me mostró sus colmillos… Pero una sombra oscura apareció a la velocidad del rayo detrás de mí… y en un instante… el cuerpo del perro acabó partido en dos partes perfectas. _
—Vaya, sería un hombre muy fuerte. 
—Te equivocas, era… era una mujer… una chica. Parecía mucho mayor que yo, pero era una niña. De eso estoy seguro. Sin embargo lo que más me sorprendió… Fue el hecho de que a pesar de terminar con el perro de un golpe certero a esa distancia, ni una sola gota de sangre fue a salpicar sus ropas ¡Quedaron impolutas! Al verlo un escalofrío muy distinto al “miedo” que acababa de pasar se apoderó de mi cuerpo. Y lo recorrió de principio a fin. Entonces mi abuelo Saburo Anotsu, vino a ver lo ocurrido… Se puso furioso, nos dio una paliza a los dos y luego se marchó. 
—¿No sería tu abuelo el dueño de ese perro? 
—La verdad es que no lo recuerdo… pero juraría que era un perro callejero. Mi abuelo estaba muy nervioso entonces, solía enfadarse por nimiedades. Lo único que recuerdo bien… es el perfil de la chica, que vi de refilón a la luz de la luna, justo antes que viniera mi abuelo. Su piel era pálida como la de un cadáver… y parecía desconsoladamente triste.  
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Blade of the inmortal, episodio 7, páginas del 1 al 4.   
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Alerta de spoilers 
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La relación de Anotsu y Makie sale a escena al poco tiempo de empezar el manga, y la importancia de ella empieza a manifestarse justo en estas partes, aunque todo empieza más como una relación ambigua, donde no se sabía si era más de uso y beneficio —de parte de Anotsu— o algún tipo de vínculo que podía acabar en odio —de parte de Makie—.
Pero… creo que lo mejor es desentrañar un poco mejor las cosas, para seguir, ¿no?
Primero creo que debo empezar a hablar del cómo son los personajes, y haré un énfasis en Kagehisa Anotsu, porque… siento que mucho de él, tiene que ver con la misma pareja. Bueno empecemos:
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Anotsu Kagehisa es el líder de la Escuela —sin escuela—   Ittou Ryuu. Un temible espadachín, y la figura cuasi antagónica del manga. El grupo que él creó tiene como objetivo el cambiar lo que es el típico camino de la espada o… del Samurai, y él quiere demostrar que la fuerza está más allá de las normas establecidas, y que la victoria es eso… ganar, de la forma que sea sin importar ni el cómo ni el por qué —eso sí, Anotsu rechazaba firmemente un combate de dos o más contra uno—.
Al principio da la impresión de que Anotsu se inspiró en su propio abuelo para crear su escuela  —el abuelo de Anotsu era un hombre amargado, porque fue retirado de su antigua escuela de espada, por usar un arma prohibida— pero con el pasar del tiempo, uno acaba por darse cuenta que —¡Oh, maravilla!— la verdadera musa de esto, fue nada más que Makie. Espadachina que pese a su sexo, era y siempre sería superior a él.
En el manga, se da a entender que Anotsu, tras quedar impresionado con su primer encuentro con Makie, la busca hasta encontrarla. Y —supongo— queda realmente consternado, al ver que su figura de admiración no era más que una prostituta. Por ende, compra la libertad de ella y la une a su grupo, pero en esos tiempos él no tenía en cuenta la historia que ella ocultaba, su dolor ni sus dudas. Solo creía que Makie, como una genio en la espada, debía de seguir ese camino y no desperdiciar su talento.
Y tras la pelea que tuvo Makie con el mismo protagonista, las cosas toman el camino que debían, y al final ella deja al grupo, y con ello a Kagehisa.
Anotsu queda realmente consternado, y hasta se da a entender que queda deprimido por eso.
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Eso sí, Makie tiene un objetivo claro que… debe ser explicado un poco más a detalle:  
Makie era la hija de un samurái, que tenía un dojo que deseaba heredar a su primogénito e hijo varón. En esto, se cuenta que en una ocasión, por una broma, alguien le dio una espada de madera a Makie e hizo que se “batiera” en un combate con su hermano.
Se rectifica que esto era una broma, porque todos suponían que el ganador sería su hermano, quien era mayor, de sexo masculino, y además fue entrenado para usar una espada. Y a ello grande fue la sorpresa al ver que ella le ganó a su hermano, y para colmo no lo hizo una vez, sino cinco veces seguidas y con gran facilidad.  
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Su hermano ante la vergüenza comete seppuku, y su padre, enfadado, la bota a ella y su madre de  casa. Haciendo que ellas vivan en la pobreza. Su madre, al igual, para subsistir se vuelve prostituta. Esto crea una herida que nunca cura en Makie, y hace que ella jure venganza. Pero con el pasar del tiempo, la voluntad de ella flaquea, y empieza a sentir remordimiento por toda la sangre que hizo verter en nombre de la venganza. Al final, cuando Anotsu la encuentra, se da a entender que ella decidió seguir el consejo de su madre de ser una prostituta que consuela, en vez de una guerrera que hiere y asesina.
Pero bueno, al final ella va a por la cabeza de su padre. Y decide que solo la vida de él, era la que le importaba, y por ello renuncia a Anotsu, el grupo de él, y su batalla casi ganada contra el protagonista —qué bien, porque si no, no había manga—.
De ahí, pasa un tiempo para que sepamos algo de Makie, en cuanto a Anotsu, pues… se encuentra con la co-protagonista —tiene una charla sumamente interesante con ella— y… luego se sabe que se va de viaje y… que un grupo autorizado por el shogunato, va en busca de su cabeza, y con ellos están los protagonistas de este manga —lo usual, ya sabes—.
Y bien, aquí viene otra parte picante; Anotsu viaja a un pueblo donde estaba la escuela Shingyoto-ryū, la cual estaba dispuesta a unirse a las buenas a su causa —porque Anotsu tomaba a las malas las escuelas; sin importarle verter sangre alguna. Esa es la razón principal por la que la co-protagonista lo odia; él mató a su familia— pero le ponen como trato el casarse con la nieta del fallecido maestro del dojo. Anotsu se ve reticente al trato, y llega a tener un breve recuerdo de Makie, pero al final tras pedir un favor a uno de los suyos y que le traigan “ciertas noticias”; acepta el trato y se casa con Hisoka.
El matrimonio de ellos… no dura ni un día. Tras consumar su unión, Anotsu se va del lugar; y el Shingyoto-ryū, en su camino, acaba traicionándolo. La razón no es más que una maquinación del gobierno que dejó a este dojo entre la espada y la pared. El arrepentimiento del líder de ellos, llega a tal punto que comete seppuku, y Hisoka se suicida con él. Anotsu, por su parte, escapa del lugar, conjunto a la —inesperadamente llegada— co-protagonista del manga, a la cual, para no ser mala, ya le daré nombre; Rin.
Y bueno, en el viaje, se descubre que la información que sacó Anotsu antes de casarse, es nada más que la nueva locación de Makie.
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En esto, descubrimos que Makie está… arruinada. Ella volvió a la prostitución, y está en una depresión severa, porque al final no mató a su padre, pero igual lo vio morir. Y al final, ella se quedó resguardada en la casa paterna, a la espera de su muerte.
Anotsu, al principio —al saber que volvió a ser prostituta— se ve molesto, pero tras ser rebatido por ella —donde le tiró en cara, que no necesitaba su opinión— la deja ser; pero… cuando descubre la atrocidad que ella se hizo a sí misma en la mano —cocerse el puño, para ya no empuñar una espada— acaba por tener otra pelea con ella. Al final tras el relato de cómo fueron las cosas y el cómo ella se sentía; le cura la mano y asimismo la consuela. También se da aquí sus palabras, que marcan el nuevo camino de Makie.
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Y bueno, en el viaje, el  Shingyoto-ryū que tenía que aliarse con él, acaba por perseguirlo ya que le culpan de la tragedia que aconteció con ellos; para lo peor, Anotsu acaba por enfermarse y se queda impotente ante los ataques, a tal punto que apenas y se podía quedar en pie.
Como es a suponer la emboscada viene a él. Y si no fuera por la llegada de Manji  —el protagonista del manga— y Magatsu —ex miembro del Ittou Ryuu, y que luego se reincorpora— ni Anotsu ni Rin hubieran salido vivos. Contra tantos guerreros, Manji y Magatsu no daban abasto, y es en estas partes aparece Makie como un aliado inesperado.
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Aquí ella toma la resolución de seguir el camino de Kagehisa, apoyarlo, y ante todo; protegerlo. Y Anotsu, aquí vuelve a recalcar la admiración que siente por ella, y vuelve a contar la misma historia de siempre —a ello, que yo haya puesto el diálogo del principio, es importante con ellos—.
Tras ganar la reñida batalla. Anotsu, Makie y todos los demás se retiran. Además, hacen un lindo paralelismo con lo que son Manji y Rin.  
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Y bueno, a partir de esa parte se da a entender que Kagehisa y Makie son pareja. Asimismo, es un buen tiempo que se sabe poco de ellos, y la historia se centra más en los pocos subordinados que le quedan al Itouu Ryuu.
Solo hay una que otra escena donde se los ve juntos. Con ella tocando el shamisen, y él escuchándola, o cosas por el estilo.
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Al acabar una saga, nos enteramos que aun a pesar de estar juntos las cosas no son tan dulces, porque Makie tiene tuberculosis y por como parecen las cosas, la enfermedad está en una etapa avanzada. Para lo peor, la relación de Kagehisa con el shogunato se vuelve tan tensa, que le piden a él y los suyos; el marcharse si no quieren morir.
Es ahí cuando Kagehisa decide dejarla, para que ella por fin viva como una simple civil. La despedida es lacrimógena y por primera vez se da el hecho donde Anotsu le pide a ella el no seguirlo, y ella se ve reticente.
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Es en estas partes donde Makie, promete a Kagehisa demostrarle su fortaleza.
Tal y como ella, lo dice, al poco tiempo del viaje de Kagehisa, aparece Makie en el camino. Aunque bueno… en realidad no se encuentra con él, sino intercepta a Habaki Kagimura —persona que deseaba la cabeza de Anotsu y trabajaba para el shogunato— y el grupo que creó para derrotar al Ittou Ryuu. Como es a suponer ella hace cundir el pánico en todo el grupo, pero al poco tiempo se ve imposibilitada de acabar con toda la amenaza, por… su misma enfermedad. Y es más, es auxiliada por Manji, antes de caer presa de su propia debilidad.
Entre todo esto se reencuentra con Kagehisa, y Makie llega a confesarle que ahora entiende lo irritante que es perseguir a alguien y que esta persona rehúya de sí. Las cosas acaban bien entre ellos, y hasta con humor.  
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Eso sí, al poco tiempo vuelve la batalla, y cada uno se va por su lado. Kagehisa pelea contra Kagimura, y Makie lucha contra tres contrincantes y uno más que se añade tras su inevitable victoria. Pero… al poco de ganar, de improviso viene una lluvia de balas que tenía como objetivo el matar a todos los presentes del lugar.
Kagehisa sale bien de esto, pero en cambio, Makie recibe muchos disparos. Anotsu en ese momento va corriendo donde ella, aun cuando el ataque seguía. Agarra el cuerpo, y la acuna en brazos, y aquí se desenvuelve a nueva cuenta los recuerdos de infancias de ellos; y nos enteramos que de niños ellos sí pudieron hablar. Y que es más; Anotsu en un impulso desde niño ya le pide a ella el estar juntos. También resulta que hicieron la promesa, donde él debía ganarle a ella en fuerza.
Makie aun moribunda, le pregunta si logró tal evento, y Anotsu le responde que no.
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Ella acaba por decir, que eso está bien, porque aún tenía razones para estar a su lado.
La muerte de ella sobreviene tras asesinar a todos aquellos que dispararon adrede. Kagehisa, recoge su cadáver, y al poco tiempo también la venga.
También al final, en el infructífero intento de escapar, Anotsu se lleva el cuerpo de Makie con él.
Y bueno… eso es todo.
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Con todo este relato; ¿Por qué me gusta esta pareja?
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 Ahora que voy refrescando mi memoria, me doy cuenta que esta pareja no es feliz, ni entra en los patrones típicos de parejas favoritas de la gente. La pareja es muy triste y está en medio de una historia trágica, repleta de sangre. También debo admitir la obviedad donde Kagehisa la ama, pero ama más a su causa que a ella. O que en realidad es doloroso saber, lo inestable que era Makie durante todo el manga, entre otras cosas. Pero admito que con toda la realidad restregada en mi cara; la pareja me sigue gustando.
Mi gusto comenzó desde que Anotsu besó a Makie —si los que leyeron esto, se preguntan por qué no relate los besos que hubo entre los dos; les diré que se debe a que veo ese tipo de actos poco importantes al lado de la carga emocional e influencia que son el uno para el otro— aunque tal acto, en primera instancia, me dejó realmente… contrariada. Por aquellos tiempos yo tenía apenas quince años, y era de ese tipo de fans posesivas con personaje masculino favorito; y el saber que él estaba interesado en un personaje me pateó un poco. Aunque al ver la despedida de ellos  —donde ella lo deja, y Anotsu corre en su busca— hizo que este par se ganara mi simpatía.
De ahí me costó un montón encontrar el manga y leerlo; y cuando lo hice me llevé la gran sorpresa donde ambos fueron realmente bien desarrollados como pareja. Es más, me atrevería a decir que este par es la mejor relación del manga; aunque gustos son gustos, hay gente que puede decir prefirió a Rin y Manji o Doa e Ikaku; hasta podrían hablar de Rin y Kagehisa. No soy quién para contradecir, solo creo que es una buena relación.
Pero si vamos a los motivos:
Bueno, uno muy importante es la gran carga nostálgica que hay entre ambos. El relato de Anotsu —la cita de  arriba— se presenta en el manga una buena cantidad de veces. Y cada vez se desarrolla más y más; y llegamos a encontrar más cosas en ella.
Otro punto que me gusta, es la carga sentimental entre ellos. Anotsu en el manga, suele salir de su común actuar con Makie, o en sí, se ven facetas más vulnerables. Tales como, el rostro que pone al saberse abandonado, el llanto que vierte al dejarla, la cara que hace cuando ella se levanta y vuelve a luchar. De la parte de Makie, se ve que pese a sus problemas de depresión, y pocas ganas de vivir, por él vuelve a atesorar su vida y quiere seguir adelante.
Es una pareja que está llena de confesiones de ambas partes. Makie confiesa sentir amor por él desde hace un buen tiempo, en cambio Kagehisa confiesa que desde su primer encuentro la quiso. Y no son solo ese tipo de confesiones las que se dan, sino hay más. Algunas más largas y significativas, y otras más cortas y escuetas, pero aun así existentes.
Es una pareja que para mí, tiene una relación de igual a igual. En esto, debo admitir que me gustan las parejas donde sienta que los personajes pueden recorrer el mismo camino. En este caso, al ser los dos guerreros ellos saben entenderse, saben defenderse por sí solos, y los dos tienen fe en la habilidad del otro. También el hecho de que Makie sea más fuerte, pero que Anotsu esté mucho más seguro de cada paso que da, hace que igual haya equidad entre los dos.
Anotsu admira verdaderamente a Makie. Esto me gusta porque es un aspecto raro en las parejas heterosexuales. En mangas y demás, se ve más a un hombre ama a una mujer que le enseña lo bello de la vida, o que se fije en ella por su belleza —no digo que reprocho eso, pero hablo de la realidad—. Pero en este caso Anotsu ve a Makie como la musa de su vida, la mujer que le trazó el camino a seguir; la persona con la que se siente contento de perder en habilidad.
Ambos tienen, pese a todo, reconocimiento del libre albedrío del otro, y es más, ambos respetan la decisión de cada quien. Siendo de esa forma Anotsu, nunca retuvo a Makie a su lado, y Makie jamás hizo lo mismo con Kagehisa.
Se preocupan por la integridad del otro. Anotsu muestra verdadera preocupación por Makie y su enfermedad, por ella y su mano herida, por ella cuando fue disparada en el campo de batalla. Makie, hace lo mismo y sigue a Kagehisa de un lado a otro, con tal de protegerlo del peligro.
Admito que me gusta ese tipo de extraño paralelismo que se hace entre ellos dos y Rin y Manji —no digo paralelismo en que son iguales como parejas, sino… que son vistos como dos pares que están en el mismo terreno, pero son contrarios—.
Y… bueno, de este par me gustan varias cosas más. Como la promesa de Anotsu, donde tras encontrarla asegura nunca más perderla de vista. Me gusta que pese al carácter pasivo de Makie, ella no se deje mandar por Kagehisa, y siempre siga el camino que ella decida. Me gustan sus encuentros, me gustan sus conversaciones, me gusta la nostalgia que engendran y lo dolorosa que es su relación. Me gusta casi todo de ellos.
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¿A qué quiero llegar con esto?
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Hace años con una amiga quedamos en que yo haga una lista y hable de mi amor por ciertas parejas, suelo ser inconstante e insegura, así que pese a hacer lo que debía de esta pareja, al no completar de ninguna otra más, decidí no subir nada hasta nuevo aviso. Pero... esto me costó lo debido y quiero terminar un viejísimo pendiente. No tengo foro, me da cosas hablar de esto en facebook o lugar similar, así que esta página no me pareció una mala idea. Y con esto mismo me presento, soy una escritora de testamentos dedicados parejas ridículas, un pasatiempo poco respetable pero agradable. 
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0takudl · 5 years
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Diabolik Lovers Chaos Lineage: Yuma, Historia 13
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Muchas gracias a @tournesolia por permitirme traducirla desde el inglés.
historia 1- historia 2- historia 3- historia 4- historia 5- historia 6- historia 7- historia 8- historia 9- historia 10- historia 11- historia 12
traducciones chaos lineage
-Bosque.-
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Yui: Parece que... Reiji-san y los demás no están aquí. ¿Ya regresaron a la mansión?
Yuma: Puede ser. Fue de ayuda que no hayamos terminado en un conflicto en el bosque.
Pero no bajes tu guardia. Aún deben estar buscándonos.
Yui: Sí... Ellos no van a rendirse.
Sería un mejor escenario que acabase sin ninguna pelea, pero...
Yuma: … Eso sería imposible.
Bueno, primero que nada, debemos llegar a la mazmorra a salvo. ¿Recuerdas la estrategia?
Yui: Por supuesto.
Estaré bien. Tal vez sea más peligroso para ti así que ten cuidado, ¿de acuerdo?
Yuma: Está bien.
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Yuma: Ya que Reiji y los demás están investigando algo, ¿los prisioneros nos escucharán a nosotros?
La mayoría escapará justo cuando crean que es la oportunidad.
El único problema es... Ruki. Tal vez no se mueva porque debería estar planeando algo.
Yui: ¿Qué hacemos si eso sucede... ?
Yuma: Tendré que creer que mis sentimientos le llegarán...
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→ Vamos a creer. (M. )
Yui: Vamos a creer. Estoy segura de que todo estará bien.
Yuma: ¿“Todo estará bien”... ? Lo dices tan simple.
Yui: ¿Es así? Es porque siempre observé tu yo habitual.
Creo que no podemos romper el vínculo entre tú y Ruki-kun, sin importar qué.
Yuma: Nuestro vínculo, eh. Hah... Bueno, tengo que creer en eso.
→ ¿No tienes confianza? (S. )
Yui: ¿Puede ser que no tengas confianza... ?
Yuma: No es eso, pero estoy nervioso por Ruki.
Ése tipo es especial. Sé bien que no va a ser fácil lidiar con él.
Yui: Ya veo...
Yuma: Pero pensaré en algo. Ruki se reiría de mí si me pusiera nervioso aquí.
Bueno, solo tengo que hacerlo. No voy a retractarme ahora.
-Terminan las opciones.-
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Yui: … Oye, seguramente estará bien. Ruki-kun y los demás lo entenderán.
Yuma: … ¿Ah?
Yui: Nuestro vínculo con todos no puede romperse. Definitivamente llegaremos a ellos.
Yuma: … Tienes razón. Tengo que creer en eso.
Yui: ¡Sí!
Yuma: De acuerdo, ahora que está resuelto, ¡vayamos donde ellos están... !
-Living-comedor de la mansión Scarlet.-
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Reiji: Entonces después de todo Yuma y Eva no se encuentran por ningún lado...
Shu: No hay rastro de ellos escondiéndose en el bosque. Es una historia diferente si están bien escondidos.
Reiji: Aún es difícil de creer que Yuma nos haya traicionado...
Kino: Pero actualmente se escapó con Eva, ¿verdad?
También tenemos el testimonio de los prisioneros, así que no hay duda. Tenemos que prepararnos para lo peor.
Reiji: … De hecho. No es momento de ser sentimental.
Kino: Entonces, ¿qué hacemos ahora? Tiene a Eva con él.
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Reiji: Naturalmente, traerla. Ahora que Yuma está reconocido como un traidor, no seremos fáciles con él.
Si muestra resistencia, tomar su vida será inevitable. ¿Ustedes cooperarán?
Kino: Por supuesto... ¿Qué hay de ti, Shu?
Shu: … De acuerdo.
Kino: Jajaja, ¿entonces no vas a defender más a Yuma?
Trataste tanto de protegerlo y acabó siendo en vano, qué lastima.
Shu: … Eres ruidoso.
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Kino: Pero Reiji, cuando tengas tus manos en Eva, ¿estarás bien?
Reiji: ¿A qué te refieres?
Kino: Le desagradas bastante.
Reiji: Ahora que lo mencionas... de hecho ese es el caso.
Sin embargo, si me tomo un tiempo, de cualquier forma me las arreglaré para ganarme a Eva.
Porque si Yuma se las arregló para ganársela, no hay forma de que yo no pueda.
Yuma: ¡No te atrevas a decir eso!
*Yuma rompe la ventana.*
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Yuma: ¡Qué mal por ti, Reiji! ¡Ella solo me ve a mí!
Shu: ¡Yuma... !
Reiji: Entrar rompiendo la ventana... Como siempre, tus modales son malos.
¿Has venido a ser asesinado sin resistencia? ¿Dónde está Eva?
Yuma: Como si te lo fuera a decir. ¡No eres el indicado para ser el gobernante supremo!
Reiji: ¿Disculpa... ?
Yuma: Es cierto, ¿no? No puedo obedecerte para tu propia satisfacción. No puedo quedarme de pie y verte robar a Eva.
¡Alguien como tú no parece un gobernante supremo! Yo estoy más apto que tú.
Kino: Uwah, lo dijo.
Shu: Éste chico...
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Reiji: Entonces de hecho estabas apuntando por el trono del gobernante supremo...
Finalmente muestras tus verdaderos colores.
Yuma: Hah... Di lo que quieras. Como dije, ¡no hay nada que puedas hacer!
*Yuma se escapa.*
Reiji: ¡Espera!
¡Shu, Kino! ¡Capturen a Yuma! ¡Yo también los seguiré desde atrás!
Kino: ¡Está bieeeen!
Shu: … ¡Ése idiota... !
*Shu y Kino corren tras Yuma.*
Reiji: Convertirse en el gobernante supremo es mi único propósito... Como el hijo mayor, debo cumplir mi misión por todos.
¿Quieres obstruirme al punto de convertirte en mi enemigo? Yuma...
-Jardín.-
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Reiji: ¿Lo atraparon?
Shu: No, aún no. Pero sé que fue en esa dirección.
Kino: Es muy tonto por correr hacia un lugar donde tenemos buena vista. ¡Terminaremos atrapándolo rápido!
*Reiji, Shu y Kino corren.*
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Yuma: Hah... Ustedes son los tontos. ¿Creen que solo estaba escondiéndome entre las hojas?
Oye, ¿estás bien?
Yui: Sí. Parece que nuestra estrategia va bien.
Yuma: Sí. Como pensé, ésos tipos saldrían de la mansión si yo los molestara.
Corrieron en la dirección equivocada y no regresarán por un tiempo.
Yui: Eso es gracias a los vegetales que plantaste con amor.
(Normalmente no creerían que alguien se escondería en un lugar así. )
Tenemos que usar esta oportunidad para liberar a todos los prisioneros...
Yuma: Sí, ¡vamos!
-Mazmorra.-
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Yuma: Chicos, ¿¡están bien!?
Azusa: ¿Yuma... ?
Kou: ¿Eh? ¿Qué? ¿Qué diablos está pasando?
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Shin: Pensé que había algo de ruido... ¿Hay algún conflicto interno entre tú y tus hermanos?
Estás siendo ruidoso y corriendo como loco. ¿Crees que te perdonaría por interrumpir mi sueño?
Yuma: ¡No te relajes cuando estás capturado!
Shin: Incluso si me dices eso, no tengo nada más que hacer.
Yuma: Maldición, ¡vine desesperado hasta aquí, y aún así... !
Yui: ¡Yuma-kun, tranquilízate ahora!
Yuma: Sí, cierto. ¡De todas formas hablaremos luego! ¡Los sacaré de la celda justo ahora!
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Kou: ¿¡Haa!? ¿Estás loco?
Azusa: … Si nos dejas salir... ¿estarás bien, Yuma... san?
Yuma: ¡Estaré bien! ¡Espera un segundo! Oye, la llave—
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Ruki: No hay forma en que pueda creer en alguna de tus palabras.
Yuma: … ! Ruki...
Ruki: No tienes una razón para ayudarnos, a aquellos con quienes tienes relaciones adversas. ¿Cuál es el truco?
¿Vas a matarnos cuando salgamos, o nos usarás para algo más... ?
Yui: ¡No digas eso!
Yuma: Ruki... No tenemos tiempo para esto. ¡Hazme un favor y cree en mí!
Ruki: No tienes que decirlo múltiples veces. Es imposible que crea en ustedes, los Scarlet.
Yuma: … !
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Yui: (Es igual que con Reiji-san... )
(Reiji-san y Ruki-kun son inteligentes. Entonces ellos piensan con lógica. )
(Él cree que sus recuerdos y conocimientos son absolutos... No se da cuenta de las dudas y conflictos en su mente. )
(Pero... )
Yuma: Mierda… Caray...
Yui: (¡Estoy segura de que los sentimientos de Yuma-kun le llegarán a Ruki-kun... !)
Yuma: … Recuérdame, Ruki. ¿Por qué no lo entiendes?
Ruki: … ¿Qué?
Yuma: Siempre hemos vivido juntos, ¿¡verdad!? ¡No me digas que lo olvidaste!
No importa lo que pasó ni lo difícil que fue para mí, ¡llegué tan lejos porque ustedes estaban aquí!
¡Y debería ser igual para ti!
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Ruki: … No lo recuerdo.
Yuma: Entonces haré que recuerdes. Incluso si no compartimos la misma sangre... ¡¡somos hermanos!!
Kou: ¿Hermanos... ?
Azusa: …
Yui: (¡Ruki-kun, por favor... !)
Ruki: ¿Eso es todo lo que querías decir?
Yuma: … !
Yui: (¿Es inútil... ? ¿No pudo llegar a Ruki-kun? No puede ser... )
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Ruki: Esta inútil charla acabó. No puedes ganar mi simpatía.
Si terminaste tus asuntos, sal de aquí.
Yuma: Entonces... te diré una última cosa. No importa si me olvidas o me rechazas.
Tú eres mi hermano mayor.
Ruki: … !
Yuma: Cuando comíamos juntos, tú siempre me molestabas con mis malos modales. Porque soy un maleducado.
Yo lo apreciaba porque era necesario para mí, que no tenía nada bueno salvo un gran cuerpo.
Ruki: Espera, ¿de qué estás hablando... ?
Yuma: Siempre confié mucho en ti porque no podía usar mi cabeza. Hice que la pasaras muy difícil.
Ruki… Gracias... por todo hasta ahora.
Ruki: … ¿Qué estás... ?
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Azusa: ¿Yuma... san? ¿Qué sucede... ?
Yui: (No puede sacar a nadie de la celda. No me digas que... ¡Yuma-kun... !)
¿¡Vas a detener a Reiji-san y a los demás!?
Yuma: Sí. Ya que es inútil, tengo que hacer algo con ellos.
No voy a meterme en la mansión muchas veces. Tengo que hacerlo.
Yui: ¡Pero... !
*Se acercan pasos.*
Reiji: … Desde hace un tiempo han estado actuando por cuenta propia.
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Reiji: Trataste de hacerlo bien... pero no puedes negar tener un mal fin.
Yui: ¡Reiji-san, Shu-san y Kino-san... !
Yuma: Mierda... ¡Llegaron muy pronto!
Kino: Reiji se dio cuenta de tu truco y regresamos inmediatamente.
Bueno, diste lo mejor de ti, ¿no, Yuma? Nos burlaste una vez.
Pero... ahora no tienes adónde correr.
Shu: Tiene que pasar por nosotros para salir. Fue un error que vinieras a la mazmorra.
Yuma: Guh...
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Kou: Ehh... ¿Qué está pasando aquí?
Azusa: … Hay un conflicto en esta familia... entre Yuma-san y sus hermanos...
Ruki: …
Yuma: Reiji...
Reiji: … Temo decir... se acabó, Yuma.
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gaybienpiola · 5 years
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Capitulo 57: ¿Quiere combo o simple?
Sábado 1 de septiembre, 2:31 AM
Hey! ¿Que tal todo? Pues me hice el examen rápido. Para ser exacto, me lo hice el 17 de julio. Es decir, 30 días después de la exposición (Ellos piden 20 días al menos). Me ha salido negativo el examen. Estuve feliz por un rato, pero nuevamente las dudas comienzan a asaltarme (No quiero contar como fue toooooodo el menjunje de ir a esa “clínica” a hacerme el examen. No tengo ánimo, y estoy cansado. Si salgo negativo “in the real VIH test”, prometo contar esa experiencia con más detalles). El punto es que cuando me fui a tomar el examen, me dijeron: ¿Quiere el combo (detección de sífilis, hepatitis b y VIH) por $40.000 o solo la detección de VIH por $20.000? Yo dije que solo quería el de VIH (porqué estaba pobre…). Me dieron una charla (una mina muy simpática, onda demasiado amable) y luego me echaron de esa oficina en la que me ofrecían esa charla maravillosa y promociones tan convenientes para el bolsillo. Pasé a pagar en la entrada y me hicieron esperar en un salón pequeño, junto con otras personas que fingían despreocupación, pero deben haber estado cagados de susto. Dijeron: “#gaybienpiola, pase a la oficina 1, por favor…” Pasé a la salita y había una  mina que sacó una especie de ¿disquete? ¿Casete? No sabría cómo llamarlo. Me acuerdo que decía “4 gen” o algo así. Esa maquinita tiene un dispositivo que la mina lo aprieta y una agujita te punza el dedo y luego se recoge. Una vez pasa esto, la mina me agarró el dedo y lo puso con la gota de sangre que salía en un pequeño hoyito del disquete. Tuve que salir de la sala y me dijo que en 15 minutos me llamaba para darme el resultado. Pasaron 26 minutos (en los que yo ya me empezaba a urgir… onda, seguramente están decidiendo como darme la noticia para que yo no reaccionara mal…) y me dijeron que pasara a la misma oficina 1. La chiquilla esta me miró y me dijo: “Salió negativo, así que está todo bien…” Yo sentí que me derretía en la silla. Estaba muy relajado y feliz y me retiré de la consulta después de darle gracias a ella y a Diosito.
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Obviamente, mi hipocondría no me dejaba tranquilo una vez pisé fuera de este lugar de los tests, así que empecé a ver reportajes sobre el lugar en la tv, y que se yo… La cosa es que viendo y viendo, me di cuenta que el test del combo y el test que me hicieron a mí, eran distintos. El test de combo, era como una huinchita (creo que es llamado combo agave o algo así…). Según investigué, ese era el mejor método y más seguro hasta el momento… pero ¡Era distinto al método que yo me hice! El mío parecía más un test de embarazo enano.
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Yo ya no estaba en Santiago, así que mandé un e-mail a esta “empresa…”. El e-mail decía básicamente lo mismo que aquí escribo. Los muy maricones no me respondieron. Así que nuevamente me siento inseguro, pues este test que yo me hice, se parece más a los de tercera generación (ya ni me acuerdo si realmente decía 4 gen o yo solo lo inventé…) o segunda… Esos test te detectan el VIH a las 2-3 semanas de contagio… En fin. Veinte lucas perdidas (con lo que cuesta ganarse la plata).
La cosa es que empecé nuevamente con todos los dolores y malestares anteriores… Ingle, piernas, ganglios, garganta, tos seca y más… Al menos no he bajado de peso, así que hay un síntoma menos. Estoy pesando 90 kilos. La angustia me hace comer a destajo todo lo que puedo. Como si fuera mi último año de vida…
Espero tener suerte. El 17 de septiembre me haré un examen nuevamente (esta vez en una clínica o un centro médico, no con estas weás de disquetes…). Ojalá este no sea el peor 18 de septiembre de mi vida.
Adiós diario. Te escribiré después.
-FIN DE LAS TRANSMISIONES-
PD// Si salgo negativo del examen, de seguro voy a quedar con fobia al sexo… ¿Podré vivir sin eso?
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divajared · 5 years
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No pienses.
Lo malo de la rutina es que se vuelve una normalidad. Tan aislado en acontecimientos tan anormales, tan rodeados de los mismos personajes por más bizarros que sean.
Se vuelve lo normal. Los monólogos, las cacerías, los villanos malvados superpoderosos que parecen imposibles de vencer en cada una de sus apariciones.
Dean a veces se preguntaba cuando su vida dejó de ser suya para volverse una mal trama de comic donde los héroes eran lanzados sin descanso en la siguiente batalla solo para entretener a algunos.
Todo era rutina y predecible, las peleas y las bromas y los tratos...
Y de repente un factor nueva entra en acción y rompe la normalidad desiquilibrando años de costumbres.
Jack
Hijo de Lucifer, Nefilim caminando en la tierra, posible anti-cristo, uno de los superpoderosos que en un berrinche podría destruir la realidad que conocía.
Una bomba de tiempo caminando en su hogar, interactuando con todos sus seres queridos, tocandolos, estando a metros de ellos.
El dia que la chispa de encienda, que la mecha de acabe solo dejaría un cráter donde había estado su hogar.
Dean parecía el único que entendía esto, el que miraba más allá de esos ojos grandes y rostro inocente.
No importaba que tan inocente sea el chico ahora, pronto iba a crecer y sería imparable. Ahora con sus defensas bajas y su actitud dócil debían detenerlo.
Pero siempre entre él y su objetivo había personas. Que se paraban frente a él y miraban a Dean desafiante como si no pudiera pasarlos por encima sin sudar o le importase demasiado su opinión.
Por qué sí. Dean se preocupaba lo suficiente como para que no le importase. Él era un soldado (aunque odiaba esa palabra y su cuerpo se estremeciera al oírla) era el que llevaba a cabo lo que era necesario.
Él hacia el trabajo sucio que los demás no. Estaba acostumbrado a las malas miradas, a ser el malo a pesar de que salvaba a todos.
Dean podía hacerlo.
Podía matarlo.
No se necesitaba demasiado.
Una específica arma, un adecuado encierro.
Si algún día se le apeteciera el solo podría caminar y noquear al niño. Mantenerlo inmobil. Torturarlo. Asustarlo.
Podía tomarse el trabajo. Podría doblegarlo. Tenía los años de su vida en experiencia con la tortura...
Pero en el final de la fila que se interponía entre él y su objetivo, estaba su hermano.
Irónicamente como el último muro en su cometido. ¿No era irónica la vida? ¿No era _su_ vida un gran chiste?
Dean podía verlo. Con ojos implorantes, con razones interminables de por qué Dean debería parar. Dean no escucharía. Sam debería luchar. Y lo haría. Se enfrentaria a él furioso, se arrastrarían por el suelo con puños muy bien conocidos para ambos. Pero Dean sabía que Sam no era un luchador despiadado. Que intentaría frenar a Dean pero jamás derribarlo (aunque podría, podría vencerlo tan fácil si quisiera) Pero Dean no tenía límites. No había lineas en las peleas. El golpearía derribaria, se impondría ante Sam y lo traería hasta el suelo donde lo desafiaria a levantarse. Como un animal mostrando dominancia y desafiando.
"Intenta superarme. No voy a detenerme. Tendrás que matarme"
Sam no haría nada, agacharia la cabeza y se someteria a la sumisión.
Y Dean tendría al niño, y lo mataría y acabaría con él y apagaria por siempre aquella llama que ponía en peligro a todos.
Hasta podía sentir sus manos vacíos y pesadas luego de soltar aquel cuerpo sin vida.
Pero Sam...
Sam no lo miraría a los ojos. Sam se pararía lento y herido del suelo y solo caminaría lejos de su lado.
No fuera del bunquer, no lejos de Baby.
Sam no sabía funcionar sin ellos, estaba demasiado roto, con demasiado años, la gente afuera para el se sentían de otra generación o de otro mundo. Se quedaría con Dean por que aquello era lo más cercano a su vida (Y Dean incluso estaba lejos de Sam) Pero no lo miraría a los ojos.
Andaría como un fantasma por los pasillos y sin decir palabras se escabulliria a la habitación del niño llorando cuando pensaba estar solo. Descuidaria su cuerpo y su higiene. Los libros no serían suficientes y el vacío se filtraria en sus ojos y haría su estancia permanente, cómoda y por largo rato.
Sería Dean quién debería acercarse. Con comidas que Sam miraría confundido. Hablando despacio y moviéndose lento para no asustarlo como si interactuara con un animal herido.
Sam se perdería en su mundo, cerraría las puertas de su mente y se perderia en su infinito e intrincado espacio.
No distinguiendo la realidad o reconoceria Dean.
A veces llamandolo Lucifer llorando mientras Dean lo acunaba en brazos
"Poe favor para, para, para, para. Ya no quiero, ya no haré nada. Mátame por favor"
Su hermano o su abusador. Dean se volveria una amalgama de ambos.
Sam necesitaría de él y a la vez le temeria tanto.
¿Y a dónde huir cuando estas asustado?
A tú hermano.
Incluso si es él quién te causa miedo.
Murmaria entre lamentos el nombre del niño y una vez recuperado. Solo recomponiendo lo suficiente para fingir, actuaria como si en primer lugar nada hubiese pasado _nadie_ hubiese existido.
Limpiaria todos los objetos. Guadando con cuidado único todas las pertenencias. Con un cariño que haria hervir la sangre en Dean. Y lo metería todo en un lugar donde no volvería a tocar.
¿Jack? Nop.
No sé de que hablas.
Y Dean le seguiria el juego. Y la gente aprendería a seguirlos igual cuando al nombrarlo Sam temblarara y tapara su rostro reteniendo lágrimas. La gente voltearia hacia Dean y le diría que merecía la muerte y que era basura que el niño no era nada malo o había hecho nada y que no merecía a Sam.
Mirarian a Sam como a alguien que hay que salvar y que no se atreven.
Dean está en el medio, él es el muro entre Sam y los demás.
Nadie va a romperlo.
Sam sonreirá y les dirá a todos que todo está bien, ellos ofrecerán estadías charlas y hombros.
Sam negará y agradecerá la oferta. Mirando a Dean de soslayo y Dean no dirá nada sintiendo como si algo cortando y frio se deslizara por sus entrañas.
Sam no devolverá llamadas.
No sentirá la necesidad de sonreir y no hablara más de lo necesario con desconocidos incluso si quiere. Por que ahora Dean se volvió uno de los peligros. Ahora Dean es la bomba y la mecha consumiendose y Sam no arriesgará sus seres queridos.
Alejará a todos para que sea el único cerca la explosión y aunque Dean quiere asegurar que no tiene de qué preocuparse ... No dirá nada y no sabrá por qué.
Sam finalmente ya dejará de sentir tristeza y en su lugar el rencor invadirá su cuerpo.
Mirará a Dean en ocaciones pero ya no habrá pena ni miedo o amor (nunca más, Dean no recordará que Sam lo viera con ojos honestos o con una sonrisa, y los recuerdos se haran borrosos, y las imagenes en fotos irreconocibles) Los orbes multicolores se volveran afilados y el vacío desaparecerá para reemplazarse con furia, con preguntas.
"Lo mataste a él, ¿Por qué no a mi? Yo estuve en su lugar, yo llegué hacer todo lo que él no. Y no me mataste"
Dean no hará nada, dejará que las preguntas y la rabia desborden llevandose todo consigo como un torrente.
Libros, muebles, diarios, computadores.
Todo será como un papel al viento en la tormenta. Todo lo querido en Sam terminará en trizas por su propia mano.
Y al final solo quedará Dean.
Sam no puede vivir sin Dean, no puede vivir con él...
La respuesta final se clara.
Y Dean... Dean se habría perdido mucho más antes. Mucho, mucho, mucho antes. Ya no tendría fuerzas ni sentimientos ni rabia.
Sería un molde vacío una sombra de sonrisas, de actitud. De algún joven que fue el alma de una fiesta.
Dean jalaría del gatillo y luego jalaría otra vez.
.
.
.
-Dean?
Dean miró arriba. Sam tenía un semblante preocupado y una mano suave en su hombro
-Estas bien?
Sam tiene una ridicula camisa azul que tiene agujeros y de la cual no se quiere deshacer. El cabello medio humedo de salir de la ducha.
A unos metros atrás se encuentra la mecha. Mirándolo curioso con un pedazo de manzana en la boca y un estúpido tapar repleto de fruta cortada que Sam insistia en hacer.
Dean podía ver que debajo de esa fachada pensaba seriamente. Analizaba con cuidado.
Crecía rápido.
Dean volvió a mirar a Sam.
-Solo distraído.
Dean tocó por una fracción la mano de Sam un pequeño apretón que decía más de lo que se atrevía. Sam asintió sin creerlo y volvio hacia el niño que rápido ponía su mejor cara inocente.
Tenía a Sam entre sus dedos y lo peor de todo es que era consciente y le gustaba.
Dean se paró de su asiento. Ignorando como su hermano jugaba con la cría de una serpiente.
Acalló sus pensamientos dirigiéndose a su "cueva" donde su pantalla plana lo esperaba. Justo antes de cerrar la puerta escuchó la risa de Sam...
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fans-book-forever · 6 years
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Capítulo 15 > NO TE ESPERABA - WIGETTA
Estaba por anochecer cuando Guillermo despertó de su inconciencia. Ana, su madre, aun no llamaba a su móvil, por lo que supuso era de esos días en que no llegaba a casa por el trabajo. Samuel le explicó, con toda la tranquilidad que aun tenía, por lo que había pasado en las horas pasadas. El doctor dejó descansar a Guillermo un par de minutos antes de volver a aparecer en la habitación. -Buenas tardes a todos. Entiendo que es un ambiente poco grato para los presentes, por lo que intentaré ser lo más rápido y explicito posible. -el doctor aclaro su garganta y miró a Guillermo. - Se le realizaron diversos estudios al señor Díaz y sus recuentos estaban completamente normales. -el doctor repaso los exámenes sujetos a una tablilla y volvió a mirar al omega. -Su presión está anormalmente baja pero las conclusiones las sacaremos en un minuto. La habitación estaba inundada en un silencio sepulcral. Guillermo esta sentado en la camilla, sujetando su vientre con ambas manos. A su lado estaba Samuel, con un vaso de café casi vacío y un sándwich a medio comer. En el sofá se encontraba Frank con Alex en su regazo dormido, portando la gran sudadera que minutos atrás le había proporcionado su novio. -La mayor preocupación fue su repentino sangrado rectal. Por lo que me comentaron, el señor Díaz no tiene alfa ni marca, aunque el padre del bebé si se encuentra junto a él. El joven Díaz se encuentra actualmente pasando por “placenta previa”, lo que le originó el sangrado. -¿Eso es grave? Porque si es grave necesitamos saber con detalle los pasos a seguir desde ahora y si el bebé tiene algún daño porque… -Señor de Luque por favor cálmese. La placenta previa es una condición más común de lo que usted cree, sobre todo en los omegas varones. Por la ecografía pudimos deducir que la razón de esta condición es que el feto esta posicionado de forma incorrecta y esto no afecta a su salud, aunque si la del omega. En una omega femenina tiene diferentes variables, puesto que este mismo tipo de placenta previa le prohibiría dar a luz en forma natural. En el caso de Guillermo es necesaria la cesárea, por lo que no hay que preocuparse por eso. -¿E..en..tonces solo es que mi bebé esta de nalgas? -Exactamente joven Díaz. Por otra parte, el desmayo que sufrió si puede ser algo más complicado. Sabemos que algunas condiciones en nuestro organismo, muchas veces están ligados a la persona con la que se está. La presión, los niveles hormonales y la temperatura son uno de los factores que se regularizan por la cercanía o lejanía que pueda tener una pareja alfa-omega. Una baja presión en el embarazo puede provocar desmayo, los cuales pueden llegar a ser mortales para el feto, puesto que nunca se sabe dónde pasara. -Yo tengo una pregunta con eso. -Frank levantó el brazo como un niño pequeño y la volvió a acomodar rodeando al omega. -entendí la parte de los cambios y esas cosas. El asunto es que mi omega está embarazado y yo soy beta. Él tiene algo así como un pequeño problema de ira y me preguntaba si eso de alfas y omegas juntos era como tener a un padre beta. -En el caso de un embarazo con padre beta, las cosas son un poco diferentes. El padre beta no puede regularizar todo aquello que un alfa puede hacer en su pareja y, a su vez, el omega embarazado no sufre tantos cambios en su organismo. En ese caso el mejor tratamiento es no exponer al omega embarazado a mucho contacto con alfas. -¿Entonces yo debo aislarme de los alfas también? -En su caso joven Díaz, el diagnóstico es lo opuesto. Debe intentar establecer más intimidad con el alfa del bebé. Con eso no quiero decir que la intimidad sea en un ámbito sexual, ya que parte de su tratamiento es abstenerse del coito. También necesitara permanecer en cama y haciendo el menor esfuerzo posible. -Yo me haré cargo de que cumpla las indicaciones doctor. Muchas gracias. -Samuel le estrechó la mano y lo acompañó a la puerta mientras este le pasaba un par de papeles. +++ Guillermo logró salir del hospital 2 días mas tarde. Su madre, Ana, había estado mensajeando desesperada a su móvil desde que le había llegado la llamada del hospital. Se encontraba en el aeropuerto de Roma cuando recibió la noticia e hizo todo lo posible por conseguir un vuelo de vuelta a casa para estar con su bebé. Pese a todos los intentos de sus compañeras para enviarla a casa, el itinerario que debía cumplir no pasaba por España hasta dentro de una semana entera. Samuel se ofreció, ante Guillermo, para acompañarlo en casa mientras su madre no estuviese. Le repitió cientos de veces que no era un problema para él y que, ahora que había terminado la pasantía en el instituto, tendría mucho tiempo libre para dedicarlo al omega y su embarazo. -Ayer ya descubrimos que mis habilidades culinarias están desastrosas, así que debemos pensar en un plan para hoy. -Samuel pasaba las paginas de un libro de cocina. -Siempre está la posibilidad de que yo cocine. No me siento mal y te tendré por si me pasa algo. -Guillermo intentó salir de la cama pero Samuel le dio una de sus severas miradas para volver al libro. -Puede bajarte la presión y desmayarte Guillermo. Desmayarte en la cocina, que esta llena de cosas afiladas. -Estas exagerando las cosas. -de la mesita de noche sacó el toma presión, acomodándolo en su brazo. Samuel dejó el libro sobre el escritorio y se acercó a ver la pequeña maquina en el brazo del omega. -Te dije que me sentía mejor. El omega se levanto con la ayuda del alfa y se puso sus pantuflas de tortuga. Vestía un afelpado pijama de osito y un gran gorro de lana. Su vientre sobresalía redondo, a la altura de la panza del pijama, luciendo como un niño pequeño que ha pasado toda la tarde comiendo golosinas. El primer día con Samuel en casa había estado lleno de vergüenzas. En cuanto llegaron, Guillermo apenas tenia fuerzas para subir a su cuarto, por lo que el alfa debió cargarlo al estilo nupcial. En cuanto llegaron, encontraron en medio de la cama una gran mancha roja. Guillermo, al estar inconsciente en el momento que sucedió el sangrado, no podía explicar como era que su cama estaba de tal forma, y en su mente se comenzaron a idear macabros planes de como es que mataron a alguien cobre su lecho. No habían pasado muchos minutos de sueño cuando el omega había sentido esas irresistibles ganas de orinar, propias del embarazo. Había intentado correr al baño y cuando ya se hallaba dentro, apareció el alfa en la puerta, con su camiseta en mano y una expresión confusa en el rostro. -Supongo que podríamos llegar a un trato. +++ -No estas cortando los vegetales correctamente, Samuel. -el omega intentó acercarse al alfa, pero este retrocedió con el cuchillo en mano. -Te puedes hacer daño Guillermo. El omega retrocedió, sentándose en una silla llena de cojines, y suspiró mirando hacia Samuel. ‘No esta cortando como le dije. Va a hacer que queden crudos y sabrán feo. ¿Cómo es que me podría dañar al compactar la carne para una hamburguesa?’ -Necesito la cesta de condimentos para aliñar la carne de la hamburguesa. Está frente a ti. -El doctor dijo que no debes poner muchos condimentos ni picantes porque te dolerá la panza luego. -No pienso comer todo tan desabrido. -el omega se levantó sujetando su vientre para caminar hasta la barra, tomando la pequeña cesta de condimentos y volviendo a su lugar. -Pero cuando termines de darle sabor me la pasas para darle forma. -No me voy a morir por darle forma a una hamburguesa. -Guillermo rodó los ojos y siguió en su trabajo. Samuel miró los desprolijos trozos de verduras y se sintió mal por su comportamiento en los últimos días. -¿Qué harás con el instituto? Se que el médico dijo que necesitas reposar pero también creo que esta parte de la educación es importante para decidir lo que quieres a futuro. Guillermo se levantó sujetando el plato de las hamburguesas, y se acomodó junto al alfa, poniendo aceite en un sartén. -En la mañana me llegó un correo desde la dirección. -el omega puso los trozos de carne sobre el teflón y miró entre las salsas de la alacena. -Me citaron para hablar con el director. No dice algo como “necesitamos atender el problema” pero, es algo que se puede intuir. -se decidió por una salsa negra viscosa que puso al sartén. -Te acompañaría pero seguramente el director no me querrá ver ahí. -el alfa puso las verduras por parte para comenzar a saltearlas. -Creo estar bien con su charla eufemista. -hizo un gesto vago con la mano en el aire y sirvió la comida. En el fondo, Samuel sabía que estaban actuando como una familia antes de ser siquiera una pareja. Le gustaba ver al omega, con su notable pancita, cocinando parte de la comida en la mesa, y con Samuel terminando el trabajo en la cocina. Se lo imagina, luego de comer, en la cama tomando una siesta y yendo Samuel a despertarlo para comer la cena que él prepararía luego de ver algún tutorial en YouTube. Casi al anochecer verían su serie en Netflix, mientras toman chocolate caliente. El omega se dormiría en medio del capítulo por lo cansado que está el embarazo, y por eso Samuel deberá cargarlo a la cama. Eso sonaba muy bien. -¿Samuel dónde estás?. -Guillermo movía la mano de un lado a otro frente a su rostro. -¿La comida no quedo bien? -No es eso. -sonrió amistosamente y sigua comiendo de los desformes vegetales, un poco quemados, a decir verdad. -Estaba pensando en como explicarle a tu madre lo del bebé. -Aún tenemos tiempo para pensarlo. Quedan al menos 4 días para que llegue. -¿Sueles pasar así tus días? Me refiero a el hecho de que tu madre no llegue en varios días… -Mamá es azafata. Desde que se enteró del bebe, ha estado tomando unas rutas mas extensas para ganar bonos de temporada. -el omega miró el plato mientras jugaba con su contenido. -Antes se tardaba máximo 2 días en volver a casa, pero ahora es normal que llegue tras una semana, descanse un par de días y vuelva a rutas largas. -Yo… lo siento mucho pequeño. Sabes que cualquier cosa me puedes llamar para que venga aquí y supervise todo. De todas formas, espero llegar a un acuerdo con ella en cuanto llegue. +++ Guillermo se había despertado más tarde de lo habitual a la mañana siguiente. Cuando vio la hora, saltó de un brinco para correr, entre lo que podía, hacia el armario. Se puso los únicos pantalones que aun le quedaban y un vestido bastante corto, aunque justo para su pansa, que había encontrado en un cajón de descuentos. Estaba por salir de la habitación cuando un atontado Samuel, vestido solo en bóxer, se le apareció por delante. Miró de reojo el escultural cuerpo del alfa y negó efusivo con las mejillas al rojo vivo. -Debo ir a la charla con el director. Voy atrasado. -pasó por el lado y bajó las escaleras con cuidado. -Ten cuidado con los taxis… -‘Ten cuidado con el taxi. ¿Es en serio Samuel?’ -Claro. Volveré para el desayuno. -el omega abandonó la habitación y se puso junto a la vereda esperando por el taxi. +++ -Señor Diaz, el director ya esta disponible en su oficina. Guillermo se quedo unos segundos apoyado en el mesón, recobrando el aliento, y se adentró en la elegante oficina. -Tome asiento joven Díaz. -el anciano beta le apuntó con un lápiz el sofá de cuero frente a su escritorio y volvió con su mirada hacia los papeles. -Lamento la tardanza señor. -Guillermo tomó asiento, aun con la respiración agitada. -No es problema. -el beta le dirigió una sonrisa no tan amistosas y junto las manos sobre le escritorio. -Imagino que el embarazo lo tiene cansado. A Guillermo no le gustaba como aquel señor usaba la palabra embarazo. Sentía que su entonación le hacia sonar un tanto cínico. -Señor, ¿Por qué motivo me citó hoy?. -jugaba inquieto con sus manos apoyadas en los muslos. -Algunos alumnos me comentaron que su gestación ya va por el quinto mes. -el director apoyó el mentón sobre las manos y se acercó. -Para el centro de padres, y la dirección del instituto, nos resulta un poco inquietante como es que su embarazo afecta al alumnado. Guillermo se tensó. Aferró sus manos, ya sudadas, sobre el pantalón, asustado. -No queremos que el instituto se vea afectado por un descuido en un adolescente poco instruido, por lo que decidimos llegar a un consenso sobre su estadía aquí. -el beta removió unos cuantos papeles dentro del cajón y tomo un sobre. -Pensamos que su estancia en esta institución podría afectar la responsabilidad de algunos estudiantes. -le extendió el sobre sellado. -Por lo que le pedimos que su estadía aquí sea pospuesta hasta que el embarazo haya culminado y se sienta apto para retomar sus estudios con normalidad. ¿Me..me.. esta echando por un embarazo…? -los ojos de Guillermo se aguaron mientras tomaba el sobre y luego envolvía los brazos en su abdomen. -Se encuentra temporalmente expulsado señor Díaz. Sabemos que es lo mejor para usted. -el director se levanto de su asiento y extendió la mano a Guillermo, para que se la estrechara.
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stolassupremacy · 6 years
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UN MOMENTO [Día 1: Océano]
- El océano es hermoso… ¡Es lo primero que verás de la Tierra! Uhh… ¡Si! ¡El agua ocupa el 70% del planeta y casi el 97% del agua es del océano! - Comenta Lance con una gigantesca sonrisa, Allura está encantada con esta charla amena sobre el planeta de sus paladines, aunque solo sean Lance y ella. La sonrisa del antiguo paladín azul es deslumbrante y pronto ella se encuentra sonriendo con el mismo entusiasmo.
- Eso es impresionante Lance… Ya quiero conocer la Tierra, dices tantas maravillas sobre tu hogar que me es imposible no emocionarme. - Allura sonrió cariñosamente mientras su mirada se encontraba con la de Lance, pero en un segundo, su sonrisa desapareció para ser reemplazada por pura determinación.
- Lance, prometo que haré todo lo que esté a mi alcance para que puedas ver a tu familia nuevamente. ¡Es una promesa alteana! - Lance soltó una pequeña risa llena de júbilo tras escuchar a Allura, él no dudaba de que ella cumpliría su promesa, quizás no hoy ni mañana, tampoco el día después, pero definitivamente algún día regresaría a la Tierra, junto a sus amigos y, sobre todo, Allura.
- Confío en tu palabra, princesa. No dudo ni un poco en que cumplirás lo que prometes. ¿Sabés? ¡Yo prometo enseñarte la Tierra luego de que aterricemos en ella! Cuba es hermosa, es un gracioso comienzo para el “gran y fabuloso tour del planeta Tierra” con tu, por supuesto, encantador y habilidoso paladín Lance Mcclain. - dijo entusiasmado mientras hacía una pose genial, que no era nada más que cómica y por lo tanto, se ganó una armoniosa risa de la joven alteana.
- Eso suena tan a ti… pero puedo garantizar que ese tour no será nada decepcionante. Quiero conocer los hogares de mis paladines, quizás la Tierra pueda ser el nuevo hogar que tanto deseamos con Coran y bueno, ahora Romelle. - dijo Allura con cierta tristeza y anhelo reflejados en sus ojos.
El castillo fue destruido y aunque lo repararán, jamás sería el mismo. Lo último que quedaba de la Altea que tenía tan presente en su memoria fue destrozado, y aunque dolía por los recuerdos maravillosos que guarda con tanto cariño, sabe que ya no hay un ancla que la detenga de avanzar. Ahora puede seguir adelante sin los remordimientos del pasado. Cuando la paz reine en el universo, podrá seguir adelante y construir un hogar en un nuevo planeta… Quizás en la tierra, junto a esta imperfectamente perfecta nueva familia que la adoptó a ella y a Coran. La paz establecida le permitirá tomarse un tiempo para ella misma, relajarse y quizás, valorar al humano que la mira con tanto cariño ahora mismo. - Princesa, tú y Coran tienen un hogar con nosotros… Hunk, Pidge, Shiro e incluso Keith. Todos somos una familia, una algo rota familia espacial. Y cuando ya no seamos espaciales, seremos terrestres… Sé que el clan Mcclain estará más que eufórico de recibirlos a Coran, Romelle y a ti.- Lance sostuvo con seguridad las manos de Allura entre las suyas, no pudo evitar ver como sus manos cubrían fácilmente las pequeñas manos de la princesa. A pesar de todo, Allura seguía siendo tan joven como él, no estaba preparada para el destino cruel y aunque fuera tan fuerte y valiente, al final todos queremos ser protegidos. Y Lance prometió hace mucho que él sería ese protector, él velaría por ella porque la quería, quizás aún no la amaba pero solo era cuestión de tiempo. ¿Cómo no enamorarse de esta mujer fuerte llena de seguridad y valor, que pasó por tanto y aún así jamás se dejó derribar? Allura es todo lo que alguna vez imaginó en la mujer perfecta, incluso con sus imperfecciones seguía siendo una diosa ante sus ojos. Una diosa que jamás estará a su alcance.
Lance sabe que no tiene oportunidad, nunca la tuvo ni la tendrá. No es un príncipe ni el caballero que Allura merece, solo es un humano flacucho de un planeta a años luz de ella (literalmente). Allura merece mucho más después de todo lo que ha sufrido, y Lance, el piloto de carga cubano, no puede dárselo ni en sus mejores sueños. Pero a pesar de eso, él permanecerá a su lado hasta que ella encuentre a aquel que la merece y ya no sea necesario. Cuando llegue ese momento, Lance se marchará acompañado del saber agridulce de un amor platónico que nunca sucederá. - Gracias, Lance… Se que ese día no está muy lejano. El día que puedas enseñarme el océano, el mar, tu hogar y a tu familia. - dijo con cariño Allura en un susurro, sus ojos observaban con dulzura sus manos juntas y la cálida emoción que surgía en su pecho por ese agarre que prometía tácitamente sostenerla y protegerla en todo momento. Con lentitud y cierta timidez, subió su mirada para encontrarse con la de Lance. - “Sí… definitivamente, algún día, cuando la paz reine… Podré devolverte todo lo que haz hecho y haces por mi, Lance… Espera por mi, por favor. Ambos tenemos deberes aún junto a Voltron. Yo esperaré por ti, y cuando la paz permanezca, sabremos que la espera habrá valido la pena” - Ambos pares de ojos se encontraron, azul contra azul se enfrentaron durante largos segundos, una charla muda entre dos almas que estaban destinadas a estar juntas en el futuro sólo si ambas son pacientes y esperan el momento indicado.  Un sonrojo apareció en el rostro de Lance, revelando su claro nerviosismo e incomodidad, pero aun así no se separó de Allura. Si quería sostenerla y protegerla, debía demostrarlo ahora con su determinación. Allura sonrió nuevamente, enseñando sus perlados dientes que junto al pequeño rubor que se plantó en sus mejillas mostraban una preciosa imagen que Lance nunca olvidará. 
En este momento son solo ellos dos, Allura y Lance, no son paladines con responsabilidades, no son guerreros, no son niños atrapados en una lucha, solo son ellos mismos por un solo momento. Un pequeño momento que no olvidaran, uno que permanecerá en sus memorias y será imborrable sobre todo cuando finalmente puedan ser Lance y Allura, una pareja más en el universo (porque la espera realmente valdrá la pena), todo el día y todos los días del año.  @allurance-week
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justonlydreamme · 3 years
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Puedo hablar de ser la perra más descontrolada del mundo, pero si de mis mejores amigos se trata no los toquen. Recuerdo lo lindo que eran los días cuando Josue y Alan empezaron a ser mejores amigos e iban juntos a donde fuesen y varios de los casos iba con ellos. Era feliz, fui feliz. No sé que tenían ellos dos juntos que cada ves que saliamos me llenaban el corazón de lo que llamaremos 'wholesome' (que en verdad no sé como traducirlo y no sé si lo estoy usando correctamente pero que lo siento muy apropiado para expresarme) el hecho de que ambos siguieran a Cristo y yo también, que podamos orar juntos, que entendamos nuestras cargas y tengamos las mismas preocupaciones (generales), y pasemos un buen tiempo juntos, riendonos y que se burlen de mi (de broma claro), sus charlas intelectuales que escuchaba con admiración. Fui feliz. Josué estaba mal, Alan lo veía venir y creo que de alguna forma yo también. Alan ya estaba mal y no lo quería reconocer (no quería reconocer que tenía depresión y lo tapaba con un 'Es algo espiritual' y nunca se hizo ver) eso afectó mucho a Josué de manera psicologica, no porque el estuviese mal si no que se preocupadaba y ni hablar de mi. Cada noche antes de dormir me aseguraba que no haya cambiado su foto de perfil y su descripción de estado de whatsapp o alguna señal que diese por redes sociales de que estaba mal, porque sí mostraba de alguna u otra forma como se sentía, y una vez que viese que todo andaba bien me iba a dormir. Esto de alguna forma que acercó más a Josué. Josué se alejó, no por Alan, por él mismo. Sentía que algo no iba bien y sea que fuese por lo que se alejó quería demostrarle que aun tenía amigos quería decirle 'Oye, te quiero mucho y estoy aquí para ti siempre' pero no sabía como decirlo así que solo saliamos a pasear. lol. Josué fumó por primera vez por Davis, me dio una rabia que si no maldecia a Davis en ese instante fue por amor a Josué para que no vea como pierdo el control por lo que el hace con su vida. Odio a Davis por insinuarlo a eso. El cigarrillo es adictivo, hace mal, te caga los pulmones; ver que mi mejor amigo se hacia daño de esa forma, NO. Me partió el alma, quería llorar, quería llorar mucho y decirle que por favor regrese a Cristo que no seamos esos religiosos que eramos y que vaya bien pero me quedé callada y le dije que no pasaría a mi casa con el olor a cigarro (Ese día teníamos grupo pequeño y faltamos para salir a pasear, mi puta culpa) Alan se alejó, pero le tomó un poco más de tiempo, fue luego de que saliera del closet como bi, OJO solo a mi (creo, masomenos) con la universidad y demás ya no iba a la iglesia ya no leía su biblia ya no oraba y llegó la cuarentena. La puta cuarentena, sin constancia, sin una obligación que lo lleve a la iglesia o a las reuniones simplemente se alejó. Alan dice grosería muy normalmente ahora, no me malinterpretes yo también las digo pero no tan común como es con Alan, simplemente no me parecen un léxico decoroso para su nivel cultural y para el mio tampoco por eso procuro no decirlas pero me duele verlo escribir así y verlo en esas 'libertades' Alan tiró con un pata, ni idea de quien era, lo conoció en grindr. ODIO GRINDR, tengo mucho miedo y LLORO por la salud de Alan. ¿Quien mierda es ese pata? ¿Tiene alguna enfermedad de transmisión sexual? ¿Que será de Alan?. Cuando me contó que ya lo había hecho me puse muy triste porque lo hizo por mera 'curiosidad' y sí, tiene todo el control de su vida que pueda tener pero por favor ten cuidado. Sé (o al menos eso es lo que siento) que ya no me va a contar de otras veces en la que lo haga por como reaccioné en esa primera vez que me contó y solo espero que no le pase nada, pero a la vez espero que le pase algo para que aprenda que tirar con un completo desconocido tiene consecuencias. ¿Y si un día lo matan?. No puedo dejar de botar lagrimas mientras escribo esto porque sé que Alan sigue en esas; por otro lado, Josué se niveló, y estoy un poco tranquila con él espero que siga así solo que es depresivo. lol Me empezó a gustar Josué, otra vez, pero esta vez no haré nada al respecto solo graficaré cosas sobre eso como escenarios que nunca pasarán. EQUIS. Mis dos soles se apagaron, ellos eran mis soles, y cada vez que pienso en donde están ahora me pongo triste. Alan arriesgando su salud con Dios sabe quien y Josue pasando noches depresivas pensando en el borde de su vida (tengo la sensación de que ultimamente está más decaido de lo normal) espero se mejore. Alan, te amo. Josué, te amo. (Para los idiotas que están pensando que lo digo en modo romántico pues se joden por que lo digo como amigos, OKS? GRAX.) Los amo chicos :( Espero volvamos a ser amigos los 3 :(
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thewitchonfire · 4 years
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“Zahgurim”
| Junio, 2020. Club LeSoire, Manhattan.
Y cuando el reloj marcó la medianoche, Sebastián guió a Liesje entre el tumulto de personas que se agrupaban en la oscuridad. Cada paso de aquel hombre equivalía a tres de los suyos, así que no fue difícil deducir que al llegar al único pasillo que la conduciría a las habitaciones privadas, ella se soltara de su brazo para echarse a andar delante de él.
—Sebastián, Sebastián... —repitió con aquel tono burlón tan característico suyo a medida que sus dedos se deslizaban por las paredes dejando una estela imaginaria dibujada bajo su toque.
Aquella noche tendría dos turnos cortos para miembros regulares; dos ingresantes que tomarían “su obsequio” y determinarían si esos servicios merecerían la pena y pagarían cualquiera de las membresías que el club proporcionaba. Estos, justamente, eran sus cuadros favoritos. Rostros nuevos, personalidades frescas que se deslumbraran con cada minúsculo movimiento o chiste absurdo que ella dijera.
El resto… simplemente era aburrido; la mayoría hacían las mismas preguntas “¿Cómo te llamas?” “¿Cuántos años tienes?” “¿Eres soltera?” o así mismo, los comentarios más añejos que habían perdido cualquier tipo de gracia “¿Por qué estás trabajando de esto? Podrías estar teniendo una vida feliz” “Me hospedo en este hotel, mi habitación es este número. Te estaré esperando cuando tu turno acabe” “Puedo darte lo que pidas si me aceptaras una cita” … En algún momento, de su noche, cuando los clientes se ponían conversadores, darles explicaciones inconsecuentes la ponían de un excelente humor, otras guardaba silencio y deseaba con cada célula de su cuerpo, que los cuarenta minutos se fueran como agua por sus dedos.
Al ingresar a la quinta habitación, las luces eran violetas y emitían muy poca luminosidad. Las paredes estaban cubiertas hasta el techo con espejos de diferentes tamaños cortados en piezas rectas que coincidían una con la otra sin demasiado esfuerzo, pero en el centro de la sala, además del tubo metálico sobre un escenario que no era demasiado alto de acrílico, había un hombre sentado en el único sofá individual.
Sebastián se adentró en el espacio ubicándose detrás del escenario no sin antes escrudiñar al individuo mientras pasaba a su lado; esa había sido su mirada de advertencia. La única que esperaba darle. Seguramente no iba a querer involucrarse en una batalla con Sebastián, que medía casi dos metros y cualquier otro ser parecía insignificante a su lado.
A lo lejos, Liesje presionó uno de los botones en la consola que estaba instalada junto con las cajas de luces. Desde ahí solo podía darle play a la canción o el playlist que el cliente había seleccionado, ella no podía saber cuáles o cual era, no podía detenerlas, no podía adelantarlas. Todo estaba cronometrado y al cumplirse el tiempo por el cual se le había pagado, el show finalizaba sin más. Nine Inch Nails llenó el espacio con sus notas y la castaña se deslizó sobre el suelo con la ayuda de sus manos hasta que por fin se puso delante de su cliente. Cuando tomó el lazo de seda negra que aseguraba su albornoz, el hombre frente a ella la detuvo con la intención de poner sus manos sobre las de ella, pero enseguida retrocedió.
—No, por favor —dijo arrepentido por su torpe accionar observándose las manos que estuvo a punto de perder —pagué porque necesito hablar contigo.
No era la primera vez que le sucedía, en sus siete años que había estado bailando en el club de su padre, tenía anécdotas por montones que rozaban lo descabellado; fetiches de todo tipo, charlas filosóficas con desconocidos, karaokes improvisados y hasta propuestas de matrimonio que algunos clientes se habían hecho mientras ella bailaba. Y sin contar los seres sobrenaturales con los que había tratado, vampiros, demonios, ángeles y elfos, entre otros. Al menos no tendría que bailar, pensó.
—¿De qué quieres conversar entonces? —preguntó al ponerse de pie y darle la espalda para sentarse en el borde del escenario acrílico.
Una pausa cubierta de música los aturdió y entonces ella movió su índice para que el sonido se silenciara de golpe. Evidentemente cualquiera pensaría que era un sistema inteligente o que el sonido era dirigido por algún operador no por sus habilidades.
—Liesje Schenck. Sé quién y qué eres, donde y con quien vives. Sé de tu club en Corea, sé de los problemas que has tenido con tu tío, la muerte de tus padres y también sé de la hermana que intentas ocultar…
—Carajo —murmuró ella no pudiéndose creer con quien se estaba enfrentando —otro perro… ¿qué es lo que quieren? Bajo el confuso brillo de las luces, a ella le pareció ver que los ojos de ese hombre se volvían rojizos, casi anaranjados, pero no se sintió intimidada, por el contrario, estaba demasiado tranquila al lado de ese lobo y eso la inquietaba.
—Créeme, si no estuviéramos desesperados, no acudiríamos a ti —respondió con notable seguridad —eres nuestra última opción.
—Bueno, me puedo quedar tranquila —susurró con la esperanza de que él no escuchara el comentario cizañoso.
Aún estaba en la búsqueda de respuestas; ¿por qué no se había sentido intimidada? O ¿por qué no lo había sentido al llegar al club? Sin embargo, podrían tomarse como pormenores, realmente el rubio frente a ella era un lobo, su aroma no podía confundirse, pero al menos el intento debía aplaudirlo. Quizás podría darle el crédito a su ropa cara, sus zapatos de vestir o aquel saco de etiqueta que llevaba sobre los jeans. Como sea, había pasado con honores por sobre sus habilidades y es que ella todavía no sabía si sentirse preocupada o aliviada de que no fuera “el lobo equivocado”.
—Es que no lo entiendes, Liesje. ¡Nos están cazando sin piedad alguna! Y nosotros no podemos hacer nada.
—¿Y qué se supone que tengo que ver yo en esa lucha? —inquirió anhelando tener una respuesta que de verdad la hiciera comerse sus propias palabras.
—Nada, la verdad —dijo visiblemente afectado por la realidad que la bruja le estaba planteando —pero es un demonio, y no es cualquiera, es “Zahgurim”, no sé qué es lo que quiere, pero nos asesina sin siquiera poder defendernos. Ella intentó fingir que el nombre demoníaco no la había tomado por sorpresa, pero su fallo fue estrepitoso y no necesitó palabras, su rostro había hablado.
—Por más que estuviera dispuesta a ayudarlos, yo no sé nada sobre capturas de demonios, ni siquiera invocarlos puedo todavía.
La bruja, por más que lo negara, se sentía apenada. No quería imaginarse siquiera haber vivido dos siglos atrás cuando a las que cazaban sin piedad ni tregua era a las brujas como ella, que quizás no lo habían pedido, pero el fuego las había premiado y un aquelarre las había adoptado brindándoles conocimientos que no sabrían cómo manejar y esa misma... era su condena ahora.
Hacía décadas existía un pacto vigente entre hombres lobo y brujos; ninguno de los dos podía hacerse daño y la magia negra sólo podía practicarse por áreas específicas que no estuvieran dentro de la jurisdicción de cualquiera de las manadas. A veces era difícil de recordar para ella, pero Lena era quien se encargaba de todo aquello.
—Sabemos que tú no, pero tu tutora sí. ¡Vamos, tu tutora es la misma Kigyó! —la efusividad en cada una de sus palabras provocó que Liesje lo observara confundido, realmente la había estado investigando y eso… ¡no debía notarse tanto! —Lo siento, en serio necesitamos de su ayuda.
Schenck suspiró y recargó ambos brazos sobre sus rodillas aproximándose al desconocido un par de centímetros. —No puedo simplemente ir y decirle a Kigyó que los lobos necesitan nuestra ayuda, ¿lo entiendes?
—¡Les daremos protección, les daremos lo que ustedes pidan, Liesje! — el rubio en el sofá casi daba un brinco sobre el asiento, era evidente lo mucho que se estaba conteniendo —la semana pasada fueron ocho. Nuestra manada es una fusión; somos casi trescientos miembros y ya tenemos treinta bajas en dos semanas.
Nuevamente el silencio se abrió paso entre ambos. Ella no podía brindarle ningún tipo de seguridad y tampoco era capaz de hablar por Lena al otro lado del mundo. Mientras su cabeza hacía visible todo tipo de escenarios de supuestas respuestas que la morena le daría, descubrió que en ninguno de los casos había un “sí” y esa era una señal de alarma. Pero como siempre, Liesje se convencía de que podría venderle a quien fuera luz de sol dentro de una botella. Confiaba en sí misma tanto que nunca era capaz de ver las desventajas de las torpes decisiones que generalmente tomaba. Especialmente en el mundo mágico.
—Dame este fin de semana —dijo por fin cuando se puso de pie una vez más —yo hablaré con mi tutora y te haré saber qué dijo, ¿de acuerdo?
Por primera vez en la noche lo vio sonreír, no era una sonrisa llena de alegría, sino una de esas que das cuando la angustia te llena, pero aun así quieres engañarte o engañarlos.
—Soy Félix, soy alfa.
El hombre extendió su mano hacia la joven frente a él. Ella lo observó dubitativa y terminó rechazando cualquier tipo de contacto más que una leve reverencia con su cabeza. Cuando él comenzó a andar sobre sus pasos para dirigirse a la salida, ella le hizo una señal a Sebastián que había estado entre las sombras y éste caminó a su lado hasta que pronto alcanzaron a Félix próximo a salir.
—Desde ya te voy avisando que posiblemente Lena quiera verte y no puedo darte ningún tipo de seguridad —confesó Liesje provocando que el joven detuviera sus pasos y la observara sacarle una estrecha distancia hasta llegar a la única puerta de salida visible —Y la próxima sería genial que leas el contrato que firmas; de los privados primero salimos las bailarinas, luego los clientes.
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wingzemonx · 4 years
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Resplandor entre Tinieblas - Capítulo 66. Amor y fe
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Resplandor entre Tinieblas
Por WingzemonX 
Capítulo 66. Amor y fe 
Luego de despedir a Mark en el vestíbulo, Ann subió las escaleras hacia la planta alta y caminó por el pasillo hacia el cuarto de su sobrino, parándose firme delante de su puerta. Tuvo el tic, casi nervioso, de pasar sus dedos por cabello para acomodarlo, y entonces tocó a la puerta con delicadeza.
—¿Damien?
—Pasa, tía —le respondió una voz juvenil desde el interior del cuarto, y Ann le tomó la palabra.
Al abrir la puerta, encontró al joven Damien Thorn de doce años, de pie frente a su ventana abierta que daba al patio (el mismo que ella vigilaba hace unos minutos), con su nueva cámara profesional delante de su rostro, enfocando hacia el exterior. Tenía sus cabellos negros cortos peinados de lado, con su flequillo cayendo sobre el lado derecho de su frente. Usaba el mismo uniforme y abrigo que su primo Mark. Y, en cuestión de buena apariencia, no tenía nada que enviarle a su primo; si acaso el hecho de que éste era notablemente más alto que él, incluso considerando el hecho de que Mark era un año mayor.
—¿Ya estás listo? —le preguntó Ann, aproximándosele por un lado.
—Más o menos —respondió Damien un tanto reticente, tomando entonces una fotografía, y un segundo después una más.
—¿Estás tomando fotos del patio otra vez? ¿No tuviste suficiente tiempo estos días para hacer eso?
—Sólo quería experimentar un poco más con la cámara nueva antes de irme. El invierno se acerca, y los árboles están tomando un bello color. —Bajó en ese momento el dispositivo y comenzó a revisar las fotografías que había tomado, intentando elegir la mejor—. En la Academia ni siquiera me dejaran tenerla.
Damien era bueno en muchas cosas (por no decir en todas), pero en realidad no mostraba un interés genuino en casi ninguna. Uno de esos escasos gustos, y quizás el más importante, era la fotografía. Había comenzado a mostrarse atraído a ello recién ese año. Y aunque en inicio sus tíos y su primo creyeron que sería algo que se le olvidaría pronto, de momento parecía que no sería así.
—Te prometo encargarme personalmente de llevarla a la casa del lago —indicó Ann, y entonces le retiró delicadamente la cámara de sus manos y la extendió hacia el escritorio para colocarla sana y salva sobre éste—. Te aseguro que cuando estemos allá podrás tomar muchas fotos mejores que éstas.
—Gracias, tía —masculló Damien con una discreta sonrisa.
—Déjame verte —le pidió Ann, y similar a como había hecho con Mark se paró delante del muchacho, arreglándole sólo un poco su cabello, pues su corbata estaba perfecta en su sitio—. Te ves tan guapo y elegante. Tu madre estaría orgullosa de ver el increíble muchacho en el que te has convertido.
—¿Y mi padre? —Cuestionó Damien de pronto con genuina curiosidad. Ann vaciló unos segundos antes de responder, pero sin romper su sonrisa.
—Tu padre también —respondió entonces con tono cauteloso—. Vamos, Mark te espera en el auto.
Damien asintió, y sin más tomó la maleta que reposaba sobre su cama y se dirigió a la puerta junto con su tía. Ya en el pasillo, Ann lo rodeó con su brazo y así fueron andando todo el camino.
—¿Y el tío Richard? —Le preguntó el chico de cabellos negros a su tía, justo cuando terminaron de bajar las escaleras y giraron hacia el vestíbulo.
—Tuvo que salir muy temprano a la oficina, por eso se despidió de ustedes desde anoche. Le mandaré tus saludos…
Justo cuando ya tuvieron la puerta principal de la mansión en su rango de visión, ambos se detuvieron en seco al vislumbrar al mismo tiempo a una persona de pie delante de ésta. Una mujer muy mayor, delgada, de cabello canoso corto y rizado, rostro blanco muy bien maquillado. Lucía un vestido azul con una pequeña chaqueta a juego, y una bufanda azul con blanco rodeándole el cuello. La mujer se viró lentamente hacia ellos al sentir su presencia, fijando sus duros e inexpresivos ojos azules en ambos, curveando sus labios pintados de rojo en una marcada mueca de desagrado.
Pasada la impresión inicial, Damien fue el primero en recuperar la compostura y dar un paso adelante.
—Tía Marion, hola —murmuró el chico con tono jovial—. No sabía que vendrías.
—Esa era la idea —señaló tajantemente la mujer, virándose hacia otro lado para no mirarlo—. Esperaba que ya te hubieras ido cuando llegara.
—Lamento decepcionarte —ironizó Damien, dando unos pasos en su dirección, aunque su intención era más bien acercarse a la puerta—. Pero ya me voy. Es un gusto verte…
Al pasar a su lado, el chico se inclinó hacia ella para darle un beso en la mejilla, pero la mujer alejó su rostro de manera despectiva para evitarlo.
—No seas mentiroso —masculló de mala gana, sin mirarlo aún.
—Tía Marion, por favor —exclamó Ann a tono de reclamo. Miró entonces a Damien y le indicó con un gesto de su cabeza que se retirara. Damien no lo pensó dos veces y de inmediato continuó con su camino a la puerta, no sin antes virarse en el umbral a ver a Marion, sacándole la lengua y agitando su mano libre en un gesto de burla mientras la mujer le daba la espalda. Ann tuvo que disimular las ganas de reírse, cubriendo su boca con su mano.
Una vez que Damien se fue, Marion se viró entonces hacia la señora de la casa, mirándola de arriba debajo de una forma crítica no precisamente muy disimulada.
—¿Te cambiaste el peinado? —Musitó de pronto la mujer, a lo que Ann asintió y colocó su mano sobre el costado derecho de su cabeza. Llevaba un corte bastante más corto del que estaba acostumbrada, que le cubría las orejas pero poco más.
—¿Te gusta? —le preguntó con tono amistoso, pero Marion no respondió nada y en su lugar se giró de nuevo hacia otro lado. Aquello había sido bastante grosero, pero al menos había notado su cambio, considerando que hacía meses, o incluso un año entero, que no se veían, pese a que ellos eran prácticamente la última familia que le quedaba.
Un sirviente y una sirvienta entraron en ese momento por la puerta principal, cargando cada uno una maleta. Marion los miró y a ellos sí les ofreció una gentil sonrisa, lo que no pudo hacer por su sobrina política y por su sobrino nieto.  
—Suban el equipaje a mi habitación y prepárenla, por favor —les indicó con amabilidad, y ambos asintieron y pasaron de inmediato a cumplir el encargo. Antes de que Ann pudiera preguntar o decir algo diferente a esa orden, Marion comenzó a andar en dirección a la sala principal—. ¿Y Richard? —Preguntó mientras caminaba.
—En la oficina —se apresuró Ann a responder, y luego aceleró el paso para alcanzarla—. Tía Marion, debiste habernos avisado que vendrías. Mañana comenzaremos a cerrar la mansión para irnos a la casa del lago durante el invierno.
—Ya lo sé,  y no te inquietes por eso —añadió la mujer mayor, agitando su mano en el aire con desdén—. Me quedaré sólo esta noche y partiré mañana temprano, así que no los importunaré más de lo necesario. Vengo hablar con Richard de algo importante y puntual, y no pienso quedarme más de la cuenta.
Ann suspiró, intentando que su molestia no fuera tan evidente. Desde su boda, las interacciones entre ambas habían sido pocas, pero ninguna había sido agradable. Marion no dudaba en demostrar abiertamente su desagrado hacia Ann. Pero no sólo eso, sino que desde hace un par de años había comenzado a demostrar las mismas actitudes hacia Damien, sin ningún motivo aparente. Incluso desde antes nunca se había prestado cariñosa ni atenta con él, no cómo lo era con Mark. A Ann aquello siempre le había preocupado un poco. ¿Qué sabía?, ¿por qué se comportaba así precisamente con ellos dos? Era como si de alguna forma presintiera que ambos representaban un peligro para su familia… y tenía razón.
Fuera lo que fuera, al parecer no pasaba de un presentimiento, pues nunca había hecho algo bastante más grave hacia ninguno de los dos que mostrarles su desagrado. Mientras se quedara así, Ann estaría tranquila. Al igual que Richard y Mark, también estaba segura que esa anciana no andaría mucho por esos lares; ya fuera por un motivo o por otro.
—De acuerdo, haré que te preparen tu habitación… —indicó Ann, intentando ser gentil.
—Ya me encargué de eso yo misma, ¿qué no oíste? —Replicó Marion con molestia, sentándose entonces en uno de los sillones de la sala—. ¿No tienes que ir a la peluquería o que te pinten las uñas?
Ann respiró lentamente por su nariz, manteniendo la calma lo mejor posible.
—Con tu permiso, entonces…
Se giró entonces sobre sus pies y dejó su invitada sola en la sala, deseando por dentro que cuando volviera a verla le hubiera dado un infarto repentino; eso habría hecho todo más sencillo.
— — — —
Esa noche, cuando Richard volvió de la oficina, los tres se sentaron a cenar juntos para poder hablar de eso tan importante que había llevado de imprevisto a la mayor de los Thorn a Chicago. Ann había pedido que cocinaran el estofado de pollo y papas favorito de la tía Marion, pero ni eso había animado el humor de la mujer. Durante la cena las cosas fueron tranquilas. Marion había decidido, al parecer, dejar la charla complicada para después de comer.
Pese a todo, Richard parecía muy contento de verla después de tanto tiempo, y Marion igualmente se comportaba muy cortés y animosa con él.
«Vieja doble cara e hipócrita» pensaba Ann por dentro, mientras por fuera continuaba sonriendo.
Una vez terminada la cena y que los sirvientes retiraran los platos, le trajeron a cada uno un café; de la marca que pertenecía a Thorn Industries, por supuesto.
—¿Quieres crema, tía Marion? —Le ofreció Ann con amabilidad, alzando el pequeño recipiente blanco de porcelana para la crema.
—Cada vez que vengo me preguntas lo mismo, y siempre te respondo que no —respondió Marion de mala gana sin mirarla—. Lo tomó sin crema y sin azúcar, siempre ha sido así.
—¿Enserio? Lo siento, creo que lo olvidé.
—No lo olvidaste. Es que no te importa.
—Por favor, tía —Intervino Richard, estando sentado a la cabecera de la mesa y por lo tanto teniendo a las dos mujeres a sus lados—. Sabes que eres más que bienvenida en nuestro hogar, pero te pido respetes a Ann como la señora de esta casa es.
—¿Señora? —musitó Marion, seguida de una risa irónica—. Rebecca era una señora. Esta mujer… no sé qué sea, pero señora no.
—Tía Marion… —farfulló Richard presa del enojo, pero Ann se apresuró a tomarlo de su brazo con una mano para indicare que se tranquilizarla. Eso era lo que se esperaba que hiciera, pero por dentro ella misma tenía ganas de arrojarle su café caliente, con bastante crema, justo en su cara.
Richard respiró hondo y se calmó lo mejor que pudo.
—Dijiste que tenías algo que querías discutir con nosotros, ¿no? Habla entonces.
Marion guardó silencio, mientras daba un sorbo de su café y miraba discretamente a Ann sentada justo enfrente de ella.
—¿Tiene que ser enfrente de esta mujer? —soltó de pronto con hastío, pero el frío silencio de ambos la hizo desistir de llevar esa petición más lejos—. Cómo sea…
Marion dejó su taza de regreso en su plato, y se sentó derecha en su silla, entrecruzando sus dedos sobre la mesa. Centró entonces toda su atención en su sobrino, actuando como si fueran las únicas personas en esa mesa. Y entonces comenzó a hablarle con bastante firmeza en su voz.
—Richard, al morir tu padre, mi hermano, él me dejó una gran parte de sus acciones a mí. Eso me convirtió en la dueña del treintaicinco por ciento de Thorn Industries, y virtualmente en la socia mayoritaria de esta empresa.
—Eso ya lo sé muy bien —respondió Richard encogiéndose de hombros—. ¿A qué viene ese repentino recordatorio?
—Soy una persona mayor, y sé muy bien que no me queda mucho tiempo. Y en estos días he estado repasando bastante cómo disponer de todo esto que me pertenece después de mi partida.
—Vamos, tía —dijo Richard con tono despreocupado—. Eres una persona muy sana…
Marion alzó su mano en ese momento, indicándole que se detuviera.
—Déjame terminar, por favor —indicó seriamente, volviendo a bajar su mano y retomando su postura anterior—. Hasta ahora, como sabes, mi plan ha sido que cuando eso pase la totalidad de mis bienes te sean entregados a ti; para que todo mi patrimonio quede en la familia. Sin embargo, me veo en la necesidad de decirte que al menos que…
—Alto ahí, por favor —fue ahora Richard el que tuvo que pedir que se detuviera. Su actitud, hasta ese punto algo más relajada, se volvió tensa y fría de golpe—. Si acaso estás apunto de ponerme condiciones a cambio de recibir tu herencia, te voy a pedir, tía, que pienses muy bien lo que vas a decir a continuación.
—Es por tu bien, Richard. El tuyo y el de tu hijo.
—¿De qué estás hablando? ¿Qué es lo quieres?
—Quiero que saques a los chicos de esa academia y los mandes a escuelas separadas.
Aquella repentina petición dejó totalmente desconcertado tanto a Richard como a Ann, que enmudecieron por unos instantes.
—¿Qué cosa? —Masculló Richard, incluso riendo un poco por lo absurdo que le sonaba aquello—. ¿Eso qué tiene…?
—¿Cómo se atreve a intentar imponer su voluntad sobre la educación de los chicos? —Intervino Ann en ese momento, notablemente menos divertida que Richard. De hecho, se le notaba bastante molesta, como nunca se había permitido mostrarse delante de Marion—. ¿Cree que puede venir a restregarnos su dinero en nuestras caras y hacernos hacer su voluntad? Mark y Damien no son sus hijos, son nuestros.
—Ninguno de ellos es tuyo, zorra caza fortunas —soltó Marion de golpe alzando su voz, de una forma que tampoco se había permitido demostrar tan abiertamente delante de ambos. Richard se quedó atónito al ver tal arrebató tan poco delicado en contra de su esposa. Ann, por su parte, se quedó callada sin reaccionar.
—Tía Marion —intervino Richard, bastante molesto—, te lo advierto yo a ti…
—Está bien, Richard —se apresuró Ann a decir antes de que él terminara. Se limpió entonces la comisura de sus labios con su servilleta y se paró lentamente de su silla—. Es bueno saber al fin abiertamente cuál es su opinión de mí. Con su permiso…
Sin mirar atrás, Ann se dirigió a la puerta del comedor con paso apresurado.
—Ann… —murmuró Richard intentando detenerla, pero ella siguió de largo hasta desaparecer detrás de las puertas de cristal.
—Déjala que se vaya —exclamó Marion agitando de nuevo su mano en el aire con ese menosprecio habitual en ella.
Ann salió del comedor, pero no se retiró del todo. Pese a que su enojo era genuino, no podía dejarse llevar por éste. Esa amenaza que Marion había lanzado tan espontáneamente ciertamente la tenía desconcertada y necesitaba saber qué se tenía esa anciana entre manos. Pensó, sin embargo, que sin ella ahí hablaría con más libertad. Por lo mismo, se quedó de pie en el pasillo muy cerca de la puerta para lograr escuchar lo que decían, como un vulgar ladronzuelo.
Por su parte, en el interior del comedor los ánimos se habían calentado. El rostro de Richard se había puesto rojo del coraje, y se notaba que intentaba contenerse lo más posible, pues a pesar de todo aquella mujer era su tía.
—¿No te das cuenta de lo que estás ocasionando con tus actitudes, tía? —Cuestionó Richard exaltado—. Yo me esfuerzo por tener a esta familia unida, y tú te obstinas en que estemos peleados y separados.
—Pues no me importa si me consideras una bruja o la peor persona del mundo —se defendió Marion impávidamente—. Porque todo lo que hago es también por el bien de nuestra familia, aunque no lo creas.
—¿Has perdido la razón? ¿Cómo el separar a los niños puede hacerle bien a nuestra familia? Ambos son muy unidos, prácticamente hermanos…
—Pero no lo son —señaló Marion tajantemente, chocando un poco su palma contra la mesa—. Mark es tu hijo, y el futuro de Thorn Industries. El único motivo por el que te dejaré todo a ti, es por Mark y para asegurar su futuro. Pero mientras tenga a Damien a su lado…
—¿Qué demonios tienes contra Damien? Es un buen muchacho.
—Es una sabandija rebelde, egocéntrica y una horrible influencia para Mark —enlistó Marion con ferviente enojo—. No me digas que no lo has notado.
—Pues no, no lo he notado en lo absoluto. Damien es un buen estudiante, disciplinado, y un gran amigo de Mark; como su hermano como bien te dije.
—Es un manipulador, un mentiroso y un peligro para esta familia. ¿Acaso ya olvidaste que casi mata a ese chico en la escuela el año pasado? ¡Le prendió fuego!, por el amor de Dios.
—Él no le prendió fuego a nadie —respondió Richard, aunque con cierta consternación por recordar aquello—. Fue un terrible accidente, un estúpido juego de niños que salió mal. Damien y Mark fueron duramente reprendidos en la escuela, y aquí también. Ahora el muchacho está bien y se está recuperando. No puedo creer que insinúes que fue apropósito. ¡Damien estaba muy afectado por lo ocurrido!
—¡Puras mentiras! —Exclamó Marion con fuerza—. Te tiene totalmente manipulado y engañado, y a Mark, e incluso a esa mujer que tienes como esposa. Nadie ve cómo es realmente…
Marion colocó una mano sobre su pecho y comenzó a respirar con algo de agitación. El enojo se volvió bastante intenso en su rostro, y Richard se sintió por un momento realmente preocupado.
—Por favor, no te alteres tanto —le pidió extendiendo una mano para colocarla sobre la de ella. Marion, sin embargo, miraba fijamente a su café con sus ojos casi desorbitados por la rabia.
—A veces quisiera que Robert hubiera tenido éxito en matarlo aquella noche —soltó la mujer de pronto, tomando por completo desprevenido a Richard, pero igualmente a Ann. Esta última sintió el deseo de volver a entrar al comedor en ese momento y estrellarle su cara pálida contra la mesa y exigirle que se retractara de tales palabras. Pero, por supuesto, no podía hacer tal cosa por lo que decidió contenerse.
Richard quizás no llegó a los extremos de Ann, pero definitivamente aquello lo había contrariado demasiado. Retiró su mano de la de Marion y se paró rápidamente de su silla. Caminó hacia un lado, respirando lentamente y pasando su mano por su rostro, tallándolo, intentando calmarse. Aquel tema realmente lo afectaba, y el que su propia tía lo sacara de esa forma lo hacía incluso peor. Aquello había sido un verdadero escándalo del que les costó años poder recuperarse. La sola idea de que Robert, su propio hermano, hubiera intentado asesinar a su hijo de cinco años y terminara muerto a tiros por la policía… sencillamente había partes de él que no lograba concebirlo todavía.
—No vuelvas a decir algo tan horrible otra vez —exclamó luego de un rato, señalando a su tía con su dedo acusador—, especialmente cerca de Damien, ¿está claro? Él nunca debe saber sobre lo que pasó esa noche, ¡nunca! Y mucho menos escuchar ese tipo de comentarios de su propia tía abuela.
Marion guardó silencio y bajó su mirada algo avergonzada. Era evidente que incluso ella, en todo su enojo y repudio hacia Damien, se daba cuenta de que se había pasado. Su respiración se fue calmando poco a poco, hasta que fue capaz de volver a hablar con normalidad.
—Me disculpo, crucé la línea con ese comentario tan fuera del lugar —musitó la mujer con serenidad. Aguardó unos segundos más a que su cuerpo se calmara del todo, y entonces volvió a alzar su mirada hacia él con la misma firmeza que antes—. Pero mi exigencia se mantiene. Damien no debe estar más tiempo cerca de Mark, ni bajo este techo. Mándalo a algún internado a Suiza o a dónde sea, pero que esté lo más lejos posible. Sé que crees que es una petición irracional, pero créeme, yo sé lo que te digo. Ese chico será la ruina de Mark si no haces algo al respecto.
Los labios de Richard se movieron pero Marion no logró escuchar lo que dijo; de seguro no era nada agradable o lindo hacia ella. Caminó entonces hacia la ventana del comedor, mirando por ella y dándole la espalda a su tía.
—Mi hermano estaba enfermo —susurró Richard tras unos instantes sin mirarla—. La muerte de Katie lo afectó demasiado, y me culpo cada día por no haber estado ahí para darle la ayuda que necesitaba. Pero ahora estoy aquí para su hijo, y no pienso abandonarlo en ningún internado, ni separarlo de la única familia que le queda en este mundo. Y no importa si no estás de acuerdo, esa es mi decisión. Así que fin de la discusión.
Dejando el tema por terminado, Richard se dirigió rápidamente hacia la puerta. Ann lo sintió aproximarse, por lo que rápidamente se apresuró por el pasillo para no ser descubierta. Aun así, mientras se iba logró escuchar como la silla de Marion rechinaba al moverse y gritaba con todas las fuerza de su anciano cuerpo:
—Si no separas a Mark de Damien, ¡dejaré todo mi dinero a la beneficencia y tú no verás ni un centavo! ¡¿Me oíste?!
—Has lo que te plazca con tu dinero, que por algo es tuyo —le respondió Richard impasible ante su amenaza un instante antes de dejar definitivamente el comedor.
— — — —
Marion estaba enojada por el resultado de esa charla, pero principalmente frustrada y preocupada. Entendía la postura de Richard, su sensación de responsabilidad hacia Damien tras lo ocurrido con Robert. Y aunque Marion intentó en un inicio aceptar al chico e igualmente apoyarlo y animarlo, sencillamente no pudo. Había algo en él que sencillamente no le gustaba, incluso cuando era muy pequeño. No se parecía en nada de Robert o a Katie, ni a nadie de la familia. Las pocas veces que le tocó verlo de bebé en sus viajes a Inglaterra, nunca lo vio llorar ni reír, y siempre parecía que la estuviera viendo fijamente con un inusual resentimiento para ser tan pequeño. Creyó que quizás había algo malo en su cabeza, pero nunca lo comentó para no preocupar a Katie sin razón. De todas formas pareció que no era así, pues había crecido como un niño normal… o al menos lo más normal posible. Siempre fue un niño algo callado, abstraído en sí mismo, mirando a la nada como si viera algo que los demás no, y haciendo comentarios realmente extraños, a veces desagradables.
Nunca lo vio derramar una lágrima por sus padres. Y luego de que estos murieran y comenzara a vivir con Richard y Ann, pareció comenzar a abrirse más, a hablar más, a expresarse de una forma siempre cortés y alegre con todos. Pero a Marion siempre le pareció que detrás de esa actitud había un pensamiento constante de que todos eran poco más que graciosas mascotas para él.
No le agradaba, ni un poco. Y cada vez que lo veía convivir con Mark se le revolvía el estómago de la preocupación, como si esperara que en cualquier momento le fuera hacer algún tipo de daño. Había tenido imágenes de Damien encajándole un tenedor en el ojo al chico rubio, ahogándolo en el lago, o golpeándolo hasta matarlo con sus propios puños, sin ningún motivo para que esas imágenes tan horribles estuvieran en su cabeza. Pero hasta ese entonces todo eran sólo presentimientos y malas sensaciones, nada puntual con lo que pudiera justificarse a sí misma hacer realmente algo. Hasta que entonces ocurrió ese horrible incidente el año pasado, con el chico Powell.
Marion no conocía los detalles exactos, pero al parecer algunos chicos de la Academia estaban haciendo una absurda prueba de valor; o al menos eso fue lo que dijeron a los profesores y a sus padres. Entre ellos estaban Damien, Mark y un chico llamado Charles Powell que era un buen amigo de ambos. La dichosa prueba consistía en rosearse las manos con butano líquido y prenderse fuego. Se suponía que el butano se quemaría rápido y no los lastimaría, pero la prueba consistía en que se atrevieran y lo aguantaran. Charles lo hizo confiando en sus amigos… y terminó encendido en llamas.
La mitad de su cuerpo terminó con quemaduras de tercer y cuarto grado, y hasta ese momento aún seguía recuperándose de esas horribles heridas. Todos señalaron a otro chico como el de la idea y el que los había hostigado a hacerlo, y éste a su vez lo confesó. Ese chico fue expulsado, mientras que Damien, Mark y los otros fueron suspendidos por un tiempo. Señalado el culpable y aplicados los castigos, todo quedó como un mero accidente, como bien Richard había mencionado en su charla.
Pero Marion lo sabía; aquello no había sido un accidente, y estaba segura de que el muchacho expulsado no había sido el de la idea ni el que había obligado a los demás a hacerlo. Había sido Damien, estaba convencida de ello, y se las había arreglado para salir de eso sólo con un pequeño jalón de orejas. Y lo peor de todo (dejando de lado el infierno por el paso el pobre Charles Powell y que seguía pasando), era que había arrastrado a Mark con él hacia ello. Fue en ese instante en el que Marion había decidido que no se quedaría más de brazos cruzados y haría algo antes de que ocurriera alguna otra desgracia.
Sin embargo, su primer intento había fallado. Richard no la había escuchado.
Luego de que su plática concluyera, Marion se dirigió de inmediato a su habitación, aquella que había sido suya desde la época en la que ella y su fallecido hermano, el padre de Richard, vivían ahí, y que siempre ocupaba cuando iba de visita. Se encerró en el cuarto, intentando tranquilizarse y aclarar su mente. Su pecho le había molestado un poco, y eso la había preocupado. Richard había dicho que era una mujer sana, y en general lo era. En su último chequeo, sin embargo, le habían dicho que debía tener algo más de cuidado con su corazón, con una dieta adecuada y ejercicio, y entones podría llegar sin problema a los cien años. No deseaba vivir tanto realmente, sólo lo suficiente para asegurarse de que su familia estaba libre de peligro.
Lamentablemente, ese deseo no se le cumpliría.
Vestida ya con su camisón de noche blanco para dormir, se sentó frente a la ventana abierta para sentir un poco la brisa fría de la noche. Intentó seguir leyendo el libro que había comenzado en el avión para despejar su mente, pero fue simplemente inútil; no lograba concentrarse. En su lugar, decidió mirar hacia la noche y pensar en qué debía hacer ahora.
Mientras Richard siguiera teniendo esa sensación de deber con Damien, no podría convencerlo de nada. La única forma era que el propio Damien hiciera algo imperdonable frente a sus narices, o convencerlo de que lo había hecho. Siempre pensó que la manera en la que Katie había muerto era muy sospechosa, y que quizás él había tenido algo que ver. Pero, aunque hubiera sido así, en aquel entonces era un niño de cinco años, ¿qué tanto podría haber deseado realmente matar a su propia madre? Si es que era su madre… Ese era otro pensamiento que la seguía últimamente, especialmente mientras el chico iba creciendo y menos le veía parecido a sus sobrinos o a Mark. ¿Y si no era realmente hijo de Robert? No deseaba pensar mal de Katie, que siempre le había demostrado ser una mujer recta de excelente familia y crianza, como lo había sido Rebecca. Pero, ¿podría haber alguna forma en la que ese chiquillo podría no ser realmente un Thorn? Eso realmente le aclararía bastante las cosas.
Alguien llamó en ese momento a su puerta, haciéndola saltar un poco en su silla.
—Tía Marion, ¿aún estás despierta? —escuchó que susurraba la voz de Ann del otro lado. Marion resopló con molestia, y no le respondió. Prefirió incluso volver a alzar su libro aunque no lo estuviera leyendo realmente. Sin embargo, aún sin su respuesta, Ann abrió la puerta y se autorizó a sí misma a entrar.
Marion la vio apenas de reojo por encima del armazón de sus lentes. Ann seguía vestida y maquillada a pesar de la hora. En sus manos sujetaba una tacita de porcelana sobre un platito, y avanzó hacia ella con una leve sonrisa amistosa que a Marion le resultaba bastante forzada.
—Te traje un poco de leche caliente —le indicó Ann, extendiendo la taza y su platito hacia ella—. Richard me mencionó que te gusta tomar un poco antes de dormir.
—¿Qué le pusiste?, ¿veneno? —ironizó Marion.
—Sólo un poco de canela —respondió Ann sin desaparecer su sonrisa. Marion no abandonó su libro, por lo que Ann se aproximó y dejó la taza en la mesita a un lado de su silla—. No me gustaría que te fueras mañana dejando esta pelea con Richard sin resolver.
—¿Y a ti eso qué te importa? —masculló Marion con molestia, volteando al fin mirarla. Ann retrocedió, sentándose sobre la orilla de la cama.
—Sé que tú nunca me has querido ver como parte de esta familiar. Pero Richard es mi esposo, Mark mi hijastro, y Damien mi sobrino. Lo que le pasa a esta familia me importa.
Marion resopló de nuevo, incrédula ante tal afirmación. Cerró su libro y lo colocó sobre sus piernas, dignándose después de todo a tomar la taza con leche que estaba a su lado. Pese a todo, le parecía que sería lo ideal para calmarse y dormir.
—De seguro lo que te preocupa realmente es que no le deje a Richard mi dinero, ¿no? —musitó Marion burlona, y dio entonces un pequeño sorbo de leche.
Ann suavizó un poco su sonrisa, hasta adoptar un semblante mucho más frío. Inclinó un poco su cabeza hacia un lado mientras la contemplaba en silencio.
—¿Esa es la imagen que tienes realmente de mí? —Dijo de pronto con seriedad—. ¿Qué sólo estoy aquí por el dinero de los Thorn? —Marion no contestó, y dio dos tragos más de la leche caliente—. Pues eso habla más de ti que de mí.
—¿De qué hablas? —Respondió Marion, un tanto indiferente a su queja. Sintió en ese momento una pequeña comezón en la garganta y tosió un par de veces. Bebió un poco más de leche para intentar calmarlo.
Ann le respondió sin vacilar:
—Sólo una persona tan simple le da tanto poder al dinero como para creer que amenazando con él puede hacer que todos hagan su absoluta voluntad. Incluso aquellos que afirma querer. Pero hay cosas más grandes e importantes que el dinero en este mundo, tía Marion.
—¿Cómo qué?
Ann inclinó su cabeza hacia el otro lado y se cruzó de piernas, arreglándose después su falda antes de responder.
—Como el amor, o la fe…
Marion soltó una pequeña risilla nada discreta al escucharla decir aquello. Dio un último trago de la taza, dejándola un poco por debajo de la mitad, y la colocó de nuevo sobre la mesita.
—¿Ahora resulta que eres muy religiosa? —dijo Marion con tono burlón—. Nunca te he visto ir a la iglesia, ni un sólo día. Ni siquiera te casaste… en una…
Su voz falló cerca del final de su frase, pues sintió de nuevo ese cosquilleó en su garganta. Sin embargo, éste bajó rápidamente por ésta hasta su pecho, provocándole abruptamente un dolor punzante en el centro de éste que la hizo aferrarse con una mano a ese punto y doblarse hacia el frente. Soltó un gruñido de dolor y sintió como se le empezaba a dificultar respirar. Ann delante de ella, sin embargo, permaneció apacible en su lugar, sólo observándola.
—Bueno, eso es porque mi fe está depositada en otros lados —musitó de pronto la mujer, respondiendo a su último comentario como si lo demás no hubiera ocurrido—. En Damien, por ejemplo. Yo creo en él. Mi fe, así como mi amor, le pertenecen a él.
Marion apenas y lograba entender lo que le decía. El dolor se volvió cada vez más intenso, y terminó desplomándose hacia el frente, cayendo al suelo sobre su costado izquierdo. Aunque hubiera querido levantarse, simplemente no hubiera podido hacerlo, pues todo su cuerpo comenzaba a sentirse paralizado.
—¿Estás bien, tía Marion? —Preguntó Ann sarcástica, parándose entonces de la cama, pero en lugar de ir hacia ella fue a la mesita para tomar de nuevo la taza.
—¿Qué… me hiciste…? —musitó Marion en el suelo, sonando como si hablar le resultara dolorosos.
—Quizás no era canela, después de todo —respondió Ann encogiéndose de hombros, mirando complacida como Marion intentaba arrastrarse por la alfombra como si realmente tuviera un lugar al cual ir—. Lo siento por Richard, enserio. Creo que a pesar de todo, a él sí le dolerá tu muerte. Pero será el único, ¿sabes? Porque en lo que respecta a todos los demás, celebraremos con champagne sobre tu tumba, bruja amargada y mezquina.
Ann se agachó a su lado, y mientras sujetaba el platito y la taza con una mano, con la otra tomó fuertemente del cabello de la mujer en el suelo, y jaló su cabeza hacia atrás. Acercó entonces su rostro a su oído derecho para susúrrale despacio:
—¿Te hubiera matado haberme dicho una sola cosa linda en tu vida? Enserio intenté ser una buena sobrina, ¿sabes? Pero ya no importa…
Empujó de forma violenta su cabeza al frente, haciendo que se golpeara contra el suelo. Marion se quedó quieta, soltando algunos quejidos punzantes, mientras sus ojos cristalinos miraban de forma perdida hacia debajo de la cama. Ann permaneció a su lado, mirándola en silencio hasta que sus quejidos y su respiración se fueron apagando, y luego desaparecieron por completo…
Se quedó un rato más de ahí en cuclillas para asegurarse de que en efecto no siguiera respirando o no se fuera a mover de nuevo. No lo hizo. La gran Marion Thorn acababa de morir de un infarto, quizás derivado del tremendo enojo que había hecho al discutir con su sobrino esa noche. Vaya pesar le caería encima a Richard por no haber podido solucionar eso de otra forma. Pero ya lo superaría; Ann se encargaría de ello.
Con su labor de la noche concluida, se incorporó de nuevo, sujetando la taza entre sus dedos. Pasó por encima del cuerpo de Marion sin tocarla y se dispuso a irse de ahí antes de que algún curioso se asomara, aunque dada la hora lo dudaba. Pero entonces un sonido la hizo detenerse: un fuerte graznido.
Ann se volteó alarmada hacia la ventana, y ahí lo vio. Parado en el marco de la ventana, había un gran cuervo negro, con ojos brillantes que la miraban fijamente desde su posición. Ann se paralizó por algún motivo, sintiéndose… ¿atemorizada? La presencia de aquel animal en ese sitio y momento le resultó tan inusual, tan extraño, tan… incorrecto.
El cuervo permaneció en su sitio por un largo rato, en el cual Ann no se movió ni un centímetro del lugar en el que estaba parada, como si temiera que si lo intentaba, aquella ave se le lanzaría encima y le picaría los ojos. El cuervo de hecho no se movió tampoco, ni hizo sonido alguno. Solamente ya al final lanzó un último graznido, extendió sus alas, y entonces emprendió el vuelo, alejándose de la ventana y perdiéndose en la oscuridad de la noche. Sólo entonces Ann reaccionó.
No sabía qué había sido eso, pero no le importaba. Salió rápidamente del cuarto con más apuro que antes, dejando detrás de sí a la fallecida tía Marion.
FIN DEL CAPÍTULO 66
Notas del Autor:
—Marion Thorn es un personaje originario de la película de 1978 titulada Damien: Omen II, perteneciente a la franquicia de The Omen o La Profecía, basándose casi por completo en la interpretación del personajes hecho en dicha película, aunque justificando un poco más algunas de sus acciones y actitudes.
—En este capítulo se hace referencia al personaje de Charles Powell perteneciente a la serie Damien del 2006, y su incidente ocurrido con Damien cuando eran jóvenes, cambiando sin embargo algunas cosas, como por ejemplo la edad a la que ocurrió.
—Como había mencionado antes, gran parte de este capítulo y de los siguientes se encuentran basados en acontecimientos ocurridos en la película Damien: Omen II, pero adaptados y modificados para la línea de la historia.
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idolish7-es · 7 years
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3.1.4: La nube que oscurece la estrella
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Ryou: ¡Hola, Momo! ¡Justo a quien quería ver! Momo: Tan llamativo como siempre, Ryou-san. Sabes, si fuera un cuervo iría directo a esas mangas super llamativas. Ryou: ¡Jajaja! ¡Qué miedo! Supongo que tendré que arrancar ese diente irregular antes de que se vuelva un pico. Tal vez lo ponga en mi escritorio como decoración. ¿Necesitas anestesia? Momo: ¿Qué hace el segundo hijo por aquí esta noche? ¿Ganándose la mesada? Es raro verte en un lugar así. Quiero decir, no debes estar tramando nada bueno. Momo: Deberías cortar lazos con esas manzanas podridas y conseguir un buen trabajo. Sé un buen hijo. Tienes un buen rostro y una cabeza sobre tus hombros, después de todo. Ryou: Oh, es que no soy compatible con los entrevistadores desde joven. Incluso me rechazaron en la universidad a la que me habían recomendado. Aunque solo respondí honestamente qué era lo que quería aprender. Momo: ¿Qué dijiste? Ryou: “Me gustaría aprender cómo ser de un uso significante para las personas, en vez de cavar sus tumbas" Momo: La gente lista sí que es amable. Yo te hubiera abofeteado con un zapato y luego te hubiera rechazado. Ryou: Jejejeje. Qué estricto de tu parte, Momo. Momo: Nah, tú eres muy maleducado. Ryou: Tú eres amable con todos porque amas a las personas. Por eso pretendes llevarte bien con mis padres y mi hermano mayor. Pero en realidad los odias, ¿no? Ryou: Después de todo, viste a tus amigos y colegas desmoronarse y abandonar sus trabajos más veces de las que puedes contar. Momo: No es así, para nada~ Siempre cuidan bien de mi, ¡Los amo mucho! Ryou: ¡Espléndido! Esa es una sonrisa de idol, eh. Ryou: No más charla sin sentido. Tengo grandes noticias, Momo. ¿Quieres saber qué es? Momo: Y tú quieres decirlo, ¿no? Ryou: Re:vale se volverá parte de Tsukumo. Igual que TRIGGER y IDOLiSH7. Momo: … Momo: ¿…Eso no sería difícil? Takanashi-san y nosotros somos una cosa, pero no creo que Yaotome-san y Hoshikage-san se mantengan en silencio sobre este tema. Ryou: Yaotome es un infante comparado con Tsukumo. Y en cuanto al senil, viejo Hoshikage, planeo aniquilarlo con un escándalo. Ryou: ¿No te emociona? Las dinámicas de poder en la industria del entretenimiento cambiarán por completo. Momo: Sí, eso sí que me da escalofríos. Así que, ¿Quién propuso este plan tan perturbador? Ryou: Mmm, parece que no lo recuerdo. Se me fue de la mente cuando me abofetearon con un zapato. Momo: ¡Aw, no seas así! ¡Estaba bromeando! Vamos, dile a Momo-chan. ¡Tu traje de hoy es lo mejor de lo mejor! Ryou: Jajaja, gracias. Amo cuando estás tan determinado, Momo. Discutamos esto en algún otro momento. Ryou: Asaré tus carnes favoritas. La lengua del cuervo, las costillas, la carne gruesa y abundante de sus hombros, sus tejidos, músculos y gordura. Ryou: ¿No te hace babear? Lo espero con ansias. ¡Bye-bye! Nos vemos. Momo: … Momo: …En serio, solo di tan, kalbi, y sirloin… Perdí todo el apetito...
Oficial de Hoshikage: Yuki-kun. ¿Puedo presentarte a Natsume Minami? Él también participará en “Mission.” Minami: Es un honor conocerte finalmente, Yuki-san. Espero con ansias trabajar contigo. Yuki: Gracias. Minami: Jaja… Es como dicen los rumores. Hay un aura particular a tu alrededor, eres misterioso y taciturno. Yuki: Pero soy sorprendentemente gracioso. Minami: Decir eso de tí mismo... Qué interesante. Yo también tengo un truco divertido bajo la manga: Soy muy bueno en la adivinación. Yuki: ¿Oh? Minami: Los hombres que tienen una marca de belleza bajo su ojo izquierdo, igual que ti... Minami: Fascinan, dejan perplejos al sexo opuesto. Sin embargo, son pasivos cuando se trata de romance. Sienten muy profundamente, pero son caprichosos. Muchas, muchas mujeres prometieron participar en la perpetuación de los descendientes de estos hombres. Yuki: Parece que me hicieron prometer algo que no puedo prometer siendo idol. Minami: Te sentaría bien ser un emperador de la antigua China. Tal vez puedas usar eso como referencia para tu vida. Oficial de Hoshikage: Minami-kun solía ser un niño actor famoso, un genio. Esta es la primera película en la que participará desde que regresó de sus estudios en el extranjero. "Mission" será un éxito de taquilla. Yuki: Ya veo. Minami: Mis días de niño actor quedaron en el pasado. Me esforzaré para empezar desde cero. Oficial de Hoshikage: No hay mucha competencia joven recientemente, pero estamos apostando todo en Minami-kun. Por favor cuídalo, Yuki-kun. Oficial de Hoshikage: Después de todo, Chiba Shizuo-san te trató muy bien, ¿no? A pesar de que Re:vale son ajenos a nosotros, los creemos uno de nosotros. Yuki: Oh, ¿en serio? Oficial de Hoshikage: ¿…Estás escuchándome? ¿A dónde estás mirando? Yuki: A un hombre repulsivo y muy llamativo. Oficial de Hoshikage: ¿Qué? ...Escucha, Yuki-kun. Minami-kun sabe sobre lo del Chiba Salon también. Por favor llévate bien con el hijo de "cierta persona" durante "Mission" ¿Ok? Yuki: … Yuki: …Él no va a exponer nada. En todo caso, es al que más le asusta ser expuesto. Oficial de Hoshikage: Shh. Ni una palabra más. No aquí. Yuki: Tú fuiste quien lo mencionó. Minami: Trabajar con alguien tan espléndido será como un sueño, Yuki-san. No puedo esperar a filmar contigo. Yuki: Seguro… Minami: Ah, cierto. También hago música~ Y amo la de Re:vale. Felicitaciones por su quinto aniversario. Yuki: … Yuki: Dijiste que estudiaste en el extranjero ¿Dónde? Minami: En Northmare.
Tamaki: ¡Wow! ¡Este pudín es lo mejor! Tenn: ¿No estás tomando demasiado? Tamaki: No te daré nada a ti, Tenten. Sigo enojado por lo de Aya. Tenn: … Tamaki: Si vas a decir que Aya es tu hermana menor, entonces haré de Rikkun mi hermano menor. Tenn: Riku es más grande que tú, ¿no sería tu hermano mayor? Tamaki: Rikkun parece más un hermano menor, así que no. Tenn: …Aya está bien. Me dijo que estaba aprendiendo a ser una buena esposa. Tamaki: ¿…Para quién? Tenn: Oh, eso no– Tamaki: ¡¿Quién?! Tenn: No sé. ¿No es algo que las chicas hacen? Tamaki: …Tenten. ¿Por qué estás del lado de Kujou? ¿Por qué alguien como él? No deberías estar con gente así. Tenn: … Tamaki: Además, intenté pensar lo que haría si él fuera mi padre, pero... Tamaki: Tomó a Aya y a ti– Hay algo raro en él. Tamaki: ¿Por qué le cubren el trasero? ¿Por qué siguen a alguien como Kujou? Tenn: ¿…Cuál es tu profesión? Tamaki: ¿Eh? Soy un idol. Tenn: ¿Cuál es tu grupo? Tamaki: IDOLiSH7 y MEZZO". Tenn: ¿Cuál es tu sueño? Tamaki: …Quiero vivir con Aya. Tenn: Kujou-san solía ser el mánager de Zero– Y lo perdió todo. Aya es amable. Se preocupa por él. Tamaki: ¿…Tú también? Tenn: …Tal vez...
Continuará...
-Todos los créditos a la traducción en inglés-
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mirrorintheforest · 5 years
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Pequeño empujón hacia el heroísmo
Chiune Sempo Sugihara estaba en su central en Kovno, cumpliendo con su última semana como vice cónsul. Atareado en dar una buena impresión para que cuando volviera a Tokio pudiese mantener un cargo importante como el que tanto le había costado conseguir, lleno de consternaciones al respecto, decidió solo concentrarse en lo que debía hacer para poder aprontar sus valijas y volver cuanto antes a su amado país.
Al llegar el final del día, agotado por su larga jornada de trabajo y únicamente deseando volver con Yukiko, su querida esposa, Sugihara es informado de que una delegación judía estaba esperando a la entrada del consulado y solicitaba encontrarse con él.
Para ahorrarse problemas con sus superiores él accedió a tener una breve charla con el representante de dicho grupo. Zeraj Warhaftig, un refugiado judío, era quien encabezaba esta delegación.
Cansado y con dolor de cabeza se retira de su oficina con su maleta en mano dispuesto a escuchar lo que quisiera decir el hombre desconocido y luego retirarse hacia su casa. Dirigiéndose hacia la entrada del consulado, se encuentra con susodicho hombre, que lo esperaba sentado impacientemente en uno de los sillones en la recepción. Al verlo llegar, Zeraj se pone de pie.
—Señor cónsul, soy Zeraj Warhaftig, necesito hablar con usted.
—Adelante muchacho, dime qué es lo que necesitas de mí —contestó, sin aclararle su equivocación al nombrar su cargo.
Entonces Zeraj se acerca al vice cónsul dejando de lado su inhibición.
—Estamos desesperados, el gobierno alemán está persiguiéndonos como si fuéramos bestias —comenzó, mirándose exhausto de buscar ayuda y ser rechazado—. Vengo, en nombre de la comunidad judía que ha estado viviendo en Lituania para escapar de nuestros opresores, a pedirle que nos ayude expidiendo visados de tránsito.
Chiune por primera vez en el día realmente se detuvo.
—Bueno… No es como si yo pudiera… —Pero fue interrumpido por el hombre frente a él.
—Por favor señor, le rogaré si es necesario. —El vice cónsul retiró su mirada apenado, siendo incapaz de expresarle lo innecesario y humillante que sería verle arrodillado, cuando él realmente no tenía el poder suficiente para responder a su plegaria. — Estamos viviendo momentos muy difíciles; las puertas de todos los países del mundo se cierran en nuestras caras, es prácticamente imposible para nosotros obtener visados de inmigración a cualquier parte del mundo…
Chiune no sabía cómo responderle, pero de cualquier manera Zeraj no se lo permitió.
—Sin embargo —continuó con una pequeña mueca sonriente—, en medio de nuestra desesperada búsqueda hemos encontrado que Curazao aún no exige visados de ingreso… Aún… Aún hay una oportunidad para nosotros; aún podemos escapar de Lituania. —Prácticamente le gritó emocionado— Y es usted, señor cónsul, nuestro último rayo de esperanza. ¿Sería capaz de iluminarnos?
Sugihara se encogió en su lugar, intimidado por el brillo de esperanza y determinación en los ojos del representante judío.
—Aunque quisiera —habló Chiune, irguiendo su espalda y apaciguando un poco la exaltación de su acompañante—, la guerra ha clausurado las posibilidades de viajar hacia occidente. ¿Cómo es que planea llegar entonces a Curazao?
Sin rendirse Zeraj prosiguió insistiendo: —Eso no es un problema, señor. —El japonés elevó una ceja incrédulo. — Hemos investigado al respecto, y lo único que necesitamos es que usted emita visados de tránsitos para nosotros. Esa es nuestra solicitud. Con ellos podríamos obtener el permiso necesario para cruzar la Unión Soviética y así escapar de la guerra. Incluso estamos dispuestos a pagar cinco veces el precio de los boletos del transiberiano de ser necesario.
Sin más que objetar Chiune se mantuvo callado, inexpresivo, pensando al respecto.
—Haré lo que pueda —informó luego de un par de minutos—… Pero no prometo nada.
Al acabar Sugihara se marcha rápidamente del lugar, escapando, sin darle oportunidad a Zeraj de reprocharle.
Cuando finalmente arriba a su casa Chiune está completamente cansado, tanto física como psicológicamente.
No cenó esa noche, preocupando así a su esposa, pero en el momento no se percató del detalle; estaba muy ocupado pensando al respecto de qué hacer con la situación que se le había presentado.
Llegó a sufrir insomnio a causa de los nervios que le provocó Zeraj, y en su noche en vela se dedicó a pensar en cada escenario final posible.
Se repetía mentalmente una y otra vez que simplemente debía tomar sus valijas y largarse de nuevo a su país, que olvidara esta tontería de los visados para el grupo judío y que se mantuviera lejos de los problemas que le podría originar ayudarlos.
Buscó todos los motivos posibles para rechazar el trabajo: no era su deber, seguramente lo atraparían, sería considerado traición, el servicio exterior japonés lo despediría apenas se enterase, no tenía el poder suficiente como para cumplir tal petición, y además; ¿Qué sería de él si de repente, por ayudarlos, se veía estancado en su misma situación; sin poder siquiera abandonar Lituania? Porque seguramente sería lo que pasaría si decidiese ayudar a aquél grupo repudiado, Japón no se lo perdonaría pues ayudarles sería ir en contra de uno de los más grandes aliados del país; Alemania.
Sin embargo, a pesar de todos sus esfuerzos y escusas, no pudo. Había algo que desde el fondo de su conciencia prohibía tal bajeza.
El empuje final que Chiune necesitaba llegó un par de días después, cuando al llegar a su oficina por la mañana se había encontrado con una joven de larga cabellera rubia sentada en el bordillo de su ventana, observando los rayos solares matutinos hacerse lugar entre los edificios.
En el momento estuvo tentado a llamar a su secretario para que corriese a la mujer, sin embargo antes de poder reaccionar la muchacha ya se giraba hacia él al notar su presencia.
—Señor cónsul —dijo parándose en el acto y acercándose a él extendiendo su mano pretendiendo estrecharla, a lo que él no accedió—, que bueno que llega, he estado esperando bastante para hablar con usted. —Chiune, comprendiendo la situación, se acerca a su escritorio y deja su maleta sobre este, para luego tomar asiento; invitando a la señorita a imitarlo. — Muchas gracias por recibirme, desde hace días he venido al consulado pero hasta hoy no había podido conseguir un momento de su tiempo para tener esta conversación. Siempre había un joven caballero que impedía que me acercara a usted, sin embargo, al parecer no se encuentra por aquí hoy. También he notado la ausencia de otros integrantes del edificio, ¿ha habido un recorte de…?
Sugihara alzó la mano en señal de que se detuviera, y así lo hizo. —Perdone… —murmuró apenada.
Receloso, Chiune se abstenía de responderle a tan irrespetuosa mujer.
—Bueno, este… Yo —carraspeó para comenzar de nuevo, algo descolocada por la fría actitud del hombre frente a ella—… Yo he venido a solicitar que emita un visado para mí.
El vicecónsul masajeó levemente sus sienes, le parecía estresante que desde tan temprano ya comenzaran a molestarlo al respecto, y más tratándose de la persona que se había presentado.
La joven, al notar lo reacio a contestar que se mostraba el señor cesó su insistencia por un par de minutos, tras los cuales le fue imposible no continuar hablando.
— ¿Sabe?… Yo estoy preocupada. —La chica observaba sus manos con una mezcla de vergüenza y enfado a partes iguales. — Estoy preocupada por esta guerra, estoy preocupada por mis amigos, por mis padres, por mi hermana de la cual me separaron, estoy preocupada porque me persiguen; ¿Sabe por qué? Por ser quien soy, por creer en lo que creo. —La joven levantó su mirada, enfrentando los ojos de hielo de su contrario. — Estoy preocupada… Y también estoy asustada; realmente aterrada. Estoy asustada por esta guerra, estoy asustada por estos bombarderos que pasan día tras día sobre nuestras cabezas, estoy asustada por lo que puede pasarme, por lo que le puede pasar a mis amigos; a todos nosotros, estoy asustada porque no sé a dónde se llevaron a mis padres, estoy asustada porque sé que mi hermana está sola y ella apenas tiene siete años… y es judía.
La muchacha se detuvo unos instantes por un nudo que se formaba en su garganta. Cuando recuperó la compostura continuó.
—Me asusta que esté donde esté alguien la vea; con esos preciosos ojitos oscuros que resplandecen, con esa pequeña sonrisa sincera, con ese hermoso cabello café siempre atado en dos trenzas, con esa alegría que nadie le ha podido quitar…, y que piense que no se merece vivir, que la aborrezca por ser quién es, que trate de robarle algo que por derecho debería pertenecerle; su futuro. —El gesto de la chica se tensó. — ¿Sabe usted lo que es vivir con miedo? Lo que es salir a la calle y temer por su vida, porque quién sabe si va a volver a casa a salvo…
Una nueva pausa interrumpió su discurso, esta vez fue un casi silencioso gemido lastimero que se escapó de sus labios.
— ¿Sabe lo que se siente ser odiada por todos por el simple hecho de ser judía? —Prosiguió en cuanto pudo— ¿Sabe cómo se siente que nadie te apoye o te ayude, o que directamente te ignoren? Nadie nos quiere dejar entrar… Inglaterra ha cerrado sus puertas para nosotros, ni siquiera Estados Unidos o Canadá con sus espacios inmensos nos permiten la entrada. Incluso si nos hemos salvado hasta ahora, ¿qué haremos? El ejército alemán es poderoso, no tardarán en encontrarnos y ellos no pararán hasta exterminarnos a todos. Pero supongamos que puedo salvarme, supongamos que no me encuentran, supongamos que soy libre…Incluso así, ¿A dónde voy a ir? ¿Me quedaría algún sitio al que ir? ¿Debería volver al lugar del cual me echaron? Cuando me fui mi casa quedó abierta, vi a soldados alemanes llevarse mis pertenencias… ¿Es ahí a donde debo volver? ¿Quién quiere vivir en un sitio en el que todo el mundo permaneció mirando mientras destruían mi vida por el simple hecho de ser judía?
Se quedó callada por un par de minutos mirando por la ventana, como tratando de hallar la respuesta, sus profundos ojos azules irradiaban dolor y tristeza. Luego de lo que pareció una eternidad en silencio ella volvió a hablar con voz calmada: —Pero… aún así me niego. Me niego a aceptar un destino tan cruel, me niego a conformarme con una vida de miedo y preocupación —sentenció—. Tengo 18 años, me niego a no ser nada, a perderme en una horrorosa tragedia. Yo, yo tengo sueños y una hermana pequeña que de seguro está aterrada en algún lugar, escondida bajo una mesa o en el cobertizo de alguna casa, esperando a que vaya a salvarla. Y eso haré. —Se volvió repentinamente hacia el hombre frente a ella. — Es por eso que necesito su ayuda, necesito ese visado para poder salvar a mi hermana… Para poder salvarme a mí misma.
Acabado el discurso la muchacha sintió como una gran cantidad de tensiones en su cuerpo se relajaban, no estaba segura de que realmente hubiese convencido al vicecónsul pero ella se sentía satisfecha por al fin haber podido hablar con alguien sobre ello.
Por su parte Chiune barajaba una inquietante cantidad de emociones dentro de sí mismo que no le permitían tener completo uso de su razonamiento… o tal vez sí, y por primera vez en mucho tiempo lo vio todo claro. Desde hace mucho que Sugihara sabía que estaban en guerra, y que tales atrocidades estaban sucediendo en el mundo, su cargo lo mantenía al tanto, sin embargo nunca había llegado a entender realmente lo que estaba pasando a su alrededor.
La guerra nunca es buena, eso era algo que Chiune entendía a la perfección, para él todos eran culpables durante esta, y luego de escuchar a la joven lo tenía más que claro…
Él amaba a su nación, pero también sentía que estaba del lado incorrecto en esta ocasión.
En ese momento fue cuando lo sintió, el último empujón necesario para entender lo que para él en realidad era lo correcto. Se había visto demasiado afectado por lo dicho por la chica como para no hacer nada al respecto. Ya no habían más escusas lo suficientemente fuertes para detenerlo, él les iba a ayudar costase lo que costase, porque él podía.
—Yo lo haré —informó Sugihara—. Les ayudaré, haré lo que pueda… Sin embargo, debo pedirles encarecidamente que esperen hasta tanto obtenga una autorización de mis superiores para emitir los visados.
Orgullosa, la muchacha se levantó de su asiento y agradeció a Chiune por su atención y apoyo, y se dignó a retirarse.
Antes de cruzar el umbral de la puerta la joven se giró hacia él y le dijo: —Por cierto… Soy Ashna, Ashna Bellacaire.
Chiune se despidió de la irrespetuosamente valiente chica y en cuanto se fue él se arrimó a la ventana.
Observando a Ashna alejarse del edificio suspiró. Había prometido ayudarles a todos sin embargo, no existía ninguna indicación de que el Ministerio de Relaciones Exteriores japonés accedería a ese pedido fuera de lo común.
En ese momento Sugihara se debatía entre hacer lo que era legalmente correcto o lo que era moralmente aceptado.
Luego de la visita que había recibido de la joven judía, no logró concentrarse en su trabajo el resto de su jornada. Atormentado por el recuerdo de todas las palabras que la muchacha había elegido utilizar con él, Sugihara había tomado el teléfono y hecho la llamada correspondiente, solicitando la autorización para poder emitir visados a los judíos bajo la leve mentira de que un grupo de personas, sin especificar religión, ni cantidad, quería realizar un viaje hacia Curazao, ya que los mismos deseaban alejarse de todo el ajetreo de la guerra.
Él estaba al tanto de que de ahí en más tardarían días en contestar su petición, y que seguramente la respuesta de sus superiores sería una negación rotunda. Pero ya no había tiempo, quería ayudar cuanto antes a toda la comunidad para que pudiesen escapar de las tropas alemanas y soviéticas que disputaban por el terreno, y tendría que fugarse él también antes de que eso ocurriese. Además, si es que se lo permitían debía prácticamente encargarse él de estampar los visados debido a la escasez de personal.
Sin saber que hacer realmente, Chiune decidió que tal vez necesitaba una tercera opinión. Para su mala suerte, no podía comentarlo con ninguno de los trabajadores en la embajada. Resignado a que a la única persona a la que le tenía suficiente confianza era su mujer, juntó todos sus papeles en su maletín y decidió darle fin a su horario laboral.
Una vez en su casa, y a la mesa cenando con su mujer, Chiune decidió sacar el tema a flote.
—Sabes Yuki, hoy en la mañana fue una joven a mi oficina.
Su mujer, intrigada por el peculiar comentario de su esposo, que generalmente era alguien callado a la hora de la cena, dejó todo lo que estaba haciendo para prestar suma atención. Sugihara al ver que su esposa está expectante, prosigue.
—Esta joven era una judía, ella quería que yo les emitiera visados a ella y a la comunidad judía de aquí para poder escapar de los alemanes... Ella, ella me contó su historia, fue demasiado triste, me hizo arder en rabia, por lo cual llamé a Japón para solicitar permiso de emitir visados, aunque estuviese a poco de irme.
Chiune hizo una pausa para tomar un sorbo de agua.
—Me negarán la solicitud, de eso estoy seguro —dijo enfadado —. Pero aún sabiendo que no se me está permitido hacerlo, tengo esa sensación de que ignorar esta situación no es lo conveniente.
Sugihara era un hombre que con el pasar de los años, había logrado ocultar rastros de sus emociones. Pero en ese momento, su esposa lo veía tan devastado como lo había visto pocas veces.
—Dime, Yuki, ¿Qué crees tú que debo hacer?
Yukiko meditó las palabras de su esposo y su respuesta fue la que venía dándole todos sus años de casados; siempre la más sincera.
—Hazlo, Su. Ayuda a toda esa gente a salir de este país, a huir de sus horripilantes destinos, dales libertad, has justicia. —Yukiko se levantó de su silla y se acercó a su marido para acariciarle. — Hazlo por ellos, se su héroe. —Y seguido le dio un beso en su mejilla, uno que transmitía todo el amor y el apoyo incondicional que le tenía a él.
Esa noche, Sugihara supo exactamente lo que tenía que hacer al día siguiente.
Chiune entró a su oficina y no se sorprendió cuando encontró nuevamente a Ashna en ella.
—Buenos días Señor cónsul, ¿ya tomó una decisión?
Sin dudar su respuesta ni un solo segundo, el vice-cónsul solo dijo:
—Preséntate aquí el viernes por la mañana con todos los interesados de tu comunidad. Según los registros legales son mil quinientos pero en caso de haber más, que vengan de todas formas y veremos cómo podemos resolverlo.
—No va a arrepentirse de su noble decisión, señor, se lo podría agradecer con mi sangre. No tiene idea de la importancia de esto para nosotros, para mí. Muchas gracias, señor. —Se encaminó finalmente relajada hacia la puerta con un sentimiento de triunfo y los ojos cargados en lágrimas de fe.
—Señorita Ashna… —La mencionada se volteó expectante. — Tenga mucho cuidado.
Ashna sonrió. No tuvo ninguna intención de transmitirle nada al vice-cónsul, solo sintió hacerlo, sintió su propia sonrisa. Ella misma quiso sonreír. La esperanza es lo último que se pierde, y la de ella moriría junto consigo.
La comunidad judía pareció haber vuelto a la vida luego del aviso de emisión de visados. Se sentía el aire de lucha en las calles de la ciudad. Los oprimidos no hacían más que celebrar en silencio su liberación, quizás hacia el más cruel de los destinos o quizás hacia el fin de su sufrimiento, no tenían cómo saberlo pero el sentimiento los llenaba de goce. Ya no iban a estar solo escondiéndose, habían avanzado hacia el desenlace de la guerra, para triunfar o para perder pero no seguir estancados, ¿sería eso mejor?
El viernes por la mañana, Ashna se presentó sola en la oficina de Chiune.
—No accedieron a venir aquí por miedo, pero por favor señor, permítame escoltarlo a donde se encuentran todos. Entienda nuestra desconfianza, estamos siendo perseguidos.
También receloso por su propio bienestar procedió a seguirla a paso cauteloso hacia afuera, cruzaron la ciudad hacia los barrios bajos y luego entraron a un callejón al cual no llegaba del todo la luz del sol. Se plantaron frente a una puerta de madera reforzada en un edificio que aparentaba años de abandono. Ashna golpeteo la puerta de forma rítmica con el dorso de su mano.
— ¿Quién está ahí? —Una voz ronca cortó el duro silencio de la cálida mañana.
—2, 4, 7, 9, 0, 0,1, Ashna. —La chica sonó totalmente segura.
—Querida… —La puerta se abrió de repente mostrando a un hombre robusto y barbudo que se acercó a abrazar a Ashna y acariciar su rostro con preocupación.
En el descuidado interior del edificio brillaban mucho más de cincuenta miradas expectantes de niños, mujeres y personas mayores, todos ellas observando a Chiune como decidiendo si debían o no temer.
—Voy a ayudarlos. —Eso fue lo único que dijo antes de darse la vuelta y dejar aquel horrible lugar. Minutos después se reunió con Zeraj fuera del edificio, durante su poco extensa charla le prometió a este estampar los visados de tránsito solicitados, pero pidiendo colaboración para lograr tal hazaña.
Todo fue relativamente más sencillo después de eso, Chiune comenzó a emitir algunos visados aquella misma tarde sin haber todavía obtenido la autorización de su ministerio. No había querido regresar al refugio que Ashna le había mostrado la mañana de aquel viernes, quizás por miedo o quizás por coraje pero nunca quiso cuestionárselo, sin embargo reclutó algunos hombres judíos por medio de Ashna y Zeraj que solían visitarlo para agradecer el avance del japonés y recoger visados para entregarlos a las primeras familias que finalmente podrían huir de la guerra. Habían días en los que Ashna llegaba al consulado por la mañana y se quedaba acompañando a Chiune hasta la tarde, a veces hasta almorzaban juntos; les gustaba especialmente el Yakizana y el Udon, Sugihara odiaba la comida europea.
Nueve días después de la llamada realizada para la petición del permiso llegó la respuesta de Tokio que negaba la autorización. Incluso entonces, a sabiendas de que actuaba directamente en contra del gobierno japonés, Chiune decidió continuar concediendo los permisos. Las dificultades de los desesperados refugiados le habían impactado demasiado como para abandonarlos a su suerte. Después de su visita al refugio judío andaba preocupado y meditabundo, pero nunca pensó en dejar de emitir los visados.
En poco tiempo, antes de que el consulado fuera clausurado, estampó aproximadamente tres mil quinientos visados de tránsito, gracias a él los receptores de esos visados pudieron abandonar Europa y escapar de los asesinatos que comenzaron un año más tarde; había ayudado a tres mil quinientas personas, había salvado tres mil quinientas vidas.
Luego de semanas y semanas de arduo trabajo, una tarde, Ashna se arrimó a la oficina de Chiune donde lo encontró parado a espaldas de ella, observando por la ventana como los rayos del sol poco a poco abandonaban la ciudad entre los edificios.
Ashna sonrió: —Acabo de sentir un fuerte déjà vu invertido.
Al notar su presencia el hombre se volteó a verla mostrándole por primera vez desde que se conocieron una sonrisa sincera.
Con una mezcla de sentimientos la muchacha se acercó al escritorio ajeno y posó su equipaje de mano sobre este, abandonó su valija en el suelo y dobló su abrigo sobre la silla, para luego acercarse a paso temeroso a Sugihara, custodiando a cada instante la reacción del hombre, esperando que de un momento a otro él frunciera el ceño por sus acciones.
Al llegar a una distancia considerada de Chiune ella estiró su brazo, esperanzada de que esta vez el hombre no negara el contacto y estrechara finalmente su mano, sin embargo lo que sucedió después la descolocó totalmente. Aquél señor de ojos fríos y semblante hosco no solo había tomado su mano, si no que había tirado de ella atrayéndola en un abrazo al principio incómodo pero que instantes más tarde correspondió con sentimiento.
—Hoy es el día —susurró en su hombro, sintiendo un leve apretón por parte del mayor—. Hoy es el día —repitió inquieta luego de que se separaran.
—Sí, supongo que es cierto —contestó Sugihara.
—Perdón… —murmuró.
— ¿Por qué te disculpas? —preguntó él extrañado.
—Por todo supongo, perdón por molestarte aquél día y comprometerte en algo tan importante sin considerar tus consecuencias. De seguro por mi culpa te despedirán, o te prohibirán volver a Japón… Juro que no era esa mi intención, por eso me disculpo, porque no sé qué hacer para ayudarte y…
Chiune alzó una mano en señal de que se detuviera y así lo hizo.
—No tienes por qué disculparte Ashna —dijo él—, no hiciste nada malo. En cualquier caso, no han descubierto mis acciones aún, e incluso si lo hicieran y ya no pudiera volver a Japón… —Hizo una mueca al mencionar la posibilidad. — Siempre habrán más países, además, no me harían nada mal unas vacaciones por Curazao a decir verdad.
Al contemplar como la expresión de la muchacha no cambiaba continuó hablando: —Es en serio, no tienes por qué preocuparte. De hecho, yo tendría que agradecerte, todos tendríamos que hacerlo. Nos has salvado, tú eres la heroína en esta historia. Después de todo, fuiste tú la que me convenció de ayudarles, fuiste tú la que me dio el último empujón. Gracias.
Acabada la charla, volvieron a abrazarse, esta vez más fuerte, esta vez más tiempo, pues ambos sabían que ese era el adiós. Ashna debía partir en el tren de las doce en busca de su hermana y Sugihara debía seguir salvando vidas. Y aunque esa sería seguramente la última vez que se verían se despidieron como si se volvieran a encontrar a la mañana siguiente.
Llegado el final, los héroes se separaron, cada uno continuando su destino.
Quizás Ashna lograría encontrar a su pequeña hermana, o quizás la perdería para siempre, quizás podría finalmente hallar su libertad y vivirla plenamente, o acabaría como muchas de las historias del período; inconclusas y olvidadas.
Tal vez Sugihara salvó más vidas de las que nadie se hubiera imaginado, tal vez pudo regresar a su amado país después de la guerra o debió continuar vagando por una tierra ajena por deshonrar a su nación, tal vez decidió que ya no podía hacer más o continuó ayudando en todo lo que pudo.
Sucediese lo que sucediese con ellos luego de que Ashna subiese a su vagón, el otro ya no podría saberlo… Pero lo que sí sabían era que el heroico lazo que los unía nunca se cortaría.
A veces, lo único que necesita una persona es un pequeño empujón hacia el heroísmo.
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obscurumcor-rpg · 4 years
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   Era poco después del amanecer, aunque el sol aún no se alzaba sobre las cimas de las montañas hacia el este. La luz era fría y pálida; todo estaba recubierto por distintas tonalidades de grises con un toque anaranjado. Con cada respiración controlada, Ellie expulsaba vaho como la misma persona que cargaba el cuerpo totalmente desnudas. Ambas. Le pelinegra apenas despertaba de la pesadilla que consumía la mente, la piel se achinaba al sentir la brisa húmeda del río y suavemente elevó la mirada con los ojos aún borrosos sin saber quién era.
 El cuerpo fue depositado en el suelo acompañado de unas pieles de oso que calentaría la piel de ambas. La impostora ocultó su desnudes y también la de su acompañante.
—Mierda — La voz que pronunció era ronca, como si hace semanas no había emitido ni un solo sonido por parte de la cazadora.
  Dejó reposar la cabeza parpadeando lentamente, contemplando las nubes y el cielo refrescante. Frunció el ceño y las yemas de sus dedos tocaron la boca rascando costras de sangre alguno que otro pelaje de algún animal, ciervo. La mirada se giró en cuanto miró a la doncella que anteriormente la noche había discutido. Cerró de inmediato los ojos al recordar el desastre, frustrada por haber fracasado y tristeza por haber perdido a un par de sus amigos.
—Descansa, fue una noche larga. — La castaña miró a su nueva servidora, totalmente sucia con lodo en los brazos, el cabello con algunas hojas y sangre en su boca como en los dedos, fue tristeza lo que surgió en el corazón de la doncella.
Ellie abrió los ojos al recuperar la conciencia en su totalidad, recordó los cadáveres, y luego miró a Skyler con furia recapacitando el suceso. — ¡Tú! — Gritó como un rugido como si proviniera desde el alma.  — ¡Tú no puedes ni estar aquí! ¡Tú eres esa mierda y tú no me estabas avisando, me estabas amenazando! — Trató de levantarse, pero el agotamiento la derrumbó con facilidad al suelo como si cargara con miles de rocas en su espalda, se sentía como cadáver podrido. Afirmó lo que temía, la mordida no estaba ahí pero perfectamente recordaba cómo los colmillos clavaron con gran fuerza hasta golpearla y quedar en negro.
 Skyler quedó en silencio, podría defenderse, pero sus actos, su bestia interior había ido demasiado lejos. La boca titubeo y su corazón se quebrantó — Yo… lo siento. ¡Lo siento! Sé lo que hice, he estado tratando de ocultarme, pero ustedes. Sólo quería asustarlos, pero uno de ellos me atacó y no pude controlarme. — Las mejillas enrojecieron, las lágrimas recorrieron las mejillas como si fuese cascadas, el arrepentimiento era evidente. — Lo he jodido todo… sé que soy un monstruo, para mi gente soy un peligro. — La mirada estaba perdida, como si buscase la forma de remendar todo, pero lo único que obtenía era el terror de sí misma.
 Ellie guardó silencio, mordió el labio inferior conteniendo la furia cuya frustración en no poder moverse con libertad era un plus que ayudaba no abalanzarse en contra de Skyler. — Eres una idiota. — Fue las primeras palabras. — Sabes perfectamente que dejarme viva es un error. Conozco la información que necesitamos, termina con tu maldito trabajo o seré yo quien inicie una guerra sin importar de qué silla de oro te sientas. —
—Lo siento. — La castaña elevó la voz temblorosa. — Nunca quise matar a nadie, como dije, quería asustarlos. Se me fue de las manos y supe que al menos no arrebataría más vida cuando te tenia frente a mí al controlarme. — Guardó un par de segundos de silencio y miró con seriedad hacia Ellie — Pero si vas a ir a delatarme, lo único que ocurrirá es la muerte de tu clan y quizá pasen de mi estado terminando ser un secreto. Terminarías peor que yo. —
—¡Entonces haré lo que sea para joderte! —
—Te he salvado la maldita vida—
—¡Que tú provocaste! —
 La adrenalina impregnó en las venas de la morena, sujetando con fuerza a Skyler hasta tumbarla por debajo de ella.
—Puedo matarte ahora mismo si quisiera. Pero es más fácil que tú lo hagas, termina con esta mierda de una vez… ¡Hazlo! — Gritó sujetándola de las muñecas.
—No voy a matarte. No quiero hacerlo, quiero ayudarte. No quiero que ocurran más muertes por mi culpa. — La respiración era corta, agobiante, sabía el infierno que pasaba la morena por su culpa, pero el de ella todo la consumía, aún las lágrimas formaban camino ahogándose en su culpa — Por favor ¡Entiéndelo!
 Ellie tenía el conocimiento de las palabras de Skyler, tenía razón, todo estaba en contra de ella, cuya familia caerían sin previo aviso si creaba una escena, algo en contra de los reyes. No podía ganarle al poder que poseía. Presionó las muñecas y la soltó. El silencio entre ambas se hizo evidente.  Ellie ocultó su cuerpo con totalidad gracias a la piel, Skyler sólo miró a su alrededor, alerta en caso de escuchar aproximarse a alguien. 
—¿Qué diremos?  ¿Qué fuiste averiguar cómo estábamos y también fuiste parte de la escena y la criatura sólo nos rompió nuestros vestuarios? —
—No lo sé, podría usarse. —
—Es una mierda de excusa. —
—He dicho peores excusas al lidiar con esto. —
Ellie una vez más ocultó más su cuerpo, estaba muriendo de frio y cualquier sonido lo escuchaba el triple. Fétido era el olor que desprende de su boca, muerte algo que la mataría si no encontraba hierba buena que detuviera el olor o alguna otra comida que sustituyera.
 El sonido de una cabalgata de dos caballos surgió en el más allá, escuchaba con claridad las voces de un adulto más o menos de la misma edad de Skyler con claridad, su hermano, Adrian, venía a la ayuda de ambas chicas. Pero la espera fue más larga de lo que pensó. Introdujo el dedo meñique en el oído explorando por qué demonios oía todo más de cinco veces de lo usual.
—Es normal. Te acostumbras poco a poco, tampoco mires al sol ni por accidente. Jode mucho. —
Skyler se levantó señalando a los caballeros y su hermano, Adrian poseía la vestimenta de la cena, pero no se esperaba ver otra compañera y no era nada menos que la cazadora.
—¿Qué coños pasó aquí? ¿Acaso te ha descubierto? —
—Sí, pero ahora tiene la sangre de la bestia. No dirá una palabra. — Skyler respondió, arrebatando la prenda y las zapatillas. — Hola Kayn. — Saludó al caballero de su hermano.
 Ellie quedó putrefacta a la situación, esos dos lo sabían «¿Qué mierdas pasa con este reino?» sacudió la cabeza y dejó reposar el cuerpo sobre el suelo suspirando con profundidad. —Sólo debiste matarme y te ahorrabas todo esto. — susurró obteniendo una respuesta de un simple “no” de parte de Skyler.
 La pelinegra frunció el ceño al ser bien escuchada, tomó la iniciativa de levantarse y dejar ser guiada en subirse al caballo del caballero. Era incómodo, ocultaba el cuerpo con más preocupación con la piel que le fue prestada.
—¿Qué harás con ella? — Comentó Adrian preocupado, no valía la pena susurrar, igual será escuchado.
—Diremos que encontramos el acampamento destrozado. Tienes que poner pinta de preocupación. Y sobre ella… — Una pequeña mirada hacia el caballo de atrás fue evidente — Podría ser mi dama de compañía. —
—¡Debes estar bromeando! — se quejó Ellie interrumpiendo la charla.
 Skyler la fulminó con sólo la mirada, un gesto único de la realeza.
—Lo hago para nuestro beneficio ¿Tienes alguna otra idea? Si te dejo corretear por ahí en las noches podrías transformarte y adivina quienes salen afectados. —
—Mi clan. — Murmuró entre dientes.
—Tienes la fortuna de ser elegida, después de tantos intentos que mi padre me ofrece una dama. Terminaré con alguien que no tiene experiencia. —
«Qué honrada me siento, me adopta la persona que acaba de matar a cuatro de mis compañeros, ¡Viva!» Las placas del compañero eran realmente frías, se alejaba centímetros atrás de él evitando tocarlo, era un ambiente de total desconfianza. La casi princesa vistiéndose antes de subirse al corcel de su hermano, todo eso parecía irreal para un simple cazador cuya palabra resplandeciente como ellos describían era ser “afortunada”. Todo era una mierda siendo así el inicio de la esclavitud adornada por flores y colores.
— 
Ellie Hoover.
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mrscastellanos · 4 years
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ARGOS: CAPITULO 38
Noctis había salido de la habitación de la emperatriz para convivir con sus amigos y familiares de la joven.
Laryos: ¿Como está tu clavícula?.
Noctis: Esta bien, la curación fue rápido.
Gladio: ¿Y que pasa si te hago esto? -empezó a molestarlo en la herida.
Noctis: ¡Oye Aún me duele!.
Ignis: Gladio ya deja de molestarlo por favor.
Gladio: A tus órdenes -respondio alejando su mano del azabache.
Prompto: ¿y Danae?
Noctis: Podríamos decir que está drogada para que no sintiera por un rato el gran dolor que tiene por su regeneración en la vista.
Prompto: ¿En que tiempo podrá caminar?.
Noctis: De hecho ya puede caminar, pero la debilita con la anestesia.
Laryos: ¿y de la vista?
Alcander: se pronosticó que  en tres o cuatro días avatara completamente regenerada de la vista, así que ella podrá inaugurar el día de las animas.
Nyx: pero mientras eso pase, será una larga tortura para Danae.
Alcander: pues si pero es un lapso corto y rápido, peor si fuera por un pronóstico se meses.
Noctis: En eso tiene razón.
[Sibiu/ salón del comedor]
Los dos se encontraban en la mesa degustando los alimentos tranquilamente, con música tranquila y no aburrida de fondo, Doris solo miraba como el albino  suspiraba  profundamente mientras comía, su curiosidad no pudo contenerla y decidió conversar con él.
Doris: ¿La amas de verdad?
Andrew: si, pero tengo que aceptar que ella ama a alguien que no soy yo y que se va a casar pronto con esa persona -respondió pacíficamente.
Doris: Majestad, la emperatriz no es la única mujer que hay en este mundo, talvez tu destino no es estar con ella si no con otra persona.
Andrew: No estoy seguro Doris.
Doris: Y como lo va a saber si usted lleva años endiosado con ella por favor recapacite también usted, con el perdón pero es la verdad.
Andrew: ¿Entoces por que no se casa conmigo?.
Doris: Mire no se vaya tampoco a lo loco así nada más majestad, primero lo primero es obtener la alianza con la emperatriz, ya después lo ayudo en buscarle una mujer indicada para usted.
Andrew: Sabes como pensar bien las cosas al igual que tomar excelentes estrategias y por eso eh decidido que a partir de hoy llevarás la administración del reino y serás mi consejera personal.
Doris: ¿Lo dice en serio?
Andrew: Alguien de buena confianza tiene que hacerlo, y usted lo demostró en enseñar las pruebas de constantin.
Doris: Majestad..
Andrew: Dime Andrew por favor, ya me aturdi de escuchar cada ratito esa palabra de majestad.
Doris: Bien,Andrew quería comentarle que desde  que paso todo esto usted se ah vuelto menos amargado,ves más usted ya puede hablar tranquilamente sin gritos ni insultos.
Andrew: Tal vez sea por que todo lo que me dijo Elyssa hizo que recapacitara en todo mis defectos, así que decidí cambiar igual mi carácter.
Doris: Es un gran cambio que está haciendo.
Andrew: Después de todo constantin me lavó el cerebro para ser su marioneta, sin saber que era con fines benéficos para él.
Doris: Y no fue el único en ser víctima de él, También su padre y algunos soldados a lo que igual fueron expulsados.
Andrew: A partir de hoy todo cambiará, quiero que sibiu sea igual de grande que Argos y lo digo de la manera no avara.
Doris: Eh perdido el tiempo que llevo aquí y quiero decirle que me siento orgullosa de que esté cambiando para bien.
Andrew: Gracias, y perdoname por la manera en que te traté.
Doris: No se preocupe, eso ya quedó en el pasado.
Andrew: Bueno basta de charla, ¿que es lo que tenemos que hacer ahora?
Doris: Si se refiere a lo de hacer algo en sibiu, es dar una conferencia con todo el reino donde pides disculpa por tu comportamiento.
Andrew: Bien entonces organiza todo el movimiento para se haga esa conferencia después de que termine de comer.
Doris: A sus órdenes majestad.
Sin más que conversar siguieron comiendo.
[Argos tres horas después.]
El azabache caminaba por el patio de la Hasta que notó como una mujer de arma extravagante caminaba por los pasillos del palacio a dirección de la habitación de arte donde se encontraba la emperatriz Elyssa.
Noctis: ¿Que hace Aranea aquí?-preguntó después de reconocer inmediatamente aquella mujer.
La joven de la Armadura extravagante entró a la habitación, Noctis con la gran curiosidad de saber lo que estaba pasando decidió  seguirla y  espiarla, Aranea se arrodilló frente a Danae y dar una reverencia.
Aranea: Emperatriz Danae, Araena  presente aquí.
Danae: No es necesaria la formalidad Aranea.
Araena: Lamento mucho por la situación que pasaste, pero te aseguro que los investigare para que sean castigados.
Danae: No lo hagas, ya ese asunto se está viendo con el coronel mark.
Aranea: Bien.
Danae: ¿Que has pensado de lo que te dije?
Aranea: Yo y mis hombres hemos decidido que nuestra libertad es lo primero  así que nosotros aceptamos estar de su lado, pero me preocupa que el emperador nos haga daño.
Danae: No les hará daño ni cuenta se dará que lo traicionaron, en cualquier caso no estarán solos si sucede algo.
Aranea: Se lo agradezco majestad, tengo en cuenta de su ayuda, pero ahora tengo que retirarme antes que sospechen algo.
Danae: cuídate mucho por favor.
Aranea se retiró sin darse cuenta que estaba Noctis escondido, el azabache entró y preguntar sus dudas a su prometida.
Danae: Estuviste escuchando todo verdad noct.
Noctis: ¿como lo supiste?
Danae: Tu fragancia de limón es escandaloso así que supuse que estuvieras de tras de la puerta.
Noctis: tienes razón de suponer pero bueno a lo que vine, ¿tu ya habías conocido a Aranea?
Danae: desde antes que huyera de santor.
Noctis: ¿Y como la conociste?
Danae: no recuerdo bien pero cuando tenía doce años ella ya estaba trabajando para el emperador primero empezó  como mensajera de Nifhleheim a Argos y viceversa  ya después la ascendieron con lo que es ahora tal vez en algún momento que fue mensajera nos conocimos y nos hicimos buenas amigas pero como te digo que ya no recuerdo bien como fue que la conocí.
Noctis: Que gran historia en serio.
Danae: ¿Ya te eh dicho que tu sarcasmo es muy malo?
Noctis: No.
Danae: Pues ya lo sabes.
Noctis: Creo que un día de estos que me encuentre a Araena le diré que me lo cuente bien y como es.
Danae: Si es que también lo recuerda.
[Sala principal del palacio]
Mark: ¿Entonces quieres que se haga monumentos para los soldados caídos?
Thanasis: seria lo mejor para recordarlos como debe de ser, obviamente seria con un monto monetario menor para no perjudicar en un futuro la economía del imperio.
Mark: Entonces se lo haré saber a Alcander y a Danae para ver si están de acuerdo
Thanasis: Avísame cuando te digan algo, espero que igual estén de acuerdo.
Mark: Entendido.
Se retiró y luego el padre de Danae  se acercó a ella para agradecerle  por lo que estaba haciendo por su hija.
Laryos: Me han dicho  que tu estas cubriendo a mi hija, mientras se esta recuperando de su vista y  Se lo agradezco mucho por hacer esto.
Thanasis: No hay de qué, lo hago por su hija.
Laryos: A decir verdad cuando te vi por primera vez por televisión pensé  que eras ella por su gran parecido, me gustaría saber quien eres.
Thanasis: Bueno ¿que es lo que le gustaría saber?
Laryos: Tu origen, tu nombre completo, su edad cosas así ya sabes a que me refiero para poder confiar en ti.
Thanasis: ¿Cuanto me calcula usted?
Laryos: la misma de mi hija, veintiuno.
Thanasis: Esta muy lejos de mi edad.
Laryos: Sería imposible que fuera muy mayor que ella.
Sonrió levemente y le dio la señal que lo siguiera, Laryos obedeció y la siguió hasta un pasillo donde estaban todas las pinturas de los siglos pasados juntos con los antepasados, de toda había una de una mujer con velo tapando el cabello por completo solo apreciándose la figura de la mujer con un vestido puesto igual a la de Aera Fleuret  sosteniendo uno de los tridentes y ramo de cempoal Thanasis spuso aún lado de la pintura dejando ver la gran apariencia que tenía, Laryos quedó impresionado cuando vio la semejanza.
Laryos: Entoces tu eres...Thanasis.
Thanasis: Exacto yo soy la primera oráculo de Eos y fundadora y emperatriz de Argos.
Laryos: Pero como es posible que usted siga viva después de dos mil años.
Thanasis: Bueno usted debe leerse cada libro que hay en el mundo para que pueda  descifrar los secretos que hay en cada oración y párrafo para que sepa la razón del por que estoy aquí y cual es mi verdadera misión pero por mientras no se preocupe usted, un día su hija le contara un resumen de todo.
Laryos: Te confieso que sigo impactado con todo esto.
Thanasis: Quien no queda así después que le digo que soy una veterana con años no mortales.
Laryos: increíble.
[Gran jardín del palacio].
Danae: Esto es una tortura pero tengo que hacerlo de alguna manera.
comentó mientras daba pasos con ayuda de un bastón y de Nyx.
Nyx: La verdad fue muy sanguinario lo que te pasó, en serio que se pasó ese rey.
Danae: No fue el rey, sino su consejero personal él fue quien tramo todo bajo costillas de Andrew.
Nyx: Entonces él es el responsable de todo lo que te estuvo pasando con tu familia.
Danae: Exacto,  parece ser que ese consejero estuvo acoplado con mi madre en su imperialismo, no dudo para nada que ella estuviera engañando a mi padre con él.
Nyx: Tenlo por seguro, pero ese Andrew que habrá hecho con su consejero.
Danae: Estoy a un porcentaje alto que lo habrá expulsado de sibiu.
Nyx: ¿Y como estas segura que lo hizo?
Danae: Intuición Nyx, ya no podré predecir el futuro más, pero mi intuición sigue intacto y estoy completamente segura que lo hizo.
Nyx: Bueno en eso tienes razón con lo que dices, tu intuición nunca falla en algunas ocasiones.
Danae: No discuto con tu comentario por que es verdad.
Nyx: Ve el lado bueno de todo esto, ya pronto podrás ver otra vez y ya estás caminando igual solo tienes que soportar unos días más.
Danae: No pues si tienes razón, pero se te olvida que  me tienen que poner una anestesia especial para que me deje de doler.
Nyx: Repito nuevamente, solo aguanta cuatro días más nada más.
Danae: En estos momentos odio a Noctis por dejarme en ese limbo sin muerte.
Nyx: Ya deja de echarle la culpa, agradece que que podrás ver por mucho tiempo un gran futuro en el mundo, total en alguno de esos años te pueda encontrar en mi nueva vida.
Danae: ahora ya me deprimi.
Nyx: Deja ser dramática y dale empieza a caminar.
Danae: No soy dramática.
Nyx: Si lo que tu digas- comentó burlonamente.
(Que crees chavales, no wey aún no llega el continuará, esto es la rosa de Guadalupe FFXV y esto se desplaza a cuatro días después compa 🤫)
[Cuatro días después/ Hospital privado]
Han pasado los  cuatro días y la vista de Danae está completamente regenerada  como lo tenía pronosticado el doctor, asi que ya era el momento en que le quitaran las vendas y dejaran ver sus nuevos ojos, en el lugar solamente estaba ella y su hermano.
Doctor: pero que tenemos aquí, parece ser que tu color verde claro desapareció completamente dejándose ver un color ámbar bien bonito.
comentó al quitar los vendajes y ver que su iris es de color ámbar.
Danae: ¿Que tiene de malo que se haya desaparecido?
Doctor: Para mi no tiene nada de malo, solo que se me hizo extraño que sucediera esto pero bueno no esa nada alarmante, lo importante aquí es que usted pueda ver bien en su nueva vista.
Alcander: ¿Usted cree que lo que tiene Elyssa sea el mismo síndrome que el mío?
Doctor: Pueda que sea eso, pero tengo entendido que la heterocromia solo puede afectar en un ojo, no en los dos.
Danae: Será un misterio sin resolverse.
Doctor: No para mi, a partir de hoy me pondré en investigación sobre su caso, pero antes, dígame ¿usted puede ver bien?.
Danae: A la perfección.
Doctor: Entonces ya te puedes ir, solo recuerda que no puedes utilizar lentes de contacto para no dañarlos.
Alcander: Tenga por seguro que ya no la hará.
Salieron del hospital para tomar el automóvil en el estacionamiento.
Alcander: ¿como te sientes con tus nuevos ojos?
Danae: Excelente, ya puedo ver otra vez en HD todo -respondió poniéndose unos lentes de sol.
Alcander: ¿Por que los lentes?.
Danae: Para cuidarlos.
Solo se rió y llegaron al automóvil para luego adentrarse los dos e irse al palacio;Mientras tanto en el palacio todos sus familiares estaban reunidos para la llegada de Danae y su resultado con la regeneración de sus ojos.
Prompto: nunca sentí nervios por un resultado así.
Gladio: Ni quer fuera un resultado de embarazo o ¿si lo es Noct?
Noctis: No lo es.
Ignis: esperemos que no haya problema con su regeneración.
Nyx: La verdad yo quería verla con anteojos.
Crowe: No se te hará.
Thanasis: Espero que sea iguales a sus anteriores ojos -comentó así misma en voz baja.
Laryos: Ya se tardaron mucho.
Mark: hay tráfico por la avenida donde está el hospital.
Prompto: ¡Ya llegó!
Todos la miraron y se acercó a ellos para luego quitarse los lentes y dejar de  ver sus nuevos ojos al igual que el color ámbar, todos quedaron maravillados  excepto Thanasis
Thanasis: No puede ser... -susurró con miedo.
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vittielalways-blog · 6 years
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“Si siempre te dices nunca, nunca seras siempre. ” Empezaré esto de una manera muy torpe, ah. Pero, hola Vittore, ¡Feliz navidad! La verdad luego de tu obsequio yo me quedé sin saber que era realmente hermoso para darte, sentía todo muy mínimo, muy pequeño o muy nada, es tu culpa por verte tan inmenso al lado de este pequeño mundo que me cabe en una servilleta. Quisiera empezar haciendo una lista de las cosas que quiero que sepas, haré la lista aquí mismo, ya no te esperes algo lindo, sólo lo haré a mi estilo. * Lista de cosas que se deben decir a quien amas. (por castiel breizhlander) - Cuánto y porqué te amo. - Qué cosas me haces sentir. - Porqué siempre estás en mi cabeza. - Navidad. - El valor de Vittore. - Vittore es un tonto. - Castiel es un tonto. - Cosas random que saldrán de alguna manera, porque no sé seguir listas. 1. ¿Cuánto y porqué te amo? Es un punto sumamente importante a considerar, muchas de las personas aman porque los aman, ¿no? Eso entre nosotros es algo nulo, podrías no amarme o yo no a tí (hipotéticamente) y, ambos seguiríamos con estos sentimientos si eso sucediera. Una de las mayores razones de porqué estos sentimientos que afloran todos los días en mi corazón es por quién soy contigo, por qué podemos ser juntos. Sabes perfectamente, no somos las pareja o amigos o compañeros de vida perfectos, pero mi alma rebosa felicidad cuando le hablo sobre un tal Vittore Vólkov, le digo ese nombre y sabe que si está él, el final del camino puede ser una maravilla. Me gusta sentirme cómodo contigo, porque a pesar de que suelo fallar en tantas cosas eres ese ángel que calló del cielo a bendecirme la vida, siempre eres capaz de levantarme cuando todo anda mal, eres quién por encima del dolor comprende más el mío y lo tomas como si fuese tuyo hasta hacerlo añicos y sólo dejar una sonrisa y buenos sentimientos en mí. Estoy inmensamente agradecido con eso, aveces... es tonto, ¡no te rías! Pero, ah. Me pregunto qué hice bien para merecer esto, enserio lo pregunto al techo, a la luna y al sol, tenemos buenas pláticas, ellos son muy amigos míos. De todas maneras yo igual soy el mismo escudo que tu eres para mi, es chistoso y que ambos peleamos el lugar de guardián del otro, uh. Hyung, ¿ya estamos grandes no? No más “peleas”, ambos podemos cuidarlos. A fin de cuentas, te amo por lo que me haces ser, por el amor puro e inocente que sabes brindarme, nunca recibí un amor tan limpio, ya sabemos mi historial amoroso, ah. 2. ¿Qué cosas me haces sentir? ESTA ES LA PREGUNTA MÁS COMPLICADA. Pero la responderé, ya me la hice, no me repruebes, ¿mh? Ponme A. ( ☹️ ) ¿Alguna vez has subido un avión? Bueno, te diría que me haces sentir como cuando un avión va a despegar, con todas esas turbulencias y, ya sabes. Pero no, Vittore usted me hace sentir en pleno vuelo, cuando todo es calmado, no hay más que serenidad y calma. Es tan grato estar arriba y mirar las vistas, sinceramente es la maravilla del mundo; yo diría que esas maravillas son todo aquello que tienes por darme, y que la calma eres tú cuando vienes con tu sonrisa juguetona a abrazarme o simplemente a estar aquí (nunca pediría más que tenerte aquí). Entonces en definitiva aveces podemos tener nuestras turbulencias pero valen la pena tenerlas si luego podemos disfrutar el viaje, con destino a la felicidad, me gusta ese lugar, sabes llegar mejor que nadie. Ahá, Cass pedirá siempre boletos a ese lugar. Te diré otro ejemplo, quizá no he sido claro. Vittore eres como el mar, al inicio es difícil navegarte pero una vez vas cuesta adentro, la marea es un temple satisfactorio y relajante, tu brisa logra despejarme de todo aquello que me abruma y tus cualidades están todas sumergidas en lo profundo de ti, por cada granito de arena y quién sea capaz de contarlos todo quizá se haga la más vaga idea de cómo te amo. 3. ¿Por qué siempre estás en mi cabeza? Esta va para ti, ¡DAME EXPLICACIONES! Yo no pedí esto. Es casual recordarte con canciones, fotos o poemas, pero no es casual hacerlo cuando mi observo mis manos, y recuerdo lo suave que es tu cabello o lo suave y sedoso que se torna cuando esta entre mis dedos. Recordarte cuando río y recuerdo que incluso si no estás ahí te debo esas risas, para toda mi vida. Sonreír por recuerdos contigo podría ser casual si no fuera tan seguido. Aveces ni capto el momento y ya estoy platicando a alguien de ti, o alardeando lo mucho que eres, en ocasiones preguntándome cuando seré así. Esto quedará sin responder, no sé que tipo de deuda tienes con mi cabeza, pero no sales de ella, ¿acaso eres brujo? ¿Mh? TAMBIÉN ME PREGUNTO ESTO CON MI CORAZÓN. En fin, te subiré las deudas el interés y el iba, porque incluso si te pienso mucho, eso me hace sonreír cuando no te tengo a mi lado. Es un motor para vivir, la llave de la vida eterna no existe pero si la de la felicidad; eres tú. 4. El valor de Vittore. No es secreto que las personas con mejores corazones son las más inseguras, para ellos y sus corazones humildes todo es perfecto y suficiente, menos ellos mismos. Eres adorable Vitt, ¿te puedo morder? /morder mejilla, jeje, ya. Aveces quisiera que tus ojos brillaran con la misma intensidad que los míos cuando te veas al espejo, pero luego siento que eso te dejaría ciego (de amor). La verdad incluso si tienes esas taras de hacer las cosas cuando “ya no es momento” entiendo. Sé lo mucho que te cuesta sentirte bien contigo mismo, tanto como a mí, somos dos inseguros capaces de amarnos y creyendo que el otro es ideal mientras que uno mismo no. Vittore, mañana ES UN AÑO, ¿sientes eso? Te amo Vittore, y nunca saldrás de aquí y te amaré mucho, por cada pasito más que me dejas cerca del cielo. Se y espero que cuando leas esto digas “debo ser muy genial para hacerle sentir eso”. PERO NO TE APROVECHES EH. Cómo vayas a usarlo con otros/otras te corto el pene en pequeñas rebanadas y se los doy de comer a chimpancés:) continuare este punto en el siguiente porque tiene conexión. 5. Vittore es un tonto. Sabes, SÍ. Si llegaste tarde a demostrar todo lo que sientes, pero sigo diciendo, te entiendo muy bien. Y sé que si esto fuese al revés también lo harías. Mi amor, ¿porqué cuesta tanto mh? Ahora estaré a tu lado como un amigo y compañero de vida, que estará destinado (es mi excusa, yo decido quedarme contigo) a ti, y en este transcurso ayudaremos a Vitt a que pueda expresarse, porque aveces necesito eso un poquito, sentirme amado. Has sentido mucho dolor y supongo que por eso no notabas nada. Que suerte que soy de hierro, soy Iron men y puedo protegerte y ayudarte. Deja de ser un tonto, cuando tú corazón tenga algo sólo déjalo ir. Sea bueno o malo, sabemos que cuando es malo (como lo del otro día) Castiel siempre entenderá. Y te recibirá. 6. Castiel es un tonto. Soy el mayor de los idiotas y sabes porqué, en todo lo he sido pero prometo mejorar pronto, ¿si? Estamos en proceso aquí, llamémoslo en construcción. Sí sí. (Coming soon) 7. ME SALTÉ NAVIDAD PORQUE NO SÉ LEER. Bebé, mmmmh. Esta es mi parte favorita, NAVIDADDDDD. Decir que no amo navidad, es mentir, sería como decirte que no te amo. Hace un año hiciste mi época navideña mejor, porque no era buena y nunca lo son del todo pero un niño muy agradable habló conmigo y resultó ser el culpable de que riera a montones. Esto es lo que más me encanta, este año recaí e intenté que nadie notara lo mierda que estaba, me animo sólo y ando feliz, pero termine por serlo enserio gracias a tí. Has salvado mi navidad otra vez. La verdad quiero una vida entera d navidades contigo, de charlas empalagosas por recordar un año más. Quiero eso, ¿mh? Por favor, o moriré. ¿? Amo los villancicos, amo las canciones, el muérdago, los árboles, las luces, y la forma en que opacas ese brillo navideño con el tuyo, ahá. Te pondré Vittore Halley, ¿Por qué? Aseguraría que eres de esas cosas que suceden una vez mientras vivas, y yo ya vi m deslumbrante cometa Halley, me llevó con el a su corazón, a su hogar lleno de amor y paciencia. Es el paraíso en el espacio, ah. Hay un video/canción que me recuerda a tí habla de nunca y de siempre, cada uno personas. Este chico llamado siempre era una persona aventurera que creía que todo lo que veía no era todo lo que había en realidad, y sentía que existía un lugar en donde las leyendas cobraban sentido y vida. Y por el contrario teníamos a nunca, era una persona pesimista, realista, que solo se fiaba de aquello que podía constatar con sus propios ojos... (https://youtu.be/sVRSGDF2Z70 ) Esto me recuerda a nosotros, aunque con un final distinto. Dónde Siempre coloreó la vida de nunca y transformo aquellas manchas negras en unas más grisáceas, pintando su vida ahí, dejando un lienzo de colores infinitos donde se pediera lo malo y pudiese volar con él. Gracias por leerme, Vittore, ¡nos vemos en algo más cursi y bobo el otro año! ; Quizás por el miedo a perderme nunca supiste tenerme (te entiendo Vittore).
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